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De De entrada Deentrada entrada De entrada Queridas LA SAGRADA FAMILIA



en este número

familias: 2

El sacramento del matrimonio

13. El rito del sacramento del matrimonio (1)

3

De entrada...:

Queridas familias.

4-5

Manifiesto de Madrid contra el aborto.

6

Manyanet: Boletín informativo.

7

Notas de psicología familiar

La crisis económica y la solidaridad.

8

Nazarenum

Un centro de la Sagrada Familia para las familias.

9-11

Asociación de la Sagrada Familia

Diálogos en familia: La dimensión social de la familia. Año paulino: Textos.

12

Esposos y santos

Santa Zedíslava de Lemberk, laica, esposa y madre de familia.

13-14

Sí a la vida, sí a la familia.

15

En familia...

16

«Mártires por la familia.»

17

XVIII Taller de pasatiempos para hacer en familia.

18

Última página

«¡Quiero ayudar!»

VISÍTENOS EN INTERNET www.lasagradafamilia.net E-mail: [email protected]

E

Entrar enenelelJubileo Entrar Jubil Entrar en el Jubileo

l reconocimiento del valor y de la dignidad de la vida humana es, al menos como principio, universal. Este reconocimiento encuentra su plena confirmación en la revelación del Evangelio que es un gran «sí» al amor y a la vida, un mensaje de alegría que anima a hombres y mujeres a disfrutar del amor conyugal fortalecido y libre con la fuerza de la fe. La vida humana, don precioso de Dios, es sagrada porque desde su inicio comporta la acción creadora de Dios e inviolable porque permanece siempre en una relación especial con el Creador, su único fin. Sólo Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su término. Por ello todo atentado contra la vida del hombre es también un atentado contra la razón, contra la justicia y constituye una grave ofensa a Dios. El derecho a la vida y el respeto a la dignidad de la persona son valores que la Declaración Universal de los Derechos Humanos propone como fundamento para la convivencia.

Proyecto Escuela-Fa Proyecto Escuela-F Proyecto Escuela-Fam

E

n la vida existe una continuidad fundamental. El proceso embrionario es un proceso continuo en el que ya desde el inicio estamos ante una vida humana, no ante un mero agregado de células vivas, sino en el primer estadio de la existencia de un ser humano. Todos hemos sido también embriones. Es una vida humana que se va desarrollando, va experimentando cambios morfológicos importantes, pero es siempre el mismo proceso continuo que va desde el principio de la vida con la fecundación hasta la muerte. El cuerpo, naturalmente, se desarrolla, pero dentro de una continuidad fundamental que no permite calificar de pre-humana ni de post-humana ninguna de las fases de su desarrollo. Hay vida humana, y por tanto dignidad personal, en consecuencia, debe ser tratado conforme a esa dignidad y se le deben reconocer los derechos de la persona, especialmente el derecho a la vida.

L

LasLas Virtudes de d N Virtudes Las Virtudes de

Apuntes dedePsicolo Apuntes Psicol Apuntes de Psicología

a familia está llamada a ser el primer santuario de la vida. El hijo nace del amor de los padres y es invitado a participar en su comunión. La vida es acogida con alegría y celebrada en la vida cotidiana, enriquecida por las relaciones entre los padres, los hijos, los abuelos, etc. Este testimonio generoso de tantas familias es la mejor escuela para que los niños aprendan el valor sagrado de la vida humana y el respeto de todos, especialmente de los más débiles. Educando a los jóvenes para el amor y la vida estaremos poniendo los cimientos más sólidos para una cultura de la familia y de la vida. Pero esta tarea requiere el compromiso de todos.

J

Esposos Espo Espo

uan Pablo II exhortaba en la Evangelium Vitae, 82: «Para ser verdaderamente un pueblo al servicio de la vida debemos, con constancia y valentía, proponer estos contenidos desde el primer anuncio del Evangelio y, posteriormente, en la catequesis y en las diversas formas de predicación, en el diálogo personal y en cada actividad educativa. A los educadores, profesores, catequistas y teólogos corresponde la tarea de poner de relieve las razones antropológicas que fundamentan y sostienen el respeto de cada vida humana. De este modo, haciendo resplandecer la novedad original del Evangelio de la vida, podremos ayudar a todos a descubrir, también a la luz de la razón y de la experiencia, cómo el mensaje cristiano ilumina plenamente el hombre y el significado de su ser y de su existencia; hallaremos preciosos puntos de encuentro y de diálogo incluso con los no creyentes, comprometidos todos juntos en hacer surgir una nueva cultura de la vida». Ojala entre todos contribuyamos a ello.

Última página Última página Última página J. D. A.

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MANIFIESTO DE MADRID CONTRA EL ABORTO El día 18 de marzo se hizo público el denominado «Manifiesto de Madrid». Los firmantes, reconocidos intelectuales y profesionales de los más diversos campos (biólogos, juristas, ginecólogos, pediatras, filósofos, catedráticos...) ofrecen «razones científicas y no ideológicas» para defender el derecho a la vida del ser humano desde el momento de la fecundación. La oposición al aborto no es una cuestión religiosa. Es, ante todo, ética y cívica, porque entraña una clara posición sobre la dignidad del hombre y la mujer. Por eso son tan importantes los argumentos científicos recogidos en el Manifiesto de Madrid que les presentamos. Para muchos el aborto gira en torno a la falaz idea de que el ser humano no es siempre humano. Pero este planteamiento es inconciliable con la mera constatación de que el ser humano que concibe una mujer sólo puede ser, desde el primer momento, humano y conserva esta condición hasta el final de sus días. «Los abajo firmantes, profesores de universidad, inves­ tigadores, académicos, e intelectuales de diferentes profe­ siones, ante la iniciativa del Grupo Socialista en el Congre­ so, por medio de la Subcomisión del aborto, de promover una ley de plazos, suscribimos el presente Manifiesto en defensa de la vida humana en su etapa inicial, embrionaria y fetal y rechazamos su instrumentalización al servicio de lu­ crativos intereses económicos ó ideológicos. En primer lugar, reclamamos una correcta interpretación de los datos de la ciencia en relación con la vida humana en todas sus etapas y a este respecto deseamos se tengan en consideración los siguientes hechos:

d) La naturaleza biológica del embrión y del feto huma­ no es independiente del modo en que se haya origina­ do, bien sea proveniente de una reproducción natural o producto de reproducción asistida.

a) Existe sobrada evidencia científica de que la vida empieza en el momento de la fecundación. Los cono­ cimientos más actuales así lo demuestran: la Genética señala que la fecundación es el momento en que se constituye la identidad genética singular; la Biología Celular explica que los seres pluricelulares se consti­ tuyen a partir de una única célula inicial, el cigoto, en cuyo núcleo se encuentra la información genética que se conserva en todas las células y es la que determina la diferenciación celular; la Embriología describe el desarrollo y revela cómo se desenvuelve sin solución de continuidad.

g) El aborto es un drama con dos víctimas: una muere y la otra sobrevive y sufre a diario las consecuencias de una decisión dramática e irreparable. Quien aborta es siempre la madre y quien sufre las consecuencias también, aunque sea el resultado de una relación compartida y voluntaria.

b) El cigoto es la primera realidad corporal del ser hu­ mano. Tras la fusión de los núcleos gaméticos mater­ no y paterno, el núcleo resultante es el centro coordi­ nador del desarrollo, que reside en las moléculas de ADN, resultado de la adición de los genes paternos y maternos en una combinación nueva y singular.

i) Dada la trascendencia del acto para él se reclama la intervención de personal médico, es preciso respetar la libertad de objeción de conciencia en esta materia.

c) El embrión (desde la fecundación hasta la octava se­ mana) y el feto (a partir de la octava semana) son las primeras fases del desarrollo de un nuevo ser humano y en el claustro materno no forman parte de la sustan­ tividad ni de ningún órgano de la madre, aunque de­ penda de ésta para su propio desarrollo. 4 •

e) Un aborto no es sólo la «interrupción voluntaria del embarazo» sino un acto simple y cruel de «interrup­ ción de una vida humana». f) Es preciso que la mujer a quien se proponga abortar adopte libremente su decisión, tras un conocimiento informado y preciso del procedimiento y las conse­ cuencias.

h) Es por tanto preciso que las mujeres que decidan abortar conozcan las secuelas psicológicas de tal acto y en particular del cuadro psicopatológico conocido como el «Síndrome Postaborto» (cuadro depresivo, sentimiento de culpa, pesadillas recurrentes, altera­ ciones de conducta, pérdida de autoestima, etc.).

j) El aborto es además una tragedia para la sociedad. Una sociedad indiferente a la matanza de cerca de 120.000 bebés al año es una sociedad fracasada y en­ ferma. k) Lejos de suponer la conquista de un derecho para la mujer, una Ley del aborto sin limitaciones fijaría a la mujer como la única responsable de un acto violen­ to contra la vida de su propio hijo.

