Principales acciones del primer eje denominado La Persona Este eje es el centro del desarrollo de la UNED del siglo XXI; en esto descansa, más que en cualquier otro factor, nuestra propuesta de renovación y consolidación de nuestra universidad. Se orienta hacia el desarrollo de la persona, la plena realización de sus capacidades y potencialidades como estudiante, funcionario o funcionaria o como autoridades.
Objetivo: Promover y posibilitar la autorrealización del estudiante y de las funcionarias y los funcionarios, para que actúen con independencia, sentido crítico y libertad, en beneficio del bien común, promocionando en cada persona el desarrollo de una profunda sensibilidad social y sentido de solidaridad, una firme ética ambiental y un claro sentido de responsabilidad ciudadana, e impulsando, además, el pleno desarrollo de sus capacidades físicas, intelectuales, estéticas y morales.
Este objetivo debe visibilizarse y convertirse en práctica cotidiana y concreta, de diversas formas. 1. En nuestra práctica educativa: •
Mediante el establecimiento de vínculos directos con las necesidades educativas más sentidas de nuestros estudiantes. Lograr así que nuestras carreras, nuestros cursos y programas sean plenamente relevantes y pertinentes de acuerdo a las realidades, necesidades y vivencias concretas de los y las estudiantes.
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Visibilizando los ejes transversales de la currícula: la interculturalidad, la inclusión, la equidad de género, los derechos humanos y la ética ambiental. Lograr de esta forma procesos de formación y educación que preparen seres humanos integrales, en lo intelectual, ético, moral y estético.
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Garantizando servicios académicos y administrativos adecuados y oportunos para los estudiantes. Lograr de esta forma que la nuestra sea Universidad amigable y cordial para los y las estudiantes, un sitio –tanto en sentido físico como en nuestros servicios virtuales o a distancia- donde ellos y ellas sientan que se les trata con respeto y con esmero y cordialidad.
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El fortalecimiento del programa de becas estudiantiles, los servicios de vida estudiantil y la labor de los profesores–tutores, en los procesos de orientación y acompañamiento académico, como pilares fundamentales para la incorporación, permanencia y éxito del estudiante en la Universidad. Lograr así romper el anonimato, de forma que la distancia no signifique nunca más soledad, y establecer así una relación donde la exigencia académica al más alto nivel se acompañe por la calidez de un trato humanizado y respetuoso.
2. En nuestra organización institucional y el papel y trato a nuestros funcionarios y funcionarias: •
El relanzamiento de la dimensión académica de la figura del profesor tutor o profesora tutora, de forma que se potencie su pleno desarrollo académico, su aporte intelectual a los procesos educativos docentes y su incorporación activa a la investigación y la extensión.
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El desarrollo de un ambiente laboral de respeto total a cada persona, y de plena libertad para la respetuosa expresión del pensamiento.
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Mediante la plena vigencia de la equidad de género y la supresión de toda forma de discriminación por razones de discapacidad física, color de la piel, orientación sexual, etnia, religión o cualquier otro elemento de diferenciación.
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Mediante la actualización de los salarios y su equiparación con las otras universidades públicas, así como la plena vigencia de estímulos apropiados que incentiven la motivación del personal y potencien su rendimiento y sus aportes a la Universidad.
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Mediante el desarrollo de programas de capacitación y formación, al alcance de todo el personal – tanto académico como administrativo- y planificados de forma apropiada, de acuerdo a los requerimientos específicos de los puestos, los objetivos del desarrollo académico e institucional y las preferencias y talentos particulares de las personas.
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Mediante el desarrollo y provisión de una infraestructura física y tecnológica que brinde posibilidades y condiciones adecuadas para el mejor desempeño del trabajo.
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Mediante el fortalecimiento de los programas de medicina preventiva, para reducir la morbilidad en nuestra institución; es decir, “la frecuencia con que se produce una enfermedad o anomalía de la 1 salud, en una determinada población o área” ; la cual ha saturado la capacidad del consultorio médico y en contraste, se canalicen tales recursos en campañas de prevención.
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Para que todas y todos adquieran estabilidad laboral y que de ese modo fortalezcamos la identificación con la institución y la motivación.
3. En relación con los Centros Universitarios (CEU) y su función de promotor de desarrollo de sus estudiantes y de las comunidades vinculadas a ellos, se promoverán: •
Desarrollo de mecanismos de concertación y cooperación con las comunidades: para fortalecer y ampliar nuestros aportes a las comunidades y regiones y elevar nuestra capacidad de respuesta y la eficacia y pertinencia de tales respuestas mediante la incorporación de las comunidades y sus organizaciones ciudadanas a nuestros proyectos y programas.
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Desarrollo de procesos de desconcentración y regionalización: por esta vía procuraremos proveer de adecuada infraestructura y equipamiento a los centros y dotarlos de mayor capacidad de decisión – incluso en materia presupuestaria y de nombramientos- creando, a la vez, redes de cooperación entre los centros que se ubican en una misma región, a fin de mejorar así su capacidad de respuesta y potenciar sus aportes a las comunidades y regiones.
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Programas o proyectos específicos, que apoyen el crecimiento y desarrollo de las comunidades, con la finalidad de mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
4. En cuanto a la gestión universitaria, serán insumos importantes para guiarla y alimentarla: •
Llevar adelante procesos efectivos de desconcentración y delegación de funciones, mediante la redistribución del poder de decisión en relación con nombramientos y gestión presupuestaria, y la introducción de las reformas que sean necesarias –incluso a nivel del Estatuto Orgánico cuando ello sea necesario- para promover una gestión institucional democrática, participativa y muy transparente.
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Promover, con base en lo anterior, una organización institucional muy flexible y abierta, que propicie la libre circulación de información y el desarrollo de lazos de cooperación, muy fluidos y creativos, entre todas las partes componentes de la Universidad.
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La participación activa de todas y todos en relación con: ¾ La definición del quehacer de la UNED y de su sitio en el contexto universitario y en la comunidad nacional. ¾ Nuestra función como centro de generación y difusión de pensamiento, conocimientos y cultura. ¾ Nuestra contribución para el desarrollo de las comunidades y de la sociedad en general. ¾ Nuestro aporte al desarrollo y mejoramiento de cada persona.
Marlene Víquez S. Candidata Rectora 2010-2014
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Arce Espinoza Lourdes y Julián Monge –Nájera, 2007, “Morbilidad y ciclos temporales en la consulta externa de la Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica”, p. 2. Revista en Ciencias del Movimiento Humano y Salud, URL www.una.ac.cr/mhsalud.
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