---JORGE LEONIDAS ESCUDERO -------------------POESÍA REUNIDA
Diaverum
JORGE LEONIDAS ESCUDERO POESÍA REUNIDA
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ÍNDICE
2 11 15 17 19 20 30 32 34 36 ABUELA MATILDE A DORMIR AL ARRIERO DANIEL GONZÁLEZ A MI AMIGO “EL CHONGO” AMIGO ÍNTIMO ANIVERSARIO ANTE LA INMENSIDAD A OTRA COSA A OTRO HABLAR APLAUSOS APRIETE A SALVARSE A SARMIENTO ATISBOS BASAMENTO CRISTALINO 2
BELLEZA TOTAL BOLICHE CAFÉ PEDANTESCO CAMBIO DE DOMICILIO CAMINOS QUEMADOS CAMPO MUERTO CAMPOS DE LA DIFUNTA CANTO DEL YERNO PASMADO CARRERA DE PASTAS CON ANTORCHA CASA DESHABITADA CÁSCARA GRIS CASO DE ATAR CATITERO CAZA FURTIVA CAZA NOCTURNA I CAZA NOCTURNA II CAZA NOCTURNA IV CERROS ABAJO CLAVO DE DOLOR CONFIAR CONTESTACIÓN COSAS DEL CAFÉ CUCHICHEO DE ESTRELLAS CUENTO DEL VIEJO Y DE LA VIEJA DEL AMOR DEL IMAGINERO DE LO QUI HAIGA 3
DERIVACIÓN TIMBERA DESENCUENTRO IV DE SOL A SOL DESTINO DOLORES EL APARECIDO EL AQUÍ Y EL ALLÁ ELLA ES ASÍ EL PAJARO COBRADOR EL PAJARO SIBILANTE EL PALPITO EL PANTASMA EL POLLERUDO EL TIEMPO EL VIAJERO NUESTRO EL VINO TRISTE EN AQUELLA MESITA ESA FOTO ESCUELA PRIMARIA ES LINDO EXTRAÑAMIENTO FATALIDÁ FLORES GLORIA EFÍMERA GUANACO RELINCHO HACER EL NO HACER IDEOLOGíAS Y TRAMPAS 4
INVIERNO JODERSE JUEGO DE FOTOS LA BUSCA LA CALLE DE LOS ENAMORADOS LA CREATIVIDAD LA CRUZ DE PALO LA HERIDA MÁS MORTAL LA LLUVIA ESTÁ LAVANDO LA MEDECINA LA PALABRA ÚNICA LA PARED PARLANTE LAS CARTAS DESCARTADAS, V LE DIGO A UN GRAN POETA LEJANÍAS L’ENVIDIA LO DIVINO LO INESCRUTABLE LO QUE SOBRA ZOZOBRA LOQUITO DE AMOR LOS BUSCAHUELLA LOS GATOS DE SCHOPENHAUER LOS “MUCHACHOS” LOS RECIEN CASADOS MAULLIDO MI ACTOR GRATUITO MI ANCIANO HIJO 5
MINERO RIQUELME MIRADA AL ABISMO MISTERIO MUDAR NACIMIENTO DE LA TONADA CUYANA NADIE SCAPA NOCTURNIDADES OH ESE BAR PAISAJE URBANO PÁJARO LLAMADOR PALABRAS TENDIDAS PARADOJA PARAR LA OREJA PERSEGUIMIENTO NOCTURNO ¿PIEDRA LIBRE? PIRQUINEROS POETAS PLOINIZAVIÓN POLLITO DIFERENTE ¿QUÉ PASÓ? QUEMAZÓN RECUPERACIÓN DE LA VISTA REFERENCIAS RESTOS RESTOS HUMANOS RIÑA DE GALLOS ROMPECABEZAS 6
SENDEREAR SILENCIO SIN SALVACION SISIEGUESÉ ON JORGE SOBRE LA RUTA DEL ORO SOLILOQUIAR SU VIAJE TAL CUAL TANTEO A OSCURAS TE QUIE TIEMPOS BRAVOS TRANSMUTACIÓN DEL ORO TRAS LA LLAVE TRATAMIENTO DE LA GRIPE TREGUA ÚLTIMA APUESTA VENTURA VIDRIO MOLIDO VISITA VEGETAL
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2 Estaban los martingaleros a puerta cerrada estrujándose las imaginaciones. Después de fabricar extracto de nicotina como para fumigar una hectárea idearon un juego aparentemente hermoso. Corrieron al casino a probar el invento creyendo que tomaban a Dios de la barba, e inmediatamente fueron ejecutados en la horca. Pero los martingaleros siempre hacen crisálida y reaparecen con otra teoría. Es excelente eso ya que de tal manera se mantienen las fábulas de Lin Lin, El Dorado, la Ciudad de los Césares, Trapalanda y tierras adyacentes. Entonces déjenlos, no los echen de las mesas, son útiles en fabricar lejanos países.
