Ilusiones y esperanzas de amor Laura tiene un admirador secreto. Hace tiempo que cree que su marido ya no la quiere. “Por lo menos me da afecto” piensa, que es lo que mas dura en un matrimonio porque al cabo del tiempo el sexo, la complicidad, la sinceridad… quedan desechados. Por eso cada mes espera ansiosa la carta de su admirador anónimo, que para ella es un resquicio de amor en su vida sumida en la rutina del afecto hacia su marido (preparándole comida, escuchando como le ha ido el día, dándole masajes en los pies…). Hoy es día de carta y ramo de flores que como siempre es cada mes un tipo de ramo de flor diferente al igual que la carta, por eso está ansiosa de que llegue el cartero con sus dos timbrazos de siempre. Laura no sabe como se las ingenia su admirador para que la carta llegue cada 4 de cada mes pero eso poco le importa. Cuando su marido le pregunta por las flores dice que las compró ella para darle alegría a la casa. Por fin escucha los dos timbrazos y abre al cartero y cuando se ha ido abre el buzón y después la carta que nunca lleva remitente y lee: “Hola princesa Quiero que sepas que cada día te quiero más. El día que decida descubrirme se que no me faltará un lugar a donde ir contigo ni un sueño por el que luchar juntos, nuestras bocas saborearán sonrisas, nuestros ojos verán la paz, nuestras manos harán ilusiones y nuestros corazones alcanzaran el amor y seremos felices para siempre. Te observo los días que trabajas en tu quiosco y de vez en cuando noto que observas a los hombres como buscándome, pero podría ser cualquiera. Si te diese un abrazo probablemente te atravesaría de lo mucho que te quiero. Besos de tu admirador secreto.” A Laura le gustaría responderle con palabras o un simple beso pero tiene que aguantarse hasta saber quien la ama tanto. Lo que ella no sabe es que solo tiene que hacer una cosa para conocer a su admirador: hablar de él con su marido, puesto que él es su admirador secreto.
Ilusiones y esperanzas de amor Nomo Silva