Resumen Trimestral Castellano

  • June 2020
  • PDF

This document was uploaded by user and they confirmed that they have the permission to share it. If you are author or own the copyright of this book, please report to us by using this DMCA report form. Report DMCA


Overview

Download & View Resumen Trimestral Castellano as PDF for free.

More details

  • Words: 11,092
  • Pages: 21
Resumen Trimestral Castellano Odisea Anduvo Ulises diez años por el mar después de la guerra de Troya. No le fue tan mal como a sus compañeros en la tempestad que les mandó Poseidón como castigo por lo que le hicieron a Casandra en el templo de Artemisa (Diana). Diez años tuvieron que esperar su esposa Penélope y su hijo Telémaco en la isla de Ítaca su regreso. Penélope era una hermosa mujer, cuando Ulises salió para la guerra de Troya su casa se le había llenado de pretendientes, que eran ejecutivos importantes, de unos reinos vecinos y no los podían echar porque la hospitalidad en Grecia era cosa seria, éstos le decían a Penélope, con el fin de que se decidiera por uno de ellos, que Ulises había muerto ya que habían pasado diez años después de la guerra y él no regresaba. Ella sospechaba que su marido estaba vivo, y para embolatar a estos pretendientes, les dijo que no los podía atender hasta que no acabara de tejer una mortaja muy trabajosa de hacer para su suegro, el padre de Ulises, Laertes. Y así se la pasaba todo el día, tejiendo, y por la noche al escondido, desbarataba lo que había tejido, y al otro día volvía a empezar. Hasta que una criada fue a contarles a los pretendientes y éstos la cogieron en la noche desbaratando lo que había tejido en todo el día. Empezaron a acosarla para que escogiera a uno de ellos y así se pasaron los diez años hasta que llegó Ulises. Estuvo Ulises nueve días luchando con las olas cuando venían de regreso de la guerra, hasta que llegaron a una isla, la de los comedores de lotos, que eran unas matas grandes y el que comiera su flor perdía el deseo de volver a casa y olvidaba todo lo que había pasado. Los de la isla les dieron flores de loto a los amigos de Ulises y ya no querían volver cuando Ulises los llamó para los buques. Los tuvo que llevar a la fuerza amarrados y arrastrados. Llegaron a otro país, el de los cíclopes, que eran gigantes con un solo ojo en la frente y eran preferidos de Zeus que les había dado esta tierra con su ganado y sementeras. Llegados allí, fue Ulises con doce de sus compañeros y entraron a una cueva grande, y llevaban un barril de vino para dárselo al que les diera provisiones ya que estaban escasos de ellas. En la cueva encontraron la puerta abierta y adentro ovejas y en las paredes calabazos llenos de leche y comida que empezaron a comer.

Cuando llegó el gigante que se llamaba Polifemo, con una partida de ovejas, entró y cerró la puerta, que era una pesada piedra. Sintió gente extraña y preguntó quién se encontraba allí, si eran piratas. Todos muertos de miedo menos Ulises que se le paró de frente le dijo que no eran piratas sino náufragos que venían de la guerra de Troya y que necesitaban ayuda. Polifemo molesto estiró las manos y cogió uno de los hombres y se lo comió, después se recostó a descansar. Sabía que no le podían matar porque entre todos no podían mover la piedra de la entrada de la cueva y no podrían salir. Al otro día en la mañana se comió otros dos compañeros de Ulises, salió con sus ovejas y cerró con la plancha de piedra. A Ulises se le ocurrió una idea, cuando regresó Polifemo se comió otros dos y Ulises le ofreció vino, el cual tomó hasta emborracharse. En este estado el gigante, Ulises y sus amigos le enterraron una estaca en el ojo dejándole ciego. Se levantó el gigante gritando del dolor y tratando de agarrarlos pero no los podía ver. Entonces quitó la plancha de piedra de la entrada y se sentó allí con las manos estiradas para coger al que tratara de salir. Ulises cogió de a tres ovejas y las amarró una detrás de otra y por debajo se metía uno de ellos escondido entre la lana y las ovejas iban saliendo y el gigante las tocaba por encima para verificar que no fuera nadie encima. Así lograron salir todos para sus buques. Desde allí le gritaron a Polifemo y éste les lanzó una piedra inmensa que casi voltea uno de los buques. Luego llegaron a la isla de Eolo, el rey de los vientos, que los recibió muy bien y cuando se fueron a ir de allí, éste le regaló a Ulises un talego donde estaban metidos los vientos de las tempestades, encerrados para que no se salieran y pudieran regresar a su tierra. Sus hombres por curiosidad abrieron el talego y se desata horrible tempestad que duró varios días y a duras penas llegaron a la tierra de los Lestrigones, gigantes que comían carne humana como los cíclopes y a medida que llegaban los buques los hacían pedazos y se comían la tripulación. Y así acabaron con todos, menos con la embarcación de Ulises que antes de entrar al puerto se dio cuenta y se alejó de allí. Con los hombres que le quedaban, llegó a la isla de Eea, y vieron humo que salía del monte. Ulises se quedó en el barco con la mitad de la gente y la otra la mando allí, al mando de Euríloco para ver si encontraban ayuda. Euríloco fue allí y encontró el palacio de Circe, que era una hermosa maga o bruja, rodeado de leones, lobos, panteras y tigres que eran hombres que Circe había encantado. Todo los

hombres que llegaban allí les daba unas yerbas y los convertía en animales, que seguían pensando como hombres. Cuando se acercaron al palacio vieron esos animales mansos y escucharon que adentro cantaban y entraron al palacio, pero Euríloco esperó afuera con desconfianza. Circe los atendió muy bien, les dio un brebaje a tomar y los convirtió en marranos, pero con sus mentes tan enteras como antes. Euríloco vio todo y fue a los buques a contarles a sus amigos lo que había pasado. Ulises salió para el palacio de Circe a salvar a sus compañeros y en el camino lo atajó un joven, que era el dios Hermes (Mercurio), el mensajero de los dioses, y le dijo que se tomara un brebaje que le dio, y que podía comer lo que Circe le diera sin hacerle efecto, luego le dijo que la amenazara con la espada y le hiciera prometer que no le haría más daño a él ni a sus amigos. Y así paso. Cuando Circe vio que no le hacía efecto nada, lo abrazó y se dio cuenta que era Ulises y se enamoró de él. Volvió a la normalidad a los demás hombres que había convertido en marranos y se quedaron disfrutando de los placeres y de las mujeres que habían allí ya que Circe hizo el modo de que se quedaran un año entero. Antes de irse, Circe le dijo a Ulises que fuera al Hades donde el adivino Tiresias para que le indicara que tenía que hacer para volver sano y salvo a su tierra. En la despedida que les hizo Circe, el menor de los hombres de Ulises, Elpenor, que estaba en una terraza durmiendo una borrachera, sintió la bulla de los otros, y se despertó asustado, salió corriendo olvidando donde se encontraba y cayó al piso matándose. Hicieron lo que les dijo Circe. Para ir al Hades tenían que atravesar un río y allí tenían que abrir una hueco muy grande en la tierra y llenarlo de sangre de chivo para que las almas vinieran a tomarla, pues les encantaba la sangre, y cuando llegaran no dejarlas arrimar hasta que llegara el alma de Tiresias y ese sí podía tomársela. Cuando estuvo bien lleno llamó a Ulises y le dijo que la única recomendación que les hacía era que cuando llegaran a la isla de Tinacria, donde el Sol tiene su ganado, no vayan a tocar un solo novillo, que se lo advirtiera a sus hombres. Siguieron su viaje. Días después pasaron por la isla de las Sirenas. La maga Circe le había hablado a Ulises de ellas, que eran tres mujeres hermosas mitad mujer, mitad pez, comían carne humana y

