Literalgia - Edición 01

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  • Words: 17,848
  • Pages: 24
Marcos Villanueva

AÑO 1 NÚMERO 1

Editorial

L

iteralgia es desarrollada por un grupo de mesiánicos franciscanos aquijotados brahamanes socialdemócratas pro liberales del nuevo capitalismo socialista ecuménico y pro cristiano nietzcheiano hondureño bagüense que le interesa el arte y todas sus expresiones. Aquí no importa la postura política, signo zodiacal o hinchada futbolera de sus integrantes o lectores. No tenemos una moral específica o una corriente que roce necesariamente con el parnaso literario o los resquicios deliciosos del jirón Quilca y compañía. En fin, creemos que de todos ellos se puede hablar y puede resultar una buena excusa para libar en alguna rockola del centro limeño, quizás como lo hacía (con clase, eso sí), Martín Adán en sus épocas de santa locura. Como la vida no dura mucho y la muerte sí, pensamos en hacer “algo” que haga tiempo hasta que ese día llegue y este es el resultado. Aclaramos que hacemos esto en paralelo a las estupideces que suele hacer el humano para sobrevivir; es decir, trabajar para ganar dinero en una oficina, quizás en la calle, quizás en algún puente de la Av. Javier Prado. El aleph al cual convergimos es esa cosa llamada arte, esa otra cosa que hace el hombre para no sentirse tan por las huevas en el mundo. Pensamos que vale la pena aportar en algo en este campo y como entre nosotros hay quienes estudiaron ciencias de la comunicación, literatura, derecho, actuación, pedagogía y nada, pensamos en que nuestro grano de arena puede valer en este mar de ignorancia que tanto han labrado ciertas personas que ni siquiera se han dado cuenta de ello. Sí, muchos gobernantes. Y bueno, somos un grupo humano que más parece la horda del eslabón perdido, pero con muchas ganas de divertirse, de dejar que los echen de los karaokes, de cruzar la calle en verde o rojo, de escribir hasta despintar el teclado, de gritar por las ventanas de los micros, de dejarse robar en las esquinas de La Victoria, de vencer al miedo que duerme bajo la cama, de terminar ebrio de trementina, largos besos y vómitos en un baño público, o terminar en un bar, chupando con Los Mojarras, Alonso Cueto, Oswaldo Reynoso, Vargas Llosa, La Chichi Valenzuela, Sofocleto, Yesabella, Federico Salazar, Jaime Bayly, Abencia Meza, Tongo, Burga, un cobrador de combi, un cachinero, un choro de Renovación, dos tombas de tránsito, una virgen que llora y una virgen de verdad, y quizás hasta con Fujimori, todos, bailando Zorba El Griego, o en la calle siempre marcando el paso marcial del Himno Nacional del Perú. Sres. Esto es Literalgia. (¿Y a quién le importa?)

Implicados Director: Felipe Revueltas Editor: Jaime Tranca Pérez Productor: Elías Cazasola Palomino Consejo de Redacción: Joel Córdova Rojas Eduardo Reyme Wendell Dibujos, ilustraciones y demás pedidos musicales: Marcos Villanueva Tarazona Tesorera: Suzette Yucra López Voz en off: Alejandro Mautino Guillén Ronald Santos Flores Alex Alejandro Vargas Webmáster, chamán santero y develador de daguerrotipos: Arturo Delgado Aguilar Apoyo Moral: Vallejo, Sartre, Watanabe, Joyce, Amy, Homero Simpson, Queen, Carmencita Lara, Bolaño, Borges, Sofocleto, Tarantino, El Padrino, la selección de vóley, Silvio, Godard, Serrat, Serrano, Ramstein, Suede, el scrable, el póker, una botella de pisco, cigarros, el caldo de gallina, Rosa Montero, Ribeyro, The Beatles, Aubert, Lou Reed, Bansky, los otorongos, la tipografía del siglo XVII.

Dedicado a Yóster Unán Peréz Saldaña "¡Todo por la literatura!" Como él decía.

DELIRIUM TREMENS

Pág. 3

El Especialista Texto: Arturo Mustango

E

l era un ladrón y, como muchos otros, no lo parecía. Sin embargo, no se trataba de uno más. Él había sido construido para ser netamente un criminal, sus células poseían engañosas dobles hélices de ADN y las mutaciones de sus huellas dactilares eran capaces de poner patas arriba a los archivos de la Deuxime Bureau, el Scotland Yard, la CIA , o la mismísima SUNAT, y por si todo esto fuera poco, su conducta se encontraba emancipada de prejuicios banales, normas morales y complejos psicológicos que pudieran inquietarlo mientras realizaba su trabajo. Era capaz de mentir, robar y matar, teniendo como única condición que la ley no lo pescara jamás. A veces se inclinaba a creer que tenía los atributos necesarios para erigirse como un gran estadista, lo único que le faltaba era el gran golpe, precisamente el que se encontraba cometiendo ese momento, la sustracción de los códigos secretos pertenecientes a los usuarios de ciertas cuentas bancarias muy importantes, todos depositados dentro de la red de bancos suizos a la que había ingresado, a merced del generoso auspicio de la compañía de teléfonos de la ciudad y la poderosa tecnología de IBM.

Al verse acorralado, el ladrón sumido en la alarma de grado máximo se dio cuenta de lo que ocurría, había encontrado su contraparte policial, un especialista del orden, un ser que, como él, había sido creado con la única finalidad de cumplir una misión específica, y eso fue lo último que se le ocurrió porque una descarga eléctrica proveniente de la vara de su antagonista borró la memoria a su notebook y a él. Instantes después del hecho, el policía llamó al Ministro de Seguridad Pública -quien departía en esos momentos con varios ministros y jefes de estado, luego de una agotadora cumbre internacional-, para informarle que la salud de los datos de este y de todos sus amigos se encontraba en perfecto y secreto estado y que no tenían de qué preocuparse, que podían seguir jugando bridge tranquilamente, el orden público se encontraba en manos de verdaderos y leales expertos.

Luego de encontrarla usaría esa información en provecho suyo y quién sabe si algún gobernante de alguna Sudamerican Cocaine Republic no caería bajos sus pies ofreciéndole miles y miles de dólares. El botín perfecto e ideal para un especialista en el ramo, y nada podría detenerlo, al menos eso pensó hasta que vio al uniformado policía acercándose a interrogarle sobre las razones que tenía para conectar un módem a un TELEPOINT. El uniformado lo acusó de tráfico de llamadas pornográficas, pero al recordar que en la notebook, la cual navegaba por la Internet con un nuevo software hindú, sólo tenía imágenes del Kamasutra en 3D que usaba a los personajes de Star Treek como protagonistas, el ladrón lo negó todo convincentemente, pero el imperturbable policía no dio muestras de creerle un ápice y tampoco aceptó la cuenta de un banco en Las Bermudas como soborno.

Invitación A todos los interesados y a todos los lectores que se atrevieron a perder su tiempo con esta pequeña demostración de cómo tirarse al vacío: Los invitamos a compartir sus textos. El estilo es deducible, el tamaño del texto no debe pasar las 2 páginas (formato Arial 12) y, si se trata de poemas, no deben pasar de los 50 renglones. Pueden enviar artículos, ensayos, cuentos (todos sobre temas diversos). También invitamos a los fotógrafos, artistas plásticos y a toda institución que quiera difundir algún evento, reunión o desmadre

a favor de la cultura peruana. Nosotros encantados de promocionarlos a través de este medio o de nuestros sitios web: www.literalgia.com / www.literalgia.blogspot.com Solicitamos además ilustradores para no robar tanto las imágenes del Google. Envío de trabajos, consultas, indignaciones y demás manifestaciones a: [email protected] / [email protected]

LIBROS

Pág. 4

La columna indecente de Bukowski Escritos de un viejo indecente, libro que recoge los textos de la mítica columna en el diario OPEN CITY, es un referente para todo aquel interesado en la vida y obra del último escritor maldito de Norteamérica.

“El público toma de un escritor, o de un escrito lo que necesita y deja pasar lo demás. Pero normalmente suelen tomar lo que menos necesitan y dejan ir lo que más necesitan”. Charles Bukowski

Texto de Felipe Revueltas Dibujo de Erick Sarmiento

S

Escritos de un viejo indecente (Notes of A Dirty Old Man), fue una columna que nació en las postrimerías de la década de 1960, en el periódico underground OPEN CITY. El director de este medio le propuso -mientras se rascaba la barba roja- a un Bukowski cada vez más decadente, si quería colaborar con una columna semanal. Éste aceptó con cierta reticencia, luego el nombre de dicha columna se le vino a la mente después de una de las tantas tardes apostando en el hipódromo. Entonces todo era cuestión de redactar. Se sentó frente a la ventana, cogió la maldita máquina de escribir y las palabras empezaron a evaporarse de los dedos (¿o era el humo de los cigarrillos?) para impregnarse en los periódicos que lo soportaron 14 meses. “Libertad absoluta para escribir, lo que te dé la gana”, decía Bukowski respecto a esta nueva tarea, él que vivía como un animal enjaulado dentro de una sociedad con “valores”, neurótica e infestada de prejuicios. La columna tuvo tanto éxito que levantó de inmediato el tiraje del dicho periódico, pero la publicidad se hacía aún esperar, y aunque había diversión y peligro en esa aventura, “diversión y peligro no ponen margarina en la tostada ni alimentan al gato. Y renuncias a la tostada y acabas comiéndote al gato”. A Bukowski desde entonces le llovieron cartas de todas partes, le escribían locos que querían ayudarle a escribir, una secretaria le mandaba dinero, además muchos

prefiere no nombrar, se cruzan como gatos negros al que no teme, sino prefiere patear o echarles un par de perros para que no jodan tanto. Asimismo, narra las épocas en las que no tenía dinero, cuando paseaba por un país que pese a estar repoblado desde siempre, parecía inhóspito y todavía lúgubre (quizás porque de las 24 horas, prefería las que no tenían al Sol espiándolo).

Erick Sarmiento

i queremos conocer un poco más al desarrapado, asqueroso, tierno, rudo, crudo, borracho, agrio, ácido, mordaz, sincero, hijoeputa, enfermo, sicópata, racional, irracional Charles Bukowski, este libro es indispensable, no solo porque aquí se hayan diversas anécdotas del último escritor maldito de Norteamérica, sino porque también se hayan relatos únicos, artículos sobre la actualidad de su país, y opiniones de un personaje que se desarraigó de su tiempo para trascender un poquito más allá de la muerte, aunque no fue su intención.

La actualidad no se salvaba. Criticaba duramente a los medios de comunicación, a los que protestaban y quemaban todo para arreglarlo todo. A los que seguían el hipismo, a los escritores figuretis que desde siempre en el mundo han sido. Respecto a los medios, por ejemplo, le llegó al reverendo nabo que después de la muerte de John F. Kennedy todos se consideren líderes de opinión, hasta los comentaristas deportivos, a quienes consideraba lo peor de lo peor. “Una bala es más poderosa que mil votos”, dijo al respecto y acotó que no quería escribir sobre aquello, pero esa situación insostenible acabó por obligarlo.

Escritos de un viejo indecente, también contiene textos que, si el lector Ángeles que juegan beisbol, sastres prefiere, bien pasarían como anécdotas de que guardan cadáveres en el baño, borracho o magníficos cuentos que borrachos que se enfrentan a la traslucen la genialidad de un aburguesado mafia, suicidas potenciales, y él mismo trabajador que prefirió dejar la oficina de matando filipinos con una máquina de correos y dedicarse a la literatura, con el escribir o haciéndole el amor a una tabla pleno conocimiento de que corría el riesgo de planchar, son personajes que de morirse literalmente de hambre.



convergían en su mente nihilista”.

admiradores le tocaban la puerta de su casa para embriagarse con él. También se presentó un sicólogo que supuestamente quería ayudarlo, pero Bukowski le cerró la puerta en las narices. Fue una aventura que para ser tan buena duró poco, porque el animal salvaje cambia de ruta, no se domestica, no se acostumbra a los hombres, quiere la llanura, el horizonte, o simplemente correr al bar más cercano para pedir una cerveza y cortejar a una dama, tu hermana o prostituta, así esté con marido, cuñado o proxeneta al lado. En este libro, Bukowski narra con pinceladas de ficción los encuentros desagradables que tuvo con escritores contemporáneos a él. Nombres como Jack Kerouac, Tom Wolfe, Eliot y otros que

Ángeles que juegan beisbol, sastres que guardan cadáveres en el baño, borrachos que se enfrentan a la mafia, suicidas potenciales, y él mismo matando filipinos con una máquina de escribir o ebrio haciéndole el amor a una tabla de planchar, son personajes que convergían en su mente nihilista, convencido de que la vida merecía ser pateada en el trasero a cada segundo y que aquel hombre equilibrado era el que realmente estaba loco. Como decía Leopoldo María Panero al ingresar al manicomio: “Ustedes son los que están adentro”.

