SUPERIORE GENERALE
CONGREGAZIONE DEI SACERDOTI DEL SACRO CUORE DI GESÙ ________ Roma, 17 Junio 2009 Prot. N. 0176/2009 Queridos cohermanos: Queridas hermanas, queridos hermanos de la Familia Dehoniana: El Corazón de Cristo sea vuestra paz. La fiesta litúrgica del Corazón de Jesús la celebramos, este año, a los pocos días de la conclusión del XXII Capítulo General de nuestra Congregación. Los participantes a este Capítulo General de la Congregación de los Sacerdotes del Corazón de Jesús, han vivido un rica experiencia de comunión ardor misionero, dejándose tocar por la llamada de Pablo: “Caritas Christi urget nos!” Esta experiencia lleva a una acentuación explícita de la centralidad del amor del Corazón de Cristo reafirmando que, nuestra vida y la vida de la Congregación, tienen sentido sólo si estamos dispuestos, como el P Dehon, a vivir y morir por Él. Tenemos la oportunidad de enviaros el texto final del Capítulo, que orientará el programa del próximo sexenio en la Congregación y en sus Entidades. Creemos que puede ser fuente de inspiración, también, para las comunidades locales, la vida personal de cada religioso, así como para los hermanos y hermanas de la Familia Dehoniana. Este documento recoge los resultados de las reflexiones capitulares, no pretende abarcar todos los sectores de la vida de la Congregación, sino presentar algunas elegidas y orientaciones concretas para responder a algunos de los desafíos, que vemos particularmente activos en estos momentos de la vida de la Congregación. Aprovechando el texto conclusivo del Capítulo, aprovechamos la ocasión para ofreceros a cada uno de vosotros, el augurio de una buena fiesta del Corazón de Jesús, que pueda ser celebrada alrededor del altar, en el que Cristo nos reúne en el don total de sí mismo consumado en la cruz. Mirando hacia el crucifijo contemplaremos “ a aquel que han traspasado”, y renovaremos el compromiso de seguirlo y anunciarlo según la vocación de cada uno. Este año, la solemnidad del Corazón de Jesús señala, también, el comienzo de año sacerdotal que el Papa abrirá en la celebración vespertina de la fiesta, un año para “ayudar a entender cada vez más la importancia del cometido y de la misión del sacerdote en la Iglesia y en la sociedad contemporánea”. La Iglesia pide la oración de todos los fieles, para que se renueve en los sacerdotes la alegría del servicio y la fidelidad, a ejemplo de la fidelidad del propio Cristo. En Él, centro de nuestra vida, os saludamos fraternalmente. P. José Ornelas Carvalho, scj Superior General Via Casale di San Pio V, 20 00165 – Roma Italia
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Anexo 1 - Prot. N. 0176/2009 XXII CAPÍTULO GENERAL Roma, 18 mayo – 11 junio 2009 Texto final aprobado el 10 junio 2009
CONGREGADOS POR EL CORAZÓN DE CRISTO Y APREMIADOS POR ÉL Reunidos en el XXII Capítulo General hemos advertido la necesidad impelente de experimentar en nuestras vidas el amor de Cristo, que supera toda ciencia (Ef 3,19) y comunicarlo a todos, traducido con la vida y la palabra en los contextos más diversos. En el XX Capítulo General, que tenía por tema: “Nosotros Congregación al servicio de la misión”, se ha acentuado la primera parte del título: “Nosotros congregación”. El XXI Capítulo General, hemos profundizado en la segunda parte que mira más a nuestra misión. El XXII Capítulo General fija la atención sobre “Él”: Cristo al centro, que nos une en fraternidad y nos apremia a vivir y anunciar el Evangelio de la caridad. Nos dejamos “empujar por el amor de Cristo” para que nuestra vida fraterna sea transparencia cotidiana de su caridad y el servicio apostólico, la proximidad encarnada de quien nos ha prometido: “Yo estoy con vosotros, todos los días” (Mt 28,20). Su presencia es fiel a nuestro lado, pero más aún en el centro de nuestra vida, tanto de hacernos exclamar como Pablo: “No soy yo quien vivo, es Cristo quien vive en mí” (Gal 2, 20). El amor de Cristo nos empuja (2Cor 5, 14), sobre todo a la conversión del corazón, para obedecer a su misión con una libertad más grande, con la conciencia serena de que sin Él no podemos hacer nada. A. CRISTO EN EL CENTRO DE NUESTA VIDA El P. Dehon nos ha enseñado a “hacer de la unión con Cristo, en su amor al Padre y por los hombres, el principio y el centro de nuestra historia…” y “a descubrir cada vez más la persona de Cristo y le misterio de su Corazón” (Cost. 17). Esta unión a