cantaban muy hermoso. Una tocaba guitarra o cítara, la otra flauta y la otra cantaba, y el que las llegara a oír se iba para allá como hipnotizado, y se lo comían. Le dijo que tapara los oídos de los hombres con cera y que lo amarraran a él bien fuerte a un palo del buque para que pudiera oírlas sin peligro. Cuando pasaron por frente de ellas, Ulises les gritaba a sus hombres que le soltaran pero ellos no lo hicieron. Así pasaron de este peligro. Después pasaron por entre Escila y Caribdis. Escila era una roca muy azarosa, llena de filos y puntas que atraía lo que pasara cerca, había que pasar retirados para que no atrajera el buque y se volviera astillas al chocar con ella. Al frente estaba Caribdis, que era un remolino que se tragaba todo lo que se le acercara, y a los tres días lo expulsaba de nuevo, cuando ya era demasiado tarde. Para pasar por acá, la diosa Atenea (Minerva), que los protegía, les ayudó, haciendo que el barco pasara a toda velocidad y Caribdis sólo se alcanzo a tragar a seis de los tripulantes. Días después llegaron a la isla de Tinacria, donde el Sol tenía su ganado. En un descuido de Ulises, sus amigos mataron algunos novillos para comérselos, diciéndole después a Ulises que no resistían el hambre y que por eso lo habían hecho. El Sol se fue para donde Zeus y le pidió que los castigara. Éste, lanzó un rayo al buque, que lo hizo hundir junto con sus tripulantes, salvándose solamente Ulises ya que él no había tomado parte en lo de los novillos y porque Atenea lo protegía. Nadando tres días llegó por fin a tierra firme, a la isla de Calipso que era una hermosa ninfa que vivía allí sola. Ésta, retuvo a Ulises en esta isla, durante cinco años. Atenea compadecida de Ulises, les rogó a los otros dioses que no le atormentaran más, y que lo dejaran llegar tranquilo a su hogar. Todos los dioses, excepto Poseidón (Neptuno) accedieron. Zeus mandó a Hermes (Mercurio) donde Calipso a decirle que dejara ir a Ulises. Ésta le suministró herramientas para construir una balsa. En cuatro días la acabó. Diecisiete días navegó hasta que alcanzó a ver tierra, pero Poseidón, que estaba en su contra, le vio y le envió una tormenta horrible. Salió en su ayuda Uno, la diosa de los navegantes, que se le acercó volando bajo y le dijo que la única forma de salvarse era a nado y le prestó un velo mágico con el cual no le pasaba nada mientras estuviera en el mar. Cuando se fue Poseidón, Atenea calmó las olas y así pudo nadar Ulises con el velo de Ino

amarrado al cuello. Nadó dos días y dos noches hasta que llegó a la tierra de los feacios, gente hospitalaria. Su rey Alcínoo y su esposa Arete, tenían una sola hija, Nausicaa. La hermosa Nausicaa fue con sus sirvientas, que las trataba como amigas, a lavar ropa a la orilla del mar y a bañarse con aceite de oliva. Cuando ya iban a salir para el palacio alcanzaron a ver un hombre desnudo que se acercaba a ellas, todas salieron corriendo menos Nausicaa que le esperó para ver quién era y qué hacía allí. Ulises se le presentó y le dijo que le ayudara. Ésta le dio ropa y le llevó al palacio donde lo recibieron muy bien. Ulises les contó la historia desde que salieron de Troya y todos le escuchaban asombrados. El rey lo mandó para Ítaca, su tierra, con presentes. Allí, en Ítaca, se le presentó la diosa Atenea en forma de muchacho de buena presencia para decirle que ya estaba en Ítaca, luego se le dio a conocer y le contó cómo estaban las cosas allí y en la casa de su esposa Penélope, también le contó lo de los pretendientes. Lo convirtió en limosnero para que no le reconocieran y lo mandó a pedirle posada a Eumeo, que era el que cuidaba los cerdos, desde antes de la guerra y era de confianza. También le dijo que le esperara allí que le fuera a traer a su hijo Telémaco que estaba en casa de Menelao y Helena. Atenea quería mucho a Telémaco lo mismo que a su padre por ser como éste, justo y valiente. La diosa una vez se disfrazó de forastero y se sentó junto al palacio de Penélope, cuando salió Telémaco, regañó a sus sirvientes porque no habían hecho entrar al forastero a darle posada y a atenderlo. Así lo hicieron, y le pregunta el forastero, ya adentro, a Telémaco que quiénes eran esos hombres que se la pasaban bebiendo y sin trabajar, a lo cual éste respondió que eran los pretendientes de su madre, le contó que era el hijo de Ulises y que hacía veinte años lo estaban esperando para que pusiera orden y echara a esos hombres de la casa. Atenea en la figura de forastero le aconsejó a Telémaco que fuera a preguntarles al viejo Néstor y a Menelao sobre su padre. Telémaco entusiasmado hizo llamar a los viejos que formaban la asamblea para comentarles sobre sus planes. Entre éstos había algunos de los pretendientes de su madre que lo hicieron desanimar. Telémaco se fue para la playa a pedirle a Atenea que le ayudara a encontrar a su padre. Esta diosa se puso en la figura de Mentor, que era el sabio que más confianza le tenía Ulises. Se le apareció entonces este Mentor a Telémaco y le preparó un barco diciéndole que le iba a acompañar a buscar a su padre.

Salieron esa noche para la isla de Pilos donde vivía el viejo Néstor. Cuando llegaron allí, éste les dijo que no sabía dónde estaba Ulises desde que habían salido de la guerra, que tal vez Menelao lo sabría. Llegó allí Telémaco con un hijo de Néstor que le había acompañado, Mentor se quedó cuidando el barco. Menelao y Helena los reyes de Esparta, los recibieron muy bien. Menelao les contó lo que le había dicho Proteo sobre Ulises hace muchos años: "Cuando estaba yo varado con mi gente en la isla de Faros y muriéndonos de hambre llegó una diosa del mar que era hija de Proteo, otro dios del mar, y nos dijo que su padre, Proteo, los podía ayudar a salir de allí pero que teníamos que obligarlo por la fuerza a que nos ayudara. Y resulta que Proteo salía todas las mañanas a la playa y se recostaba allí al lado de unas focas. Cuando supe esto, cavamos cuatro huecos alrededor de donde él se acostaba y nos metimos allí tres compañeros y yo tapados con cueros de focas, cuando él llegó y se acostó, salimos nosotros y lo cogimos entre los cuatro de pies y manos. El dios cambiaba de figura, unas veces se volvía león, otras dragón, y hasta árbol, etc., pero nosotros no lo soltábamos hasta que al fin tuvo que ayudarnos a salir de allí. También nos contó que Ulises estaba en una isla en poder de Calipso. Y eso es todo lo que sé de tu padre". Apenas acabó Menelao su relato se fueron a dormir y al otro día salieron de nuevo para el barco. Telémaco regresó a Ítaca y fue a saludar al viejo Eumeo y a preguntarle qué novedades había. Cuando llegó allí se encontró a un viejo limosnero que estaba ayudándole a Eumeo. Telémaco mandó a Eumeo a casa de su madre para que diera la noticia de su regreso. Atenea le dio a Ulises su figura original y le dijo que le contara a Telémaco quién era. Después de presentársele Ulises a Telémaco, éste se puso muy feliz y le contó todo lo que estaba sucediendo en el reino. Ulises se puso como una fiera. Mandó a su hijo al palacio a esconder todas las armas, menos las de ellos dos, que él iba a esperar al viejo Eumeo. Cuando volvió Eumeo encontró a Ulises de nuevo en la figura de anciano limosnero. Salieron los dos ancianos para el palacio y allí le reconoció su perro Argos que se puso muy feliz pero que de inmediato murió después de veinte años de espera. Ulises en figura de limosnero entró al salón donde estaban los pretendientes y uno de estos lo sacó a patadas. Cuando Penélope se enteró de esto, les dijo a los pretendientes que le

