Belle And Sebastian

  • Uploaded by: Miryam Audiffred
  • 0
  • 0
  • June 2020
  • PDF

This document was uploaded by user and they confirmed that they have the permission to share it. If you are author or own the copyright of this book, please report to us by using this DMCA report form. Report DMCA


Overview

Download & View Belle And Sebastian as PDF for free.

More details

  • Words: 2,246
  • Pages: 3
La perfecta indie band Se hicieron famosos de boca en boca. No hacían publicidad, no daban entrevistas, no se dejaban fotografiar. Eran una banda de culto, casi secreta, que se convirtió en uno de los grupos indie-pop más famosos e influyentes del mundo por su brillante arquitectura melódica y su ingeniosa escritura lírica. A unos días de la publicación del libro Belle and Sebastian: Una historia de rock moderna, Día Siete habló en Londres con su biógrafo, Paul Whitelaw, sobre la historia de la agrupación.

texto: miryam audiffred

foto: metropolitan ediciones

32 día siete 480

diasiete.com 33

L

a “desesperación” lo hizo salir de casa un día de 1994 para tomar un tren con dirección a Londres. Tenía 26 años y estaba en busca de respuestas. Llevaba meses, años, tratando de encontrar su lugar en la escena de la música británica sin éxito y por eso decidió salir al encuentro de alguno de sus ídolos. Optó por el caprichoso, enigmático y excéntrico Lawrence Hayward de la banda de rock Felt. Stuart Murdoch dejó Glasgow, Escocia, con los sonidos de su adolescencia zumbando en su cabeza como zancudos con guitarra eléctrica. Viajó pensando en sus bandas de rock predilectas (Rainbow, Deep Purple y sobre todo AC/DC y Status Quo), recordando los sonidos sesenteros de los Beatles, Yes y Bob Dylan. Imaginando la banda que tendría en el futuro y que, hasta entonces, no había logrado formar. “Estaba desesperado por conocer a la gente correcta para grabar discos y pensé que reuniéndome con Lawrence podría encontrar algo de inspiración o hallar el camino para lograrlo. Era un alma en busca de iluminación musical”, cuenta en su biografía. No obstante la labor de detective que realizó para conseguir la dirección correcta, Stuart nunca se reunió con Lawrence. No platicó con el cantante y guitarrista, pues se detuvo instantes antes de tocar la puerta del rockero. –¿Qué estoy haciendo? –se preguntó a sí mismo y regresó a casa. La búsqueda que lo llevó a Londres también lo regresó a Glasgow, donde dos años después, y sin seguir consejos sino la pura intuición, formó la banda que soñaba y que habría de nombrar Belle and Sebastian, igual que la novela escrita por la francesa Cécile Aubry para narrar las aventuras de un niño de 6 años y su gigantesco perro. La historia de Belle and Sebastian creada por

Stuart se fue armando poco a poco y sin pausas. Primero conoció al bajista Stuart David y después al baterista Richard Colburn, el guitarrista Stevie Jackson, el tecladista Chris Geddes, la chelista Isobel Campbell y el trompetista Mick Cooke, con quienes –casi de súbito– se encontró cantando sobre la vida de estudiante y los sueños de juventud, sobre Mary Jo y los juegos de video. Sobre las expectativas que despiertan al comenzar cada semana. Tocando en el interior de su departamento, ubicado sobre el hall de una iglesia cristiana, donde trabajaba como encargado, descubrió que su búsqueda había terminado. Por fin había encontrado la compañía precisa para caminar por la escena de la música indie y grabar un primer álbum, que llamaría Tigermilk y reuniría algunas de las piezas más memorables de la agrupación: “The State I Am In”, “Expectations” y “She’s Losing It”. Dejaba de ser “un alma en busca de iluminación musical” para volverse el alma mater de una banda escocesa que en poco tiempo se volvería de culto por su brillante arquitectura melódica, su ingeniosa escritura lírica y su reticencia a la publicidad y los medios. Un tipo raro Para muchos la historia de Belle and Sebastian comenzó a escribirse durante un entrenamiento de trabajo para desempleados llamado Beatbox. Se trataba de un curso diseñado para que los músicos nacientes se familiarizaran con los distintos aspectos del negocio musical y pudieran grabar sus canciones una vez al mes, además de recibir 15 dólares a la semana. Ahí se conocieron Stuart Murdoch y Stuart David y grabaron sus

