Letras de los mejores tangos 1. Las letras de tango. 2. El estilo de las letras. 3. Los temas de las letras. 4. Danza y letra. 5. Literatura en las letras de tango 6. Las letras descienden del cuplé 7. Tango y literatura
Las letras de tango Acerca de la literatura tanguera escribio el mismo Borges, hace casi cincuenta años: "De valor desigual, ya que notoriamente proceden de centenares y millares de plumas heterogéneas, las letras de tango que la inspiracion o la industria han elaborado, integran, al cabo de medio siglo, un casi inexplicable corpus poeticum que los historiadores de la literatura argentina leerán o, en todo caso,vindicarán. Lo popular, siempre que el pueblo ya no lo entienda, siempre que lo hayan anticuado los años, logra la nostálgica veneracion de los eruditos y permite polémicas y glosarios; es verosímil que hacia 1990 surgiera la sospecha o la certidumbre de que la verdadera poesía de nuestro tiempo no está en La urna de Banchs o en Luz de provincia de Mastronardi, sino en las piezas imperfectas y humanas que se atesoran En el alma que canta. Una culpable negligencia me ha vedado la adquisición y el estudio de ese repertono caotico, pero no desconozco su vanedad y el creciente ámbito de sus temas."
El estilo de las letras Gustavo Adolfo Bécquer escribió que el estilo es "el anillo que sujeta el mundo de la forma al mundo de la idea", metáforas aparte, desde el punto de vista literario el estilo es la manera de escribir o de hablar peculiar y privativa de un escritor o de un orador. Para los lingüistas el estilo es relativamente libre en su desarrollo, siempre que se respete la corrección gramatical y la obra tenga un sentido claro. los estudios estilísticos engloban todos los aspectos de la lengua: sonidos, formas, palabras, construcciones..., elementos que se prestan, cada uno de ellos, a juicios de valor, al hacer valoraciones cualitativas se analiza la personalidad del autor, su ingenio, el tono empleado - bajo, medio, elevado o sublime -, la manera de expresarse que determina que el estilo sea familiar, vulgar, cultivado, refinado u oratorio; los aspectos del pensamiento o del sentimiento que lo hacen analítico, abstracto, figurado, poético, intelectual o afectivo; los medios usados que permiten calificar el estilo de rico o pobre, arcaizante o innovador, variado o monótono, y de
las libertades que se toma el creador para expresar el pensamiento con factores como exageración o atenuación, rigor o fantasía, subterfugio y sugestión. Si esas definiciones generales descienden a esferas más concretas, por el tema y el contenido el estilo puede ser hermoso, sublime, gracioso, patético, delicado, dramático, lírico o humorístico; por la construcción y extensión de las frases puede ser definido como cortado o periódico; por su adecuación temporal cabe reconocerlo como antiguo, moderno o contemporáneo. La enorme cantidad de letras de tango existente, su evolución y la diversidad de temas tratados conduce a que sea posible encontrar todas las características estilísticas enumeradas. Aunque los estilistas encontrarán poco respeto a la corrección gramatical, en las grandes ciudades del río de la plata, el aluvión inmigratorio proveniente del extranjero y del campo generó una muy particular forma de hablar el castellano. son suficientemente conocidas la sustitución del tu por el vos ´ del vosotros por el ustedes, ´ el cambio en la acentuación y conjugación de los verbos. por ejemplo, tú puedes se transforma, en el habla cotidiana de la región, en vos podes y vosotros comenzáis se convierte en ustedes comienzan, a lo anterior debe agregarse que el castellano rioplatense adoptó innumerables términos de ascendencia indígena, portuguesa, de otras naciones europeas, y también, formas de decir incorrectas provenientes de España, sobre todo de Andalucía. Hasta hace pocos anos, los escritores y los periodistas se cuidaban, mucho, de respetar estrictamente las reglas de la real academia española, pero en la charla coloquial empleaban la versión rioplatense, solamente los letristas de tango, los poetas gauchescos y algunos periodistas que escribían artículos costumbristas en lunfardo trasladaban al papel las violaciones gramaticales. Actualmente éstas ya han invadido los espacios radiofónicos y televisivos, en las letras de tango, además, debe considerarse que los autores no sólo adaptaron el lenguaje popular y modificado de argentinos y de uruguayos sino que además agregaron a muchas de sus obras el lenguaje lunfardo, entonces difícilmente su estilo puede resistir un mínimo