Cristo, que por amor ha entregado su vida, ha marcado profundamente su experiencia espiritual. Apasionado de Él y de su Corazón, al final del su vida podía decir: “por Él vivo y por Él muero”. Siguiendo al P. Dehon, como modelo histórico de nuestra consagración, queremos vivir como apasionados por Cristo, para que Él sea el centro de nuestra vida, de nuestra existencia personal, de nuestras comunidades y del servicio apostólico. Esto conlleva para nosotros un camino permanente de conversión y de formación: del individualismo a la fraternidad, del activismo al abandono, del egoísmo a la oblatividad, del formalismo exterior a la adoración como actitud del corazón. El patrimonio espiritual consignado por el P. Dehon a la Iglesia, del que somos responsablemente herederos, es el don particular de gracia dirigido a nosotros, que nos pone en camino y nos indica la senda para que Cristo sea el centro de nuestra vida. Él es la vid, nosotros los sarmientos (Jn 15, 5), sólo así es posible “dar muchos frutos”. Si Cristo está al centro de la vida de las personas y de las comunidades, cambia la agenda, cambia el horario, cambian las relaciones. Nuestras comunidades se dan el tiempo para compartir la lectio divina, celebran juntas la eucaristía, invitan a los fieles a la adoración para la que se reúnen cotidianamente, comparten bienes y recursos y, “juntos toman el alimento con alegría y sencillez de corazón” (cf. Hch 2, 46). La reflexión capitular nos ha llevado a dedicar una atención privilegiada a la formación como proceso permanente que implica a cada uno y a las comunidades, y a la profundización de la riqueza que se nos ha dado de la vida y de la obra del P. Dehon.
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1. Espiritualidad dehoniana y formación La riqueza espiritual heredada del P. Dehon es una realidad, pero también un largo camino. La meta de la formación, inicial y permanente, es siempre la misma: Cristo al centro de nuestra vida, ayer, hoy y siempre; cambian, es cierto, las condiciones en el tiempo y en las culturas. Los programas de formación inicial elaborados por las Entidades, prevén recorridos de estudio y experiencias encaminados a interiorizar la espiritualidad dehoniana. El capítulo retiene necesaria una revisión de Ratio formationis generalis, en la que ha de tenerse en cuenta: a) Las situaciones cambiadas del contexto social eclesial y comunitario; b) La profundización teológica de la espiritualidad dehoniana. Lo mismo deberán hacer las Entidades con su Ratio formationis, ajustándola a la Ratio formationis generalis. El Capítulo recomienda que, cada entidad comprenda en su Proyecto apostólico /Proyecto de vida, un programa de formación permanente. En él se tendrán en cuenta las exigencias del presbiterado dehoniano, en el contexto de la Vida religiosa. 2. Profundización teológica de la espiritualidad dehoniana Nos sentimos comprometidos a un estudio profundizado de nuestra espiritualidad, y por esto queremos valorizar la Comisión Teológica (CT), que será formada por personas competentes provenientes de todas las áreas neoculturales, donde la Congregación se halla y el Centro de Estudios Dehonianos (CSD). El Capitulo invita a cada entidad a constituir comisiones, centros de estudios, a nivel local, que promuevan el estudio y la divulgación de la vida y obras del P. Dehon, de la espiritualidad, con relación al servicio apostólico. El Gobierno General (GG) dispondrá bolsas de estudio para sostener proyectos de investigación sobre la personalidad del P. Dehon o sobrela espiritualidad dehoniana presentados por la CT. 3. Centro de estudios dehonianos El Capítulo recomienda a las entidades a dar la máxima colaboración al GG para el que Centro de estudios dehonianos se dote de los recursos necesarios, en personal y medios, para conservar, estudiar, editar y divulgar los contenidos de la obra del P. Dehon y del mismo CSD. En particular: a) Completar la digitalización de los textos y de las imágenes, la verificación crítica, la archivación informatizada, el acceso telemático y la divulgación; b) Elaborar una biografía crítica del P. Dehon: c) Coordinar la traducción de las obras mayores del P. Dehon; d) Preparar una antología temática de las obras del P. Dehon; e) Organizar, en colaboración con la CT, simposios continentales para la profundización de la vida y obras del P. Dehon; f) Valorizar los resultados del trabajo del