DUELO DE HERMANO: LA HISTORIA DE PUMA Y ADIDAS
Los hermanos Dassler tuvieron comienzos en 1924, cuando decidieron embarcarse en la aventura de la fabricación de elementos deportivos, aunque se enfocaron profundamente en la creación de zapatillas deportivas. Comenzaron con una sociedad muy particular, donde uno ejercía como creador de dichos zapatos, y el otro tenía la fortuna de la empatía social para abarcar las ventas y concretas muchos negocios, al tomar auge en este terreno, se fueron consolidando como grandes innovadores en el sector deportivo, dándole al mercado una nueva visión frente a las competencias de alto rendimiento físico y estableciendo una fuerte relación con la gestión tecnológica. En términos generales, esta sociedad entre los dos hermanos, tuvieron como inicio el desarrollo de sus objetivos y metas para su organización, lo que toma acción y al mismo tiempo efecto de como acrecentar su empresa. A través de la gestión se llevarán a cabo diversas diligencias y trámites, las cuales, condujeron al logro de acoplarse como una tecnología flexible y adaptable, fidelizándolos como los mejores innovadores de calidad en el área deportiva, esclareciendo un paralelo en el antes y el después de los hermanos Dassler.
Esta empresa fraternal nos permite contemplar en su crecimiento y procesos, las 6 claves del éxito en relación con la gestión de la innovación, comenzando por el enfoque de negocio, los Dassler enfocaron y estructuraron el mercado y allí fijaron su línea de producción para cumplir las demandas de su producto. Por consiguiente abordaron la adaptabilidad de sus productos, puesto a que aprovecharon las necesidades de las deportivas al notar el déficit en su implementación.
Con respecto a la cohesión organizativa de esta empresa, podíamos notar que tenían éxito en la buena comunicación y el buen trato con sus empleados, ejercían una rotación laboral y contaban con contratos laborales a largo plazo, lo que muchos empleados les sirvieron enormemente para evadir el reclutamiento a la guerra. Su producto principal, el calzado deportivo, tuvo que enfrentarse a un proceso cultural puesto que había que cambiar el concepto de la comunidad de que una buena implementación carecía de peso y acabados rígidos y duros, sin embargo su excelente calidad y adaptación fueron recalcados para generar un cambio de perspectiva.
A medida que fueron creciendo, también desarrollaron un sentido ético, tomando a la competencia con respeto y enfocándose enormemente a la mejoría continua de
sus productos, maquinas, herramientas y procesos, aspectos complementarios para una buena calidad.
También tuvieron en cuenta la recopilación de información en sus productos ya entregados, puesto que en ocasiones tuvieron defectos, lo que sirvió para hacer un análisis pertinente, encontrando sus fallas y asociando un plan de mejoría para sus próximas producciones. Luego se lanzaron a la comunicación y promoción de sus productos creando contratos y entregando dotaciones a los mejores equipos y a las personas más destacadas en el área deportiva, así, haciéndole propagando para el mundo de lo que en ese entonces era capaz la empresa de los Dassler, la empresa con mejor calidad y fiabilidad en Alemania.
A medida del tiempo, el éxito de la empresa se ligó a su crecimiento empresarial, lo que también acrecentó sus obligaciones, tareas y deberes; mezclándose con las relaciones personales e intrafamiliar de los socios, lo que dio como inicio a una serie de diferencia y discusiones, en general, creando así los famosos problemas.
Su talento llevó a los Dassler a hacerse un hueco en los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936. Y fue precisamente en aquel momento cuando la amistad personal y empresarial entre Adi y Rudi comenzó a resquebrajarse. Adi convenció al atleta estadounidense de raza negra Jesse Owens, uno de los grandes triunfadores de las Olimpiadas, para que calzara sus zapatillas. Y Rudi, afín al Partido Nazi, montó el cólera al conocer la estratagema de su hermano que terminó revelándose genial, por otra parte.
La Segunda Guerra Mundial sembró definitivamente la discordia entre los hermanos, cuyas ideologías eran por aquel entonces diametralmente opuestas. Mientras Rudi se enroló en el ejército nazi para combatir con las tropas, Adi se resistió a ir a filas, y eso fue algo que su hermano jamás le perdonó.
Cuando finalizó la guerra, y tras ser sometido a un juicio por parte de los aliados para analizar su nivel de apego a la ideología nazi, Adi fue exonerado y pudo seguir al frente de la empresa que fundó junto a su hermano.
Peor le fue a Rudolf, que denunciado por su propio hermano como simpatizante de Hitler, fue encarcelado y tuvo que mudarse con su familia a otra zona de la localidad.
Cabe destacar que Adi era un excelente diseñador y un excelente artesano muy creativo, por otro lado, Rudolf destacaba en el área comercial y era un hombre de negocios nato.
Luego de conformarse como socios y creadores de una misma empresa, que actualmente estaba en la cima de su éxito, los hermanos deciden apartar sus caminos y se integran como empresas separadas. Rudolf con su audacia y experiencia en el mercado quiso dar el primer paso, pero lastimosamente no contaba con la calidad que le otorgaba su hermano Adi a cada producto, sin embargo Adi contemplaba un error similar, su calidad era optima pero su experiencia en el mercado le hacía una mala jugada.
En ese momento los dos hermanos tuvieron que rediseñar sus estrategias empresariales y analizar las oportunidades del mercado.
La separación enfrento la restructuración de las empresas de acuerdo al ideal de cada dueño, Rudolf patento su empresa como “Puma” y Adi al sentir la presión de su competidor fraternal le dio lugar a “Adidas”.
El mercado estaba representado en el Mundial de Suiza, todas las miradas del mundo estaban puestas para este emblemático evento del futbol mundial, la primera jugada fue de Puma, que tuvo la brillante idea de promocionar su producto con la selección Alemana, no concreto su idea puesto a que las demandas por el seleccionado alemán eran demasiado sobrevaloradas para Rudolf, pero eso se convirtió en un juego redondo para Adidas y sus nuevo diseño de tacos ajustables en los botines, que se comprometieron con el apoyo financiero y técnico de su selección natal, la Alemana.
Con Alemania en la final, la empresa Adidas se consolido como el mejor fabricante de artículos deportivos en ese entonces. El seleccionado alemán consiguió el triunfo del mundial suizo, pero para los hermanos Dassler era solo el desenlace de una competencia que actualmente sigue en pie.
SEBASTIAN RUIZ ROJAS – Cod.1558204