Entrevista a Juan José Quilca 102 años – Urcuquí
Yo soy Juan José Quilca, tengo 102 años. El 24 de agosto ajusto 102 años. ¿Usted es de Urcuquí? Yo, nacido abajo, en San Eloy y salí a vivir aquí en la esquina y después me casé y acabé aquí, en La Recoleta. En la Hacienda San Eloy habían vivido mis papás, ahí no más, esta calle recto. Yo crecí ahí. ¿Qué producían en esa hacienda? Uy, aquí si se producía, primero el maíz, poroto, cebolla, ese chiquito que llaman matambre y ese chiquito que se envolvía en el maíz, camotes, papas, tomates. ¿Quiénes eran los dueños de San Eloy? Había sido dueño un David Andrade y que eso no conocí y quedó un señor Luis Andrade, él quedó dueño de San Eloy, él es el que vende la hacienda a un señor Cabrera de Carchi, a Rafael Cabrera. Con otro señor que había llegado de Ibarra que llegó ahí a la acequia en la Hoja Blanca, secando esa acequia se quedó ahí en la pobreza, la hacienda casi se le va, entonces, había llegado a deber 70 mil sucres y ponía a remate. Entonces, este señor del Carchi llamado Rafael Cabrera le compra San Eloy y me conoce y dice, me gusta. Pone en remate lo que tenía, señor Luis Andrade tenía bestias, harto y no había ningún camino para entrar. Por abajo un camino que andaban solo a pie, por ahí venía la familia que sabían ver las bestias, tenían bestias hartísimo. Una vez entré al ruedo a ver la pesebrera, ¿cuántos caballos sabrían entrar ahí?, San Eloy es grande, hartísimo es, en eso me crié, mis papás ya habían salido, aquí abajo, al tope no más quedamos. Ahí me crié y me casé, casado me pasé a la otra esquina. Recoleta mismo es hasta el panteón. ¿Usted es constructor de casas? Si, primerito era albañil, eso no me gustó, entonces mi papá viviendo me pone dos años de albañil con un maestro, señor lo que no le gusta, no le gusta, lo que le gusta, hace como quiera y entonces, en la guerra de San José se muere mi papá, de ahí me separé del maestro albañil y seguí trabajando de peón en Santa Isabel. Al año solamente soñando, soñando, soñaba de unos mueblecitos, pero no sabía nada, y de eso es que llegué al año y empecé a pellizcar alguna cosita y eso fue principio. En ese tiempo de todo sabían armar casas aquí, ahora ya no hay casas de tijeras de madera, ahora solo hay de cemento. Entonces, para armar casas de terraza, yo cogí solamente oyendo. Un maestro me decía, con oído bueno, oía desde lejos, pero ahora se me acabó el oído y más que esté a lado, no oigo. La vista es 4 años. En el año 97 me fui a la operación de la vista. (…)
¿En 1954 comenzó a hacer las casas? Sí, 54 me fui a hacer las casas, hice 10 por año, que no había señor que haga, no hubo, habiendo carpinteros decía el señor mayordomo general. Como ni en Urcuquí, ni en San Blas no hay ninguno, qué será, y le dicen el Quilca. Ese tiempo habían señores grandes, blancos y yo chiquitico y me ve, y que sería, yo de edad de 42 años. Fue en el 58, porque soy nacido en 1912. Comenzamos en San José, no había habido quien haiga para este trabajo, ni 10 casas, la garantía era bastante plata. Para mí la garantía no, pero Dios quiso que estos señores me habían visto bien, que yo hacía mi trabajito, compraba los palitos onde quiera, aserraba, buscaba un carrito y armando casas comencé a armar, después altar, después carrocería, habiendo carpinteros no eran capaces de armar altar, de armar carrocería. Armar casas se armaba, pero como se sabía hacer antes. El duque del cuarto, 3 puntos y yo me voy, no tenía como. Fui por San Ignacio, allá donde un amigo, en un patio había tenido el cañaveral. Señor, dios cuando quiere dar, yo tenía la frente, cómo ir escribiendo, cómo ir apuntando en la frente, el metro es lo que enseñan a nivel de escuadra. Ahora nadie sabe eso, con trazos en el suelo, con paredes, con duque. Yo hacía. Ahí en Santa Isabel hice. ¿Cómo les hizo las casas? Adobe, con paredes, antes se acostumbraban paredes de mano o de tapia que le dicen. Encima terminaban con adobe y así. La San José es todo tapia y terminaba con adobe, pared de mano para terminar, tenía que blanquear, es blanqueado, lucido, entablado, otros enladrillado, la casa solo de entrar a vivir con las camas nada más. ¿El tumbado le hacía con carrizo? Todo el tumbado, como no hacían terrazas, todo era cubierto, como queda una casa. Cómo es que en carrizo ponen la teja encima y se resbala y cae a la calle. Si dios