LA SAGRADA FAMILIA

l) El aborto es especialmente duro para una joven de 16-17 años, a quien se pretende privar de la presen­ cia, del consejo y del apoyo de sus padres para tomar la decisión de seguir con el embarazo o abortar. Obli­ gar a una joven a decidir sola a tan temprana edad es una irresponsabilidad y una forma clara de violencia contra la mujer. En definitiva, consideramos que las conclusiones que el Grupo Socialista en el Congreso, por medio de la Subcomi­ sión del aborto, trasladará al Gobierno para que se ponga en marcha una ley de plazos, agrava la situación actual y des­ oye a una sociedad, que lejos de desear una nueva Ley para legitimar un acto violento para el no nacido y para su madre, reclama una regulación para detener los abusos y el fraude de Ley de los centros donde se practican los abortos». Fdo.: Nicolás Jouve (Catedrático de Genética) Francisco Ansón (Escritor) César Nombela (Catedrático de Microbiología) Francisco Javier del Arco (Biólogo, Filósofo y Escritor) Vicente Bellver (Profesor Titular Filosofía del Derecho) Luís Franco Vera (Catedrático de Bioquímica) .../... Siguen miles de adhesiones...

«El crimen del aborto ensombrece desde siempre la historia de la humanidad» afirmó el cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, en el discurso inaugural de la 93 Asamblea Plenaria de los obispos es­ pañoles iniciada el pasado día 20 de abril. Monseñor Rouco Varela afirmó con rotundidad que «uno de los campos de la vida social donde urge evangelizar de nue­ vo es el de la conciencia acerca del don inestimable de la vida de cada ser humano y del derecho de todos a vi­ vir, desde el momento de la concepción de un nuevo in­ dividuo de la especie humana hasta su muerte natural». Recordando el pensamiento del filósofo Julián Marías, quien afirmó que «la aceptación social del aborto es, sin excepción, lo más grave que ha acontecido en este siglo que se va acercando a su final», monseñor Rouco asegu­ ró que «el crimen del aborto ensombrece desde siempre la historia de la humanidad. Pero ha sido precisamente en el siglo pasado cuando amplios sectores sociales han empezado a considerar públicamente que eliminar a los

que van a nacer no sería algo de por sí reprobable y cuando tal mentalidad ha encontrado eco en legislacio­ nes que han dejado de proteger de modo adecuado el derecho de todos a vivir» (...) «El Estado tiene en sus manos la posibilidad de ayu­ dar a construir sobre la roca firme del bien común, lo que significa trabajar de cara al futuro. Proponer, apoyar o impulsar legislaciones que dañen el ambiente natural donde la vida nace y conoce las primeras nociones del bien y del mal, no parece una estrategia adecuada para lograr buenos ciudadanos. La sociedad puede rechazar y hacer frente a todas esas propuestas que atentan contra el bien común. Y es que la sociedad no es otra cosa que la suma común de muchas familias compuestas por per­ sonas que caminan hacia un fin bueno y verdadero. La solución de nuestros males está en el invertir en la fami­ lia. En las manos de cada uno como persona, de cada hogar, y de todos como sociedad, está el inyectar y de­ volver el resplandor que todavía no pierde la institución familiar».

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ANIVERSARIO SACERDOTAL

E

l pasado 9 de abril de 2009 se cumplieron 150 años de la ordenación sacerdotal de San José Ma­ nyanet. La recibió de manos de su obispo, José Caixal, «su virtuoso prelado y padre espiritual a la vez», como le llama él mismo. La iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, de Seo de Urgel, se vistió de fiesta con la or­ denación de cuatro nuevos sacerdotes: José Manyanet, diácono de Tremp; Jaime Roig, diácono de Tartareu; Manuel Massa, diácono de Llesuy, y Valentín Planas, diácono escolapio. Hacía casi seis años que el joven seminarista Ma­ nyanet había llegado a Seo de Urgel, procedente del seminario de Lérida, para iniciar los estudios de teolo­ gía. Llegaba con buenas recomendaciones del vicario general, Ignacio M.a de Sullá, y don Valentín Lledós, y el obispo Caixal lo acogió en su palacio como fami­ liar y lo adoptó como hijo espiritual. «De allí en ade­ lante —dejó escrito— nada hice ni emprendí sin el consentimiento y paternal aprobación de mi virtuoso Prelado y padre espiritual a la vez». Es fácil imaginar la emoción del obispo Caixal al imponer las manos sobre la cabeza de su familiar, paje e hijo espiritual José Manyanet. Nadie como él cono­ cía las disposiciones internas con las que el joven diácono se acercaba al altar y la serie de sacrificios que le había costado llegar a ese día. Además, recordaría muy bien las palabras que el sacerdote don José Solé, ecónomo de la parroquia de la catedral, intitulada a San Odón, a la que perte­ necía el palacio episcopal, puso en el informe que emitió antes de la ordenación de José Manyanet: «que lleva una vida arreglada y conforme a su estado y que de su promoción resultará a Dios gloria, utilidad a la Iglesia, provecho espiritual al ordenado y gozo en el Señor». Fueron palabras proféticas que se cumplieron con creces. A lo largo de toda su vida, la Eucaristía fue su centro y la escuela de su vida espiritual y apostólica. Fue un maestro preclaro de la Palabra, un ministro generoso de los sacramentos y un guía estimado de las comunidades y de las numerosas personas que se acercaron a él para pedir consejo y orientación. ¡Damos gracias a Dios y a la Sagrada Familia por el sacerdocio de San José Manyanet! J. M. Blanquet, S.F.

6 •

PRIMICIAS SACERDOTALES

D

on Ángel Feliu y Escala, abogado de Tremp, escribió sobre el sacerdocio de José Manyanet: «Cuando [el Obispo] le nombró su Limosnero, presencié repetidas veces cómo quedaba realzada la admirable caridad que en nombre del Sr. Obispo hacía Manyanet a los que recurrían a él en demanda de auxilio. Ya sacerdote, en el Palacio Episcopal, gozaba de gran predilección y era la personalidad que utilizaban los vecinos de esta tierra en sus aspiraciones y peticiones a la Curia diocesana de Urgel considerándose favorecido con poder satisfacer las súplicas de que era él intermediario. Mientras tuvo las riendas de la parroquia durante las interinidades de los ecónomos, era el verdadero, único y obligado mentor para salvar los escollos que naturalmente se ofrecían en tiempos de nuestra guerra civil (1873) y ausencia del Prelado, de tal manera que el ya Rdo. José Manyanet, se convirtió no sólo en padre de todos como a Beneficiado de la Parroquia y Director de su colegio, sino en consejero y amparador de desvalidos, solucionador de conflictos y aunador de voluntades por sus relaciones y confianza de que era objeto por parte de las casas Ordenación sacerdotal de José Manyanet. Alegoría principales de la ciudad». de Antonio Gómez.

