Politica Ambiental Region De Valparaiso

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Política Ambiental Región de Valparaíso

Presentación La Política Regional para el Medio Ambiente que aquí estoy presentando corresponde a una amplísima materia que en el último decenio ha ingresado con un ímpetu enorme en la agenda nacional, de cada una de las regiones, provincias y comunas de nuestro territorio. Es una materia que hoy comprendemos que se introduce en todos los ámbitos e intersticios de la vida nacional. En la economía, la industria, el desarrollo tecnológico, en todos los procesos productivos, en los ámbitos de la salud, de la educación y del turismo. Cada área de la vida nacional está hoy cruzada por el tema del medio ambiente. Es, pues, un tema recurrente e invasivo en la vida individual y colectiva de nuestra sociedad. Abordar la elaboración de una política regional de características absolutamente específicas, propia para nuestro singular territorio, es tarea inevitable, imperiosa, de alta exigencia técnica, organizacional y administrativa. Nuestro Gobierno Regional ha venido definiendo, junto a su estrategia general de desarrollo, los caminos para que nuestras siete provincias cuenten con una muy precisa política en cada una de las áreas principales en que se desenvuelve la vida regional. Es insalvable que sigamos esta metodología y estos procedimientos. No es asunto de un día. Es por ello que nuestras políticas regionales están abiertas, como ya lo hemos reiterado en otras ocasiones, a observaciones, a correcciones, a modificaciones y a perfeccionamientos. Pero, es inexcusable este trabajo paciente que estamos llevando adelante, consultando a muchos sectores, instituciones, personalidades, y recurriendo a la posibilidad de que no se escape ningún aporte que pueda ingresar para obtener mejores definiciones y vías para los desarrollos en las áreas de que se trate. Es que desde que yo dirigía el Programa Universidades-Gobiernos Regionales en la Subsecretaría de Desarrollo Regional, SUBDERE, entre 1995 y comienzos del 2003, propicié la idea de que las regiones debían definir muy bien sus aspiraciones estratégicas y sus planes de acción. Cuando en abril de 2003 el Presidente Ricardo Lagos me solicitó encabezar como Intendente el Gobierno Regional de Valparaíso, me propuse abordar dicha compleja, desafiante e imprescindible tarea. Por supuesto que ello no es fácil. Requiere de tiempo, de organización y dominio de los temas, de conocimiento de la realidad, de coordinación de equipos y de adecuadas participaciones, de sostenida tenacidad para salvar las multivariadas vallas que aparecen en el proceso de elaboración. He dicho que la región debe contar con una estrategia general de que hablé en párrafos anteriores, pero de ella deben nacer políticas regionales específicas para cada una de las áreas a través de las que se desenvuelven la vida y las expectativas de progreso y crecimiento de toda la región. La estrategia general es una suerte de estación central. Las políticas regionales específicas son los andariveles o ramales por donde avanzar para concretar en cada área singular la estrategia general de desarrollo del conjunto de la región; por ejemplo, en las áreas

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de Cultura, Ciencia y Tecnología, Educación, Inserción Internacional, Salud, Medio Ambiente, Transporte Público, Agrícola, Minera, Seguridad Ciudadana, Justicia, Ordenamiento Territorial, etc. Hoy nos ocupamos de la Política Regional de Medio Ambiente. Aquí hay una propuesta para continuar desarrollándose a través del trabajo práctico, de las acciones e iniciativas que se emprendan, del esfuerzo que se realice específicamente desde la Dirección Regional de la Comisión Nacional de Medio Ambiente. Un conjunto de planteamientos teóricos, de elaboraciones técnicas y de formulaciones sobre los grandes temas que se cobijan bajo el medio ambiente son los que aquí se plantean. Sin embargo, en este documento se presentan también los caminos, los quehaceres concretos, las acciones e iniciativas que deseamos que ingresen a la práctica real con la que nutriré el mejor tratamiento posible de este tema tan trascendente. Es por ello que vale aquí lo que he sostenido en otras presentaciones de políticas regionales. He comparado las funciones del Gobierno Regional con las de un director de orquesta que necesita violines, violas, oboe, fagot, percusión y muy diversos instrumentos; a menudo, el director además necesita coros y solistas. Pero todo ello no le basta. Es imprescindible la partitura sin la cual no podrá obtener resultados de sus músicos e instrumentos ni podrá ejecutar la sinfonía o el concierto que le encargaron. Para tal finalidad proponemos aquí la partitura con la cual dirigirnos hacia la política regional que garantice el desarrollo de todo el territorio en esta trascendente área medio ambiental de la vida de cada una de nuestras provincias y comunas. Al finalizar estas palabras de presentación quiero destacar y agradecer a todos y cada uno de quienes colaboraron a este logro colectivo. Me refiero a los secretarios regionales ministeriales, jefes de servicios, directores de programas y funcionarios. Me refiero a diversos consejeros regionales y al conjunto del CORE, cuyas reflexiones, ideas y aliento han contribuido a plasmar este esfuerzo.

LUIS GUASTAVINO CORDOVA Intendente de la Región de Valparaíso Valparaíso, abril de 2004

Introducción El mundo, Chile y nuestra Región enfrentan hoy un trascendental desafío, cual es, asumir con alta responsabilidad la correcta gestión del medio ambiente en todos los lugares del planeta. En efecto, tan importante es esta tarea que de nosotros depende no sólo la conservación de la naturaleza sino, también, el desarrollo de los países, la competitividad de las economías y la calidad de vida de los habitantes. "Hacia una Política Regional de Medio Ambiente", documento que hoy presentamos a la comunidad regional, más allá de los antecedentes técnicos e información aquí contenida, se erige como una invitación a participar activamente en el desarrollo armónico de nuestro territorio y en la construcción de mejores horizontes para nuestra comunidad y las futuras generaciones. Esta es una propuesta que pretende involucrar en el debate y en la acción a

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todos quienes individual o colectivamente estén dispuestos a construir, desde esta área específica, un futuro mejor. Asumir el desafío significa, en suma, trabajar desde todos y cada uno de los ámbitos del quehacer regional: desde los servicios públicos y municipios, desde las universidades y los medios de comunicación, desde los sectores productivos y económicos, desde las organizaciones sociales y comunitarias. En esta tarea todos tienen un lugar desde donde aportar. La Región de Valparaíso posee una rica biodiversidad, cuyos ecosistemas, que van desde el litoral a la cordillera, se ven expuestos a diversos impactos, riesgos y efectos ambientales, tales como la congestión vehicular, el manejo inadecuado de residuos domiciliarios e industriales, la contaminación atmosférica, la falta de planificación en el uso del territorio y la contaminación de acuíferos. Por ello, de no mediar una acción organizada, sistemática y coordinada, la región podría verse expuesta a una significativa degradación de sus suelos, ríos, lagos y bosques, con los consiguientes daños a la salud de las personas y el medio ambiente. Pero también nuestra región posee grandes riquezas naturales, con recursos que sustentan una actividad agrícola, pesquera y minera moderna, generadora de miles de empleos y con productos que llegan a los cinco continentes, cuya calidad es reflejo de nuestro medio y de las personas y empresas que participan en su producción. Tenemos un litoral abundante en productos del mar, que nos aporta un gran presente y porvenir, tanto por sus productos como, asimismo, por su creciente potencial turístico. Ese borde costero y sus actividades turísticas y portuarias no sólo nos evocan la llegada de cientos de inmigrantes sino también, nos alerta ante el creciente protagonismo que han alcanzado las sociedades y economías de la cuenca del Pacífico, escenario en el que nuestro país se encuentra participando activamente. Hace una década que la gestión ambiental pasó a ser una actividad fundamental para el Estado, con un evidente compromiso para todos los actores de la sociedad. Si bien la Región de Valparaíso ha experimentado importantes avances en materia de gestión medioambiental, no es menos cierto que aún observamos muchas tareas que, indefectiblemente, debemos afrontar. Al respecto, debemos valorar el hecho de que hoy existan autoridades regionales responsables directos de la gestión del medio ambiente en el territorio. Además, se han elaborado y ejecutado importantes proyectos, involucrando varios millones de dólares, con el objeto de establecer garantías que permitan preservar el medio ambiente y disminuir los riesgos del daño provocado por el hombre. De igual modo, a través de numerosas iniciativas, las empresas se esfuerzan por lograr formas de certificación ambiental que refuerzan su imagen ante la comunidad y mejoran su competitividad internacional. Esto nos muestra que el crecimiento puede ir de la mano de una actitud ambiental responsable. Nuestros centros universitarios y de educación superior han hecho lo propio. Además de las actividades de investigación y extensión que desarrollan en materia ambiental, han creado carreras que cada año forman a decenas de técnicos y profesionales especializados en la gestión sustentable de recursos naturales, el ordenamiento territorial y el desarrollo armónico de nuestras ciudades. Los medios de comunicación también han contribuido a instalar el tema ambiental en sus pautas informativas, facilitando así el diálogo entre la comunidad y las autoridades en el diagnóstico de los problemas y la identificación de las mejores alternativas de solución. Con todo, hoy tenemos un gran activo, ya que contamos con una comunidad regional más informada, educada y con gran sensibilidad respecto del medio ambiente pero, sobre todo, que exige un espacio en la discusión y concreción de políticas modernas e innovativas en esta materia.

