Boletín del Club de Lectura EL GRITO. Temporada 6. Número 79
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Varios autores Los mejores relatos de terror Los mejores relatos de terror es una selección de narraciones geniales que, manejando con precisión la compleja maquinaria que da la vida a un buen cuento, atrapan y mantienen en vilo al lector, con esa tensión que solo maestros del genero como E.A. Poe, T. Gautier, A. Bierce, W.W. Jacobs, H.G. Wells, A. Machen, H.Quiroga y H.P Lovecraft dominan. El terror y el misterio ocultos tras lo desconocido, las sensaciones inexploradas que acechan entre aquello que escapa a la razón, los pánicos privados surgirán de manera imprevista y definitiva. Contiene los siguientes relatos: Edgar Allan Poe - El Extraño caso del señor Valdemar Theophile Gautier - La muerta enamorada Ambrose Bierce - Un habitante de Carcosa W. W. Jacobs - La pata de mono H.G. Wells - La verdad acerca de Pyecraft Arthur Machen- Vinum Sabbati Horacio Quiroga - El Almohadón de plumas H.P. Lovecraft - La decisión de Randolph Carter
Uno de los rasgos característicos de Edgar Allam Poe en su tratamiento del terror consiste en la mezcla de elementos terroríficos en sí mismos con otros que producen el mismo efecto por vía indirecta. En sus relatos puede advertirse todo el arco de posibilidades y modos que tuvo Poe de acercarse a la literatura de terror: espacios cerrados, amores fúnebres, mares tenebrosos, tumbas, cadáveres, sangre y esa típica opresión psicológica que procede de lo extraordinario, es decir, de lo que está más allá de los sentidos, de toda naturaleza, de cualquier lógica.
Téophile Gautier, el insigne pintor, poeta, novelista y viajero (no olvidemos la pintoresca y romántica visión de España que legó al mundo) a quien Baudelaire tuvo el buen gusto de dedicar Las flores del mal, sentó las bases de la novela arqueológica al describir con una documentación y minuciosidad exhaustivas la vida en el antiguo Egipto, en los tiempos que precedieron al éxodo del pueblo judío cautivo de los faraones.
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Ambrose Gwinnett Bierce (18421914?) dedicó buena parte de su carrera literaria al periodismo satírico, así como a escribir relatos de terror que le aseguraron un lugar destacado en la historia de la literatura norteamericana como un consumado maestro del humor negro. Su participación como romántico voluntario en la Guerra Civil Americana, en cuyos horrores y sangre chapoteó hasta caer malherido en la batalla de Kennesaw Mountain, le inspiró una serie de relatos que recopiló años más tarde en uno de sus libros más conocidos, Cuentos de soldados y civiles (1891). Esta experiencia traumática impresionó al joven Bierce de tal modo que su carácter se tornó pesimista y misántropo, y su humor, siniestro y cruel, al punto de ganarse el apodo de «Bitter Bierce». Tras abandonar el ejército en 1866, se instala en San Francisco, donde comienza a colaborar en diversos diarios, sobre todo en el New Letters –periódico que llegó a dirigir de 1868 a 1872 – y el Argonaut, en cuyas páginas publicó una serie de definiciones satíricas que posteriormente reuniría en su famoso El Diccionario del Diablo (1906). A los setenta años, agobiado por el asma y hastiado de la vida, Bierce decide viajar a México, que estaba en plena revolución. Nunca más se supo de él, la fecha de su muerte se desconoce.
William Wymark Jacobs nació en Londres el 8 de septiembre de 1863, y aunque hoy es recordado sobre todo por ser el autor de «La pata de mono» – una pieza perfecta
e irrepetible de la literatura de terror, donde la premonición y la fatalidad interpretan una desenfrenada danza macabra–, fue considerado en su tiempo como el mejor escritor de humor en lengua inglesa. Sus primeros trabajos aparecieron publicados en la modesta revista Blackfriars Magazine. En 1896 aparece su primera colección de historias cortas, Many Cargoes, y se convierte en un éxito inmediato. La crítica coincidía en que el nuevo autor sabía administrar a la perfección la dosis justa de emoción en sus cuentos.
