Boina Roja

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EL BOINA ROJA El pez con suerte en la cabeza Texto y Fotografía: Ángel Garvía (Biólogo) En China esta variedad de pez dorado recibe el nombre tradicional de “pez con suerte en la cabeza”, en referencia a la creencia oriental que dice que el rojo es el color de la buena suerte. También es considerada símbolo de longevidad y su imagen es habitual en tarjetas y otros obsequios propios de las fiestas de cumpleaños (Berhardt, 1998), incluso es frecuente que una estatua de un boina roja presida la entrada a ciertos templos.

peces son una expresión del arte japonés y oriental en general.

toda una serie de nombres comunes con los que los aficionados locales bautizan cada variedad.

Parece que esta variedad fue seleccionada en China (Mills, 1991), pero no he podido encontrar datos más concretos. Únicamente Ivan Petrovicky da una fecha concreta, entre 1547 y 1643, pero pese a denominarla variedad de sombrero rojo la describe como carente de aleta caudal y, obviamente, esto no coincide con la descripción de una autentico boina roja, si no más bien de un cabeza de león. Parece evidente que estamos ante un error de traducción o interpretación.

En cuanto al número de variedades de peces rojos, se habla de hasta 120 ó 125, aunque muchos autores reducen a poco más veinte las que están genéticamente establecidas (Palau, 1997). Eso sí, todos coinciden que el mismo ejemplar puede presentar características de varias variedades, con lo que dada la alta posibilidad de cruzarse entre sí, existe un buen número de combinaciones que pueden darse en un individuo concreto. Y parece que en poco más que en esto los diferentes expertos se ponen de acuerdo. Quizá sea algo exagerado, pero uno llega a pensar que existen tantas clasificaciones como autores quiera uno consultar.

En nuestro país se conoce como boina roja; en japonés se denomina "Tancho Oranda" y en inglés "Red Crane-Crow" o simplemente "Red Cap". En China, además del nombre mencionado en el párrafo anterior, también recibe otros apelativos más modernos que podrían traducirse como corona roja o caperuza roja ("Hon-Tau”en chino, según Armijo). Los peces de la variedad boina roja, al igual que el resto de variedades de carpas o peces dorados, pertenecen taxonómicamente a la especie Carassius auratus (Linneo, 1758), de la familia de los Ciprínidos, que es originaria de China, Japón y zonas adyacentes. La carpa pasa a convertirse en un animal doméstico y mascota cuando algunos pueblos asiáticos, como los chinos o los japoneses, empiezan su cría selectiva y logran diferentes razas ornamentales. Los primeros peces dorados de los que se tiene constancia se datan entre los años 265 y 419, pero tradicionalmente se sitúa en la dinastía Ming (años 1368-1644) la época en que ya existen diversas variedades tipificadas de peces dorados. Según algunos autores, como Denis Appel, este tipo de

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Afortunadamente en este artículo únicamente hablamos de una: la variedad denomina oranda. Y ya hay suficientes discrepancias a la hora de su caracterización. Entre los orandas hay patrones de coloración genéticamente fijados, uno de los más populares es precisamente el boina roja. Vamos pues a intentar establecer primero cuales son las características de la variedad oranda, para luego hacer lo mismo con el boina roja.

LA VARIEDAD ORANDA En primer lugar quisiera dejar algo bien claro: no hay nada claro cuando se intenta saber el número y nombre de las variedades de peces dorados que se comercializan. Cada variedad tiene uno o más nombres de origen chino y/o japonés, que pueden ser más o menos coincidentes; además está el nombre inglés con el que mayoritariamente se conoce en occidente y se realizan las operaciones comerciales. Por si fuera poco, en cada país existen

La opinión más generalizada es que el oranda proviene del cruce de otras dos variedades de peces dorados, concretamente de cruzar un cabeza de león con una variedad de cola muy desarrollada (cola de velo o cola de abanico). Pero hay expertos, como por ejemplo S. Class, que con argumentaciones de tipo genético rechazan que los cabeza de león estén implicados en la selección de los orandas. En fin, no vamos a ahondar más en este tema.

