El test del Árbol de Karl Koch es una prueba proyectiva interesante para analizar nuestra personalidad, así como nuestro universo emocional
subyacente. Por la facilidad de su aplicación es común que se use en niños; sin embargo, suele ser también una herramienta de autoanálisis bastante entretenida para intentar conocernos un poco mejor. El test del Árbol es conocido también como la prueba de Baum y fue desarrollada sobre los años 50 por un psicólogo llamado Charles Koch.Tiene ya bastantes años, pero su uso sigue siendo frecuente. Ahora bien, si decimos que esta prueba consiste únicamente en pedirle a un niño o a un adulto que dibuje un árbol con sus raíces, su tronco y su copa, es posible que más de uno de nuestros lectores duden casi al instante de la fiabilidad y validez de este instrumento. Las ventajas de la prueba del Test del Árbol es que puede administrarse rápidamente a una gran variedad de personas. Ofrece una información interesante sobre aspectos emocionales que más tarde, se comparará con el resultado de otras pruebas. Antes de llegar a esta conclusión, vale la pena tener en cuenta algún detalle. Las pruebas proyectivas constituyen un tipo de instrumento clínico bastante útil. Gracias a ellas, logramos recavar diversos datos sobre cómo las personas perciben, entienden y manejan su mundo. Así, instrumentos como el test de Rorschach, el test del hombre bajo la lluvia o el test del Árbol resultan muy eficaces como pruebas complementarias (no exclusivas) que podemos usar junto a muchas otras.
Por otro lado, y como simple curiosidad, cabe señalar que el doctor Koch eligió esta figura para diseñar su prueba diagnóstica por el simbolismo que tienen los árboles. Todas las culturas, todos los países tienen en los árboles una referencia entre mitológica y totémica, que se enraíza mucho en el ser humano sin importar la edad. Intentar plasmarlos, intentar dibujarlos es casi como sacar al exterior las luces y las sombras que llevamos dentro…
¿Qué evalúa el test del Árbol de Koch? El test del Árbol de Kosch, al igual que todo ejercicio que nos obligue a hacer un dibujo, a elegir unos colores, a crear una figura de la nada plasmándola en una hoja en blanco, ofrece unas pistas sobre el estilo de nuestra personalidad. Asimismo, también denota un estado emocional determinado.
Mide también la estabilidad de la persona, la presencia o no de conflictos
internos, su vulnerabilidad y su sensibilidad. Por otro lado, ciertas corrientes psicológicas, como el psicoanálisis, indican que esta prueba revela también la estructura de la psique o contenido de nuestro inconsciente.
Asimismo, tal y como nos revela un estudio reciente de la Universidad de Bolonia y publicado en la revista Behavioural Neurology que la prueba de Baum o el test del árbol de Koch ha resultado ser muy eficaz para diagnosticar discapacidades cognitivas e incluso principios de demencias. Se ha visto por ejemplo que los árboles dibujados por pacientes con deterioro cognitivo o principio de Alzheimer son diferentes a los dibujados por sujetos sanos. Tanto las copas de los árboles, como el tamaño y la
uniformidad aparecen como muestras de ese declive cerebral tan característico en las demencias.
¿Cómo se aplica? El test del Árbol puede aplicarse a cualquier persona a partir de los 5 o 6 años. Solo se requiere que el niño o el adulto tenga ciertas habilidades
motoras básicas para dibujar.
Se le da a la persona unas hojas en blanco, lápices de colores y goma de borrar.
Se le pide que dibuje un árbol, con sus raíces, su tronco, las ramas, etc.
En el caso de que los pacientes sean niños de 5 o 6 años, les pediremos que hagan dos dibujos. El primero será de estilo libre: “dibuja el árbol que tú quieras, uno a tu gusto”, les diremos. Más tarde, les indicaremos que hagan un nuevo dibujo, y que ahora el árbol sea diferente al primero. De ese modo contaremos con dos dibujos para poder hacer mejor la evaluación. El tiempo estimado va entre los 10 minutos y la media hora. Lo que necesite cada persona.
