La Sociologia De Durkheim - Apuntes De Clases

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Apuntes de Clases Juan Christian Jiménez

La sociología de Durkheim De a cuerdo a Durkheim, existe un supuesto fundamental para el análisis sociológico de la sociedad y, este es, que la sociedad en cuanto a un todo, es siempre más que la suma de sus partes. Por esto el autor se preguntará el cómo se explica que de un agregado de individuos nazca esa entidad supraindividual que llamamos sociedad. Para el autor, la conducta de los individuos está siempre predeterminada por regulaciones que provienen desde su entorno y, el conjunto de esas regulaciones nos muestra que la sociedad es una realidad moral que, de cierto modo “envuelve” al individuo. En este sentido la moral para Durkheim, significa aquellas regulaciones que le son habituales al individuo y que a su vez, tienen autoridad para imponerse. De esta manera y a lo largo de sus obras, tanto La división del trabajo, El suicidio, La disciplina escolar, los rituales religiosos serán las mayores producciones intelectuales del autor, ya que se ciñen al ámbito de las conformaciones y regulaciones normativo-institucionales de la sociedad. La aproximación de Durkheim a los fenómenos o hechos sociales será siempre la misma, ya que recorre un mismo itinerario que se puede estructurar de la siguiente manera: a) El fenómeno social proviene siempre del tejido social. Existiendo una suerte de postura epistemológica elemental que se expresa a modo de un proceso de desplazamiento explicativo del propio fenómeno. De este modo, la división del trabajo no es un fenómeno económico; el suicidio no es un fenómeno psicológico; la disciplina no es un fenómeno moral; los rituales del culto no son

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un fenómeno religioso. Es decir, todos ellos son fenómenos sociales, ya que pertenecen a la esfera de la vida colectiva. b) Si el fenómeno es social, su explicación por ende, debe ser buscada en la vida colectiva. Esta es sin duda una de las proposiciones centrales de la metodología de Durkheim desarrollada en las Reglas del Método Sociológico, que sostiene que “todo hecho social se explica por otro hecho social”. Por este motivo es necesario encontrar la conexión entre fenómeno particular y el todo social. Es por esto, que existen conceptos que sirven de conectores entre la parte y el todo, permitiendo desencadenar el proceso explicativo de lo social particular por lo social total. Se trata de una distinción fundamental ya que, una explicación mecánica que explique lo social por lo social terminará siendo una tautología. c) Esa explicación a su vez, pasa por un fenómeno que puede conceptualizarse a un nivel más alto de abstracción. Es así como, el suicidio puede explicarse pasando por las formas de integración social; la división del trabajo por las formas de solidaridad; el ritual religioso por la frontera social que separa lo sagrado y lo profano; la disciplina por la moralidad del grupo, siendo éstos por tanto, conceptos mediadores. En suma se trata de una sociología que se constituye como un edificio teórico cimentado en estos conceptos. d)

A partir de esto, los fenómenos de más alto nivel que son explicativos se pueden integrar en un nivel de abstracción mayor y que están dados por el concepto de la conciencia colectiva como representación de la sociedad. Es decir, la sociedad existe en la medida en que se representa en nuestra interiroridad por la acción supraindividual del colectivo social que actúa desde fuera de nosotros. En cierto sentido, puede decirse que “la sociedad existe representada en las mentes de los individuos”, en suma se constituye en la medida que es internalizada por el sujeto.

