Revolucion Francesa

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Revolucion Francesa Muerte de Maria Antonieta María Teresa Luisa de Saboya-Carignan princesa de Lamballe, (Turín, 8 de septiembre de 1749 – París, 3 de septiembre de 1792);

Sus primeros años de vida [editar] María Teresa era hija de Luis Víctor de Saboya-Carignan y de Cristina Enriqueta de Hesse-Rninfelds-Rothenbourg. La princesa se crió en Turín y fue educada en un régimen riguroso y estricto, lejos de las intrigas y conspiraciones de la corte de Francia. Era dulce, prudente y piadosa, virtudes que indujeron al duque de Penthiève a escogerla como esposa de su hijo Luis Alejandro de Borbón (1747-1768), príncipe de Lamballe. El príncipe llevaba una vida bastante disipada y su padre pensó que una esposa virtuosa lograría moderar sus costumbres.

Matrimonio [editar] María Teresa se casó en 1767 con el príncipe de Lamballe, nieto del conde de Toulouse y descendiente de Luis XIV y de Madame de Montespan, era uno de los príncipes más ricos de Europa. El matrimonio fue un fracaso y María Teresa no conoció la felicidad. Muy pronto el príncipe retomó sus hábitos de vividor y abandonó a su esposa, que buscó consuelo en su suegro. María Teresa empieza a mostrar accesos de melancolía y sofocos que le causan desmayos más o menos prolongados. En 1768 su marido fallece a causa de una enfermedad venérea. La princesa, con 19 años, ya es viuda. Vive con su suegro y, juntos, se dedican a diversas obras benéficas y caritativas.

Vida en la corte [editar]

Retratada en 1776.

En 1770 el delfín Luis, futuro Luis XVI, se casa con la archiduquesa María Antonieta, ocasión en la que ambas damas se conocen. A partir de 1771 la princesa realiza frecuentes visitas a la corte y se aproxima a la delfina, que ve en ella una amiga segura y sincera. Cuando María Antonieta accede al trono, en 1774, sigue manteniendo su amistad con la princesa de Lamballe y los rumores de una relación lésbica empiezan a enturbiar su amistad. Mientras, la princesa sigue conservando su carácter piadoso y recogido y la reina va volviéndose cada vez más frívola. En 1775 la reina ofrece a su "amiga del alma" el cargo de superintendente de su palacio, lo que significa que debe planificar las diversiones de la reina, pero esta enseguida se da cuenta de que la princesa es excesivamente formal y se aburre. María Antonieta prefiere la insolencia y el descaro de Mme. de Polignac. Pese a que la reina abandona a la princesa, esta no la olvida aunque entiende que, durante un tiempo, será la condesa de Polignac la que ocupe su lugar de amiga devota. Para llenar su tiempo, la princesa se va al campo y allí reemprende sus actividades caritativas e ingresa en la Francmasonería. En 1781 es nombrada directora de todas las logias Escocesas regulares de Francia. En 1789 la Revolución gravita ya sobre Francia y la reina empieza a tomar conciencia de sus equivocaciones. María Antonieta se vuelve más prudente y se acerca de nuevo a la princesa de Lamballe, aproximación tan asidua que, la condesa de Polignac, abandona Versalles y a la reina.

Durante la Revolución [editar]

Miniatura de la Princesa de Lamballe por el artista George S. Stuart. En octubre de 1789 la familia real retorna a París y la princesa se va con ellos a la residencia de las Tullerías. La princesa de Lamballe es una de las últimas personas con las que la reina puede contar y su amistad se vuelve más íntima En 1791 la reina informa a la princesa de su proyecto de huida de Francia. La familia real es detenida en Varennes. La princesa consigue salir de Francia y se refugia en Inglaterra. Durante ese tiempo ambas intercambian abundante correspondencia en la que la reina le demuestra sus sentimientos: "Tengo necesidad de vuestra tierna amistad, la mía os la demostraré cuando os vea", escribe María Antonieta en junio de 1791.