¿Cómo se analiza el test del Árbol? Nos tenderemos que fijar en diferentes elementos:
Suelo
Un dibujo donde no hay línea de suelo o raíces puede indicar falta de estabilidad emocional y personal en el paciente.
Las raíces desproporcionadas y con forma de rayos también ser un indicador de problemas, contención emocional, rabia y desarraigo.
Tronco
Un tronco muy delgado: se asocia a personas muy sensibles y delicadas o, por otro lado, puede denotar la presencia de tensiones o demandas externas que alteran la calma y el bienestar del paciente.
Un tronco muy ancho: personas impulsivas, con alta emotividad y poca capacidad de autocontrol.
Un tronco de proporciones normales denota equilibrio interno.
Tronco formado por líneas rectas: persona correcta, con buena capacidad
de abstracción.
Tronco de líneas onduladas: persona sociable, dulce y que no tiene problemas de sociabilidad.
Troncos con dilataciones, oquedades, tachones, puntas que sobresalen: presencia de miedos, traumas, emociones contenidas, inhibición…
La copa La copa de los árboles refleja la interacción con el medio físico y exterior. Mientras las raíces y el tronco se relacionan más con el mundo
interior y emocional, las ramas se supone que representan ya otro nivel psíquico.
Copa pequeña: los niños de hasta 9 años siempre dibujan copas pequeñas, es algo normal. Pueden denotar inmadurez, relación con el mundo infantil.
Copa grande: puede decirnos que la persona que ha hecho el dibujo cuenta con gran fantasía, entusiasmo o incluso que puede tener un punto más destacado de narcisismo.
Árbol sin copa: puede decirnos que la persona que ha hecho el dibujo cuenta con una falta de desarrollo, posible problema cognitivo.
Copa en espiral: puede tratarse de una persona comunicativa, con buen
gusto, delicada.
Copa en forma de rayos o varas: persona terca, impulsiva, con cierta rabia o sentimientos desafiantes.
Copa con hojas: persona vivaz.
Copa con frutos: persona con objetivos y deseos que cumplir.
A estos valores descritos se le añaden muchos más, como la aparición de otros “accesorios” como casas, pájaros, colinas… Es decir, detalles no demandados por el psicólogo que también pueden aportar información relevante. Asimismo, también es bueno tener en cuenta los colores elegidos para pintar el árbol e incluso el tamaño de las figuras. Además, elementos como ramas cortadas, agujeros o heridas en los troncos, falta de raíces o la presencia de colores oscuros pueden llamar
nuestra atención. Todo ello revelaría la presencia de posibles traumas. Sin embargo, como hemos señalado al inicio, el test de Árbol no se utiliza como única prueba diagnóstica. Hablamos de una herramienta interesante, que junto con algunas otras, nos puede ayudar a recabar información para dar un diagnóstico final más preciso.
¿Es fiable la prueba del árbol de Koch? Tal y como hemos señalado a lo largo del artículo, esta herramienta complementaria de la práctica clínica es tan utilizada como válida. Los
psicólogos, pisquiatras, médicos y pedagogos recurren a ella por su
sencillez y por el gran valor informativo que puede darnos sobre el mundo emocional de adultos y sobre todo niños. Así, y solo como ejemplo, cabe destacar el estudio realizado por el doctor Yutaka Hatano de la Universidad de Kioto. El trabajo fue publicado en la Japanese Journal of Clinical Oncology, y gracias a él, quedó en evidencia, por ejemplo, que esta prueba es muy utilizada en los departamentos de oncología infantil para valorar el estado emocional de los pequeños. En la muestra analizada se pudo ver que la gran mayoría de
los niños enfermos se muestran esperanzados con su recuperación, y así lo demostraron en la forma, calidad y originalidad de los árboles dibujados…