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11 Estotro argonauta caminaba mortuorio en el amanecer. Trasudando desgracia fue al café y miró, no vio a ningún amigo y volvió a la calle. Le faltó oyente. Es que hubiera querido expresar en un vómito: He perdido en el juego el sueldo de un mes. Levantó las solapas y preguntó al viento si había pasaje, aunque no sabía a dónde, o una llave: No hombre porque faltan las puertas de las casas; aunque tampoco hay casas ni argumento ni nada. Es ver esa tormenta cuando aparece el día. Automáticamente se dirige al trabajo y allí excava un túnel con la máquina de escribir, esconde la cabeza y le sobresale con argumentos tristes. Le sobreviene un síncope. Muerto ya el argonauta nada termina ahí: la ruleta avanza dentro de él, impertérrita, y lo obliga a perder eternamente.
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15 En Baden Baden e en Wiesbaden, donde amó la ruleta Dostoievsky, ahí estuve en mil ochocientos sesenta y pico. Aún lo veo al ingenuo de Fedor perder hasta el pasaje de vuelta a Rusia y me veo a mí mismo, ilusionado, perseguir infames mariposas. Es que vengo haciendo en muchas partes vida de iluso, soñando con aves del paraíso y perdiendo las plumas. Sin duda que el eximio novelista, jugador extremoso, seguirá todavía en Baden Baden o en Wiesbaden (tal como lo dejé) luchando a pie juntillas contra los numerosos caprichos de la suerte. Por eso le remito este mensaje hoy para que venga a ver mi última martingala, tan bonita, que si no anda inventaré otra. Vendrá por descontado el amigo Fedor a que juguemos juntos, porque le gustaba mucho colgarse en los precipicios y sacar la lengua.
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17 Véanlo en su elemento Es que sufre y le gusta expirar en el juego atrevido. Déjenlo que asista a sus nocturnas muertes, nadie afecte su libertad entendida como herirse. Nadie toque su libertad ni siquiera con la hoja de un lirio. Es lógico que todos lo miren con reprobación pero hay que dejarlo que se desfleme y exude los líquidos de su imaginación excesiva
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19 Éste era un señor que fue al casino por un whisky o dos, mirar mujeres, jugar nunca, expresó: pero a modo de broma ya está, puso una ficha al 5 y se le dio desgraciadamente. De ahí para adelante es la historia de siempre. Hasta abunda tanto el desengaño que una noche fatal el numerito aquel se le negó muchísimas veces. Entonces ha salido apurado a la calle, seco de solemnidad, y dirigiéndose al parque elige un árbol, prefiere no sé qué rama y fallece. Sin duda que al árbol se le desprendió una lágrima; pero allá en el casino, cuando se enteraron, a nadie se le movió una hoja.