LIBROS La Maravillosa Vida Breve de Óscar Wao Libro del nerd Junot Díaz

S

er gordo, adolescente nerd y latino en Estados Unidos no es fácil. Si a todo ello sumamos que la extraña maldición que persiguió a toda tu familia, también cae sobre ti y te condena a ser un eterno fracasado en el amor, entonces la cosa se pone peor. Este es el argumento de La Maravillosa Vida Breve de Óscar Wao, el último libro del escritor dominicano Junot Díaz. Hecho con un lenguaje fresco, lleno de humor y 'spanglish', Díaz nos cuenta la patética vida de Óscar y sus aficiones por los animes, El Señor de Los Anillos, Watchmen, los videojuegos y su club de juegos de rol.

Pág. 5 Además de las desventuras de su madre y hermana, la historia se enlaza con relatos del pasado dominicano, donde el cruel dictador Rafael Leónidas Trujillo es comparado por el narrador con el Ojo de Saurón, de la novela de J.R.R.Tolkien Gracias a este libro Junot Díaz ganó los premios Pulitzer de novela 2008 y National Book Critics Circle Award del mismo año. Además fue considerado el mejor libro del 2007 por las revistas Time y New York Magazine. Escrita originalmente para el mercado norteamericano, la edición en castellano la publicó la editorial Mondarodi. (Rodrigo Jáuregui)

El nombre de la Rosa Historia sobre monjes y laberintos

L

a edición pirata que leí, papel periódico y pasta mal pegada, estaba completa (felizmente) y tenía buena ortografía. Lo malo fue cargar con más de 400 páginas dentro de mi mochila. Aunque hace poco vi otra edición (también pirata) que leía una señorita en una cúster. La letra no era pequeña, era legible y tenía una bonita carátula negra. En fin. La historia de monjes que se mataban dentro de una abadía y de una biblioteca en forma de laberinto fue suficiente gancho para adentrarse en el libro. Datos históricos, confabulaciones de papas y de príncipes, ritos religiosos, heresiarcas, inquisidores y hasta simples campesinos conforman este mundo que Umberto Eco logra ofrecernos, sin dejar de transmitirnos por lo bajo sus conocimientos de semiótica y filología. El reto final es saber por qué la novela

La loca de la casa Libro de Rosa Montero que une ficción con realidad…

L

a loca de la casa, libro de Rosa Montero, un híbrido o monstruo que nació desde la imaginación de esta escritora española que hace amar a la literatura todavía con más ganas que Romeo cuando le dijeron que no podía casarse con Julieta. Este libro recoge, anécdotas, consejos para escritores, pasajes autobiográficos que marcaron la vida de la escritora y una serie de textos que parecen ciertos y a la vez no. Rosa Montero parte del título que acaso le dio la misma Sor Juana Inés de la Cruz, quien dijo que la loca de la casa era la imaginación. Este libro recoge además extractos de la vida de ciertos escritores famosos que apasionados por la literatura, incurrieron en comportamientos y costumbres poco conocidas, algunas agradables, otras no tanto y otras plausibles (no por ser agradables). Rosa Montero se luce con su manejo de la descripción, además juega con el lector a quien le deja un signo de interrogación bien grande sobre la cabeza, ya que salvo la biografía de los personajes literarios es cierta, lo mismo no puede asegurar sobre su vida que en este libro resulta fascinante. Bueno, toda vida es interesante si está bien contada, ¿no? (Felipe Revueltas)

El jardín de los Finzi Contini El amor en tiempos de preguerra

E

l mundo es más pequeño de lo que uno cree. El jardín de los Finzi Contini (Giorgio Bassani) llegó a mí de pura terquedad. De esa terquedad que poseemos los lectores cuando nos encaprichamos con un libro y lo buscamos por donde diablos sea. No importándonos nada, ni que la señorona esa de la Feria Internacional del Libro nos diga hasta la saciedad (luego de estarla jode que jode) “No, muchacho, ese libro no lo tengo, te lo he dicho la semana pasada… espera, ¿tú no eres el mismo del año pasado?”. Yo sabía que podía conseguirlo en alguna librería, pero mis bolsillos ya no estaban para gastos de tipo librería del Perú. Una tarde, de esas en las que el sol alumbra, no recuerdo exactamente qué estaba haciendo por el Centro de Lima, pero recuerdo que caminando por la avenida Uruguay me topé con una tiendita misia, (de esas que los lectores solemos subestimar) y entré, (también por esa extraña intuición de lector –comprador– desahuciado) cuando vi el título del libro lo primero que hice fue cogerlo delicadamente y antes de abrirlo recuerdo que me dije como si fuera ayer “que no esté cagado, por favor, que no lo esté” y hoja por hoja, empecé a revisarlo y quedé ahí por 253 segundos, suspendido, casi sin respirar. Para sorpresa de la vendedora lo dejé en su escaparate con una indiferencia olímpica, cogí otros textos y pregunté por sus precios. La había confundido (un amague a lo Garrincha) de eso estaba seguro. Volví a preguntarle ahora por el libro de Bassani con más indiferencia de la que nunca pude jamás haberme imaginado. “Tres soles nomás, dijo”. El libro estaba intacto, era original y me costaba 3 lucazas, ¡qué más podía pedir! Lo pagué sin titubear y salí de esa tiendita misia a paso acelerado con el bendito libro que sujetaba entre mis manos y que presionaba fuerte por si las moscas. Todo el trayecto a casa no le quité la mirada de encima y lo leí pausadamente cuando llegó el momento, como si disfrutara de algún agradable menjunje limeño. Entonces empecé a conocer a Micol, la chica mala de la historia (como diría la china María Emilia Cornejo), y empecé a conocer a los Finzi Contini, una familia de judíos radicados en Ferrara antes de que explote la II Guerra Mundial. Solo entonces pude comprender por qué es precisamente este libro el que consagró a Bassani. Un magnífico escritor al que le debemos entre otras tantas cosas haber leído Il Gattopardo, la obra de Giuseppe di Lampedusa (obra que rescató de las huestes fascistas de Mussolini cuando decretó éste sus leyes racistas). Estoy seguro de que este libro he de recordarlo no solo por lo que me costó conseguirlo sino por lo que tardé en obtenerlo. Y sí, señores, valió la pena haber jodido tanto. (Eduardo Reyme)

ARTÍCULO

Pág. 6

Antología de Ciencia Ficción Peruana para Quinto Grado El autor del siguiente artículo emprendió la búsqueda de escritores peruanos de ciencia ficción y terminó perseguido por un catedrático en andador que, finalmente, conmovido por tal ilusoria empresa del muchacho de Lamud, lo invitó a un sucio lupanar de la Av. Colmena para departir con unas hetairas. A. Mustango De Editorial Venciendo

¿

Dónde? Esa es la pregunta que me hice hace muchos años cuando estaba metido de lleno en el negocio del tráfico de “Cowboyadas”. Claro, porque una vez que se acabaron los Silver Kane, en mi pueblo no nos quedó otra que sacudirnos la falta de TV con Curtis Garland. Pero si bien es cierto que estaba enterado de la Guerra de Las Galaxias, 2001 y las maravillosas historias de Heriberto Wells, yo quería que un César Vallejo, un Ciro Alegría o un Arturo Jiménez Borja nos sorprendieran con un cuento de los peruanos sobre las estrellas. ¿Por qué el monopolio de los ingleses y norteamericanos? Claro, más tarde me enteré de que mis engreídos autores de la Conquista del Espacio Clark Carrados, Raph Barby y el bueno de

Curtiss eran hijos de la madre patria. Ya enterado de que había autores españoles de Ciencia Ficción, mi género favorito, mi búsqueda frenética de peruanos que escriban con rayos láseres se volvió un poco antipática para el sistema establecido. -¿Papá tu conoces un autor que escriba novelas del espacio pero que sea peruano? -¿Sabes que? ¿Por qué no te soplas Los Miserables o te vas de una vez a buscar mujer a la calle? No es bueno andar metido todo el día en la casa. Tenía que conformarme con Verne, yo me emocionaba cuando mi

Veinte mil leguas... en quinto grado. Si la gente hubiera dicho que don Julio era Ciencia Ficción no hubiera sido aceptado en la escuela, siendo relegado a la red de traficantes de pulp que yo integraba. La revelación vino darse con Glaskan de José M. Estremadoyro, no sé cómo mi papá me lo trajo un día, no voy a mentir la forma de contar y el argumento no me gustaron mucho, pero era peruano, eso era lo que me emocionaba. A los pocos meses de ese acontecimiento mi profesor de primaria me prestó Yo Visité Ganímedes de Yosip Ibrahim, lo me convenció de que había mucho que excavar para encontrar mas oro. Claro que la prosa que me convenció más fue la de José B. Adolph, podría decir que es una de las más logradas que hallé.

me persiguió por toda Colmena para zurrarme, menos mal que unas bonitas hetairas que había por la avenida aquietaron sus ánimos. -Mira nieto –me dijo–, aquí lo que cabe es escribir sobre el problema del indio, el problema del chofer de combi, el problema del terruco y la duda existencial del cholo. ¿Para qué vamos a hablar de cohetes, planetas, robots? Eso son cojudeces hijo, eso es para los ociosos. Mira tus androides no son más que los ogros de los cuentos medievales, lo que pasa es que los gringos refrescan sus mitos antiguos y los visten con

Pero las obras de peruanos escaseaban, inclusive pude darme cuenta de que el problema era de todo Centro y Suramérica, ra de anticipación? ¿La insignia de

Por más que buscaba en la narrativa nacional ¿qué podía yo congraciar con la literatura de anticipación? ¿La insignia de Ribeyro? ¿El círculo de la Muerte de Valdelomar? ¿Juana la Computadora, de Velarde? A donde quiera que vaya la ciencia ficción era despreciada, ninguneada, anglicanizada, revolcada y transformada. Una vez le dije a mi profesor en la universidad, novelista, poeta célebre por traducir a Milan Kundera al Caxapoyano, un idioma perdido de la zona norte entre Chachapoyas y Cajamarca, que Clemente Palma escribía ciencia ficción y que un extracto de Elogio de la Madrastra de Mario Vargas Llosa también lo era. El viejo catedrático iba a duras penas con andadador por los salones pero ese día agarró un palo y

lucecitas y corazas de adamantio, las fuerzas telúricas, oscuras, siniestras, extrahumanas, las que vienen de los dioses ahora vienen pues de un meteorito, de manipulación genética, de comerciantes del tiempo que buscan pan para mayo del 2072, tu ciencia es la reducción al absurdo de las cosas, un alejamiento de la realidad, una extrapolación, una evasión, una alegoría sin sentido porque no necesita de taquiones o mundos donde las especies sean asimétricas en su constitución para prevenirnos de los males que podemos repetir o inventar para destruir el planeta. Ahí fue cuando me di cuenta como una luz por qué los escritores peruanos no tienen una tradición vasta y rica en las ligas de la ciencia ficción mundial. Simple y llanamente porque nunca les dio la jodida gana de escribir ciencia ficción. Y con ese problema resuelto pudimos irnos con el veterano profesor a ver qué es eso que gritaban por Colmena de “a sol la barra”.

FRANELAZO

Pág. 7

Borges y nosotros Testimonio de lector o breve homenaje a la eterna vida de Jorge Luis Borges, aquel domador de tigres que a veces la hacía de escritor. Texto de Felipe Revueltas