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Algunas acciones que grafican en forma evidente los avances alcanzados en materia medioambiental se traducen en la recuperación de la calidad de nuestras playas y ríos, lo que ha potenciado una de las principales actividades económicas del los últimos años: el turismo, uno de los principales pilares de nuestro desarrollo. Esto se ha logrado gracias a la construcción de plantas de tratamiento de aguas servidas en las principales ciudades de la región, ayudando también al desarrollo agrícola y a reducir significativamente los problemas y costos de salud de nuestros habitantes. Por todo lo anterior, estamos llamados a hacer de nuestra región una suerte de "valle del paraíso", como la nombraron algunos de nuestros antepasados. Contamos con todas las condiciones para construir una gran región, desarrollada y atractiva, como lo fue a inicios del siglo XX. Existe un capital humano de gran calidad; disponemos de un importante número de casas de estudio donde se desarrolla investigación científica y tecnológica, pero por sobre todo, tenemos el compromiso de todos los sectores sociales, políticos y económicos de integrarse a la tarea de abordar los problemas ambientales con fuerza y convicción. Así, nuestros esfuerzos deberán concentrarse en buscar soluciones con creatividad, eficiencia y de manera oportuna, atentos a los problemas emergentes y sensibilidades de la población. La coordinación y la asociatividad son factores vitales para alcanzar los objetivos ambientales que nos propongamos. La coordinación oportuna, eficaz y eficiente entre los organismos públicos con responsabilidad ambiental constituye una obligación para sus directivos como también para todos los funcionarios públicos del área. La asociatividad público-privada, entre las organizaciones sociales y empresariales, el municipio, los centros académicos, los servicios públicos y otros actores, se transforma en un imperativo ineludible. El desarrollo ambiental de la Región de Valparaíso puede y debe incorporar las orientaciones de carácter nacional y valorar las lecciones de otras experiencias exitosas. Una política ambiental por su propia esencia se inserta en el ámbito de la descentralización. Las políticas y normas, los instrumentos y acciones sólo serán efectivos si ayudan a construir los anhelos que se plantean las comunidades desde cada uno de los territorios de esta región. Si esto ocurre, la gestión ambiental no sólo será legítima y armoniosa, sino primordialmente democrática, contando con el compromiso activo de los habitantes de la región. Es cierto que no todo es fácil. Es cierto que este acuciante tema impone la construcción de toda una nueva Cultura. Es verdad que se registran diversos obstáculos y no son pocas las insuficiencias y retrasos que, a partir de las responsabilidades del propio Gobierno Regional, debemos superar. Pero el solo hecho de formular aquí una propuesta de Política Regional sobre esta materia de tanta trascendencia para la vida humana y para la sanitud del desarrollo de la Región toda, es una rotunda expresión de la voluntad política y de la resuelta disposición para trabajar con todos y con todas las capacidades por una región ambientalmente sana.

CONTEXTO INTERNACIONAL Y NACIONAL Contexto Internacional El tema ambiental ha estado inscrito desde hace varias décadas en la agenda Internacional, desde la perspectiva del Desarrollo Sustentable, en que se conjugan crecimiento económico, equidad y protección ambiental. Esta premisa se vio fortalecida como paradigma de desarrollo en la Cumbre sobre

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Medio Ambiente y Desarrollo efectuada en 1992 en Río de Janeiro, Brasil, y en la Agenda 21, correspondiente al Plan de Acción que emanó de dicha instancia y que comprometió a los gobiernos y parlamentos, empresarios, instituciones organizaciones sociales y comunidad en general. No obstante, la consolidación de este enfoque de desarrollo ha debido recorrer un largo camino a partir de una aproximación inicial de imposibilidad, o al menos de fuertes dificultades al momento de pretender impulsar estos tres elementos del desarrollo sostenible en forma simultánea. Así, el respeto por el medio ambiente comenzó a materializarse mediante convenios internacionales de carácter ambiental que se firmaron durante la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro 1992, entre los que destacan las acciones orientadas al control de las emisiones responsables del cambio climático global y la destrucción de la capa de ozono. Al mismo tiempo, desde la realización de ese encuentro mundial, el vínculo entre comercio y medio ambiente ha ido apareciendo cada vez con más fuerza en la agenda internacional. Prueba de ello es que desde la constitución de la Organización Mundial de Comercio, OMC, se encuentra operativo un Comité Permanente sobre Comercio y Medio Ambiente. Asimismo, la creciente incorporación del concepto de responsabilidad ambiental en las decisiones de los diversos actores de la sociedad comienza a determinar una importante demanda ciudadana por información y una valoración del respeto por el medio ambiente. En el caso de Chile, ya el Acuerdo de Libre Comercio con Canadá llevó asociado un Acuerdo de Cooperación Ambiental, mientras que el Acuerdo de Asociación Política y Económica con la Unión Europea y el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos de Norteamérica, incorporaron en forma sustancial el tema ambiental desde el enfoque de cooperación e incluso, en el caso de Estados Unidos, como un capítulo específico dentro del Tratado complementario a un Acuerdo de Cooperación Ambiental. A la fecha, con 19 acuerdos de cooperación e intercambio comercial, el Estado de Chile enfrenta el tema de la definición y fortalecimiento de su política e institucionalidad ambiental respectivamente, inserto entre las 5 economías más abiertas del planeta con acceso a más del 50% del Producto Geográfico Bruto mundial, PGB. Dentro de este esquema, también evoluciona el rol del Estado, pasando de una lógica esencialmente regulatoria a escala local a una de provisión de condiciones e instrumentos que permitan consolidar la responsabilidad ambiental en la sociedad en su conjunto, como un atributo de competitividad en el contexto internacional, tanto a nivel de productos como de servicios. Pero no resulta suficiente citar las referencias a Agendas Ambientales o Políticas Ambientales de los organismos internacionales, si nuestra Política Regional no hace las traducciones precisas a nuestra realidad y sus necesidades y contextos singulares. El presente documento busca alentar esos caminos y precisiones. Todos estos enfoques se nutrirán con los contenidos condensados en los Convenios Internacionales Jurídicamente Vinculantes emanados de la Conferencia de Río de Janeiro, a los que Chile se ha suscrito. Contexto Nacional En nuestro país, la gestión ambiental se institucionalizó a comienzo de la década de los