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20 Lo comprendo señor, deme la mano, por aquí es la salida, lo acompaño a la calle. Usted quería, claro, llevar pan a sus hijos y la casualidad no concurrió a la cita. Quería lucir una sonrisa hermosa o véanme, soy tremendo, y en cambio ha salido hediendo a caca. Jadee nomás jadee, póngase las manos en la cabeza para gritar: horrendo, toy muerto; pero si alguien le diera ya dinero seguro correría a jugarlo. Usted no es de salvarse porque falta a la palabra empeñada, empezando que no tiene salida y es mejor vaya escribiendo su epitafio: “Aquí descansa un tonto que murió de frío pero nunca dejó de desabrigarse”.
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30 Cierto dolor andaba yo el parque cuando salió del lago nocturnal una figura verde, grande así un cocodrilo en forma sanguijuela, cabeza aparatosa de mujer. Decime donde está la puerta, miera, le grité con un odio concentrado, dame la llave para que intente aunque no sepa qué. Le grité con el labio arremangado enseñando los dientes cuando la mala suerte me había desfigurado arrancándome grandes pedazos de piel. Y la quimera contestó así: Yo no sé de la puerta de salida ni de nada que vengan a pedir, lo único que hago es invitarlos a jugar. Y volvió a echarse al lago, deforme y pegajosa, exhalando un perfume de jazmines y rosas, lo que la hizo todavía más horrible.
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32 De un gran jugador que armó su vida en el aire no digáis que ha sido estupidez. Más bien hay que mirarlo filosóficamente: los pájaros comen en las manos de Dios y él los estruja para que otros vuelvan. De un ciego jugador que a guisa de bastón adelantó las fichas pretendiendo llegar, digáis nada, calláos si su sangre salpicó la pared: los murciélagos aprendieron a barajar el sonido a costa de muertes. Si un muchacho habita en la puerta del casino empujadlo para que entre, seguro necesita ir al foro de los demonios a discutir su tesis. Que necesita ir un largo viaje y le pide a Colón ser el grumete; pero como ello no existe querrá que la tercera se le dé ocho veces, los números vecinos siempre y el colorado mientras viva. Nadie lo toque mientras exprime el limón de su corazón en las baldosas del regreso. Nadie le diga que1 tiemblo por él acechándolo desde un portal tenebroso, porque fui, mejor dicho él es mi hijo, algo de mí mismo que dejé en el tapete, ho juventud.
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34 Pálida, doblemente triste, acedo el salivar, perro el aliento, así estaba ella entre los que ya no apuestan e integran la fila de los cadáveres. Hasta fingía una mirada inocente mientras exhibía en el pecho la histórica puñalada que acababan de inferirle. Pronunció una mirada hacia mí en demanda de salvación, de modo que la tomé de un brazo y hasta la puerta la acompañé caballeroso. No pude ir más allá con mi ternura pues tuve que volverme diligente para seguir cavando mi propia fosa.
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36 Apareció transido una mañana cuando me levantaba para ir a la escuela. Observé tras los vidrios que dudaba si entrar a casa o no. Era mi padre. De sobretodo largo arrugado y barba en crecida. Va y le abre mi madre. Nos sentamos a desayunar y ni agrega esta boca es mía. Ven que revea ese mazo, papaíto, tu mano en cucharita temblorosa al café, la falta de seguridad en los ojos, y el sol que apareció, no obstante habías perdido todo según supe después. Nunca más ocurrió y prestamente dijiste cuidadito hijo mío, el juego es un abrojo que se te prende hasta dejarte desnudo. Y desde entonces su ausencia de sobretodo fúnebre vigila en la puerta de todos los casinos y timbas para que yo no entre; pero entro no más y a la salida digo tenés razón viejito, perdóname.
