Xavier Batalla. Un Aliado Fallido

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4 LA VANGUARDIA

INTE RNACIO NAL

VIERNES, 13 FEBRERO 2009

Atendados de noviembre en India Pakistán señala la pista barcelonesa

La investigación necesita la cooperación policial pakistaní El último caso de evasión fiscal en Barcelona apunta a Islamabad >> VIENE DE LA PÁGINA ANTERIOR

Entre el colectivo de activistas musulmanes investigado por la policía en España destacan los pakistaníes. En septiembre de 2004 la policía autonómica catalana desarticuló en Barcelona una célula pakistaní que, supusieron, extorsionaba a sus compatriotas para financiar a Al Qaeda. El dinero enviado por los arrestados había dejado pistas que llevaron directamente hasta la cúpula de Al Qaeda y hacia la financiación de los atentados de Kenia y Tanzania de 1998, que se saldaron con más de 250 muertos. Sin embargo, sucedió que el principal receptor de los fondos murió en un tiroteo en Pakistán once días después de las detenciones, perdiéndose con él un potencial testigo de cargo. Fuentes de aquel caso han confirmado a La Vanguardia que la investigación también evidenciaba que dinero remitido desde Barcelona a Pakistán

fue a parar a manos de los supuestos autores del asesinato en Karachi, en 2002, del periodista del Wall Street Journal Daniel Pearl. En enero del año pasado, un grupo de 14 pakistaníes presuntamente terroristas fue desarticulado en el barrio barcelonés del Raval. Según el Centro nacional de Inteligencia (CNI) y la Guardia Civil, los arrestados preparaban una serie de atentado en el metro I N DI C I OS I N QU I ET AN T ES

La policía catalana halló vínculos con los atentados de Kenia y Tanzania P RE SI ÓN DI P LO MÁT I CA

Pakistán está bajo fuerte presión diplomática para investigar el terrorismo

barcelonés y la voladura de una mezquita catalana a la que suelen asistir los partidarios de la desaparecida Benazir Bhutto. Seis de los presuntos implicados en este asunto lograron huir. El grupo, según fuentes de la investigación, conectaría con el líder de Al Qaeda en Pakistán, Amir Baitula Mehsud. La última detención de sospechosos en Barcelona se produjo el pasado 20 de enero. Seis pakistaníes con negocios en toda España fueron detenidos bajo la acusación formal de evadir al fisco español al menos 3,5 millones de euros, parte de los cuales habrían servido para financiar el terrorismo yihadista. Uno de los encausados era militante del PSC, lo que ha provocado el consiguiente escándalo mediático. La investigación, bautizada operación Cheapest, apunta hoy a un caso de blanqueo de dinero que habría sido enviado a Pakistán. Los investigadores sospechan además que una parte del mismo sirvió para financiar el terroris-

Xavier Batalla

Un aliado fallido

L

a agenda de la Administración Bush estaba repleta de nombres preocupantes, desde Somalia hasta Corea del Norte, pasando por Irán. Unos estaban en la lista porque eran estados fallidos; otros, porque amenazaban con la proliferación nuclear o con el terrorismo. Pakistán fue una excepción. Es un aliado fallido, ha contribuido a la proliferación nuclear y es cuna de terroristas, pero Pakistán, que contribuyó a la derrota de los talibanes, no estaba en la lista negra de Bush. El mundo de la guerra fría funcionó según la doctrina de la contención, cuyo inspirador, George F. Kennan, recomendó que se aplicara una contención a la Unión Soviética que acabaría derribándola. Kennan acertó, aunque no convenció a todos. El periodista Walter Lippmann, por ejemplo, criticó la política de contención por considerarla un arma de doble filo. Lippmann pronosticó que la pretensión de rodear a la Unión Soviética tendría graves consecuencias para Estados Unidos, ya que la política de alianzas antisoviética conllevaría el pacto con fuerzas antidemocráticas. Lippmann también acertó. La denominada guerra contra el terrorismo se parece en este aspecto a la guerra fría. India tiene buena prensa en Occidente, al contrario que su enemigo histórico, Pakistán. A India se le considera un éxito; a Pakistán, un fracaso, ya que es una fuente del radicalismo islamista. Es decir, Pakistán fue un paradigma de las contradicciones de Bush, atrapado entre la retórica de la democracia y los imperativos de la guerra contra el terrorismo. Las guerrillas musulmanas derrotaron al invasor soviético con ayuda de Pakistán. Los islamistas se enfrentaron más

