Primeros Auxilios Psicologicos.docx

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https://www.youtube.com/watch?v=ZZP14CREJcs

https://www.youtube.com/watch?v=tg-ALy8v_qM

Que tu niño participe en casa de la jornada nacional ante sismo y tsunami con un juego muy divertido Aprovecha la realización del simulacro de sismo y tsunami, para enseñarle a tus

niños entre 3 a más

años, en casa o en

un parque, qué es lo que deben hacer durante un desastre y cómo detectar el tipo de emergencia. Todo mediante el juego. Los simulacros no son cosa de juego, eso lo sabemos. Pero ¿cómo introducimos en casa a nuestros chiquitines en medidas de seguridad elementales ante un sismo, incendio u otras emergencias?. La respuesta es: mediante el juego de la seguridad, que resulta muy divertido y permite involucrar a toda la familia.

Y es que como mamás sabemos que cuando se trata de niños pequeños es mucho más factible enseñarles algo jugando que poniendo cara seria para hablarles de lo que deben hacer en caso de terremoto o incendio. Recuerda que los niños aprenden mucho más jugando que estudiando, haciendo que mirando.

Paso

1.

Plantea

el

juego. Juguemos

a

salvarnos

la

vida

Pueden participar desde dos personas (tú y tu peque desde los 3 años), pero cuántos más participen mucho mejor: niños mayores, el papá, la empleada, etc. Escoge el lugar, mejor que sea en el que él pasa más tiempo, cuarto, sala de tv. Si prefieres hacerlo en un parque, club o al aire libre, también está perfecto! Diles: Vamos a jugar un juego, se llama Juguemos a salvarnos la vida, es bien divertido. ¿Sabes lo que es un terremoto? ¿sabes lo que es un incendio? Explica con

algo

Paso

de

dramatismo

pero

sin

2.

necesidad A

de

aterrorizarlo. jugar.

Plantea con voz fuerte y dramtismo. Cuando cuente tres va a empezar el terremoto. 1,2,3… Ya, la tierra empieza a temblar, todo tiembla ¿Y si se cae el techo?

¿qué

hacemos?

Cuidado!

Observar las respuesta espontáneas del niño, como gritar, abrazarse a ti, taprse la cabeza,

otras.

Paso 3. Corregir. Aprovecha el momento para explicarle tres nociones básicas (sólo esas para que las aprenda siendo chiquito): Mantener la calma, cuál es la zona segura, cuál es la ruta de salida.

Paso 4. Repetir unas tres veces más, corrigiendo siempre las conductas inadecuadas en caso de sismo. Refuerza la conducta con un “Te salvaste” ó “Te cayó la casa encima para que vea la diferencia.

Si el simulacro te agarra en la calle junto a tus niños, aprovecha y participen ambos siguiendo las reglas señaladas por el Instituto Nacional de Defensa Civil – Indeci. ¿Cuáles son en caso de niños pequeños? 1. Mantener la calma. El que aprenda solo este punto ya es un gran avance, igual para nosotras las mamis. 2. ¿Qué hacer? La idea es que papis y niño se busquen mutuamente. Si son niños pequeños hay que enseñarles que deben permanecer en un lugar específico y luego esperar a que mamá o papá lleguen sin moverse del lugar. 3. Mochila de emergencia. Jueguen a armar una. Puedes encontrar muchamás información

sobre

la

mochila

aquí: http://www.mamitips.com.pe/mochila-de-emergencia/ Mamitips. RRR

de

emergencia

Técnicas Hay varios enfoques para apoyar a las personas en crisis, por ejemplo, usando métodos de orientación tales como primeros auxilios psicológicos, modelos más técnicos con estrategias para escuchar, evaluar y actuar en la intervención de crisis, o actividades relacionadas con la respuesta al trauma. La orientación en esta sección describe las intervenciones que requieren habilidades específicas, desarrollo de capacitación y supervisión. La información sola no es suficiente para que el personal del refugio pueda aplicar estas técnicas, y las personas no deben realizar intervención en crisis sin la capacitación y supervisión, adecuadas. Para que sea eficaz, una intervención en crisis debe seguir principios éticos que aseguren que la sobreviviente no sufra más daño, que sus decisiones y opiniones sean respetadas durante el proceso y que la intervención mantenga un enfoque basado en los derechos. Esto implica que como parte del apoyo que brindan las trabajadoras del refugio, cuenten con buenas habilidades de comunicación y demuestren empatía. Estrategias para escuchar en persona Escuchar implica estar atenta, observar, entender y responder con empatía, sinceridad, respeto, aceptación, sensibilidad y sin juzgar. Se pueden usar algunas estrategias específicas para escuchar eficazmente durante una intervención en crisis. Incluyen: 

Formular preguntas abiertas – usar “qué” o “cómo”. Sirven para alentar a la mujer o niña a compartir información sobre sus

sentimientos, pensamientos

y conductas, y son

especialmente útiles para explorar los problemas durante una crisis. Las preguntas abiertas alientan a la mujer a proporcionar información con mayor profundidad incluso qué significan para ella las situaciones o sucesos. 