trajeran presentes para ver si se resolvía por alguno. Todos salieron de inmediato y ella hizo entrar al anciano para pedirle disculpas y para atenderlo. El anciano empezó a contarle sobre Ulises y ella empezó a llorar, pero él no se daba a conocer. Entonces Penélope hizo llamar a una vieja sirvienta llamada Euriclea para que le lavara los pies al anciano y le diera ropa nueva. Esta criada había sido la niñera de Ulises cuando pequeño y a él le dio temor que lo reconociera por una cicatriz que tenía en un pie. Así fue, cuando ella vio la cicatriz iba a gritar pero Ulises la atajó y le dijo que no le contara a nadie. Al otro día, Ulises le pidió a Atenea que le ayudara a acabar con todos los pretendientes. Penélope ya tenía un plan para acabar con ellos. Fue ella a buscar el viejo arco de Ulises, que era tan sumamente tieso y duro que él era el único que podía estirarlo para disparar flechas. Penélope se apareció con el arco donde los pretendientes y les dijo que el que fuera capaz de disparar una flecha que pase doce argollas en fila, ese sería su esposo. Todos intentaron y ninguno podía siquiera estirarlo. Ulises que estaba ahí curioseando llamó a Eumeo y a otro criado de confianza y les dijo que él era Ulises, que una diosa lo había convertido en limosnero y les mostró la cicatriz, que ellos ya la conocían, para convencerlos. Ulises mandó a Eumeo a que cuidara las habitaciones de las criadas para que ninguno de los pretendientes entrara y saliera de allí, y al criado le dijo que cuidara la puerta de atrás para que ninguno huyera por ese sitio. Cuando el último de los pretendientes no pudo con el arco, Ulises dijo que él quería intentarlo. Se armó gran alboroto por esto, los pretendientes decían que él no tenía derecho y Telémaco que estaba allí les dijo que todos tenían derecho y al anciano le dijo que bien podía intentarlo. Ulises estira el arco con suma facilidad y dispara la flecha que va a parar entre las doce argollas, luego dispara otra flecha con la que mata a uno de los pretendientes, los otros fueron a buscar sus armas pero no las encontraban porque Telémaco las había escondido, luego fueron a huir pero todas las puertas estaban trancadas, Ulises y Telémaco empezaron a matarlos a todos y a lo último faltaban sólo dos que se le arrodillaron a Ulises para pedirle que les perdonara la vida, uno era sacerdote y el otro poeta, mató al sacerdote y le perdonó la vida al poeta porque un hombre que hacía versos tan bonitos merecía vivir. Después de esta matazón fue Euriclea donde Penélope a decirle que Ulises había regresado y era el anciano al que ella había ayudado y que él era el que había matado a todos los

pretendientes, que viniera a verlo. Penélope fue y se encontró con Ulises al que Atenea le había dado su forma. Se abrazaron y fueron felices. Don Quijote de la Mancha CAPITULO 1 En este capítulo se nos presenta a Alonso Quijana como un hombre no excesivamente rico, incluso se podría decir que era más bien pobre. También no describe la edad de este peculiar personaje "50 años" y de su peculiar ama de llaves que pasaba de los 40. Este buen hombre tenía era de complexión recia, madrugador y gran aficionado a la caza. Este peculiar personaje era gran amante de las novelas de caballería y tenía como escritor favorito a Feliciano de Silva. Tal fue la obsesión por estos libros de caballería que decidió convertirse en caballero. Para llevar a cabo esta extraña aventura tubo que coger y limpiar las armas de sus bisabuelos, las cuales tuvo que preparar para su uso. Para poder convertirse en un buen caballero necesitaba las siguientes cosas: •

Un nombre para él mismo: pues todo caballero que se precie tenía un nombre apropiado para tal faena. Decidió ponerse como nombre Don Quijote de la Mancha, idea que sacó de Amadís de Gaula.



Un nombre para su caballo: Al cual puso como nombre Rocinante, ya que el pobre caballo no se encontraba en su mejor momento.



Una mujer a la cual dedicarle todos sus triunfos y glorias, ya que en aquellos tiempos un caballero no podía comportarse como tal si no tenía una mujer a la que dedicarle sus triunfos.

CAPITULO 2 En este capítulo se nos narra como Don Quijote a medida emprende su primera salida antes del amanecer. Por el camino se iba haciendo preguntas sobre él mismo y sobre su futuro como caballero y llego a la conclusión de que en realidad no era un caballero pues no llevaba armas blancas como cualquier los caballeros de sus novelas, pero después de mucho pensar pudo mas su locura que su cordura pues siguió pensando que era un perfecto caballero. A medida que cabalgaba iba imaginándose que sería un caballero famoso y que aparecería en los libros de caballería por sus grandes hazañas. Comenzó a anochecer y Don Quijote se introdujo en una venta para pasar la noche. Allí encontró a dos mujeres a las cuales comenzó a elogiar y alabar, las dos mujeres comenzaron a reírse de su forma de hablar y de que no se daban por aludidas de tales piropos. Don Quijote comenzaba a enojarse, pero en ese momento apareció el ventero que le ofreció comida, un lugar para dejar el caballo y un buen lugar para dormir.

CAPITULO 3 En este capítulo Don Quijote se arma caballero. Para que este nombramiento fuese valido Don Quijote le pidió al ventero que le nombrara caballero, dándole sus razones de porque este nombramiento. El ventero acepto a este extraño nombramiento pensando que Don Quijote estaba loco y que él a su vez ganaría un buen dinero. Para que este nombramiento fuese valido las armas del caballero deberían poner las armas a velar en la capilla, pero como allí no había capilla, ya que supuestamente se estaba construyendo, pusieron a velar las armas en el patio y de esta manera Don Quijote permanecería vigilándolas durante todo el día para que no se las robaran. Don Quijote se tuvo que enfrentar con dos hombres que pretendían robárselas hasta que apareció el ventero y puso paz. Al final Don Quijote fue nombrado caballero a la vieja usanza, dando dos toques con la espada en los hombros del caballero. Una vez acabado el nombramiento las dos mujeres se quedaron sorprendidas y le dijeron a Don Quijote que le servirían de por vida, entonces Don Quijote pregunto sus nombres y dijo que desde entonces se llamarían por Doñas. Al final todo quedo en nada y Don Quijote se marcho al amanecer. CAPITULO 4 En este capítulo Don Quijote se va de la venta y vuelve al pueblo a recoger dinero y a buscarse un escudero. Por el camino oye unas voces y se dirige hacia ellas. Una vez allí ve como un señor está azotando a un niño, en ese momento Don Quijote ordena al señor que pare a menos que se quiera enfrentar con él, entonces el señor se detiene. Entonces Don Quijote le pregunta al señor que porque estaba pegando al pobre niño, el señor responde que el niño le había perdido una oveja y el niño alega que él lleva 9 meses sin pagarle. Don Quijote hace jurar al señor que pagaría al niño y que le dejaría libre. Posteriormente Don Quijote se va y prosigue su camino. Al irse Don Quijote el señor vuelve a azotar al niño y este le dice que va a buscar a Don Quijote. Don Quijote prosigue su camino y se encuentra a dos mercaderes a los cuales les cuenta la belleza de su amada dulcinea. Estos mercaderes, para satisfacerse, le asienten diciendo que si pero que será manca y tuerta. Don Quijote enojado les ataca pero con la mala suerte de que su caballo tropieza y no se consigue levantar con el enorme peso de las armas. Los mercaderes le atacan y le rompen la lanza. Más tarde ambos mercaderes se van y abandonan a Don Quijote. CAPITULO 7 Don Quijote se despertó dando voces, ya que estaba desvariando y se creía que estaba luchando con muchos enemigos. Acto seguido comenzó a hablar de libros de caballería, el cura y el ama de llaves de Don Quijote le dieron de comer y le volvieron a acostar para que se relajara y descansara. El cura, el barbero y la ama de Don Quijote decidieron poner un muro en la biblioteca de Don Quijote para que este no pudiera acceder a la biblioteca y así no se diese cuenta de que todos sus libros habían desaparecido. En el caso de que Don Quijote se acordase de su biblioteca y preguntara por sus libros, sus amigos le dirían que había sido un mago que la hizo desaparecer mientras Don Quijote dormía. Y así fue, cuando Don Quijote se despertó y preguntó por su habitación llena de libros de caballería sus amigos le dijeron que había sido un mago que la había hecho desaparecer.

