El realismo psicológico de Mike Nichols Carlos Barrio
1. ASPECTOS BIOGRÁFICOS
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ike Nichols, en una entrevista concedida en 2012 al periodista Sam Kashner, sintetizaba el pilar fundamental de su vida en una idea: la fortuna. Nichols se consideraba afortunado porque su familia había huido de la Alemania nazi, justo antes de que empezara la locura de los campos de concentración, «porque había crecido en América, la tierra de las oportunidades, por trabajar en la radio, en Broadway, en el cine y todo ello pese a no haber acabado la universidad...». No es enteramente cierto que todo lo que consiguió se deba a la fortuna, Nichols atesoraba un gran talento, quizás su inseguridad derivada de una infancia no muy feliz le impedía reconocerlo. Nació en Berlín el 6 de noviembre de 1931, en el seno de una acomodada familia judía, con el nombre de Michael Igor Peschkowsky. Su familia, que ya había huido de la Rusia bolchevique, tuvo que emigrar una vez más, cuando los nazis tomaron el poder en Alemania. El padre de Nichols era un médico llamado Paul Peschkowsky, de cuyo patronímico Nikolaiyevitch, el joven Michael, derivó su apellido americanizado como Nichols. Los primeros años de su infancia en la Alemania nazi, estudiando en escuelas segregadas, así como una calvicie total, como consecuencia de una vacuna en mal estado administrada contra la tosferina, hicieron crecer al joven Michael con una gran cantidad de complejos. Su padre huyó a Nueva York en 1938, donde estableció una consulta en Manhattan muy cerca del Central Park. En 1939 se llevó a sus dos hijos, Michael y a su hermano pequeño Robert. Su madre no se unió a ellos hasta pasados casi dos años. Su padre era un hombre muy frío y riguroso, que tenía contiRevista Atticus NUEVE
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nuas aventuras extra maritales, lo que le condicionó enormemente, de hecho, la infidelidad y el escepticismo hacia la monogamia será una de las constantes de sus películas. Una vez instalada toda la familia en Manhattan, Nichols empezó a acudir a una escuela donde acudían niños de extracción social acomodada. Allí tuvo ocasión de conocer al que sería su gran amigo y futuro guionista de algunas de sus mejores películas, entre ellas El Graduado, Buck Henry. Estos orígenes centro-europeos lo emparentan con otros distinguidos directores como Billy Wilder o Lubitsch, los cuales ejercieron una gran influencia en el futuro director de cine. Nichols descubrió la fascinación por el cine de viendo películas de Lubitsch y de Billy Wilder. En concreto, Design for living (Una mujer para dos) de Lubitsch fue una de las películas que más le marcaron y a la que homenajeó en su poco exitosa comedia The Fortune (Dos pillos y una herencia). Cuando Mike Nichols contaba sólo doce años de edad, su padre murió de leucemia. Las estrecheces económicas que sufrió la familia, debido a la pérdida de los ingresos paternos, obligaron a la familia a abandonar la comodidad del barrio de Manhattan y pasar a residir en Brooklyn. Nichols continuará su educación gracias a becas en buenos colegios de Nueva York, donde se muestra como un brillante estudiante de teatro y literatura. Nichols descubrió su verdadera vocación, el teatro, cuando asistió a ver la obra Un tranvía llamado deseo de Tenesse Williams. Desde ese momento decidió ser director teatral. La idea no sedujo a su madre, que se opuso activamente. La frustración por no sentirse aceptado en la escuela, en casa, unido a sus complejos físicos y a la falta de dinero originaron que acumulara un gran resentimiento hacia la sociedad americana. Con el tiempo aprendería a canalizar esos sentimientos negativos, expresándolos a través de la comedia. Pues como el solía decir «la comedía no es más que la habilidad de conseguir la venganza inmediata, a través de la sátira social». Una sátira que llegaría a dominar con maestría en muchas de sus películas, donde el humor es el instrumento para ofrecer una visión crítica, demoledora de las estructuras sociales, que cosifican al individuo y lo convierten en parte de un engranaje de un sistema que lo controla. Presionado por su madre acude a la universidad de Chicago para estudiar medicina, allí conoce a Susan Sontag, escritora y directora de cine, quien se siente atraída por él y con quien mantiene un muy breve romance. Sin embargo, es el hecho de conocer a Ellen May, cuando ésta formaba parte de a un grupo de teatro de la universidad que se encontraba representando Miss Julie de Strindberg, lo que marcaría profundamente el futuro desarrollo de su carrera 198