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noventa con la llegada de la democracia. Un hecho relevante fue haber creado una legislación y una institucionalidad ambiental moderna: la Ley 19.300 Sobre Bases del Medio Ambiente -promulgada en 1994- y posteriormente sus respectivos Reglamentos. Se crea, además, la Comisión Nacional del Medio Ambiente, CONAMA, ente rector en la materia. Los gobiernos de la Concertación de Partidos por la Democracia han formulado programas ambientales en los que se enfatiza la idea de la sustentabilidad del desarrollo, asumiendo compromisos para implementar una agenda ambiental en sus respectivos períodos. Ha sido la administración del Presidente Ricardo Lagos la que de manera explícita en su programa de gobierno formalizó el compromiso de "hacer de Chile un país sostenible, que continúe con el desarrollo económico, otorgue igualdad de oportunidades a toda su población, con una adecuada valoración y protección al medio ambiente, a la naturaleza y a los derechos ambientales de los ciudadanos". La década de aplicación de la Ley de Bases del Medio Ambiente constituye un punto de inflexión para evaluar su aplicación y avances y, sobre todo, para dar una nueva mirada estratégica a la gestión ambiental, las que en un marco de operación de los tratados internacionales suscritos por Chile y la objetiva recuperación económica que se constata en el país, abre un interesante y promisorio devenir en la gestión ambiental de cara al bicentenario de nuestra República. El modelo de desarrollo adoptado por Chile desde 1990 a la fecha, persigue el logro de un crecimiento equitativo y sostenible, en un marco de fortalecimiento de la democracia, que permita mejorar la calidad de vida de la población y, en particular, superar la pobreza y las diversas formas de discriminación y exclusión. Es un hecho objetivo que este modelo se ha ido consolidando en diversos ámbitos, pero para que éste sea crecientemente inclusivo y no exclusivo, se reafirma a cada momento la responsabilidad pública en la implementación de políticas en áreas vitales para el desarrollo del país, como son la modernización productiva, la equidad social y la sustentabilidad ambiental.

DIAGNOSTICO La Región de Valparaíso se ubica en la zona central del país, limitando al norte con la Región de Coquimbo y al sur con las regiones Metropolitana y Libertador General Bernardo O#Higgins. Se divide en las provincias de Petorca, Los Andes, San Felipe, Quillota, Valparaíso, San Antonio e Isla de Pascua, e incluye 38 comunas, comprendiendo los territorios insulares de Isla de Pascua, Archipiélago de Juan Fernández, San Félix, San Ambrosio y Salas y Gómez. La región es la tercera más poblada del país, con 1.543.600 habitantes (Censo 2002), que se concentran en un 60% en la provincia de Valparaíso. Su tasa de crecimiento anual es de 1,2% y el 90% corresponde a población urbana. Es importante destacar que la región es el principal destino turístico nacional, ejerciendo atracción sobre los países vecinos, principalmente Argentina y Brasil, lo que conlleva un notable incremento de la población en la época estival y durante los fines de semana. En cuanto a la estructura de actividad económica, la Región de Valparaíso ha mostrado una tendencia de crecimiento considerable, aunque ligeramente inferior al resto del país, llegando a duplicar el Producto Interno Bruto entre los años 1985 y 1996.

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Este crecimiento depende, de la explotación de sus recursos naturales, a lo que se suman condicionantes particulares como el clima, la disponibilidad de recursos hídricos y calidad de los suelos, que a su vez determinan el desarrollo de la agricultura, la industria y el asentamiento de la población. La geomorfología y condiciones climáticas han diversificado la actividad económica, entre pequeña y mediana minería; pastoreo y ganadería extensiva; agricultura; plantaciones frutícolas, hortícolas y forestales; vitivinicultura; industria; comercio; pesca y turismo. Cuenca del Río Aconcagua Dentro de los recursos hídricos existentes en la región destaca el río Aconcagua, el que durante su recorrido desde la ciudad de Los Andes hasta su desembocadura en la comuna de Concón, abarca una superficie de 7.640 km2. A lo largo de su cuenca pueden identificarse zonas de diversa productividad, las que demandan unos 500 millones de m3 / año para riego, uso industrial, minero y habitacional, y que son satisfechas tanto por el cauce superficial del río como por las aguas subterráneas. Dado que este río constituye la principal fuente de provisión de agua para las diversas actividades económicas, pudiera pensarse en un elevado grado de contaminación producto de ellas. No obstante, la inversión en saneamiento ambiental realizada por ESVAL S.A. en la región, a través de sistemas de alcantarillado, plantas de tratamiento y emisarios submarinos, significa que actualmente cerca de 90% del río Aconcagua y restantes cursos de agua y playas de la región están descontaminadas, siendo aptas para el riego y bebida animal, lo que posibilita un mayor desarrollo turístico, con el consiguiente beneficio directo al crecimiento económico. Suelos y Residuos En cuanto a los suelos, hay factores de origen antrópico que amenazan la calidad de éstos en toda la región, como es el avance de la desertificación, una creciente extracción de áridos, y la expansión de las ciudades, lo que ha derivado en que suelos de buena calidad y alta productividad sean ocupados por actividades industriales, comerciales o habitacionales. Por otra parte, la inexistencia de un programa regional que aborde o implemente un adecuado proceso de reducción, recolección, tratamiento y disposición de los residuos tanto domésticos como industriales, se evidencia en la falta de sitios adecuados para su disposición final y la presencia de vertederos clandestinos. A esto se suma la existencia de tranques de relaves, el uso de agroquímicos en la agricultura, el transporte de cargas peligrosas y la proliferación de asentamientos irregulares, todas actividades que requieren de un manejo adecuado, acción preventiva y fiscalización oportuna. Contaminación Atmosférica Por otra parte, la zona del Valle del Aconcagua, se encuentra afectada por la contaminación atmosférica asociada al desarrollo industrial de actividades como la fundición de cobre, producción de cemento, refinación de petróleo, explotación minera, termo generación eléctrica, industria química y trabajo portuario, a lo que se suma un creciente parque automotriz. Desde 1993 se ha estado aplicando el "Plan de Descontaminación de Ventanas", cuyo cronograma de reducción de emisiones de anhídrido sulfuroso y material particulado ha sido cumplido por las empresas ENAMI y Gener, registrándose una importante recuperación en la calidad del aire en la zona de Puchuncaví. No obstante, los servicios competentes deberán

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evaluar el cierre de este plan para adecuar la zona a la nueva normativa vigente sobre estos contaminantes. En cuanto a los problemas que genera la circulación de vehículos, especialmente de transporte colectivo, la Secretaría Regional Ministerial de Transportes ha decretado un calendario de restricción, para disminuir los atochamientos y reducir el nivel de emisiones a la atmósfera de gases contaminantes, factores que inciden directamente en la calidad de vida de las personas. Acuerdos Voluntarios Con el propósito de establecer nuevas relaciones de cooperación y alianzas estratégicas público-privadas para solucionar los problemas ambientales de nuestra región, se han desarrollado importantes iniciativas como el "Acuerdo Voluntario del Sector Industrial El Salto", mesa de trabajo formada por representantes de la comunidad, servicios públicos y empresariado, para abordar la emisión de contaminantes a la atmósfera y la elaboración de un plan coordinado para enfrentar las emergencias en el sector viñamarino. Asimismo, destaca el "Acuerdo Voluntario de Mejoramiento y Saneamiento de Situaciones Ambientales", suscrito por diversos organismos gubernamentales regionales y entidades fiscalizadoras con Codelco Chile- División Andina, para abordar aspectos y situaciones ambientales derivadas de sus faenas mineras. Borde Costero La zona del Borde Costero, que se extiende desde Punta Molles en el límite norte, hasta la desembocadura del río Rapel, por el sur, concentra la mayor parte de la población de la región, principalmente en sus tres grandes ciudades: Valparaíso, Viña del Mar y San Antonio, y la más importante actividad económica constituida por el complejo urbano # industrial # portuario, a lo que se suma la actividad turística y el desarrollo inmobiliario, favorecidos por el clima y calidad de sus playas. Este creciente desarrollo a su vez conlleva problemas como los ya mencionados, a los que se suman importantes niveles de contaminación acústica generada por la actividad industrial, fuentes móviles y actividades recreativas nocturnas, problemas que debieran ser considerados en los instrumentos de planificación territorial. En esta dirección, la Gobernación Provincial de Valparaíso en conjunto con la Dirección Regional de la Comisión Nacional del Medio Ambiente, han propiciado el "Programa de Gestión Territorial Ambiental para las Comunas de Puchuncaví, Quintero y Concón" para coordinar la gestión ambiental en las comunas industrializadas de la Provincia de Valparaíso, iniciativa que debería replicarse en otros territorios de la región. Patrimonio Ambiental En cuanto al patrimonio ambiental de la región, este se encuentra constituido por sus ambientes vegetacionales nativos y la fauna asociada a ellos. Atendiendo a su interés científico, educativo y paisajístico, algunos han sido incorporados al Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado, SNASPE, siendo declarados Parques Nacionales, Reservas Nacionales o Monumentos Naturales y son administrados por la Corporación Nacional Forestal, CONAF. En la región se encuentran los parques nacionales Rapa Nui, Archipiélago Juan Fernández y La Campana, que en conjunto, ocupan un total de 24.701 hectáreas, en los cuales existen ecosistemas únicos y representativos de la diversidad biológica del país, con especies de flora y fauna y formaciones geológicas de especial interés educativo y científico. También existen importantes Reservas Nacionales, zonas cuyos recursos naturales se

