Pudu El Explotado.docx

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TITULO HERMOSO Viejo: Siempre adelante. Vicente: Siempre atrás. La habitación está prácticamente vacía, el piso es de tierra, viruta o alguna materialidad parecida, sólo hay una mesa de madera, a sus costados dos sillas mirando hacia el frente, una de ellas está más adelante y le llega la luz directamente, la otra se encuentra un poco más en penumbra. Sentados en ellas hay dos hombres iguales, que visten de colores tierra y quizás algún detalle en rojo. El que está adelante bebe y tiene la mirada perdida hacia el frente, el de atrás parece estar durmiendo apoyado en la mesa.

Viejo: Vicente… Vicente… ¡Vicente! Vicente: Que quieres viejo. (aburrido) viejo: Ya te lo dije, Vicente Vicente: qué me dijiste. viejo: quiero escapar. Vicente: Viejo, entiende, de aquí nadie sale. Viejo: Imposible, si pudimos entrar podemos salir. Vicente: ¿Otra vez vas a empezar? Viejo: Nunca me detengo, es que a veces no te lo digo nada más. Vicente: Ya estamos aquí, aceptamos estar aquí, para estos weones somos su mascota. Viejo: ¡Mentira! A mí nunca me preguntaron, me metieron aquí sin mi permiso. Vicente: Nunca le preguntaron a nadie, pero aceptamos… nosotros y los que estaban antes de nosotros. Viejo: Nosotros tenemos derecho a arrepentirnos ¿o no? Vicente: Ya está hecho, Viejo, entiéndelo. De aquí solo se sale muerto. viejo: muerto… (ríe) Vicente: Siempre lo mismo, viejo loco. Viejo: Siempre algo distinto, Vicente. Vicente: No pareciera. Viejo: Es que eso de la tercera es la vencida es mentira, tú piensas que son muchos intentos fallidos. Yo pienso que es un gran, gran intento que se va modificando ¿Entiendes? No es como que parta de cero, siempre parto desde un punto.

Vicente: Pero ese punto siempre es el fracaso rotundo. viejo: Como cuando hice el hoyo. (bebe al seco) 50 metros profundidad... 10 de ancho…. Vicente: sudor, tierra, oscuridad, cayos, dolor de espalda, sangre, miedo… (Vicente guarda silencio, entonces el Viejo y Vicente se miran por primera vez) Viejo y Vicente: Esperanza. (ríen y el Viejo bebe) viejo: mientras esas ratas y sus secuaces se ahogaban en whisky, nosotros cada vez más cerca de ser libres. Vicente: libres, claro. Libres. Viejo: No era un simple hoyo, era el hoyo que nos daría todo lo que necesitábamos y por fin desligarnos de esos bastardos. Vicente: Libres dentro de un hoyo. Me parece una buena lógica. Viejo: Es que no era cualquier hoyo, Vicente. Ya lo sabes, estabas ahí. Vicente: Nunca fue una real salida Viejo, parecía conducir a la libertar, por un momento parecía ser que escapábamos, y claro que lo hicimos por un momento, todo el tiempo que permanecimos escondidos parecía ser libertad. Pero nunca lo fue, porque siempre estuvimos en un maldito hoyo con una sola maldita salida. viejo: (gritando y pegando en la mesa) No era un hoyo, era un túnel, todo túnel comienza siendo un hoyo oscuro y sin salida. como toda mariposa comienza siendo oruga sin alas, como toda flor primero es una maldita semilla bajo tierra que tiene que buscar a tientas el camino hacia la superficie, hacia un mundo desconocido y peligroso que podría acabar con ella en dos segundos pero que es el único mundo en el que puede sobrevivir. Yo soy una flor Vicente. Vicente: Estas mal de la cabeza, no deberías seguir bebiendo. Viejo: ¿Por qué? Vicente: ya sabemos lo que pasa cuando haces eso. Viejo: Justamente por eso lo hago. Es que necesito evadir esta realidad ¿Entiendes? esta realidad donde hay que partirse el lomo por unas míseras chauchas, donde ser explotado está normalizado y donde el éxito se mide en si ganas plata o no, en cuantos pisos tiene tu casa o si tienes un patio con piscina o si tiene jardín perfectamente cuidado. quiero escapar y tú en vez de ayudarme sólo me haces dudar y hasta sentir miedo. Vicente: ah, te fuiste en la profunda, Viejo… otra vez. Viejo: ¿Por lo del hoyo dices tu? 50 metro de profundidad, 10 metros de ancho…(Vicente lo interrumpe)

