Gerardo Ismael Lugo Brito 6° A Literatura Española IV
Análisis de los poemas de Antonio Machado
Antonio Machado fue un poeta español (el más joven de la generación del 98) en cuya poesía se ven reflejados varios aspectos de la decadencia de la España tras la llamada crisis del 98, tras perder sus últimas colonias de ultramar y finalizar así el imperio español para posteriormente instaurar la primera república. Y el cambio que esto acarrearía a la sociedad española de principios de siglo XX. Asimismo, su obra posee notablemente la influencia del modernismo, que ya en dicha época se encontraba en expansión en Hispanoamérica y España. Su poesía, de igual manera, combina rasgos entre el simbolismo (posiblemente influenciado por el simbolismo francés) y el romanticismo; denotando a su vez, una carga de elementos que rememoran la España renacentista, los tópicos naturales e idílicos son marcadamente visibles en su poesía como se verá a continuación: En el poema XI de Soledades, galerías y otros poemas se aprecia una descripción campestre. Las imágenes del campo se ven poco a poco oscurecidas y casi ennegrecidas por una capa de melancolía y decadentismo. Se puede relacionar esto a la España de la época. Después de gozar siendo uno de los mayores imperios, poco a poco va decayendo hasta convertirse en una sombra de lo que alguna vez fue. “Yo voy soñando caminos / de la tarde. ¡Las colinas / doradas, los verdes pinos, / las polvorientas encinas!... […] Y todo el campo un momento / se queda, mudo y sombrío, / meditando. Suena el viento / en los álamos del río. /La tarde más se oscurece…” (Machado, 1907, p.118). Otro aspecto que se deja ver en la poesía de Machado es el uso de tópicos empleados en la poesía renacentista, el limonero, la fuente, los frutos de oro, la primavera, el veranos, por mencionar algunos que, en este aspecto, rememoran la forma del amor cortés, los lugares de la entrega amorosa y los elementos naturales que forman parte de dicha entrega.
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“El limonero lánguido suspende / una pálida rama polvorienta / sobre el encanto de la fuente limpia, / y allá en el fondo sueñan / los frutos de oro... / Es una tarde clara, / casi de primavera, / tibia tarde de marzo / que el hálito de abril cercano lleva; / y estoy solo, en el patio silencioso, / buscando una ilusión cándida y vieja…” (Machado, 1907, p. 94). Esta tendencia a utilizar dichos elementos se ve presente en muchos de sus poemas posteriores como el LIX: “Anoche cuando dormía / soñé ¡bendita ilusión! / que una fontana fluía / dentro de mi corazón. / Di: ¿por qué acequia escondida, / agua, vienes hasta mí, / manantial de nueva vida…” (Machado, 1907, p. 120). Tras continuar con el análisis podemos observar tintes autobiográficos, ya que el poema Retrato, hace un recorrido por su infancia en Sevilla y su juventud en Castilla, así como por la literatura española, esto al traer a su poema figuras como el marqués de Bradomín (un personaje de ficción creado por Ramón María del ValleInclán) y Mañara, una figura histórica de su natal Sevilla. De igual manera, en este poema se encuentra una discusión interna puesto que el modernismo ya había llegado a España y las corrientes anteriores a esta comenzaban a dar paso a la nueva tendencia, por la cual, Machado se siente a gusto, pues admira la moderna estética y la renovación que la corriente trae a la poesía y al arte, sin embargo, tras decir lo anterior, no se dice ser partícipe de dicho estilo artístico. De igual manera, dice desdeñar las romanzas y alabanzas a la luna (tópico recurrente empleado en el romanticismo y sobre explotado). Aquí también, Machado se pregunta a sí mismo si es clásico o romántico, y se responde a sí mismo, con no saberlo. “Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, / y un huerto claro donde madura el limonero; / mi juventud, veinte años en tierras de Castilla; / mi historia, algunos casos que recordar no quiero. / Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido […] Adoro la hermosura, y en la moderna estética […] mas no amo los afeites de la actual cosmética, […] Desdeño las romanzas de los tenores huecos / y el coro de
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los grillos que cantan a la luna […] ¿Soy clásico o romántico? No sé…” (Machado, Campos de Sevilla, p. 122). Para finalizar con el análisis, la parte simbolista y hasta existencialista del poeta se deja ver en una serie de proverbios que de manera filosófica aluden a la búsqueda interna y a las preguntas de corte existencialista. De esta manera podemos aludir a que Machado fue un poeta dinámico que supo aprovechar los distintos hechos y movimientos de su época para emplearlos en la renovación de su poética. Asimismo, mostrando el aspecto social en la que se encontraba su país tras la serie de crisis y revueltas que se registrarían en los posteriores años hasta su muerte en 1939 bajo la imposición de la segunda republica.