profesional. Nichols abandona sus estudios y decide formar junto a May un dúo cómico que cosecharía enormes éxitos en los que procedían a que burlarse de las convenciones sociales y sexuales de la sociedad americana de los años cincuenta. Junto a esta faceta de comediante, Nichols también desarrolló una brillante y muy exitosa carrera como director teatral, que compatibilizaría con su carrera cinematográfica y que le llevaría a ganar la friolera de ocho premios Tony, el equivalente al Oscar en el mundo del Teatro estadounidense. Realizando montajes teatrales muy aclamados como los de La extraña pareja, Muerte de un viajante, El prisionero de la segunda avenida, Tío Vanya o Descalzos en el parque entre otros. En 1966, cuando era el director teatral de mayor éxito en los Estados Unidos y sin tener experiencia cinematográfica alguna, es contratado por los estudios Warner para dirigir la adaptación al cine de la controvertida obra teatral ¿Quién Teme a Virginia Wolf? del dramaturgo Edward Albee, con Elisabeth Taylor y Richard Burton como cabezas de cartel. El film fue un rotundo éxito de taquilla y crítica, lo que le valió a Nichols el apodo de «nuevo Orson Welles» por parte de la crítica. La película ganó cinco Óscar y un récord de 13 nominaciones. La siguiente película, la segunda, de Nichols, en 1967, El Graduado se convirtió en un éxito todavía mayor que su antecesora
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y en una película icónica de la contra-cultura de los años sesenta, que le permitió ganar su único Óscar como mejor director. La estrella de Nichols declinó en los setenta, con películas que fueron primero rechazadas por el público, como Trampa 22 y Conocimiento Carnal y luego vilipendiadas por la crítica como El día del Delfín o Dos pillos y una herencia. En los ochenta, tras un breve periodo apartado de la gran pantalla y centrado en el teatro y la televisión, vuelve al cine por todo lo alto con películas que lo reconcilian con el público, pero que lo alejan de una crítica que considera que se ha vendido a la industria de Hollywood, pasando de ser considerado un cineasta de películas impersonales y banales de puro entretenimiento. En estos años produce películas como Silkwood, Se acabó el pastel o la enormemente popular Armas de mujer. En el plano personal experimentó también graves problemas personales que lograría sortear de la mano de su cuarta y última mujer, la periodista Diane Sawyer. Los noventa fueron una época de experimentación para Nichols, en los que abordó géneros en auge y en principio alejados de sus coordenadas habituales, como la comedia escatológica ¿De qué Planeta eres?, el cine de terror en Lobo o la sátira política en Primary Colors. Los últimos años de Nichols fueron los de la reconciliación con cierta crítica con películas como Closer o La guerra de Charlie Wilson. Una nueva generación de cineastas como Bennet Miller (Capote, Moneybal), Steve McQueen (Doce años de esclavitud, Shame) o Stephen Finglenton (The Survivalist) se declaran rendidos admiradores suyos. Nichols falleció inesperadamente de un ataque al corazón en su apartamento de Manhattan el 19 de noviembre de 2014. El cine de Mike Nichols se puede situar en sus comienzos claramente en los márgenes de la gene-
ración de cineastas conocidos como el nuevo Hollywood. Aunque no es propiamente un movimiento cinematográfico al estilo del Free cinema o la Nouvelle Vague francesa, los cineastas del llamado Nuevo Hollywood como Francis Ford Coppola, Michael Cimino, Arthur Penn, Martin Scorsese, Woody Allen, Peter Bogdanovich, Alan Pakula, Paul Mazurky o el propio Nichols entre otros contribuyeron decisivamente a sortear la dificultades que experimentó el sistema de grandes estudios en los años sesenta, con una serie de películas producidas con una independencia creativa desconocidas en el Hollywood clásico, y que estéticamente acercaron el cine americano a nueva generación de espectadores influidos por los movimientos contraculturales que caracterizaron a la sociedad americana de aquellos años convulsos en lo social y lo político. Junto a las claras influencias del propio cine americano de serie B de directores como Roger Corman, John Casavattes, William Castle, Russ Meyer o Monte Hellman, también hay que señalar la influencia de directores de los llamados nuevos cines europeos de los años sesenta como Fellini, el Bergman de la década de los sesenta, Visconti, Antonioni, Goddard o Truffaut. Estos cineastas del llamado Nuevo Hollywood, que fueron apodados como los movie brats, por su osadía a la hora de presentar una visión muy ácida de temas sociales y políticos, como la traumática de guerra de Vietnam, o temas como la difusión valores como el pacifismo, la experimentación con drogas alucinógenas, el amor libre o el retorno a la simplicidad de la vida natural.
