Nefroesclerosis

Nefroesclerosis Nefropatía Hipertensiva Teresa de Jésus Cruz López Diana Isela Mateo Santo

Nefroesclerosis Significa endurecimiento renal Del griego nephros: riñón y esclerosis: endurecimiento Es el resultado final de la sustitución del parénquima renal por tejido más denso, con abundante componente colágeno.

Nefroesclerosis Enfermedad renal que complica a la hipertensión arterial esencial (HTA) y que afecta fundamentalmente a la microvasculatura preglomerular.

Clínicamente se han descrito dos formas: Maligna que se caracteriza por La presencia de necrosis fibrinoide en las arteriolas HTA acelerada o maligna Insuficiencia renal.

Hipertensión arterial maligna Es un padecimiento que usualmente se define como presión sanguínea alta severa con inflamación del nervio óptico detrás del ojo, llamado papiledema (retinopatía hipertensiva de Keith-Wagner grado IV). Este tipo de hipertensión generalmente va acompañado de otros daños a órganos como insuficiencia cardiaca, insuficiencia renal y encefalopatía hipertensiva.

Afecta el 1% de las personas hipertensas Tanto niños como adultos. > adultos jóvenes (afroamericanos) También en mujeres afectadas por toxemia del embarazo y en personas con enfermedades vasculares del colágeno o con trastornos renales.

Los antecedentes de insuficiencia renal o de hipertensión renal, causados por estenosis de la arteria renal, son indicio de un alto riesgo de hipertensión maligna.

La hipertensión maligna Es una condición médica de emergencia, ya que muchos sistemas corporales están en serio riesgo debido a la extrema elevación de la presión sanguínea. El daño se puede presentar en múltiples órganos del cuerpo, incluyendo: el cerebro, los ojos, los vasos sanguíneos, el corazón y los riñones.

Asimismo, los vasos sanguíneos de los riñones son altamente susceptibles al daño causado por la presión y puede desarrollarse una insuficiencia renal que puede ser permanente.

Síntomas Dolor de cabeza Cambios en el estado mental inquietud ansiedad disminución del estado de alerta, reducción en la capacidad de concentración fatiga somnolencia, estupor, letargo confusión, delirio

Náuseas o vómitos Convulsiones Debilidad en los brazos, piernas, cara u otras áreas Sensación anormal (entumecimiento) en los brazos, piernas, cara o en otras áreas

Dolor torácico generalmente localizado en la parte media del tórax sensación de aplastamiento o presión

Dificultad para respirar Tos Disminución del gasto urinario

Signos y exámenes La presión sanguínea extremadamente alta. El examen de los ojos revelará cambios que sugieren presión sanguínea alta, incluyendo papiledema (hinchazón del nervio óptico), sangrado de la retina, o infarto (exudado algodonoso o exudado suave: líquido con residuos celulares) en la retina.

Si aún no se ha desarrollado una insuficiencia renal aguda, ésta puede surgir como complicación de la hipertensión maligna. También pueden presentarse otras complicaciones.

El daño a los riñones se puede demostrar por medio de: Un incremento en el BUN Un incremento en la creatinina Un análisis de los gases arteriales que muestra acidosis metabólica Un análisis de orina que muestra niveles altos de proteína (especialmente con deterioro renal) o sangre microscópica en la orina.

Rx de tórax: puede mostrar congestión pulmonar, debido a la acumulación forzada de líquidos en el pulmón por la insuficiencia cardíaca, como consecuencia de la alta presión sanguínea. Esta enfermedad también puede alterar los resultados de los siguientes exámenes: Cilindros urinarios Renina Aldosterona

Nefroesclerosis benigna Las alteraciones arteriolares son menos graves La disfunción renal es poco manifiesta en el inicio, aunque a largo plazo puede llegar causar IRC terminal.

Los riñones en este estadío son reducidos de tamaño con gránulos finos, cicatrices y corteza atrófica.

Ecográficamente se observa riñones disminuidos de tamaño, altamente ecogénicos y pueden verse calcificaciones de las arterias arcuatas o interlobares.