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ABUELA MATILDE Venía de sus costumbres eso de que los niños en cosas útiles, nada de estar de balde, jugar si, pero oportunamente mi abuela en madrugar trajines y ropa coser ir y venir. Mis padres traer pan a la casa. En la orilla de la calle empedrada a veo mirar si vengo de la escuela. Entra conmigo, vamos a comer, sigue en sus tareas. No, no me de esa moneda abuela, no. Pero démela, voy a ir al almacén de doña Ana a comprar un bollito. (Ella no se da cuenta que esta muerta)
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A DORMIR Aquí regreso tarde y totalmente Ain más una nostalgia indefinida porque ni siquiera duele. Es sueño. Sueño porque estuve mirando y me cansé, el mundo se me hizo aburrido. La verdá es tarde ya para lo de antes. Los pájaros no están, el agua no canta como allá en el oeste en los arroyos que bajaban del cielo. Se ha puesto mi mano a escribir esto y dejémosla, ella quiere hablar del otro sueño, decir algún acercamiento a lo continuamente distante. Buenas noches.
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AL ARRIERO DANIEL GONZÁLEZ Allá en Los Paramillos del Tontal su toro pecho en la soledad bajando malherido tropezaba en el aire, se caía, cayó nomás. Se le cortó la vida por lo más delgado de la tarde. Pidió al viento la guitarra, y con la orilla del poncho punteaba el último estilo cuando un enjambre de estrellas se asentó en la rama seca de sus pupilas. Cantaba: Ya el hombre se hizo tierra, déjenlo en Los Paramillos; la tropa de sus recuerdos volvió a los pagos de nadie. Déjenlo en Los Paramillos, póngase otro sus espuelas. Para que siga rodando su voz en los pedregales. Tres veces alzó la taba del sol con la mano muerta y la clavó en el poniente, suertudo, pues les juntó las cabezas a los jotes. Tres veces la Cruz del Sur se le paseó por la frente hasta que lo halló un pastor y bajó con la noticia. En el boliche, en largas averiguaciones de vino pasó a flote su vida como tronco en el río. Un triste le puso música, otro idas y venidas, otro unos tallos de albahaca en perdidos carnavales. Después lo fueron dejando solito en Los Paramillos. Y allá anda, entra y sale de las neblinas. Y como solo es arriero, y yo poeta, dicen, le entrego esta yeguada de palabras rumbo a los pastaderos del olvido.
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A MI AMIGO “EL CHONGO” Porque no hiciste más que tropezar y con la mirada esa de mirar imposibles ir, ojos alerta, brazos extendidos en olímpico ademán hacia lo que no estaba. Porque soñabas martingalas famosas las con ruedas cuadradas ¿y así a dónde ir? El juego ¿nos respetaría? Tu sistema fatalmente se enterró en los desiertos del "no va más". Es por eso que hoy paso el plumero sobre la nuestra aquella vida hermosa, desempolvar noches, recordarnos, recordarte. Es que fuimos hermanos en la búsqueda seca, sacábamos el pasaje hacia y volvíamos exentos de todo. Y con cara larga en la calle nos decíamos ¿qué pasó? Y para que esto hablar si nada queda excepto yo aquí ¡eh!, para desempolvar tus huesos con esta canción ¿fúnebre? sí, por todos los caídos en el laberinto ciego. Chongo, chongo ¿qué más hubiéramos podido hacer? Preguntémosle al pterodáctilo, ese reptil de los pantanos que hace millones de años aprendió a volar.
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AMIGO ÍNTIMO Era noche de viento anoche cuando desvelado oí al gato amigo, el perdido, llamándome. Su quejumbre apagada oí e el impulso tuve de abrir todas las puertas a recibirlo. Veinte días ya, y si no lo mató un perro viene ahí. Salte de la cama y corrí a la ventana ver si lo veía y hacerlo entrar acariciarlo darle comida. Sucio, flaco estaría después e tanta ausencia. Entonces otra vez oí el llamado; pero mi di cuenta no era el gato, era una persiana que con el viento hacía tal quejumbre. Cerré la ventana. Fui a mirarme al espejo ver qué cara le queda a uno después de desilusionarse. Y en esas vecindades de viento engañador y ladridos nocturnos volví a la cama a no poder dormir. Acaso ¿esto es mucho decir sobre la ausencia de un gato?