CSD, sacando esquemas para ejercicios espirituales y cursos de estudio que el GG organizará valiéndose de la colaboración de la CT. El GG encargará a un coordinador general para que, en relación con el GG, acompañe al CSD en el desarrollo de sus funciones, asegurándole las condiciones de trabajo. B. CRISTO NOS UNE EN FRATERNIDAD La vida fraterna en comunidad es fundamental como testimonio del amor de Cristo y la Comunidad y el primer sujeto apostólico. El primer lugar de identificación, para nosotros, es la vida fraterna en comunidad, que precede y anima el servicio apostólico individual. Éste, por vocación propia, tiene su primer destinatario en el pueblo de Dios, con el cual compartimos tierra e historia, especialmente con los más pobres. El primado de una vida fraterna y solidaria nos libera de la necesidad de poseer y nos hace apreciar nuestra relación con cristo y con las personas. La pobreza, por tanto, es para nosotros expresión de la caridad
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que nos mueve a buscar en Cristo el único necesario. Conduce, pues, a cada uno y a las comunidades a un estilo de vida sobrio y laborioso. La lectura evangélica del P. Dehon valoriza la dimensión de la fraternidad y de la comunidad y la traduce en el “Sint unum”(cf. Cost 63). La comunidad fraterna es para nosotros la primera forma de apostolado (Cost 60), lugar de crecimiento humano y apoyo para la conversión. La reflexión capitular nos hallevado a dedicar una atención privilegiada a aquel rasgo particular de la fraternidad que se manifiesta en la condivisión, de los bienes, pero también de las relaciones y de los recursos espirituales. La interculturalidad y la multinacionalidad son un dato de la sociedad y también de la Congregación. Es un fenómeno que afecta también a los contextos mayormente marcados por la pobreza. Esto conlleva una llamada a todas nuestras comunidades, para que se abran ulteriormente a la hospitalidad internacional. El sustentamiento recíproco y la interdependencia a todos los niveles, también en la búsqueda de vocaciones y en la necesidad de personal, nos piden saber dar, saber pedir y saber recibir: recursos materiales y económicos, talentos, y sobre todo pasión por Cristo y por su Reino. La pobreza para nosotros es sobriedad en el tenor de vida, condivisión y dependencia recíproca. Ella es para la misión y la condivisión para la fraternidad. La Administración de bienes, nos hemos dicho, es también, es el ejercicio de la fraternidad, y por tanto es necesario que nos formemos para una “caridad inteligente”. 4. Colaboración internacional para la formación La dimensión internacional de nuestra congregación se refleja cada vez más en nuestras comunidades. Los superiores mayores de las entidades, se encuentre por tanto a nivel continental para valorar la oportunidad, y proceder a la realización de proyectos interprovinciales de formación (estudio o experiencias), tanto inicial como permanente. El Capitulo recomienda el conocimiento de culturas diversas de la propia y de las lenguas. Con el este fin, las entidades acojan a los hermanos que piden ser hospedados y prevén el conocimiento de una segunda lengua en la Ratio formationis. Programas de este tipo serán previstos en el balance de previsiones. 5. Colaboración internacional para la misión Prevean las entidades en su Proyecto apostólico / Proyecto de vida, el intercambio de personal recíproco y se organicen para integrar en la vida de las propias comunidades cohermanos que, proviniendo de otras entidades, pidan tomar parte temporalmente para colaborar en la misión. El GG coordinará las disponibilidades para la misión provenientes de las entidades. Los Consejeros generales promuevan, cada uno en área neocultural que les ha sido encomendada, la realización de proyectos comunes o en red, entre las diversas entidades del territorio. El Capítulo recomienda al GG hacerse garante de la realización de los encuentros a nivel general y continental entre los cohermanos que trabajan en un mismo sector. 6. Solidaridad, autofinanciación e interdependencia La interdependencia es un hecho, la solidaridad un imperativo, y la autofinanciación un objetivo relacionada con ella. GG verificará que todas las entidades constituyan una caja común, administrada por el directivo de la entidad, para hacer efectivas la condivisión y la solidaridad. Todas las entidades participan en la solidaridad recíproca y contribuyen a ella: a) Con la contribución, al menos del 1% de las propias disponibilidades financieras, a la Administración general AG, para las necesidades generales de la Congregación. b) Mediante donaciones libres al Fondo de ayudas generales (FAG); c) En forma de acuerdos de ayuda bilateral, de los que se informará al GG. Las entidades establezcan un límite de acumulación de reservas financieras y, después de haber valorado la situación mantener un depósito prudente, den cuanto sobra a proyectos de solidaridad, coordinados por el GG. La interdependencia y la solidaridad se manifiestan también:
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a) En proyectos de inversiones comunes entre las entidades y con la AG; b) En la coordinación, por parte del AG, de iniciativas encauzadas a la búsqueda de fondos (fund raising); c) En un plan para ayudar a las entidades a garantizar los cuidados necesarios y un contexto fraterno y digno para los cohermanos ancianos y enfermos; d) En el desarrollo de los planes para guiar a las entidades a la autonomía económica. 7. Programación y transparencia El balance de previsión es el instrumento ordinario de administración para las comunidades y entidades. La programación a breve, a medio y largo plazos es necesaria a todos los niveles. En particular, la programación trienal es necesaria para todas las entidades y para el GG. La transparencia en la administración es esencial para la condivisión. Por tanto: a) Los ecónomos locales informen y consulten sus comunidades; b) Las comunidades y entidades comunican su balance a la administración superior. 8. Competencia y servicio La administración de los bienes es ejercicio de la comunidad. Por ello es necesaria la formación inicial y permanente. a) Desarrollo de las actitudes de condivisión y participación; b) Ayude a todos a comprender el servicio del ecónomo como un ministerio. Las entidades y el GG organizarán a nivel de sus competencias, cursos de formación para superiores y ecónomos a quien es llamado a ejercer una tarea de responsabilidad en la administración de los bienes. Dada la complejidad de la administración de los bienes se hace necesaria el asesoramiento y a veces el tener al lado seglares competentes. C. CRISTO NOS APREMIA A ANUNCIAR EL EVANGELIO La experiencia del amor de Dios en nuestra vida – la misma del P. Dehon, centrada en su unión íntima con el Corazón de Cristo (Cost 4) – nos empuja a anunciar y trabajar por “el Reino del Corazón de Cristo en las lamas y en la sociedad”. La comunidad es el sujeto primero de la misión y la vida fraterna – comprometida y gozosa – su primera expresión. Nuestras comunidades están llamadas a discernir cuál es para ellas la misión en un contexto social y eclesial en muchos aspectos nuevos y siempre renovándose. Nuestras comunidades son todas y en todo misioneras cuando dejar ver cuanto es “hermoso y agradable que los hermanos vivan juntos”(Sal 133, 1), cuando son acogedoras y hospitalarias. La reflexión en el Capítulo nos ha llevado a buscar las líneas proyectuales con las cuales vivir hoy la invitación del P. Dehon de “ir al pueblo”, para “construir una civilización de la inteligencia y del corazón”. Conscientes responsablemente de nuestra insuficiencia, renunciamos a la pretensión de responder a todas las numerosas e insistentes llamadas de la caridad que el hoy nos presenta, y reconozcamos algunas hacia las que nos sentimos empujados por el amor de Cristo. 9. Juntos para la misión En el anuncio del Evangelio, con los acentos tomados del P. Dehon y desarrollados en la historia de la Congregación, no estamos solos, ni individualmente ni las comunidades. Por tanto cultivaremos el implicar y la participación de los seglares y de los consagrados, en particular de quien forma parte con nosotros de la familia dehoniana. El capítulo anima la missio inter gentes en áreas geográficas nuevas para nosotros. Tales proyectos de misión: a) Privilegiarán la colaboración entre entidades; b) Exigen preparación del personal que se enviará;