A

ntes, mis gustos literarios se limitaban a José Ángel Buesa, Gustavo Adolfo Becquer y cualquier otro poeta que había dejado algunos versos de amor con rima. Luego percibí un olorcito más de almizcle y llené ese apetito leyendo cuentos de Vargas Llosa y un libro que encontré a dos soles, se llamaba algo así como “ C u e n t o s i t a l i a n o s contemporáneos”, de allí solo recuerdo a Luigi Pirandello e Ítalo Calvino. Hasta ahí todo bien. Había tenido una infancia literaria tranquila y serena. Las cosas cambiaron en el año 98 cuando un profesor de literatura en la pre entró al aula narrando en voz alta una historia que me pareció sacada de otro planeta. El tema, el conflicto, las palabras extrañas, todo en conjunto me hizo saber que me había perdido por mucho tiempo este excitante placer por la literatura que ahora estaba allí, saliendo de la boca de un profesor poseído que dejaba salir de sus labios borgeniaturas que pellizcaban mis amígdalas y mis cuerdas vocales, mientras afuera llovía y hacía un frío que nos emporecía los huesos. El cuento que aquel profesor repetía de memoria era “Las ruinas circulares”. Terminado el relato y exorcizado por la hora, balbuceó el nombre de un argentino: Jorge Luis Borges. Lo escribió en la pizarra y lo copié de inmediato, como muchos, en mi block de 5 colores. De tarde lo fui a buscar debajo del puente Quilcay en Huaraz, donde se amontonaban libreros ambulantes. Como siempre, aplicando la estrategia de comprar a un librero de viejo (jamás debes decir qué libro buscas). Lo rebusqué entre muchos libros apilados y nada. Por ahí había un grupo de libros verdes, agazapados y amontonados en un rincón. Un artesanal y mugroso letrero de cartón pintado con tiza de pizarra, anunciaba la venta de esos libros verdes y otros más, a un solo Sol cada uno. Cuando abrí uno de aquellos libros verdes, hallé Ficciones, Jorge Luis Borges. Era un descubrimiento. Las páginas olían a viejo, editorial Oveja Negra, Borges por fin y a un nuevo Sol. Narro este hecho, no porque mis inicios como lector sean interesantes, sino porque desde ese momento empecé a darme cuenta de que Borges era o se estaba

convirtiendo (todavía) en el Aleph de la literatura contemporánea, o al menos de la moda contemporánea. Leí todo Ficciones, aunque no entendí muy bien todos los cuentos (tuve que aprender a leer a Borges), pero tuvo que pasar dos años para conocerlo mejor. Con la aparición del internet, empecé a buscar más sobre su biografía. ¡Era ciego!, bueno, al menos casi la mitad de su vida. Pude leer las muchas entrevistas que concedió, donde mencionaba autores como Chesterton, Schopenhauer, Stevenson… fue una avalancha de autores que desde entonces quise frecuentar. Lovecraft, Espinoza, Kant, Kafka, Joyce… etc. ¿Sabes lo que es ser atacado por todos esos autores al mismo tiempo? Cuando ingresé a la universidad y conocí a varios “amantes” de la literatura, todos rendían culto a Borges. Leía entrevistas de autores conocidos y nombraban a Borges como referente. Borges hasta en la sopa (de letras, claro). Después de Borges seguían Los Poetas Malditos, Rimbaud, Baudelaire, Mallarmé, Verlaine… Pizarnik, Lautreamont… todo era común entre los jóvenes que se hacían llamar Generación del 90 o Generación del 2000. Acaso Borges marcó lo mismo que hizo Joyce en su momento, o Faulkner, Bukowski, o Víctor Hugo un poco más atrás. Luego llegaron los 100 años de Borges, los homenajes póstumos, los líos con la esposa María Kodama, con su vida sexual, con las rencillas cortazarianas, contra el boom, y una larga lista que la prensa modela porque sabe que Borges siempre es carne fresca para los lectores de páginas culturosas que a veces cada 14 de junio o 24 de agosto lo recuerdan, como recuerdan a cada escritor muerto, sobre todo cuando necesitan rellenar una página y los reporteros no han salido a cubrir evento alguno. Aunque no le hayan dado el Nobel (esos suecos que como la “mamá que Quico” querían escogerle sus amigos, cosa



Borges nació con un libro bajo el brazo, fue criado por tigres y se fue persiguiendo su imagen en los espejos, acaso un espejo donde se veía como el verdadero Asterión que en Buenos Aires frecuentaba el complicado laberinto de su imaginación”.

secundaria porque tampoco se lo dieron a Lorca, Vallejo, Joyce…), aunque no haya ganado tantos lectores como García Márquez o Vargas Llosa (o Deepak Chopra), aunque le criticaran tantas veces por “soslayar” a la literatura latinoamericana, él siempre se mantuvo y mantiene firme, desplazándose mientras sigue el color amarillo que lo acompañó la mayor parte de su vida, navegando por el laberinto que se creó para sí mismo, mientras se divertía siendo nuestro libro de arena. A veces pienso en Borges e imagino que para mí tendría un buen reloj de arena para regalar. Quizás una clepsidra, o quizás un laberinto para instalarlo en mi propio patio. Armable y desarmable. Borges nació con un libro bajo el brazo, fue criado por tigres y se fue persiguiendo su imagen en los espejos, acaso un espejo donde se veía como el verdadero Asterión que en Buenos Aires frecuentaba el complicado laberinto de su imaginación.

VIAJES

Pág. 8

Desde Cuba con amor Crónica vivencial de un poblador periférico que, del barrio Los Cubanos, llegó por error demográfico a la isla de Fidel Castro, después de una borrachera de ron con ayahuasca. El narrador cuenta las peripecias de su estadía en la isla y promete para la próxima edición un relato sobre su arresto en Guantánamo por razones inexplicables, bueno, porque quería cantar Guantanamera con un polo de Bush frente al monumento del “Che” Guevara.

Texto de Ronald Santos

N

o recuerdo muy bien cuándo comenzó mi relación con la isla. Quizás cuando pequeño en el colegio, escuché o leí algo sobre la revolución o Fidel. Aunque, pensándolo bien, quizás fue mi padre, quien repetía siempre que cuando Velasco era presidente las cosas en el Perú iban muy bien, algo así como: “En Cuba no hay ricos ni pobres”, “todos comen lo mismo, “todos son iguales”, “¡Socialismo!”. Claro que luego de 20 años mi padre es un próspero empresario y de Velasco y el socialismo solo le quedaron los libros que una día encontré enterrados en el jardín trasero de la casa del abuelo. Yo tenía 12 años y tuve la mala y buena suerte de mudarme a un barrio periférico de la ciudad de Lima. No había muchas pistas o veredas, aunque de luz y agua no podríamos quejarnos. Dicen que a la vuelta de mi manzana, por la lomita que se encuentra en el medio del bloque de viviendas, terroristas pertenecientes a Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, se reunían en la década del 80 para ajusticiar a los soplones y gente de mal vivir, pero parece que dicho orden solo era para peruanos, ya que cruzando la autopista, un grupo de cubanos exiliados ya empezaban a cometer uno que otro atraco, ante la marginalidad y la pobreza que se encontraba en aquella Lima caótica, la horrible que empezaba a crecer a sus anchas. Cuando llegué en el año de 1997 al distrito de Villa el Salvador, el solo nombramiento de la pandilla “Los Cubanos” me hacía temblar. Por aquella época perdía más de una gorra, dinero, zapatillas y hasta el valor frente a ese grupo de adolescentes que defendían un territorio de propios y extraños, obviamente los propios éramos los vecinos de dicha comunidad de cubano-peruanos. Algunos años después entendí el por qué de esos extranjeros, los conceptos de revolución, la guerra fría, un señor llamado Fidel Castro con una barba muy larga y cana, Marx, Engels, Lenin, Stalin, Trosky, Sartre, el “Che”, Latinoamérica y patria o muerte venceremos. Quedé



A mis quince años no entendía demasiado lo que decían aquellos libros de pasta roja y hojas amarillas que encontré enterrados cuando planeaba plantar mi primer árbol…”

prendado de un país por su glorioso valor político, el socialismo era el paraíso, todos iguales, ni más ni menos, todo gratis, hasta las galletas, el gran gobierno mandaba, ordenaba y regía sobre las felices vidas de hombres y mujeres, todos quieren ser socialistas a los 15 años, al menos eso creíamos en las clases de historia, economía y literatura. No duró mucho el tufo de la revolución, al menos a mis quince años no entendía demasiado lo que decían aquellos libros de pasta roja y hojas amarillas que encontré enterrados cuando planeaba plantar mi primer árbol… ( hasta ahora no he plantado ninguno). La universidad me dio otra perspectiva de la perla del caribe. Por casualidades de la vida e indecisiones de por medio, pude entrar a estudiar ciencias de la comunicación, con el afán de ganarme la vida con una máquina de escribir en el hombro. Terminé fascinado por Kubrick, Tarantino, Tornatore, Stone, Almodóvar, Woody Allen y mucho del cine comercial norteamericano, “Star Wars”, “The lord of the rings”, “The Matrix”, los efectos especiales, la animación por computadora y finalmente, el poder de ver las historias en una pantalla tan grande como la fachada de mi casa. Pero la isla aun no aparecía, “Memorias del subdesarrollo”, me mostraba en blanco y negro, un país que solo me traía malos recuerdos, de adolescencia. Entonces vi aquel documental donde unos abuelos

muy alegres y coloridos, transmitían más energía en cada una de sus canciones que un pogo masivo en cualquier antro del centro o de Lima. Ninguna guitarra mal afinada, acompañada de una voz cortada y maltratada, volvería a interponerse entre Ibrahim Ferrer, Compay Segundo, Omara Portuondo y yo. Pero como los amores de juventud no son eternos, la trova y el canto de Joaquín Sabina, me hicieron viajar a distintas épocas musicales, pero siempre queda la ilusión y donde fuego hubo cenizas quedaron. Cada vez que pasaba por las casas de mis vecinos cubanos, oía los boleros, salsas y huarachas, que yo escuchaba en mi habitación, pero algunas veces el miedo era más grande y todo queda enterrado ahí. Y es que la cubanidad cada cierto tiempo me hace recordar que está ahí y que quiere conocerme. Ahora tanto tiempo después de mi primer contacto caribeño, vuelo a conocer aquel lugar del que me empiezo a enamorar, un curso de postproducción de cine, el perfecto pretexto para viajar, tal vez un mes no sea suficiente, pero al menos nadie me reprochará que no di el primer paso para hacer que Cuba y yo nos enamoremos, al menos los fines de semana. Lima me esperará y seguro llorará un poco, dejo la ciudad de la melancolía para ser un poco más feliz. Las nubes son realmente hermosas, algodones que toman cualquier escala de grises, y el cielo aquí arriba es el más azul que alguna vez vi… (Continuará)

DESMADRE

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El aleph de 1968 Nuestra colaboradora charra ensaya sobre lo que pasó o pudo pasar en 1969, sobre la base de un punto de vista genérico que roza el estructuralismo, pasa por la estupidización y termina con pre lanzamiento del cohete que puso al primer hombre sobre la luna. Esta época marca un hito a nivel mundial, no solo porque The Beatles pensaban separarse, sino por las protestas, la toma de conciencia y demás manifestaciones juveniles que iniciaban el final de las consideraciones ortodoxas que hacían el mundo un poco más que aburrido. ¡Que viva el rock and roll!

Texto de Elizabeth Corrales

¿

Qué sucedió en 1968? Más que eso: ¿en qué punto de la c a t e g o r í a q u e denominamos “historia” nos percatamos del “mundo como fábula” que preconizaba Nietszche y perdimos la fe en el sentido de las cosas? Creo necesario declarar a las clases universitarias de teoría literaria como culpables de esta preocupación en mi cabeza. El concepto de posmodernidad ya me rondaba entonces, sin embargo no tenía idea –aún no tengo mucha– de dónde había surgido lo que parecía ser la corrosión del arte del siglo pasado y del actual. Antes el mundo lucía otro semblante, antes había gente que era capaz de cambiarlo con sus pensamientos. ¿Por qué las últimas fechas dan la impresión de un déficit de esas mentes? ¿Es que la humanidad entró en un proceso de estupidización? En la clase de mi anécdota el tema era “postestructuralismo”. De la puerta del salón colgaba un letrero que anunciaba inscripciones para actuar en una versión modernizada de Don Juan Tenorio, lo cual francamente me hizo bostezar. No recuerdo con precisión las explicaciones de la clase, sin embargo un comentario se quedó rondándome como un zumbido, junto con la hipótesis sobre el proceso de estupidización humana: “Lo que sucedió en 1968 es la causa de que ustedes, las generaciones más 'nuevas', no se interesen por nada, que no se organicen, que sean tan apáticos”. El 68 parece que marca el momento de la desilusión mundial respecto de los discursos totalitarios que impregnaban los sistemas sociales y que eran los sistemas sociales, incluido desde luego el literario. ¿Qué pasó, pues, en 1968? Hubo revoluciones por todas partes, en Francia, México, América del Sur, China, casi todas impulsadas por movimientos estudiantiles universitarios. Había un tremendo sentido de la esperanza en la movilización estudiantil que existió en mi propio país, México… Y luego de eso, nada. Una masacre de miles de estudiantes desarmados en una importante plaza pública, más masacres, también de etnias indígenas, y nada. Es esa nada, el que no suceda nada después, lo que invita a repensar la “línea” histórica y considerar justamente el hecho de su linealidad. Quizás el totalitarismo era