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Para

Durkheim

el

concepto

de

conciencia

colectiva

tiene

tres

connotaciones: -conciencia común, que pone el acento en la identidad y en la repetición de todas las representaciones individuales -conciencia colectiva, que apunta a una representación supraindividual que es válida para todo el grupo social y que no surge por la identidad de las representaciones de cada uno, es el todo social -vida colectiva, como dimensión fenomenológica de la experiencia que, como individuos tenemos de la sociedad como una entidad que actúa en nuestro entorno En síntesis a lo largo de su obra se presenta un eje que recorre la estructura teórica del autor y que relaciona todos los conceptos mediadores ya mencionados. Este eje sería aquella dualidad entre el polo de la conciencia individual y el polo de la conciencia colectiva. Se trata de polos que se encuentran en permanente tensión, lo que explica o da sentido a que la sociedad es un espacio de interacción dinámica entre estas dos formas de conciencia. La sociología de la solidaridad o la sociedad como entidad moral En el primer capítulo de La División Social del Trabajo, Durkheim desarrolla una proposición metodológica que está centrada en cuestiones de método para lograr establecer la función social del fenómeno. En este sentido la división del trabajo nos muestra que sus servicios económicos son menores en comparación con el “efecto moral” que produce, de modo que su verdadera función es crear en dos o más personas un “sentimiento” de solidaridad. De esta manera para el autor, la división del trabajo no es económica como se podría pensar dada su cercanía con la sociedad industrial. Más bien, la función de la división del trabajo es eminentemente social pues afecta la interacción y las relaciones de los individuos en sociedad. La forma adecuada según Durkheim de entender el término función es aquella que está referida a la satisfacción de ciertas necesidades, que en el caso

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de la sociedad se refieren a las pautas de comportamiento acordadas por sus miembros. Por este motivo, la pregunta sobre la función social de un determinado proceso o fenómeno, remite al tema del desplazamiento epistemológico que ya se ha mencionado. Es decir, una vez que se ha adoptado la estrategia de que un fenómeno proviene del tejido social, la función del mismo, se transforma en un nexo que vincula la particularidad del fenómeno con la generalidad de la sociedad. Por ejemplo si se sostiene que la división del trabajo no es un fenómeno económico, lo que se está diciendo es que éste, es generado en una esfera mayor y más amplia de la sociedad y, que por lo tanto, tiene consecuencias sociales que van más allá de la propia economía. Es necesario señalar que a las relaciones sociales que dan origen a la división del trabajo se han considerado comúnmente como intercambios. Por ende, Durkheim señala que ante esta relación de intercambio es necesario reconocer a dos tipos (o grupos) de individuos que al entrar en este tipo de relación se hacen mutuamente dependientes, ya que cada uno en sí mismo sería incompleto. De modo que es a través del intercambio como se posibilita que cada individuo se complete tomando lo faltante por medio del otro. Es por esto, que el intercambio es mucho más que una simple prestación de equivalencias. El intercambio es la expresión de un estado interno que supone “imágenes” de uno con respecto del otro. De cierta manera supone el reconocimiento de la otredad como imagen complementaria y como representación de lo que nosotros interiorizamos del otro por medio de nuestra conciencia. En suma de acuerdo a Durkheim, sin aquella imagen no es posible una relación de intercambio, dado que la vida social nos agrada y buscamos la sociedad de la cual el otro es parte. Estas dos representaciones se hacen solidarias porque se fusionan la una con la otra. Por ejemplo en el caso de la división del trabajo, que por cierto, profundiza las diferenciaciones, esas representaciones no son nunca idénticas, estarían una fuera de la otra y se ligan y se relacionan, justamente porque son distintas. (Lo único que nos hace iguales, es que justamente somos todos distintos, H. Arendt)

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La solidaridad social sería entonces un fenómeno moral, no en su sentido ético sino como fenómeno de interioridad del sujeto representado por la sociedad como una realidad externa. La solidaridad en este sentido no puede medirse ni verse en forma exacta, tampoco entenderse bajo un contenido normativo doctrinario; es más bien una forma de designar la existencia de fenómenos sociales que son puramente subjetivos. Expresada de esta manera la solidaridad para estudiar los hechos sociales, es necesario entonces sustituirla por un índice externo que la simbolice. De esta manera un símbolo visible de la solidaridad para Durkheim será la Ley. No obstante entendiendo que existen relaciones y modos de solidaridad que no requieren de la ley, que más bien se regulan por la costumbre, sin embargo para el autor de todos modos la costumbre es la base de la ley. Por este motivo Durkheim razonará de la siguiente manera para desarrollar su método: i)

ya que la ley reproduce las principales formas de solidaridad social, sólo de debe de clasificar los distintos tipos de ley para encontrar los distintos tipos de solidaridad

ii)

clasificamos no según criterios formales de la jurisprudencia, sino a partir de los elementos sustantivos de la ley y, esta es, como una norma de conducta sancionable

iii)

las sanciones pueden ser de dos tipos: -represivas; o ley penal, donde el objeto principal del castigo es la expiación de la culpa y el sufrimiento ejemplificador del criminal (p.e. la cárcel) -restitutivas; o ley civil, del derecho comercial, de las regulaciones administrativas que perfilan la restitución de las cosas a su estado anterior de los incumplimientos por alguna de las partes (p.e. las indemnizaciones)

De esta manera correspondería relacionar estos tipos de sanción con el fenómeno de la solidaridad, lo que conduce a establecer los dos tipos de solidaridad; mecánica y orgánica.