ORACIÓN A SAN JOSÉ MANYANET Dios y Padre nuestro, que has otorgado a San José Manyanet el don de encarnar las virtudes de la Familia humana de tu Hijo, y con la gracia del Espíritu Santo le has llamado a vivir y anunciar, con la palabra y el testimonio, el Evangelio de la familia, proclamado desde Nazaret; concédenos, por su intercesión, la gracia de vivirlo en nuestros hogares. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

2

GRACIAS Y FAVORES

A la memòria de Sant Josep Manyanet, que ens guareixi de les ma­ lalties que patim. Faig entrega de 10 euros per la confiança que tenim en ell, una família de Manresa; En memòria i agraïment al Pare Manyanet, 24 euros, Família Balada Martínez (Barcelona); Molt agraïda al Pare Manya­ net per la seva intercessió, 50 euros, P. G. (Barcelona).

Notas de psicología familiar

LA CRISIS ECONÓMICA Y LA SOLIDARIDAD

M.a Aurora de Santiago,

L

a palabra crisis es la más oída actualmente, en todas las conversaciones del mundo. En Oriente y Occidente. Entre los economistas y los que no lo son. Pero, a la postre, no sabemos: Quién ha provocado la crisis y se ha enri­



quecido exageradamente.

Dónde está el dinero desaparecido. Cómo se van a pagar los endeudamien­

■ ■

afrontamos pueden ser nuevos. Pero los valores de los que depende nuestro éxito, el esfuerzo, la honradez, el juego limpio, la solidaridad, la tolerancia,... la lealtad y el patriotismo,... son algo viejo. Son cosas reales... Por eso lo que se necesita es volver a estas verdades». Sin reparos ha pedido la ayuda de Dios para que los políticos sepan con­ ducir la crisis para poder recuperarla.

psicóloga

Las personas desempleadas llegan a cuestionar su propia valía, pues algu­ nos se definen no por lo que son sino por su profesión. Al carecer de profe­ sión (de trabajo) pueden pensar que no son nada. La atención del psicólogo puede ayudar mucho y evitar entrar en depre­ siones fuertes que necesiten atención psiquiátrica y medicación.

tos que se han provocado.

Hasta dónde va a llegar la lista de perso­

CONCLUSIONES



nas sin trabajo.

E

l Obispo de Ávila, Jesús García Bu­rillo, propone, coincidiendo con B. Obama: austeridad personal y solidaridad con el prójimo. Las Hermandades del Trabajo, fun­ dadas por Abundio García Román, en proceso de canonización, sugiere unos consejos para sobrellevar la crisis:

Las personas tienen un derecho in­ discutible y es el del trabajo y deberían preservarlo todos los Estados.

INCERTIDUMBRE

A

quel que tiene trabajo siente la incertidumbre de perderlo y los que lo han perdido la desesperación de pen­ sar cuándo van a encontrar otro puesto de trabajo. La posibilidad de perder el empleo repercute de forma negativa en la salud física y mental de las personas y es causa de muchas depresiones.

UNA OPORTUNIDAD PARA LA SOLIDARIDAD

E

l concepto crisis significa algo más de aquello para lo cual lo estamos empleando. Quiere decir: momento cru­ cial para un cambio. Es quizá el momento de pensar en practicar un valor tan humano y tan cristiano como es el de la solidaridad. Tal vez la sociedad del bienestar y el consumo había conseguido que se olvi­ dara, y la precaria situación económica de tantas personas y/o familias vuelve a poner de relieve su valor. En su viaje a Europa B. Obama ha dicho: «Nuestros retos pueden ser nue­ vos. Los instrumentos con los que los

No dejarse influir por el entorno. Volcar­



se en el trabajo y rendir al máximo.

Mostrarse abierto a los cambios. Quizá



se deba hacer un esfuerzo en este sen­ tido.

Asistir a cursos o lecturas de aprendizaje



LA CRISIS Y LA SALUD

E

l desempleo, o el temor a él, es el causante del aumento de ansiedad, estrés y depresión. Principalmente, así como de enfer­ medades físicas resultado de somatiza­ ciones. Cuantificar los efectos resulta difícil porque las cifras son cambiantes. A ni­ vel general puede decirse que: Las mujeres en crisis de empleo tien-



den a interiorizar las emociones. Afecta a su autoestima y se repliegan en sí mis­ mas.

Los hombres en la misma situación ex­



teriorizan más sus reacciones y a veces se refugian en el alcohol.

de habilidades que nos hagan mejores en nuestro trabajo o aumente las expec­ tativas.

Si se está sin trabajo, retirar los pensa­



mientos negativos (no valgo nada, ya no encontraré nada...) y seguir buscando.

Cuando se afloje el ánimo apoyarse en



la familia, los amigos y si es preciso acu­ dir al psicólogo.

Antonio Ceballos, Obispo de Cádiz y Ceuta, opina que analizar la crisis económica y social puede llevarnos a depurar nuestros sistemas y estructuras económicas para conseguir una distri­ bución de los bienes más justa y solida­ ria y reconocer que el ser humano se ha dejado llevar por el egoísmo, la codicia y la injusticia. ¿Conseguirá la crisis econó­ mica despertar el sentido de la solidaridad en los hombres? N.o 1417 — m ayo - j u l i o

• 7

Un centro de la Sagrada Familia para las familias UNA REGLA PARA LOS ESPOSOS

V

arias agencias digitales se han hecho eco de la noticia anticipada por el diaria italiano Il Messaggero sobre una inédita «Regla para los es­ posos» escrita por el cardenal Karol Wojtyla en 1968 para ayudar a los esposos a implementar la aplicación de la Encíclica «Humanae Vitae» pu­ blicada ese mismo año por el papa Pablo VI. «En la convicción del futuro Papa polaco exis­ te una preocupación profética de la crisis de valo­ res que atraviesa el destino de la sociedad occi­ dental y de sus modelos», escribe la columna editorial que acompaña a la publicación. En la introducción de la «Regla», el futuro Papa Juan Pablo II escribe que ésta «surge de una serie de experiencias pastorales con algunas parejas de esposos y, al mismo tiempo, sobre la base de la experiencia matrimonial de los esposos mismos». En el documento, el cardenal Wojtyla elogia la encíclica Humanae Vitae como un documento «que vuelve a proponer a las parejas de esposos y a sus pastores las exigencias evangélicas de un ma­ trimonio auténticamente cristiano»; y sugiere que el grupo de esposos que adopte su «regla» tome el nombre de «Humanae Vitae». La Regla, además, «se dirige a las parejas ma­ trimoniales en su integridad y no a los cónyuges de manera individual. Es importante, de hecho, que ésta sea adoptada y practicada por las parejas de esposos y no de los maridos o de las esposas, sin el compromiso de sus respectivos cónyuges». El entonces cardenal de Cracovia (Polonia), explica que el fin de los grupos Humanae vitae «es el compromiso continuo hacia una aproxima­ ción espiritual, a fin de que la enseñanza integral de Cristo Señor sobre el matrimonio y la familia, anunciada por la Iglesia, pueda cumplirse en su matrimonio con plena comprensión y con pleno amor». «Se trata, por tanto, de formar una adecuada espiritualidad, es decir, una vida interior, que per­ mita configurar la vida conyugal y familiar de modo cristiano. Tal espiritualidad no puede existir en una forma definitiva sobre el modelo de las congregaciones religiosas, sino que debe ser cons­ tantemente reelaborada». Mientras agradecemos a Juan Pablo II este nuevo servicio para la pastoral familiar, espera­ mos que se publique el texto íntegro en varios idiomas. J. M. Blanquet, S.F.