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ANIVERSARIO Estás igual, yo no la vejez a vos. Estás como cuando en el banco del patio unidas las manos para no soltar estábamos lo poco restante de estar juntos. Ahora en mí verás nocturnidades de naipe, vino humoso y caminos cortados, soledades propias de haberte ido. Alguna mariposa de recuerdo cruza por mi frente y miro adonde estuvimos. Lo que el tiempo hizo y deshizo, lo que esperábamos y no. En ese banco del patio en las noches ahora Hay una sombra detrás, ojos abiertos de un dolor inefable.
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ANTE LA INMENSIDAD Fue alguna de esas noches en que miraba cielo en lejanías sobre campo oscuro y vi cruzárseme un relámpago lejano. Fue tal como ver chispear una idea en el umbral de otro mundo. Es como si en el fondo del desierto hubiera querido hacerse luz una verdad pero pasó fugaz y quedé a oscuras. Parece que la inmensidad quiere decirme un secreto y al ver que todavía falta mucho en mí queda muda.
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A OTRA COSA ¿Pongámonos bien la vida que nos pusimos del revés? En vez de alimentar historias de plomo digamos cosas fáciles. En vez de hacer de perro del hortelano, o llorar a la luna porque no nos quieren, echemos pájaros en el jardín de las preciosidades. Probemos saludar a desconocidos a ver si aparece el amor, pues qué delgado está el mundo, qué pálido, y necesita apoyo. Aventa una palabra uno y afecta al tiempo futuro; por eso hay que hablar con cuidado y sonreír más. Pogámonos bien la vida a ver qué pasa, pues así como estamos se han desequilibrado los bancos de las plazas y si no intervenimos ¿a dónde va a ir la gente a tomar aire?
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A OTRO HABLAR ¿Y qué puedo decir con la lengua trabada?: esto, y la sombra piso, palabras huecas alzo, tomo de la cola de un ratón y lo suelto, no es lo que busco. Ando a ver en qué ando, qué saber, hallar mi centro fijo, un rastro, un carozo; me respiro y no. Una mujer ayer su cabellera puso, venda en mis ojos; pero no dejé de buscar lejanías. Quiero decir hermosas, no razones, palabras como hombres pétalos y estrellas, seudópodos de mí hacia lo inaprensible Ando andando estas averiguaciones a ver si se me desata la lengua.
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APLAUSOS Fui lejos tanto como nunca y desperté a media noche asustao por el encuentro que tuve con los monos. Sí porque no deja de ser preocupante soñar estar conversando mano a mano con tales antecesores. Ahí estábamos en comer bananas y el jefe de la tribu me preguntaba por qué me había metido en pensamientos vanos como a dónde vamos y de dónde venimos. Tranquilizate hijo, me dijo, soy el padre de los humanos que andan perdidos como vos. La tribu lo aplaudió y él se paseaba sacando pecho y mirando a todos sobradoramente. En eso me desperté, di otra vuelta en la cama y pensativo dije para mis adentros: Te agradezco, mono, pero ahora te aconsejo yo, los aplausos al jefe son peligrosos.
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APRIETE Atiéndanme a esto que les digo aunque antes ya lo dije, pero sean buenos porque necesito compañía neste asunto. Que otra vez fui a dormir a campo abierto y al despertarme al rato veo al cielo echado sobre mí. La Cruz del Sur clavándome el pecho, las Tres Marías ciñéndome la frente y un lucero espantoso apretándome la garganta. E me exigían hablara que qué relación tenía con sus esplendores, que si sentía la inmensidá en mí, la presión del Universo, dijera algo. Cerré ojos y estuve desvelado pensando que les decir qué si no sabía nada de nada. Pero musité: Señoras estrellas yo soy un humilde buscador de piedras que vine a la montaña y soy inorante de vuestras grandiosidades.