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c) Requieren planificación de los recursos. El GG dedique una atención especial a las misiones más recientes (Albania y Países del Este europeo, Angola, Vietnam) por ejemplo con repetidas visitas, frecuente información dada a la Congregación, orden del día en el Consejo General. El Capítulo anima los proyectos del Chad, China y Paraguay. 10. Proyectos La pasión e inteligencia con que vivimos el servicio apostólico nos esigen saber proyectar. Cada comunidad y cada entidad por tanto, elaboran, en el discernimiento común, un Proyecto apostólico, revisado anualmente en las comunidades y en las provincias, con ocasión del capítulo. Para una proyectación realística es necesario individuar la petición de espiritualidad y misión que proviene del mundo de los adultos. El capítulo recomienda al GG: a) La elaboración de un modo de presencia dehoniana en la sociedad secularizada, en particular un “Proyecto Europa”, para una nueva evangelización del continente; b) La convocación de una Conferencia general sobre temas de la educación y de la cultura y sus conexiones. 11. Ámbitos privilegiados Los ámbitos de nuestro servicio apostólico varían en dependencia del contexto cultural, en el que trabajamos. Hemos reconocido algunas convergencias: a) El servicio a los pobres y marginados, en el que vivir con ellos precede al trabajar por ellos; b) Ámbitos en los que sea posible encontrar a los jóvenes (emigrantes, familias, grupos juveniles locales; educación, escuela, universidad; los movimientos; los media, Internet); c) Contextos de avanzada secularización, donde encontramos a quienes han renunciado al Evangelio porque no lo han oído resonar como algo vital para ellos: d) Las parroquias, expresión de la más amplia variedad del Pueblo de Dios y de las situaciones de la vida; e) La participación en los proyectos orientados a justicia y paz, a la salvaguardia de la creación. 12. Estrategias de pastoral juvenil y vocacional Creemos en el valor de la espiritualidad dehoniana para la Iglesia y el mundo de hoy; por ellos nos dirigimos a los jóvenes para implicarlos en la misión, a través: a) Proyectos de servicio / misión para proponer a los jóvenes, individualmente o en grupo, con la participación de jóvenes religiosos dehonianos; b) Constitución de grupos juveniles dehonianos; c) Propuestas audaces explícitamente vocacionales con ayuda de seglares; d) Comunidades acogedoras y si, es oportuno, una comunidad de acogida a nivel provincial; e) Creación de ocasiones / lugares en los que los jóvenes puedan intercambiarse informaciones y experiencias; f) Indicación de un consejero general de referencia para la animación juvenil y vocacional; g) Colaboración de las entidades vocacionalmente más vivaces a favor de aquellas que sufren de envejecimiento y la disminución numérica; h) Discernimiento vocacional atento, consciente del fenómeno de los abandonos precoces y sus motivos; i) Puesta en marcha de una página web vocacional de la Congregación y de páginas web en los sitos locales. El Capítulo es un momento precioso de discernimiento y participación, pero no es el único. Lo hemos afrontado conscientes de nuestros límites y de los límites del instrumento. Son tantos los temas que quisieran
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tener un espacio, a partir de cuestiones de fondo que conciernen a la misma identidad de la vida religiosa en la Iglesia, aun antes de la vida de la Congregación. No hubiera sido responsable pedir a un Capítulo lo que el Capítulo no puede dar. Confiamos a cada cohermano, a las comunidades y entidades estas conclusiones para un camino esperanzado y común hacia el futuro. Retomarlo y relanzarlo a nivel local llevará beneficios a la Congregación y a la Iglesia. Sabemos no poder hacer todo, pero no renunciamos a hacernos todo a todos, y a hacer todo por el Evangelio (1Cor 9, 22-23). “Caritas Christi urget nos”: todo lo podemos en aquel que nos da la fuerza (cf. Fil 4, 13).
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Anexo 2 - Prot. N. 0176/2009 CLAUSURA DEL XXII CAPÍTULO GENERAL