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deben conservar y utilizar con especial cuidado por la susceptibilidad a que estos sean afectados por alguna degradación y por su importancia en el resguardo del bienestar de la comunidad. Está representada por las reservas de Río Blanco, Lago Peñuelas y el Humedal El Yali, zona de alta sensibilidad o fragilidad en la dinámica de sus ecosistemas que considera 520 hectáreas y se encuentra amparado en la Convención relativa a los Humedales de Importancia Internacional. Sin perjuicio de estas categorías de protección, diversos lugares han sido declarados Santuarios de la Naturaleza, por su particularidad, interés científico y paisajístico, entre los que se encuentran el Bosque Las Petras, Campo Dunar La Punta de Concón, Palmar El Salto, Islote Pájaro Niño, Isla de Cachagua y Laguna El Peral. En el proceso de elaboración de la Estrategia Regional Biodiversidad, se han propuesto cinco lugares representativos por su diversidad biológica: Los Molles Pichidangui, Altos de Petorca y Alicahue, Cordillera El Melón, Bosque de Zapallar y Laguna Verde. Estos sitios albergan ecosistemas muy valiosos y especies muy relevantes, tanto de flora como fauna, siendo su identificación producto del trabajo coordinado entre la comunidad y los sectores públicos y privados. Esta iniciativa dará origen a interesantes proyectos de inversión y desarrollo local que incentivará el turismo de naturaleza, haciendo que la protección del medio ambiente pueda ser también una actividad rentable. Otra área de gran interés natural y económico es la constituida por el cordón montañoso de la cordillera de Los Andes, en cuyos ventisqueros, glaciares y lagunas se acumulan las principales reservas acuíferas de la región que con los deshielos permiten el riego de la producción agrícola del valle del Aconcagua. Patrimonio Cultural Así como existe un patrimonio ambiental constituido por las zonas anteriormente mencionadas y por las que se encuentran en estudio para la adecuada protección de su valor endémico, también nos encontramos con un patrimonio cultural, fruto de un devenir histórico y social, que más que nunca debe ser resguardado, conservado y reparado, entre otras razones, dado el reconocimiento por la UNESCO, de Valparaíso, como Patrimonio de la Humanidad. La Región de Valparaíso posee un valioso patrimonio arquitectónico, histórico arqueológico y geológico, que caracteriza y reafirma la identidad regional de sus habitantes. En efecto, la región cuenta con 124 Monumentos Nacionales, entre ellos históricos, zonas típicas y santuarios de la naturaleza, además de significativos vestigios arqueológicos tales como petroglifos en la zona montañosa, cementerios conchales, construcciones en altura y una variada alfarería precolombina representativa de las diversas ocupaciones de las culturas El Molle, Diaguita, Aconcagua Bellavista Salmón e Inca. A lo anterior se debe agregar el valioso legado arquitectónico colonial español observado en las viviendas de la zona rural de la región, las que han significado la creación de zonas típicas en Los Andes y Putaendo y la influencia de la inmigración europea a mediados del siglo XIX, presente en el desarrollo urbano de la ciudad de Valparaíso. Específicamente, la comuna de Valparaíso cuenta con 69 monumentos nacionales, incluyendo los monumentos históricos y las zonas típicas. En este marco, se fomentará la protección y adecuada gestión del patrimonio ambiental y cultural en la región para velar por su conservación y puesta en valor. Institucionalidad Ambiental

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Todas las actividades e iniciativas mencionadas requieren para su ejecución de una institucionalidad ambiental, la que se contempla en la Ley 19.300, sobre Bases del Medio Ambiente, estableciendo un sistema transversal y de carácter coordinador, en un marco de descentralización territorial y mayor simplicidad administrativa, sin derogar las competencias de los restantes ministerios y servicios públicos. La mayor responsabilidad ambiental dentro de la Ley 19.300 recae en un órgano colegiado denominado Comisión Regional del Medio Ambiente, COREMA, presidida por el Sr. Intendente e integrada por SEREMIS, Gobernadores Provinciales y cuatro Consejeros Regionales, instancia que es apoyada por un Comité Técnico, integrado por servicios públicos con competencia ambiental. A la COREMA le corresponde coordinar la gestión ambiental, a nivel regional, debiendo comprender en ella no sólo la calificación y aplicación de sanciones de proyectos sometidos al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, SEIA, herramienta de carácter preventivo para garantizar el cumplimiento de la normativa ambiental, sino que debe avanzar en la generación de políticas, instrumentos y normas construidas sobre la base de nuestra realidad regional, que pueda interpretar el tipo de desarrollo que se quiere para la región. Otros instrumentos de gestión como la educación e investigación, dictación de normas secundarias, planes de manejo y planes de prevención y descontaminación requieren de un mayor desarrollo e involucramiento regional. Asimismo, instrumentos como los Acuerdos Voluntarios a los que se ha hecho mención en el diagnóstico, aunque se apliquen y estén vigentes, requieren igualmente de un reconocimiento legal que les otorgue fuerza. En la Institucionalidad Ambiental también se contempla la representación de la ciudadanía por medio de otro órgano colegiado de representatividad regional denominado Consejo Consultivo Regional, integrado por representantes de universidades, organizaciones no gubernamentales, sector empresarial y trabajadores, el cual canaliza las inquietudes ciudadanas sobre el avance en el desarrollo ambiental de la región. Educación Ambiental En esta línea de trabajo, se ha impulsado el programa de Certificación Ambiental de Establecimientos Educacionales, iniciativa a nivel nacional que se desarrolla regionalmente a través del Comité Regional de Certificación, integrado por la Secretaría Regional Ministerial de Educación, CONAF V Región, Consejo Consultivo Regional, CONAMA Región de Valparaíso, Asociación de Municipalidades, Secretaría Regional Ministerial de Salud y Comisión de Educación, Arte y Cultura del Consejo Regional. Seguramente, ahora deberá coordinarse con el recientemente constituido Consejo Regional de la Cultura y las Artes. Este programa busca otorgar a los establecimientos incorporados, ventajas tales como el acceso a fondos públicos y privados concursables vinculados al tema ambiental, mejor calidad de la educación entregada al incorporar la temática ambiental en los planes de estudio, mejoramiento de las condiciones ambientales del establecimiento mismo y de su entorno territorial. Asimismo, podemos mencionar el Programa de Educación Forestal elaborado por CONAF en coordinación con la Secretaría Regional Ministerial de Educación; el Club de Forjadores Ambientales, agrupación de índole ambiental que reúne a estudiantes de quinto año de enseñanza básica hasta segundo año de enseñanza media, con el propósito de fortalecer el liderazgo ambiental frente a sus pares para la difusión de su experiencia a otros estudiantes; las Aldeas Ambientales, centros de educación y coordinación orientados a la comunidad escolar y vecinal de las Comunas de Quintero, Puchuncaví, Quillota, La Calera, Villa Alemana, Los Andes y Cartagena, para la formación de líderes proactivos por cuyo medio se propenda al desarrollo sustentable de sus comunas. Las Aldeas más consolidadas son La

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Greda de Puchuncaví y Valle Narau de Quintero.