me da la cabeza, si dios no ha dado cabeza para poner sombrero, sino para pensar. Me decían que dónde he aprendido, que quién me ha enseñado y yo decía que noche, de noche soñando. Aquí hay un altar, esto se llama sitial, el altar mayor. Hay dos altares, primero el de Santa Ignacio y luego el de San Blas. Yo hice el sitial, primerio el de San Ignacio y en San Blas dos, uno de la Virgen del Carmen y de Jesucristo del Gran Poder. En San José llegan a saber de mí, entonces hice la casa, me propone un hombre, Jorge Calderón, iba haciendo, el padrecito de aquí le invita a Caranqui, el de San Blas, el de aquí tres. Le toca al de Caranqui predicar y dice que estas cosas se viene considerando, se tiene que cuidar, esto hacen solamente en Cotacachi, en San Antonio de Ibarra, ahí hacen. ¿Usted se acuerda para quiénes eran esas casas, quiénes iban a vivir en esas casas? Uh, quiénes vivirían, estaban comenzando a vivir, y nos quitan. 50 casas, si había más de 50 familias. Casa familiar era. ¿Ellos trabajaban para la hacienda? Sí, 10 casas por año. Fueron 50 en total, ni hospital habían tenido. Ahí trabajé 3 años no más.
¿En San José hizo usted 50 casas en 5 años, pero no sabe exactamente quiénes fueron a vivir ahí? Si, 50 casas en 5 años y ¿quiénes también irían a vivir allí? Tanta familia que había, tanto vecino. ¿Se acuerda si San José sembraba caña? Sólo caña había, fábrica de azúcar ca, no había habido en ninguna parte y si no hacían Tababuela no habría habido nada aquí en el Imbabura. En San José había habido ya, produciendo azúcar, produciendo grano: maíz, poroto. Trigo no. ¿Usted conoció la maquinaria dónde hacían con la caña el azúcar en San José? En un patio, frente al trapiche votaban la caña y ahí le meten al trapiche, y ca como me fui a trabajar, la carpintería era en el patio, cualquiera dentraba y veía que estamos trabajando ahí, a mí me tocó el banco rectico a la puerta. Entraba el mayordomo, había una ventana. El administrador era Segundo Félix, mayordomo general era Víctor Alomía. El azucarero era un señor Víctor Herrera, que mandaba, ahí no mandaba ningún mayordomo, ningún administrador sino él. Y este señor me conoce en Santa Isabel, ahí manejaba dos haciendas en Santa Isabel, 7 en San Carlos 5 carretas y todito iban, este señor Víctor armaba trapiches, se va a Santa Isabel y me ve trabajando ahí, di la vuelta algún tiempo, por ahí por San José, iban a votar a toditos los que habían ahí, 5 carpinteros, quién no necesita de nadie, en Santa Isabel estaban dos haciendas que son Santa Isabel y San Carlos y con pura carreta y que eso se quiebra hoy y mañana, y carros no. Enteritos estaban, iban y venía, amanecían los carros y esos, doy la suerte, doy la vuelta por acá por Santa Isabel, La Unión, este señor Herrera, pregunta para qué tienen aquí tanto carpintero, qué hacen. Elías Alfaro era el maestro mayor, yo me voy más adentro, a mí me faltaba de cuerpo, de personería pero con mi sabiduría era todo. Quilca venga a la fábrica, me da haciendo esto. Me dan un chiquito para que me ayude a hacer, con herramienta de la hacienda, como la herramienta era de hacienda cogía, eso era yo como que fuera un oficial. Viene el maestro mayor y dice: Aníbal le da más trabajo al maestro Quilca. ¿Se acuerda usted de Jacinto Jijón y Caamaño dueño de San José? Sí, yo la fecha el año no me acuerdo, la guerra perdió él, la guerra por dentrar gobierno era, él no era por el gobierno, sino en compañía con un Lasso, de Ibarra para atrás hay una hacienda, esta familia Lasso. Me olvido no más. Él era para presidente, y como ha sido rico y amigo de don Jijón. Ese año se va al Ángel, conquista a la gente, cómo no ha de creer que este señor es bien rico, el primero de Imbabura, Urcuquí, San José, el azúcar no hay nada aquí, le hace bien a la gente. Trae a los de la Banda y les hace terminar en la Hoja Blanca. Antes no había carros, llegaba esa gente, con los platos destemplados, alcanzan a ver desde aquí que están llegando desde Ibarra los soldados. (Narra la llegada). Jijón murió después, si le encontraban estos enemigos en San José, lo mataban porque él era enemigo, así mismo si dios le ayudaba a ganar. Jijón daba toros en San Pedro y venía, 4 días se bailaba, 3 días los hombres y 1 día las mujeres, porque las mujeres limpiaban, yo también bailé 11 años, el último año ya no, ya no tenía los dedos y no fui.