análisis bajo la lupa académica. Quizá por esta dificultad las clasificaciones estilísticas de las letras de tango terminan considerando más los temas y los conceptos que otros elementos, porque, en definitiva, el tango emplea otro idioma, que se parece al español pero que no lo es totalmente, incluso para un porteño o un montevideano poco empapado en el ambiente tanguero, que los hay, resulta difícil comprender muchas letras. Piénsese sólo en las formidables versiones en lunfardo de Edmundo Rivero: son para "entendidos". Los temas de las letras Como Vidart tenía en preparación una obra sobre la sociología del suburbio rioplatense, en el tango y su mundo adelantó una clasificación de las letras por temas. Aunque muy esquemática por ese motive, la clasificación quedó plasmada en una lista dividida en diez puntos con numerosas subdivisiones. Cualquiera de éstas subdivisiones podría dar origen a un tratado, por su valor, y como exponente de la riqueza temática de la música ciudadana rioplatense, se brinda íntegramente, sería muy difícil encontrar un análisis más complete. las palabras en cursiva, casi todas ellas pertenecientes al lunfardo, están así en el original. 2
El tema campesino, paisajes y personajes de la vida rural; el mundo erótico; el duelo criollo; la filosofía y el saber del sol. El tema orillero. la presencia suburbana: las orillas, el barrio, el arrabal; la evocación del barrio, personajes pintorescos (el italiano en el tango y en la realidad sociodemografica, etc.); el bailongo; tipología orillera y arrabalera: taitas, inicas, lunfas; la heráldica orillera: el sunyi, el puñal, los leoner, el farolito, el patio del conventillo, las esquinas, el boliche, el bulin, la catrera, etc. El tema urbano. calles de la ciudad; sucesos de la ciudad; arquetipos humanos de la ciudad; el puerto y su mundo (los muelles, las cantinas, los personajes; la evocación melancólica de la ciudad). El tema amoroso (el tango sentimental). el amor fiel: la madre, la novia, el "dulce hogar", los hijos; la pena de amor; la traición de amor (actitudes ante el espiante): traición y venganza, traición y perdón, traición y nostalgia, traición y regocijo, traición y alcoholismo; la seducción; el abandono; amor y amistad. El ambiente. tipología femenina: el auge milonguero y la brevedad de la gloria, la década, la mujer galante y su secuela; tipología masculina: el bailarín compadrito, el muchacho rana, el mujeriego, el canfli, el bacán, el otario, el miché, el caralisa, el guapo venido a menos, la vejez del "calavera". El tema satírico (el tango cachada). crítica de costumbres; crítica de personas y caricaturas de caracteres; crítica de rituales (sic) vitales. el tema lúdico. los prototipos: el escolaseador, el burrero, el quinielero, etc., la timba: naipes, carreras, quinielas, ruleta; los deportes: el fútbol, el box. El tema filosófico (el tango weltauschaung). filosofía general de la vida y sus concomitantes psicológicas: amargura, tristeza, dolor; cinismo; destreza y cancha; agresividad, guaranguería; despecho; desengaño; indiferencia; olvido; soledad. Actitudes ante la muerte. valorización del presente: el carpe diem y la axiología cotidiana. evocación del dorado ayer: nostalgia, recreación, retorno. presencia y ausencia de dios. El tema social. explotados y explotadores; miseria y hambre; la huelga; la gayola. El tango como tema. Jorge Luis Borges dijo que con las letras de tango se podía crear otra comedia humana, al estilo de honoré de Balzac. es una feliz afirmación del genial escritor argentino, porque es casi imposible imaginar un tema, uno solo, referido a las peripecias humanas que no han sido tratado por alguna letra de tango. desde los hechos cotidianos y familiares hasta los más graves problemas sociales, pasando por la descripción de virtudes y defectos de hombres y mujeres, dolores y alegrias, toda la vida en suma, tiene un lugar en la sensibilidad de los poetas del tango. La evolución instrumental del tango estuvo muy condicionada por sus orígenes en humildes lugares y hasta por la verdadera proscripción que sufrió durante mucho tiempo no sólo entre las capas altas de la sociedad rioplatense, sino también en las clases medias y a un en sectores del proletariado, de donde provenía. los primeros músicos se ganaban la vida yendo de un lado a otro, de un bar a un prostibulo, de una feria popular a un peringundin o de un cumpleaños en 3