Don Quijote pasó 15 días tranquilos ya que se había propuesto buscar un escudero y conseguir dinero. Para obtener este dinero fue necesario que empeñara ciertas pertenencias suyas. Durante este tiempo encontró a un pobre hombre llamado Sancho Panza al cual le ofreció varias islas si se iba con él de aventuras. Después de haber hecho este peculiar trato ambos aventureros se marcharon al anochecer. Durante el viaje Don Quijote y Sancho estuvieron hablando sobre la isla que le había prometido Don Quijote a Sancho. CAPITULO 8 Por el camino Don Quijote y Sancho se encuentran con unos molinos de viento y Don Quijote creyéndose que son gigantes se dispone a atacarlos con su lanza. Sancho le dice que no son más que molinos, pero Don Quijote se empeña en atacarlos ya que él piensa que son gigantes malvados, como consecuencia Don Quijote tropieza con su lanza y se cae al suele acabando así el problema de los molinos, o gigantes como seguía afirmando Don Quijote. Por el camino Don Quijote recuerda que una vez leyó como un caballero repuso su lanza con un tronco y así lo hizo Don Quijote. Al día siguiente cuando se disponían a ir a Puerto Lápice en busca de aventuras vieron a dos monjes, vestidos con sus hábitos negros y a una mujer que iba detrás de ellos, se supone que iban todos en la misma dirección. Don Quijote se pensó que estos hombres tenían secuestrada a la señora que iba detrás de ellos, y decidió atacar a los pobres monjes. Sancho le aviso que no eran más que dos frailes pero Don Quijote no le hizo caso y ataco a los frailes. Los dos frailes salieron corriendo con la mala fortuna de que uno de ellos se calló al suelo, Sancho amablemente intento ayudar al fraile que se había caído pero dos mozos arremeten contra él y le dejan inconsciente. Don Quijote a su vez fue a presentarle sus respetos a la señora, pero el escudero de ella arremetió contra Don Quijote dejándole herido de un hombro. CAPITULO 9 En este capítulo Cervantes nos cuenta como continuo la historia entre la lucha de Don Quijote y el vizcaino, ya que tenía pensado acabar el libro aquí. Así pues estaban peleando ambos caballeros con las espadas levantadas y con rostros impasibles, el vizcaino ataca hiriéndole en una oreja y rompiéndole la armadura a la altura del hombro. Don Quijote enfurecido ataca tirándole del caballo e hiriéndole la cara al vizcaino. Don Quijote se baja del caballo para rematarle a menos que fuera a dar sus honores a su amada Dulcinea del Toboso. El vizcaino acepta y Don Quijote le deja marchar para que valle a presentar sus respetos a la amada del buen Don Quijote. CAPITULO 10 En este capítulo tras la batalla con el vizcaino Don Quijote y Sancho deciden reanudar su camino. Sancho pensando que Don Quijote había ganado algo después de esa batalla le pregunta por la isla que le había prometido y Don Quijote dijo que el pobre vizcaino no era un hombre del que se pudiera obtener dinero. Por el camino Sancho decide curarle la oreja a Don Quijote, y este habla de un bálsamo que te recupera instantáneamente.

Mientras tanto estaban pensando donde podían dormir esa noche, ya que en una iglesia no podían dormir ya que habían agredido a unos monjes. Por el camino decidieron cenar y Sancho sacó cebolla, pan y queso. Al no encontrar un lugar donde dormir, decidieron dormir cerca de una chochas de pastores al aire libre. CAPITULO 12 En este capítulo se nos narra como un cabrero estaba anunciando la muerte de un pastor que falleció debido a los amores de una moza muy hermosa, Marcela. Don Quijote que era desconocedor de esta historia se intereso por ella y el pastor de buen grado accedió a contársela. El pastor le contaba a Don Quijote que esta buena moza rechazaba a todos los hombres e incluso su tío la intentaba casar pero ella se negaba. También le contaba que al día siguiente era el entierro pero que no debería ir ya que no era de buen ver que estuviese en el entierro gente desconocida. Al final todos se fueron a dormir normalmente, pero Don Quijote durmió en la choza. CAPITULO 13 En este capítulo se nos cuenta la conversación que mantiene Don Quijote con los pastores en el camino del entierro. Los pastores loe preguntaron a Don Quijote que como es que iba tan armado por esas tierras tan tranquilas. Don Quijote les explicó que él era un caballero que en lugar de ofrecer las victorias a Dios se las ofrecía a su amada, ya que todos los caballeros andantes tenían que tener una amada, explicaba Don Quijote a los pastores. Al final todos los pastores penaron que Don Quijote estaba loco. Cuando llegar al lugar del entierro vieron que estaba lleno de pastores, y entre todos se veía a Crisónomo, el pastor muerto, en un baúl lleno de papeles. Uno de los pastores cogió uno de los papeles en donde había escrito sus últimos versos Crisónomo. CAPITULO 16 Una vez que ya hubieron entrado en la venta fueron atendidos por la mujer del ventero y la hija que le pusieron a Don Quijote una cama muy mal hecha. A Sancho le atendió la sirvienta, que le puso una cama peor todavía que la de Don Quijote. Cuando hubieron acabado de curarles les dejaron ir a sus respectivas comas para descansar, pero en su misma habitación había otra persona, un Harriero, el cual había quedado por la noche con la sirvienta. De esta manera a la hora de la cita entraba la sirvienta a la habitación y Don Quijote creyéndose que era una hermosa dama la cogió de las manos y la comenzó a alabar (según palabras de Cervantes la mujer era enormemente fea). Al poco rato escuchó esto el Harriero y sigilosamente se acerco a Don Quijote y comenzó a darle golpes en la espalda. La cama al no ser de muy buena calidad se cayó y produjo un ruido que despertó al ventero, que pensó que era la criada que había hecho una de las suyas. La criada se escondió en la cama de Sancho con la mala fortuna de que este comenzó a pegarla, al ver esto el Harriero y el ventero comenzaron a pegar a Sancho. Un cuadrillero que estaba durmiendo en una habitación cercana se despertó con todos estos ruidos y se acerco para ver que