FUNDAMENTOS Y PRINCIPIOS Los fundamentos que inspiran la Política Ambiental Regional son: 1. Calidad de vida de las personas La preocupación central de la política ambiental de la Región de Valparaíso son las personas y su calidad de vida. La Ley de Bases del Medio Ambiente define el concepto de desarrollo sustentable como "el proceso de mejoramiento sostenido y equitativo de la calidad de vida de las personas, fundado en medidas apropiadas de conservación y protección del medio ambiente, de manera de no comprometer las expectativas de las generaciones futuras". Esto abarca los ámbitos del entorno natural, social y cultural. 2. Protección ambiental como acelerador del crecimiento socioeconómico Antes de 1990 en Chile se consideraba la gestión ambiental como un freno para el desarrollo. En la última década se ha demostrado que es posible compatibilizar el crecimiento socio-económico con la protección ambiental. Recientemente, y dadas las ventajas comparativas que implica la producción limpia, el desempeño ambiental y los productos ambientalmente certificados que buscan satisfacer a clientes cada vez más exigentes en una economía global, se entiende que la protección ambiental es un atributo acelerador del crecimiento socio-económico. La Política Ambiental de la Región de Valparaíso se basa en los siguientes principios: Principio preventivo: Se debe evitar el deterioro ambiental, ya que una vez generado es más difícil y oneroso revertirlo. Este principio es aplicable en los instrumentos de gestión ambiental del Estado, tales como el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, así como en el caso de las inversiones que deben realizar quienes emprendan cualquier actividad potencialmente contaminante para evitar este daño o menoscabo al medio ambiente. Principio de la responsabilidad: Quien provoque daño ambiental debe responder por él, restaurando el medio ambiente y compensando económicamente a los terceros afectados. Este principio se aplica en Chile a quienes, mediando culpa o dolo, generan daño ambiental. Un componente del principio de responsabilidad, de carácter preventivo, se expresa como "el que contamina paga". Quien actualmente contamina, o lo haga en el futuro, deberá incorporar a sus costos las inversiones necesarias para evitar la degradación ambiental. Este principio, en ningún caso debe ser interpretado como un derecho adquirido para contaminar por parte de quien paga. Principio precautorio: Cuando exista peligro de daño grave e irreversible de nuestro medio ambiente, la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces en función de los costos para impedir la degradación ambiental. Principio de la eficiencia:

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En la solución de los problemas ambientales se debe tener en cuenta una equilibrada relación entre los costos y los beneficios desde el punto de vista ambiental y socioeconómico. Este principio se aplica en la generación de normas y estándares de calidad ambiental y de emisión y en planes de manejo, prevención o descontaminación. Principio del gradualismo: La sustentabilidad ambiental sólo se logra a través de esfuerzos continuos y mejoras sostenidas. Para ello es necesario establecer plazos prudentes que permitan cumplir objetivos de recuperación ambiental o ajustarse a mayores exigencias normativas, en función de factores de tipo socioeconómico, requerimientos tecnológicos o dinámicas de procesos contaminantes. Este principio se aplica en la generación de planes y normas, y en los acuerdos voluntarios y de producción limpia. Principio de la asociatividad: Se debe propiciar la concertación de voluntades entre diversos actores del Estado, sociales o empresariales, para cumplir objetivos ambientales comunes, privilegiando el beneficio de la calidad ambiental por sobre sus intereses particulares. Este principio se aplica en procesos de negociación ambiental y en la elaboración de proyectos comunitarios que cuentan además con participación pública y privada. Otra de sus aplicaciones se encuentra en la cooperación entre distintos países o ciudades para desarrollar programas ambientales que tienen objetivos en común. Principio de la coordinación: Los diversos actores que participan de la gestión ambiental deben actuar de manera ordenada y coordinada, a fin de potenciar sus esfuerzos individuales en función de un objetivo común, evitando anularse entre sí. Este principio se aplica al rol que tienen la Comisión Regional del Medio Ambiente y la CONAMA respecto de los demás órganos del Estado con competencia ambiental. Principio de la acción sistémica: El medio ambiente es un sistema en el que interactúan diversos componentes y, por lo tanto, para producir efectos positivos sobre éstos, es necesario aplicar también un sistema de instrumentos de gestión. Ejemplo de ello, son el ordenamiento ambiental territorial o la planificación ambiental estratégica que la Región de Valparaíso está incorporando en el diseño de su Plan Regional de Desarrollo Urbano. Principio de la participación: Se trata de involucrar a la comunidad en la gestión ambiental, no solamente informándola sino consultando su opinión y permitiendo que esa forma de participación influya en las decisiones de las autoridades en materia ambiental. Se aplica este principio en diversos instrumentos de gestión, tales como el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, los planes y normas, el Fondo de Protección Ambiental y los Consejos Consultivos. Principio de la autorregulación: Este principio opera cuando en forma voluntaria una empresa se restringe así misma en pro de objetivos ambientales, sin necesidad de que el Estado aplique instrumentos como leyes o normas restrictivas. Ejemplos de esta autorregulación son los bonos de emisión transables, los sellos verdes sobre ciertos productos y los programas de producción limpia. Principio de la transparencia:

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Se trata de facilitar el acceso pleno a la información de manera oportuna, veraz y permanente a todas las personas, especialmente aquella relacionada con los impactos ambientales de los proyectos de inversión que afectan su calidad de vida. La transparencia de la gestión ambiental, es un imperativo para asegurar el derecho a la información que tienen todos los ciudadanos.

OBJETIVOS Objetivos generales Promover la sustentabilidad ambiental del desarrollo de la Región de Valparaíso a fin de obtener una mejor calidad de vida para las generaciones actuales y futuras, garantizando un medio ambiente libre de contaminación, la preservación de la naturaleza y la conservación del patrimonio ambiental. Objetivos Específicos La misión de la política ambiental regional, se expresa a través de tres objetivos específicos de carácter estratégico y cuatro objetivos instrumentales que se refieren a la forma de conseguir los resultados. 1. Recuperar y mejorar la calidad ambiental Avanzar en planes, acciones y conductas que permitan mejorar la calidad ambiental. Todavía persisten problemas ambientales que es necesario resolver utilizando diversos instrumentos de gestión, actuando sobre los propios ecosistemas degradados y contaminados o sobre aquellos agentes que han generado el deterioro ambiental. Se requerirá, entonces, afinar los diagnósticos de calidad ambiental de las diversas zonas de la región e identificar las fuentes contaminantes o las actividades que inciden el deterioro ambiental, establecer prioridades, proponer los instrumentos de gestión que se utilizarán y planificar la intervención. 2. Prevenir el deterioro ambiental Incentivar y cautelar la adopción de prácticas compatibles con la sustentabilidad ambiental en los procesos productivos que existen en la Región de Valparaíso, ya sea en las iniciativas de inversión pública y privada como en las actividades humanas en general. Para ello es necesario identificar los riesgos potenciales y proponer instrumentos y planes de intervención. 3. Promover la protección de la biodiversidad y el uso sustentable de los recursos naturales de la Región de Valparaíso Adoptar una estrategia de conservación de la biodiversidad de ecosistemas, especies y genes e incentivar la explotación de los recursos naturales renovables a tasas compatibles con su capacidad de regeneración. En el caso de los recursos no renovables, optimizar su extracción y uso, así como adoptar prácticas de reciclaje y reutilización. 4. Fomentar una cultura ambiental en la comunidad de la Región de Valparaíso Lograr que la comunidad regional tenga acceso pleno a la información ambiental y se garantice la existencia de canales para una efectiva expresión de la ciudadanía. Asimismo, que tenga real participación en la aplicación de todos los instrumentos, tales como el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, la elaboración de Planes de Prevención y