fotos: metropolitan ediciones

34 día siete 480

primeros demos. También se toparon ahí por primera vez Murdoch y el trompetista Mick Cooke, quien cuenta que el joven compositor era tan extraño que incluso le daba miedo platicar con él. “En realidad Murdoch no hablaba con nadie. Llegaba tarde y se iba temprano. En lo que a mí concierne sólo era el tipo raro de la clase. De hecho, no entiendo cómo terminé en la banda y tocando sobre un perro sobre ruedas”. Para Murdoch estos encuentros sólo fueron el preámbulo de lo que sería la agrupación. Y es que en lo que a él concierne el origen de todo, el verdadero nacimiento de Belle and Sebastian, ocurrió el día en que conoció a Isobel Campbell, a Bel, el 1 de enero de 1996. “Aunque ya había conocido a todos esos músicos, hubo algo en el encuentro con Bel. Conocer a una chelista que además fuera cantante y escribiera sus propias canciones me pareció la llave. De repente todo tuvo sentido y pareció pertinente”. Así lo cuenta Murdoch en la biografía Belle and Sebastian: Una historia de rock moderna que está por aparecer en México bajo el sello de Metropolitan Ediciones, un proyecto editorial creado hace un par de años por el sello discográfico Mushroom Pillow. Su autor, Paul Whitelaw, dice a Día Siete que trabajó un año en este proyecto que, al final, le permitió plasmar la impredecible trayectoria personal y creativa del grupo, además de la llegada de la violinista Sarah Martin en 1997 y las salidas de Stuart David e Isobel Campbell en los años 2000 y 2002. El primero para continuar su proyecto de música electrónica llamado Looper y Bel para impulsar Gentle Waves, agrupación con la que grabó Green Fields of Foreverland y Swansong for You. Paul se confiesa el primer sorprendido de encontrar que la famosa aversión del grupo a dar entrevistas no resultó un impedimento para concretar el proyecto. Aunque al principio fue su manager Neil Robertson quien se mostró receloso y bastante protector, los músicos colaboraron de

forma muy abierta y cercana durante los 12 meses que duró el proceso de investigación y entrevistas. Paul Whitelaw, Stuart Murdoch, incluso, Belle and Sebastian: diseñó la ilustración de la Una historia de rock portada del libro. moderno. En las páginas de esta Metropolitan Ediciobiografía está narrada la nes, Madrid, 2009, adolescencia de Murdoch 401 p. en el pequeño poblado escocés de Ayr y su afición adolescente por el heavy metal. También están las memorias de su descubrimiento de lo que llama “música nueva” y de los sonidos de The Smiths, la banda que formaron en el Manchester de los ochenta el cantante Morrisey y el guitarrista Johny Mar, y que siempre ha sido una de sus predilectas. Figura la relación entre Isobel y Murdoch, así como los años de universidad en los que el compositor tuvo que lidiar con una enfermedad conocida como fatiga crónica, que lo debilitó, le provocó dolores musculares y problemas de concentración y memoria. Están sus aventuras en California, donde escribió piezas como “Soccer in the Free World” y “Quiet Riot”. Un clásico indie Para Paul Whitelaw no hay duda de que Belle and Sebastian es una de las bandas británicas más importantes de los últimos 20 años y que Stuart Murdoch, sobre todo por su trabajo en los dos primeros álbumes, es uno de los más grandes compositores que ha dado el Reino Unido en la últimas tres décadas. “Es un escritor excepcional”, nos dice. Después de Tigermilk, que promocionaron de boca en boca, la banda firmó contrato con la compañía Jeepster, con quienes –en noviembre de 1996– realizaron su segundo álbum” If You’re Feeling Sinister, que reúne piezas como “Judy and the Dream of Horses”, “Seeing other People”, “The Stars of Track and Field” y “Mayfly”. Es este álbum el que, a decir de Whitelaw, se ha vuelto todo un clásico en la escena de la música indie-pop. La calma melódica de las 10 piezas que lo integran, el ingenio de sus letras y la evidente influencia de la música de los sesenta y del sonido folk lo ha convertido en uno de los favoritos de sus fans. De hecho no hay fan de Belle and Sebastian que no tenga en la gaveta o el librero esa cubierta en rojo intenso que muestra a una joven de perfil. diasiete.com 35

El mismo Stuart Murdoch lo considera la mejor colección de sus canciones, aunque la grabación original no haya sido de buena calidad. Quizá por ello en 2005 la banda presentó una versión en vivo del álbum que fue grabada en el Barbican Centre londinense y que, con una portada color verde limón, se ofreció en exclusiva en la tienda de iTunes. Como el resto de sus fans, Paul Whitelaw tiene ese disco en casa. “If You’re Feeling Sinister es el álbum casi perfecto. No cuenta con una sola canción mala. Todas fueron bellamente escritas y ejecutadas”, nos comenta. ¿Su canción predilecta? “‘Judy and the Dream of Horses’ es una pieza fantástica que, como las canciones iniciales del grupo, tiene una letra divertida y única”.

“Trataron de hacer discos que sonaran distinto... Tenían que experimentar aunque a sus fans no les guste...”

