Sindrome Del Gemelo Perdido.docx

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Síndrome del gemelo perdido SÍNDROME DEL GEMELO PERDIDO

Busco mi doble, desesperadamente.

Por el Dr. Salomon Sellam, traducido por Dr. Silvano Baztan Este título bien podría ser el del libro con el que comienzo a acariciar seriamente con los tres dedos que me sirven para teclear en mi ordenador y describir mis ideas sobre Psicosomática clínica. En este artículo, me gustaría simplemente llamar vuestra atención sobre este tema, que se presenta cada vez con más frecuencia en mi consulta. Por una parte, un síndrome sólo quiere decir que existen cierto número de signos clínicos que pueden dirigirnos hacia este tema. Así, cuando varios de estos signos se instalen en la misma persona, puede generar un diagnóstico de gemelo perdido o, como mínimo, este tema puede ser evocado. Por otra parte, este tema aparece en ciertas circunstancias bastante precisas, y son esencialmente tres. La primera concierne a estos famosos signos, siempre ligados al tema central. La segunda concierne al motivo de la consulta. Algunas veces, esta simple cuestión nos lleva a tener la mosca detrás de la oreja. La tercera, al fin, concierne a una de las últimas eventualidades diagnósticas, después de haber agotado todas las demás posibles. Filosofía del síndrome del gemelo perdido El motivo de escribir este artículo viene simplemente tras la escritura del volumen de la enciclopedia Bérangel consagrada a los acúfenos, los vértigos, migrañas, cefaleas y a las patologías faciales, neuralgias, parálisis y algias vasculares. Para las migrañas existe un capítulo bastante particular: La Migraña y el lenguaje de los pájaros. Para poner bien en relieve este tema, basta cerrar los ojos y

pronunciar lentamente la palabra “migraña”. ¿Qué oyen ustedes? Hay dos propuestas a partir de la palabra francesa: “Mi-Graine” (N. del T.: medio grano), y “Migre-Haine” (N. del T.: odio que migra). La evocación de este “medio-grano” nos dirige hacia dos polos principales: la temática de los gemelos (mitad del grano) y la duda de la paternidad (¿quién ha puesto el grano?) Veamos la temática de los gemelos. Migraña y los gemelos. El tema de los gemelos cada vez es más frecuente y se puede manifestar de varias maneras, entre ellas las migrañas. El principio básico: el comienzo del embarazo es gemelar. Unos gemelos se desarrollan en el vientre materno y, en las primeras semanas, uno de los dos cesa su evolución por diversas razones. Nosotros le llamaremos el gemelo perdido o desaparecido. Al final del embarazo nace un solo niño, y nosotros le llamamos el gemelo superviviente. Así, el gemelo superviviente se pondrá a buscar a su gemelo perdido, generando una suerte de preocupación sempiterna, siempre inconsciente. Algunos de ustedes podrán pensar que estoy delirando, y yo lo comprenderé fácilmente. Por contra, el hecho de que ciertas personas afectadas con migrañas han visto desaparecer sus crisis tras la exploración de este tema me anima a enseñarlo. Pero tranquilícense, existe una verdadera clínica del gemelo perdido. Así que, cuando varios de estos signos se combinan, tanto el diagnóstico teórico como emocional vienen a confirmarlo. El diagnóstico emocional corresponde a una suerte de verdad visceral que el paciente resiente interiormente, en sus propias tripas, mientras la consulta o poco después. Después de ciertas investigaciones especializadas en este campo, podemos afirmar que ¡un embarazo sobre cinco será gemelar! Personalmente, he encontrado un colega ginecólogo y obstétrico particularmente interesado en este tema. Él iba en la misma dirección y me decía lo siguiente: “si se estudia bien la estructura de la placenta, podemos

remarcar algunos trazos de un huevo enquistado o con un desarrollo incompleto. Podría tratarse de un gemelo pero nunca se lo revelamos a la madre para no desestabilizarla. Algunas veces se trata de un sangrado, una pérdida en el comienzo del embarazo lo que nos podría llevar a la sospecha de este cuadro”. El síndrome del gemelo perdido Todos los síntomas poseen una lógica general, unida a la búsqueda sempiterna de su propio doble. He aquí los principales síntomas que yo he tenido la oportunidad de confirmar y de desarrollar gracias al trabajo clínico cotidiano. ▪ La fusión relacional en el ámbito de la amistad, profesional y, sobre todo, amorosa. ▪ Amante de la sensación amorosa creada por la relación en la pareja y no enamorado del o de la compañera en particular. ▪ Cuando el gemelo se encuentra solo, existencia de un sentimiento de soledad fundamental, profunda, incomprensible y anormalmente vivida, a menudo asociada a una sensación de espera difícil, pues espera sin cesar la llegada de su doble, siempre en vano. ▪ En este mismo orden de cosas, una gran problemática de existencia, que nosotros nombramos conflicto de inexistencia, directamente proveniente de una suerte de no autorización a vivir plenamente, como cualquier individuo. No se da el derecho a existir y vivir por un sentimiento inconsciente de culpabilidad de estar él mismo vivo en la actualidad. Una especie de traición hacia el gemelo ausente. Este conflicto de inexistencia puede compensarse a través de una búsqueda desmesurada de consideración, de reconocimiento y de amor. ▪ Los flechazos eléctricos, muestras de la conexión con un gemelo simbólico. ▪ Notarán el hablar en plural, pues estas personas no encuentran nunca una satisfacción plena en sus