8 •

EL SIERVO DE DIOS MAGÍN MORERA Y SU AMOR A LA IGLESIA

C

omo ya se ha dicho, uno de los «grandes amores» del Siervo de Dios fue el amor a la Iglesia, de la «Santa Madre Iglesia», como le gustaba decir. En el ámbito de la Iglesia vivía los otros amores, es decir, a la Sagrada Fami­ lia, al Instituto, a las casas de formación, etc. Manifestaba este amor a la Iglesia especialmente con el amor al Papa, a los Obispos, a los superiores en general. Hablaba normalmente del Santo Padre, trataba de Vuestra Reveren­ cia a los superiores, y defendía su doctrina y enseñanzas. En 1968, por ejemplo, a raíz de la publicación de la encíclica «Humanae vitae», man­ dó un telegrama al papa Pablo VI manifestando la adhesión personal y del Instituto. Se adhirió también con los mismos sentimientos a la doctri­ na emanada del Concilio Vaticano II y, particularmente, la referente a la vida religiosa fue objeto de especial estudio y profundización. El magisterio del Papa y de los Pablo VI recibe al Siervo de Dios. «Santidad —le nos tiene a su disposición tanto en las pe­ obispos era intocable para él y se dijo—, nas como en las satisfacciones de su alta misión» mostraba in­transigente al respecto. (23 julio 1969). En sus largos años de estancia en Roma como Procurador General del Insti­tuto, tuvo oportunidad de encon­ trarse personalmente con los papas Pío XII, con motivo del 75 aniversario de la Visita de la Sagrada Familia; con Juan XXIII, con motivo de la donación del terreno para la construcción del templo internacional de la Sagrada Familia en Roma; con Pablo VI, en ocasión de la primera piedra del mismo, y con Juan Pablo II durante la celebración del Capítulo General.

ORACIÓN PARA PEDIR GRACIAS POR INTERCESIÓN DEL SIERVO DE DIOS Dios y Padre nuestro, que has suscitado en la Iglesia a tu sacerdote MAGÍN MORERA, ferviente apóstol de la Familia humana de tu Hijo, para que, con los dones del Espíritu Santo, trabajara incansablemente por la salvación de las familias y de la juventud; haz que, animados por el testimonio de su vida, seamos servidores fieles del Evangelio de Nazaret y, por su intercesión, alcancemos la gracia... Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

GRACIAS Y FAVORES

2

Les mando una limosna. Rueguen por nosotros, 50 euros, Carmen Huguet (Montblanch); Una joven pareja, cuyo esposo sufre un doloro­ so cáncer, se encomienda vivamente a la intercesión del Siervo de Dios y pide una estampa con reliquia, N. N. (Roma).

LA SAGRADA FAMILIA

DIÁLOGOS en Familia

LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA FAMILIA El panorama actual de las estructuras familiares es de lo más diverso y plural, desde familias mononucleares o unipa­ rentales por separación, divorcio e incluso por opción, a familias pluriparentales recompuestas, etc. Pero el cambio más significativo en los últimos siglos ha sido el paso de la familia extensa a la familia nuclear o mononuclear: la estructu­ ra familiar ha quedado en la actualidad reducida a la mínima expresión: matrimonio e hijo o hijos, y en este último caso pocos. Lejos han quedado las familias extensas o compuestas por el núcleo del matrimonio e hijos, los familiares más próximos, abuelos, e incluso en algunos casos tíos y primos. La experiencia, pues, de «comunidad» queda reducida a unas dimensiones minúsculas. Este hecho queda reflejado también con las actuales dimensiones físicas de la mayo­ ría de los pisos que acostumbran a ser francamente reducidas. Estos hechos más algunos de los elementos del contexto sociocultural que a continuación mencionaremos, nos llevan a un escenario de debilitamiento de valores comunitarios a los que cualquier propuesta cristiana no puede renunciar, dado que la vida cristiana radica en compartir con los otros todo lo que somos y vivimos; una vida que solamente pue­ de tener sentido en la medida que se es capaz de descentrarse de sí misma para darse con amor a los demás y luchar por la justicia social y la dignidad de cualquier persona humana.

SOMBRAS DEL ENTORNO SOCIAL

I

ndicaremos ahora algunas sombras de nuestro contexto so­ ciocultural que pueden dificultar la vivencia de los valores comunitarios así como la implicación y el compromiso con la sociedad.

j  La superficialidad: Sociólogos contemporáneos como Z. Bauman afirman que nos encontramos en una sociedad líqui­ da, es decir, inestable, poco consistente. Otros la nombran la sociedad light, banal o superficial. La familia no queda al mar­ gen de esta realidad y J. Elzo apunta, en su último estudio sobre las familias españolas, que el 40 % de las mismas se caracteri­ zan por ser familias «laxistas» o «lights», es decir, familias que buscan la «comodidad», su bienestar, sus propios intereses, «gozar de la vida», el éxito fácil, los sentimientos placenteros con el mínimo esfuerzo. Una familia débil e incapaz de hacer frente a las adversidades y a las situaciones de dificultad, que a menudo huyen de los problemas en lugar de afrontarlos. En definitiva una familia que tiene dificultades reales para hacer del Amor de Cristo (generoso, gratuito, sacrificado, des­ prendido, luchador...) y de los valores evangélicos, el eje cen­ tral de su vida.

manera que configura una manera de ser desconfiada, vanidosa y egoísta, siempre temerosa y a la espera de lo que nos puedan quitar o de lo que podamos perder. Una forma de ser que puede llevarnos a la insolidaridad y por tanto a la falta de sentimiento de «comunión». j  Intimidad e independencia como valores supremos: Defensa acérrima al derecho a la «intimidad personal» que pue­ de llevar a un distanciamiento con la pareja y también con los hijos. Cada uno aislado en su habitación (santuario particular con todas las comodidades y necesidades relacionales virtuales

j  Consumismo: Consumismo que lleva a la competitivi­ dad (por no ser menos que éste o el otro...) y la insatisfacción constante (siempre se quiere más) por tanto al encuentro frus­ trado con las cosas y al desencuentro angustioso con las perso­ nas. Uno experimenta ciertamente que cuando más se tiene más se desea y que aquello que tenemos nos acaba poseyendo de tal N.o 1417 — m ayo - j u l i o

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y tecnológicas cubiertas) con muy pocos espacios comunes y sin decirse nada. La familia llega a ser así «coexistencia» pero no convivencia: una coexistencia entre «extraños». No se debe confundir el individualismo con el respeto por la individualidad y la vida personal de cada miembro de la fami­ lia. Hay que buscar el equilibrio y la armonía y potenciar todo lo que permita a cada miembro desarrollarse plenamente y te­ ner su vida propia. Este individualismo y cerrazón puede llevar también al des­ interés social, a la pasividad por las injusticias o problemas de los otros (vecinos, barrio, escuela...). Éstos y otros peligros deberían ser un toque de alerta a nues­ tra vida de fe, reaccionar y hacer el esfuerzo de buscar alter­ nativas que nos permitan vivir realmente comprometidos con los demás, con el entorno más inmediato y con la sociedad en general.

LUCES PARA VIVIR LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA FAMILIA j  Las comunidades de vida cristiana: La fe no se puede vivir en solitario. La fe parte de un sentimiento profundo de co­ munión con los hombres. Ofrecer experiencias de vida cristiana significativa a nuestros hijos les permite también sentirse iglesia y sentirse comunidad, compartir un trasfondo de valores significativos, sentirse apoyado, salir del aislamiento. Es por eso que hay que buscar «aliados» que compartan también la vivencia de esta dimensión, ya sea vinculándonos a la parro­ quia, a la escuela de padres y madres, a grupos o movimientos diversos de vida cristiana... La cuestión es buscar otras familias con las que poder compartir nuestra vivencia de fe y juntos ha­ cer camino. j  El tiempo libre asociativo cristiano: Los niños necesitan también compartir y vivenciar experiencias significativas con 10 •