La agenda de Bush estaba repleta de nombres muy preocupantes, pero Pakistán era la excepción

AFP / PAKISTAN MUSLIM LEAGUE-NAWAZ

El enviado de Obama. Richard Holbrooke, enviado de EE.UU. a Afganistán y Pakistán, conversa con el ex primer ministro y opositor pakistaní Nawaz Sharif, ayer en Lahore. Holbrooke viajó luego a Kabul LUCHA ANTITERRORISTA

El difícil rastro del dinero ]La policía española subraya la

dificultad que encierra investigar la pista del dinero ante la sospecha de financiación del terrorismo, ya que el radicalismo islamista, especialmente el pakistaní, mueve fondos tanto en pequeñas transferencias desde locutorios como por el sistema hawala, que no deja rastro documental. Ese método, utilizado por la mayoría de los activistas y especialmente los originarios de Afganistán y Pakistán, está basado en la con-

fianza y permite hacer llegar dinero a una persona en cualquier parte del mundo sin que los fondos sean físicamente transferidos, de manera que dejan muy pocos o ningún rastro. Básicamente, quien quiere enviar dinero lo entrega en España a una persona que indica a su contacto en Pakistán a quién tiene que entregar la cantidad fijada, que la saca de sus propios fondos. El dinero no viaja, pero el destinatario lo recibe sin dejar huella.

mo internacional. Fuentes de este caso explicaron a La Vanguardia que la pista que apunta a la financiación terrorista con el dinero evadido es policialmente muy sólida, pero difícil de demostrar documentalmente sin una colaboración decidida de Pakistán. No obstante, Pakistán está bajo una fuerte presión diplomática para investigar el terrorismo emanado de su territorio y evitar enfrentamientos con la vecina -y también potencia nuclear– India. El gobierno democrático de Pakistán se juega su credibilidad en un momento en que ha pedido a la ONU que investigue otro atentado: el que terminó con Benazir Bhutto y otras veinte personas.c CONSULTE EL ESPECIAL SOBRE TERRORISMO INTERNACIONAL EN LA WEB www.lavanguardia.es/a fondo

tarde entre ellos y dieron la victoria a los talibanes, alimentados por Pakistán. A continuación, el régimen talibán dio refugio a Osama bin Laden. Y después del 11 de septiembre, Estados Unidos derrocó a los talibanes con la ayuda de Pakistán. ¿Todos contentos? Pakistán se alió con Bush, pero el genio islamista pakistaní se niega a regresar a la botella por considerarse traicionado y Washington sigue acusando a Pakistán de no hacer todo lo posible contra los talibanes. Barack Obama dice que dará prioridad al conflicto de Afganistán, en el que Pakistán es clave. Por eso envió a Richard Holbrooke a Pakistán nada más tomar posesión. Al diplomático le esperaba, sin embargo, una sorpresa. El doctor A.Q. Jan, padre de la bomba atómica pakistaní, estaba bajo arresto domiciliario desde que la Administración Bush demostró que suministró tecnología nuclear a Corea del Norte, Libia e Irán. Y Holbrooke pisó suelo pakistaní cuando un tribunal, no un grupo terrorista, ponía en libertad al doctor. Pakistán ha admitido ahora que los atentados del año pasado en Bombay se prepararon en su suelo, como denunció India. Bernard Henry-Lévy ha escrito que Pakistán es “la encarnación del mal en estado puro”.

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