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Descontaminación, en las Normas de Calidad Ambiental y de Emisión, y que además se incorpore activamente en el desarrollo de conductas responsables, tanto colectiva como individualmente. Ello, para fortalecer la educación ambiental formal e informal, y los programas institucionales de CONAMA, como la Certificación Ambiental de Colegios, el Club de Forjadores Ambientales, el Fondo de Protección Ambiental y los Planes de Desarrollo Local asociados al Programa Sendero de Chile. 5. Lograr el Ordenamiento Ambiental Territorial de la Región de Valparaíso Orientar la gestión hacia el logro de una eficiente distribución de actividades económicas compatibles entre sí en el territorio de la región, considerando la capacidad de acogida de las unidades territoriales y utilizando instrumentos de gestión ambiental tales como planes regionales de desarrollo urbano, en los que se aplique la planificación ambiental estratégica y el manejo ambiental de cuencas hidrográficas, entre otros. 6. Promover la excelencia en el desempeño ambiental del sector productivo de la Región de Valparaíso y la integración del sector privado, el sector público y la ciudadanía en la gestión ambiental. Adoptar medidas de fiscalización, monitoreo ambiental y otros instrumentos de comando#control orientados a las empresas productivas, se requiere incentivar desde el Gobierno Regional la utilización de instrumentos inductivos de gestión ambiental tales como los Acuerdos de Producción Limpia, los Sistemas de Gestión Ambiental de las Normas ISO 14.000, los bonos transables de emisión, la incorporación de la variable ambiental en el uso de la biotecnología, de tecnologías alternativas y la utilización de energías limpias. 7. Fortalecer la Institucionalidad y la legislación ambiental regional Modernización administrativa y la descentralización de la gestión ambiental, para que la Comisión Regional del Medio Ambiente y la CONAMA Regional tengan una mayor participación en el manejo de recursos y la capacitación de los equipos técnicos. Asimismo, es necesario fortalecer el papel del Consejo Consultivo de la Comisión Regional del Medio Ambiente y la participación de sus integrantes en el Consejo Nacional de Desarrollo Sustentable, organismo que deberá por un lado, identificar en el nivel regional aquellas áreas donde el crecimiento económico, la equidad social y la protección del medio ambiente se potencien mutuamente, y por otro, lograr acercamientos donde existan conflictos.

AGENDA AMBIENTAL REGIONAL PRIORITARIA Es necesario responder a las siguientes interrogantes: ¿ en qué situación se encuentra la región desde el punto de vista ambiental? ¿Estamos generando condiciones de sustentabilidad al desarrollo regional? En concordancia con los desafíos del presente, es necesario establecer una agenda que ponga en marcha acciones efectivas de protección de nuestro medio ambiente, que mejoren la gestión y que constituyan un complemento a las acciones que impulsa el gobierno central, protegiendo y garantizando un medio ambiente libre de contaminación, reservando la naturaleza y la conservación del patrimonio ambiental. La Agenda Ambiental Regional debe concretar los objetivos y líneas de acción de la presente "Política Ambiental Regional" en tres ámbitos específicos: 1. Identificación de los grandes temas ambientales en los cuales la región debe avanzar

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durante los próximos años. 2. Diseño de un plan de trabajo que identifique las tareas y compromisos en relación con las líneas de acción. 3. Perfeccionamiento de la gestión ambiental regional. Para precisar y circunscribir lo anterior, se han tenido presente las líneas de acción de la "Agenda Ambiental País" : · Recuperación Ambiental de las Ciudades · Preservación y Protección del Patrimonio Natural · Modernización y Agilización de la Gestión Ambiental · Cultura Ambiental y Medio Humano. Un análisis realista y objetivo de la situación de nuestra región nos ha permitido identificar los principales problemas y desafíos ambientales que requieren ser abordados prioritariamente, teniendo presente que no son los únicos, pero sí los de mayor relevancia actual en el desarrollo de la región. Esbozamos, entonces, mecanismos para abordarlos y, además, líneas de acción posibles para su tratamiento y atención: 1. Cultura y Educación Ambiental Los esfuerzos desplegados hasta ahora en esta materia revelan vacios en cuanto a formación y conocimiento de los principales temas ambientales de la región. Esto significa un mayor trabajo para provocar un proceso de participación ciudadana más activo y conciente. Al respecto, es oportuno plantear el desarrollo de iniciativas orientadas a producir cambios culturales y valóricos sostenidos en el largo plazo por parte de la ciudadanía. La Educación Ambiental, es entendida como un proceso cuyo norte es desarrollar la conciencia ambiental de la ciudadanía y, para ello, es necesario extender la labor educativa más allá del estricto ámbito de las aulas y convertirla en una acción que penetre en la cultura de la sociedad regional. Hoy existe un trabajo coordinado de un varios sectores tendientes a impulsar un conjunto de iniciativas en esta dirección. Será labor de la COREMA cumplir el papel coordinador de un "Plan de Educación Ambiental Regional", cuya finalidad sea la articulación y complementación del conjunto de acciones que ya se encuentran desarrollando los diversos Ministerios en el ámbito de las comunicaciones, la difusión, información y la participación ciudadana, tendientes a promover conductas, hábitos y creación de conciencia ambiental. Asimismo, se deberá integrar a esta iniciativa a las universidades, institutos, ONG`s u otros organismos que desarrollen labores de educación ambiental, con la finalidad de que el plan sea integral y representativo del sentir de la ciudadanía. Un desafío importante en este ámbito es ampliar y consolidar el "Sistema Nacional de Certificación Ambiental de Establecimientos Educacionales" en la región, que compromete a la comunidad escolar, autoridades y organizaciones sociales y productivas del entorno de cada escuela o colegio. Otro aspecto prioritario que debe ser considerado en este plan, es fomentar lo que se denomina la cultura de "Los Residuos". En otras palabras, incentivar en la ciudadanía los

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procesos de reciclaje para minimizar la cantidad de residuos sin uso y, por ende, desarrollar una actividad económica asociada a esta conducta. 2. Protección de la Biodiversidad En la región existen Parques Nacionales, Reservas y Monumentos Naturales. Aún así es escasa la representatividad de las unidades del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado, SNASPE y no representan todo el espectro de la biodiversidad regional. En el marco de la Agenda Ambiental País, la meta nacional y regional es proteger, a lo menos, el 10% de la superficie de los ecosistemas más relevantes desde el punto de vista de la biodiversidad. Así, en nuestra región hay cinco sitios priorizados para la conservación de la Biodiversidad que requieren ser protegidos. A escala regional se deberá implementar el "Plan de Acción para la Conservación de los Sitios Priorizados", en el marco de la "Estrategia Regional de Biodiversidad de la Región de Valparaíso". Este plan de acción será coordinado por la CONAMA, con la participación de todos los actores involucrados en el tema del ámbito público # privado. Se deberán proponer y ejecutar las iniciativas necesarias que permitan aumentar las áreas protegidas de la región y al mismo tiempo implementar planes de manejo para las áreas ya protegidas, para que tengan continuidad en el tiempo. Asimismo, una vez promulgado el Reglamento sobre los "Sistemas de Áreas Silvestres Protegidas Público#Privados", esta misma comisión deberá establecer las bases para su implementación en nuestra región. En este contexto, se implementarán alianzas estratégicas con servicios públicos, tales como SERNATUR y Bienes Nacionales, para desarrollar una oferta turística patrimonial, natural y sustentable en áreas silvestres protegidas y territorios insulares. 3. Desarrollo de la Investigación Medio Ambiental Regional La investigación científica permite entender los temas ambientales, tomar decisiones informadas, establecer metas adecuadas, lograr y evaluar el funcionamiento de programas, además de optimizar los sistemas de gestión ambiental. Fomentar la investigación regional del medio ambiente en áreas y temas prioritarios, constituye un desafío posible de alcanzar, toda vez que nuestra región posee una capacidad académica y técnica de primer nivel. La Educación Superior debe ser la interfase efectiva entre los recursos humanos en formación y el proceso productivo de la región. Se debe potenciar un "Centro de Estudios Medioambientales de la Región de Valparaíso", como instancia de coordinación entre las instituciones de Educación Superior y el Gobierno Regional, vale decir, Universidades, Empresas Públicas, Servicios Públicos, Gobernaciones, Municipalidades, en el cual se deberán realizar proyectos de investigación medio ambiental, con el concurso de fondos públicos regionales y privados, a fin de optimizar la gestión ambiental regional 4. Ordenamiento Territorial El territorio es uno de los recursos más disputados en materia ambiental y la localización de las distintas actividades del quehacer regional, en el marco de la legislación vigente, no siempre puede ser orientada o condicionada por la autoridad.