Queremos hacer arte, literatura, queremos que por lo menos en la ficción no nos alcance el sentimiento de desasosiego por el mundo. Pero, ¿qué mundo?” posible de erradicar aunque fuese apenas en el discurso. ¿Y qué lo sustituiría? ¿Acaso otro totalitarismo de mayor sutileza? Por otro lado, si sólo sucedía en el discurso, ¿tendría alguna funcionalidad? ¿No tenía siempre el adversario su propio contradiscurso para justificarse? Había sólo preguntas y no una base a partir de la cual se generara algún cambio histórico. No un centro, como afirmaba Derrida. ¿Y el arte? Siempre lo que hace tambalear a la cultura es el arte. Tomemos a la literatura como protagonista (ahora) de la anécdota. Antes de 1940 el realismo era la vía predominante en la expresión prosística, pero después de esa década –pasada la segunda guerra mundial– se buscaron temas y técnicas que ensayaban una alternativa de escape a la “realidad” social, económica y política, con toda la decepción que provocaba desde entonces. Aparecen así las vanguardias, el realismo mágico y la preocupación por problemas sobre los cimientos del mundo fenomenológico: la consistencia del tiempo, la muerte, etc. Si leemos “El Aleph” de Borges, leemos la angustia sobre los discursos, sobre el lenguaje que los conforma y que crea sistemas que lo abarcan todo, ficticios. Un punto del espacio donde están todos los puntos del universo, y si uno lo observa, ¿qué queda

quien observa el aleph. Aunque felizmente, al cabo de unas noches, vuelve el olvido, la resignación que llega a convertirse en la indiferencia del hombre moderno (o posmoderno). Así, desconfiamos de todo, porque quienes nos ofrecieron subvertir los sistemas totalitarios en 1968, cambiar al mundo de golpe, eran a su vez “totales” y opresivos, apoyados en algún discurso generado de lenguaje representacional, falso y sin centro. Es decir: bien, queremos hacer arte, literatura, queremos que por lo menos en la ficción no nos alcance el sentimiento de desasosiego por el mundo. Pero, ¿qué mundo? ¿El que nosotros decimos que es la realidad, ese concepto que tenemos en nuestra cabeza formado de muchos otros conceptos, a su vez formados de más y más de éstos? ¿Dónde queda la realidad? ¿Qué sentido tendría hacer tambalear los cimientos de algo que nosotros mismos –“yo mismo” debería decir cada quien– cimentamos sobre toneladas infinitas de ruinas? Es justo como esas caricaturas en las que alguien dice: “Mira, qué hombre tan espantoso, gordo, calvo, bajito, un pordiosero”, y está mirando su propia imagen en un espejo que también lo mira. La ironía de la ironía. Ahora bien, ¿de dónde sale el concepto formado de conceptos que a su vez están formados de conceptos? Es el postulado básico de la deconstrucción o postestructuralismo: la cadena infinita de referentes que constituyen al lenguaje. Ya Saussure había señalado la arbitrariedad del signo lingüístico, y si a esto añadimos que el significado que acompaña a un significante requiere de más significantes para definirse, y así sucesivamente, entonces, ¿cuál es el vínculo del lenguaje con la realidad “real”, por así decirlo? Pensamos sólo por medio de lenguaje, ¿y éste está desvinculado de la realidad “real”? ¿Tiene sentido luchar contra la mimesis en el arte que pretendían nuestros antepasados, cuando toda construcción de nuestras ideas termina en nuestro propio reflejo vacío? Y lo que es más, ¿tiene sentido volver a luchar por esa representación que nos ha desilusionado por falsa, porque sólo tiene lugar en lo abstracto? Espero, por nuestro bien y el de nuestros músculos, que algún día podamos creer que sí, efectivamente, vimos el aleph, y en ese momento cada quién sonría por su lado. Creo que tengo, aún, suficiente fe.

ARTÍCULO

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Kafka "El insecto claustrofóbico" Kafka en la neurosis de nuestro tiempo. El autor del siguiente texto hace una minúscula referencia al autor del cual es más o menos fanático y de eso puede dar cuenta su disfraz de escarabajo con el que suele tomar su micro para ir al trabajo.

En su vigésimo octavo año de vida, García Márquez recordó -como lo hace cada vez que rememora el día en que decidió vivir y comer literatura- a Franz Kafka, el escritor que le mostró diferentes y raras maneras de escribir, rompiendo los esquemas tradicionales de la literatura y de las ideas que la alimentan.

D

espués de leer La Metamorfosis, Gabo viajó a otro mundo tan irreal como Macondo porque se había topado con algo que hasta entonces no imaginaba y desde ese momento inició con voz propia la carrera literaria que ya todos conocemos. El checo que anticipó la opresión y la angustia del siglo XX, había calado hondo en el colombiano e inspiró el inicio del realismo mágico en la literatura universal. Franz Kafka, el escritor que se declaraba “taciturno, poco sociable, descontento, pero no infeliz”, nació en Praga (Checoslovaquia) el 3 de julio de 1883, en el seno de una familia de comerciantes, donde aparentemente pasó una vida tranquila que, a la larga, se transformó en rutinaria, absurda, dolorosa, llena de angustia y frustración. Su carácter lacónico -el símbolo de su peculiar y famosa personalidad- lo hacía sentirse limitado y mutilado, dentro de la sociedad que nunca llegó a comprender, o la comprendió más de lo necesario. La Metamorfosis, en palabras de Nabokov, “es una historia de un humano

con forma de insecto que vive rodeado de insectos con forma de humano”. Acaso es uno de los mejores resúmenes que se le han dado a la obra mayor de Kafka, y una descripción certera sobre la vida atormentada y compleja de este checo que puede hacernos entender que la vida superficial de todos los días es más dramática de lo que parece. “Todo cuanto no es literatura me hastía y provoca mi odio, porque me molesta o es un obstáculo para mí, por lo menos en mi opinión", escribía Kafka en una de las tantas cartas en la que confesaba además su obsesión por la literatura y el sufrimiento que le causaba la creación de cada relato. Tenía insomnio, dolores de piernas, de cabeza, y una desordenada alimentación que lo llevó a enfermarse de tuberculosis a una edad muy temprana, enfermedad que lo “liberó” de la absurda vida que le rodeaba en junio de 1924. "Hace tiempo que no escribo. Con ello me pasa lo siguiente: Dios no quiere que yo escriba, pero yo tengo necesidad de hacerlo. Así se produce un constante tira y afloja, pero en definitiva Dios es el más fuerte, y hay en ello más desgracia de lo que



Antes de morir, Kafka ordenó a Max Brod entrañable amigo desobediente- que destruyera todos sus manuscritos, pero este no hizo caso al divino pedido del amigo y los publicó”.

¿Para qué sirve la literatura? Respuesta agria a una pregunta tan inocente No sé por qué me emputa esta cuestión, ¿será porque es la pregunta típica que se establece el público lego en un sistema de producción del que no son más que un instrumento? El hombre reducido a criterios de producción, a eso nos ha llevado el siglo de las luces y la revolución industrial, que en el fondo no eran tan luminosas.

Erick Sarmiento

Texto de Felipe Revueltas Dibujo de Erick Sarmiento

puedas imaginarte”, escribió alguna vez, dejando testimonio sobre el compromiso que tenía con el arte literario. Antes de morir, Kafka ordenó a Max Brod -entrañable amigo desobediente- que destruyera todos sus manuscritos, pero este no hizo caso al divino pedido del amigo y los publicó, con lo cual el ausente concitaría en poco tiempo la admiración de la crítica contemporánea. La fama de aquel personaje 'común y corriente' pronto cruzó toda frontera, pero el taciturno muchacho de orejas élficas ya estaba en el otro mundo, quién sabe si más complejo que éste. Tal vez ahora más que nunca es necesario revisarlo, leerlo con más atención hasta que, tal vez, al amanecer podamos sentir que en vez de manos tenemos tenazas y un caparazón que nos impide levantarnos de la cama. De repente la claustrofobia se apoderaría de nosotros, el miedo de estar encerrados, y no precisamente en un cuarto pequeño, sino dentro de un mundo caótico, basado en reglas paradójicas que a veces nunca llegamos a comprender.

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Con esa retórica barata les pregunto entonces: ¿Para qué sirven los autos? ¿Para qué sirve el internet? ¿Para qué sirven las hamburguesas y las tarjetas postales? ¿Para qué sirve el cine y las fotografías? ¿Para qué sirve la medicina si cada vez vamos plagando más este mundo? ¿Para qué? ¿Para qué sirven ustedes? ¿Merecen vivir? ¿Para qué vivir? Y la gente común no se pregunta todo esto porque sacan dinero de esos medios y viven enajenados, ¿Cierto? Y la creación de un acueducto, un alcantarillado, una casa de adobe les parece más benéfico que dos siglos y medio de cultura occidental, ¿acaso no sienten vergüenza?, ¿acaso no son unos cobardes?

RECOMENDACIONES

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El Anticristo de Nietzsche (Recomendación a la manera de algunos padres cuando recomiendan qué carrera estudiar) Texto de Joel Córdova Rojas Me tocó la difícil tarea de recomendarles un libro. Y como eso de la recomendada es pura pérdida de tiempo (los tristes humanos nunca hacen caso a recomendaciones sensatas). Me siento obligado a utilizar la violencia: “Van a leer El Anticristo o se van a la mierda”. Así. Como a ustedes les gusta que se les pida algo para hacerlo. Con fuerza. Porque esto de leer es cosa seria, señores. Porque como ustedes no se dan cuenta (ya que siempre son sus “ustedes”, sus “yos”, sus “vidas”, sus “penas”, sus “huadas”, sus etcéteras), alguien debe recordarles que cada vez estamos más cerca del colapso ambiental y humano (término arcaico que alguna vez importó). Porque en mayor cantidad nos dejamos seducir por ese objeto casi cuadrado que por lo general solo emite basura y digerimos muy a gusto, muy a ritmo de reggaetón, muy a muymuy en medio del pan del desayuno o como el arroz infaltable del almuerzo.

E

l Anticristo (maldición contra el cristianismo). Léanlo. Tal vez sus vidas cambien como la mía… Y como para motivarlos les contaré mi experiencia con ese libro: Tenía 17 años cuando escuché por primera vez el nombre de “Nich” (así) por los pasillos de la universidad, conversando con dos compañeros sobre las posibilidades que tenemos de ayudar y ser autosuficientes. Uno de ellos a manera de burla profirió: “Oe, tú estás como Nich, que dijo: Dios ha muerto, pero no importa, acá estoy yo”. Quedé sorprendido por la frase, jamás pensé que existiera alguien capaz de retar a Dios; es más, querer ocupar el lugar de Dios. Pues claro, yo aún era un muchacho con miedo de Dios, que recién empezaba en ese mundo de libros para leer. Sinceramente para mí fue algo admirable. Y así empecé mi búsqueda del hombre que fue capaz de decir semejante cosa. Descubrí que su nombre completo era Friedrich Nietzsche, era alemán y se creía el genio entre los genios y murió loco y lo que ansiaba era una superación del hombre y fue el eje central de todo el pensamiento del siglo XX.

La lectura del libro –repito- me cambió totalmente, ya no volví a pensar igual. Porque después de haber leído quise comentarle a mi madre (a la que yo digo “viejita”) sobre las ideas del libro. Empecé con eso de que el cristianismo es un mal que debe ser quitado de la humanidad y las razones para considerarlo así… entonces ella me miró como se miran a esos bichos raros que merecen ser roseados con un insecticida y dijo que Nietzsche y yo nos quemaremos en el quinto infierno y que de ahí en adelante Nietzsche me diera de comer, Nietzsche me pagara los estudios, Nietzsche sea mi familia y que yo (yo, ¡¡yooo!!, su hijo) soy un desgraciado por hablar mal de Dios, de su Dios al que ella quiere y respeta bastante. Estuvo tres días sin hablarme, al final creo que le di pena (después de todo YO –jodiendo otra vez– era su hijo) y me empezó a dar de comer alcanzándome el plato con un palo para no tener contacto directo conmigo. Sentía haber hecho el Gran Descubrimiento (algo así como Einstein con su teoría de la relatividad o Luke enterándose que Dark Vader era su padre), tenía en mis manos el libro que me sacó de mi infancia mental. Tenía en mi poder un libro que hacia posible que una madre mirara a su hijo como un “apestado”. YO –de nuevo jodiendo– había leído un libro que realmente valía la pena. Al carajo con los libritos que tratan de aconsejarte, al carajo esas pajolerillas romanticotas con final feliz y colorín colorao (¡Viva Fleschman!, la levadura)… mandé a la basura a tanto Cohelo, a tanto Cuauhtémoc, a tanto queso robado, a tanta basura que no busca cambiar nada. Nietzsche y su Anticristo fue para mí un poco de libertad para mi espíritu (que ya para entonces quería empezar a volar). ¿Que de qué trata el libro?, ¿cuál es su estructura?, ¿cuál es el mensaje?, ¿qué tipo de lenguaje encontramos?, ¿y esas cositas en palabras que ponen siempre en los artículos de periódico?… Lean el libro, de eso se trata. Y a volar todo el mundo –como dice Cerati o tomándose un Toro Rojo mientras escucho “The Flower of Carnage” viendo imágenes de destrucción a lo terminéitor sentado frente a esta computadora que no es mía–.

Postdata:

Para los humanos audiovisuales: deben saber que escribí esto pensando en ustedes. Y, como dije al principio, están obligados a leer o se me van la mierda. ¡Viva Nietzsche!



Mandé a la basura a tanto Cohelo, a tanto Cuauhtémoc, a tanto queso robado, a tanta basura que no busca cambiar nada. Nietzsche y su Anticristo fue para mí un poco de libertad para mi espíritu”.

HOMENAJE

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Mario Benedetti, literatura para comprender la vida

Daniel Pontet

Homenaje al escritor que nos dejó el 17 de mayo

alguna vez alguna vez tal vez me iré sin quedarme me iré como quien se va. Alejandra Pizarnik

El pasado 17 de mayo, nos dejó Mario Benedetti, aquel escritor uruguayo acaso más famoso que cualquier futbolista o cantante de moda de su país. Su muerte dolió tanto como cuando se muere un amigo muy cercano. Él estaba tan cerca de nosotros no solo a través de la extensa obra que dejó, sino también porque fue un hombre sencillo, de pueblo, obligado al trabajo, a la rutina y perseguido como un extraño agente corporal cada vez que se atrevía a pensar en esta sociedad latinoamericana.

