Rinitis Alérgica Y Mangostán

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Rinitis Alérgica y Mangostán Quiero compartir con Usted esta información sobre cómo el jugo de fruta entera de Mangostán está ayudado a personas a recuperar su salud, mejorar su calidad de vida y recobrar las ganas de seguir disfrutando de la vida. Adriana Aguilar, Química Fármaco Bióloga, Miembro de la Asociación Mexicana de Médicos Investigadores del Mangostán, [email protected] La rinitis alérgica es mucho más seria que sólo un caso de nariz tapada. En los Estados Unidos, esta condición afecta entre el 10 y el 30% de los adultos y el 30% de los niños. Esta incidencia la hace la sexta enfermedad crónica en Estados Unidos. En las últimas tres décadas, la enfermedad se ha duplicado en varios países industrializados en paralelo con el incremento del asma y otros padecimientos alérgicos. El impacto social es significante, pues el costo del ausentismo laboral y la pérdida de productividad en Estados Unidos, está estimada como de $3.8 billones anuales. Esto se debe en gran medida al hecho de que tanto los síntomas de la enfermedad como la mayoría de los antihistamínicos utilizados para controlarlos, limitan la agudeza y desempeño mental. De ahí que no sea sorprendente que varios estudios confirmen una limitación significativa en los pacientes de rinitis alérgica en el desempeño de actividades que van desde trabajos escolares hasta la conducción de un automóvil. Además de las limitaciones cognitivas y psicomotoras (coordinación cerebro – cuerpo), la enfermedad puede derivar en infecciones serias de los senos paranasales, dolores de cabeza, irritabilidad y paridad de sueño que resulta en fatiga. Incluso algunos trastornos de la conducta como la depresión, pueden precipitarse con la carga de sufrimiento físico y psicológico que acompaña a esta enfermedad. Los estornudos, la comezón y el flujo nasal líquido son los síntomas básicos de la enfermedad que puede presentarse de forma estacional o a lo largo del año dependiendo de la sensibilidad alérgica del paciente. Existen también signos físicos, tales como una marcada arruga a lo largo de la porción media del puente de la nariz causada por el constante frotamiento de la punta de la nariz como respuesta a la constante comezón. Adicionalmente se presenta una decoloración purpúrea bajo ambos ojos conocida como “ojeras alérgicas” que puede detectarse tanto en niños como adultos que padecen la enfermedad. En medicina se utiliza el término “atópico” para describir a aquellos individuos que sufren de múltiples problemas alérgicos. Un estudio de individuos atópicos (identificados a través de pruebas positivas de alergenos cutáneos) demostró que la enfermedad no solamente causa los síntomas, sino que limita significativamente el funcionamiento de la mucosa de los senos paranasales lo que permite el florecimiento de un mayor número de infecciones virales y bacterianas en el tracto nasal. Adicionalmente, en muchos casos, el reto alérgico que causa la rinitis puede provocar en el mismo individuo asma, sinusitis, otitis media, pólipos nasales e infecciones del tracto respiratorio inferior y superior. Por ejemplo, no es raro que precipite neumonía en la gente mayor. Como la sinusitis puede derivar en enfermedades severas como meningitis (particularmente en los niños), la propensión al incremento de infecciones coloca a los individuos en constante peligro. ¿Qué causa la enfermedad?