un conventillo a una sala de baile dominguera. esto determinaba la naturaleza de los instrumentos: debían ser portátiles, de fácil traslado, ya sea caminando o en tranvía. DANZA Y LETRA Daniel Vidart recuerda que "si bien es cierto que desde un principio los tangos tuvieron letra, puede concederse que en las primeras épocas éstas formaban el copete secundario y verbal de una música denominadora y caudalosa". Con el paso del tiempo -agrega el autor-, "lo que era preponderantemente una expresión coreografica del alma orillera busco otro centro de gravedad: hizo de la letra un carozo significativo y lo retobó con la carnadura de un fruto musical". Este proceso tiene dos interpretaciones. Para Cátulo Castillo, cuya posición explica Vidart, ese desplazamiënto interno del énfasis del tango obedeció a motivos técnicos: "El tango de la Guardia Vieja era juguetonamente trenzado por instrumentos ágiles. Violines veloces, flautas agudas, arpas galopantes y guitarras livianas integraban aquellas orquestitas de incansables ejecutantes y el tango brotaba entonces picado como el trote de un cuzco callejero y vivaz como el taconeo de un compadrito. La letra era solamente una capa traviesa y adjetiva. Pero cuando el bandoneon y la orquesta se hacen presente con estudiado fraseo, la palabra cantada encuentra entonces campo propicio. A tangos lentos y morosos, letras pachorrientas, versos alejandrinos y discursos deliberados". Para confirmar este razonamiento se comparan las letras de La morocha, de Angel Villoldo, y Atenti pebeta, de Celedonio Flores. La primera, como dice Vidart, tiene una ingenuidad orillera: Yo soy la morocha, la más agraciada, la más renombrada, de esta población. La segunda, en cambio, "echa a rodar las dilatadas sílabas de su consejo rufianesco". Cuando estes en la vereda y te fiche un bacanazo, vos hacete la chitrula y no te le deschavés, que no manye que estás lista al pimer tiro de lazo, y que por un par de leones bien planchados te perdes. En este proceso, el tangocanción desplaza o se pone a la par del tango-danza. Vidart, sin embargo, no comparte esta posición. Incluso piensa que el proceso fue al revés: "La música se hizo más pausada para escuchar a la palabra y el instrumento se adaptó a la voz humana". Para este estudioso la explicación es simple. "Cuando el pueblo rioplatense comprobó que el tango era su alter ego artístico volcó en el todas las potencias simbolicas de su expresividad. La mímica y la palabra, el gesto y el pensamiento oralmente manifestado, son los medios primarios por los cuales el hombre hace a los otros hombres inteligible su ser. [...] Dentro de la modesta escala del tango sucedió lo mismo. Maduro como danza, como gesto, tuvo que apelar a la cancion impresa para senir de vehículo al espíntu popular. Los letristas (jamás se los llamó poetas) fueron personajes surgidos de ese mismo pueblo o albaceas instruidos -no seria correcto hablar de intermedianos 'cultos'- que desde el primer instante se identificaron con las virtudes, los defectos y las apetencias de las multitudes bonaerenses y montevideanas. La letra, publicada con la música, fue la culminación previsible de 4
un proceso orgánico que en vez de desnaturalizar al tango-danza lo confirmo de manera definitiva y eficaz". La polémica entre ambas posiciones no tiene mucho sentido porque la histona de muchos tangos les da razón a ambas... o a ninguna de las dos. Hay obras que evolucionaron,y hasta tuvieron sucesivos nombres, con la transformacion instrumental de los antiguos trios y, sobre todo, con la incorporación del bandoneón y del piano. El tango picado, o "picadito" como gustan decir los nostalgicos de la Guardia Vieja, dejó paso a formas con más contenido melódico, incluso en las distintas versiones de una misma obra. Tambien hubo tangos que tuvieron diferentes letras, circunstancia estimulada por la ausencia de grabaciones, o que directamente no tuvieron letra. Asimismo hubo letras que fueron anteriores a la musica, tomadas de obras de poetas populares y para las cuales se compuso especialmente la música. Además, las letras en algunos casos pudieron evolucionar por las transfomaciones instrumentales, pero es igualmente verdad que las condicionaron. El estilo de La morocha dejó campo libre al de Atenti pebeta no sólo porque la orquesta típica cambió y agrego instrumentos, sino también porque la sociedad se urbanizó y cosmopolitizó. El aire campesino que aún perduraba en las composiciones de Villoldo terminó siendo ahogado por la gran ciudad. Quizá lo correcto sea superar y obviar el debate y reconocer que hubo evoluciones musical, instrumental y poética que corrieron simultaneamente e integradas, dependientes unas de otras.
