6 LA VANGUARDIA
INTE RNACIO NAL
DOMINGO, 15 MARZO 2009
La nueva Casa Blanca
Obama consagra a Lula como interlocutor de la zona
Jefe de Latinoamérica
Y
ROBERT MUR Buenos Aires. Corresponsal
los millones de pobres brasileños. Un argumento que le ha servido para justificar su apuesta por las depredadoras plantaciones de caña de azúcar para producir etanol. Pero los resultados económicos mandan, y mientras la mayoría de líderes mundiales ven peligrar sus cargos por la crisis, Lula aumenta su popularidad. Algo tiene que ver la ágil reacción del gobierno brasileño para frenar el impacto de la debacle financiera, con medidas como la devaluación de la moneda para fomentar las exportaciones. Externamente, sus pares latinoamericanos parecen sentirse bien representados por Lula, incluido el venezolano
Hugo Chávez quien, pese a rivalizar regionalmente con el brasileño, le autorizó a hablar de Venezuela con Obama. “La visita de Lula a EE.UU. pone a América Latina en el mapa de Obama”, tituló ayer Folha de São Paulo. No ya a Brasil, sino América Latina, desde donde han crecido las voces por las pocas referencias de Obama a la región. Hasta ahora. Lula parece ser el mediador perfecto con el estadounidense. Como dijo la ministra brasileña de la Presidencia, Dilma Rousseff. “Salvando las distancias, los dos tienen trayectorias semejantes”, dijo Rousseff, delfín de Lula y que ayer acompañó al mandatario a la Casa Blanca.c
el primer obrero que preside Brasil se reunió con el primer negro que llega a la Casa Blanca. El mundo está cambiando y el patio trasero de EE.UU. también. Ahora es una comunidad de vecinos cuyo presidente es Luiz Inácio Lula da Silva, consagrado ayer por Barack Obama como su interlocutor con Latinoamérica. El liderazgo de Lula es indiscutido dentro y fuera de Brasil. Pese a las contradicciones que, internamente, generan su figura y sus pragmáticas políticas de mercado, las encuestas proyectan una imagen esquizofrénica de los brasileños. Sólo así se explica que Lula sea el presidente mejor valorado de la historia, con un 84% de aprobación, cuando es difícil encontrar en las grandes ciudades brasileñas a personas de clase media, sindicalistas o ecologistas que elogien al mandatario. Como muestra, un botón. Mario Mantovani, director de SOS Mata Atlántica, la mayor ONG ambientalista de Brasil, mantiene una posición muy crítica hacia el presidente. “Lula representa el crecimiento a cualquier coste”, dice a La Vanguardia este popular ecologista, que no se corta en comparar sus políticas económicas a las de la dictadura militar. “Desgraciadamente, Lula ha significado el desastre ambiental, el Amazonas continúa siendo devastado”, añade Mantovani. Lula nunca ha escondido su opinión de que más imporJAMIL BITTAR / REUTERS tante que preservar el medio ambiente, es dar de comer a Chávez y Lula en Recife durante la visita del presidente venezolano a Brasil en el 2008
Brasil es la alternativa para EE.UU. del crudo venezolano >> VIENE DE LA PÁGINA ANTERIOR
de las Américas, dos semanas después. Desde la perspectiva norteamericana, los recientes descubrimientos de importantes yacimientos petrolíferos frente a la costa brasileña han reforzado aún más el papel de este país como suministrador alternativo de la hostil Venezuela. Brasil es además una potencia mundial pionera en producción de etanol –a partir de la caña de azúcar–. El problema es que, para proteger a los granjeros estadounidenses, Washington mantiene un arancel de 53 centavos por galón (3,8 litros) para el etanol brasileño. Se trata de un asunto que enfrenta a los dos países. Es de difícil solución porque los granjeros norteamericanos –débiles demográficamente pero muy influyentes a nivel electoral– disponen un lobby muy poderoso en Washington. Más allá de la cooperación económica y de los litigios proteccionistas, Brasil disfruta de una posición diplomática privilegiada a la que Washington puede recurrir. El Gobierno conserva-
BASES AÉREAS
Cuba y Venezuela dan apoyo táctico a Rusia ]Rusia podría utilizar bases
aéreas de Cuba y Venezuela para las operaciones de sus bombarderos, según anunció ayer el jefe del estado mayor de las fuerzas aéreas rusas, el general Anatoli Jikharev. Precisó que Venezuela había ofrecido incluso una isla como aeródromo. El anuncio llega por sorpresa a los pocos días de que Moscú y Washington hubieran dado señales de acercamiento en sus relaciones tras los planes de Estados Unidos de instalar misiles en Polonia. Un portavoz del Kremlin matizó posteriormente que el general hablaba de “un uso hipotético”.