Usar preguntas cerradas que busquen detalles específicos y estén diseñadas para alentar a la mujer o niña a compartir información sobre conductas (tal como las acciones específicas del abusador o las estrategias de afrontamiento que usa la mujer), así como respuestas “si” o “no”. Las respuestas cerradas suelen comenzar con palabras de acción tales como “hacer”, “poder”, “tener”, “tuvo”, “será”, “son”, “es” y “era”. Estas preguntas pueden usarse para obtener

información específica o para entender la voluntad de la mujer de realizar alguna acción en particular (por ej. trazar un plan de seguridad). 

Repetir y aclarar lo que ha dicho la mujer puede ayudar a la trabajadora del refugio que realiza la intervención en crisis a corroborar que entiende exactamente qué quiso decir, hacer, siente y piensa la mujer. También se puede repetir para enfocar la conversación en un punto, suceso o problema en particular.



Durante la intervención en crisis, personalizar los sentimientos y usar frases que comiencen en primera persona (“yo”) puede ayudar a ofrecer una guía dejando claro qué va a ocurrir a continuación (por ej. “voy a explicarle los pasos que daremos hoy”), qué se le está pidiendo a la mujer (por ej. “Me gustaría preguntarle si está de acuerdo con los pasos que describí”). Se puede capacitar al personal en varias destrezas para practicar frases en primera persona (“yo”) con el fin de apoyar una comunicación clara y efectiva con la mujer en crisis. Por ejemplo, estas frases también pueden ayudar a reconocer la confusión o trasmitir que entiende lo que se está hablando (por ej. “yo no estoy segura si entiendo bien lo que pasó cuando se fue de la casa” o “yo entiendo lo nerviosa que estaba usted el día que se fue de su casa”).



La escucha facilitadora es una técnica que ayuda a generar confianza y fortalece las relaciones con la mujer. Implica prestar total atención a la experiencia de la mujer de la siguiente manera:



Prestar atención a la comunicación verbal y no verbal de la mujer. Por ejemplo, “Noté que cuando me hablaba del tiempo que pasó con su hija, sus ojos se iluminaron y su voz denotaba alegría.”



Advertir cuando la mujer esté lista para hacer contacto físico o emocional.



Usar señales no verbales para demostrar que la está escuchando (por ej. asentir con la cabeza, hacer contacto visual, colocarse de frente a la mujer). La evaluación en la intervención en crisis La evaluación es una práctica intencional que se realiza a lo largo del proceso de intervención en crisis e implica obtener información de una mujer o niña (aunque las prácticas para interaccionar con niños difieren de las usadas con adultos), escuchar activamente e interpretar lo que ella comparte con el fin de entender su estado emocional, nivel de movilidad o inmovilidad emocional, opciones de acción, mecanismo de afrontamiento, sistemas de apoyo y otros recursos. La evaluación permite al personal sacar conclusiones sobre la situación de la mujer y cómo responde ante esa situación, con el fin de planificar y ofrecer formas de asistirla.

También se usa para determinar el nivel de riesgo y cualquier posibilidad de autolesión o de ser asesinada por su(s) abusador(es). Durante la intervención en crisis, las trabajadoras del refugio deben procurar entender la condición de la mujer; esto abarca: 

Estado emocional. La angustia emocional suele ser una señal de que una mujer está pasando por una crisis, y puede parecer que está emocionalmente “fuera de control” o gravemente retraída. El personal del refugio pude ser entrenado para ayudar a la mujer a retomar control y movilidad emocional ayudándola a expresar sus sentimientos utilizando lenguaje que refleje sus emociones con exactitud.



