Poesía Maldita Juan Ré-crivello
Juan re-crivello poesia maldita
Pulgarcito mío
Tras él, solo queda. La apatía, el carácter y un estricto sin fin de intentos. Famélico de amor. Y dueño de la carcoma desprevenida y cruel. Sangre y arena. Un sueño se ha apagado, de bronce Restará su seco azul -en la mirada. Vete... te prometo recordar. Una, tres, ocho. Como tu, formas parte del malhumor diario.
A jorge Vezenyi y su tatuaje
Juan re-crivello poesia maldita
verano canalla
Verano canalla. Sangría, pescaditos y tumbona. Para los masculinos, aun algo más. Sueños de féminas que alternan con el pasado. De: literatura, fantasía y láminas de cebolla.
Juan re-crivello poesia maldita
la fiebre del pasado
Inútil. La fiebre incontrolada de pasado nos visita con insistencia, con amargura y sorpresa. El dado baila del blanco al negro. Mientras la negra guadaña ¡Zas! Acaba con los tópicos
Juan re-crivello poesia maldita
Route 66 -1Desgastada y fría. Es el canal intenso que transita América. Para escapar de nuestro destino Para implorar a la bestia antigua. De soledad y ceniza
Route 66 -2En la tibia noche. El vehículo devora kilómetros. Hace frío. La mueca del conductor, ha desposado una doble ansiedad Por conocer o admirar. Ante el viejo pasado que se suma sin arte. El fin, de este siniestro conflicto. Casi frente a la voluntad de vivir, casi frente a la impaciencia.
Juan re-crivello poesia maldita
Route 66 -3-
La carretera es un inmenso presagio. Donde tu o yo, Escribimos una página de aliento. Vemos el futuro como se encoge hasta partirse. De pronto le presentimos detenerse: y… una nave de nalgas y ajonjolí, deja su marca en la piel.
Juan re-crivello poesia maldita
medialuna en abril
Lástima e infortunio. La medialuna en abril es tan torpe, como el cuero embutido, en nalgas vecinas. Un relato antiguo nos dice: Encendió la luz, fue hasta el lavabo. Dentro, un vomito cobrizo de garbanzos, escapo del júbilo que le hastiaba. Una vez repuesto, se giro en dirección contraria. Un puñal solido y lleno de manteca, le rasgo. Nada era, ya, como antes. El amor era odio y luego muerte. Era dulce y luego sal. Convendremos, que el juego entre sexos. Es ácido, brutal, malévolo.
Juan re-crivello poesia maldita
Áspero de sal
La vesícula viajera 1
Muerde un Kiko. Su sabor áspero de sal se diluye rápido hasta saturar. Bebe un helado. El frio puede darte una punzada en la sien. Pisa a otro en su callo. El grito y desconfianza te amagara descontrolado. Y. Pedalea cercano a una cornisa, Veras, latir el peligro y la muerte. Detén tu drama físico en dicho límite. Estas vivo y ello te empujara hasta el cálido juego del odio.
Juan re-crivello poesia maldita
Dejar la vesícula viajera 4
De inanición puedes morir. También de ego. O dejar que tu latido cruel y malsano te reduzca envuelto en sus raíces. Pero si te atreves, marcha hacia una sombra fresca. Intenta emocionarte con el aroma de la grama recién cortada. Aun puedes desalojar de ti el odio. Y remplazarle de emoción.
Juan re-crivello poesia maldita
El lobo estepario. La vesícula viajera 2
Aúlla su infierno, de medias verdades. De pecados íntimos, de infames contratos. Cual cascada se despega sin acierto, Una lagrima de hastío. Hemos perdido la insolencia. Y... también la sal de críos.
Juan re-crivello poesia maldita
Roto y alérgico la vesícula viajera 3
El vino se inclina. Y se vuelca Es una mancha amarga y refrita. La aureola se expande a velocidad de odio. Esta mano -aun mía, no entiende tu hemisferio. Desolado esta la intimidad del individuo. Hasta el perro furioso que amaga y muerde. Dejémoslo. Olvidemos.
