Una Historia de Amor Cierto día una princesa abrió sus ojos y se dio cuenta del bello día que acababa de comenzar, sin poder creerlo aun se pregunto... será acaso que esto es verdad?? Todo parecía ser todavía un sueño, a su lado encontró a su príncipe durmiendo aun, y pensó... no esta vez no es un sueño. El esta aquí a mi lado, lo beso en la frente y el sonrió, sin hacer ni un sonido lentamente se levantó y fue a la ventana más cercana. No podía creerlo... Sus más grandes anhelos, aquellas ilusiones que cada día la hacían volar a un mundo de fantasía, se habían cumplido, y sintió muy fuerte los latidos de su corazón que en su interior le demostraban que estaba viva, viva y llena de felicidad. Comenzó a recordar cada momento que vivió con su príncipe amado, eran tantos los recuerdos, que su mente simplemente comenzó a combinarlos todos en una historia, una historia que ahora quiero contar... Capitulo 1 Todo comenzó en un día inesperado cuando ella ni siquiera lo esperaba, habían salido de excursión a un bosque lejano, mientras cada uno armaba su campamento para esa noche no pudieron evitarlo sintieron una atracción que de inmediato juntó sus miradas, por un momento todo el mundo desapareció y estaban solo ellos dos, se sentía en el aire, aquel aroma suave de los pinos que los rodeaban, ellos poco a poco se acercaron y se presentaron, luego de un breve momento de conversación y de sentir esa conexión que un día los uniría, por razones que aún desconozco se separaron y se despidieron, pero aquel día ese amor que sería tan fuerte, solo dejo su semilla sembrada, al parecer todavía el destino les tenía preparado mucho más, la princesa regreso a su hogar y aunque el príncipe no salía de sus pensamientos no sabía cómo volverlo a encontrar, le pidió a los cielos que le diera la oportunidad de verlo una vez más, el tiempo paso y ella cada vez se sentía más desolada, al no tener noticias de su amado, aunque siempre estaba presente en sus sueños, cuando despertaba, un dolor agudo recorría su cuerpo al ver que no estaba a su lado. Las fiestas del reino, habían dado comienzo y como era tradición, el palacio organizaba un recorrido en carrosas de lujo por los principales puntos del reino, se enviaron invitaciones a todos los más distinguidos personajes del reino y a los reinos vecinos, en un evento de tan alta categoría la princesa debía ser la anfitriona, y es así que esa noche vistió sus mejores galas, fue a las escalinatas y pensó… acaso hoy será el día para volverlo a ver? Recorrió con su mirada a todos los invitados, y ahí estaba él, podría ser posible? Sí era él, si poderlo creer todavía se acercó y lo saludó pero el parecía no haberla reconocido, su corazón sufrió un súbito dolor, acaso el la habría olvidado?, no pudo averiguarlo en ese momento, tenía que continuar recibiendo a los invitados. Toda la noche la idea de que ese amor que ella sintió fue solo una ilusión no la dejaba en paz, durante el recorrido por el reino, ella no podía dejar de pensar en el, en su sonrisa, en la conversación aquel día en el bosque, y se dijo a sí misma NO!, no puede ser que todo haya sido solo una ilusión, voy a hablar con él y lo confirmaré, comenzó a buscarle una vez que llegaron a los patios de palacio para dar comienzo a la fiesta, pero él estaba con otra, sus ilusiones de nuevo se rompieron, pero no se daría por vencida todavía,
espero sin dejarlo de observar y esperando que sus miradas se cruzaran, cuando él la miró con un suave movimiento de su mano le pidió se aproximara, y al final el se acercó tan galante como la primera vez, la música sonaba y él le pidió bailar, ella se sintió volar de nuevo, por fin estaban juntos de nuevo, y entre bromas y conversación, sus corazones comenzaban a latir a la par, esta vez sería distinto, ninguno se iría sin prometer volver a estar juntos. Ya los invitados comenzaban a comentar de su unión, y ellos decidieron que era hora de dejar el baile, ella debía irse pero le dio su palabra de que se volverían a ver pronto. Un dulce beso en la mejilla selló aquella noche perfecta. Capitulo 2 Como lo habían prometido no se dejarían, esa misma noche un mensajero llego con una carta para la princesa, su corazón volvió a emocionarse, el príncipe le contaba de su llegada, y le decía que le gustaría verla pronto, aunque sus reinos eran lejanos, ella se prometió a sí misma, que eso no le impediría seguir con aquel amor, unos días más tarde, en un reino cercano varios grupos de trovadores ofrecerían su arte a los visitantes, sin pensarlo dos veces la princesa acudió esperando que su amado pudiese ir, aquel día la buena noticia llego con el mensajero, su príncipe le daría encuentro en aquella plaza, al verse sus ojos de nuevo se encontraron, él la miraba sin perder detalle de su reacción, ella pensaba, que hacer? Que decir?, pero todo era mágico cuando ellos estaban juntos, parecía que se conocían hace mucho, la conversación fluía, y la alegría se reflejaba en sus sonrisas, aunque estaban rodeados de mucha gente, para ellos el mundo era solo suyo, de pronto la lluvia arreció, y todos corrieron a cubrirse, el espacio en los techos vecinos era escaso. Después de mucho buscar, encontraron un pequeño cubierto para refugiarse, caprichoso el destino les había asignado un lugar estrecho, tanto así que la única manera de que los dos estuviesen resguardados de la lluvia, era abrazándose, y fue de este modo que el príncipe abrazó a su princesa, y ella feliz se sintió protegida, no sabían todavía todo lo que les esperaba, pero escribían ya las primeras líneas de su historia juntos. La tarde había corrido demasiado pronto, y la princesa debía regresar a su reino, su príncipe se ofreció a llevarla, sin poder todavía presentarse ante los reyes, la dejo cerca de su reino y se marchó. La princesa siguió su camino y de nuevo pidió a los cielos, que favorecieran ese amor, las visitas se hicieron más constantes y los príncipes salían a pasear en las plazas y parques de sus reinos, recorrían muchos bellos lugares tan solo conversando, y conociéndose. Pronto sus sentimientos los unieron más y cosas tan sencillas como los abrazos y tomarse de las manos llenaban sus vidas de color.