Su muerte [editar] A finales de ese mismo año la reina le suplica a la princesa que no regrese a París, pero ésta, preocupada por la suerte de la reina, deja Inglaterra y vuelve a las Tullerías. El 10 de agosto de 1792 la muchedumbre invade el palacio y la princesa, siguiendo a la familia real, se refugia en la Asamblea Nacional. Allí se produce el destronamiento de los reyes y se decide conducirlos al Temple, siendo también la princesa arrestada. Diez días más tarde separan a cuantos no pertenecen a la familia real y las dos amigas deben despedirse. La princesa es conducida a la prisión de la Force. El 2 y 3 de septiembre de 1792 la muchedumbre asalta las prisiones y la princesa es una de las víctimas de las matanzas de septiembre. Sus verdugos se encarnizan con su cuerpo y con la imagen que ella representa. La princesa es decapitada y su cuerpo es sometido a las vejaciones más bajas que se puedan imaginar, incluso canibalismo; muchos mojaron el pan en la sangre de la Princesa antes de comérselo, otros utilizaron su piel, otros descuartizaron el cadáver que fue primero arrastrado hasta le Palais Royal, residencia de la dama de Orleans. Su cabeza fue peinada y maquillada, antes de ponerla en la punta de una pica que, a continuación, pasean ante las ventanas tras las que se encuentra María Antonieta. Ella no la ve pero, sorprendida por el vocerío, pregunta a su carcelero por lo que ocurre, a lo que éste responde: "es la cabeza de Mme. Lamballe que han querido venir a mostraros". La reina al conocer esta noticia se desploma, hecho sobre el que años después su hija diría: "fue la primera vez que vi a mi madre perder sus fuerzas". Fue una amiga fiel de María Antonieta hasta el final. (http://maps.google.es/maps?client=firefox-a&rls=org.mozilla:esES:official&hl=es&tab=wl)

Masacres de septiembre De Wikipedia, la enciclopedia libre Saltar a navegación, búsqueda Las Masacres de septiembre hacen referencia a una serie de juicios sumarios y ejecuciones en masa que se desarrollaron del 2 al 7 de septiembre de 1792. Es uno de los episodios más sombríos de la Revolución francesa. Los historiadores no se ponen de acuerdo acerca de lo motivos que indujeron a cometer unos actos tan irracionales y en circunstancias tan particularmente terribles para los prisioneros. Estas ejecuciones no sólo se llevaron a cabo en París, las sufrieron también en otras ciudades del país, como por ejemplo en Orleans, Meaux, o Reims, aunque no fueran en número tan elevado como en París.

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1 Contexto 2 Desarrollo 3 Responsabilidad del poder 4 Balance 5 El 2 de septiembre en el calendario



6 Lista de las cárceles parisinas

Contexto [editar] Desde el 20 de abril de 1792 Francia estaba en guerra contra Austria. Las huestes prusianas asaltaron Longwy el 23 de agosto, y Verdún, asediada, estaba a punto de correr la misma suerte. El pueblo parisino se vio sumergido en una oleada de pánico: de acuerdo con el Manifiesto de Brunswick, fechado el 25 de julio, el duque de Brunswick, con expresiones inequívocas, ponía de manifiesto que: si no se rendían a las órdenes reales, el ejército prusiano entraría en París y llevaría a cabo una "ejecución militar y una subversión total". Algunos revolucionarios intentaron desplazar las instituciones de la República y evacuar la capital. Georges-Jacques Danton se opuso rotundamente a esta pretensión. Y prendió, en el seno de los revolucionarios, la idea de que tenían un enemigo interior. Empezó a extenderse el rumor de que los contrarrevolucionarios, (que se hallaban encarcelados), estaban dispuestos a urdir una conspiración, y que eran cómplices y, por tanto, culpables de las amenazas proferidas por Brunswick. Los Sans culottes exigieron una justicia rápida a fin de poner término a la supuesta conspiración.