Literatura en las letras de tango Como un golpe de dados que jamás abolirá el azar, son infinias las letras de tango y sus concomitancias con la historia Espiritual de nuestro pueblo. En lo que va del siglo -y aun antes también, cuando el tango se pergeñaba como el que ahora conocemos- no hay refrán, dicho popular o simplemente un verso que no tuvieran relación estrecha y honda con nuestro quehacer nacional. Y aunque los exégetas agoten con buena fortuna los diez o quince poetas más destacados o el repertorio más sabroso e incalculable, y al mismo tiempo encubran a centenares o millares de autores a mansalva, jamás se podrá confeccionar un catálogo ejemplar. Las letras de tango, como poesía, parafraseando a Víctor Hugo, son el eco íntimo y secreto de ese canto que responde en nosotros al canto que está fuera de nosotros. Porque la cuestión no radica en comenzar con Pascual Contursi y olvidar todo lo anterior, y llegar estruendosamente hasta la fecha actual. Mitología de mitología, épica y canciones, epopeya que debemos enfocar con una vasta literatura oral que escapa al ámbito rioplatense, si ése es el lugar de su gestación y desarrollo, dialogo del hombre con su tiempo, como dijera Antonio Machado acerca de toda su poesía. 5
INTERROGANTES Las letras de tango se proponen y articulan como una narrativa singular y es válido, entonces, el interrogante que alguna vez lanzara Macedonio Fernández, en uno de sus tantos golpes dados: "¿Puedo combinar una prosa que despierte en igual grado y orden los sentimientos que cada compás va suscitando en una música?". El olvido también hace y deshace historia. Muy pocos recuerdan o fingen no recordar que antes que los hermanos Bates y los empedernidos estudiosos del tango pulularan con sus informes detallistas en torno a nuestra música popular, Jorge Luis Borges escribió un libro breve sobre Evaristo Carriego y que uno de sus capítulos lo tituló, ni más ni menos: "Historia del tango". "En el prólogo de las sátiras -decía Borges con audacia- Juvenal memorablemente escribió que todo lo que mueve a los hombres –el deseo, el temor, la ira, el goce carnal, las intrigas, la felicidad- sería materia de su libro. Con perdonable exageración podríamos aplicar su famoso "quidquid agunt homines", a la suma de las letras de tango" También podríamos decir que éstas forman una inconexa y vasta "comedie humaine" de la vida de Buenos Aires. Es sabido que Wolf, a fines del siglo XVIII, escribió que "La Ilíada", antes de ser epopeya, fue una serie de cantos y rapsodias; ello permite, acaso. la profecía de que las letras de tango formarán, con el tiempo, un large poema civil o sugerirán a algún ambicioso la escritura de ese poema. VATICINIOS A pesar de lo mucho hablado y escrito por Borges, casi con rechazado amor por el tango, siempre admitió tácitamente la existencia de una literatura oral que, a él se le escapó o se le escapaba de las manos; y es que Borges se debía a otro Borges y a un destino ya sentenciado por Epicuro:'Jamás he buscado gustar a la mayoria; lo que en realidad les gusta yo no lo conozco y lo que en cambio yo sé, ellos no son capaces de comprenderlo". Es justo, entonces, dar a Borges lo que es de Borges y a las letras de tango su verdadera dimensión, como el mismo Borges se encargara de vaticinar. "De valor desigual, ya que proceden notoriamente de centenares y millares de plumas heterogéneas, las letras de tango que la inspiración o la industria han elaborado. integran, al cabo de medio siglo, un casi inexplicable 'corpus poéticum' que los historiadores de la literatura argentina leerán o, en todo caso, vindicarán. Lo popular, siempre que el pueblo ya no lo entienda, siempre que lo hayan anticuado los años, logra la nostálgica veneración de los eruditos y permite polémicas y glosarios; es ve-rosímil que hacia 1990 surja la sospecha o la certidumbre de que la verdadera poesía de nuestro tiempo no está en 'La urna', de Banchs o en 'Luz de provincia', de Mastronardi, sino en las piezas imperfectas y humanas que se atesoran en'El alma que canta'."