2. EL CINE DE MIKE NICHOLS El crítico Peter Appleboome ha dicho de Mike Nichols que es uno de los pocos directores con el don de saber sacar lo mejor de los actores con los que ha trabajado, ya se trate de Mery Streep, Julia Roberts, Elisabeth Taylor, Richard Burton, Harrison
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Ford, Dustin Hoffman … Se puede afirmar, sin miedo a equivocarse, que pocos actores han naufragado con Nichols. También tenía un talento especial para descubrir actores. Dustin Hoffman, Sandy Dennis (esta última reconoció sólo haber aprendido de Shakespeare, Strasberg y Nichols) o Stockard Channing son algunos de sus más célebres descubrimientos para la gran pantalla. Sus orígenes como actor y el venir del mundo del teatro, junto con el hecho de haber tenido que aprender cine de otros (debutó como director sin experiencia) le dieron un carácter dialogante y empoderante con los actores en los rodajes, permitiéndose sacar de sus actores y actrices algunas de las mejores interpretaciones de sus carreras, como en el caso de Elisabeth Taylor y Richard Burton, interpretando al tormentoso matrimonio de ¿Quién teme a Virginia Wolf? Nichols siempre fue un director cinéfilo, sus influencias fueron desde la comedia de directores como Billy Wilder o Lubitsch, pasando por el cine de autores como Fellini, Rohmer, Renoir o Truffaut. Es habitual encontrar en muchas de sus películas muchas referencias a directores, actores y películas icónicas de la historia del cine. Por ejemplo la referencia del personaje de Martha (Elisabeth Taylor) a la actriz Bette Davis en el comienzo de ¿Quién teme a Virginia Wolf?, la puesta en escena de Trampa 22 muy inspirada en 8 y medio de Fellini, las referencias a la screwball comedy y a estrellas del cine mudo como John Gilbert o Ramon Novarro en Dos pillos y una herencia o el claro homenaje al Hitchcock de Vértigo en la escena inicial de Postales desde el filo son algunos de los muchos ejemplos de cinefilia que se aprecian en sus películas. Los principales temas de sus películas tienen que ver con los cambios de mentalidad experimentados por sus personajes. En muchas de sus películas, sus 200
personajes experimentan una auto-conciencia de sus propias alienaciones. Por ejemplo, en ¿Quién teme a Virginia Wolf? vemos la evolución en el matrimonio de George y Martha, desde una apariencia de estabilidad y respetabilidad en su matrimonio hacia la catarsis final en una especie de noche de Valpurgis donde ambos personajes saldan cuentas con su pasado. El graduado, para muchos la mejor película de Nichols, narra el viaje interior del personaje de Benjamin Braddock (Dustin Hoffman), un joven y brillante graduado salido de una universidad de la Ivy League, hacia el inconformismo, la rebeldía y el cuestionamiento de los valores de la generación de sus padres. En Trampa 22, una de las películas más incomprendidas en el cine de Nichols, hay una evolución, la del teniente Josariah, desde una neurosis personal inicial, hacia una filantropía universal. Conocimiento Carnal es una fábula urbana sobre la visión del sexo de toda una generación de ciudadanos norteamericanos nacidos durante los años de la II Guerra Mundial Nichols es probablemente junto con los directores Ingmar Bergman y Woody Allen el cineasta que mejor ha retratado las relaciones de pareja en sus diversas vertientes. La infidelidad, la ilusión imposible de la monogamia o el poder alienante del sexo son temas que recorren muchas de sus más célebres películas. Nichols descubrió la infidelidad de su padre en la más tierna infancia lo que le influyó notablemente, lo que se muestra claramente en muchas de sus películas. En sus películas está muy presente esa visión pesimista de la creencia en la viabilidad del amor eterno en la vida de pareja. Por ejemplo, en ¿Quién Teme a Virginia Wolf?, la relación entre Martha y George sólo se mantiene sobre la base de un juego de falsas apariencias, que encubren un secreto terrible. En El Graduado la infidelidad se presenta como algo inexo-
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rable, prácticamente como una especie de necesidad fisiológica al llegar a cierta edad, como muy bien se aprecia en el personaje de la señora Robinson, Conocimiento carnal presenta un divorcio absoluto entre amor y sexo. El padre de Rachel, protagonista de la película Se acabó el pastel le dice a su hija dolida por la infidelidad de su marido «Si quieres monogamia cásate con un cisne». Muchas veces Nichols plantea en sus películas soluciones alternativas al esquema convencional de pareja, proponiendo tríos como el que se presentan en Closer, Conocimiento carnal o en Dos pillos y una herencia.