Aunque cultivó extensamente el periodismo, la sociología y la historia, H.G. Wells debe su reconocimiento universal a su labor novelística, especialmente a sus obras de anticipación científica como La máquina del tiempo, La guerra de los mundos, Los primeros hombres en la Luna, La isla del doctor Moreau, etc. De su basta producción, se siguen leyendo con placer sus colecciones de relatos cortos, como La historia de Plattner y otras narraciones (1897), Cuentos del Espacio y el Tiempo (1899) o Doce historias y un sueño (1906).
A caballo entre el relato de aventuras y el cuento de horror cósmico, la obra de ARTHUR MACHEN (18601947) constituye un precedente inmediato del género de terror cultivado por la escuela de los Mitos de Cthulhu.
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Autor de una docena de títulos (en los que, según H. P. Lovecraft, "los elementos de espanto soterrado llegan a adquirir una sustancia y una agudeza realista casi incomparables"), Machen dio un nuevo rumbo al relato fantástico, incorporando a la imaginación elementos procedentes del pasado romano y de los misterios celtas de su Gales natal.
Horacio Quiroga nació en Salto (Uruguay) el 31 de diciembre de 1878. En su juventud viajó a París y participó de la vida literaria y bohemia de Montevideo, hasta que un desgraciado accidente -provocó la muerte de su mejor amigo en un duelo- le indujo a abandonar Uruguay y buscar refugio en Argentina. Acosado por el fantasma de la locura, comenzó entonces un largo peregrinaje a través de la vida y el delirio fue colono, junto con Lugones, en la región selvática de Misiones, maestro, cultivador de algodón en el Chaco, industrial del carbón y funcionario del consulado uruguayo- que culminó en las primeras horas de la mañana del 19 de febrero de 1937 cuando, víctima de un cáncer incurable, se dio muerte con cianuro en la habitación de un hospital de Buenos Aires. Al igual que Poe, su maestro, Horacio Quiroga pertenece a esa clase de narradores cuya corriente emocional adquiere su grado de máxima tensión en el cuento breve "de efecto", que participa de los elementos característicos del cuento oral, donde la intensidad argumental -la capacidad de absorber la atención del lector- sigue una línea ascendente que se libera con el impacto final.
"Si se debiera juzgar el valor de los sentimientos por su intensidad, ninguno tan rico como el miedo», decía Quiroga. El horror que contienen los cuentos reunidos en la presente antología, no es un mero procedimiento mecánico descubierto en las narraciones de Poe y reflejado con mayor o menor fortuna verbal. Como Poe, Quiroga descendió a los infiernos y el horror y la crueldad se instalaron en su propia vida."
H.P. Lovecraft (1890-1937) ha pasado a la historia de la literatura fantástica como el creador del relato de terror contemporáneo, en el que al elemento sobrenatural se añaden visiones oníricas, motivos de antiguas leyendas mitológicas y la elaboración de temas específicos de la ciencia ficción. En sus narraciones se oculta bajo la realidad cotidiana un universo de horror cósmico poblado por seres abominables, fuerzas ocultas y terrores antiguos nunca superados por el hombre. Los nueve relatos recogidos en esta antología dan cuenta de la originalidad y variedad de su obra. H. P. Lovecraft (1890-1937), creador de mundos imaginarios y de inolvidables relatos de “horror cósmico”, es uno de los autores de referencia de la literatura fantástica, siendo uno de los grandes renovadores de este genero en el siglo XX.