Queridos cohermanos: Estamos en los últimos momentos del XXII Capítulo General de nuestra Congregación. Para nosotros, 77 capitulares, y para los cohermanos que han participado en los diversos servicios ofrecidos a la asamblea y en el intenso trabajo de estas cuatro semanas, ésta ha sido una gran experiencia de Congregación por lo que hemos oído, vivido, rezado y condividido juntos. Nos hemos sentido una parte del cuerpo entero congregacional, no sólo porque hemos sido delegados de nuestras comunidades y por las relaciones y reflexiones llevadas al aula sobre la vida de la Congregación y de las diversas Entidades, sino también porque hemos percibido presentes, realmente, a nuestros hermanos que, en estos días, han rezado por nosotros, se han interesado por nuestros trabajos, visitando las páginas de nuestras páginas web, en las que iban siendo publicadas gradualmente las síntesis de las relaciones, fotos y crónicas de los diversos momentos vividos durante este período de tiempo. Por nuestra parte os hemos tenido particularmente presentes, y lo hemos manifestado frecuentemente en nuestra oración común, al recordar a los hermanos de nuestras Entidades, especialmente enfermos y ancianos, y a los jóvenes, que en nuestras casas de formación, aprenden, siguiendo el ejemplo del P. Dehon, a unirse a la entrega de Cristo que, hace de su vida, para la salvación de todos y la gloria del Padre. En la primera semana, con la ayuda de la Relación sobre el estado de la Congregación y la Relación económica, hemos dado una mirada a lo que somos como Congregación y a los desafíos que el tiempo presente nos pone. Aun a una mirada superficial, no puede escapar que además de los números, de los gráficos y datos, a las iniciativas realizadas en los últimos seis años y a los retos que se nos plantean, existe una vida, hay personas con sus talentos y fragilidadades, con sus aspiraciones y desilusiones pero, de modo particular, existe la mano de Dios que nos sostiene y empuja con amor siempre fiel. De este análisis aparece la fase de profundo cambio que atraviesa la Congregación, desde el punto de vista geográfico y cultural, con el debilitamiento numérico de amplias áreas históricas de la Congregación y el desarrollo de nuevas presencias en el mundo. Nos hemos dado cuenta de la riqueza, de los retos y, sobre todo, de la importancia que este cambio representa para nuestro futuro. En la segunda semana, hemos elegido los hermanos que, durante los próximos seis años, deberán ser los signos e instrumentos de comunión entre las varias Entidades que componen la Congregación. En su servicio están llamados a profundizar y cultivar la visión manifestada en este Capítulo, con el fin de mantener vivo, con fidelidad, el carisma suscitado en la Iglesia por el Espíritu por medio del P. Dehon. Doy gracias por la Administración general que ha sido elegida. Habéis elegido también dar continuidad al trabajo realizado en el mando precedente y nuevas energías con la elección de tres nuevos consejeros. Agradezco a los cohermanos que han aceptado este servicio. En el espíritu de fraternidad y acogida mutua vividos en estos días, buscaremos juntos servir a la Congregación con humildad y entrega. Quiero agradecer cordialmente también, a los PP. Zbigniew Bogazc y Andrés Madya Srijanto, por su colaboración dada y por la amistad que hemos compartido en estos años. Gracias a las experiencias y a la visión adquirida en estos años, seréis ciertamente de gran ayuda en las vuestras Entidades o donde continuaréis vuestro servicio al Reino de Dios. Además de la elección del nuevo Directorio General, la segunda semana nos ha visto empeñados en la profundización del tema elegido para el Capítulo y, tan significativamente resumido en el título propuesto para este momento de discernimiento y de gobierno: “La caridad de Cristo nos apremia. Apasionados por Cristo que nos une en fraternidad, anunciamos el Evangelio”. Nuestra reflexión ha puesto en evidencia que, Cristo hecho cercano en la perspectiva dehoniana del amor, del que “el corazón traspasado es la expresión más evocadora” (Cst 2), es el centro de nuestra vida, la vid que sostiene y da savia a los sarmientos, consolidando nuestra vida personal y fraterna, fecundando nuestra misión. Durante los trabajos capitulares. se ha puesto en evidencia cómo la experiencia espiritual del P. Dehon, debe volverse a ver a la luz de las diversas situaciones culturales e históricas que nos tocan vivir; en