el cine de Hollywood, contribuyendo decisivamente al fin de la censura establecida por el ignominioso Código Hays, que estuvo en vigor en el llamado Hollywood clásico. También fue pionero en el uso de desnudos en una de sus películas más controvertidas como fue Conocimiento carnal, lo que le causaría problemas legales en varios estados de su país e incluso en mostrar nuevas formas de sexualidad, asociadas a las nuevas tecnologías, como el caso del llamado cyber-sexo en su película Closer.
Como ocurre en el Nuevo Hollywood, las bandas sonoras clásicas se ven sustituidas en sus películas por la música popular, ya se trate del jazz de los años veinte en la magnífica banda sonora de David Shire para la película Dos pillos y una herencia, el folk de Simon y Garfunkel en la celebrada banda sonora de El Graduado o las bandas sonoras que la cantante Carly Simon hizo para varias películas de Nichols como Se acabó el pastel, Armas de mujer o Postales desde el filo,
El debut en el mundo del cine le vino a Nichols de la mano de la adaptación de una obra teatral, muy controvertida en su momento, como fue ¿Quién teme a Virginia Wolf? (1966) Del dramaturgo norteamericano Edward Albee. La película relata una larga y etilizada noche en la vida de una pareja de mediana edad formada por un profesor universitario, George (Richard Burton) y su esposa, Martha (Elisabeth Taylor), quienes, tras invitar a una joven pareja de colegas universitarios, inician un descenso a los infiernos donde quedan al descubierto los secretos más íntimos y crudos de su vida en pareja. La película destacó por su poderosa y descarnada puesta en escena, así como por la multitud de interpretaciones de la que fue objeto por parte de una crítica que cayó rendida ante el portentoso debut en el cine del entonces ya muy famoso realizador teatral Mike Nichols.
Una de las características que más llama la atención en la obra de Nichols es el gran número de premios que muchas de sus películas cosecharon, ya fueran globos de oro o nominaciones a los Oscar en diversas categorías. Aunque sólo ganaría el Oscar como mejor director en una ocasión, por El Graduado, acumulando nominaciones a la mejor dirección en tres ocasiones más por películas como ¿Quién Teme a Virginia Wolf?, Silkwood y Armas de mujer. El cine de Nichols fue también pionero en la normalización del tratamiento de temas de contenido sexual en el cine de masas. Por ejemplo, ¿Quién teme a Virginia Wolf? fue una película pionera en el uso de lenguaje popular y de alto contenido sexual en
3. LAS PELÍCULAS DE MIKE NICHOLS
Su segunda película, El Graduado (1967), representa posiblemente el mejor momento en la carrera cinematográfica de Nichols. Se trata de una película icónica y muy representativa de los valores asociados a una incipiente contracultura muy en boga por aquellos años. En ella encontramos al personaje de Benjamin Braddok (Dustin Hoffman) abrumado ante la enorme presión familiar por cumplir unas expectativas profesionales que se le tornan demasiado pesadas. Durante el verano descubre el amor en la figura de Elaine (Katherine Ross) y el sexo más pasional de la mano de una mujer madura, la señora Robinson (Anne Bancroft), amiga de sus padres. La película está basada en una célebre novela del mismo título del autor
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Charles Webb, un hippie y representante de la contracultura de los años sesenta que se rebeló contra los convencionalismos de la época al rechazar continuar la tradición familiar para vivir una vida nómada en un campamento nudista de New Jersey. La película también supuso el descubrimiento para el cine del entonces poco conocido actor televisivo Dustin Hoffman. El graduado como Ya eres un gran chico de Francis Ford Coppola son películas sobre choques generacionales, muy influidas por el movimiento del free cinema inglés y por la libertad temática y narrativa de la nouevelle vague. En la película se plantea una crítica bastante evidente a los valores de la generación americana que había luchado en la Segunda Guerra Mundial. El graduado se ha convertido en un icono de la cultura popular en no buena medida gracias a la