Desarrollo [editar] Las masacres empezaron con el degüello de 23 sacerdotes encarcelados en la prisión de la Abadía por unos federados marselleses y bretones. Un grupo de los 150 sacerdotes que estaban encarcelados en el convento de las Carmelitas, se rindió. Cuando llegó el grupo ejecutor al convento, los sacerdotes se dirigieron a la capilla en la que fueron asesinados a golpes de pico, de hacha y bastón. En este lugar fueron "juzgadas" y "ejecutadas" más de 300 personas. Stanislas-Marie Maillart ejecutor de las órdenes del Comité de vigilancia, condenó, uno a uno, a todos aquellos que se presentaron ante él "a la fuerza". Cuando se abrieron las puertas del convento y salieron, los condenados cayeron todos bajo las picas o las bayonetas. Esta masacre duró toda la noche. Ese mismo día 4 sacerdotes fueron asesinados en la iglesia de Saint-Paul Saint Louis (actual iglesia de Saint-Paul en le Marais), antigua iglesia perteneciente a los jesuitas (placa conmemorativa a la derecha).

Las matanzas se llevaron a cabo, durante cinco días, en las demás cárceles: en la Conserjería, en la Prison du Grand Châtelet, en la Force en Salpêtriére, Bicêtre y en la Prison des Carmes. Pero las matanzas no se detuvieron aquí. Marat pretendía que estos "tribunales populares" se extendieran por toda Francia. A tal fin hizo publicar en sus periódicos una circular, fechada el 3 de septiembre, en la que justificaba los castigos, y suscitaba las iras que provocaron más "juicios" sumarios: "La Comuna de París desea informar a sus hermanos de todos los departamentos, que una parte de los temibles conspiradores detenidos en las cárceles ha sido condenada a muerte por el pueblo: actos de justicia que creen indispensables a fin de acabar, por temor, con todas las legiones de traidores encerrados tras sus muros, por el momento se ha conseguido que el enemigo se detenga y, sin duda alguna, toda la nación, después de la larga sucesión de traiciones que la han conducido al abismo, se decidirá a adoptar estas medidas si las cree necesarias para la salud pública, y todos los franceses dirán, como los parisinos: "Nosotros moriremos frente al enemigo, pero no dejaremos detrás nuestro a estos delincuentes para que maten a nuestros hijos y a nuestras mujeres". Se llevaron a cabo ejecuciones en Orleans, Meaux o Reims, pero la situación en las provincias fue mucho más moderada en relación a las ejecuciones que se llevaron a cabo en la capital. En total y durante estos días de septiembre, en París y en sus distintos departamentos se realizaron más de 1.400 ejecuciones. Las matanzas no se limitaron a los contrarrevolucionarios, fueron asesinados también pequeños comerciantes o artesanos, y si bien, los contrarrevolucionarios fueron las primeras víctimas, la mayoría de los prisioneros por delitos comunes fueron, asimismo, ejecutados. El 4 de septiembre en la cárcel-hospital de Salpêtriére los asesinos violaron y mataron a las prostitutas, a las locas e incluso a los niños del orfelinato.

Responsabilidad del poder [editar] El papel que jugó el gobierno revolucionario en estas matanzas no quedó nada claro: los asesinos ¿fueron, en su totalidad, espontáneos o las matanzas en las que se implicaron estuvieron animadas (u organizadas) por el poder del gobierno? "De la audacia, todavía la audacia, siempre la audacia" Estas palabras pronunciadas por Danton el 2 de septiembre de 1792, quedaron grabadas en todas las memorias. Danton era, por entonces, el Ministro de Justicia del Consejo ejecutivo compuesto por seis miembros. Este consejo fue constituido por la Asamblea legislativa la noche del 10 de agosto de 1792. La Comuna de París y la Asamblea legislativa estaban enzarzadas en una lucha por el poder que paralizaba a Francia que estaba, en aquel momento, en un estado de guerra civil que la convertía en casi ingobernable. El gobierno de la República era objeto de una lucha feroz entre las diferentes partidos, y tanto los unos como los otros, no dudaban en tomar unas iniciativas que, la mayoría de las veces, se tomaban sin coordinación alguna y eran contradictorias. Para la Comuna el poder le había sido concedido al Comité de vigilancia, sobre el que Danton y Marat ejercían una influencia determinante.