A

que trabajar para apoyar en el sustento del hogar y así dejar algunas veces los estudios y dedicarse a esto de ganar dinero para vivir.

Mario Benedetti, muchas veces confundido con su compatriota Juan Carlos Onetti, nació en Paso de los Toros, una pequeña localidad uruguaya (como todo en Uruguay, como la estrofa de un verso) el 14 de setiembre de 1920, fue hijo de una familia humilde, por lo que desde muy pequeño tuvo

Aunque desde muy joven sabía que su vida estaba destinada al dulce menester de hilvanar palabras, sabía también que de eso no podía “vivir” (aunque la literatura basta para vivir, así sin comillas) y por tal motivo pasó por una serie de labores que en su condición, de seguro eran como trabajos forzados en una prisión. Pero como toda prisión tiene salida, nunca se dejó caer por los garrotazos del alguacil (la sociedad en toda su plenitud) y al contrario, la experiencia de vida en la burocracia, en las oficinas que le robaron años de su existencia, los viajes de negocios y las personas insulsas que

unque es más conocido como poeta, Mario Benedetti abarcó todos los géneros literarios y los desarrolló con la misma calidad artística. Incrustaba todo su poder para con las palabras en los libros y llegaba al corazón y mente de los lectores, los cuales se identificaban porque Mario hacía muchas veces de traductor emocional, es decir, tenía una frase o verso que explicaba algunas emociones que la gente común suele tener, pero no sabe cómo expresarla con palabras.

HOMENAJE

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como hormigas pasaban frente a él, sirvieron para concretar una literatura más existencialista, urbana, triste, a veces amarga y muchas veces más que realista. Fue un canalizador de ese conjunto de sentimientos que cualquiera puede observar en el transcurrir de una calle, en el rostro de la gente que va a al trabajo, en el caminar de una joven hermosa o en el lento andar de un viejo que se toma de la cintura y sin embargo sonríe. Los visitantes asiduos en los tiempos dedicados a la escritura fueron la soledad, la miseria, la injusticia, pero también el amor, la esperanza, y no cabe duda que también la muerte, ese estado de reposo en donde ya no importa qué pasará después. Benedetti aseguraba que escribía para sentirse joven y haciendo una comparación matemática de la proporción de su obra con los años que deberían quitarle, hubiera estado hoy apenas naciendo y quizás estaría codeándose con los escritores clásicos que tanto amaba. Pero nos dejó. Nos dejó todavía cuando nosotros los peruanos no nos recuperábamos de la muerte de Blanca Varela, Eielson o Watanabe (algunos no nos recuperábamos ni de la muerte de César Vallejo, Eguren o Martín Adán). Se fue cuando el hombre más lo necesitaba, cuando tanta información y caos a la vez nos hacen cada día más esclavos, más inconscientes de nuestra misión en el mundo que dista mucho al dormir cansado para despertar, cuando debe acercarse más a soñar aún despiertos. Para Benedetti la vida era un paréntesis entre dos nadas, porque no creía en ningún Dios, salvo en el de la conciencia, al que le deberíamos rendirle cuentas cada día. Por ello escribía también, para rellenar ese espacio de mucha nada, ese espacio que a lo largo de la historia ha intentado rellenar con guerras, descubrimientos, exploraciones, estudios, religión, libros, hijos, suicidios. Y al fin de cuentas, nadie logra rellenar un espacio vacío con más vacío, por lo que el hombre siempre pasa, pero algunos se resisten y nos dejan como Benedetti –quien además aseguraba como José Martí tener una sola patria: el mundo– un palco de lujo para observar esa vida ininteligible que algunos casi alcanzaron a comprender.

Pasatiempo Cuando éramos niños los viejos tenían como treinta un charco era un océano la muerte lisa y llana no existía. Luego cuando muchachos los viejos eran gente de cuarenta un estanque un océano la muerte solamente una palabra. Ya cuando nos casamos los ancianos estaban en cincuenta un lago era un océano la muerte era la muerte de los otros. Ahora veteranos ya le dimos alcance a la verdad el océano es por fin el océano pero la muerte empieza a ser la nuestra.

Presenta:

“T u v o z e x i s t e ”

C o l e c c i ó n a u d i o v i s u a l d e l i t e r a t u r a j o v e n www.literalgia.blogspot.com www.literalgia.com

CONFESIONES

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Un día de combi El autor de este artículo escribe desde el último asiento, donde entran 4 (si el cobrador quiere, pueden entrar 5), sobre lo que significa subirse a estos vehículos que ya casi están dentro de las disciplinas de deporte de aventura. Texto de Juan José Sandoval Zapata

Y

o viajo en micro porque me da la gana. No importa que me tomen por imbécil, pero jamás he gozado estar en el volante. Menos, aguantar el tráfico, y, peor aún, los accidentes de tránsito. Por eso, hace ya varios años que vendí mi auto y decidí estar más cerca de mi realidad. Iba por la Javier Prado, sentado con el culo sudando cuando la combi impactó con el auto de adelante. El chofer, que tenía el volumen de su radio a full escuchando reggaeton, increpó a su cobrador de no avisarle que había que parar. El cobrador le respondió en tono desafiante que su misión es cobrar. Y en medio de su crisis apareció el dueño del carro chocado. Era un pituquito flaco con la nariz respingada y hacía cara de asco por cualquier cosa a su alrededor. Se acercó a la ventana del piloto y comenzó con el rosario de insultos: que si uno está ciego, que si uno no sabe ver la luz roja, que si uno no sabe manejar para qué se mete, que la suciedad en las calles, que los cholos de mierda. Que la policía. Y la policía ni estaba cerca, así que el conductor de la combi, entre los insultos y el desprecio de ser un serrano ignorante que le fallan los reflejos, se comenzó a dar cuenta que bien podría poner primera y escapar del lugar de los hechos. Entonces, mientras el agraviado seguía reclamándole que sus uñas se habían ensuciado por culpa de los cholos, y el cobrador de la combi le ofrecía por lo bajo diez soles de indemnización, el chofer volteó hacia el público que lo acompañaba y gritó: «¡Llevan!» Y arrancó. Y como el agraviado pituquito seguía llorando por su uña rota, entre su impotencia, se lanzó dentro del auto por la ventana del conductor. Mientras que la combi avanzaba y tomaba vuelo, el pituquito agraviado quedó con las piernas colgando, flameándose como tomando forma de superman en pleno vuelo. A media cuadra cayó seco y siguió gritando por su uña rota. La combi se fue alejando por la Javier Prado y la figura del pituco caído en el asfalto se fue achicando, como el cierre de un telón, y la combi siguió su ruta sin problema alguno. El cobrador le reclamó a su conductor la falta de responsabilidad que lo albergaba pero el público pasajero lo terminó callando con chiflidos y señales de cansancio y exasperación. Entonces no hubo otra que seguir cobrando el pasaje.

Antes de llegar a una luz roja, las señoras más adultas que viajaban en la combi avisaron con susto: «¡Ahí viene el loco! ¡Ahí viene el loco!».

solidarias, pero la tomba seguía llenando las papeletas de rigor: Choque, fuga, agresión, falta de respeto e imprudencia cívica. Antes de firmar el acta, la tomba se dio cuenta también de que la combi no El auto agraviado venía detrás a toda tenía permiso para circular, que el velocidad, zigzagueando atolondrado y conductor tenía un brevete caduco y que el ávido de justicia. Al llegar donde la combi, cobrador no había repartido boleto. salió raudo de su vehículo, su polo lucía ensangrentado y el brazo izquierdo le La tomba sacó la cuenta total de los colgaba en tres pedazos. Sus lentes oscuros daños y le ofreció al conductor un precio de se habían rajado y su pelo engominado era ocasión para poder seguir cumpliendo con —ahora— una mata de cabello sucio y los pasajeros. El boletero, en su grasoso que dejaba especular en una severa desesperación por solucionar el percance, calvicie. juntó parte del dinero. Y como faltaban algunos soles para completar la oferta, El conductor, ni cojudo que fuera, cerró su volvió al pasillo pidiendo ayuda a los ventana y espero sentado su sentencia. Pero viajeros. Cuando completó el monto, la cuando el pituquito quiso lanzar un puñete, tomba esperó a que llegue la ambulancia el brazo no le respondió y el golpe solo para el pituquito y se lo lleven a manchó un poco la ventana con sangre. emergencia. Entonces, apenas pusieron al agredido en la camilla, la tomba abrió su En medio del tráfico vehicular, una tomba bolsillo y pidió que le chorreen el dinero. estaba dirigiendo el tránsito hasta que se dio Volvió a su puesto de semáforo humano y cuenta que había un tumulto a medio metro la combi siguió su ruta entre aplausos de la de la avenida que ella ordenadamente gente que por unos cuantos minutos se mantenía caótica. Se acercó, vio al pituquito sintieron satisfechos por la democracia con su pelo sucio, el brazo roto, las uñas que lograron. descuidadas y el auto chocado por detrás, y le pidió a la combi que se estacionara a un lado. Cuando cambiaron de turno en el cruce, La gente comenzó a abuchear la medida la nueva tomba se percató que había un disciplinaria. vehículo estacionado en medio de la pista, en la puerta había unas cuantas gotas de Mientras llegaban más efectivos sangre y en el parachoques un ligero policiales, el chofer y su cobrador insistieron rasguño. Apenas hizo la inspección oficial, que fue el pituquito quien metió el vehículo tomó su libreta de papeletas y le dejó entre por su camino, que eran inocentes de todo y las plumillas una infracción por que tenían que seguir la ruta porque había negligencia vial, y siguió dirigiendo el público que tenía que volver a su casa. La tránsito caóticamente. gente apoyó este argumento con palmas

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Sobre los snobs de la literatura (dedicado a ustedes, sí a ustedes) Adrián, colaborador charro, se da un tiempo para hacer un breve análisis a los que suelen adoptar poses de literatos cuando apenas poseen una base intelectual de crucigrama de periódico chicha y en el fondo deliran por los poemas con rima, por los libros de Cohelo y por la música de Kudai. Texto de Adrián Soto

¿Les ha pasado alguna vez que el gusto que sienten por algo se ve minimizado cuando se dan cuenta de las reacciones de otras personas, individuos superficiales que antes de leerlos, digerirlos o comprenderlos se ponen playeras de Derridá, de Kafka, de Borges?

E

plebe, un círculo de individuos de escaso nivel intelectual que los sigan a todas partes, los adoren, y siempre les den la razón. Así, si intempestivamente (lo que es común) se les presenta un contradiscurso que anule sus ideas absurdas (que por cierto, no son suyas), a la primera oportunidad esgrimen un nombre, un autor, el cual, si no lo hemos leído imposibilita el diálogo. Algunos de ellos incluso tienen la desfachatez de creer, con sumo placer, que sus intelectos pueden ser omniabarcantes y se dedican a otras áreas distintas a la literatura (como la abogacía o la psicología), pues tienen que sobrevivir, compran obras de Dostoievski para analizarlas como Freud o para lucirlas en las salas de sus bufetes, tienen una visión de lego, pues carecen de una instrucción formal, pero creen poder hablar de literatura sin saber cómo no pueden hablar de música, arquitectura o pintura sin conocer algo de técnica.

sos individuos son a los que yo llamo “snobs literarios”, personas que no pueden pensar por sí mismas y necesitan hacerse de un discurso ajeno (más allá del precepto medieval que justificaba fundamentarse en las obras de los antiguos, pues ahí se sugerían ideas propias, aquí no), individuos sin profundidad que tratan a las grandes alturas del pensamiento humano como fetiches, adornos, mero ornamento y aquello que para otros es expresión del alma o construcción estética o filosófica para ellos no es más que la ratificación de Pero la miopía del snob literario es sí mismos, de su patética y triste mucho más amplia, pues si leen algún existencia. artículo de Baudelaire o de Cervantes que se refiere a ellos mismos, nunca, pero nunca Debido a su falta de autocrítica (no me mientan: los he visto con estos ojos) sus mentes están vacías, mientras tanto se sentirán aludidos, e incluso aplaudirán a fundamentan sus gustos en denigrar a los aquellos autores que los están ofendiendo, otros, así si su interlocutor no ha leído tal como un público al que se le escupe y se le libro, es ese el primero que elegirán. insulta y éste se para de su asiento y aplaude Desean con sumo fervor hacerse de una

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Se los planteo de otra forma, ¿alguna vez, en medio del tráfico de mediodía, en el calor de la ciudad y el ruido han leído un poema que emana frescura y los abstrae de su entorno dañino? ¿Sienten? ¿Aún sienten? Y no digo llorar con una película o una telenovela… ¿Sienten finamente al leer a Proust o a Joyce? ¿Comprenden? Dos siglos y medio de cultura occidental para producir imbéciles sin seso, perdidos como zombis en la masa amorfa de la humanidad. Pues yo digo les digo que no. Preguntas como esta fomentan mi odio a la humanidad, y las respuestas sencillas la

(¿les recuerda a una obra de Handke?) Todos tenemos algo de snobs, pero sólo un individuo dedicado, incisivo, sin personalidad y profundamente ensimismado en su simple hobby de oficinista puede ser un snob literario, un eterno aspirante de excrecencias.

recrudecen, porque la literatura no tiene ningún fin educativo, ni de raciocinio… no hay que ser brutos, no es posible generalizar así… (Texto de Hambrientos de Literatura. Grupo de Hi5) Emputada respuesta de Adrián Soto.