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La variedad oranda fue obtenida en 1840, según Angelo Mojetta, y recibe en japonés el nombre de "shishigashira". Es uno de los peces dorados más populares. En cuanto a forma corporal, un patrón más o menos estándar de un oranda podría ser el siguiente: aleta caudal normal, de velo o doble con una longitud que va de una a una vez y media la longitud del cuerpo; aletas pectorales y pélvicas de una talla parecida; aleta dorsal erguida y extendida, midiendo entre un tercio y la mitad de la longitud del cuerpo; y aletas anales largas y redondeadas. (Appel, 1994). El pedúnculo caudal, ligeramente caído, y la anchura del cuerpo, puede llegar a ser 1/2 o 3/4 de la longitud de este, proporcionan un cuerpo corto, pero no llega a los extremos de otras variedades como los cabeza de león y los ryukin.

(3) Invade la zona de las agallas u opérculos. En casos extremos se llega a cubrir casi totalmente la cabeza. Se llama recubrimiento completo, capucha opercular, “full” o “Tatsugashira”. Actualmente, podríamos completar esta clasificación con un cuarto grupo, posiblemente el de más reciente creación, que consiste en que el recubirmiento se ha limitado a un par de burbujas alargadas en la zona superior de la cabeza. Se conoce como tipo burbuja o capucha en burbuja. Generalmente la zona de la cabeza con más protuberancias es la craneal o superior, y el ejemplo típico de esta clase de oranda es sin duda el boina roja, una de las más populares y modernas selecciones de peces dorados.

Pero sin duda lo más característico de los orandas es tener la cabeza más o menos recubierta de una especie de excrecencias o protuberancias carnosas, que se denominan de muchas maneras según cada país: capucha, copete, melena, recubrimiento carnoso, cabeza grande, etc. Estos extraños crecimientos carnosos, que en realidad son quistes sebáceos o tumores benignos, pueden ocupar prácticamente toda la cabeza o ser una simple rugosidad, que prácticamente puede pasar inadvertida. Hay tres tipos clásicos de capucha o recubrimiento: (1) Sólo ocupa la parte superior de la cabeza, la zona situada entre los ojos. Se conoce como recubrimiento en gorra, boina, tapete, capucha craneal, cabeza de ganso, “hi cap” (en inglés) o “Tokin” (en japonés). (2) Avanza además por los laterales: por debajo de los ojos en los carrillos o mejillas. Se denomina tipo gorra-carrillo, capucha infraorbital, cabeza de tigre, “cap & cheek” o “Bim-Babi”.

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Grupo de boinas roja a la venta. Foto: Ángel Garvía.

CARACTERÍSTICAS DEL BOINA ROJA

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En el boina roja los crecimientos carnosos forman en la zona superior de la cabeza una especie de gorro, copete o boina de aspecto de frambuesa y color rojo intenso. Evidentemente este detalle anatómico es el origen de su nombre vulgar. Parece que la opinión mayoritaria entre los expertos es que estos crecimientos deben limitarse a la zona superior y, por tanto, si existen en otras zonas de la cabeza ya no se trata de un autentico boina roja. Otros autores en cambio son más flexibles y opinan que también pueden considerarse boina roja algunos ejemplares con capucha o melena más amplia, siempre y cuando la boina este perfectamente formada y delimitada, el color rojo se limite únicamente a esta zona y el resto de la capucha que cubre mejillas y/o opérculos sea tan blanco con el resto del cuerpo (Armijo, 1990). Presentan el cuerpo de color blanco nacarado. Ya de jóvenes deben ser totalmente blancos, sin ninguna mancha, ni siquiera de color rojo en tono parecido al de la boina. Este tipo de manchas rojizas es bastante frecuente en los boinas rojas que se comercializan en nuestro país y no suponen ningún problema para el animal, pero en los cánones de la variedad, es decir a la hora de puntuar en un concurso, no están bien vistas. Según algunos criadores, como L. Armijo, prácticamente todos los ejemplares de boina roja van, con el paso de los años, perdiendo intensidad en el rojo de la boina y mostrando manchas rojizas en el cuerpo y la base de las aletas. Según este criador este proceso es casi inevitable, aunque en los ejemplares de estirpes bien fijadas genéticamente se produce mucho más tarde que en otros de peor calidad. Los ejemplares de boina roja pueden alcanzar un peso superior a los 800 gramos (Class, 1997). Los más