Los síntomas de la rinitis alérgica ocurren cuando los “alergenos” (partículas alergénicas microscópicas) entran en contacto con las superficies mucosas de la nariz, faringe y senos paranasales. Estas partículas (que pueden ser pasto, polen, polvo casero, smog o humo) interactúan con un componente del sistema inmunológico llamado anticuerpo. Este anticuerpo IgE, ante la presencia de un estímulo alérgico, satura la superficie de la mucosa con células especializadas llamadas “células mástil” y provoca que se rompan. Estas células están llenas de histamina (de aquí la utilización de anti histamínicos para limitar los síntomas alérgicos) y de otros elementos complejos que provocan una respuesta alérgica brutal y generan los síntomas y disfunciones previamente comentadas. El tratamiento médico estándar prevé la utilización de esteroides nasales tópicos (Nasacort, Nasarel, etc.) para estabilizar a las células mástil y disminuir la respuesta inmunológica. Se utilizan también anti histamínicos (Clarinex, Benadryl, Zyrtec, etc.) para reducir los efectos de la histamina. Comúnmente se utilizan agentes tales como el Afrin que sirven para encoger los vasos sanguíneos y reducir las secreciones, aunque se sabe que su uso prolongado genera severos problemas de salud. El año pasado, por ejemplo, el gasto por anti histamínicos prescritos (no incluyendo los que se venden sin receta médica) superó los $3 billones de dólares en Estados Unidos. La terapia de inmunomodulación en la que dosis minúsculas de los alergenos se inyectan de forma subcutánea en el paciente para disminuir la respuesta inmunológica, ha resultado bastante efectiva, aunque muchos adultos y la mayoría de los niños rehuyen a las inyecciones como tratamiento. Dosis homeopáticas sublinguales de alergenos funcionan también aunque sólo para casos no muy graves y en una minoría de pacientes. Antes de terminar la discusión de la rinitis alérgica para pasar al rol del mangostán en la prevención de síntomas y el alivio de los pacientes, quiero hablar brevemente de dos hipótesis de por qué se han incrementado tan rápidamente las enfermedades alérgicas en nuestra sociedad. Primero quiero tocar la hipótesis de la “higiene”. Esencialmente habla de que en nuestra sociedad moderna urbana no estamos expuestos a tantos gérmenes en nuestra niñez como lo estaban las generaciones anteriores. Presupone también que durante la niñez, cuando el sistema inmunológico está madurando, la falta de exposición a los gérmenes genera que el sistema inmune dirija erróneamente su atención a otras proteínas que considera potenciales enemigas. Una vez que las identifica, el sistema inmunológico se programa para atacar estas proteínas en cuanto las vuelva a detectar. De aquí que muchas proteínas de los alimentos, por ejemplo, pueden ser consideradas como “proteínas enemigas” por el sistema inmunológico y se genera una alergia hacia ese alimento. El mismo proceso podría aplicar para los pólenes, el pelo de los animales o cualquier sustancia que inocentemente juegue el papel que los gérmenes solían jugar en el desarrollo del sistema inmunológico. En apoyo de la teoría, los investigadores han notado que los niños que son criados en ambientes donde hay animales o en granjas tienen menor incidencia de alergias que los niños citadinos. Aunque no está universalmente aceptada, la hipótesis de la higiene está ganando adeptos y generando experimentos que permitan confirmarla. La segunda teoría consiste en asegurar que en medio ambiente se está volviendo cada vez más contaminado a pesar de esfuerzos sustanciales por reducir los contaminantes. En esta teoría, el cuerpo está identificando correctamente las amenazas a la salud en nuestra comida, agua y en el aire y las está atacando como “proteínas enemigas”. La respuesta inmune que genera inflamación y todos sus síntomas, se enciende cada vez que estos numerosos alergenos son detectados. En la medida en que aumentan los contaminantes, también lo hace la sensibilidad alérgica de aquellos que estén expuestos.

¿Cómo puede el mangostán afectar a la rinitis alérgica? En experimentos de laboratorio, se ha demostrado que el mangostán tiene efectos antihistamínicos. También se ha demostrado que tiene poderosos efectos antiinflamatorios que superan en desempeño a los anti-inflamatorios como ASA y otros que requieren prescripción médica. Las cualidades antimicrobianas de la planta también son coadyuvantes de la reducción de las complicaciones infecciosas de la enfermedad. Louis A., MD. MPH Dosis Recomendada Durante la temporada de alergias o si las alergias ocurren a lo largo de todo el año, se recomienda consumir una onza antes de cada comida. Publicado por la Asociación Mexicana de Médicos e Investigadores del Mangostán, AMMIM (www.ammim.org)

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