dor de Uribe, por ejemplo, quiere utilizar los buenos oficios de Lula para persuadir a la Administración Obama a que se apruebe el tratado de libre comercio con Colombia. Al mismo tiempo el presidente brasileño está también en condiciones de interceder a favor del venezolano Hugo Chávez y de pedir a EE.UU. que ponga fin al embargo a Cuba. Pocos líderes mundiales poseen el respeto y la capacidad de hacer gestiones a tantas bandas. Atento a las susceptibilidades regionales, Obama realizó una llamada telefónica, el viernes, a la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, para expresarle el deseo de buena colaboración bilateral. El presidente norteamericano agradeció el esfuerzo argentino en combatir el terrorismo y su misión estabilizadora en Haití. Lula, ex líder sindicalista, comenzó su jornada de ayer en Washington con una entrevista con John Sweeny, presidente de la gran federación sindical estadounidense, AFL-CIO, que ya no tiene el poder de otras épocas. Luego, durante su trayecto en automóvil hacia la Casa Blanca, algunos manifestantes de Greenpeace lo recibieron en la calle con pancartas en las que pedían una postura más decidida de las autoridades brasileñas en la preservación ecológica de la Amazonia.c
Xavier Batalla
Brasil se ha hecho visible
H
ace tres décadas, Edmar Bacha rebautizó a Brasil para llamarlo Belindia. La idea, ingeniosa, combinaba los nombres de Bélgica e India para explicar socialmente a Brasil, en el que una pequeña minoría vivía como un belga medio mientras la gran masa era tan pobre como el indio corriente. Brasil sigue siendo uno de los países más desiguales del mundo, pero ahora no sólo es la potencia latinoamericana emergente, sino que, además, puede convertirse en la clave, no Venezuela, de la ecuación energética en la región. Brasil parece un éxito en un subcontinente donde el fracaso ha tenido históricamente un gran prestigio. José Juan Ruiz, director de Estrategia para América Latina del Grupo Santander, lo explica así: “La principal diferencia que existe hoy en América Latina es un gigante llamado Brasil. La convicción nacional de que el país será una potencia mundial en los próximos 15 años es un fenómeno inédito en la región, que no necesita buscar más referencias de desarrollo ajenas a su cultura”. Brasil pertenece al G-20, el grupo de los más desarrollados y de los emergentes; es cortejado por Estados Unidos, como sucede con India, otra potencia que sube, y, además, tiene petróleo y etanol en abundancia. Con el petróleo ligero descubierto en la bahía de Tupí, Brasil podrá competir con el crudo pesado venezolano, que exige mucha más inversión. Venezuela suministra a Estados Unidos entre el 40% y el 70% de su producción petrolífera, un hecho que explicaría el silencio estadounidense ante la retórica incendiaria de Hugo Chávez. Es decir, el 11% de las importaciones estadounidenses proceden de Venezuela. Por eso, si Brasil bombea el petróleo suficiente,
Chávez tiene un problema con el petróleo de Lula, que está llamado a ser la clave de la ecuación energética americana puede ayudar a Washington a superar su dependencia del crudo venezolano. Los latinoamericanos han mantenido una relación de diván con el capital extranjero desde que, en 1822, unos inversores británicos fueran sorprendidos al adquirir bonos de un Estado inexistente que un listo bautizó “Poyais”. Fue un desencuentro latinoamericano, como el que ahora protagoniza el populismo, con el capital extranjero. Brasil es otra historia. Las causas de la inestabilidad latinoamericana son profundas, desde la desigualdad social, que es la mayor del mundo, hasta la corrupción y el carácter depredador de sus élites. Argentina es una lección práctica de todos estos males. Antes de la Primera Guerra Mundial era uno de los doce países más ricos del mundo; en 1928 era la sexta potencia económica mundial, y en 1948 tenía más automóviles que Francia y más teléfonos que Japón e Italia. Ahora, Argentina, entre la necesidad y el odio al capital extranjero, está en la cola. Si no fuera por el narcotráfico, América Latina sería invisible en la agenda global, ya que no tiene terrorismo ni armas de destrucción masiva. Pero Brasil, el quinto país más poblado y la novena economía mundial, se ha hecho visible. Ahora es tan emergente como India.