MÚSICA

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Sancochado caliente para el morbo Subiéndonos al coche de la muerte de 'Jacko', rememoramos algunas otras pérdidas que nos dejaron tristes, aún cuando nos enteramos que murieron antes de que naciéramos.

Después de la muerte de Michael Jackson, es inevitable rememorar otras pérdidas que sufrió la música a lo largo de la historia. Estos personajes, ya sea por la vida desenfrenada que llevaban, o por ser los más profesionales, representaron una pieza importante dentro de un determinado género musical y a la muerte de estos, se crearon mitos, leyendas y sobre todo una inmensa pregunta que por inercia se crea en nuestras cabezas: ¿Qué hubiese sido de ellos si no se hubieran ido tan pronto?

P

ara empezar, una trilogía de lujo: Jim Morrison, Janis Joplin y Jimi Hendrix, grandes músicos que marcaron un antes y después de la historia del rock. Los dos primeros, fallecieron a los 27 años. Morrison, “el rey lagarto”, murió por el abuso de drogas sicodélicas, fue encontrado en su departamento de París. A su vez, “la reina de los hippies”, Janis, iba por el mismo camino: un abuso frecuente del alcohol y heroína terminó en una muerte prematura. Y Hendrix, considerado por muchos como el mejor guitarrista del mundo, falleció a los 28 años, ahogado por su propio vómito, después de combinar barbitúricos con alcohol. Un poco más atrás, sin una vida licenciosa, está Ritchie Valens, aquel intérprete que lanzó a la fama la popular canción “La bamba” y cuyo estilo inspiró a varios músicos, entre ellos el propio Santana. Ritchie murió a los 18 años, en un accidente de avión, donde también estaban Buddy Holly y The Big Bopper, aquel día (3 de febrero de 1959) es recordado como “El día en que murió la música”. Retrocediendo un poquito en el tiempo (unos 3 siglos), para continuar con esto de las muertes que marcaron a la hinchada musical, tenemos a Wolfgang Amadeus Mozart, aquel prodigio de la música clásica que murió, según dicen algunos historiadores, de una fiebre



Sigan disfrutando del fantasma de 'Jacko', de las tonterías que dice su hermana, de las cojudeces que hace su padre y sigan alucinando con que sigue vivo, que se fue con su ex suegro a un búnker y que algún día regresará de la clandestinidad”.

reumática a los 35 años. Una vida muy corta profunda depresión de las depresiones, para un genio. Aunque se han realizado Kurt Kobain se quitó la vida a los 27 años, diversos estudios para hallar su cadáver (fue disparándose con una escopeta. enterrado en una fosa común), aún no se ha Estos son solo algunos casos de determinado con certeza la ubicación exacta. los muchos que trascendieron a nivel Adelantándonos otra vez en el auto mundial. En la escena local tenemos otros, de Marty McFly, llegamos a 1980, año de una de todos los géneros y para todos los gustos muerte que todavía duele porque de no y disgustos. Mientras tanto, quería haber sucedido, tendríamos el placer de desarrollar esta pequeña lista arbitraria saber qué hubiese ocurrido si los Beatles se para alimentar un poco más el morbo habrían juntado otra vez. Era 8 de televisivo que se ha visto hasta el momento diciembre, Jhon Lennon (apenas de 40 por la muerte de este monstruo de la años) había firmado un autógrafo a uno de música. sus fanáticos y tres horas después éste lo En fin. Sigan disfrutando del intercepta cerca del departamento del cantante y lo mata a balazos. Tan absurdo fantasma de 'Jacko', de las tonterías que como algunos experimentos de Yoko Ono en dice su hermana, de las cojudeces que hace su padre y sigan alucinando con que sigue una exposición de artistas conceptuales. vivo, que se fue con su ex suegro a un Un caso más cercano fue el de búnker y que algún día regresará de la Freddie Mercury, el audaz cantante del clandestinidad para aparecer en alguna grupo Queen que murió de sida en 1991. Una azotea y cantar “Triller” junto a Elvis voz que tantas canciones nos regaló, terminó Presley, o “Don't let my down” junto a Jhon con aquella enfermedad ligada, siempre con Lennon, o “El arbolito” junto a Johnny prejuicio, a su declarada homosexualidad. Orozco. Tres años más tarde, sumido en la más

MÚSICA

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La mala reputación de Brassens Georges Brassens, uno de los mejores poetas de la postguerra, un cantautor representante de la chanson francesa y de la trova anarquista del siglo XX es recordado a partir de su canción “La mala reputación”.

Nobusques seas tan cruel No más pretextos Texto de Joel Córdova

Texto de Tahimanoa

Y

a no pude parar de escucharla, luego de cantarla hasta llegar al desmayo que ocasiona el ahíto desmesurado. Canción de viejos, poetas, borrachos; confundidos todos, escrita por Georges Brassens, interpretada en español por el genial Paco Ibañez. Su lucidez me lleva al pasado, me define que la ciencia es innata y que viene dada desde lo más primitivo de las formas; porque jugar a descubrir nos apartó de la conciencia colectiva, de la alienación sistemática. Y así, consumar que existen tierras, tanto que existen gentes, y que existen corsarios tanto que existen rebeldes, conmueve a los fríos, a los estancados en hielo, convierte el “salir del rebaño” en una proeza, una hazaña de héroes, de seres misteriosos que tienen una fórmula, un lenguaje de muertos. En mi pueblo sin pretensión, tengo mala reputación; verso que cuenta una historia de villa con calles de tierra, donde el nacionalismo era la luz visionaria, la verdad inminente, aquello que aplacaría el ansia humana de ser, pertenecer. Brassens nos narra con ironía lo que para él era lógico, totalmente natural, a pesar de la invisibilidad en masa reinante en la cultura donde estaba embutido, y nos los narra con arte, con ciencia de letras y con cara de loco, mientras deambula en los pensamientos de su maraña. Ser cantada en español por la voz de Paco Ibañez, retumba, induce a un aullido nacido para la poesía rebelde, con una notoriedad con costras que contraen la piel. Y la gritas en nostalgia, con ánimos de ser fusilado por la corrupción de la onda, intentando cambiar una moneda por tierra. Ovejas moradas, ovejas negras del mundo, la mala reputación es entonces, el camino de la luz, de la conciencia científica de lo que sentimos como innato, como valor primordial. Soy humano, soy humano y quiero pastar, soy humano y quiero llorar.

N

A su disfrute, la mala reputación, traducida al español:

La mala reputación En mi pueblo sin pretensión Tengo mala reputación, Haga lo que haga es igual Todo lo consideran mal, Yo no pienso pues hacer ningún daño Queriendo vivir fuera del rebaño; No, a la gente no gusta que Uno tenga su propia fe No, a la gente no gusta que Uno tenga su propia fe Todos todos me miran mal Salvo los ciegos, es natural. Cuando la fiesta nacional Yo me quedo en la cama igual, Que la música militar Nunca me pudo levantar. En el mundo pues no hay mayor pecado Que el de no seguir al abanderado Y a la gente no gusta que Uno tenga su propia fe Y a la gente no gusta que Uno tenga su propia fe Todos me muestran con el dedo Salvo los mancos, quiero y no puedo. Si en la calle corre un ladrón Y a la zaga va un ricachón Zancadilla doy al señor Y he aplastado el perseguidor Eso sí que sí que será una lata Siempre tengo yo que meter la pata...

o seas tan cruel (como en prófugos). Así empezamos, con palabras de clemencia, porque no podemos pedir otra cosa después de haber dejado hasta la última no-célula del alma en el concierto de Choda Stereo. Ohhhh!, gritando como en “Sobredosis de tv”, al ritmo de su corazón, somos tan vulnerables. F d ñ k l y f h j f fhyujhkljjghkljhkljfhklfj soda, soda, soda, soda, soda, soda soda, soda, soda, soda y la puga continúa, ellos eran tres y qué shusha les importó el universo tetradimensional, son huas, salieron, tocaron, vibramos y conociemos el cielo, las estrellas, el infierno, la soledad, el vacío de algún espacio desterrado de nuestro interior y por fin, volvimos a la tierra cansados de tanto volar. Y mientras esperaba la noticia de los viernes de aburrimiento no estaba sentado. Estaba parado, con las manos alzadas como queriendo tocar el cielo y tan sólo nos faltara un poquito y ya, ya, ya casi, ya... pero que es mejor no tocarlo y seguir así buscando otra manera de llegar, de plantarle nuestras sucias uñas al cielo, hacerle una inscripción que diga "Joelarañóestepedazodecielo", pero no, jamás llegamos siquiera a rozarlo: maldita, distancia, maldito límite, malditas cotas matemáticas. ¡Joder!, ¿es mejor ponerse unos audífonos y seguir escribiendo y tal vez así ya no lleguemos a la realidad de las cosas, sino simplemente volemos todo alucinados en busca de lo que llamamos placer?, no creo que eso sea la última esperanza, ni la última buena razón para continuar con esta guerra de cosas que se buscan. Tal vez porque siguen sintiéndose incompletas alrededor del mundo o del espacio o de su casa, o algo así.

CINE

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Gran Torino Confesión nocturna de un profesor de literatura que en vez de tomar Red Bull con Coca Cola para no dormir, se tragó una buena película de Clint Eastwood. Texto de Eduardo Reyme Wendell

E

se hombre flaco es realmente un genio. No le importó que al día siguiente yo tendría que estar parado más de seis horas frente a muchachos que no justificarían mis ojeras de cinéfilo madrugador ni mi cara de sueño. No le importó que fuera su voz la única que resonara en el segundo piso de mi casa, ni mucho menos le importó que todos se hubiesen tendido a los brazos de Orfeo, mientras éste, su fiel admirador, ingenuamente se atrevía a pensar para sus adentros que vería media horita de su última película y la otra media horita la dejaría para el día siguiente porque “mañana hay que trabajar” (¡que ingenuidad la mía!). Clint Eastwood y sus magistrales clases de buen cineasta, me pusieron palitos de fósforos en los párpados, y los ojos, entonces se me hicieron menos cansados, y la noche me pareció menos corta porque a pesar de que el reloj cabalgaba descontroladamente supuse que no se descansa porque se duerme las ocho horas sugeridas en un día, sino que por el contrario, se descansa porque se duerme feliz. Feliz como yo, que terminé la película y no pude aguantarme las ganas locas de llorar como un niño que ve la despedida de uno de sus actores y directores favoritos. El mismo que alguna vez mi padre me presentó (sin saber quién diablos era) en un cinta VHS diciéndome “¿Ya viste esta?” y yo que por aquel entonces solía ver todo aquello que cayese en mis manos, parado frente a él con pantalones cortos, carita ingenua, curiosidad latente, dije “No, papá” y de inmediato él prendió el televisor frente a mí y vimos —llegada la tarde— no una sino varias películas, y mi madre gritaba desde la cocina qué haces viendo eso con él, y yo no sé si aquello lo decía ella por mí o por mi padre. Ese fue mi punto de partida con Clint Eastwood. Una simple casualidad, la mejor forma de conocer lo eterno. Ahora mucho tiempo después, Gran Torino me tomó esas dos horas que tanto me costaron al día siguiente levantarme. Pero qué importa, ni siquiera esa tarjeta tostadora acusando mi tardanza con ese rojo rojísimo, pudieron quitarme ese gustito medio extraño de decirle a quien se me cruzara por el camino que no dejara de verla, que sería un pecado no verla, que si no la ven... y no me importó esta vez que me

miraran con cara de oye qué rarezas te gusta ver, no me importó en absoluto ello, yo sólo sé que el viejo y sabio Clint tiene un maravilloso don para contar historias, un gran talento que se ha pulido con el correr de los años, y una particular y clásica forma de concebir el cine, y eso me basta porque me gusta. Superhéroe al fin y al cabo, Clint Eastwood interpreta a Walt Kowalski, personaje recóndito, huidizo, huraño, anacoreta, irónico quien muestra y esconde los más recónditos secretos de un hombre que peleó en Korea, y sabe de venganza y sangre como cancha. Una extraña mezcla de Harry el sucio y justiciero de barrio. Walt Kowalski, un alter ego, evidente de Clint, alguien que lo tuvo todo y que ahora, ve que ha llegado no el momento de despedirse sino por el contrario de emularse, como sólo los héroes de guerra preferirían recibir a la muerte como sólo un kamikaze aceptaría su destino final. El mundo ha cambiado, dice Walt Kowalski, y yo te entiendo viejo Clint, en el fondo tu metáfora de la vida es una metáfora de cómo tú mismo ves al cine, ha cambiado, sí y mucho. Por eso en un mundo de matones y segregaciones raciales tú prefieres ser una especie de vaquero que mueve los dedos rápidamente, esperando ese segundo de gloria que te permita sacar la Magnun calibre



Yo sólo sé que el viejo y sabio Clint tiene un maravilloso don para contar historias, un gran talento que se ha pulido con el correr de los años, y una particular y clásica forma de concebir el cine”.