famosa banda sonora, obra del dúo musical Simon y Garfunkel, responsables de la composición musical de temas míticos que aparecen en la película como The sound of silence o Scarbourough Fair y no digamos del tema compuesto expresamente para la película, Mrs Robinson. Trampa 22 (1970), la tercera película de Nichols, es una de las más ambiciosas y menos entendidas de toda su carrera. Supone la difícil adaptación de la novela de Joseph Heller del mismo nombre. La novela según los críticos es muy avanzada para la época, pues satiriza, en tono de humor negro, la burocracia militar. Desde el punto de vista narrativo combina una gran variedad de puntos de vista por lo que su traslación a un guion cinematográfico no resultaba nada sencilla. La película nos cuenta las desventuras del capitán John Yosariah (Alan Larkin), de las fuer202
zas aéreas de USA durante el tiempo de la II Guerra Mundial, mientras está destinado en la base militar de la isla de Pianosa en el sur oeste de Italia. Yosariah está rodeado de mandos lunáticos e incompetentes, dispuestos a poner en riesgo la vida sus hombres. La idea de la película era trasladar metafóricamente aspectos de la novela que podían ser de actualidad en la sociedad americana de fines de los años 60, involucrada en la guerra de Vietnam y donde valores como el heroísmo, o la cordura, la fe o la integridad estaban en cuestión. Sin embargo, la película resulta un tanto decepcionante, quizás por su excesivo apego al texto literario, muy fragmentario y difícil de traducir en imágenes, no consiguiendo homogeneizar la filosofía de los muchos personajes que aparecen. Al final la película bascula entre un film anti-militarista al estilo de Mash (Robert Altman) y un ejercicio poco logrado de surrealismo sucio. Conocimiento carnal (1971) surge a partir de la proposición que le hizo el caricaturista Jules Feiffer a Mike Nichols para hacer una obra teatral satírica sobre la evolución de la mentalidad sexual de las clases americanas más acomodadas, que vivían el sexo frívolamente. En la película se presenta una mordaz crítica de la visión cosificadora de la mujer, como objeto de deseo sexual. En ella se presentan las peripecias sexuales de una pareja de amigos, Jonathan (Jack Nicholson) y Sandy (Art Gartfunkel), que experimentan un sinfín de relaciones de todo tipo, que tienen como denominador común una búsqueda incesante del goce sexual que acaba convirtiéndose cada vez más en una adicción que les sumerge en un profundo vacío existencial. La película se hizo famosa por las controversias surgidas durante su exhibición en Estados Unidos. El 13 de enero de 1972 en Albany (Georgia) la película fue secuestrada por la policía por orden judicial, iniciándose de este modo una controversia judicial sobre el presunto carácter pornográfico de la película, resuelta por el Tribunal Supremo. Naturalmente la película no fue exhibida en España en 1971 pero si constituyó un fenómeno popular que motivó muchas «peregrinaciones» a Perpiñán. En 1977 se estrenó en cines de arte y ensayo, pero con subtítulos que obviaban algunas de las expresiones más fuertes y omitían otras. La película se pasó con un nuevo do-
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blaje y más fidelidad al original en TVE el 13 de junio de 1984, aunque pecando en exceso de histrionismo por parte de los dobladores. Dicha controversia determinó la mala acogida en las salas de la película y marcó el inicio de un cierto declive creativo en el cine de Mike Nichols en los años sucesivos. El día del Delfín (1973), un thriller con ciertas connotaciones políticas y mensaje ecologista, y la comedia con cierto toque Lubitsch, Dos Pillos y una herencia (1975), son dos películas menores claramente en el cine de Nichols, que cosecharon muy malas críticas y una muy pobre recepción por parte del público. Nichols pasó el resto de la década alejado del set de rodaje hasta que a principios de los ochenta retornó con la aclamada Silkwood (1983). La película se basa en la historia real de la activista Karen Silkwood, testigo protegido en un juicio federal contra una empresa de elaboración de combustibles y que falleció en