sucedía, al ver a Don Quijote tumbado en el suelo y con sangre en la espalda se lo dijo rápidamente a todos los que en esa habitación se encontraban. Todos dejaron de golpearse mutuamente y se fueron de la habitación que dando allí Don Quijote, Sancho y el cuadrillero que fue a buscar un candil para ver mejor dentro de la habitación. CAPITULO 22 En este capítulo se nos cuenta otra aventura de Don Quijote y Sancho en la cual nuestros dos personajes se encuentran con muchos malhechores que van a cumplir condena en las galeras del rey. Don Quijote y Sancho iban caminando tranquilamente por un descampado cuando encontraron en su camino a unos galeotes, presos, que iban escoltados por unos comisarios armados. Don Quijote al ver que estos presos iban encadenados se interesó del porque de esta inhumana situación. Sancho se lo intento explicar, pero al no quedar satisfecho este comenzó a preguntarle a los galeotes el porqué de su condena. Los galeotes comenzaron uno por uno a explicarle a Don Quijote el porqué se encontraban encadenados y condenados a trabajar en las galeras del rey. Don Quijote al considerar injusto, que esos hombres estuvieran condenados por algo que él no consideraba una pena mayor, decidió liberarlos y dejarlos marchar en paz. Al acabar esta pequeña batalla entre los galeotes y Don Quijote contra los comisarios, Don Quijote les dijo a los galeotes que fueran a visitar a su amada Dulcinea del Toboso a contarle que el caballero de la triste figura, Don Quijote, les había liberado de sus cadenas y penas. Los galeotes además de negarse a cumplir este pequeño mandato comenzaron a apedrear y saquear a Don Quijote y a Sancho, dejándoles a la intemperie casi desnudos. CAPITULO 23 En este capítulo se nos narra como Don Quijote y Sancho se refugian en Sierra Morena para así huir de la santa hermandad que les perseguían. Mientras estaban Don Quijote y Sancho durmiendo se acercó allí uno de los galeotes que habían escapado en el capitulo anterior y le robó a Sancho su asno para más tarde venderlo y sacar así algún dinero, ya que por el caballo de Don Quijote, Rocinante, no ganaría ni una sola moneda. Después de que Don Quijote hubiera consolado al pobre Sancho prometiéndole que le conseguiría cinco asnos mas, ambos personajes comenzaron a andar por esa angosta sierra en busca de nuevas aventuras. Poco después de este desafortunado incidente se toparon Don Quijote y Sancho con un cojín y una maleta, la cual tenía varias comisas, un librillo y una bolsa con un montoncito de escudos de oro. Don Quijote al leer el librillo se intereso por saber quién podría ser el dueño a sí que él y Sancho se dispusieron a buscarle a trabes de esa angosta sierra. Al cabo de un considerable tiempo encontraron a un cabrero que les contó todo lo que sabía sobre ese misterioso personaje. Este cabrero les contó que este era un hombre loco por momentos, ya que en ocasiones se comportaba de forma muy caballerosa y cortes y en otras ocasiones se comportaba de una forma muy brutal y loca. El cabrero había acordado junto con unos amigos el llevar a este peculiar personaje a la villa de Almodovar para que le

pudieran curar y también para que tanto el cabrero como Don Quijote se pudiesen informar de quién era ese misterioso hombre. CAPITULO 49 Este capítulo comienza con Sancho y Don Quijote discutiendo sobre si era cierto o no el encantamiento de Don Quijote. Al final de la conversación Don Quijote le dice a Sancho que si que tenía que estar encantado ya que si no lo estuviese no se dejaría llevar hasta dentro de esa jaula. Cuando pararon para descansar Sancho le dijo al cura que dejara salir a Don Quijote para que así pudiese dar una vuelta y hacer sus necesidades. Mientras Don Quijote se encontraba fuera de la jaula el Canónigo intento convencer a Don Quijote de que los libros de caballería no son más que cuentos sin sentido pero este le respondió con tantísimos argumentos que el Canónigo se dio cuenta que era imposible sacarle de su locura. CAPITULO 50 Don Quijote y el Canónigo proseguían su conversación sobre los libros de caballería donde Don Quijote comenzó a contar el largo discurso del caballero del Lago en la cual se describe el paisaje en donde se producen. Después de contar esto acaba diciendo que desde que es caballero andante es una grandísima persona y un gran hombre. Cuando acabó esto Don Quijote y Sancho volvieron a hablar de la recompensa que le tenía que dar Don Quijote a Sancho cuando acabara la aventura. Ante esto Sancho manifestó un gran temor ya que no sabría lo que hacer si llegara a gobernar mal y en caso de hacerlo no sabría cómo debería gobernar bien sobre su territorio. Mientras iban caminando el grupo encontró un pastor que salía de la maleza detrás de una cabra a la cual le estaba reprochado que al ser hembra no se podía estar tranquila. Entonces entablaron una conversación entre el cura y el pastor en la cual el cura llegó a decir que los montes crían letrados y las cabañas filósofos. Entonces el pastor para corroborar esto comenzó a contarles una historia. CAPITULO 51 El pastor comenzó a contar la historia de Eugenio y Leandra. El pastor contaba que cuando era más joven se había enamorado de una mujer llamada Leandra pero como él y otro chico más le habían pedido su mano el padre dejó la elección en manos de la propia Leandra, la cual se lo estaba pensando mucho debido a su juventud. Por aquellos días apareció en el pueblo un soldado que iba contando muchas historias de guerras y batallas. Leandra al escuchar estas historias cogió joyas de su casa y se fugó con el soldado. A los pocos días encontraron a Leandra sin dinero y abandonada ya que el soldado le había robado las joyas que esta poseía, el padre para darle un escarmiento a su hija decidió meterla en un convento. Una vez acabo la historia explicó que por eso le decía a la cabra que debía ser mujer ya que su comportamiento era alocado igual que lo fue el de Leandra.

TOMO 2 Capitulo 1 El Cura y el Barbero estuvieron bastante tiempo sin ir a visitar a Don Quijote aunque se enteraban sus progresos por medio de su Ama y de la Sobrina las cuales afirmaban que estaba recobrando el juicio. Unos días después el Cura y el Barbero fueron a visitar a Don Quijote el cual les recibió efusivamente, Estos estuvieron hablando de muy diversas cosas pensando que Don Quijote estaba cuerdo. El Cura como prueba de oro decidió contarle a Don Quijote que el rey estaba recibiendo una invasión. De este modo Don Quijote contesto diciendo que tendría que recurrir a los caballeros andantes que gustosamente le ayudarían. De este modo comprendieron que Don Quijote seguía loco. El barbero contó una historia de un loco que residía en Sevilla. Don Quijote en respuesta a esta historia comenzó a hablar de la edad de los caballeros dando a entender al Cura y al Barbero que tenía en mente una nueva salida. El Cura comienza a provocar a Don Quijote diciéndole que los caballeros andantes no existen y Don Quijote en respuesta comienza a dar opiniones muy documentadas entre las cuales decía que los caballeros son tan reales que se podría llegar a afirmar que él ha vista a Amadís, a Reinaldos y a Roldán. Capitulo 2 El Cura y el Barbero decidieron irse a la vez que escuchaban como el Ama y la Sobrina de Don Quijote están acusando a Sancho, que quería ir a visitar a su amo, de haber engañando a Don Quijote. Al oír esto Don Quijote manda a Sancho entrar para poder hablar con él. Don Quijote le pregunta a Sancho cual es la opinión del pueblo sobre sus hazañas. Sancho le responde diciendo que en el pueblo todo el mundo dice que Don Quijote estaba loco y que Sancho era un mentecato y que también se decía que Don Quijote se había puesto el "Don" y que se había hecho caballero sin derecho a ello. Don Quijote dijo que esos rumores eran todos causa de la envidia. Sancho le contó también que Bartolomé Carrasco, que acababa de hacerse Bachiller en Salamanca, le contó que había visto impresa la historia de "El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha". Don Quijote al oír esto mandó a Sancho en busca del Bachiller Capitulo 3 Cuando se fue Sancho quedo Don Quijote pensando cómo era posible que alguien hubiese escrito sus aventuras si no había transcurrido mucho tiempo desde que comenzó sus aventuras. También le preocupaba el que el escritor del libro se hubiese inventado algo acerca de su amada Dulcinea. Cuando Sansón Carrasco llegó a donde estaba Don Quijote se arrodillo ante él como si de un gran caballero se tratara, y comenzó a alabar las aventuras que había leído en ese libro. El capitulo termina contando como el Bachiller y Don Quijote ponen en común detalles de la primera parte, como por ejemplo lo que hizo Sancho con los cien escudos de oro que encontraron en Sierra Morena y los errores del autor, como la inclusión de la novela del Curioso Impertinente y el extraño hurto del jumento de Sancho.