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ambientes y culturas, frecuentemente lejanas del contexto donde ha nacido y se ha desarrollado la Congregación. Esto exige un empeño renovado en la relación personal con Cristo, en el conocimiento y estudio del P. Dehon, de nuestra espiritualidad, con una decidida inversión de personas y medios. Leyendo los signos de los tiempos, queremos responder también al número creciente de laicos, atraídos por la herencia espiritual y eclesial del P. Dehon, desarrollando con ellos un camino laical de vida y compromiso eclesial basado en nuestra espiritualidad. La fraternidad, de la cual se siente un fuerte deseo en toda la Congregación y de la que, en estos días hemos vivido la experiencia, es sobre todo un don del Espíritu, para acoger con corazón agradecido y disponible y para desarrollar con apertura generosa a los otros. Ante la bendición de la creciente diversidad de origen de los cohermanos que componen la Congregación, ha sido puesto en evidencia particularmente la dimensión internacional e intercultural de la comunión que nos une. Requiere, por parte de todos nosotros, una nueva apertura a las dimensiones universales del amor de Cristo y una generosa condivisión de todo lo que somos y tenemos, a nivel de Entidades y de la entera Congregación. Un espacio importante del análisis y reflexión de la Asamblea capitular ha sido dedicado a los aspectos económicos de nuestra vida y misión, subrayando la opción evangélica de la pobreza a partir del corazón, que nos hace libres, fraternos y solidarios, para comprometernos en el esfuerzo de buscar los medios necesarios para la autonomía de la vida y misión, así como también a la condivisión fraterna y la solidaridad con los más pobres. La interculturalidad que queremos intensificar en nuestras comunidades, nos dará una mayor posibilidad de estar, evangélicamente, presentes en un mundo cada vez más globalizado, pero lleno también de discriminaciones y divisiones a nivel económico, político y religioso. Apremiados por el amor de Cristo, sentimos la urgencia del anuncio del Evangelio, a partir de nuestras parroquias, obras educativas o sociales y centros de reflexión y formación, prestando especial atención a los más pobres y excluidos, para ayudar a los jóvenes a encontrar el sentido de la vida y la llamada a la vocación de radical consagración al Reino de Dios, en el mundo secularizado, como un reto determinante para la Iglesia del futuro. Estos areópagos de nuestros días y la llamada a nuevas presencias geográficas de la Congregación, requieren un espíritu de misión, que va más allá de las fronteras de cada Entidad. Por ello sentimos la necesidad de promover en los dehonianos, particularmente entre los más jóvenes, apertura de corazón para dejarnos llevar del amor universal de Cristo a la misión en la entera Congregación, especialmente allí donde es más necesario y donde se requiere una mayor entrega de sí mismos. El Capítulo General, como forma colegial de ejercitar la suprema autoridad de la Congregación (Cst 128), ha manifestado su autoridad confirmando algunas modificaciones al texto de las Constituciones, una revisión consistente del Directorio General y con la aprobación definitiva de las Normas sobre la Administración de Bienes (NAB). Ha sido la meta final de un largo camino desarrollado en los últimos años, con el auxilio de personas competentes y el contributo de todos los cohermanos, que han tenido el modo de conocer, valorar, sugerir modificaciones a estos textos jurídicos. Son instrumentos para sostener a las personas y a la Congregación, en la fidelidad al carisma vivido en situaciones concretas y continua evolución. La conclusión de los trabajos capitulares se encuentran en un documento final que ha sido reflexionado, compartido y aprobado en estos días y que, ahora, proponemos a todos los cohermanos, Sin la pretensión de englobar todos los sectores de la vida de la Congregación, presenta algunas opciones y orientaciones concretas para responder a los desafíos presentes, a nivel del Gobierno General y de nuestras comunidades. Ciertamente, el Consejo General hará de él una atenta lectura, en orden a la programación de su trabajo en los próximos años y a la verificación necesaria del camino realizado. Espero que, también, en cada Entidad y comunidad se haga un reflexión semejante, de modo de hacer fecundo en toda la Congregación el trabajo del Capítulo. Es éste un modo eficaz y común de dejar que el amor de Cristo nos apremie, para renovar la vida de nuestras comunidades y ponernos generosamente al servicio de de la misión.. Que el Buen pastor, en la grandeza y universalidad de su Corazón, que celebraremos dentro de pocos días, nos inspire y nos guíe con la luz de su Espíritu, para renovar la alegría fraterna de ser llamados a llevar en nuestro mundo su amor. Al final de estos días de intenso trabajo, doy gracias Dios que ha hecho más fuertes los lazos de nuestra fraternidad y nos ha sostenido e iluminado con su Espíritu.