sus iguales. La opción que tomamos los padres para llevar a nuestros hijos a un centro de recreo, agrupación o centro cris­ tiano, les da también la oportunidad de vivir los valores del evangelio en su comunidad de iguales y les ayuda a forjar un estilo de vida comprometido con estos valores. Los centros de tiempo libre llegan a ser microsociedades donde los niños aprenden a convivir, a comprometerse con los demás, a ejercitar el espíritu de servicio, a compartir la vida... en definitiva a hacer comunidad y a aprender a trasformar el entorno. j  Las experiencias de voluntariado y solidaridad: Los hijos acaban asumiendo los valores que los padres vivimos y trasmitimos, mucho más de lo que nosotros pensamos. Por eso la generosidad, el altruismo, el espíritu de servicio a la comuni­ dad hay que comenzar a ejercitarlo en uno mismo. Es cierto que las condiciones y el ritmo de vida que llevamos no favorecen demasiado el poder disponer de tiempo «extra» para dedicarlo a hacer obras sociales, pero hay actitudes cotidianas como cuidar y atender a un anciano enfermo, visitar a las personas mayores de la familia que pasan muchas horas solas, ayudar en los estu­ dios a los compañeros de clase o a personas conocidas que sa­ bemos que están pasando un mal momento... que van estable­ ciendo las bases para un comportamiento comprometido con los demás, que quizás en otros momentos de la vida pueden fa­ vorecer la implicación en proyectos de voluntariado de más al­ cance como la colaboración en una ONG, la implicación en las tareas parroquiales o determinadas acciones de ayuda humani­ taria (campañas de recogida de material diverso para países en vías de desarrollo, servicios de urgencia a la comunidad, etc.). j  La lectura y la documentación sobre la realidad social del mundo: Para ser sensible a las necesidades de los demás y para darnos cuenta de las injusticias sociales hay que tener, cier­ tamente, experiencias de precariedad, dificultad, exclusión... somos más sensibles en la medida que vivimos o experimenta­ mos en la propia piel determinadas experiencias. Por tanto, todo lo que hacemos para conocer «in situ» situaciones de injusticia social puede contribuir al compromiso posterior. Pero, a su vez, para comprender críticamente nuestra realidad social, nos con­ viene estar documentados lo máximo posible sobre lo que ocu­ rre a nuestro entorno, estar al día de los problemas sociales y mirar de hacer un seguimiento. En este sentido, más allá de lo que podamos recibir de los medios de comunicación social, po­ demos acudir a revistas y documentos especializados de diver­ sas ONG’s o instituciones eclesiales dedicadas a la exclusión social como Caritas, la delegación de Pastoral Social, etc. j  La implicación en órganos y estructuras de participación civil: Estamos llamados también a ser la sal y la luz del mundo. Se tendrá que velar especialmente también por nuestra implicación en los órganos e instituciones de participación co­ lectiva tratando de aportar todo aquello de bueno que tenemos y somos: Ampas, consejos escolares, consejos parroquiales, asociación de vecinos...

LA SAGRADA FAMILIA

PUNTOS DE REFLEXIÓN j ¿Qué espacios de vida «comunitaria» tenemos estable­ cidos en nuestra familia? ¿Los podríamos mejorar? ¿Cómo? j ¿Qué dificultades tenemos para vivir la dimensión so­ cial? ¿Podríamos hacer algo para superarlas? j ¿Con quien compartimos nuestra dimensión de fe? ¿Nos ayuda? ¿En qué sí y en qué no? j ¿Qué cosas concretas hacemos para implicarnos en las necesidades de los demás (del entorno más próximo, del barrio, de la zona, de la sociedad, del mundo)? ¿Qué nos aporta? ¿En qué nos ayuda a crecer? j ¿Cómo podemos acompañar a nuestros hijos en el compromiso social?

TEXTOS BÍBLICOS Mt 5, 13-16:  Sal de la tierra y luz del mundo. Mt 4, 18-22:  Llamados a ser pescadores de hombres. Lc 9, 23-27:  Perder la vida para salvarla.

Lc 10, 25-37:  La Parábola del buen samaritano. Mt 7, 24-27:  Parábola de los buenos cimientos.

LIBROS j Alaiz, A. (2002): La familia cristiana. Iglesia domés­ tica. Edibesa. Madrid. j Juan Pablo II: Encíclica «Familiaris Consortio». j Elzo, J. y otros (2002): Hijos y padres, comunicación y conflictos. FAD. Madrid. j Elzo, J. (2006): «Los padres ante los valores a transmi­ tir en la familia» en Jóvenes y valores: la clave para la sociedad del futuro de AA.DD. Fundación La Caixa. Barcelona. j Bauman, Z. (2003): Comunidad. En busca de seguri­ dad en un mundo hostil. S. XXI. Madrid j Bauman, Z. (2003): Modernidad líquida. Corregidor. Barcelona. Delegación Diocesana de Pastoral Familiar - Barcelona

PABLO DE TARSO: Un hombre al servicio de la fe Junio 08-Junio 09: AÑO PAULINO-TEXTOS

5.  Gal 5, 13-25: Libertad y caridad «Vosotros, hermanos, habéis sido llamados a la libertad; pero no toméis de esa libertad pretexto para la carne; antes al contrario, servios unos a otros por amor. Pues toda la ley alcanza su plenitud en este solo precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Pero si os mordéis y os devoráis unos a otros, ¡mirad no vayáis a destruiros mutuamente!. Os digo esto: proceded según el Espíritu, y no deis satisfacción a las apetencias de la carne. Pues la carne tiene apetencias contrarias al espíritu, y el espíritu contrarias a la carne, como que son entre sí tan opuestos, que no hacéis lo que queréis. Pero, si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Ahora bien, las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, ambición, divisiones, disensiones, rivalidades, borracheras, comilonas y cosas semejantes, sobre las cuales os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios. En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, modestia, dominio de sí; contra tales cosas no hay ley. Pues los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y sus apetencias. Si vivimos por el Espíritu, sigamos también al Espíritu. No seamos vanidosos provocándonos los unos a los otros y envidiándonos mutuamente.» N.o 1417 — m ayo - j u l i o

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Esposos y Santos Esposos Santos Esposos y Santos Esposos yy Santos SANTA ZEDÍSLAVA DE LEMBERK Laica, esposa y madre de familia apágina página gina Oración N 

Pedro Mas, SF

uestra santa vivió en la primera mitad del siglo xiii, en Moravia, en la parte occidental de la actual Repúbli­ ca Checa. Perteneció a la nobleza. Fue coetánea de San Buenaventura, Santo Tomás de Aquino o Santa Margarita de Hungría. Nació en el castillo de Krianov, en Moravia, el año 1220. Su padre, de nombre Prisbylov, era un caballero de la confianza del rey Wenceslao I, y desem­ peñó un papel importante en los asuntos políticos del reino de Bohemia. Fue un buen cristiano. Su madre, de nombre Si­ bela, mujer caritativa, muy relacionada con Cunegunda de Hohenstanfen, era esposa del rey Wenceslao I. En el año 1240, Zedíslava contrae matrimonio con Havel de Jablonné, con­ de de Lemberk. De esta unión nacieron cuatro hijos: Havel, Margarita, Juroslav y Zedislav. Zedíslava obtuvo de su esposo la fun­ dación de dos conventos para los domi­ nicos, con cuya espiritualidad mariana nuestra santa sintonizaba; uno se cons­ truyó en Jablonné y otro en Trunov, lin­ dando con Polonia. Formó parte de los grupos de laicos incorporados a la orden dominicana. Vivían con sus familias, pero acudían a sus cultos y se alimentaban de su espiri­ tualidad. En estas fraternidades laicales ya existía un compromiso social con los más necesitados. En este ambiente vivió nuestra santa. Destacaba en Zedíslava su deber de esposa y madre, sin dejar de entre­ garse en auxilio de los pobres y enfermos, desarrollando esta actividad en hospi­tales y asilos. Murió en plena ju­ ventud, en 1252, cuando contaba treinta y dos años de edad. Recibió sepultura en el con­vento de San Lorenzo de Jablonné, cerca del castillo de Lemberk. En San Lo­renzo se veneran sus reli­

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Oh Dios, que enseñaste a Santa Zedíslava el camino de la perfección en la vida conyugal y en las obras de caridad, concédenos, por su intercesión, que las familias se renueven constantemente y den testimonio de virtudes cristianas.

quias. Gozó de fama de santidad en vida y tras la muerte. Su veneración se ha mantenido viva a lo largo de los tiem­ pos. Y así, en 1908, el Papa San Pío X aprobó su culto. En 1971, el Papa Pablo VI, en una carta apostólica, recor­ daba de Zedíslava su sentido de per­ tenencia a la Iglesia y su dedicación a las obras evangé­licas, sin abandonar los deberes fami­liares. A partir de la carta del Papa Pablo VI comenzaron a llegar a la Santa Sede peticiones para su canonización. El Pa­ pa Juan Pablo II, en 1994, declaraba la heroicidad de sus virtudes y en 1995, el día 21 de Mayo firmó, en la ciudad Olo­ mouc, las Letras Decretales en que se le concedía el honor de los santos. Fue en una celebración en la que participaron más de trescientos mil fieles. En la ho­ milía, dijo textualmente el Papa: «Nuestra santa es un admirable testimonio del Evangelio de la familia y del Evangelio de la vida que la Iglesia está empeñada, más que nunca, en difundir en este tránsito del segundo al tercer milenio». Su fiesta se celebra el 4 de Enero. Es patrona de los necesi­ tados.