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A SALVARSE Dame una mano viento, porque estoy afónico, voy a pedirte a voz en cuello para porque si alguien oye venga a socorrerme ya que estoy perdido en desconocido desierto. Es que no asumo lo incomprensible d’estar cada uno acá sin más que él mismo. Y por más que pienso no me avengo a esta rareza de en solitariamente matar el tiempo. Cierto que hablo muy ronco por tanto llamar a gritos sin eco, y ahora tengo que pedirte ayuda, viento, para lo que tanto necesito. Dame una mano entonces el asunto no es solamente mío, es de muchos los que aquí nos desgañitamos buscando compañía esencial y claro nos ponemos mudos de tanto llamar y nadie escucha.
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A SARMIENTO Corazón de gran puerto cabeza de atalaya quisieras de la estatua hoy bajarte, estar entre nosotros poner el hombro ver si hacer andar lo que no anda. Y esos niños ahí bajo tus alas ¿qué? Ah, Estudian futuro Don Domingo Faustino es, se llama; pero aquí los antiguos suponían que estaba mal de la cabeza lo que hablaba de escuela , minería, el gusano de seda y pan para todos, el que todavía no alcanza. El viento nuestro fuerte fue su guía. Así corrió este genio desvelado alumbrándose a velas para leer mucho de lo que hizo. Es que sacó de su ciudad de adobe no se qué empuje ir y fue a otros países, chapucero de idiomas, a traer algo de lo que faltaba. Nadie podrá sacarte ni siquiera una hoja del laurel que te adorna la calva, nadie podrá atajar los palos que diste merecidos Y me despido ya con el mayor respeto. Gracias don Sarmiento, deseo que continúe con buena salú
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ATISBOS Veces me alejo caminando lejos en divergencia de mis propios pasos. ¿Busco lo perdido hace miles de años? Un hombre oscuro pervive, late como crisálida o un algo que pide abrir alas en mí. Siento que desde la penumbra me empuja pan que regrese ¿a dónde? De modo que divago y fluctúo en la ciudad bullicio y abatido me derrumbo en los bancos de las plazas, espero no sé qué. El hombre misterioso se aproxima, intenta religarme a su mundo indefinido pero no doy chispa. no accedo a su fervor de vida más allá de todo. La vislumbre de Eso me perturba. Hombre oculto no insistas, ya es demasiado tarde, no puedo volver a donde nunca estuve.
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BASAMENTO CRISTALINO El huerto estará alzado en flores Toy escarbándome al lado de los ojos profundas arrugas e izar abejas, grillos principales donde metía mano en agarrar el amor con pasto y todo. El sauce con las hojitas puestas. Para bajar limones, con una caña enhiesta fui ayudarle y caímos los dos, pos limones a unos trébolos puestos como Dios quería para unificarnos primaveralmente. Esa fue la muchachaque me hizo hombre, me pintó el bigote y para terminar bien estuvo trabajando en mí de noche que amanecía con las rodillas verdes. De repente el otoño golpeó manos, voló mi pajarito a árboles diferentes. Y al caer de las hojas ya estaba en el colegio a patinar tiza escalofriantemente; pero no puedo escribir nada bueno. Nada como con verde cuando me apuntaba el bigote pude aislar en el pizarrón.
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BELLEZA TOTAL Ahora embelleciéndome se me desaparecen arrugas de recuerdos, el dolor de cuando agarrás ortiga creyendo es albahaca de carnaval. Felicítenme que se está en mí un vacío llegando un atisbo de soledad donde no hay ganancia ni pérdida. Para ir a ninguna parte voy a salir por encima del laberinto, es saltar desde aquí hacia ir acercándome a todo. Que se me están retirando las ilusiones de alquilar balcones y aullar ante la luna reclamos de amor. Entonces sigan ustedes y hagan sus apuestas, yo me retiro porque la belleza viene pisándome los talones, ella apagará la luz y dormiremos juntos.