extrañas circunstancias. La película, basada en un guion de la periodista de investigación Nora Ephron, combina el thriller de denuncia social, un poco en la línea de películas como Erin Brockovich (2000) de Steve Sodenberg, con un melodrama que aborda cuestiones espinosas entonces, como el lesbianismo, situándolo todo ello en el contexto rural y conservador de la América profunda. La actriz Meryl Streep vuelve a repetir como protagonista en otra de las comedias sobre el desamor en una pareja de mediana edad con las que se prodigó Nichols a finales de los ochenta. Heartburn (1986), que en España se estrenó con el poco afortunado título de Se acabó el pastel, película que pasó sin pena ni gloria por SEMINCI y que cosechó un moderado éxito comercial, en buena medida gracias a la canción de Carly Simon, Coming around again, que formaba parte de la banda sonora de la misma. Tras la fallida adaptación al cine de la obra de Broadway Biloxi Blues (1987), Nichols retomó la senda del éxito con la comercial y la vez interesante comedia romántica Armas de mujer (1988). Se trata de una demoledora crítica del mundo de apariencias y vanidades que presiden las altas finanzas de Wall Street y una reivindicación feminista en toda regla. La película parte de arquetipos literarios, como el de Cenicienta y el mito del American Dream para pre-
«Nichols siempre fue un director cinéfilo, sus influencias fueron desde la comedia de directores como Billy Wilder o Lubitsch, pasando por el cine de autores como Fellini, Rohmer, Renoir o Truffaut».
sentar una comedia de enredos y confusiones sobre la verdadera identidad de los personajes, en la línea de Ernest Lubitsch. Postales desde el filo (1990) es una comedia menor protagonizada por la actriz Shirley MacLaine donde se relatan las miserias de Hollywood a partir de una novela escrita por la actriz Carrie Fisher quien recoge las amargas experiencias de su madre Debbie Reynolds en la industria del cine. A propósito de Henry (1991) nos cuenta la historia del narcisista, ambicioso y falto de ética abogado neoyorquino Henry Turner (Harrison Ford), cuya existencia, como la de todo habitante de clase alta de Manhattan pivota sobre un sólo objetivo; hacer dinero. Un acontecimiento dramático cambia su vida y le hace tener que redescubrir el sentido último de la existencia. La película tiene claras referencias al universo acaramelado y melifluo de los melodramas de Frank Capra y proporcionó un gran éxito de taquilla a Nichols. Las últimas películas de la década de los noventa marcan un giro hacia la revisitación crítica de los principales géneros cinematográficos. Lobo (1994) traslada el mito de la licantropía al contexto del mundo empresarial de la ciudad de los rascacielos. Primary
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Colors (1998) deconstruye el thriller político a partir de un affaire sentimental de un político, trasunto en la ficción del entonces presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton. Una jaula de grillos (1996) es una comedia sobre la colisión de dos mundos, el del convencionalismo heterosexual y el mundo gay. La película marcó el rencuentro de Nichols con su compañera de espectáculo en Broadway Ellen May. La película está basada en una obra teatral francesa de Jean Poiret, llevada previamente al cine por Eduard Molinaro En ¿De qué planeta eres? (2000), comedia de corte alegórico, Nichols explora los temas de la guerra de sexos (típicos de la screball comedy) y el de las obsesiones sexuales de la sociedad americana valiéndose de la figura de un alienígena machista que visita nuestro planeta con la misión de tener un hijo a toda costa. Las dos últimas películas de Nichols fueron Closer (2004) en la que explora los intrincados recovecos del mundo de las parejas, con sus secretos inconfesables y sus alienaciones sexuales y La guerra de Charlie Wilson (2007) en la que sigue la estela de otros directores de su generación, como Oliver Stone o Brian De Palma, en la denuncia de los perniciosos efectos para su país de las políticas exteriores de las últimas administraciones americanas. 204
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