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3 grandes llegan a los 20 ó 30 cm de longitud (Palau, 1997; Armijo, 1990) y, aunque es raro, existen citas de ejemplares aún más grandes (Mojetta, 1991). Los boinas rojas son de los orandas que más tarde inician el crecimiento de la capucha de la cabeza (Class, 1997); pero a pesar de esto los ejemplares de buena calidad deben presentar ya el inicio de su boina desde muy jóvenes. Por lo general la boina comienza por tener una coloración anaranjada y suele necesitar varios años, entre 2,5 y 3,5 según Armijo (1990), para alcanzar lo que podríamos llamar un tamaño optimo. Parece que la boina continua creciendo durante toda la vida del animal, pero según va madurando el pez, va creciendo más lentamente. Hay diferentes razas de boina roja y algunas de ellas presentan diferencias notables en el desarrollo de la boina, tanto en la edad en que comienza su crecimiento, como en el tamaño y forma que esta alcanza. Incluso entre los ejemplares procedentes de una misma puesta se pueden producir diferencias significantes en el comienzo del desarrollo de la boina. Parece que hay factores externos que pueden favorecer el crecimiento rápido de la boina, como es el caso de una dieta muy rica en proteínas animales, y también otros que pueden dificultar, e incluso inhibir, su desarrollo, como por ejemplo un agua con alta concentración de algas verdes. (Armijo, 1990). Algunas de las líneas de investigación en que están trabajando los criadores están dirigidas hacia la obtención de individuos con desarrollo rápido de la boina.

¿ES UN ATENTICO BOINA ROJA? Como ya he dicho, en los jóvenes de la variedad oranda, que incluye a los boina roja, tiene que

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haberse iniciado ya el crecimiento de la capucha o melena. Es muy posible que los ejemplares que no lo presenten no sean en realidad boina roja o, en el mejor de los casos, sean de baja calidad. En ocasiones se ofertan ejemplares que, a pesar de ser comercializados bajo el nombre de boina roja, son colas de velo blancos con una mancha roja en la cabeza que nunca desarrollará boina. Estos ejemplares presentan en realidad una coloración tipificada entre los peces dorados, que se denomina sarasa y se caracteriza por tener únicamente los colores blanco y rojo. Algunos criadores han seleccionado los sarasas que tienen el color rojo limitado a una mancha en la cabeza y blanco el resto del cuerpo. Son lo que podríamos denominar falsos boinas rojas. Tampoco son auténticos boinas rojas los orandas de color rojo y blanco, línea que está bien fijada y se denomina "yamagata" (Lopez Quintanilla, 1990). Otras veces el poseer una boina roja no es suficiente para ser un auténtico boina roja. Hoy se pueden encontrar ejemplares que además de dicha boina tienen otros caracteres, como por ejemplo los espectaculares boina roja telescópico (tancho demekin, en japonés), que presentan a la vez boina roja y ojos de telescopio. Es el caso también de los individuos que son a la vez boina roja y cabeza de león, sobre los que hay mucho que hablar. En primer lugar hay que saber diferenciar un oranda de un cabeza de león, aunque hay manuales que hablan de ambas variedades como si fuesen la misma; sin embargo, no parece esta la opinión más aceptada entre los expertos. Además para liar aún más la cosa, en algunos sitios al oranda se le conoce por cabeza de león holandés. Por lo general el oranda tiene la melena menos extendida que el cabeza de león, pero la principal diferencia radica en la aleta dorsal: el oranda sí tiene, el cabeza de león no.