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Sobre el particular, el ordenamiento territorial se debe orientar a equilibrar territorialmente el desarrollo en la región mediante su planificación. Dicho equilibrio estará dado por: La compatibilidad en la localización de los diferentes usos de suelo, la infraestructura y las medidas de protección ambiental. # # #

La concertación de los actores involucrados públicos y privados en los territorios mediante el desarrollo de espacios de participación ciudadana. Las medidas que garanticen la sustentabilidad del medio ambiente La constitución de un territorio que sustente las necesidades productivas y de residencia de sus habitantes disminuyendo la segregación social.

Es indispensable crear los mecanismos y condiciones estratégicos y legales necesarios para obtener de las autoridades provinciales, comunales y de la propia ciudadanía una declaración de vocación de desarrollo del territorio, a escala regional, provincial y comunal para, posteriormente, introducir esta declaración de vocación en los distintos Instrumentos de Planificación Territorial. La formulación y posterior implementación del "Plan Regional de Desarrollo Urbano y Territorial", coordinado por la Secretaría Regional Ministerial de Vivienda y Urbanismo, SEREMI MINVU, en conjunto con los servicios públicos y otros actores regionales, permitirá efectivamente darle el sentido regional que requiere el instrumento, teniendo presente que en él deberá quedar plasmado las diferentes vocaciones de desarrollo del territorio que se dan en la Región de Valparaíso. En este sentido, los municipios deberán incorporar en sus Planes Comunales de Desarrollo, PLADECO, las políticas, planes y programas ambientales comunales, debidamente armonizados con la Política Ambiental Regional, elaborando en forma participativa las normativas ambientales locales que permitan su oportuna aplicación en el territorio de la comuna. 5. Acuerdos de Producción Limpia Promover el desarrollo económico de la Región a través del incentivo y fomento de la calidad, competitividad y la inversión en la micro, pequeña y mediana empresa regional, es la base fundamental que contribuirá, indiscutiblemente a generar más y mejores empleos e igualdad de oportunidades para la innovación tecnológica de los procesos productivos. La industria regional debe caracterizarse especialmente por su consistencia con el concepto de región con estilos de vida saludable y producción limpia. Es precisamente este concepto de producción limpia el que entra en sintonía con la protección de nuestro patrimonio cultural y ambiental como nuevo polo de desarrollo regional. La producción limpia es una estrategia de gestión empresarial preventiva aplicada a productos, procesos y organizaciones de trabajo, reduciendo riesgos para la salud humana y ambiental. En otras palabras, describe un enfoque preventivo de la gestión ambiental. En nuestra región se han dado pasos importantes en esta dirección, como es la creación del "Comité Público-Privado", impulsado por el Sr. Intendente Regional y coordinado por la Corporación de Fomento y la Producción de la V Región, CORFO, y que contempla un directorio temático denominado "Producción Limpia". Es necesario fortalecer esta iniciativa, ya que a través de su implementación y los instrumentos de apoyo que la sustentan, se debe

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estimular la innovación tecnológica en el ámbito de la producción limpia, ya sea en el desarrollo de tecnologías en la producción, en la incorporación de nuevos procesos o en modificaciones a los procesos existentes, que demuestren la existencia de valor diferencial respecto a lo existente actualmente en el mercado. 6. Fortalecimiento de la Gestión Ambiental Municipal La Constitución Política de la República de Chile, específicamente en su Capítulo XIII, artículos 107 al 115, señala las disposiciones por las que se regirá la Administración Comunal. Asimismo, la Ley 18.695 "Orgánica Constitucional de Municipalidades", en su artículo 4° señala: "Las Municipalidades, en el ámbito de su territorio, podrán desarrollar, directamente o con otros órganos de la Administración del Estado, funciones relacionadas con, entre otras: la protección del medio ambiente". Así, uno de los lineamientos centrales de la "Agenda Ambiental País", y que también es una línea de acción regional, dice relación con la recuperación ambiental de las ciudades. Sobre el particular, la labor que deben realizar los municipios en esta línea resulta clave para lograr una efectiva protección del medio ambiente comunal y, por ende, mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Una efectiva protección del medio ambiente demanda de parte de los municipios una gestión ambiental comunal integradora, en coordinación con actores públicos y privados, razón por la cual el rol de coordinación es condición indispensable para un manejo integrado y eficiente de las políticas de desarrollo comunal. Sin embargo, el avance en esta línea no ha sido suficiente, debe mejorar aún más para lograr consolidar efectivamente la gestión ambiental en el ámbito comunal. Se deben crear "Comités Comunales del Medio Ambiente", liderados por los mismos municipios, en donde estén representados los actores públicos, privados y la ciudadanía. Este comité deberá abordar la temática ambiental comunal reconociendo las fortalezas y debilidades de su entorno y, al mismo tiempo, promoviendo acciones específicas para solucionar de problemas. Asimismo, estos comités deberán ser asesorados técnicamente en materias relativas a la protección del medio ambiente por los servicios públicos con competencia ambiental, y coordinados por la CONAMA. Por otra parte, para materializar lo anteriormente señalado los comités elaborarán "Planes Comunales para el Desarrollo Sustentable", ejes orientadores para abordar el tema ambiental comunal en su integridad, incorporando el diagnóstico y sus posibles soluciones, con la debida participación ciudadana. 7. Gestión Integral de Manejo de Residuos Sólidos La conformación geográfica de nuestros asentamientos humanos, principal fuente generadora de residuos sólidos, ha exigido habilitar una gran cantidad de vertederos en distintos puntos de la región, muchos de los cuales, no cumplen con las mínimas condiciones sanitarias. En la región de Valparaíso continental operan en la actualidad 17 vertederos de residuos sólidos domésticos (2 en Isla de Pascua y 1 en Juan Fernández), de los cuales 14 cuentan con autorización sanitaria, lo que representa el 70% del total. Sin embargo, 2 están colapsados y antes del 2005, 10 de ellos habrán cumplido su vida útil. Por otra parte, la proyectada instalación de grandes industrias, proceso incentivado fundamentalmente por los Tratados de Libre Comercio firmados recientemente por Chile, el establecimiento del corredor bioceánico, la ruta de la fruta y los proyecto para los puertos de