Juan re-crivello poesia maldita
Pero se puede abrir
Alejados del postre y del desanimo. Ante la nada escueta. Con un galón de oxigeno, en tinieblas. En la espera. De la cuenta de azabache que deseamos. Ni la sangre, ni la porfía en la sombra. Ocultan la muerte por ser disidente
Juan re-crivello poesia maldita
Un recuerdo
Tarde. Consuelo de un tiempo que se intuye. Sentimiento. Une perle sort de son ecrin les yeux bleus en son brin pleur enfin de chagrin.
Poesia escrita a duo por Christian Roehrig y Juan ré-crivello
Juan re-crivello poesia maldita
Encalla la vida
Apresuro el paso. Ajusto mi mutilada imaginación, hasta llegar ante su puerta. ¿Sabrá ella que estoy insatisfecho?. Anémico. Inestable. Un calor en la vejiga me impulsa y detiene a la vez. Cambiare unos metros este estilo hosco y cruel ante lo que intuyo se avecina. Levanto mis nudillos para dar dos toques que arañen la madera. Desde el otro lado, su voz me envuelve, de carne. De anfetamina. ¡Sal!. Exclama mi interior. La prisa de desamor escupe con sorna mi atrevimiento. Al llegar, percibo el batir del músculo mortecino y cruel. Veo que aparece. Esboza una apretada sonrisa de escalera pulida. ¿Es sollozo o miedo?. ¿Lagrima o cojera repentina?. Me dejo atraer hacia su perfume cambiante, sin más defensa que el sinsentido. Mi parálisis da paso al dolor. Me retraigo ante el olor a benceno que despide un suelo limpio y frío. Estaré una tarde más, la melancolía me empujara sin freno en las horas próximas. Estoy seguro, de pasar de cuerdo a demente. De tibio a volcán. O de tímido, a prisionero que habita una jaula alimentada de sentimiento.
Juan re-crivello poesia maldita
Un plato de espagueti. (1)
Dos carajos agrupados en silencio. Una salsa de pesto, como un orín cobarde Desparramado en la trasera de tu camisa. Sopor. Cansancio. ¿O vitalidad y esmero que parte el cuenco del sabor?. ¡Sabes!. De azabache es la tinta que espesa y salada une nuestros sentimientos. Si vez la cánula de la vejez, recuerda al amante fatigado de las noches tiernas y alegres.
Juan re-crivello poesia maldita
amish
Grano de arroz. Y lechuga. tierna, maldita y suave. Parecida al pimiento rojo. Cuáquera trenza, del infame sol en la tarde. De anónimo espanto cruje tu falda y mi cabello encrespado… te anima. A dar un salto cual cucaracha de patas lánguidas y tristes. Dime. ¿Cuánto esperma queda debajo del lienzo?. O, ¿cuánto brillo de tus zapatos late en la hierba?. ¿Por qué?, de la camisa que nada en sudor. Una. Una tarde, de arenilla gime aún.*
Juan re-crivello poesia maldita
Plastilina
Un manto de cebolla, cubre nuestra lengua. Ella se encoge. De saliva perezosa está unida, aquella alegría, en los años mozos. ¡Sálvate/me, de tanta nostalgia!. Un caramelo naranja y acido, te malcría ante las mentiras adultas.
Juan re-crivello poesia maldita
La Heladera
El prado de intenso verde y una silueta que asoma al comienzo del pueblo. Luego, una árida mezcla de perversos. Nada justifica nuestra visita a la casa del centro. Allí espera Joaquín. Ni una plegaria –cada maldito domingo-, le ha salvado. El tejido esta corrupto. Aún tibio, Mientras, el fango avanza enloquecido por sus calles. De todo lo imaginado aquellos años, muy poco. Era tan cierto.
Juan re-crivello poesia maldita
Madre
Una nube indescifrable exploto. Era de cáñamo y miel. Extraña sensación –tuvimos. La puerta del ómnibus golpeo a un transeúnte. Nada parecía haber cambiado. Aún madre pensaba que el futuro vendría mejor.
Juan re-crivello poesia maldita
Índice
Pulgarcito mío verano canalla la fiebre del pasado Route 66 -1Route 66 -2Route 66 -3medialuna en abril Áspero de sal Dejar El lobo estepario. Roto y alérgico Pero se puede abrir Un recuerdo Encalla la vida Un plato de espagueti. (1) amish Plastilina La Heladera Madre La imagen pertenece a: Portrait de jeune femme en blue 1920. Tamara de Lempicka
Juan re-crivello poesia maldita