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Después os agradezco también a todos vosotros, por el ambiente de fraternidad que habéis construido y por la generosa entrega a los trabajos capitulares, ambas cosas de enorme importancia para los futuros resultados del Capítulo. Además, desearía agradecer, de modo particular: Comisión Preparatoria. –P. Carlos da Cunha Sousa Lobo (MZ), P. Giampietro Brunet (IS), P. Heinrich Wilmer (GE), P. Jesús Crescenciano García García (VEN), Paulus Supino (IN) – que desde hace un año y medio ha orientado el camino hacia el Capítulo, ha trazado los planes y orientado la metodología; Comité Jurídico – P. Marek Stoklosa (PO), P. Jósef Wrocenski (PO), P. Manuel Saturino Da Costa Gomes (Lu) – por el competente y largo trabajo de estos años, culminado en la valiosa presentación y en la orientación de nuestros trabajo directamente por parte del P. Marek; Comisión de Finanzas – P. Heinrich Westendorf (GE), P. Francisco Javier Larrea Pascal (HI), P. Sérgio José Hemkemeier (BC), Diac David Nagel (US); - y Comité de verificación de los balances – P. Giacomo Cesano (IS), Fr, Jorge Torres Santibáñez (CH), Dr. José María Gutiérrez – y también al Dr. Aldo Ivaldi, por su significativa ayuda al Ecónomo General y, concretamente a los trabajos capitulares; Comisión Litúrgica – P.Joseph Claude Siebenaler (AG), P. Ciro Moschetta (IM), P. Ricardo Ribeiro Freire de Oliveira (PO) – por el valioso trabajo de preparación de los medios y la competente animación de las funciones litúrgicas, que han ayudado grandemente al espíritu de oración y reflexión del Capítulo; Autores del himno del Capítulo – P. Joâo Carlos de Almeida (BC), P. José Fernándes de Oliveira (BC) – como también a las personas y grupos que han colaborado con ellos en la creación de una melodía que, sin duda, permanecerá en los oídos dehonianos; Moderadores de la Asamblea – P. Eduardo Agüero (AR), Fr. Raymond Kozuch (US), P. Sandro Capoferri (MZ) – por su fraterno e inteligente servicio de dirección; Secretarios verbalistas – P. Aimon Gelardi (IS), P. Enrico Jemma (IM) – por su trabajo fiel y empeñativo de redactar la memoria escrita del Capítulo y al comité de revisión de los verbales – P. Angelo Arrighini (IS), P. Artur Sanecki (PO), P. Olaf Hamelijnck (GE), P. Paulo Hülse (BC) – que han asumido en minucioso compromiso de verificación en nombre de toda la asamblea; Escrutadores – P. Mathews Lalan Vadassery (IN), P. Richard Prosper Nisimba Ntontelo (CO), por su joven disponibilidad al servicio de los trabajos capitulares; Comité de síntesis – P. Joâo Carlos Almeida (BC), P. John van den Hengel (Can), P. Marcello Matté (IS), P. Zolille Mpambani (AM) – por su precioso esfuerzo de redacción y oportuna reelaboración de la reflexión capitular; Secretario General y Vicesecretario – P. Anisio Schwirkoswki y Pawel Krok – infatigables en la preparación y organización de la mayor parte de los aspectos formales y logísticos del Capítulo y a cuantos han colaborado con ellos, a nivel de la Secretaria – Srta. María Ceraolo y otros, - en una multiplicidad de servicios; Traductores permanentes de textos – P. Bernard Rosinski (US) y P. Mathieu Yvon (Mad), - que nos han aportado un precioso contributo para la rápida comprensión de los textos; P. Andrea Madya Srijanto (IN), por el competente y utilísimo servicio informático que nos ha ahorrado mucho tiempo mediante la presentación de los textos; Periodistas – Srta. Mary Gorski, P. Zdzislaw Huber (PO), P. Manuel J.Gomes Barbosa (LU), P. José Zeferino Policarpo Ferreira (LU), Diac. Pedro Iglesias (HI) – entre otros, que han hecho posible a los cohermanos y amigos de todo el mundo, acompañarnos durante el desarrollo de los trabajos capitulares; Personal de la Curia General y Villa Aurelia, que no se han ahorrado esfuerzos ni competencia, para hacer acogedora y simpática la hospitalidad que hemos disfrutado, así como el personal especializado, con especial mención de los hermanos Del Grosso, que con competencia y buen hacer, han vigilado sobre tantos aspectos técnicos y prácticos de nuestro encuentro: Un agradecimiento especial es debido a la comunidad de Roma II, en la persona del Superior y del ecónomo – PP. Luigi Mostrada (IS) y Vagner Donizetti Maciel (BC) y a los demás cohermanos. No obstante el tiempo crítico de los exámenes, hemos apreciado y nos hemos beneficiado de un gran empeño de servicio y acogida fraterna, que han contribuido, y mucho, al ambiente de comunión y de trabajo del Capítulo.
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Gracias a todos, y que esta casa continúe a dar este testimonio de acogida y fraternidad multicultural a toda la Congregación. Bendito sea Dios, que ha suscitado y puesto en movimiento tantas competencias y voluntades generosas en nuestro trabajo y nos ha asistido con su Espíritu. Al Espíritu del Señor Jesús confiamos ahora el camino postcapitular, para que moldeados según su Corazón y apremiados por su amor, podamos continuar con fidelidad y creatividad la obra comenzada por el P. Dehon. Y con estas palabras, declaro concluido el XXII Capítulo General de la Congregación de los Sacerdotes del Corazón de Jesús.
P. José Ornelas Carvalho, scj Superior General
Roma, 11 de Junio 2009
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