Funcionamiento conductual. Observar la conducta de la mujer puede ayudar a entender su capacidad de afrontar la situación que vive. Por ejemplo, advertir si camina de un lado al otro, respira con dificultad, o se sienta calmadamente, y si parece retraída o no responde. Las trabajadoras del refugio pueden ser entrenadas para asistir a las mujeres a tomar las acciones positivas que puedan en ese momento. Por ejemplo, pedirle que respire lentamente.



Estado cognitivo. Determinar los patrones de pensamiento de una mujer es esencial para evaluar su capacidad actual de afrontar la situación que vive. El personal puede ser capacitado para escuchar cuando la mujer habla y determinar si la comunicación verbal es coherente y lógica, y si sus palabras tienen sentido. Acciones en una intervención en crisis Llevar a cabo acciones en una intervención en crisis implica responder intencionadamente a la evaluación de la situación y necesidades de la mujer de alguna de las siguientes maneras: no directiva, colaborativa, o directiva. Orientación no directiva. Se prefiere cuando una mujer es capaz de planificar e implementar por sí misma las acciones que decide tomar. En este caso, la función de la trabajadora del refugio es asistir a la mujer para movilizar su capacidad ya existente de resolver sus propios problemas. En esta situación, pueden ser útiles algunos comentarios que apoyen la autodeterminación y la acción de la mujer, tales como “¿Qué le gustaría lograr que suceda? ¿Hay alguien que la pueda apoyar con este plan?”. Orientación colaborativa. Implica trabajar junto con una mujer para evaluar el problema, identificar opciones para abordarlo, y llevar a cabo acciones tendientes a una opción en particular. Los enfoques de orientación colaborativa son útiles cuando una mujer puede participar en la planificación y la ejecución de las acciones, pero no puede completar todo el

proceso por sí misma. Por ejemplo: “Usted dice que ha decidido dejar a su pareja pero no está segura de las opciones legales disponibles. Exploremos juntas adónde se puede dirigir para obtener asesoramiento legal.” Orientación directa. Es necesaria cuando el resultado de la evaluación de la mujer revela que ella está inmovilizada por su experiencia al grado que no es capaz de afrontar la crisis. El personal del refugio puede ser entrenado para usar orientación directa con el fin de tomar control y responsabilidad de la situación temporariamente. Por ejemplo: “Quiero que ahora respire conmigo. Muy bien. Tome aire contando hasta seis, exhale contando hasta seis”. En estas situaciones, las trabajadoras del refugio pueden fluctuar entre orientación directiva y colaborativa a medida que la mujer da señales de estar menos angustiada y tener más capacidad de participar en el proceso. Es muy importante que el personal tenga suficiente capacitación en esta área para asegurar que la orientación directiva se use solo cuando es necesario, y las mujeres se empoderen lo más posible con la relación de orientación (James, 2008 citado en Consejo de Refugios de Mujeres de Alberta, 2009).

La mayoría de nosotros sabe qué son los primeros auxilios y muchos hemos aprendido a aplicarlos. Consisten en una serie de acciones ordenadas que es recomendable que practiquen aquellos que primero llegan a un accidente o atienden a una persona que se ha lesionado. En cambio, muy pocos hemos oído hablar de los primeros auxilios psicológicos (PAP). Es un término reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha editado varias guías al respecto. Es aplicable a personas de todas las edades, pero aquí nos vamos a centrar en niños y adolescentes. Suele difundirse más bien en situaciones extraordinarias, como las catástrofes humanitarias. Sin embargo, por su alto valor preventivo, todas las personas y en especial las familias con niños deberían conocer los primeros auxilios psicológicos y saber aplicarlos en contextos de vida cotidiana.

¿Qué son los primeros auxilios psicológicos? Los primeros auxilios psicológicos o PAP sirven para acompañar a los niños a enfrentarse a una situación difícil y extraordinaria, fuera de su vida diaria, a la que vamos a llamar incidente crítico (IC). Deben aplicarse a cualquier situación que reúna los siguientes criterios:   

Ser inesperada y encontrarse fuera de las vivencias habituales que ha tenido hasta el momento. Suponer un cambio pasajero o permanente en las rutinas habituales del niño. Generar miedo o temor intenso en el mismo niño o (muy importante) en sus cuidadores principales. Para ser efectivos deben de aplicarse desde los momentos inmediatamente posteriores al incidente. Si el incidente crítico es puntual, la pauta requiere aplicar los PAP durante al menos las 72 horas posteriores y, como máximo, durante una semana, periodo tras el cual la situación de estrés se habrá reconducido. Si el IC es de largo recorrido, se aplicarán durante todo el periodo de su duración y hasta al menos un mes tras finalizar el incidente. Aquí puede consultar un artículo más detallado sobre los aspectos generales de los PAP aplicables a cualquier edad.

