Pobre Borges! Su padre lo llevó a un burdel cuando tenía 14 años y lo puso en manos de una prostituta a fin de que lo iniciara en los misterios de la sexualidad. Nervioso, ignorante de lo que debía hacer, el muchachillo se aturrulló de tal manera que nada pudo hacer. La mujer se burló de él, y en el salón contó lo que había sucedido. El papá de Jorge Luis lo zahirió delante de todos por no estar a la altura de la tradicional hombría de los Borges. Jamás el desdichado volvió a tener trato carnal. Se apegó a su madre con enfermizo amor. A los 67 años se casó, pero es que no veía ya lo que hacía. Por causa de la estupidez paterna no conoció el escritor la plenitud que surge de la amorosa unión de una mujer y un hombre. Muchos quisieran ser altos poetas, y ganar la gloria que aureola al argentino. Pero, con el debido respeto, no es difícil escoger entre la gracia de un soneto y el éxtasis de un orgasmo.
¡Hasta mañana!...