«Transmissió de valors en la famÍlia» Libro de las III Jornadas de matrimonio y Familia

Tenemos a disposición el libro que re­ coge las ponencias y comunicaciones de las III Jornadas Matrimonio y Fa­ milia celebradas en 2007: «Transmis­ sió de valors en la família». Constituye un buen subsidio para ayudar a las fa­ milias y a todos los educadores en la tarea de vivir y transmitir aquellos va­ lores que nos hacen crecer como per­ sonas y nos enseñan a convivir en el respeto mutuo.

LA SAGRADA FAMILIA

SÍ A LA VIDA, SÍ A LA FAMILIA Alejandro Illescas, SF

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inguno de nosotros escogimos nacer y de niños acepta­ mos esta realidad y vivimos la vida como es, sin querer controlarla. Al crecer creemos ya saber lo que es lo mejor y queremos controlar los acontecimientos y nos angustia lo que no va de acuerdo a lo que pensamos (hasta, en ciertos acontecimientos llegamos a dudar de Dios o de su amor). Pero cuando «paramos un poco el carro», y nos sinceramos con nosotros mismos, nos damos cuenta que, igual que cuan­ do éramos niños, no sabemos, bien bien, como conseguir la felicidad y tenemos que aceptar que en lo circunstancial, se­ guimos dependiendo de la vida. Y tenemos que reconocer, a pesar de que el mundo lo diga, que no es cierto que el no te­ ner problemas signifique ser feliz. En el juego de la vida, siempre hay problemas, grandes o pequeños, pero ellos no son un obstáculo para la felicidad, a menos que nosotros les dejemos serlo. Los enemigos de nuestra felicidad (y de nuestra familia), no son los problemas, las enfermedades, el dolor, la falta de medios o la muerte. No, esas cosas son circunstanciales. El verdadero enemigo que tenemos y contra el que hay que aprender a luchar es el miedo. Sí, el miedo. Miedo a la en­ fermedad, miedo al que dirán, miedo al futuro incierto, mie­ do a los problemas, miedo a la muerte... De eso, del miedo, es de lo que vino a salvarnos Jesús, pero no acabamos de entenderlo.



Decir sí a la vida no es condenar sino buscar, desde el amor, dar verdaderas razones de vivir al que ya no las encuentra y, también, con tristeza pero comprensión, seguir amando al que ya no pudo más y prefirió abandonar la vida.



¡Claro que hay que tomar precauciones! Puede ser ante la gripe humana o ante el cáncer, o ante un posible robo... ¡Cla­ ro que hay que ser responsables! Y ahorrar cuando se puede, ser educados, etc. Pero hacerlo ¡sin miedo! «Ocuparnos, no preocuparnos». Sólo si vamos venciendo el miedo, diremos de verdad un sí a la vida (y un sí a la familia) como son, en su realidad que no depende de nosotros y que por más que nos esforce­ mos no podremos controlar del todo. Desde mi fe, yo creo firmemente que nuestro «ordenador interno» fue programado por Dios para amar y sólo seremos

felices si aceptamos amar. Y, escribió San Juan, «en el amor no hay temor». Sólo si amamos, si nos damos sin miedo, encontraremos la felicidad. Jesús lo resumía en esta frase: «El que quiera guardar su vida la perderá, pero el que pierda su vida por amor, la encontrará». ¿O sea que decir sí a la vida es negarse a sí mismo por amor? ¡Vaya contradicción! Pero sí, así es. El que ama no se busca a sí mismo, sino a los demás, y sólo así podemos en­ tender eso de «Nadie tiene más amor, que el que da la vida por aquellos que ama». Cuando Jesús dice eso no se refiere exclusivamente a «mo­rir por alguien», sino más bien a «vivir por alguien». Es decir, dar mi vida no mi muerte. Me explico. Dar mi muerte es hasta cierto punto fácil, es un momento rápido de decisión ante una emergencia. En cambio dar mi vida puede significar muchos años de entrega y servicio. A los novios, cuando se están preparando para el matrimonio, suelo hacerles esa pre­ gunta: «¿Están dispuestos a dar la vida ahora mismo por su pareja?» Todos contestan orgullosamente que sí (entendien­ do si están dispuestos a morir por salvar a su pareja). Pero cuando les aclaro que dar la vida es vivir al lado de esa per­ sona durante 40, 50 ó 60 años, aguantando sus manías, sus malos genios, su envejecerse y volverse terco, etc. siendo amables, cariñosos, comprensivos, etc., como que lo piensan un poco más y ya no están tan seguros de poder dar la vida por el otro. Veamos otros ejemplos: j Una

adolescente que queda embarazada por las razo­ nes que sean y no aborta por salvar la vida de su bebé, sin duda se complica enormemente la vida, pero no es cierto que se niegue a ser feliz. Está ofreciendo su vida por amor, y por alguien que aun no conoce. Como hizo María en Nazaret, dijo sí a la vida y sí a la familia.

j Unos

papás que aceptan la difícil tarea de cuidar con responsabilidad y paciencia a su hijo con discapacidad N.o 1417 — m ayo - j u l i o

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(o capacidades diferentes), seguro que tendrán muchas situaciones difíciles y su vida no será fácil (y en algu­ nos casos, hasta que se mueran), pero sin duda están diciendo sí a la vida y sí a la familia. j Una

mujer que tiene el valor de advertir a su marido, desde la primera vez que la agrede físicamente, que si eso se repite lo dejará (no sólo por ella si no por amor a él, por no permitirle que él se siga degradando y degra­ dando su relación), corre el riesgo de complicarse mu­ cho la vida, pues tendrá que buscar dónde y cómo vivir (pues dependiendo en qué país, el estado no le ayuda­ rá), pero con ese enfrentarse y no callarse está diciendo sí a la vida y a la familia.

j Un

joven o una joven que se consagran a Dios en el amor y servicio al prójimo renunciando a una seguri­ dad económica, a una familia estable, a pertenecer a un solo país, etc. están dando su vida por amor, diciendo sí a la vida y trabajando por las familias.

j Ahorrar

un poco menos o gastar un poco menos para darlo a quien realmente lo necesita más que nosotros,

es también decir sí a la vida y a la familia, es también dar la vida (dar un poco de vida) por amor. No me gusta que se defienda el no al aborto, cuando para ello se está condenando al que aborta. Decir sí a la vida y a la familia es seguir amando al que aborta a pesar de su error. Tampoco es una verdadera defensa de la vida, condenar al suicida o al que practica la eutanasia. Decir sí a la vida no es condenar sino buscar, desde el amor, dar verdaderas razones de vivir al que ya no las encuentra y, también, con tristeza pero comprensión, seguir amando al que ya no pudo más y prefirió abandonar la vida. Pero ¡cómo vamos a poder decir sí a la vida de otros, si primero no aprendemos a decir sí a la nuestra! Si en la ma­ nera que escogemos para vivir, cada día, dejamos que nos domine el estrés, el rencor, la indecisión, etc. Así en vez de decir sí a la vida y sembrar vida a nuestro alrededor, más bien sembramos muerte: malestar, nervios, desconfianza, enojos, divisiones, etc. No es fácil vencer el miedo y el egoísmo, pero desde lue­ go, que vale la pena luchar esa batalla. Termino, por eso, con un pensamiento que me regalaron hace tiempo y que nos anima a decir sí a la vida:

¿CÓMO VA A SER TU DÍA HOY?  DEPENDE DE TI

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sta mañana desperté, antes que el reloj sonara, emocionado con todas las cosas que tengo que hacer. Tengo responsabi­ lidades que cumplir hoy. Soy importante. Mi trabajo es escoger que clase de día voy a tener. j Hoy puedo quejarme porque el día esta lluvioso o puedo dar gracias a Dios porque las plantas están siendo regadas. j Hoy me puedo sentir triste porque no tengo más dinero o puedo estar contento que mis finanzas me empujan a planear mis compras con inteligencia. j Hoy puedo quejarme de mi salud o puedo alegrarme de que estoy vivo. j Hoy puedo lamentarme de todo lo que mis padres no me dieron mientras estaba creciendo o puedo sentirme agradecido de que me permitieran haber nacido. j Hoy puedo autocompadecerme por no tener muchos amigos o puedo emocionarme y embarcarme en la aventura de descubrir nuevas relaciones. j Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a trabajar o puedo gritar de alegría porque tengo un trabajo. j Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a la escuela o puedo abrir mi mente y llenarla con nuevos y ricos conocimientos. j Hoy puedo murmurar amargamente porque tengo que hacer las labores del hogar o puedo sentirme honrado porque tengo un techo sobre mi cabeza. j Hoy puedo llorar porque las rosas tienen espinas o puedo celebrar que las espinas tienen rosas.

Hoy el día se presenta ante mi esperando a que yo le dé forma y aquí estoy, soy el escultor de mi día. Lo que suceda hoy depende de mi, yo debo escoger que tipo de día voy a tener. ¡Que tengas un gran día! ... a menos que tengas otros planes.

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LA SAGRADA FAMILIA

EN FAMILIA... PASCUA FAMILIAR: «DIRECTOS AL CORAZÓN DE CRISTO»

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n el Centro de Espiritualidad de Begues se celebró, durante los días 9 al 12 de abril, la II Pascua Familiar. Participaron un buen número de familias con sus hijos. Animados por los moni­ tores vivieron un clima de espi­ritualidad, partici­ pación y unión en todos los actos que rememoran los momentos centrales de nuestra fe.

COLEGIO SAN MIGUEL (MOLINS DE REI) 115 ANIVERSARIO

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l día 21 de abril, en el marco de las celebraciones por el 115 Aniversario del colegio San Miguel de Molins de Rei, el Sr. Jordi Pujol i Soley, ex-presidente de la Generalidad de Cataluña, ofreció el «Pregó del 115è Aniversari». Ante un audi­ torio de más de 200 personas di­sertó de forma amena y, fundado sobre todo en la experiencia, de la importancia de los ideales y de desarrollar valores positivos y actitudes que permitan actuar de forma autónoma. Valoró nuestras escuelas (recordando que ha visitado ya unas cuantas) por su trabajo a favor de la educa­ ción integral unida siempre a la tarea insustituible de la familia.

REUS-COLEGIO P. MANYANET: INGRESO EN LA REAL ORDEN DEL MÉRITO DEPORTIVO EN LA CATEGORÍA DE PLACA DE BRONCE

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aime Lissavetzky Díez, Presidente del Consejo Superior de Depor­ tes y Vicecanciller de la Real Órden del Mérito Deportivo, firma la carta enviada con fecha de 1 de abril de 2009, al P. Marcelino Mu­ ñoz, Director del Colegio, en la que se comunica este reconocimiento. Dice así: «Es motivo de especial satisfacción comunicarte que oída la Comisión Evaluadora de la Real Orden del Mérito Deportivo, en aten­ ción a los méritos, circunstancias y contribución al deporte, he dis­ puesto el ingreso en la mencionada Real Orden, con la categoría de PLACA DE BRONCE, de la entidad que diriges. Me complace hacerte llegar la Credencial de la merecida distinción que supone el reconocimiento a la brillante trayectoria deportiva de esa entidad, que ha servido de forma decisiva a la proyección nacional e internacional del deporte español. La entrega de esta distinción tendrá lugar el miércoles día 22 de abril, en un Solemne Acto presidido por SS. MM. los Reyes, conjuntamente con el resto de personas e instituciones a quienes se les ha concedido el ingreso en la Real Orden...» N.o 1417 — m ayo - j u l i o

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MÁRTIRES POR LA FAMILIA ¡RECONCILIÉMONOS!

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on este lema, el semanario «Catalunya Cristiana» ha iniciado una nueva sección dedicada a la guerra civil española (19361939) al cumplirse el 70 aniversario de su ter­ minación. Tarea necesaria aunque difícil por­ que todavía quedan heridas abiertas o mal cerradas. A veces se han contrapuesto las beatifica­ ciones de los mártires de este período hechas por la Iglesia, a esta voluntad de reconcilia­ ción. Nada más ajeno y erróneo. La Iglesia pide a quien sufre la muerte, que la sufra por amor y por fidelidad a Cristo y que se ofrezca como víctima a Dios perdonando a sus propios asesinos y rezando por ellos. Esta es la herencia que deja a la Iglesia cualquiera de sus hijos que muere por su fe, llevando en sus labios una palabra de perdón y de amor a los que no los comprenden y por ello los persi­ guen. Los ejemplos pueden multiplicarse. Mons. Diego Ventaja Milán (1880-1936), obispo de Almería, ya beato, dijo a los que iban a matarlo: «Que Dios os perdone como yo os perdono de todo corazón, y que ésta sea la última sangre que derraméis». Y el siervo de Dios Narciso Sitjá Basté (1867-1936), religioso y sacerdote Hijo de la Sagrada Familia, no tuvo tiempo de pronunciar en voz alta palabra alguna, pero los disparos le sorprendieron con la mano derecha levantada para perdonar y bendecir a sus verdugos, que­ dando tendido en el piso de la carretera con este ademán. Los obispos españoles, en el documento Constructores de la paz del año 1986, con oca­ sión del cincuenta aniversario del comienzo de la guerra civil, afirmaron: «Que el perdón y la magnanimidad sean el clima de los nuevos tiempos. Recojamos todos la herencia de los que murieron por la fe, perdonando a quienes los mataban, y de cuantos ofrecieron sus vidas por un futuro de paz y justicia para todos los españoles». El papa Juan Pablo II, en la primera beatifi­ cación de las tres religiosas Carmelitas Descal­ zas de San José de Guadalajara afirmó en la homilía: «Al honrar a sus mártires la Iglesia los reconoce, a la vez, como signo de su fidelidad a Jesucristo hasta la muerte, y como signo pre­ claro de su inmenso deseo de perdón y de paz, de concordia mutua y respeto» (29-03-1987). BLIM

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LA SEMANA TRÁGICA DE BARCELONA, CIEN AÑOS DESPUÉS (1909-2009) En la última semana de julio, del 25 al 30, se cumplirán cien años de los sucesos de la llamada «Semana trágica» de Barcelona, durante la cual se dieron unos hechos revolucionarios de notable gravedad, cuyo origen es bien conocido. En Barcelona, el embarque de los soldados reservistas, muchos de ellos casados, dio lugar a un amotinamiento que degeneró en un estallido de fobia anticlerical que incendió la ciudad al arder una cincuentena de edificios entre iglesias y conventos. Las capillas y centros de las tres comunidades que los Hijos de la Sagrada Familia tenía en Barcelona fueron también víctimas de la persecución. El colegio Jesús, María y José de Sant Andreu de Palomar, sede además de la curia general del Instituto y de la administración de la revista «La Sagrada Familia», fue incendiado el viernes día 30; también el colegio-taller del Niño Jesús, en les Corts, que albergaba a un centenar de niños pobres. Las escuelas gratuitas ubicadas en la calle San Gil, que pa­ trocinaba la Asociación de Católicos, no fueron incendiadas por temor de que se comunicara el fuego a los domicilios vecinos, pero los incendiarios obligaron que se borrase el título de «Católicas» que ostentaban las escuelas. Los superiores de las comunidades se hallaban en Blanes haciendo los ejer­ cicios espirituales anuales. El siervo de Dios Fermín Martorell, que estaba en la comunidad de Sant Andreu, tuvo que emprender un largo peregrinaje nocturno, a pie, desde la ciudad condal hasta Blanes, en medio de toda clase de atropellos, para informarles de todo lo sucedido.