¿Cuándo venía Jacinto cada año le hacían recibimiento? Uy, para recibir a él hacían arcos desde El Puente, esa loma de abajo que hay. Era bueno, este colegio es hecho por él, Manuel Jijón el hijo no sé, no hay nada hecho acá. Cuando quitamos las aguas. Había un Pedro Sanz, y por votaciones al último habíamos perdido, perdió Urcuquí, y este señor Pedro Sanz decía, señores urcuquireños, no crean que está perdida el agua, el agua es de ustedes, ustedes tienen los títulos de la acequia grande o chiquita que la llaman, pero Jacinto Jijón y Rafael Rosales no, no tienen, ¿qué título les van a dar?, es de Urcuquí el agua. San Blas tenía otra banda, eso no era pueblo, eso era barrio. Nosotros vuelta ya formando acá por la 24. Ahí se enteraron que los de Urcuquí éramos hartos, que estábamos por defensa del agua y que éramos bravos. ¿El material para las casas, de dónde traían? Ah, volvamos a las casas. Bueno, ahí quedó acabado, eso que iban a tumbar, yo tumbe 3, yo mismo, las últimas, qué dolor, esa madera. Se han llevado puertas, ventanas, las paredes todito. Eso ha dicho el gobierno, queremos vivienda, pero aquí ha habido casas. Hay que arreglar primero las casas que ha habido. ¿Entonces esas son las casas que usted construyó, las que están restauradas ahora? Sí, yo hice, 10 casas por año ya digo que no hace nadie. Una era de un señor que salvó al patrón en la guerra, venir estos enemigos de La Hoja Blanca para acá, a San José, había habido un negro llamado Avelino Anangonó, en caballo le lleva por 4 esquinas a Tumbabiro, y sale a ese pueblo Pablo Arenas que ahí ha habido un camino que baja a la Hacienda La Victoria. Sólo había sido el único amigo que tenía el señor Jijón, allá le lleva a esconder, por el agradecimiento de eso se acuerda el hijo y le da 3 casas y no pudo acabar y hizo una y media, y la plata ca no ha habido. ¿Se acuerda de la Hacienda San Eloy, esa estaba ya construida? Yo me acuerdo que yo mismo cambié la cubierta a San Eloy, habían tenido 2 pinos y eso en un jardincito le tapan y se secan, entonces ya me hizo aserrar, con eso tumbando y descubriéndole y cambiamos la cubierta de la casa. Había capilla en San Eloy No, no había capilla, sólo había esta iglesia, que es hecho, eso si no se, dicen que ha sido hecho de un papá de San Eloy, el papá del señor Luis Andrade era bien conocido, ya me conoció bien a mí, porque criados ahí ca, criados mi abuelitos, mis papás. Era bien conocido ese patrón, el papá era David Andrade, él dicen que había hecho esto. Pero ha hecho que bien. ¿San Eloy sembraba caña? Caña no más había, ahora es que no hay nada. Todo caña, todo caña, por esas lomas que le llaman El Churo, por ahí va una acequia, atrás hay una pampa que le llaman el terreno de Játiva, que es una
pampa. Ahora el agua ya no alcanza, parece rebajado. Ahora ya ni en San Eloy hay caña. Porotos de palo, eso no más tienen. ¿Cuál era la fiesta más grande aquí en el pueblo? San Juan y la Semana Santa. San Juan se acabó, todos bailaban, el adoquinado, el empedrado acabó con eso, porque ya empedrado no se podía bailar. Había otras haciendas, Alfonso Barba era dueño de El Puente, Jijón era católico y apoyaba la propuesta de Velasco Ibarra a la presidencia. Me acuerdo que en San José había 5 herreros, 5 carpinteros y 2 albañiles. Las casas yo dejaba todo listo, las puertas paradas y ellos solo colocaban las chapas. Cuando Jacinto Jijón venía, era como que llegara dios, la gente era capaz de cargarle. Desde los puentes hacían arcos, venía vestido de paisano. Era la consideración a Jacinto Jijón porque trajo la fábrica de azúcar a Imbabura, la de San José que fue primero, sino no habría habido Tababuela no habría nada acá. Había una hacienda más, la de San Juan, era de los mismos dueños de la de San José, el administrador terminaba el trabajo en San José y subía a San