Se abrazo la idea keynesiana de dejar de lado toda política monetaria, cambiándolas por políticas de estímulo fiscal de corto y mediano plazo. Muchas personas abandonaron su punto de vista por la ineficacia de las políticas monetarias en el tiempo de recesión cuando avizoraron frágiles y lentos indicios de recuperación global. En las primeras reacciones post crisis 2008-2009, los gobiernos introdujeron programas de estímulo fiscal e incrementaron el gasto publico coordinando acciones y políticas conjuntas. Fue en aumento desde el 2008, alcanzando máximos en 2009 y 2010 en los países de ingresos medios y elevados. En los países de bajos ingresos, se incrementó el gasto público, alcanzando un mínimo número de personas afectadas por los recortes. En pocas palabras, medidas adecuadas a situaciones particulares. En los países emergentes mantiene políticas de recorte del gasto menos agresivas que las de los países desarrollados, en donde el 90% de la población se ve afectada por estas medidas, sobre todo la población más vulnerable y los jóvenes. Los principales periódicos financieros del mundo mencionan la necesidad de cambiar las estructuras económicas a nivel global. Lo que hasta ahora era una recuperación de dos velocidades dentro de los mercados emergentes y las economías en desarrollo, es muy débil en las economías desarrolladas; parece convertirse en una recuperación de 3 velocidades. Existe una percepción generalizada de una recuperación frágil, aunque desigual y sin precedentes, por lo que aun perciben una economía real más bien pesimista y flácida. Los países del primer grupo puede que lo estén haciendo bien, pero está en tela de juicio su sostenibilidad. Los países del segundo y del tercer grupo corresponden al resto de las economías, este grupo importante de países en desarrollo se enfrenta a escenarios de crisis del empleo, que no supera la expectativa del ciudadano común y del sector privado.