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PRINCIPIOS DE LA NO VIOLENCIA (Tomado de Stride Toward Freedom, de Martin Luther King, Jr.)
Para comenzar, permítanme enfatizar que la resistencia no violenta no es un método para cobardes: la no violencia implica resistencia. Si uno recurre a este método por miedo o simplemente porque carece de los instrumentos para ejercer violencia, no es verdaderamente no violento. Es por ello que Gandhi afirmaba con frecuencia que si la cobardía era la única alternativa a la violencia, sería mejor pelear. Gandhi hizo esta afirmación consciente del hecho de que siempre hay otras alternativas: ningún individuo o grupo tiene que someterse a ninguna injusticia ni recurrir a la violencia para corregir la injusticia; esa es la vía de la resistencia no violenta. Este es, en última instancia el camino del fuerte. No es un método de pasividad estancada. La frase -resistencia pasiva- con frecuencia da la impresión de que este es un método para -no hacer nada- y aceptar callada y pasivamente el mal. ¡Nada más alejado de la realidad! Porque si bien es cierto que el resistente no violento es pasivo en el sentido de que no agrede físicamente a su oponente, su mente y sus emociones están siempre activas, buscando constantemente persuadir a su oponente de que está equivocado. El método es pasivo físicamente, pero muy activo espiritualmente. No se trata de una resistencia pasiva al mal, sino de una resistencia activa no violenta al mismo. Un segundo punto básico que caracteriza a la no violencia es que no busca derrotar o humillar al oponente. sino ganar su amistad y comprensión. El resistente no violento debe expresar con frecuencia su protesta mediante no cooperación o el boycott, pero no los entiende como fines en si mismos son simplemente medios para generar un sentimiento de vergüenza moral en el oponente. El objetivo es la redención y la reconciliación. El resultado de la no violencia es la creación de la comunidad, mientras que el resulta de la violencia es la de resentimiento trágico. Una tercera característica de este método es que está dirigido contra las fuerzas del mal en vez de contra las personas que hacen el mal. El resistente no violento pretende derrotar el mal, no las personas victimizadas por él. Si se está oponiendo a la injusticia racial, el resistente no violento tiene la claridad suficiente para entender que la tensión básica no es entre razas. Coma suelo decirle a la gente de Montgomery: "La tensión en esta ciudad no es entre blancos y negros. En el fondo, la tensión es entre la justicia y la injusticia, entre
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las fuerzas de la luz y las fuerzas de la oscuridad. Y si hay una victoria, no será simplemente la victoria de 50.000 negros, sino la victoria de la justicia y las fuerzas de la luz. Estamos empeñados en derrotar la injusticia y no a Ios blancos que puedan cometer injusticias ". Un cuarto punto que caracteriza la resistencia no violenta es la disposición a aceptar el sufrimiento sin retaliar, a aceptar los golpes del oponente sin responder. "Quizás tengan que correr ríos de sangre antes de que obtengamos nuestra libertad, pera debe ser nuestra sangre ". El resistente no violento esta dispuesto a aceptar la violencia si es necesaria, pero nunca a utilizarla. No pretende evitar su encarcelación. Si es necesario ir a la cárcel, entra a ella" como entra el novio a la recamara de su novia". Uno podría preguntarse: "¿Cómo justifica el resistente no violento este sufrimiento al que invita a los hombres, esta aplicación política de la vieja doctrina de poner la otra mejilla?" La respuesta la encontramos cuando nos damos cuenta de que el sufrimiento no merecido es redentor. El resistente no violento se da cuenta de que el sufrimiento tiene tremendas potencialidades educativas y transformadoras. Gandhi afirmaba que "Las cosas que son de una importancia fundamental para las personas no se conquistan simplemente por la razón, sino que tienen que comprarse con su sufrimiento ". Y añadía: "El sufrimiento es infinitamente más poderoso que la ley de la selva para convertir al oponente y abrir sus oídos sordos a la voz de la razón ". Un quinto punto con respecto a la resistencia activa no violenta es que evita no sólo la violencia física externa, sino también la violencia espiritual interna. El resistente no violento no sólo rehusa dispararle a su oponente, sino también odiarlo. La base de la no violencia es el principio del amor. El resistente no violento argumentaría que en la lucha por la dignidad humana, los oprimidos del mundo no deben sucumbir a la tentación de amargarse o de participar en campañas de odio. El responder de la misma manera sólo intensificaría la existencia del odio en el universo. A lo largo de la ruta de la vida, alguien debe tener el suficiente sentido común y moralidad para cortar la cadena de odio. Esto sólo puede hacerse proyectando la ética del amor al centro de nuestras vidas.