¿Qué hay que hacer con niños entre 0 y 3 años?  





Contener: trata de evitar separarse del niño o la niña. Cogele las manos para que no pegue y dile que no lo haga. Dale un espacio para el llanto o el grito controlado, es decir, sin que se desborde. Calmar: ayuda al niño a relajarse. Trata de conseguir que se sienta comprendido, amado y apoyado. Facilita, si es posible, que pueda liberar energía nerviosa. Si el niño tiene más de dos años, ayúdelo a poner nombre a los sentimientos y conectarlos con lo que ha sucedido. A veces, es muy útil distraer al niño con elementos de su mundo imaginario. Un gorrito de protección para entrar en el quirófano puede acercarle a Spiderman; un carrito de material médico puede ser una nave espacial, etc. Informar: intenta explicarle al niño en un lenguaje adaptado a su edad cuál es la situación. Incluso si el niño no le entiende, le tranquilizarán tus palabras. Usa frases cortas y céntrese, sobre todo, en tratar de que pueda entender dónde está, que no está sólo y cuál es lo siguiente que va a ocurrir. No le ocultes información al niño: aunque no pueda entender todo lo que ocurre, notará que tus palabras y tus emociones no coinciden. Dile a menudo que le entiendes y que sabes que está triste y tiene miedo, pero que pronto se sentirá mejor. Normalizar: establece una rutina para ir a dormir adaptada a la situación (contar un cuento, dar beso de buenas noches, etc.). No le obligues a comer si no tiene hambre. Intenta realizar las



comidas en un entorno lo más relajado posible y sin presión. Establece límites razonables para las rabietas (redireccionando con mucha ternura). Consolar: procura realizar actividades positivas con el niño para ayudarle a pensar en otras cosas. Trata de escuchar al niño cuando le “hable”. Permite que el niño tenga control sobre cosas pequeñas para aumentar su sensación de seguridad. Ayúdelo a expresar sus sentimientos jugando o dibujando.

¿Qué reacciones podemos esperar con niños de hasta 3 años? Las reacciones más frecuentes que podremos observar durante e inmediatamente después de un incidente crítico son:                

Problemas al dormir o que el pequeño se despierte gritando Dificultades para aceptar estar lejos del adulto de referencia (ni para que éste vaya al baño) Problemas de alimentación Un retroceso en los aprendizajes: el niño deja de hacer cosas que ya sabía hacer. Aumento de los miedos: se asusta de cosas que antes no le daban miedo Incapacidad para estar quieto y para prestar atención a nada Juega de forma violenta El niño se vuelve más intransigente Rabietas y malhumor Grita mucho más de lo usual Pega al adulto y/o cuidador Dice “¡Vete, te odio!” Dice “Todo esto es culpa tuya” No quiere jugar, no quiere hacer nada. Aparenta no tener ningún sentimiento (felicidad o tristeza) Llora mucho Hay que tener en cuenta que el llanto en los bebés y niños pequeños es su forma normal de comunicarse, es importante como padres aprender del niño y poder interpretar sus necesidades. Un llanto continuo e inconsolable, una vez satisfechas las necesidades básicas, suele ser una señal de alerta.

¿Cuándo acudir a un profesional especializado? Las conductas anteriormente descritas son respuestas esperables en los niños tras vivir un incidente crítico y, como tales, absolutamente adaptativas. Suelen disminuir de forma gradual cuando acaba la fase más aguda del incidente crítico y desaparecer al cabo de unas cuatro semanas aproximadamente. Si se prolongaran mucho más, lo adecuado es consultar a un psicólogo especialista en estrés agudo y/o trauma infantil. Finalmente, es importante recordar que cada niño es diferente, no siempre sabe lo que pasa, desconoce la relevancia de lo que está pasando, se muestra asustado y a veces no sabemos cómo tranquilizarlo y se crea una situación estresante para las familias. Por ello, no dudes en preguntar y en solicitar ayuda siempre que lo necesites para poder gestionar la situación de la mejor manera posible.

Artículo realizado por la UTCCB: La Unidad de Trauma, Crisis y Conflictos de Barcelona (UTCCB) es el centro de prevención y gestión de situaciones críticas de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), que ofrece intervención psicológica especializada a individuos, grupos y organizaciones en el antes, el durante y el después de un evento traumático.

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