Columna: De la mano de Dios Artículo para el domingo 19 de julio de 2009 P. Miguel Arce Sacerdote Las Raíces cristianas de Arequipa Hace un tiempo una pareja de esposos me preguntaron: “¿conviene seguir siendo católicos o mejor nos cambiamos a una Iglesia Evangélica?” La pregunta era muy válida: meses atrás ellos se habían separado, después de 25 años de casados, y su reconciliación había ocurrido porque se acercaron a Dios. Pero lo sorprendente era que quienes intervinieron no fueron personas de su propia Iglesia –la católica- sino personas de una iglesia cristiana. Todo fue milagroso, y ante tal contundencia, querían saber si cambiarse a la iglesia de quienes les habían ayudado. Este recuerdo es oportuno. Hoy se inicia el Año Jubilar por los 400 años de la Arquidiócesis de Arequipa y cabe preguntarse por nuestra identidad cristiana. Hay que recordar varias cosas. Primero, que la mayoría de los arequipeños somos católicos. Segundo, que hay muchos buenos hermanos nuestros que son de otras confesiones cristianas. Tercero, que esto no nos desune sino que nos une, pues todos los arequipeños tenemos raíces cristianas –aunque a algunos “modernos” no les guste- y esto está validado por nuestra historia. Dicho esto, vamos a agradecer a Dios por la fe que tenemos y por todos nuestros predecesores católicos. Gracias a ellos podemos tener sensatez, una vida con valores, ser ejemplo de solidaridad, etc., en un mundo en el que muchas veces esto falta. Somos privilegiados. El mundo “desarrollado” va por otro camino: el relativismo. El presidente de los Estados Unidos, el señor Obama, afronta los temas controversiales -como el aborto, los gays, etc.- no como una oportunidad de discusión seria en busca de una verdad consistente y según ello tomar decisiones, sino que adopta la posición del que piensa que “como es imposible hacer coincidir los distintos pareceres de la gente, entonces mejor evitar las discusiones y aceptar todo a todos, o lo que la mayoría quiera”. La verdad viene de Dios –de la fe- y del trabajo humano, científico o no. De un fin mayor. En el ambiente relativista todo se puede inclinar un día en un sentido y al día siguiente se puede inclinar en sentido opuesto, y no pasa nada. Quedémosnos en agradecer la fe, en vivirla y transmitirla a nuestros hijos, a la vez que salgamos a defenderla de los ataques que se levantan. Volvamos al principio: ayudemos a nuestras familias, a nuestros matrimonios, y entonces seguiremos siendo lo que somos. Quien no se dé por enterado, entonces es que necesita de nuestras oraciones y ayuda.