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BOLICHE Esperando a su huérfano en la ruta sombría Alguna de vacía silla totora está. Mugre de viejos días ensucia las paredes, las moscas se pegan a los vasos. Sale afuera diez pasos el vino y refermenta junto a la acequia orina y yerbamota. Un uú de paloma callejonera impulsa la brisa en los poemas últimos del verano. Cuatro flacos atados a la vara dormitan y cabizbajos sueñan que los pialan con pasto. Por cuestiones de alcohol llega a veces la muerte, ese “bicho que pica sin remedio en botica”. Veces sale un borracho y explica, lo inexplicable con un grito en la noche.
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CAFÉ PEDANTESCO Nos encontramos en la calle, dijo vamos a un café y hablamos largo. Allá empezó con esto y lo otro... y haciéndose el agrandao habló hasta por los codos de nada. Se refirió al filósofo Kant como si fuera un can callejero digno de pegarle una patada. No le fue mejor a Platón: lo comparó con un plato grande vacío de verdades. Su verborragia entró en la horticultura y se fue por el lao de los tomates como si a mí un rábano me importara. Hizo un breve silencio para mirarme ufano como diciendo ¿viste todo lo que sé yo? Se limpió la boca con el dorso de la mano, encaró por el lao de la política y ahí fue cuando consulté mi reló y levantando los ojos al cielo dije adiós.
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CAMBIO DE DOMICILIO Fui a visitarte a la casa donde no estás y es habitada hoy por fantasmas. Salió a recibirme una señora pálida diciéndome que me había equivocado de piso, que tú vives hoy solamente en mi cabeza. Abrí ojos en vista de tamaña realidad como es tu presencia en mis pensamientos y contesté perdón, no me había dado cuenta. De modo que insisto y te visito puntualmente ahora en los insomnios. Te obsequio flores; pero me da tristeza que estés así, tan puesta exclusivamente en mi imaginación.
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CAMINOS QUEMADOS Eran Alfredo y varios, como sea. llamar el horizonte, cariciar los caminos. Un barcito chiquito con dos ruedas de vino traca trac en la noche viajero a las estrellas. Picaban los amigos aceitunas y queso, y al empezar callaban. Inconsolablemente daban vuelta las copas relojes de arena. Sombra de no sé quién, de Allan Poe o Rimbau. un poeta entre ellos, escribiente maldito, levantaba en la mesa una orquídea envinada y después la guardaba en silencios divinos. Conversaban oscuros de una lucha impotente, fruta verde en las ramas del arte, pensativos. Hablaban de negocios que jamás harían. Atropellaban el mundo sin moverse. Y así hasta que la fruta se pudrió en las ramas la ceniza les puso huevos en las sienes. Y un día con la ausencia de Alfredo, tan pesada, se quebró en la distancia el eje del barcito.
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CAMPO MUERTO Me paro neste hocico de cerro, nestas piedras o desabrigada altura on pega el viento y diganme. ¿dónde se han ustedes escondido que no asoman cabeza? ¿queda alguien aquí? Hablen, o por lo menos sinceramente digan algo de por qué no vienen a saludarme como ayer, a ofrecerme casa o perro que me ladre. Están en mudamente ustedes e el campo no quiere reconocerme. Pregunto: ¿Hay alguno que me alcance un mate? Vengo después de una punta de años y lógicamente ustedes se han hecho ausencia, no se dejan ver porque así es la vida, luego voy a pegar la vuelta por donde vine pero para definitivamente.
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CAMPOS DE LA DIFUNTA Otra vez ando el campo este seco de retamos jarillas e írseme la tarde en lo que es ver, sin más estar que en mis ojos la yerma extensión del desierto sanjuanino. Sesga un pájaro desde y va a lo mismo siempre lento a lo mismo vuela como si no se moviera y se apaga. El cielo enciende alguna estrella sobre los jarillales ya oscurecidos. Monte achaparrado donde ha muerto y vive la Difunta Correa. Y es su hijo es quien llora en tanta soledad viento trío. Y ese es mi estar aquí en ‘l inmenso campo santo de ella, bravía sed a donde vine para en lo que me es ver sentir, tras el pájaro huyente del día la unión con la Madre.
