Civica 3.docx

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 ¿Se cumplen en su carta magna los objetivos de nuestra Carta Magna planteados en su preámbulo? Sustenta tu respuesta con ejemplos de nuestra realidad nacional.

Nuestra Carga Magna nos deja una lección fundamental: al poder hay que restringirlo para que la ciudadanía sea libre. Cuando el gobierno tiene mucho poder, el ciudadano es esclavo. Nuestra Constitución dedica mucho espacios a declarar supuestos derechos positivos que mas que derechos son declaraciones de deseos. Con ello se dota al Estado de un poder que va mucho mas allá de lo estrictamente necesario para sus funciones legitimas. La discrecionalidad, la centralización y el excesivo predominio del Ejecutivo potencian el abuso del poder. Debemos amarrar al Estado para no lamentar luego la perdida de nuestra libertad, como hoy lamentan la población de Venezuela.  La diversidad de grupos humanos en nuestro país, ¿ha sido causa de debilidad o de fortaleza de la nación panameña? Sustenta tu respuesta con hechos concretos de nuestra vida nacional pasada y actual. Se reconoce tres grupos humanos en el Panamá de la colonización hasta fines del siglo XIX: el aborigen, “que ante la invasión y colonización española fue conquistado, eliminado y marginalizado”; el blanco aventurero de la conquista, con sus tres variantes -latifundista, campesino y capitalino- y finalmente el africano, que llegó con el español, dividido en tres grupos: el cimarrón, el esclavo rural y el doméstico. Las grandes corrientes migratorias, sin embargo, llegaron a Panamá a finales del siglo XIX y comienzos del XX de la mano de las grandes obras de infraestructura: el ferrocarril, el canal francés y el canal americano que, junto con una economía cuyo énfasis radicaba en el comercio y los servicios, crearon un polo de atracción para migrantes de todas partes del mundo. En ese entonces Panamá no tenía la capacidad para responder a la demanda de mano de obra de estos monumentales proyectos “por lo cual se generó una migración inducida, por cuotas y así llegaron jamaiquinos, europeos, (griegos, españoles e italianos), asiáticos y antillanos”. A partir de la Segunda Guerra Mundial se produce un cambio fundamental en la escasa vinculación que tenía el Panamá de tránsito (ciudad de Panamá, Colón y alrededores del Canal) con el Panamá rural e indígena, y esto se constituye en un hecho importante para entender el flujo migratorio de entonces. Estados Unidos, que realizó una enorme inversión para defensa del Canal, construyendo más de 300 instalaciones militares. Panamá hoy, es una cultura en construcción que progresivamente ha ido avanzando, es un país cosmopolita donde existe una relativa tolerancia a la diversidad, pero donde subsiste un racismo sumergido; que no se reconoce pero que permanece en el insonsciente del panameño y que sale a flote cuando se usan apelativos como “chombo” para denominar al negro antillano o “comecoco” al negro colonial.

 En 1994, en la reforma de la Constitución Política se prohibió que la Republica de Panamá tenga ejercito. ¿Se esta cumpliendo con esta prohibición? ¿Se hace necesario en nuestro país, contar con un ejercito? Sustenta tu respuesta. Las fuerzas militares panameñas fueron disueltas después de la invasión de EE.UU., en 1989, que derrocó el gobierno militar de Manuel Antonio Noriega. Una enmienda constitucional posterior, en 1994, prohibió para siempre la creación de un ejército permanente. Ricardo Arias Calderón, ex vicepresidente y autor del libro Democracia sin Ejército; que la experiencia de Panamá, contaba en una entrevista, que cuando en 1990 el Gobierno se planteaba eliminarlo, tras la invasión de EE. UU., muchos le decían: “No puede haber un Estado sin Ejército, y yo respondía: pero se mueve, como decía Galileo. Se mueve y es Costa Rica, y lo tenemos al lado. Si ellos pueden, nosotros podemos y hemos podido”. El panameño, además, recalcaba que no hace falta tener fuerzas militares para defender su seguridad, porque, por ejemplo, en un hipotético caso de que la “frontera de Colombia se calentara, nosotros deberíamos estar dispuestos, primero, a pedir observadores internacionales, y luego, si es necesario, Cascos Azules”. El número de policías que patrullan la zona es relativamente alto para un país tan pequeño como Panamá. Se insiste que donde un militar asoma la cabeza con protagonismo -como alcanzar el cargo de director de la Policía, por ejemplo, hasta ahí llega la democracia. La democracia, como concepto ideal queda así supeditado a la presencia de la jerarquía castrense y no, como debe ser, a la cultura política de los civiles en el poder. Tenemos que reconocer que en los últimos años se han dado cambios esenciales; en la misma Constitución se estableció que "la República de Panamá no tendrá ejército" (art. 305). A partir de aquí sobran razones que dicen que el debate hoy no es entre militarismo y democracia (este es asunto superado); el debate se ubica, principalmente, entre institucionalidad, eficacia y seguridad en las calles. De 1989 ‘Panamá no tendrá ejército', aunque tiene un Servicio Nacional de Fronteras. Pero el Senafront y la Fuerza Pública solo tienen el deber constitucional de hacerle frente a una agresión externa y les está vedado participar en una intervención militar contra terceros Estados. Está claro que con la creación del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) se ha creado un nuevo ejército en el país, lo que viola la Constitución y contraría las opiniones de la ciudadanía. Es sencillamente un irrespeto al pueblo panameño militarizar a nuestra Policía Nacional a través del Senafront, cuyos funcionarios en ocasiones son sacados de Darién para que controlen protestas y disturbios cuando no están preparados para ello. Ellos pueden estar en Darién, pero no deben salir de allí, ya que su entrenamiento es totalmente militar. El gobierno no ha entendido que la Policía Nacional fue creada y preparada para brindar protección a la ciudadanía y no para atacar.

Estas actuaciones, a su juicio, son una clara violación a la Constitución, que prohíbe la existencia de un ejército en Panamá, lo cual debe llevar a una profunda reflexión sobre hacia dónde conduce esa situación.

No se debe permitir que se vuelva a incurrir en los errores del pasado, porque esto traerá como consecuencia, volver a experimentar otra dura etapa para nuestra historia, sobre todo cuando vemos como países vecinos han vuelto a regímenes casi militares y con marcados toques de caudillismo. La democracia ha demostrado ser la mejor forma de gobierno, especialmente en aquellas donde los tres poderes se rigen por separado y no se le da relevancia a las instituciones militares, dichas instituciones deben estar sometidas al poder civil. En Panamá se hace urgente que la Fuerza Pública, pueda especializarse mejor, para hacerle frente a la creciente ola delincuencial que azota el País, es hora de que los países cuenten con instituciones más especializadas. Los Valores morales y las buenas costumbres deben ser parte fundamental en la educación nacional, formando nuevos valores lograremos tener un país más estable. Será compromiso del Estado suministrar las herramientas necesarias a la Fuerza Pública para que pueda garantizar la democracia y la seguridad del país.

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