45 y ser otra vez el héroe para volarle los sesos a los malos, pero los años no pasan en vano, y el odio como la venganza no es tan sabia como la justicia, esa palabra que ahora sólo los locos buscan en cada esquina. A cambio de esa arma de fuego brillante y bien aceitada mejor sería sacar un Zippo y demostrarle al mundo qué tan tetudos podemos llegar a ser si pensamos sólo en vengarnos y no enseñar nada a nadie, sobre todo a quienes vienen detrás nuestro. Gran Torino, se llama la culpable, que me detuvo más de dos horas frente al televisor mordiendo la almohada, y sintiendo quizá lo más parecido que sentí cuando vi por primera vez Million dollar, baby. Llegó un momento y no sé exactamente cuál fue en que relacioné ambas películas. La adopción de Frankie Dunn (Clint Esatwood) hacia la boxeadora (Hilary Swank) es tan parecida a la que Walt Kowalski hace hacia Thao. Y llama la atención aún más porque todo lo que odia durante la primera media hora de ambas películas termina siendo su única manera de volverse a sentir vivo. No sé si realmente esta es (como afirman por ahí) una de las últimas películas que dirigirá Clint Eastwood, lo único que sé es que si durante toda su larga carrera llovieron críticas sobre él acerca de su extremado cuidado de las formas de concebir sus cintas, no sería justo ahora devolver esa tan asidua crítica, y reducirla a la simple pregunta ¿es que acaso no era necesario ello para separar la paja del trigo?

CINE

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El arca rusa La pesadilla de los editores

Old Boy Dirigida por Park Chan-wook

El espíritu de la Pasión Película de Kim Ki-duk

S

i pensabas que en toda historia de amor tienen que predominar necesariamente las palabras bonitas, las frases poéticas y, en esencia, el maquillaje verbal, te equivocas. En este film encontrarás menos palabras de las que imaginas y más lenguaje corporal del que estás acostumbrado a ver en las actuaciones de la meca del cine de allá más arriba de México. Y no es que se trate de mimos o u na p e l íc u l a d e d os p e rs onaje s sordomudos, sino, trata de un muchacho que, por cuestiones inexplicables (no tienen por qué explicárte todo), tiene la costumbre de irrumpir a las casas que quedan deshabitadas temporalmente. En estos hospedajes prohibidos come, duerme, lava ropa, y de vez en cuando compone algún artefacto o cualquier objeto de la casa, en compensación por el “servicio” involuntario.

L

a película que asustó con el fantasma del desempleo a los editores, es obra de Aleksandr Sokúrov, un ruso que después de tanto romperse la cabeza y tener pesadillas con la edición, de pelear con el script y de hacer tanta rabia con el pauteo, decidió trabajar íntegramente con una sola cámara y darle uso al plano secuencia, herramienta que sólo se usaba en el caso de cortometrajes, video arte, y todo tipo de películas de corta duración. Aunque no se habla mucho del argumento, de las actuaciones, ni de la calidad cinematográfica, El Arca Rusa fue recibida con halagos, ya sea por atrevida o por ser una película que de alguna manera, hace pensar a los espectadores que suelen no saber nada de cine y de repente se interesan por averiguar cómo se hacen las películas y cómo se distingue una película de otra. No solo por la historia que se cuenta, sino también por la estructura, la originalidad y la idea que se concreta.

A

mor, odio, desengaño, acción y venganza. Venganza pura, racional, misteriosa, perturbadora, traumática, sangrienta. Si todavía recuerdas del coreano que asesinó como loco a sus compañeros del Virginia Tech, tienes que mirar esta película para que sepas a qué grado puede llegar el ser humano cuando decide trasgredir uno de los pecados capitales para sentir satisfacción en la vida. Dirigida por Park Chan-wook, Old Boy pertenece a la Trilogía de la Venganza (compuesta por Sympathy for Mr. Vengueance, Old boy, Sympathy for Lady Vengueance) de este director coreano que forma parte del grupo de cineastas asiáticos que nos hacen ver más allá de las aventuras obvias, previsibles y ridículas que acostumbra parir el cine estadounidense. El argumento es sencillo: un hombre es encerrado por 15 años sin saber el motivo, luego de ese tiempo es liberado y tendrá solo unos días para saber la razón de su encierro. En el transcurso de esa búsqueda sabremos que a veces la curiosidad y la angustia por saber la verdad pesa más que la misma venganza. Una película que tienes que ver de todas maneras para morirte tranquilo, aun sin haber dejado testamento.

La continuidad de su vida sigue sin prisa y despreocupada, hasta que en una de las tantas casas deshabitadas, se encuentra con una mujer que permanecía encerrada, una ex modelo que se casó con un machista de mano larga, y con ella –después de salvarla del marido pegalón– inicia una vida de prófugos. Ella se convierte en su compinche silenciosa. Juntos irrumpen casas y adquieren una comprensión que va más allá de las palabras, hasta que se ven involucrados en un crimen que no cometieron. Pronto la policía los atrapa y se inicia la de dios manda. Al tipo lo acusan de asesinato y de secuestro.

Sin embargo, teniendo en cuenta la calidad de espectadores presentes (estaban varios vanguardistas en las butacas, entre ellos nada menos que Pablo Picasso), este corto pasó a la historia y fue el recurrente ejemplo que tomaron los directores de cine de todas las épocas.

Cuando parece que el único final posible es la cárcel o la pena de muerte para nuestro héroe, la aventura se reinicia cuando este muchacho alcanza a dominar una técnica de invisibilidad. ¿Safado? Mírala y después hablamos.

Un Perro Andaluz, una obra que reúne varias tomas hechas con retazos de películas tiradas por ahí (eso parece), pero que no es más que un armado onírico que tramaron estos dos enfermos trasgresores del arte de ese tiempo. Cada imagen representa el sueño continuo que no es más que una secuencia de imágenes que no respeta el espacio ni el tiempo, como son en realidad los sueños, donde el espectador pasa a protagonista y viceversa.

Un perro andaluz Fumada de Luis Buñuel y Salvador Dalí

E

ste corto de 17 minutos es fiel representante de toda esa mancha de vanguardistas cinéfilos europeos que querían dar otra cosa más allá de una simple historia. Se dice que Luis Buñuel se preparaba para agarrar a piedrazos a todo aquel que se atrevía a abuchear a su nuevo corto creado en sociedad con el pintor Salvador Dalí.

La escena que desconcertó y hasta ahora causa cierto cosquilleo en el estómago se da cuando un peluquero, con una afilada navaja en la mano, corta el ojo a una dama que espera dicho acto sin una expresión, ni miedo, ni rechazo. Maestro.

DEPORTES

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La misteriosa muerte de Manuel Burga Último minuto: en circunstancias aún no esclarecidas, el presidente de la Federación Peruana de Fútbol, Manuel Burga Seoane, fue asesinado a puñaladas… se presume que fue un merecido ajuste de cuentas… Exclusiva de: Marco Gonzales Cadillo Diario “El Caucausita”

D

espiertas. Bostezas, te estiras. Tú, soñoliento aún, te las ingenias para sintonizar el Canal 4 y echar un vistazo, como todas las mañanas, al escote de Verónica Linares; sin embargo, para sorpresa tuya, en lugar de ella y sus voluptuosos senos, se encuentra frente a la pantalla el cargoso de Gonzalo Núñez. ¿Y ese pata qué hace ahí tan temprano? Si recién son las ¡5:40 a.m.!, te preguntas. De inmediato se enlazan vía microondas al Óvalo Gutiérrez. Cubierto con periódicos, sin zapatos y el terno sucio y arrugado, la cámara enfoca a un tipo tirado en el piso. “Bah, seguro que es un marca”, piensas. Pero no, ese hombre que yace inmóvil, frío, muerto, es él. Sí, Manuel Burga, al que mentamos la madre tantas veces en el estadio, el mismo que maldecimos luego de que la selección nacional era goleada tantas veces, él estaba finalmente muerto. En la cama, todavía no te recuperas de la noticia. Del tipo grasoso y esa barbita canosa al estilo de Beto Ortiz, quedó solo una billetera con doscientos dólares, el DNI y una tarjeta de crédito. La hipótesis del asalto es descartada por la Policía. En ese momento recuerdas las veces que Burga aseguraba que no renunciaría al cargo, que él estaba haciendo una buena gestión y que los malos resultados del fútbol peruano, eran solo números… Piensas en eso y otras cosas más, cuando la pantalla de la televisión cambia al color rojo y blanco y se lee: MENSAJE A LA NACIÓN… Increíble ¡Alan García! El tipo que debería refinanciar nuestra deuda con el Fondo Monetario Internacional aparece sentado en su escritorio a las 6:07 a.m., delante del mapa del Perú, lamentando el homicidio del dirigente. “Descansa en paz Manuel Burga, el Perú te llora. Tu muerte no quedará impune”, dice. Después queda solo un prolongado y molesto silencio.

A las 6:23 a.m., todos los canales informan sobre el asesinato de Burga. Un gran despliegue de reporteros en el Óvalo Gutiérrez, en la Videna, en las oficinas de la FPF y otro grupo encuestando a la gente en las calles. El rating está garantizado. Y como es de esperarse el Canal 9 emitirá un programa especial de Magaly Medina. Sí, hasta la propia “Urraca”, sin ampays ni trampays que ofrecer, anuncia una semblanza del dirigente y se anima a proponer en el cargo al “Nene” Teófilo Cubillas. Una cosa de locos. Por un momento, nos olvidamos de la gripe porcina, de Bagua, de los búfalos apristas, del TLC… de todo y de todos. Poco después del mediodía, todas las agencias internacionales informan sobre el asesinato de Burga. En solo cuestión de minutos el mismísimo presidente de la FIFA, Joseph Blatter, se pronuncia al respecto, desde su oficina, en Suiza. En ese inglés masticado y difícil, el rollizo personaje lamenta el homicidio del dirigente peruano y ordena que en todos los campeonatos del mundo se haga un minuto de silencio en su honor. Propone que la próxima Copa Mundial lleve el nombre de Manuel Burga Seoane y que fútbol peruano no participe en ninguna competencia internacional hasta que se esclarezca el crimen. *** “¡Cómo odio a Manuel Burga!”, alcanzas a decir. “Hace rato que se murió e igual sigue jodiendo al fútbol. ¿Por qué ahora?, justo cuando Universitario clasificó a los cuartos de final de la Copa Libertadores, justo cuando los nuevos “Jotitas” clasificaron al Mundial de Nigeria”.



Eran las 6:37 p.m. y la INTERPOL sindicaba como posibles responsables del asesinato de Manuel Burga al futbolista Claudio Pizarro, al periodista Philip Butters e increíblemente al Perú. Sí, a todo el país. Una suerte de Fuente Ovejuna”.

Y sigues: “Justo cuando “Chemo” del Solar decidió renunciar, justo ahora cuando los juergueros retornaban a alguien se le ocurre asesinar a Manuel Burga. ¿Por qué no lo mataron cuando Uruguay nos metió seis goles?”, preguntas indignado. Son las 6:37 p.m. y la INTERPOL sindica como posibles responsables del asesinato de Manuel Burga al futbolista Claudio Pizarro, al periodista Philip Butters e increíblemente al Perú. Sí, a todo el país. Una suerte de Fuente Ovejuna. Una hora después, el “Bombardero”, en un enlace en vivo y en directo, niega tal acusación y anuncia que demandará a la INTERPOL igual como lo hizo con la FPF. Inmediatamente después, desde el frontis del Canal 2, el periodista Philip Butters se encadena a la puerta de Frecuencia Latina para clamar por su inocencia y asegurar que se quejará ante la ONU por atentar con sus derechos fundamentales… Pasan segundos, minutos y el Perú no respondía a tamaña acusación. Ya casi a las 10:37 p.m., el timbre de tu casa suena repetidas veces. Sales de la cocina rápidamente y abres la puerta. Frente a ti están tres policías, te golpean con sus macanas y te esposan sin mediar palabra alguna. Golpeado y ensangrentado vas en la camioneta policial directo a la carceleta de Palacio de Justicia. El motivo: se te acusa de ser el culpable del asesinato de Manuel Burga. De repente, la fría sudoración que recorre tu piel, te advierte que morirás en el acto y el susto te despierta de la terrible pesadilla. Entonces te levantas sobresaltado y temblando de espanto. Y notas que estabas ahí, solo en tu cuarto. Todavía a oscuras... Es extraño, todo fue solo un mal sueño, pero... alguien toca la puerta, oyes a tu madre gritar “¡No se lo lleven!” y lo único que se te ocurre es abrir la ventana y escapar por el patio del perro, aunque sabes que tú no fuiste y no entiendes por qué cargas una pistola.