Dentro de la variedad cabeza de león, también conocida en algunas zonas como cabeza de búfalo, se diferencian dos tipos: por un lado está el cabeza de león chino, con la espalda recta y la cola claramente dirigida hacia atrás; por otro, el cabeza de león japonés, también llamado ranchu, que tiene la espalda mucho más curvada y por tanto la cola dirigida hacia abajo, como colgando. En ambos tipos de cabeza de león hay ejemplares que pueden confundirse con un boina roja. El ranchu boina roja (tancho ranchu, en japonés) tiene boina roja y melena en otras zonas de la cabeza. Según el conocido John Dawes existe un tipo de cabeza de león chino en el que la capucha ha quedado reducida a un abultamiento rojo en la parte superior de la cabeza, que es muy parecido a un boina roja. Por supuesto ninguno presenta aleta dorsal.

Ejemplar joven. Foto: Ángel Garvía.

Aunque es imposible confundirlos, comentaré por pura curiosidad la existencia de otro tipo de oranda tipificado: el White Cap, que se caracteriza por ser igual que el boina roja pero al revés, es decir con el cuerpo rojo y la boina blanca. Algunos autores, lo califican, muy acertadamente según mi opinión, © Todos los derechos reservados.

4 como el negativo del boina roja. Personalmente solo he visto esta variedad en fotografía, no creo que sea fácil de encontrar en nuestro país.

ACUARIO MEJOR QUE ESTANQUE En teoría, un boina roja es capaz de vivir en acuario y en estanque, sin embargo quisiera matizar algo más este tema. Si bien es cierto que un estanque, por pequeño que sea, siempre será mayor que un acuario y, por tanto, los peces tendrán mayor volumen de agua para desenvolverse; no es menos cierto que las temperaturas que alcanza en la época invernal, en países como el nuestro, son muchísimo más bajas. Precisamente por este motivo, la temperatura, los expertos recomiendan que las variedades de peces dorados de cuerpo redondeado, como es la que nos ocupa, se mantengan en acuario. Para estanque parecen más indicadas las variedades de cuerpo alargado, como el cometa y el subunkhin, que tienen una mayor movilidad y soportan mejor las temperaturas muy bajas, por debajo de los 10-15º C. Además, como bien resalta mi colega Juan Carlos Palau, es el acuario donde mejor se puede disfrutar observando a un pez dorado como el boina roja, pues se le puede observar de diferentes ángulos. En estanque únicamente es observable desde arriba y no es lo mismo. La aceptación del boina roja entre los aficionados es grande. Está presente en la instalación del coleccionista de peces dorados exóticos, ya experto acuariófilo, que está dispuesto a desembolsar cantidades bastante importantes por ejemplares de calidad; pero también en el pequeño acuario de cristal o plástico del joven aficionado que acaba de acercarse a esta afición. Sin embargo, no hay que olvidar que según va creciendo necesita acuarios más espacios. En condiciones optimas puede llegar a

