RESEÑA DESARROLLO A ESCALA HUMANA DE MANFRED MAX-NEEF, ANTONIO ELIZALDE Y MARTÍN HOPENHAYN Jorge Enrique Guerrero Ruiz Maestría en Educación – Cohorte 11 2018
Al igual que en el artículo de Amartya Sen, los autores Max Neef, Elizalde y Hopenhayn, establecen que las teorías economicistas se encargan solamente de las acciones que puedan tener la economía en determinado lugar, mas no de las consecuencias de esas acciones, lo que conlleva a generar pobrezas, que como lo expresan los autores, no se puede limitar a una pobreza, sino a diferentes eventos que convergen en ella, la pobreza mental, pobreza de comunicación, de refugio, entre otras, ya que como consecuencia de la economía capitalista se esta segregando al ser a proporciones de desigualdad inalcanzables. En muchos países el desarrollo económico, miden su avance o crecimiento mediante la medición de la potencialización de adquisición de los bienes que tienen las personas, pero no de la calidad de las personas, aunque los autores están de acuerdo en que no es sencillo, medir la calidad de satisfacción de las necesidades de las personas conlleva a que se desarrollen otra serie de cuestionamientos que, no son sencillos de responder, puesto que nadie o nada puede definir las necesidades la persona X o la Y, por lo que la medición puede romper y establecer límites a necesidades que por historia ya son parte de las personas, pero que el alcance y satisfacción de las mismas, es decir el medio, ha cambiado de acuerdo a las herramientas que desarrollan con el tiempo. Por lo tanto, el desarrollo a escala humana debe verse en la perspectiva del ser y no de lo que puede ser adquirido, la educación puede lograr cambiar ese paradigma desde el entendimiento de las necesidades, no las básicas, porque ya son inherentes del ser, sino otras necesidades, que quizá, son para el deleite y mejoramiento de la calidad de vida, como simplemente para heredar las calidades de vida y no perderlas conforme la economía devastadora continua avasallando todo a su camino, convirtiendo a las personas en máquinas no pensantes, sino en consumidores propios sin mente.