Hitos del género http://es.wikipedia.org/wiki/Cuento_de_terror
El gato negro, La caída de la casa Usher, El corazón delator, de Poe. El horror de Dunwich, La sombra sobre Innsmouth, de Lovecraft. El Horla, de Maupassant. Un terror sagrado, La ventana tapiada, de Ambrose Bierce. El rincón alegre, de Henry James. *El enemigo, de Chejov. Té verde, de Sheridan Le Fanu. El armario, de Thomas Mann. La pata de mono, de W. W. Jacobs. Silba y acudiré, de M. R. James. El guardavías, de Dickens. Las ratas del cementerio, de Henry Kuttner. Una rosa para Emily, de Faulkner. Luvina, de Juan Rulfo. El médico rural, de Kafka. Las hermanas, de Joyce. El fumador de pipa, de Martin Armstrong. El burlado, de Jack London. Vinum Sabbati ( o El polvo blanco), El gran dios Pan, de Arthur Machen. Janet, cuello torcido, de Stevenson. El Wendigo, de Algernon Blackwood. La casa del juez, de Bram Stoker. Casa tomada, de Julio Cortázar. La balsa, de Stephen King. Ligeia, Berenice, El retrato oval, La verdad dobre el caso del señor Valdemar de Poe. El ser en el umbral, El que susurra en la oscuridad, La sombra fuera del tiempo, La llamada de Cthlhu, Las ratas en las paredes, El Sabueso, de Lovecraft. La noche, de Maupassant. La cosa maldita, Un habitante de Carcosa, de Ambrose Bierce. La renta espectral, Sir Edmund Orme, de Henry James. Schalken el pintor, El fantasma de la señora Crowl, de Sheridan Le Fanu. El conde Magnus, El maleficio de las runas, Panorama desde la colina, Mr. Humphreys y su herencia, El diario de Mr. Poynter, Los sitiales de la catedral de Barchester, El grabado, de M. R. James. El pueblo blanco, El sello negro, La pirámide resplandeciente, N, de Arthur Machen. Olalla, El ladrón de cadáveres, de Stevenson. Los sauces, Antiguas brujerías, Descenso a Egipto, de Algernon Blackwood. La habitación de la torre, de E. F. Benson. El hijo, El espectro, El
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almohadón de plumas, La gallina degollada, de Horacio Quiroga. Circe, Cartas de mamá, La noche boca arriba, Las babas del diablo, de Julio Cortázar. Crouch End, Soy la puerta, A veces vuelven, de Stephen King. La novia, de M. P. Shiel. Aura, de Carlos Fuentes. La trama celeste, En memoria de Paulina, de Adolfo Bioy Casares. La puerta en el muro, de H. G. Wells. ¿Qué es esto?, de Fitz James O'Brien. La nave abandonada, La nave de piedra, de William Hope Hodgson. El vampiro, de John William Polidori, El osito de felpa del profesor, de Theodore Sturgeon. Los veraneantes, de Shirley Jackson. El joven Goodman Brown, La hija de Rappaccini, de Nathaniel Hawthorne. John Barrington Cowles, de Arthur Conan Doyle. La marca de la bestia, La extraña cabalgada de Morrowbie Jukes, de Rudyard Kipling. El beso, de Gustavo Adolfo Bécquer. La araña, de H. H. Ewers. Porque la sangre es vida de F. Marion Crawford. Vera, de Villiers de L´Isle-Adam. La familia del vurdalak, de Alekséi Nikoláyevich Tolstói. Hijo del alma, de Emilia Pardo Bazán. El jardín del Montarto, Era una presencia muerta, de Noel Clarasó. El grano de la granada, de Edith Wharton. El olor, de P. McGrath. Ovando, de J. Kincaid. Mirad allí arriba, de H. Russell Wakefield. El patio, La tercera expedición, Los hombres de la Tierra, de Ray Bradbury. Lord Mountdrago, de William Somerset Maugham. Bethmoora, La oficina de cambio de males, de Lord Dunsany. La tía de Seaton, De profundis, de Walter de la Mare. Los perros de Tíndalos, de Frank Belknap Long. La reina muerta, de R. Coover. El papel amarillo, de Charlotte P. Gilman. El valle de lo perdido, de Robert E. Howard. El escultor de gárgolas, El final de la historia, de Clark Ashton Smith. Voces quedas en Passenham, de T. H. White. Los cicerones, de Robert Aickman. Fullcircle, de John Buchan. Et in sempiternum pereant, de Charles Williams. El monje negro, de Antón Chéjov...