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a)

La solidaridad mecánica (por semejanzas). Se funda en la sanción represiva, la ley que castiga los crímenes. Pero qué es un crimen se pregunta Durkheim. Para él el crimen no es sólo una ofensa a sentimientos colectivos, ya que su afectación debe poseer una cierta intensidad promedio, es decir, son precisos y son por tanto uniformes. Un acto es criminal cuando afecta a estados definidos y fuertes de la conciencia colectiva. La solidaridad mecánica está simbolizada por la ley penal, hay una cohesión social cuya causa está en cierta conformidad de todas las conciencias particulares a un tipo común o “tipo psíquico de sociedad” según el autor. En cada uno de nosotros hay dos conciencias: una que contiene estados personales o propios de cada cual y, otra, que contiene estados que le son comunes a toda la sociedad. No obstante, estas conciencias aún siendo distintas tienen un mismo sustrato, es decir, son solidarias. Es por esto que, la solidaridad mecánica surge de las semejanzas. Liga al individuo directamente con la sociedad.

b)

La solidaridad orgánica (por diferenciación). Se funda en la sanción restitutiva, que corresponde a otro tipo de solidaridad. La restitución corresponde a volver las cosas a su estado anterior y para esto la ley crea órganos especializados como tribunales consulares, arbitrales, administrativos etc. y es ejercido por medio de funcionarios. La relación social implicada en la ley restitutiva se establece entre partes de la sociedad, no entre un individuo y la sociedad. Durkheim al hablar de relación solidaria establecida entre “partes” de la sociedad, está proponiendo que este tipo de solidaridad corresponde a sociedades que tienen un grado mayor de división del trabajo y por tanto de diferenciación interna. Las sanciones restitutivas provienen de dos tipos de reglas: a) de las relaciones de exclusión o solidaridad negativa (leyes que relacionan personas con cosas o personas con personas) y, b) relaciones de cooperación o solidaridad positiva entre funciones domésticas, económicas administrativas, gubernamentales.

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c)

La evolución de la solidaridad. La solidaridad mecánica se caracteriza por los lazos que establecen los individuos entre sí a partir de sus semejanzas. Esta, predomina en sociedades en que la división del trabajo se lleva a cabo de manera segmentada y no funcional, en suma sociedades pre industriales, en que existe una gran homogeneidad social y por tanto conciencia colectiva también homogénea. La sociedad está fundada en una gran semejanza. Por su parte la solidaridad orgánica, se da en sociedades donde la división del trabajo es más bien funcional, lo que conduce a una gran diferenciación de funciones y por tanto de roles. Es característica de la sociedad industrial donde se da una tendencia creciente a la heterogeneidad y a la diversificación, es por esto que la solidaridad se funda en la diferenciación, haciendo que la conciencia colectiva esté menos presente en la vida social. La cohesión es complementaria a la frecuencia de los intercambios sociales, es por esto que es importante el derecho para regular los contratos.

El suicidio o la teoría de la anomia Para Durkheim el interés por el suicidio está en profundizar el conocimiento de cómo opera en la realidad de la vida la conciencia colectiva. La genialidad del texto está en haber buscado la pista para el análisis de este fenómeno de la vida colectiva en el ámbito de un comportamiento que tiene toda la apariencia de agotarse en el ámbito de la acción individual o en la esfera más íntima de la persona. Un enfrentamiento voluntario con la muerte. Pero de acuerdo al autor, incluso allí, en esa esfera íntima, actúa la fuerza de la sociedad. Aunque se trata de un acto plenamente individual, lo que interesa al sociólogo, es que a partir del hecho mismo y siempre en un período no demasiado largo, este acto se repite da manera casi invariable. Interesará que éste acto individual contiene causas en las cuales es posible actuar no sobre los individuos sino sobre los grupos. Luego de un exhaustivo análisis de distintos factores y grupos, condiciones sociales y religiosas, Durkheim da el paso teórico fundamental en toda la obra,