Vicente: sudor, tierra, sangre esperanza, sí, sí, sí. Puras weas, más de lo mismo, puro esfuerzo para nada. Viejo: ¿Para nada? ¡¿Para nada?! Al menos yo lucho por algo. No quiero morir sabiendo que nunca viví para mí, sino que fui simplemente utilizado para que esas ratas pudieran vivir sus vidas de lujos. Vicente: tu vida es tu vida, trabaja, gana dinero, guárdalo, con él luego puedes viajar o hacer más negocios, luego quizás tú podrías contratar a otras personas y, sí haces todo con cuidado y astucia, podrías quizás vivir también una vida de lujos. Viejo: Yo no quiero eso. Vicente: ¡Pero que gusto el tuyo de llevar la contraria! ¿Por qué será que de viejos se ponen cada vez más tercos? Ya a tus años no hay nada que puedas hacer, deberías ya haber aceptado que así es la vida. Viejo: Es que no es tan fácil. Vicente: Sí es fácil, es lo más fácil, aceptar que así son las cosas y seguir los patrones que nos dan. Mientras más pronto aceptes que no puedes hacer nada, más en paz podrás estar. Viejo: ¡Es que no es tan fácil! (golpea la mesa otra vez) Es como… como cuando te dan un cuaderno para colorear ¿entiendes? Algunos son muy buenos y no se salen de las líneas y todos te felicitan porque ¡oye! Qué bueno eres, pintaste todo perfecto y la imagen se ve pulcra, limpia, perfecta. Y parece ser muy fácil además, ocupa este color para este cuadrado, ocupa este otro para este círculo ¡Muy bien! Pero algunos somos pésimos, pintamos fuera de la línea y en diferentes direcciones, y por más que intentemos no salirnos de los márgenes siempre en algún momento está ese impulso, que sale más bien de tu propia mano y no desde tu mente, de pasar fuera de la línea. Vicente: A donde quieres llegar con eso. Viejo: A que yo puedo hacer algo mejor que pintar libritos. ¡Soy un artista! Vicente: Tu no sabes pintar. Viejo: ¡Va! Que no sepa pintar dentro del margen no quiere decir que no sepa pintar. Es que simplemente esos márgenes no me acomodan. Vicente: y cuales te acomodan entonces. Viejo: (lo piensa un momento) Tengo que descubrirlo. Es que soy una semilla ¿Sabes? Estoy intentando abrirme paso aún. (se levanta) Vicente: ¿Qué te pasó ahora, Viejo? viejo: nos vamos de aquí. Vicente: y cómo viejo: (se sienta) No sé. Vicente: Esto me suena familiar.

viejo: Vicente… Vicente… Vicente… Vicente: Que quieres, Viejo viejo: Ya te lo dije, Vicente. Vicente: qué me dijiste viejo: Vamos a hacer un hoyo. APAGÓN.

ESCENA 2: EN EL HOYO. Bajo la mesa se enciende una pequeña luz amarilla, ambos personajes se encuentran bajo ella. El Viejo se encuentra removiendo la materialidad del piso y por esto levanta mucho polvo. Vicente: Cuidado viejo loco. (tosiendo) Me ahogo. Viejo: Tranquilo, es normal. Ya falta poco. Vicente: Como estás tan seguro de eso. Viejo: (cierra los ojos y acerca su oído al piso) la tierra me lo está diciendo. Vicente: aaah (se tapa la cara) Viejo: ¡Vicente! Las noches en vela, los planes estratégicos y años de preparación por fin podrán valer la pena. (El viejo observa a Vicente que lo ignora) Vicente, mira, tengo algo que mostrarte. (mientras busca algo en su bolsillo) Lo había estado guardando para algún momento más especial que este pero creo que es ahora el momento en que necesitas verlo. Vicente: Ya viejo, que tanta preámbulo, que tienes ahí escondido. El viejo saca por fin su mano d

Viejo: El fuego es… la esperanza, la luz de la vida, el calor que abriga en las noches frías, es incontrolable, es la revolución de la naturaleza y no hay nada que pueda contra él. Y este último fosforo será nuestra antorcha (lo prende) que encenderá el camino a nuestra ansiada libertad. (Vicente que llevaba todo ese discurso intentando estornudar por el polvo y la tierra, por fin lo logra apagando el fosforo. Pudu queda mal mirando el fosforo apagado) Vicente: Viejo ¿sabes qué? Me rindo. Me devuelvo, al final ya estoy acostumbrado a vivir así. Viejo: Cobarde. Vicente: Ya es tarde. Nada más 4 horas de sueños nos quedan antes de volver al trabajo. Viejo: ¿te has dado cuenta? Controlan cuanto dormimos, cuanto trabajamos, cuanto comemos, gastamos, miramos, escuchamos, decimos. ¡Controlan toda nuestra puta vida! Y resulta entonces, que

nuestra vida no es nuestra, es de ellos. Tenemos que ser incontrolables como el fuego. Vicente: A la mierda el fuego, a la mierda la revolución, hay un contrato que cumplir, eso es lo único real. 24/7 viejo, entiéndelo, no podemos salir. No hay túnel, no hay túnel. Sólo un hoyo, 50 metros de profundidad, mil, dos mil, tres mil, un hoyo infinito. Sudor, sangre, trabajo. Viejo: (lo ignora) Estamos cerca. (sigue excavando) VICENTE SE VA.

ESCENA 3 silla. Pudu acostado en el piso a los pies de la banca. Dormido. En su pieza. Vicente no está. Dormido pudu hace gestos, soñando, que está escapando y logrando salir. Cuando por fin logra escapar en su sueño, despierta y grita. Viejo: ¡Vicente! Lo logamos ¡y tu dijiste que no podríamos! Vicente… Vicente… Vicente! (Silencio) (Golpean la puerta) Voz jefe: Duérmete viejo de mierda, que haces despierto a esta hora. Pudú hace un gesto y se sienta en la silla, bebe. Viejo: 24/7 (susurros) sudor, me duele la espalda, sangre, miedo, esperanza… esperanza… (MAS INCOHERENCIA) ¿Vicente? Viejo: Aquí estoy Viejo: ¿Por qué te fuiste? Viejo:

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