Las fiestas del reino estaban por terminar y en el ultimo día un cantor muy famoso daría un concierto, sin pensarlo dos veces la princesa acepo acompañar a su príncipe esa noche, la multitud caminaba por todas partes, procurando un lugar para admirar a su artista, los príncipes decidieron mezclarse, y así entraron en la multitud en busca de un buen sitio, luego de algún tiempo lo encontraron, pocos minutos después la lluvia, típica en esa época del año, los cubrió y ante el frio el príncipe abrazó a su princesa, sus brazos cubrieron sus hombros y la princesa suspiró, era tan dulce ese sentimiento de protección, en sus brazos ella sentía que nada nunca más le haría daño. La noche transcurrió y decidieron ir a un lugar cercano a bailar, aunque de nuevo la multitud los rodeaba, ellos se sentían que esa velada era solo de ellos, bailaron hasta que fue hora de marcharse. Esa noche su amor quedó reafirmado, solo faltaba una noche más para que el tan ansiado primer beso llegase. La siguiente noche el reino organizó una gran fiesta, la gala y la etiqueta serían las normas, esa noche la princesa sería presentada ante todo el reino, y ella quería que su príncipe estuviese allí, una invitación especial fue enviada para él, el mensajero le explico que la princesa quería llegar de su brazo esa noche y esperaba contar con su apoyo. Esa noche todo salió como lo esperaban, el acudió al palacio a la hora pactada al ver la hermosura de la princesa en su largo vestido sus ojos se encendieron y su corazón se emocionó, esa noche sería especial el lo sentía, se subieron juntos al carruaje y el dulcemente pasó su brazo por sus hombros, la princesa no podía dejar de pensar en sus labios, quiso acercarse pero luego desistió, todavía no era tiempo de aquel tan anhelado beso. Llegaron al salón de fiesta y todos los invitados felicitaron a la pareja, el evento daría inicio en poco tiempo, las luces se encendieron y la princesa y toda su corte fue presentada ante el público, recibieron homenajes y felicitaciones, ella reflejaba alegría en su semblante, sin dejar de observar a su amado, se dirigió a los presentes con unas cuantas palabras de agradecimiento, ahora la fiesta debía comenzar, uno por uno los asistentes se acercaron a felicitar a la princesa, y una vez terminados los formalismos el bailo dio inicio, mientras copas del mejor vino circulaban uno a uno los amigos más cercanos de la princesa se acercaban para brindar con ella, al sentirse abrumada y un poco acalorada debido al baile, le pidió a su príncipe que la acompañase a los jardines a tomar aire. Con la luna como testigo en aquella noche estrellada, él la tomo en sus brazos, la acercó y un momento después lo que tanto ansiaban ocurría, sus labios se unían, sus corazones latían juntos y aquel sentimiento de atracción tan fuerte nos les permitía separarse, aunque los pensamientos del príncipe todavía son un misterio, de la princesa si puedo decir que las más bellas fantasías recorrían su mente, se sentía en las nubes y el dulce roce de los
labios de su amado le producían un calor nunca antes percibido, solo un grito de victoria la hizo retornar a la realidad, era él su príncipe, que ante la emoción, no se contuvo y expresó todo lo que sentía en una sola palabra… cual era esa palabra pues solo ellos lo saben, un secreto que perdurara en sus memorias. Sus miradas volvieron a encontrarse y ante la calidez del ambiente, se abrazaron, el tiempo transcurría deprisa, pero ellos, no lo sentían, luego de un largo momento y unos cuantos besos más, decidieron volver a la fiesta, ahí todo continuaba de lo más normal, la princesa ante la emoción de sus sueños cumplidos, brindaba a cada momento, sin darse cuenta que tal vez eso no favorecería su equilibrio en aquella noche, agotada en un momento le pidió a su príncipe la acompañase a sentarse, él, dulce y comprensivo, la acompaño y cuidó. Llegó pronto la hora de volver a sus hogares, con la ayuda de un amigo muy cercano el príncipe dejo a la princesa en su hogar y se marcho a su casa, no sin antes terminar la noche con otro beso. La noche parecía haber terminado, pero la princesa al verse sola en su habitación, se puso a recapitular los eventos de esa noche, y una y otra vez resonaban en