La Comuna había decidido crear un ejército de 60.000 hombres para combatir a los prusianos. Oficialmente se trataba de no dejar sin defensas a las ciudades que estaban en poder de los contrarrevolucionarios; pero se tenía la absoluta convicción de que los voluntarios serían, de hecho, los más extremistas y que, dependiendo del poder central, tendrían preponderancia sobre los moderados. La comuna había efectuado numerosos arrestos (arbitarios) pero no se había atrevido, todavía, a "juzgar" tal y como se hizo durante el Terror. En este sentido, la Comuna, se desentendía, interesadamente, de las masacres y, de hecho, los asesinos no se diferenciaban en nada de los afectos a la Comuna, mientras que los promotores eran personas influyentes de la Comuna. Estas consideraciones explican, sin duda alguna, el silencio de Danton que quería conservar su influencia sobre los miembros de la Comuna. Tras la toma de la Bastilla Marat estaba convencido de que la política más eficaz para romper con el pasado era la de cortar algunas cabezas. Su periódico era uno de los más virulentos de la capital, y había adquirido gran prestigio tras el arresto de Luis XVI. Para Marat, este episodio puso de manifiesto una estrategia de insurrección común a todos los movimientos extremistas y, particularmente, a todos aquellos que se sienten amenazados, y que venia a poner a los más moderados ante los hechos consumados e impedía una vuelta atrás: •

1.- eliminando a todos los del bando opuesto



2.- encarcelando a todos los moderados cómplices de las masacres



3.- creando una atmósfera de terror, y obligando al silencio a las opiniones contrarias.

De hecho, las masacres permitieron que los patriotas extremistas obtuvieran un lugar preponderante y que, en las elecciones que siguieron, Marat y Danton consiguieran el triunfo. Las Masacres de septiembre son el testimonio de esta lógica, Asimismo constituyeron uno de los primeros "patinazos" de la Revolución francesa. Controvertido en ocasiones, este acontecimiento ha sido, y será, motivo de vivos debates entre los historiadores, algunos la contemplan como una visión marxista de la Revolución (Albert Soboul), otros tratan de demostrar los límites del poder popular. (François Furet).

Balance [editar] Las matanzas de septiembre de 1792 tuvieron un total de 1.000 a 1.400 víctimas, es decir, la mitad de los prisioneros parisinos. Hubo 307 muertos entre los 357 encarcelados en la prisión de la Abadía que comparecieron ante los tribunales populares. Tres cuartas partes de los prisioneros estaban encarcelados por delitos comunes.

El 2 de septiembre en el calendario [editar] No se celebran conmemoraciones oficiales. Las víctimas son consideradas como mártires. El calendario litúrgico menciona el 2 de septiembre como el día de la

conmemoración de los Bienaventurados mártires. Esta mención no figura en las agendas ordinarias.

Lista de las cárceles parisinas [editar] • • • • • •

Prison de l'Abbaye Prison du Châtelet Prison des Carmes Prison de la Force Prison de la Conciergerie Prison de Bicêtre

La otra historia de la Revolución Francesa

¿Cómo fueron las últimas horas de la Princesa de Lanballe? ¿Cuáles las últimas visiones y sensaciones de aquella amable dama, amiga de María Antonieta? Precediendo a su reina, sus últimos días fueron una pesadilla interminable, presa, esclavizada por el populacho, sujeto de las más viles torturas y humillaciones, aquella dulce muñeca de porcelana, hermosa y espléndida. La “cabellera más hermosa de Francia” sería una imagen que perduraría enlazada al horror y la humillación más salvajes de una revolución que también fue vil y basta. Amigo lector, si eres capaz de soportar algunas imágenes extremas de la historia, asómate a la vida de este personaje que cayó desde lo más alto a los subsuelos más nauseabundos del género humano.

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