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INFORMACIÓN

El rector del convento franciscano San Vito, de Marigliano (Nápoles, Italia), ha solicitado material informativo sobre los Siervos de Dios Jaime Puig y 19 compañeros Hijos de la Sagrada Familia (biografía, escritos, folletos, estampas, reliquias, etc.) para dar a conocer el testimonio y la espiritualidad de los Siervos de Dios, Michele M. Giuliano (Marigliano, Italia); Les agradecería que me mandaran por correo algunas estampas con reliquias, libros o propaganda de San José Manyanet, y los Siervos de Dios Magín Morera, Jaime Puig y 19 com­ pañeros Hijos de la Sagrada Familia para darlos a conocer y pedir por las vocacio­ nes sacerdotales, religiosas y misioneras, Juan Antonio (Faura, Valencia).

ORACIÓN PARA PEDIR GRACIAS POR LA INTERCESIÓN DE LOS SIERVOS DE DIOS Dios y Padre nuestro, que has suscitado en la Iglesia a tus Siervos JAIME PUIG Y 19 COMPAÑEROS, Hijos de la Sagrada Familia, apóstoles de la familia y edu­ cadores de la juventud hasta derramar generosamente su sangre; te ro­gamos humil­demen­te que, por su ejemplo e intercesión, seamos siempre y en todas partes instrumentos de tu paz y nos concedas la gracia que te pedimos... Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

LA SAGRADA FAMILIA

XVIII TALLER DE PASATIEMPOS

para hacer en familia

(De una idea del colegio P . Manyanet de Alcobendas —Madrid—)

coctegrama

EDUCACIÓN PRIMARIA  ¡PARTICIPA!

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Resuelve estos pasatiempos en familia, haz una fotocopia, pon tu nombre y curso en el reverso y entrégalo en la Secretaría de tu Colegio. Si eres de los diez primeros recibirás un obsequio.

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letras heladas Encuentra estos deliciosos sabores de helado en la sopa de letras: avellana, café, caramelo, chocolate, coco, fresa, menta, nata, pistacho, plátano, turrón, tuttifruti, vainilla.

6 7 Para vencer el calor, nada mejor que una bebida fresquita. Mezcla los ingredientes según las recetas, y pon el nombre de la bebida veraniega en el crucigrama. Horizontales 2. Agua, azúcar y almendra. 6. Vino, gaseosa, limón y hielo. 7. Zumo, hielo y batidora. Verticales 1. Vino, fruta, miel y ron. 3. ¿? (secreto). 4. Helado, leche y batidora. 5. Cebada, lúpulo, agua y levadura.

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Es muy sencillo si utilizas la cuadrícula de la derecha. La primera de las pistas está ya marcada a modo de ejemplo. Cuando veas una corres­ pondencia (por ejemplo, entre sándwich Mixto y Refresco) márcala con un círculo (O). Después, tacha las casillas de la misma fila y de la misma columna, porque, como todos los menús son diferentes y con 1 bebida y 1 comida, el mixto no puede ir con dos bebidas, ni el refres­ co puede ir a la vez con dos comidas. Lo mismo para las personas. Cuando tengas dos cruces en la misma fila o columna, podrás poner un círculo en la casilla vacía. Además, si llegases a la conclusión de que Pedro pidió Ensalada, y que la Ensalada va con el Zumo, podrías marcar también que Pedro tomó Zumo. A pensar, y ¡Suerte! Para los padres: ¡si éste os ha parecido muy fácil, entrad en linko.es/qWz y poneos a pensar de verdad!

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n

el pedido misterioso Tres amigos (Juan, Pedro y María) fueron a un bar en la playa. Cada uno de ellos pidió una comida (hamburguesa, sándwich mixto o en­ salada) y una bebida (agua, zumo o refresco). Tu tarea consiste en averiguar qué pidió cada persona, y con qué bebida lo acompañó.

r

Juan Pedro María Hamb. Mixto Ens.

Agua

Zumo

Refr.





✘ s ✘

Hamb.

Mixto

s

Ens.

Aquí tienes algunas pistas: – Ej.: Uno de los tres pidió sándwich mixto y refresco. – Pedro no pidió hamburguesa. – La chica es vegetariana. – El que pidió ensalada tiene una mancha pegajosa en la camiseta. Solución Juan comió _________ y bebió __________. Pedro comió _________ y bebió __________. María comió _________ y bebió __________. N.o 1417 — m ayo - j u l i o

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VIVIR AISLADO

P

or diversas circunstancias y en diferentes momentos en los úl­ timos meses me he encontrado con dos hombres que tienen unos sesenta años aproximadamente. Uno está en el paro desde hace unos años, el otro ya está jubilado. No se conocen entre sí, pero no puedo pensar en uno sin pensar en el otro. Los dos son viudos. Los dos se encuentran solos. Los dos han tocado fondo. Una sociedad que esconde e inclu­ so ignora a los mayores y que muchas veces excluye a los no nacidos es una sociedad enferma. Es fácil pues en­ tender el miedo de estos dos hombres: no tienen la compañía de su mujer, no trabajan, van perdiendo facultades, cada vez se sienten más aislados. Su reacción de temor es bien humana, nada que reprochar. No les queda otro remedio que sa­ lir de sí mismos. Se sorprenden a ellos mismos buscando compañía

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donde antes no hubieran imaginado. Uno de los dos sale más abiertamente al encuentro de otras personas; el otro está más a la espera, son los otros los que le tienen que visitar, y entre tanto se refugia con el alcohol... Una vez más queda claro, como afirmaba la Madre Teresa de Calcuta, que la primera necesidad del hombre es comunicarse. El ser humano no puede vivir aislado.

SER ALGUIEN

E

n ambos casos las dos personas han expresado su deseo de hacer algo, de participar en algún tipo de voluntariado o de actividad que pue­ da ayudar a otras personas. El deseo de ser alguien se identifica con el de ayudar. Es un sentimiento bien hu­ mano y verdadero, pero que no agota toda la verdad del ser humano. En una sociedad en que impera mucho activismo (no en todos los te­

Édison Fañanás Lanau

mas de igual manera), parece que uno necesita hacer algo para ser alguien. Parece que uno exista sólo en función de su rendimiento, de su actividad. Incluso muchos cristianos caemos a menudo en esta dinámica en ámbitos eclesiales: «más hacemos, más so­ mos». Es evidente que esto no es así. Muchas veces en el hacer se esconde un buscar un reconocimiento y una compañía, ser alguien en definitiva. Esto en sí no tiene por qué ser nega­ tivo, pues es bien humano, el proble­ ma viene cuando nos quedamos allí.

SOY AMADO, LUEGO EXISTO

A

ntes de hacer somos. Antes de ser sujeto activo, uno es sujeto pasivo. Sólo desde la experiencia del recibir, del ser, uno se puede dirigir al otro, a su prójimo con plena con­ ciencia. Sólo quien se deja ayudar, sabrá ayudar; sólo quien se deje amar, se­rá amado. Desde la fe podemos afirmar con Carlos Díaz que «soy amado, luego existo». Este ser amado, experimen­ tado a menudo en el silencio del en­ cuentro con uno mismo y con Dios, necesita ser dado, ser comunicado, pero no siempre a través del activis­ mo, del hacer para ser. Pienso en tantos hombres y muje­ res que no pueden desarrollarse como les gustaría debido a una enfermedad genética, a un accidente, a una priva­ ción de libertad, a un deterioro pro­ gresivo de la salud no aceptado... ¿Se­ remos capaces desde nuestra pa­sividad de mostrarles que ellos también son? ¿Seremos capaces desde nues­ tro hacer en paz a invitarles a hacer sabiendo que ya son?

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