Sonido “triste y bastardo” Desde su nacimiento en 1996, esta banda escocesa ha lanzado siete álbumes. Tigermilk fue el debut que los introdujo en la escena de la música indie. Su tirada fue únicamente de mil vinilos que se agotaron rápidamente por recomendación de boca a boca. Le siguieron en 1996 If You’re Feeling Sinister –que se volvió un clásico–, The Boy with the Arab Strap (1998) y Fold Your Hands Child, You Walk Like a Peasant (2000). También Storytelling (2002) –banda sonora para la película homónima de Todd Solondz–, Dear Catastrophe Waitress (2003) y The Life Pursuit (2006). Han hecho cuatro compilaciones: Lazy Line Painter Jane (2000), Push Barman to Open Old Wounds (2005), Late Night Tales (2006) y The BBC Sessions (2008). Entre sus piezas de mayor éxito están “Dog on Wheels”, “I’m a Cuckoo”, “Funny Little Frog”, “Legal Man”, “Expectations”, “Piazza” y “New York Catcher”, las dos últimas incluidas en el soundtrack de la cinta Juno. 36 día siete 480

Paul recuerda que esa fue la primera pieza que escuchó de la banda y que se la topó en la radio. Tenía 21 años. El impacto que le provocó fue tal que a la mañana siguiente salió en busca del álbum a la tienda de discos más cercana. En principio pensó que se trataba de algún nuevo material de Donovan, el guitarrista escocés que ha marcado a tantas generaciones con su música, pero descubrió que se trataba de una nueva agrupación y se volvió su fan de inmediato. Desde entonces, no ha dejado de seguir sus pasos.

Un año después de If You’re Feeling Sinister apareció una serie de EPs que sirvió para consolidar el famoso sonido bellandsebastiano a través de Dog on Wheels –que reúne cuatro demo tracks grabados antes de la formación de la banda–, Lazy Line Painter Jane y 3..6..9 Seconds of Light. En 1998 se dio a conocer el tercer álbum de la banda: The Boy with the Arab Strap, con el que alcanzaron algunas de sus mejores críticas. Le siguieron Fold your Hands Child, you Walk Like a Peasant y Storytelling. La transformación Hay quienes dicen que Belle and Sebastian fue la perfecta indie band. Ellos mismos produjeron su primer álbum y todos dejaron sus trabajos para dedicarse exclusivamente a la música en cuanto su fama y popularidad se incrementó. El que pocas veces dieran entrevistas o se dejaran fotografiar ayudó a generar un ambiente de misterio y enigma en torno a ellos, que se complementó con el hecho de que su líder, Stuart Murdoch, fuera el encargado de una iglesia. Pero todo esto cambió. Murdoch ya no es el encargado de ningún templo y todos los miembros de la banda son bien conocidos en la prensa. Tampoco está Bel. ¿Perdieron el rumbo? No, en opinión de su biógrafo. Simplemente se transformaron. Pasaron de una música plena de influencias de los años sesenta y del folk a un sonido mucho más colorido. Con más guitarra eléctrica e instrumentos. “Trataron de hacer discos que sonaran distinto a lo que habían hecho antes. Tenían que experimentar aunque a muchos de sus fans no les guste el camino que han tomado”.

En 2002 la banda abandonó Jeepster Records y se incorporó a Rough Trade Records con quienes, un año después, difundieron Dear Catastrophe Waitress, en el que muestran un sonido mucho más elaborado. El disco fue producido por Trevor Horn y muestra una variedad melódica única. El sencillo I´m a Cuckoo se volvió su pieza más popular. En el 2005 apareció la compilación Push barman to open old wounds –disco que recoge temas que aparecieron en EPs previos– y en 2006 salió al mercado The Life Pursuit, hasta hoy su último álbum. Con los nuevos sonidos han llegado nuevos seguidores y también nuevo críticos. Algunos de los primeros fans han desertado. Se han ido conforme se incrementa la popularidad de la agrupación. Quizá, como dice Paul Whitelaw, les gustaría que Belle and Sebastian siguiera siendo su pequeño y privado secreto y que, como sucedió con Tigermilk, sus álbumes mantuvieran una difusión discreta, de boca en boca, como al principio. “Desafortunadamente tienen que compartir ese secreto con otras personas y aceptar que si el grupo decide que es hora de pasar a otra cosas. Ese es su derecho y privilegio”, concluye el biógrafo. •

foto: metropolitan ediciones

Related Documents

Belle And Sebastian
June 2020 12
Belle Teal
June 2020 24
Belle Bcorr
May 2020 10
Branding Belle
November 2019 18
Sebastian Martinez
May 2020 10

More Documents from ""

Saatchi
April 2020 17
Belle And Sebastian
June 2020 12
Piratas_somalia
April 2020 11
Holmes1-3
May 2020 7
2008obras_zaha
April 2020 8
Design
April 2020 23