Finalmente el Bachiller le manifiesta lo famosas que son sus aventuras ya que las leen todas las personas por todo el mundo. Capitulo 4 Sancho comenzó a explicar que fue lo que sucedió con los cien escudos y también explicó el famoso robo del jumento. En ese momento escucharon relinchar a Rocinante lo que consideraron como un indicio de buena suerte. Más tarde decidieron realizar una nueva salida en unos tres o cuatro días. Más tarde después que Don Quijote le hubo pedido al Bachiller que compusiese unos versos para despedirse de Dulcinea acordaron el marcharse en unos ocho días, con la condición de que el Bachiller n le dijese nada al Cura, al Barbero, a su Sobrina, ni al Ama. Capitulo 5 En este capítulo Sancho mantiene una intensa conversación con su mujer, Teresa, acerca de que Don Quijote y él van a volver a las aventuras y que Don Quijote le había renovado las promesas de darle una ínsula al terminar sus aventuras. Durante el resto del capítulo Sancho y su mujer discuten acerca de sí cuando Sancho sea monarca de la ínsula su hija deberá casarse con un igual o con un gran monarca vecino. Como conclusión Sancho obedece a su mujer, la cual se había puesto a llorar, y le dice que nombraría a su hija condesa lo más tarde posible. Acabada la conversación Sancho se fue con Don Quijote para ultimar los detalles de su partida. Capitulo 9 Don Quijote y Sancho entraron a media noche al Toboso para buscar el palacio de Dulcinea, que no daban encontrado ya que no existía. Tras un tiempo buscando llegaron a la conclusión de que ninguno de los dos conocía a Dulcinea ya que Don Quijote se había enamorado de ella por la buena fama que tenia y Sancho la había visto también por los comentarios que de ella le habían hecho. Después de un buen rato buscando Sancho decide convencer a Don Quijote para que este se quede esperando en un encinar hasta que Sancho encuentre a dulcinea y le diga que su amado caballero le está esperando en un encinar cercano. Capitulo 10 Antes de marchar Sancho en la busca de Dulcinea le había ordenado Don Quijote que se fijara en las reacciones físicas que mostrara Dulcinea al enterarse de que estaba allí su caballero. Antes de que Sancho comenzara su búsqueda se sentó, donde su amo no pudiese verle, para reflexionar acerca de la locura de su amo que aunque Sancho le llevase a otra persona que no fuese Dulcinea, Don quijote juraría que su amada está encantada. Al atardecer Sancho vio pasar cerca de él a tres labradoras y fue corriendo junto a su amo para decirle que Dulcinea se acercaba con dos de sus sirvientas y de este modo se invento sus ropas para que su amo se pensase que su amada se acercaba.

Cuando se estaban acercando las tres labradoras se puso en marcha el plan de Sancho ya que él pensaba que cuando su amo viese a las tres labradoras, e hiciese caso a Sancho que decía que era Dulcinea con sus sirvientas, pensaría que estaban encantadas. Las labradoras al oír las alabanzas, que Don Quijote hacia de ellas, salieron corriendo escapando de Don Quijote y de Sancho. Después de ver como las tres labradoras Sancho y Don Quijote comenzaron a increpar contra los encantadores que privaron a Don Quijote de ver la belleza de su amada, Dulcinea. Finalmente Don Quijote y Sancho prosiguieron su camino hacia Zaragoza donde se celebraban todos los años unas fiestas muy importantes. CAPITULO 42 Cuando los Duques se dieron cuenta de que las bromas funcionaban y Don Quijote y Sancho no se daban cuenta de nada decidieron proseguir con ellas para reírse más. Más tarde el Duque le dijo a Sancho que se preparara por que al día siguiente irían a la ínsula en la que Sancho gobernaría. Al oír esto Don Quijote se apartó con Sancho un momento para aconsejarle acerca de cómo tenía que comportarse como gobernador de una ínsula. Primero la aconsejó acerca del alma. Don Quijote le dice que se haga amigo de Dios, que no se avergüence de su linaje ya que si no se avergüenza él nadie se avergonzara nunca de él. También le dijo que en caso de que fuesen sus parientes a visitarlos que no los desprecie y en caso de que enviudase que supiera elegir bien a la mujer ya que en ocasiones son estas las que ayudar a gobernar. También le dijo que juzgase igual a un rico que a un pobre pero que atendiese más a las lágrimas de un pobre ya que son los que no tienen nada en este mundo. CAPITULO 43 En este capítulo Don Quijote le comienza a dar consejos a Sancho acerca del cuerpo. Don Quijote le dice a Sancho que se debe de mantener limpio y aseado, que no debe4 de comer nada que le haga oler mal, que no debe comer demasiado ni muy deprisa porque si no puede dar una mala impresión y también le dice que no diga tantos refranes como solía decir siempre ya que le harían quedar muy mal. Don Quijote al final le dice que debe de gobernar bien ya que las responsabilidades que acarrearan su mal gobierno caerían también sobre él y no quiere sentirse culpable de ningún mal mandato. Sancho al oír esto le dice a Don Quijote que si él lo desea dejara el cargo de gobernador ya que no quiere que su amo sufra consecuencia alguna de lo que él pueda hacer mal. Don Quijote al oír que Sancho está dispuesto a dejar de ser gobernador de una ínsula para que él no que de mal en ningún momento le diga Sancho que merecería mil ínsulas ya que sus razonamientos son sabios y correctos. CAPITULO 66 Al pasar por el lugar donde Don Quijote fue vencido recuerda el momento de su vencimiento y se entristece. Sancho al oír a Don Quijote le intenta consolar diciéndole que él estaba contento a pesar de que ya no era gobernador de ningún sitio.