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duplicar e incluso cuadruplicar su tamaño en un año o menos (Class, 1997). Los parámetros físico-químicos del agua del acuario no son críticos, pero para las variedades exóticas, como es el caso del boina roja, es preferible mantener un pH de 6,5 a 7 y una dureza media (7-10 dH). La calidad del agua debe ser buena para evitar deterioros en los bordes de las aletas, sin duda el punto más débil de estos peces. Es recomendable que la temperatura no baje mucho de los 15-18º C, por lo que ni aún en invierno suele ser necesario calentar el acuario en una casa normal. Tampoco interesa que se mantengan continuadamente por encima de 22-24º C. Hay que tener en cuenta que a mayor temperatura más gasto metabólico y, por tanto, el pez sufre un desgaste metabólico innecesario que reduce su esperanza de vida. La compatibilidad del boina roja con otras variedades de peces dorados es excelente. También es frecuente que las variedades exóticas de carpas se mantengan con otras especies tropicales, aquí tampoco deben aparecer problemas de convivencia. Únicamente se debe tener algunas precauciones respecto a sus compañeros de acuario. No deben tener tendencia a morder las aletas, los largos velos del boina roja son siempre una tentación. No deben ser demasiado activos, para no estresar a estos peces de movimientos más bien torpes (su cuerpo corto y sus aletas grandes no facilitan precisamente la natación). Y por último, no deben ser demasiado glotones, para que no se establezca una competencia excesiva por la comida. Un consejo: no es conveniente mantener juntas en acuarios pequeños variedades exóticas de peces dorados y carpas koi, pues estas pueden dañar seriamente a las primeras.

En los acuarios denominados de agua fría, debido a las costumbres excavadoras y alimenticias de este tipo de peces, se tiende a decorar con plantas artificiales. Sin duda es una opción, pero personalmente me inclino por otra que siendo más laboriosa es también mucho más bonita y natural: decorar con plantas naturales (tipo Cabomba sp o Elodea sp) protegiendo adecuadamente los pies de estas con grava y piedras.

Ejemplar con la boina muy elevada. Foto: Ángel Garvía.

La alimentación de estos peces no puede ser nunca un problema, aceptan prácticamente de todo. Además, no conozco una firma comercial especializada en alimentos para peces de acuario que no tenga en su catálogo una comida específica para los peces dorados. Sin embargo, es necesario no bajar la guardia en cuanto a la calidad del alimento que ofrecemos a nuestros boinas rojas. Armijo (1990) apunta que para un buen y rápido crecimiento de las excrecencias craneales, que forman la boina, es necesario ofrecer una dieta muy rica en proteínas animales. Para terminar este

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5 apartado un comentario: a mayor necesidad energética, más necesidad de comida. En la práctica, esto implica que en verano se debe aumentar la ración de comida y reducirse esta en invierno, según evolucione la temperatura.

Palau Diaz, J.C. (1997). "Los peces dorados: joyas orientales". Aquamar nº 70 y 71. Petrovicky, I. (1990). "La Gran Enciclopedia de los Peces de Acuario". Susaeta. Portuondo, S. (1982). "El pez dorado: una joya de anticuario". Vida Acuática nº 35.

La cría del boina roja en acuario no es objeto de este artículo. Si alguien está interesado en este tema le aconsejo leer las obras citadas en la bibliografía, como las de I. Petrovicky o J.C. Harris. Únicamente reseñar que algunos autores, como por ejemplo S. Class, apuntan que los crecimientos carnosos de la cabeza están más desarrollados en los machos que en las hembras.

BIBLIOGRAFÍA Armijo, L. Q. (1990). "El goldfish red cap". Challawa Revista de Acuarismo, noviembre. Appel, D. (1994). "Razas de carpa dorada". Acqua life nº 8. Bernhardt, K-H. (1998). "Goldfish and Fancy Goldfish". Aqualog. Class, S. (1997). "Manuales del acuario: Peces Rojos o Carpas Rojas". Hispano-Europea. Dawes, J. (1998). "Los encapuchados ". El Acuario Práctico nº 14. Harris, J.C. (1994). "Mis peces dorados". HispanoEuropea. Lopez Quintanilla, J. (1990). "Peces dorados de la China". Challawa Revista de Acuarismo, febrero. Mayland, H.J. (1977) "Aquarienpraxis". LandbuchVerlag. Mills, D. (1994). "Manuales de identificación. Peces de Acuario". Omega. Mills, D. (1991). “Guía del Acuario”. Omega. Mojetta, A. (1991). "Los peces rojos". De Vecchi. Palau Diaz, J.C. (1985) "Los peces dorados". Aquamar nº 23.

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