Manolo Rives: Los Corsarios En Ibiza (i)

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16-M

NÁUTICA

Domingo, 19 de marzo de 2006 / Diario de Mallorca

HISTORIA NAVAL

Los corsarios en Ibiza (I) Entre los numerosos corsarios naturales de Ibiza, podríamos citar, en orden cronológico, a Mateo Calbet Ros y a Antonio Pavías Tur, ambos naturales del arrabal de la Marina de la capital isleña. Con referencia a Mateo Calbet, a primeros de 1739 se le dio el mando de cuatro jabeques, y el día 5 de mayo de este mismo año dirigió un importante combate naval, cuyos detalles se conocen gracias a una carta particular de la época y que pasamos a relatar. El día 2 del mencionado mes de mayo, zarpó de Palma el jabeque del patrón Andrés Nicolau, con la finalidad de reunirse con otros tres que tenía bajo su mando el patrón Mateo Calbet, el cual había salido a la mar, un par de semanas antes, con órdenes de mantenerse en faenas de corso entre las islas de Mallorca y Menorca. En la amanecida del 5 de mayo, la embarcación del patrón Nicolau, avistó a otras dos, cerca de la Punta de N'Amer, en la costa de Mallorca, pudiendo apre-

ciar que ambas enarbolaban banderas y gallardetes españoles. Nicolau arrumbó hacia ellas y al solicitarles identificación, le contestaron que eran comerciantes catalanes que navegaban de Mataró a Menorca. Casi enseguida se percataron los isleños del engaño, ya que en realidad, aquellas naves iban atestadas de piratas argelinos, muy frecuentes por aquel entonces. Nicolau tomó la iniciativa disparando dos cañonazos y varios tiros de fusil, a lo que respondieron los piratas con una descarga de trabucos y cuatro piezas de artillería, resultando heridos el propio patrón Nicolau y un marinero. En vista de la superioridad de fuerzas con que contaba el enemigo, dieron



Pingue del siglo XVIII

ILUSTRACIÓN: RAMÓN SAMPOL ISERN

rumbo hacia la costa. En tan apurada situación, hicieron su aparición por Levante los tres jabeques ibicencos de Mateo Calbet, que mandaba el buque insignia, siendo los otros dos patroneados por Bernardo Tur y Nicolás Martì. Entonces los tres, uniéndose al de Andrés Nicolau, atacaron a los bajeles enemigos, que

La actividad de los corsarios también fue algo habitual en la isla de Ibiza

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resultaron ser un pingue moruno y un londro catalán, que el primero había apresado cerca de Tarragona, con un cargamento de vino, aguardiente y cereales. Ante tales fuerzas, rápidamente los piratas iniciaron la huida, perseguidos durante más de cuatro horas, y próximo ya el mediodía, los jabeques de Tur y Martí alcanzaron al enemigo. Por espacio de una hora se batieron los piratas desesperadamente, hasta ser derrotados por los isleños. El pingue, armado con ocho cañones y veintiséis pedreros, estaba tripulado por un centenar de hombres, siendo su arráez ( denominación dada al patrón o capitán ), un italiano renegado de nombre Antonio Albanesi, que se hacía llamar Abraham Bajá. Tuvieron los piratas catorce muertos y los restantes de ellos, entre los que se contaban treinta y tres turcos, quedaron prisioneros. Resultaron gravemente heridos el arráez y siete de su tripulación, y de menor consideración otros veinticinco. De los nuestros, resultaron heridos los patrones Martì y Nicolau y dos marineros. Se distinguieron en combate, por su arrojo y valentía los marineros Juan Palau y Juan Riusech, aunque en general fueron muchos los que merecieron una mención particular. Una vez finalizada la refriega, se dio remolque al pingue, dejando abandonada la nave catalana por hallarse en muy mal estado y con una importante vía de agua; pero eso sí, requisando los ocho cañones y varios trabucos que constituían su armamento. Mateo Calbet había nacido en el año 1685. Se supone que su fallecimiento se produjo en torno al año 1750, ya que en diciembre de este año, se extendió el inventario de sus bienes, con

fines testamentarios, por el notario Rafael Rosell. Sus restos mortales se encuentran en una sepultura de la capilla de San Antonio, del antiguo convento de Dominicos de la ciudad de Ibiza. Unos veinte años después nacía, el anteriormente mencionado Antonio Pavías Tur, que llegaría a ser destacado corsario y teniente de navío de la Real Armada. En 1788 figuraba ya en la matricula de mar. Siendo patrón del místico El Vigilante, sostuvo en 1801, frente a Oropesa, un combate con un bergantín inglés armado con 14 cañones, al que puso en fuga después de tres horas de lucha. Dos días después se encontró, cerca de Alicante, con otro buque enemigo, de fuerzas muy superiores, al que asimismo rechazo después de largo combate. En 1808 zarpó de Bayona (Galicia) con carga general, dirigiéndose hacia el sur. A la altura de Oporto fue atacado por un bergantín inglés, con el cual sostuvo un reñido combate que debió suspenderse al caer la noche, y fue reemprendido al día siguiente, no logrando el inglés rendir al ibicenco y teniendo que retirarse con algunas averías. Prosiguiendo su ruta, se encontró con otro bergantín inglés, esta vez mercante, al que rindió al abordaje. Pocos días más tarde, apresó una balandra inglesa, que fue marinada por algunos de sus hombres. El mal tiempo que se levantó le obligó a buscar refugio en el puerto de Salé, en las costas de Berbería, donde procedió a la entrega de las presas al cónsul español, partiendo a continuación hacia Málaga, para reparar las averías de su embarcación. MANOLO RIVES Director Escuela Náutica Palma

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