De camino Sancho se quejo durante unos cuantos días de tener que ir caminando porque las armas las tenía que llevar su asno, Sancho sugirió que deberían de colgar las armas en un árbol para poder así aligerar peso. Don Quijote le regaña efusivamente ya que según él las armas no le habían hecho ningún mal servicio. Al cabo de unos días encontraron a dos vecinos que se habían retado en una carrera solo que uno era excesivamente más gordo que el otro. El gordo le exigía al delgado que se pusiera un sobre peso en el cuerpo para que así la carrera estuviese igualada. Sancho al oír esto dijo que entonces porque no se quitaba el gordo un equivalente en kilos para que la carrera estuviese igualada. De camino a casa Don Quijote y Sancho se encontraron a Tosilos el cual les contó todo lo que había sucedido en la casa de los Duques en ausencia de Don Quijote y les ofreció comida. Solo Sancho se detuvo un rato a comer algo pero pronto se incorporo con su amo. CAPITULO 67 Hablando de amores Sancho explica que no entiende en absoluto que es lo que tiene el que ver con el desencantamiento de Dulcinea pero que se dará los azotes cuando le apetezca. Al pasar por un prado y ver a unos pastores a Don Quijote se le ocurre la idea de convertirse en pastores durante el año que tendrá que estar parado. Al decir esto Sancho y el propio Don Quijote comienzan a fantasear acerca de cómo iban a vivir siendo pastores y se comienzan a inventar nombres para todos sus amigos. Hablando de ser pastores Sancho y Don Quijote comienzan a ponerles a todos sus amigos y parientes unos nombres pintorescos muy extraños y burlescos. CAPITULO 68 En mitad del sueño de Don Quijote y Sancho, Don Quijote se despierta y le dice a Sancho que sería conveniente que se diera unos azotes a cuenta del desencantamiento de Dulcinea. Sancho se niega una vez más y le dice a su amo que duerma y le deje dormir. Poco después de esto escucharon un gran estruendo Don Quijote y Sancho y al poco rato le pasaron por encima de ambos personajes un centenar de puercos. Sancho quiso matar a un par de ellos como venganza, pero Don Quijote dijo que se lo tenía bien merecido por haber fracasado como caballero. Al día siguiente se les aparecieron unos caballeros armados que les obligaron a acompañarles hasta la casa de los Duques. CAPITULO 72 Al cabo de unos días entraron en un mesón en donde encontraron a un personaje del Quijote de Avellaneda, Don Álvaro de Tarfe el cual acabó reconociendo que aquellos que tenía delante eran los verdaderos Don Quijote y Sancho y no los que describía el autor de su libro, Avellaneda. Don Quijote le pidió a Don Álvaro que hiciese una declaración en la cual decía y afirmaba que el Quijote de Avellaneda era totalmente falso y que todo lo que en él se decía era mentira.

A la noche siguiente Don Quijote y Sancho divisaron la aldea donde vivían y desde lo alto de la colina Sancho se arrodillo y dijo que allí llegaban los habitualmente habitantes de la aldea Don Quijote y Sancho los cuales no muy bien parados pero allí se encontraban sanos y salvos. CAPITULO 73 De camino al pueblo Don Quijote y Sancho encontraron al Cura y a Sansón Carrasco los cuales se alegraron mucho de que Don Quijote y Sancho se encontraron de vuelta en el pueblo. Una vez en el pueblo Don Quijote se fue a su casa con el Ama y su sobrina y Sancho se fue a su casa con mucho dinero para dar a su mujer. Don Quijote les contó a sus amigos que tenía intención de hacerse pastor durante ese año y les pidió a sus amigos que le acompañaran en su pastoreo. Los amigos de Don Quijote asintieron para que Don Quijote no se marchara de casa otra vez y volviera a las andadas. CAPITULO 74 Cuando llegó el médico a la casa de Don Quijote y le vio dijo que sería mejor que se fuese confesando ya que no le quedaba demasiado tiempo de vida. Don Quijote al oír eso hizo llamar a sus amigos y les comenzó a decir que era consciente de todos los peligros en los que se había metido pero que ya había vuelto en sí y que ya era otra vez Alonso Quijano el Bueno. Sus amigos le intentaban animar diciéndole que pronto iban ser todos pastores y que Dulcinea ya estaba desencantada, pero Alonso Quijano les decía que no se burlaran de él que ya era cuerdo. Tras hacer testamento y dejar una clara muestra de que ya había vuelto a la cordura comenzó a criticar la actitud de Avellaneda que había escrito un libro falso acerca de estupideces como las que él había vivido. Antes de morir le dijo a su sobrina que, por favor, no se casara con un hombre que conociera las novelas de Caballerías ya que estas le acabarían llevando a la locura. Y tras decir esto Alonso Quijano falleció.

Crónicas Marcianas Esta historia inicia en Marte, el cuarto planeta de nuestro Sistema Solar en donde habitan una pareja de marcianos, el señor y la señora K, la señora K ve en sus sueños a un hombre alto de un metro ochenta de estatura, de ojos azules, cabellos negros y la piel muy blanca, lo cual era imposible en la comunidad marciana siendo ellos de tez parda y ojos amarillos y rasgados. El señor K no le hizo caso y le dijo que dejara de pensar en ello, pero ella seguía haciéndolo y cantando una canción que ella nunca había oído, en un idioma completamente extraño para ella, pero no podía dejar de hacerlo. Entonces, en uno de sus sueños, dicho hombre le dijo que pronto llegaría en su nave, y le dijo día y hora, pero el señor K le impidió ir con una serie de pretextos, entonces él salió de cacería y mientras ella oyó un estruendo, y poco tiempo después llegó su marido, el estruendo había sido la nave de aquel hombre que Ylla, la señora K había soñado, de nombre Nathaniel York. Posteriormente, en la Tierra se organizó una segunda expedición al planeta Marte, en donde cuatro hombres se lanzan al planeta rojo en donde los creen locos, ya que ahí la gente podía hacer alucinaciones, y creyeron que el capitán se había cambiado la forma y había creado con su mente a sus tres hombres y a la nave espacial, y así los fueron mandando de casa en casa hasta llegar con el señor XX, el cual los lleva a un cuarto en donde había muchos marcianos dementes que decían haber llegado de otros planetas, ahí el capitán se da cuenta de lo que sucede y trata de explicárselo al señor

XX quien es guiado por los hombres hasta su nave espacial, pero él sigue creyendo que son simplemente alucinaciones, a pesar de poder verlas, olerlas, sentirlas y oírlas a la vez. El señor XX dispara al capitán para “acabar con su pena”, pero los hombres y la nave seguían ahí, así que también mata a los tres hombres, pero al notar que la nave no desaparecía se creyó loco a sí mismo y también se disparó. Hubo otra expedición, la cual estaba compuesta por quince hombres dirigidos por el capitán John Black. En dicha expedición, al llegar a Marte se encuentran con un pueblo igual al de la tierra, pero a cada hombre se le figuraba a su pueblo natal o donde habían crecido, ahí cada hombre se encontró con amigos o familiares que habían muerto años atrás en la Tierra, esto fue muy raro para todos pero no le dieron mucha importancia ya que no querían explicaciones, solo querían estar con sus seres queridos. El capitán parecía preocupado, pero al ver a sus padres y a su hermano, olvidó todo y fue con ellos, esa noche todos durmieron en la casa de cada uno de sus seres queridos, unos con sus abuelos, otros con sus padres, o con amigos. El capitán John Black se quedó con sus padres y hermano, ellos dijeron que tampoco querían explicaciones sobre cómo estaban ahí, y decían que se les había dado otra oportunidad y deberían aceptarla sin cuestionar nada. Esa noche el capitán John Black se puso a pensar que había ocurrido, y pensó que tal vez ellos no eran realmente quien creían que eran, y que solo eran marcianos que al ver llegar su cohete los vieron y los odiaron y la mejor manera de derrotarlos era utilizando sus propias mentes, haciendo realidad para ellos sus propios recuerdos, para que en el momento más inoportuno acabaran con ellos. De pronto, su teoría y a no fue una teoría y comenzó a sentir miedo, pero todo estaba tranquilo, en silencio, y su supuesto hermano dormía junto a él en la misma recamara. Entonces, el capitán se levantó muy silenciosamente, cuando oyó la voz de su hermano preguntándole a donde iba, el cual le contestó que por un vaso de agua, pero su hermano le dijo que no tenía sed, empezaron a discutir y el capitán se echó a correr, pero se escucharon dos gritos, y el capitán John Black nunca llegó a la puerta de la habitación. A la mañana siguiente, de todas las casas salieron varios cortejos llevando largos cajones dirigiéndose hacia el panteón, donde ya había dieciséis fosas con dieciséis lápidas, toda la tripulación había muerto esa noche. La siguiente expedición fue la decisiva, esta fue dirigida por el capitán Wilder, pero al llegar a Marte descubren que toda civilización ha sido exterminada al parecer de varicela, incluso había un pueblo en el cual aún estaban los cadáveres, los cuales no tenían más de una semana de muertos. Se instalaron ahí por un tiempo, pero había un hombre muy especial en su tripulación, su nombre era Spender, el no quería que los terrestres colonizaran Marte, ya que pensó que lo destruirían al igual que lo que habían hecho con la Tierra. Un día salieron a explorar y Spender huyó para investigar por su propia cuenta el lugar. El aprendió mucho sobre su cultura, pero no podía soportar el ver como sus compañeros contaminaban ese planeta sin ningún remordimiento, y comenzó a asesinar a uno por uno de sus compañeros, ellos supieron que era Spender, ya que era el único que faltaba, y organizaron una expedición para acabar con él, pero el capitán quería saber el porqué de su actitud, y fue a hablar con él, quien se escondía en un poblado, hablaron por un rato y Spender le contó sus planes al capitán Wilder, y lo invitó a unirse a él, pero se rehusó. Spender le dijo que mataría a todos menos a él, y tal vez reaccionaría después de ello y se uniría a él, mientras él se escondería en un lugar en donde nadie lo encontraría. Así, el capitán regresó con sus hombres y les pidió que no le dispararan en la cabeza, ya que quería recordar su rostro fuerte y resuelto, y uno de los hombres lo vio desde lejos y se abalanzó contra él, pero el capitán lo detuvo y le