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San Antonio y Valparaíso, determina un crecimiento que, sin duda, provocará un aumento de la población y por lo tanto, mayores volúmenes en la producción de residuos sólidos. El Gobierno Regional, en su calidad de agente coordinador indispensable en la gestión de los residuos sólidos, junto con el sector público, privado y ciudadanía, deberá buscar y proponer soluciones integrales a la problemática que aqueja con singular fuerza a toda la Región de Valparaíso. En este sentido, deberá fomentar iniciativas de reciclaje y reutilización que permitan minimizar la cantidad de estos residuos con la participación activa de la ciudadanía. Como fruto de la discusión regional para abordar el tema de la reducción, recolección y disposición final de los residuos sólidos que se da en el seno de la Comisión Regional de Residuos, se formulará un "Plan de Residuos para la Región de Valparaíso", el cual establecerá las bases legales, administrativas y de financiamiento, para que efectivamente los rellenos sanitarios regionales sean una realidad, y cumplan con las exigencias técnicas que brinden protección al medio ambiente. Especial atención se deberá tener con las comunas con menor desarrollo económico, por cuanto en éstas es un problema de mayor complejidad por los costos que involucra la solución integral del problema. 8. Dictación de Normas Ambientales A nivel nacional, la CONAMA ha hecho un esfuerzo sistemático por avanzar en la dictación de normas ambientales, aplicables en todo el territorio nacional, a través de un trabajo realizado en conjunto con el sector público, el privado y la ciudadanía. Sin embargo, en ésta y otras regiones del país la experiencia señala que la implementación de una norma nacional no representa, en algunos casos, nuestras líneas estratégicas de desarrollo, por lo que existe consenso en la necesidad de dictar normas específicas para la Región de Valparaíso que reflejen nuestra vocación de desarrollo y de protección del medio ambiente. Para ello, se deberá crear un "Comité Operativo Ampliado de Normas Ambientales para la Región de Valparaíso", en el que instituciones públicas (servicios, municipalidades), empresas e instituciones privadas y organizaciones ciudadanas, bajo la coordinación de la CONAMA, generen normas específicas para la realidad regional y las difundan entre la ciudadanía. 9. Seguimiento y Fiscalización La existencia de regulaciones adecuadas es fundamental para la protección del medio ambiente y la salud pública, aún cuando sólo constituyen el primer paso. El siguiente es el cumplimiento de las normas, es decir, que los grupos regulados cumplan en forma integral con la reglamentación ambiental vigente. Los esfuerzos en esta materia, tanto en el ámbito nacional como regional, se orientan a reforzar las funciones fiscalizadoras de los órganos del Estado con competencia ambiental. En este contexto, la legislación señala que en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, SEIA, sea la CONAMA la que deba asumir funciones de seguimiento y coordinación de la fiscalización ambiental de los proyectos aprobados con una Resolución de Calificación Ambiental, RCA, junto con los Servicios Públicos que conforman el "Comité Operativo de Fiscalización", COF.

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La tarea que tenemos por delante, es el reordenamiento y modernización del sistema de fiscalización ambiental, abarcando temas como la autorregulación, la declaración obligatoria de emisiones contaminantes y la implementación de un sistema integral de fiscalización que incorpore más activamente a los municipios, reformule procedimientos y defina prioridades y transparente su gestión hacia la comunidad. La CONAMA, cumpliendo su rol de coordinación de la fiscalización deberá, en conjunto con los servicios públicos que integran el COF, elaborar un "Plan de Seguimiento y Fiscalización", con la finalidad de poner en marcha un sistema de fiscalización moderno, eficiente y efectivo, a la altura de la gran tarea de protección y recuperación de la calidad ambiental regional. 10. Manejo y Control de Emergencias Ambientales Nuestra región, por su condición geográfica, está cercana a los más importantes centros productivos del país (Región Metropolitana) y, además, es la principal puerta de entrada y salida de la actividad económica exportadora e importadora de la nación. Cuenta con dos puertos con gran actividad de carga y descarga de diferentes productos; al limitar al este con la República Argentina, posee la puerta terrestre más importante del país (Complejo Los Libertadores) y además cuenta con industrias de gran importancia nacional (RPC, Refinería Ventanas, Gener, entre otras). Por lo anterior, es evidente que existe una especial preocupación por el transporte de sustancias peligrosas, (principalmente químicas) que en una cantidad significativa transitan por nuestras carreteras y paso fronterizo. Si bien el número de accidentes es bajo para el alto tráfico, un accidente mayor podría traer consecuencias de magnitud, lo que amerita el planeamiento de todas las medidas de prevención que sean necesarias y posibles. Para enfrentar las eventuales situaciones de emergencia, en necesario una gran coordinación entre las autoridades gubernamentales y los organismos que deben actuar en una emergencia (Bomberos, Carabineros y servicios públicos, entre otros). Para lograr esta coordinación es necesario fortalecer el recientemente creado "Comité Regional de Emergencias Químicas por Materiales Peligrosos de la Región de Valparaíso", que será coordinado por la CONAMA, con la participación de todos los actores de la región que tienen la responsabilidad de prevenir, actuar y controlar eventos de esta naturaleza, así como de efectuar el seguimiento y restaurar los daños producidos por éstos. En segundo lugar, se deberán crear los "Comités Provinciales de Emergencias Ambientales", que deberán ser liderados y coordinados por los respectivos Gobernadores Provinciales, con la participación de todos los actores provinciales relacionados con el área. Inclusive, dependiendo de los recursos disponibles y de las áreas geográficas de las que se trate, no se puede descartar la creación de comités interprovinciales. Lo anterior hace necesario que las Gobernaciones administren un mapa de situaciones de riesgo, con sus respectivos planes de prevención y planes de contingencia, manteniendo actualizado el conjunto de recursos que es posible desplegar en casos de emergencia, incluyendo el conjunto de compromisos contraídos en el marco del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental. Asimismo, es necesario que las gobernaciones, en conjunto con los municipios y la CONAMA, elaboren gestionen y actualicen planes provinciales de riesgo. 11. Extracción de Aridos Esta actividad ha tenido en el último tiempo un desarrollo explosivo en la región, lo que

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en algunos sectores ha generado una controversia en torno a ella, fundamentalmente asociado a un manejo inadecuado, que no ha considerado la protección del medio ambiente. Especial relevancia tiene la extracción de áridos en los cuerpos o cursos de agua. Su explotación ha generado importantes alteraciones de algunos cursos naturales de agua, provocando procesos erosivos laterales por la exposición de nuevas tierras al caudal y, además, inundando terrenos históricamente fuera del área de crecida natural de los ríos. A pesar de que esta actividad está regulada por el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, la gran mayoría de estos proyectos no ingresa al sistema, ya sea por los volúmenes a explotar o porque fueron proyectos iniciados previo a la entrada en vigencia del Sistema (año 1997). Corresponde a los municipios otorgar los permisos de concesión para la extracción de áridos, previa aprobación técnica de la SEREMI de Obras Públicas. Sin embargo, el otorgamiento de estos permisos no ha significado, en la práctica, una debida protección del medio ambiente. Una vía de solución a este problema pasa por establecer un marco normativo, respecto de los derechos y deberes vinculados con la protección del medio ambiente comunal frente al desarrollo de esta actividad, con la finalidad de asegurar la debida protección de la calidad de vida de los ciudadanos, y a una correcta gestión ambiental en la comuna. Corresponderá a cada municipio de la región, en coordinación con la Asociación Regional de Municipalidades, elaborar y poner en vigencia una Ordenanza Municipal sobre Normas Ambientales para la extracción, procesamiento, comercialización y transporte de áridos, que sea aplicable en cada territorio comunal. Esta ordenanza tendrá como objetivo establecer un marco normativo para la actividad de extracción de áridos, independiente si por sus características de explotación ingrese o no al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental. De esta forma, se dará un uso y aprovechamiento racional y sustentable en el tiempo de los recursos naturales de la región y se asegurará el cuidado del medio ambiente.

CONCLUSIONES Muy señalados son los antecedentes -marco que deben ser atendidos por una Política Regional Medioambiental, y ellos- sin que estén todos aquí expresamente registradosobviamente enriquecen el bagage con el cual avanzar a superiores definiciones para estos delicados temas La actividad práctica deberá gozar de una muy fundamentada argumentación que se haga carne en la ciudadanía, con datos, ejemplificaciones objetivas, cifras aleccionadoras, metas viables y entusiasmantes. Ello, porque se precisa una conciencia muy definida en cuanto a comprender que estamos ante una temática aun nueva para amplios sectores de la población. Así, entonces, el colosal despliegue de creatividad, ingenio, claridad de objetivos y pasión que exige esta materia, apuntará mejor a una conclusión determinante para hacer sano medioambiente: Construir un Ciudadano responsable para este logro de vida. El medioambiente puede ser sano o insano. Difíciles son los términos medios, y tampoco basta hablar de medio ambiente, ya que él será realmente sano o insano. Y en la conquista de un sano medioambiente, que es vital para la vida humana, las instituciones y sus

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políticas son muy importantes, pero la base de todo reside en la cultura, la educación y las conductas individuales y colectivas de las personas, para lo cual una muy bien orientada y practicada Política Regional específica puede constituir un formidable acicate.

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