DEPORTES

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Narración contusa del clásico del fútbol peruano El narrador transcribe la narración espontánea de dos comentaristas deportivos quienes transmiten el clásico peruano desde un chifa de Lince. Texto de un hincha frustrado

B

ueno amigos, estamos aquí transmitiendo en vivo y en directo, mientras observamos un televisor instalado en el mostrador de un chifa, el encuentro de lo que será el partido de la fecha, nada menos que la dura batalla entre los compadres Alianza Lima y Universitario de Deportes en el Estadio Monumental de Ate. -Este esperado partido llega gracias al gentil auspicio de bodega “Pucho”, venta de abarrotes, kerosene, cemento, ladrillo y todo tipo de material deportivo, además tenemos una gama completa de medicina alternativa, cosméticos y reactivos para la detección de la gripe porcina. Av. Mendocita 722, la Victoria, a la vueltita del Matute no más. -Bueno Erick Osores, qué perspectivas te trae este partido tan esperado y, a la vez, tan calentado por los últimos acontecimientos, sobre todo de parte de la hinchada que causó desmanes, naturalmente se enfrentó a la policía, incluso hubo muertos, algunos heridos y muchos detenidos… -Estimado Raúl, esa no fue la hinchada sino los nativos de Bagua… pero en fin. Recibimos este partido con mucha expectativa, los que día a día vibramos con este deporte que mueve masas, mentalidades y nos hace olvidar por un momento los problemas de nuestro país que anda en crisis, con un poder judicial corrupto y que preocupa de manera sobrenatural… -Así es Erick, disculpa que te corte, pero ya salen a la cancha ambos equipos, cada uno con su banderola azul y crema respectivamente… -Así es, ambos equipos sostienen las polémicas banderolas que la ministra Cabanillas se esmeró en bordar, debido a que se descubrió que las pasadas devueltas eran falsas, aunque, no sabemos qué negociado hubo para que acepten estas nuevas, quizás, por ahí una rebaja en la deuda de la Sunat por parte de ambos equipos, o tal vez… -Disculpa que te corte Ercik, pero ya ambos capitanes se saludan, Alianza escoge el lado derecho de la cancha, al parecer Jayo jugará esta vez sin muletas y Solano se dispone a sacarse la famosa rodilla de titanio y todo queda listo: COMIENZA EL SUPERCLÁSICO AMIGOS Y AMIGAS, desde la señal deportiva de la patria, hablan

las imágenes del televisor del chifa PON-TÚ. -Va llevando Rainer Torres que pasa para… para nadie, la pelota se va fuera… el recogepelota no aparece… el árbitro corta el partido intempestivamente. Mientras tanto, si usted amigo choca su carro y está borracho, ve triple y no sabe qué hacer al ver una Fénix dentro de un pantalón dos tallas menores, traaaanquilo, tómese el pack de despistaje Red Cull, esta nueva fórmula consistente en cloromicitín desoxirrubonicleicidado adenosil disfofato con electrolitos es ideal para las carreteras mojadas y para esas noches donde la vida no vale nada… ya fuiste Cristian Meller. -Y retorna la pelota, Raúl Gastelumendi, anuncian que el profe Jeta Jeta Uribe se ofreció de recogebolas. El público aplaude. Montaño intenta sacar un lateral, pero lo faulean, al parecer fue leve, se para el potón, pero lo vuelven a faulear, le cae una botella de dama juana sobre la cabeza, Montaño recio se levanta, saca de todas maneras pero termina en el piso, la pelota no se detiene, sigue Corzo, pasa para Ciurliza, éste pasa para Jayo y Jayo parece que va a intentar un remate de larga distancia y PRUEBA y felizmente tapa su propio arquero, casi un autogolazo. El profe Acosta lo recrimina señalándole con su propio bastón, el público lo abuchea, ahí en la tribuna se puede ver a Cubillas, César Cueto y a Don Bieto Químper que hace una señal impúdica a la cámara… -Creo que el partido se va calentando... saca Forth Said, eleva demasiado la pelota, el balón pasa la tribuna sur… para caer de seguro en la Javier Prado… pero Jeta Jeta Uribe pasa otro balón… el arquero Bazán se prepara para el saque de meta, retrocede… ¿qué pasó? El arquero está en el suelo señores… veremos la repetición… al parecer resbaló por atrás y cayó de cabeza sobre el poste izquierdo que ven en sus pantallas, ahí vemos la sangre, vemos al árbitro Víctor Hugo Carrillo que le pregunta si puede continuar… las cámaras enfocan el rostro de Bazán... al parecer no va a

continuar porque hay un charco de sangre y se le ve claramente inconsciente… -En efecto Raúl, Bazán no puede continuar y será el segundo arquero que cambia la “U”, será oportunidad para Llontop que sorprendentemente ya estaba en el arco, como si presagiaba este accidente que esperamos no sea grave para el guardameta crema… ahí vemos que retiran en camilla al arquero, recogen además los guantes, de Bazán y una cáscara de plátano. -Efectivamente Gonzalo Iwasaki… y se reanuda el cotejo… pita el árbitro, Llontop le pega el balón con el borde externo lateral del cuero del chimpún del pie derecho justo en el pitón del balón que se eleva y cae en la mitad de la cancha… ahí vemos a Kopriva que la recibe de mano, el árbitro cobra, y es tiro de esquina Claro, con Claro es posible, recarga con nuestros 20 planes de llamadas por tarifa innecesaria donde ahorras más cuando no recargas y dispones de más mensajes de texto cuando pagas más y no dispones del plan juerga que te conviene sólo si es lunes a las 3 de la mañana… ahí saca, le pega con el borde derecho del empeine del pie que menos domina Jayo, vemos que sale otra vez el balón y Montaño sigue en el suelo, nadie le hace caso. -Saca Solano un lateral, lateral Electro Lima, ya sabe, pague ahora y reclame después. Recibe Nuñez de pecho, Kopriva se dispone a vengar un golpe que el “cenizo” le había propinado hace algunos años… Kopriva no logra su objetivo y recibe un gancho en la linfa por parte de un Núñez atorado (de toro). El árbitro se hace de la vista gorda, mientras Montaño sigue sobre el césped. El cabezón Reynoso aprovecha el descuido del árbitro para patear al potón colombiano que desde que inició el partido anda por los suelos… pero en fin, el partido tiene que seguir y es Waldir el que la toca… hace un pase del desprecio Movistar, Movistar, si tu teléfono se pierde, malogra o te lo roban, tu número y tu cuentaza sobreviven, seremos cojudos… Saca Maestri. -El partido se torna frío de pronto, pero el público empieza a levantarse. La hinchada occidente empieza con las olas, Don Bieto se ve muy bien acompañado por un caballo, ahí vemos también a Antauro y en el palco superior observamos a personalidades como Juan Diego Flores, Damaris, César Huamanchura y Leo Dan… -Y Alianza Lima de la mano del “Churre” ataca intempestivamente… lleva Corzo, pasa para Jayo, éste recibe la indicación de Acosta para que vaya en el lado correcto, y para no huevearse pasa para Kopriva, Montaño se levanta, se lleva a uno, a dos, pasa por el Avestruz Carti, Don Bieto besa su caballo, esto parece el primero de Alianza… y ¿¿¿qué pasó??? -¡¡¡Señores!!! La dueña del chifa PON-TÚ apagó el televisor... esto es un crimen Sckotiabanc, por ti, para mí, para tú, para yo… acéptalo Filly El chifa fue más que nosotros... hablaron las imágenes del televisor apagado. Con nosotros será hasta otra oportunidad, cuando transmitamos una emocionante partida de ajedrez con la emoción, locuacidad y bagajo (?) que nos caracteriza...

POESÍA

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ieja IV ón de Casa V ci a it b a h a n u alg Cartas desde aré para

provech e temprano, a m er u a. d e br m u cost ces mi ventan ve s ra ra o Hoy, que la d ta más lluvia ha visi r, siendo esto a in m a c contarte que la o ve e escribir oco o tan solo angustia. Qu la Que camino p ra a p dos ón i una tradic lápices olvida os ri va e d que nostalgia a lt fa solos ás difícil por xcesivamente e n so se ha hecho m os g in sobre Que los dom as de hablar n a g en mis libros. s la o m mo se enfría co me acabaste co o d n a cu y el almuerzo ió d per más cación se me ahora resulta e u Q ti. Que la vo o. n er vi época de in ones que nunca ci en n os ca rr s a su g ci y s a lo novel llorar con esa fácil echar a as vacía. a casa vez m tr en cu entendí. en e s . que la Casa constantemente te en ir br ec a d e se d o e n H ya Casa y las puertas perilla de la Que sus libros la r a ir g e d o. pánico asiado ampli em d es Solo oculto el , a or h e el sillón, a y verificar qu

V

Sobre el autor: Ilich Quispe (Lima, 1985) Estudió Literatura en la Universidad Nacional Federico Villarreal. Perteneció al Grupo Literario Verom Jusna. Es promotor cultural, organizó la I y II Jornadas Literarias “Caja de Resonancia” en los años 2004 y 2005 para el Centro Cultural de España y Municipalidad de Lima. Ha participado en varios recitales. Perteneció además a la organización de Novísima Verba Festival de Poesía Joven Internacional. Trabajó además en el sello Editorial LustraEditores. Ha publicado en diversas plaquette y revistas del medio. Ha participado en distintos recitales. Tiene (o tenía) un poemario en destrucción.

Y qué p tanta uedo hacer tristez c a en m on tanto a que es mor e p i silla n la c que cu eran, ocina entan histor que bu ia s en est can y claud s a celd ican v a i sin m ás do blanca com endo la pa ctrina red o que m el sol o r qué p ir por ue amor camin do hacer s ie ar qué p en la are stoy ciego n a se equeñ y o vien hace i qué su t mp oc s concur tancia extr onducen a osible a m re ña pr ovoca is ojos mi vo n z y la este v acío a di frente l que a tu p stancia de no po uerta der se guir e qué p n pie uedo h acer s pero s i on l o el te inútiles a as manos s l abri cho r vent olo saben e e ingr scribi anas es r e ir e ar como un mpap g o l pe ando aquel de lluvia / las fo tos qu suave y em e te r ecuerd pinada/ an

POESÍA

Pág. 23

A todas las luces que perdí Hoy extraño a Akita y a sus cartas que nunca llegaron Aún revolotea su aspecto de niña frágil, sus labios blancos junto a los míos Si supiera cuánto la he extrañado, cuántas veces corrí pensando su llegada La imaginé tocar la puerta, gritar mi nombre Abrazarme y partirme en mil como siempre lo hizo Para luego despedirse mientras yo sentía que no podía dejarla Akita, tú no ves que siempre estás llegando porque no viniste Tampoco sabes de los escritos que no te envié Ni del martilleo de este pájaro que hizo su nido en mis ojos y al costado de mi frente para que cada cierto tiempo te prepare la casa limpia Sin ningún borrón de los que acostumbro Corriste tan pronto Akita Akita tus trenzas se han enredado en esta puerta que nunca te ve llegar Me pide que te busque, pero ella y yo sabemos que jamás lo haré. Parece que dejaste todo encargado Listo para tu llegada Akita. Akita son las 3 de la mañana y le zurrarás a la noche que no termine Y los días que no pasan continúan haciendo carcajadas en mi ventana Van cuchicheando que fui yo quien te perdí cuando íbamos de paseo. El paseo no termina aún Akita Puedes volver Este corazón que no terminó de coserse No cierra los ojos…

Tus latidos Lo cierto es que en noches como aquellas A uno le provoca no vivir tanto Es como si la rapidez con la que se desnudaran los días tuviera el dolor de la vida fugada Akita tampoco viene a saludarme en esas noches Y a los pájaros se les da por gritar y a las visitas que nunca llegarán se les da por sentarse conmigo siempre en silencio Mientras Las calles se extasían de la frenética En esas noches tampoco llega ninguna carta, y es cuando Rose se sienta a mi lado y me dice que la letra tengo ya gótica Y olvido el nombre que nunca fue mío y recuerdo que me encuentro sola en una ciudad poblada de extraños Conmover es la palabra que necesito robar Y aun así la palabra es nada Conmover es lo que busco en los ojos de la niña que alguna vez fui y nunca deje de ser mientras todos crecían tan rápido, y yo fingía que también lo hacía Porque en noches diferentes a esta yo no sé si 10 es igual que 20, si 30 es diferente de 10 Si las mentiras de los días dejan de engañarme, y si juego a los naipes con la plusvalía de los años para reírme un poco Y los encuadres de la vida con sus ve despacio, sus vístete, péinate, abrígate, me parecen una invasión, un soportar…

Sobre la autora: Izhi Albo Narváez (1980 Qosco-Perú) Especialista en estudios literarios por la Universidad César Vallejo, ha publicado “Yanakilla” (2006) y “Mar adentro” (2008). Entre sus estudios se destacan los referidos a la iconografía andina cajamarquina.

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