su mente las palabras es hora de decírselo, hazlo, hazlo, entonces sin más miedo decidió declararle su amor al príncipe, tal vez no era lo acostumbrado, o era demasiado apresurado pero ella había tomado una decisión de esa noche no pasaría, el príncipe sería solo para ella. Sin más miedo llamo a su mejor mensajero y le pidió que fuera lo más pronto posible al hogar de su amado y sin más rodeos le diera su mensaje, que más bien era una pregunta, ella necesitaba saber si él la correspondía y si aquellos besos tan dulces significaban que ahora eran uno solo, que el amor que nació aquel día en el bosque era ahora más fuerte que nunca. El príncipe recibió al mensajero de madrugada en su hogar, su asombro fue más al escuchar el mensaje, esas palabras lo enternecieron, y sin dudarlo, respondió que si, dijo: dile a tu princesa que desde hoy nuestros corazones están atados con el más fuerte amor, desde hoy somos uno. Mientras tanto la impaciente princesa esperaba en su habitación y al escuchar los pasos del mensajero aproximarse su corazón no podía contenerse más, necesitaba las noticias las necesitaba ya, se levantó corrió hacia la puerta y le dio encuentro al mensajero que casi sin aliento le dio el mensaje. Sin creerlo todavía agradeció al mensajero y regreso a su cama, era increíble, aquel 9 de diciembre su amor fue confirmado, ella ahora era de él, y él de ella. Su felicidad no podía ser más grande, solo cerró sus ojos y se dejó caer en su lecho, y con una sonrisa en sus labios se quedó dormida.
Capitulo 3 Unos días más tarde nuestra historia de amor continuaba, los príncipes felices de haberse unido en un lazo de amor, se divertían juntos, compartían su vida, y trataban de pasar el mayor tiempo posible juntos, toda ocasión y a la más pequeña excusa volvían a verse, era realmente impresionante verlos juntos, el amor esa pasión que sentían, irradiaba alegría al ambiente, cuando no estaban juntos se mantenían en contacto gracias a los mensajeros, su amor fue creciendo y pronto una prueba de confianza los uniría más todavía. Cierto día como parte de los deberes de la princesa, el rey le ordenó que asistiese a las jornadas educativas del reino, debía permaneces dos días lejos de su hogar, pero para no sentirse sola decidió invitar a su príncipe para que la acompañase, las condiciones no eran las mejores, era un recinto estrecho y los príncipes no tendrían mayores comodidades, pero estaban felices por su primer noche juntos, después de la cena y de una conversación a la luz de la luna, en la que una vez más la princesa se dejó llevar por sus sentimientos y casi confiesa que ya amaba a su príncipe. Ya era tarde y ante la vergüenza que sintió por dejarse llevar por sus impulso la princesa decidió irse dormir, el frio arreciaba, y el príncipe decidió salir, la princesa preocupada no podía conciliar el sueño, no sabía si lo que haría era correcto, si pedirle a su amado que le acompañase en su lecho, o seguir muriendo ante las posibilidades, lo pensó por largo rato y cuando su príncipe regreso se lo dijo sin miedo pues ella ya se sentía de él, lo invitó a compartir su lecho, el príncipe dudo al principio, pero luego se recostó y abrazó fuertemente a su princesa, la cercanía de sus cuerpos, la atracción y el fuego q sentían en sus corazones luchaban por fundir esas pasiones, pero acaso era el momento o lugar preciso, no lo sabían, se dejaron llevar, y pronto esos suaves besos se convirtieron en fogosos besos y caricias, que cada vez los acercaban más, pero no todavía no era el momento, la princesa sentía miedo, sería su primera vez con un hombre y aunque amaba fervientemente a su príncipe no se sentía preparada, esos pensamientos no la dejaban de rondar hasta que súbitamente se alejó de su amado, los besos y caricias apasionadas cesaron, ella lo abrazo fuertemente y se acurrucó en sus brazos pronto amanecería. Ella debía dormir. El príncipe un poco confundido ante todo lo acontecido decidió volver a salir, por su mente corrían miles de ideas, pero una vez más el amor pudo más, él la comprendía, la amaba, le daría el tiempo que necesitase, el también ya se sentía suyo, y la fusión de sus cuerpos era tan solo un detalle, ellos ya se pertenecían el uno al otro por completo.