Juan. Esta gente a mí me tenían visto por mi trabajo. Yo tenía mis oficiales, ellos se pegan a uno desde chiquitos, yo mismo tenía que elegir los oficiales y entonces decía a los padres de familia que pusieran a uno de sus hijos y ellos siempre ponían al menor, yo preguntaba por el mayorcito, pero ellos decían que no, mandaban al menor. Con niños, cargar, cortar, aserrar, todo me tocaba hacer a mi solito porque no podían, no tenían fuerza. De San José por eso me habían venido a ver, porque ya conocían mi trabajo, me habían venido a buscar y mi mujer había dicho que el Quilca no está, que regresen a verme a las 6 de la tarde y le dijeron que ella como mujer decida y que si quería trabajar estuviera a la mañana allá, y fui. En ese tiempo el azúcar salía de San José, para eso había cargadores, negociantes con mulas. Esa ha sido mi vida, y tocar el tambor en la Semana Santa. 2da parte, entrevista TM. Usted trabajó en la Hacienda La Unión Sí, ahí hice una palizada de trapiche, melera, bodega con el señor Rigoberto Saa Jaramillo, él era dueño de ahí, ahora ca, quién será, acabado eso hice una capilla, armé, dejé haciendo eso. Para armar casas yo soy el primero aquí en Urcuquí, haciendo altares, carrocería, bus he hecho. Cogieron a Santa Isabel primerito el señor Iván Endara, ahora ya no vive ni él ni los hijos. Ellos eran de Santa Isabel, ahora quiénes serán, tampoco sé quiénes serán los dueños de La Unión ahora, pero de La Unión vine a San José, ahí vivía el señor Jacinto, Manuel. TM. Dice que hizo una capilla en La Unión No, hice palizada de madera, una bodega sólo de madera cubierta de ladrillo, como el señor había sido ingeniero hizo lo que le parece, yo con maderas y el albañil cerrando con ladrillos. De ahí ya me separé y vine a dar en San José.
TM. Recuerda los nombres de las personas que vivían en La Unión y qué hacían En La Unión había habido un trapiche, había trabajadores, un barrio enterito que llaman Tapiapamba, toda esa gente era criados acá, ahora ha de ser mejor. Yo en San José en el 54. TM. Ha escuchado algo sobre la Hacienda La Hoja Blanca Yo no he trabajado ahí, pero no es hacienda, terreno es, territorio que sembraban maíz. Ahí había la estación del tren, ahí era todo pura caña. Creo que la Hoja Blanca pertenecía al Puente, que era de un Señor Alfonso Barba, él había sido dueño también de Coñaquí, La Quesera, El Hospital, Añaburo y Piñán que ni conozco. TM. Conoce La Hoja Blanca Claro, aquisito no más es, por ahí andábamos antes a Ibarra a pie, ahora que hicieron esta carretera (se refiere a la nueva vía Urcuquí – Ibarra) quedó ahí, pero no le botan porque dicen que la gente de Tapiapamba todavía sale por ahí. La Hoja Blanca era de Alfonso Barba, era del Puente y Hoja Blanca es el nombre un terreno, de los llanos. Terreno de sembrar caña no más era, ahí había una casa empalizada que era la estación del tren TM. Recuerda de qué material estaba hecha la casa de la hacienda La Unión Era arregladita, buenas casas habían hecho para vivir el patrón. Era de eucalipto, todo eso era de eucalipto, así era ese tiempo, ahora ya no ocupan eucalipto, ahora es de cemento, vidrio, otras cosas. Para todo era eucalipto. Era hecho con pared de mano, lodo pisando, después ya hacían adobes, aquí en la Recoleta todavía hay casitas de pared de mano. TM. La Recoleta era parte de San Eloy Todo esto había sido San Eloy, el parque central, porque Urcuqui había sido arriba en la Plaza Vieja, pero eso hace cuántos años, ha habido terremoto y se ha acabado, de eso habían bajado acá, esto había sido del señor David Andrade y el hijo Luis Andrade, a él alcancé a conocer. David Andrade había dado esto para el pueblo, él mismo había hecho la Iglesia. TM. Ósea que esto (parque central) era San Eloy Sí, todo esto había sido, la Recoleta, desde el Municipio para allá todo es la Recoleta