relaciones. ▪ En este mismo orden de cosas, los desórdenes amorosos crónicos, explicado por relaciones imposibles (distancia, adulterio, ausencia de compromiso para dejar abierta la posibilidad de que el gemelo perdido aparezca, por ejemplo). ▪ Búsqueda del ideal colocado en un alto grado, sobre todo en las relaciones afectivas. ▪ Búsqueda de la exclusividad en las relaciones amistosas o amorosas. ▪ La aparición del doble en diversos campos: dos casas, dos profesiones, dos relaciones al mismo tiempo, dos coches, compra doble de camisas, pantalones o de cualquier otro objeto o persona. ▪ Pérdida del segundo calcetín mientras que la pareja ha sido introducida en la lavadora. ¡Algunas personas coleccionan sus calcetines huérfanos! En casos raros, se trata de tripletes… Existen también otras variantes de este síndrome del gemelo perdido. Representarán una especie de diagnóstico diferencial: la placenta perdida, el niño superviviente, el gemelo superviviente, las tentativas de aborto reales o intensamente pensadas. Motivos específicos de consulta Existen varios motivos de consulta que nos pueden hacer evocar una eventual problemática de gemelo perdido. ▪ Acabamos de verlo, la migraña representa uno de los primeros temas. ▪ La obesidad y el sobrepeso poseen alguna vez este tipo de raíces conflictuales. El exceso de peso podría corresponder al de una hermana o hermano gemelo, muy rápidamente desaparecido a través de una sangrado al principio del embarazo, a menudo pasado desapercibido o desatendido. Recuerdo un caso de obesidad bastante preciso, con más de treinta kilos de sobrepeso. He tenido el placer de atender en consulta a un experimentado terapeuta, bastante conocido en la región.

“Vengo por mi peso. He probado de todo, desde el régimen a las terapias emocionales o psíquicas, pasando por un montón de disciplinas, desde hace más de veinte años, siempre en vano. ¡Ni un gramo de menos! He comenzado una terapia en Descodificación Biológica, pero esto no me dice nada. He venido para intentar comprender este sobrepeso con el Transgeneracional. No conozco nada de esto”. Con bastante rapidez, me he permitido buscar una actividad conflictual bloqueante y he pensado en la temática del gemelo perdido. Le dije: “Usted sabe que, en alguna ocasión, esto es simplemente una historia de gemelo perdido…”. No pude continuar la frase pues ella ¡se cayó literalmente de su silla! Una gran emoción. Transpiración. Llanto, etc. ¡Es esto!¡Es esto! ¡Esto es lo que me faltaba! Unas semanas más tarde, comenzó a perder sus primeros kilos. ▪ Las consultas por desórdenes psicológicos, crisis existenciales, desórdenes amorosos e, incluso, cuestionamientos en relación a la identidad sexual, representan un buen vivero de gemelos perdidos. Siempre me acordaré de ese joven que se hacía innumerables preguntas sobre su sexualidad. No sé verdaderamente si me gustan las mujeres o los hombres. Me atraen los dos y no logro aclararme. La evocación del tema del gemelo perdido le ha permitido ciertamente poner en plena consciencia esta problemática e identificar sus indecisiones, emocionalmente. Hoy en día ya no cuento el número de desórdenes amorosos ligados a este tema. Hablé de ello bastante rápidamente en 2005 en “El sentido escondido de los desórdenes amorosos”, y después en “El secreto de los amores difíciles”, en 2011. El agotamiento de las pistas clásicas Algunas veces, después de haber agotado todas las posibilidades teóricas respecto al motivo de consulta, me viene proponer, en último lugar, el tema del gemelo

perdido. ¿Cuál es el valor de este último paso? Lo que escribo a continuación va a responder a esta pregunta. La confirmación emocional del síndrome del gemelo perdido Todo lo que acabo de exponer representa tan solo unos pasos teóricos, sin saber exactamente el impacto de la evocación de este tema. Ahora bien, disponemos de un signo clínico de primer orden para poder considerar ir más lejos en esta vía. Se trata simplemente de una confirmación emocional, individual, estrictamente personal. Nadie puede vivir y sentir esta confirmación a la vez de otra persona. Como en el caso de la toma de consciencia, esta confirmación emocional puede revestir varios aspectos. Puede ser: ▪ Inmediata y en directo, durante la consulta. ▪ Retardada, sobreviniendo después de la consulta, en el viaje de retorno, en el domicilio o unos días después. ▪ Progresiva, gradualmente, poco a poco, durante varios días, semanas o meses. Esta semilla, puesta en el despacho en la primera visita, se toma un poco de tiempo para germinar para, finalmente, imponerse emocional e intelectualmente. ▪ Facilitada, con la ayuda de técnicas psicoemocionales propuestas en este caso. Conclusión Tengo bien asumido que este tema puede ser utilizado por nuestros detractores. Delirio, incompetencia, locura, etc. Para mí, la respuesta es simplísima: ¡los resultados clínicos! Cuando constato la aparición de mejorías clínicas, de curaciones, de cambios de comportamiento, tras la evocación y el tratamiento psíquico de este tema, esto me lleva a perseverar en esta nueva vía.

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