dijo que él mismo debía haberlo, le apuntó a Spender y le hizo una señal para que escapara pero no le prestó atención, entonces el capitán Wilder le disparó a Spender en el pecho, recogieron el cuerpo y lo enterraron en un antiguo cementerio marciano. Ahí, comenzó la colonización del planeta Marte, empezaron a llegar varios cohetes con gente que quería vivir ahí. Se construyeron algunos pueblos con tablas de madera, y se empezó a habitar ese planeta. Dentro de un largo periodo de tiempo surgen varias anécdotas en el planeta rojo, una de ellas es la de un hombre llamado Tomás Gómez, el cual es invitado a una fiesta, y mientras conducía su auto, en el camino se topa con un marciano que conducía un artefacto parecido a un insecto color verde jade, el se llamaba Muhe Ca, esto los sorprende a ambos. El marciano le preguntó que de donde venía, y él le dijo que de la Tierra señalando al cielo. Tomás estaba tomando una taza de café y le ofreció una al marciano, pero no pudo tomarla y ambos se sorprendieron, ya que sus manos se habían confundido como si fueran manos de niebla. El marciano trató de recogerla pero no pudo, entonces él saco un cuchillo el cual asustó a Tomás pero el marciano le dijo que solo quería que lo tomara, pero al arrojárselo, Tomás no pudo agarrarlo ya que le había pasado a través de las manos y tampoco pudo levantarlo. Ambos de sorprendieron y se dijeron uno al otro que eran transparentes pero ninguno estuvo de acuerdo en ello porque decían que eran reales. Ambos dijeron que iban a una fiesta las cuales se veían desde ahí, pero Tomás solo pudo ver un poblado marciano en ruinas en donde se supone debía estar la fiesta del marciano, y el marciano en lugar de ver los cohetes a los que se dirigía Tomás vio un océano, Tomás le dijo que ese océano se había secado hace cuarenta siglos y ambos se quedaron pensando que podía estar sucediendo. Ambos habían sentido en el camino unas punzadas en la nuca y mucho frío. Entonces el marciano supuso que Tomás era una sombra del pasado, pero Tomás dijo lo contrario. Y así siguieron discutiendo sobre la procedencia de cada uno de ellos y llegaron a la conclusión de que nunca se pondrían de acuerdo, así que se despidieron esperando volverse a ver otra noche. Así se siguió poblando el planeta Marte pero únicamente con ciudadanos estadounidenses, y en especial hubo dos grupos que llegaron a Marte, los negros y las personas de edad avanzada (ancianos). Otra anécdota de Marte fue la de una pareja de apellido La Farge él de cincuenta y cinco años, y ella de sesenta. Ellos habían perdido un hijo por culpa de la neumonía, pero una noche lluviosa le señor oyó un silbido y vio la silueta de una persona la cual se parecía a Tom, su hijo, entonces, bajo la señora y lo vio pero se asustó y le dijo a su esposo que entrara a la casa, y ella se volvió a subir. El señor La Farge le dijo a la persona inmóvil que si era Tom que entrara si sintiera fío, que él dejaría la puerta abierta para que pudiera entrar en la noche, entonces el señor entró a su casa y cerró la puerta sin ponerle llave. Esa noche el señor escuchó cómo se abría la puerta principal y se volvía a cerrar. A la mañana siguiente el señor La Farge bajó pero no encontró a nadie, y salió por agua al canal pero ya venía Tom de regreso con una cubeta llena de agua. Tom actuaba con naturalidad pero era demasiado extraño para el señor La Farge, incluso cuando su esposa lo vio no actuó con impresión y actuó como si él nunca hubiera muerto. Entonces mientras su esposa lavaba los platos, él le preguntó al chico que quien era realmente ya que no podía ser Tom, y el chico atemorizado se llevó las manos a la cara y le dijo que no se lo preguntara. El señor La Farge le dijo que si se lo decía lo comprendería, y le preguntó que si era un marciano pero él se echó a correr hacia el pueblo lejano, La Farge trató de detenerlo pero no pudo. Tom regresó a las cinco de la tarde y le preguntó a su padre si le iba a hacer preguntas y él le dijo que no, y el chico sonrió. Esa misma noche, después de cenar la señora dijo que quería ir al pueblo, pero Tom no quería ya que decía que la gente le daba miedo. A pesar de ello Anna (la señora La Farge) lo

obligó a ir. Al llegar bajaron de la lancha y después de caminar unos momentos, Tom ya había desaparecido, y sus padres pensaron que regresaría a la lancha a la hora que dijeron regresarían (once de la noche). A las once, Tom no estaba en el embarcadero y Anna empalideció, pero el señor La Farge fue a buscarlo sin éxito. Encontró a un amigo el cual le contó que habían encontrado a una joven hija de unas personas, pero ella había muerto ahogada en el mar Muerto hace un mes. Al principio ella no había reconocido a sus padres, pero ellos la siguieron y recobró la memoria. La Farge supo que se trataba de Tom y fue a aquella casa y la joven de diecisiete años se asomó y preguntó que quien estaba ahí, y él respondió, entonces la muchacha le dijo que sabía quién era, y La Farge no tuvo la menor duda de que era Tom y le pidió que regresara, y después de mucho insistirle bajó, pero el padre de la joven los oyó y los persiguió, ellos huyeron hacia el embarcadero separándose para distraerlo. La Farge llegó primero y podo después llegó Tom pero detrás de él venían otras personas que decían era otra persona, incluso un policía dijo que era un ladrón que había escapado, y así, cada quien veía a Tom como una persona diferente, entonces él gritó de terror y cayó al suelo con el rostro irreconocible. Dejando atrás las historias, en la Tierra estaba ocurriendo una terrible guerra nuclear y los habitantes de la Tierra pedían a los habitantes en Marte que regresaran con sus seres queridos, y solo unos cuantos se quedaron en el planeta. Esta guerra duró muchos años, incluso el libro nunca habla de un fin de esta guerra. Un hombre de la Tierra llegó a Marte durante la guerra junto con su esposa y sus tres hijos, en un cohete que había estado guardando durante veinte años para realizar ese viaje a Marte. Había otros hombres que también llegarían a Marte, con sus respectivos hijos e hijas, a los cuales el señor iría a buscar y los traería a esa ciudad, la cual había regalado a sus hijos así como todo el planeta. Y así formarían una nueva civilización, mientras tanto en ese lugar ya había cinco marcianos.

Related Documents