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que consiste en la proposición general de que la tasa de suicidio varía en proporción inversa al grado de integración de la sociedad. En tanto que el concepto de integración social significa la armonización de la conciencia colectiva con la conciencia individual, es decir, la dualidad de la conciencia se resuelve en un armónico equilibrio entre sus dos polos. Cuando esa integración es débil se produce la primacía de la conciencia individual sobre la conciencia colectiva, que es el estado del egoísmo. El suicidio que se produce por este tipo de integración, es el suicidio egoísta. Pero también observa que en las sociedades más primitivas hay formas de suicidio que son compulsivas, es decir, que en determinadas circunstancias los individuos se ven obligados a quitarse la vida. Se trata de una acción de autoinmolación que es asumida como un deber moral, referida generalmente a actos rituales. Este suicidio a diferencia del tipo egoísta, se produce porque la conciencia individual queda minimizada y se diluye frente a la conciencia colectiva. El individuo no es capaz de resistir la presión de las normas del grupo, se trata de un suicidio altruista. Sin embargo Durkheim no agota su creación analítica en estos dos tipos de suicidio, ya que nos conduce a una de sus mayores creaciones conceptuales: la teoría de la anomia. El foco estratégico para este desarrollo es el suicidio anómico. De acuerdo al autor, este es un comportamiento extremo que se produce por la ausencia de regulación y, esta ausencia significa inexistencia práctica de la conciencia colectiva. Un fenómeno que se produce cuando desaparece la “malla” de regulaciones y normas que orientan al individuo en el mundo de la vida social. Las situaciones de crisis social, como lo es el caos económico, pueden llegar a producir la desaparición de una malla reguladora de la sociedad y con ello se puede producir una suerte de muerte de la sociedad. En esa situación, el suicidio anómico corresponde a un comportamiento con el cual se pone término radical e irreversiblemente a esa situación de carencia de regulación social. En suma, es un comportamiento que se produce cuando esa carencia es intolerable para el individuo y, aunque es un comportamiento social

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que puede tener implicancias psicológicas, es definitivamente un hecho socialmente causado. Los cuatro tipos de suicidio i)

Suicidio egoísta. Las altas tasas de suicidio egoísta suelen encontrarse en aquellas sociedades, colectividades o grupos en los que el individuo no está totalmente integrado en la unidad social global. Esta falta de integración produce un sentimiento de vacío y falta de significado en los individuos. Las sociedades con una conciencia colectiva fuerte y con corrientes sociales protectoras suelen impedir la propagación del suicidio egoísta, entre otras razones porque proporciona un sentido a sus vidas. Cuando las corrientes sociales son débiles, los individuos sobrepasan fácilmente la conciencia colectiva.

ii)

Suicidio altruista. Al contrario del tipo anterior, es más probable que este tipo de suicidio se produzca cuando existe una integración social mucho más fuerte, obligando de cierta manera al individuo a cometer este acto.

iii)

Suicidio anómico. Este tipo se presenta cuando dejan de actuar las fuerzas reguladoras de la sociedad. Esta interrupción puede llegar a crear un alto grado de insatisfacción, dejando las pasiones con muy poco control. Cualquier tipo de interrupción hace que la colectividad sea temporalmente incapaz de ejercer su autoridad sobre los individuos. En este sentido, las interrupciones

liberan

corrientes

de

anomia

dadas

por

actitudes

desarraigadas y desrreguladas. iv)

Suicidio fatalista. Aunque brevemente analizado por el autor este cuarto tipo puede producirse cuando la regulación es excesiva. Durkheim se referirá al tipo de persona que potencialmente puede cometer este tipo de acto, como aquella en que “su futuro está implacablemente determinado, cuyas pasiones están violentamente comprimidas por una disciplina opresiva”. Para el autor es un clásico ejemplo el esclavo que se quita la vida por la desesperación que le producen las reglamentaciones opresivas.

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