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Las letras del tango descienden del cuplé. La letra del tango desciende del cuplé. Por eso, las que se consideraban las primeras letras comienzan todas con ´Yo soy...". "La morocha" no es otra cosa que un cuplé acriollado, un cuplé pampeano. A partir de Villoldo, los letristas hacen cuplés de compadritos. "Yo soy el taita más guapo...". Después, aparecen otros tipos de cuplé, los cuplés malevos, los de canfinfleros; ésas eran las cosas que cantaba el viejo Gobbi. Pascual Contursi, aún anntes de "Mi noche triste", introduce el sufrimiento, las desdichas de la vida. Así, aparecen por primera vez en el cuplé las penas y los lamentos. A partir de Contursi comienza la cosa. Lo más importante de Pascual Contursi es que cambió la estructura literaria de lo que hasta entonces se cantaba como tango. De la primera persona del cuplé (Yo...) pasó a escribir en segunda persona ("Percanta que me amuraste")y profundizando el cambio introduce el tema narrativo, que algunos llaman argumento, escrito en tercera persona. Después de Contursi, llegó Celedonio Flores, que tenía una cultura más amplia. Su poesía es de un tono sobrador. La filosofia que encierra su tango "Mano a mano" no tiene nada que ver con el lamento de Contursi en "Mi noche triste". Las letras de Celedonio son más bien conversadas, chamuyadas. José González Castillo, el padre de Cátulo, tiene algunos temas bellísimos ("Griseta". "Silbando". "Sobre el pucho" y ya a mediados de la década del veinte aparecen Enrique Santos Discépolo, Homero Manzi y Enrique Cadícamo. Discépolo fue totalmente original. Tenía un temperamento tremendista. Golpeaba al oyente. ("La gente que es brutal cuando se ensaña", decía). Fue una especie de profeta bíblico del suburbio, con gran riqueza de metafofora. Homero Manzi aportó al tango cultura, lenguaje, imaginación y capacidad para escribir. Idealiza y sus vivencias las convierte en pasado. Enrique Cadicamo posee un extraordinario oficio de letrista con incursiones felices en la poesía. Es grande, además, por la diversidad de temas que toca. Fue un atento lector de modernistas, primero; y de los surrealistas, después. En 1926, publicó un libro de poesías que tituló "Canciones grises", donde mostró una clara influencia de Evaristo Carriego y de Paul Verlaine. Después, volvió a la poesía de tono coloquial porteño. Cátulo Castillo fue también un óptimo letrista. En él se dieron muchas cosas surrealistas. Metáforas como'Cerrame el ventanal/ que asoma el sol", impusieron una línea que después profundizó Homero Expósito. La obra de Expósito está siendo revalorizada cada vez más. Acaso porque avanzó demasiado. Llevó la retórica a la sensibilidad popular. Fue tremendamente auténtico y su mérito es el de haber enriquecido un caudal letrístico que ya estaba medio anquilosado. Esa línea surrealista que trazaron Cátulo Castillo y Homero Expósito llegó a su esplendor con Horacio Ferrer, que metió las golondrinas en el motor o baleó con rosas. Eso venía de Manzi.
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Sabato, tango y literatura. La estrecha relación con el tango que poseen los personajes de la novela " Sobre heroes y tumbas". Muchos ejemplos documentan la interactiva presencia del tango en la literatura. Pertenece al tango esa obsesiva visión retrospectiva. Ernesto Sabato(1911) fue promotor de un libro sobre el tango: "Tango-Discusión y clave". No obstante, resulta más interesante y fructuoso rastrear los nexos no declarados y acaso no queridos, en las tupidas páginas de su novela "Sobre héroes y tumbas". En este libro descuella la presencia de la ciudad tentacular, una continua exasperación de la memoria y la protagonista descripta como "princesa-dragón", como "rosafango", es una mujer de tango refinada. En efecto, la Alejandra de Sabato, aunque proveniente de una familia patricia resulta a la postre hija ilegítima de Georgina y de un loco, primo de ésta; trabaja en una boutique -apenas algo más que un taller de costura de fines del siglo XIX-, es amiga de oscuros individuos como Bordenave y Wanda, una alcahueta profesional, y concurre a locales de mala reputación; misteriosamente ligada al vicio y la locura. no se atreve a seguir a Martín, que, con sus diecisiete años, está dispuesto a morir por ella y lo atormenta ("Acordate siempre que soy una basura. Qué descanso odiarse!"), no perdiendo ocasión de burlarse de su adolescente enamorado, incluso criticándole un disco de tango: oi que letra, yo quiero morir commigo sin confesión y sin Dios, crucificado en mis penas, como abrazado a un rencor'". A la postre, Alejandra morirá en el incendio de su vetusta casona, luego de haberle disparado un tiro al padre, un 24 de junio (¿mera coincidencia con la fecha gardeliana, la de la tragedia de Medellín, con el fuego, los revólveres y el persistente recuerdo?).
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