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CANTO DEL YERNO PASMADO Aparecí querube desplatado con la camisa hilachas en el cuello. Casi ronco de amor: ¿Está Elvirita? ¡Fuego! Gritaron sus padres. Mi sangre manchó cinco baldosas. Me alejé livianito, por encima; canté por la nariz como sólo se llora cuando falta la guita para encordar la guitarra. Después me asesinaron nuevamente para que estuviera más muerto. Después en la garganta me brotó una rama de sauce. Ella está pobrecita gorda como una vaca, pero si se hubiera casado conmigo estaría flaca por tanto ejercicio para cazar mariposas.
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CARRERA DE PASTAS CON ANTORCHA Ayer de los ayerescuando corría tullido detrás de una mujer, cuando no podía andar bien, digo cuando estaba mal parado ella ocurrió el traspaso de la antorcha. Frente a frente sentados nuna confitería la hermosa me decía este es el final de etapa y empujábame para que despejara el camino. Me sostenía yo no sé cómo para no caer de la silla, era víctima de un amor deportivo. Entonces intervino un ángel bueno ojos azules hombre que antotra mesa estaba y acudió a reemplazarme. Sí, porque se miraba con ella por encima de mi hombro y me di cuenta de todo lo que me di cuenta. Chau dije. Y al angelote bueno de azules ojitos le pasé la antorcha ardiente para que, como le tocaba a él entrar en carrera, se quemara los dedos igual que yo.
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CASA DESHABITADA Aquí estoy en el alma de la vieja cocina, el otoño es un cuadro luminoso en la puerta, ante azules montañas vuelan lentas ibiñas Es me llevó la vida andar campo, caminos y vine hoy a ver la endenantes casa amiga onde estuve y tuve enamoramiento grande que todavía alla en la lejanía se ve la polvareda de cuando tuve que salir huyendo en un destartalado ómnibus rumbo a las añoranzas.
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CASCARA GRIS Actúo hora como otro no el prolijo hacedor de entuertos no el jugador perdidoso en todo el postrero orejón del tarro el niño meado por los perros. Tampoco el jugador masoquista. Me escondo, soy el tapado, el otro, claro es lógico ustedes no vean en mí ningún cambio. Es que busco e nadie me ubique como distinto en reuniones vuestras por eso exhibo una cáscara de costumbres añejas. Mientras, vos ante mí queate quieto no podés ayudarme, no he caerme ni o podrías empujarme a un pozo pues no es con ustedes mi asunto, es con el horizonte que tengo clavado aquí, en el entrecejo.
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CASO DE ATAR ¿Es lógico decirme que no hay que enamorarse de la mujer del prójimo? ¿Acaso el corazón entiende de taparse ojos, cerrar boca y tragarse tu nombre? ¿Acaso es tarde para que se me, en los dedos, un ansia de acariciarte exista? Muerto he de sacar la mano todavía al viento para sembrar lo que me abunda. ¿Acaso vas a impedirme el gesto de llamar al amor en tu oscura calle? Conserva vos lo tuyo, tus costumbres, tu nido; yo andaré como quiera. Suelto, violín de un grillo, al buscarte a vos amo a la hembra inmensa que es la vida.
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CATITERO Este oficio de suerte milagrera vendo catitas; voces de pecho, adentro de mis nidos, lengua bola nomás, pájaros verdes que nunca cantarán como es debido precisamente porque son catitas. Es que no salen desde el pecho afuera como deben salir por el oído sino que se me atoran y se niegan, andan entusiasmadas por el cielo del paladar y mueren en saliva. Nombres de aquí nomás de la otra esquina que no alcanzan verdad extraterrena; algo que iba a decir y se me olvida como un golpe de plumas en el suelo. Aves brutas serán y empedernidas en bulla verde hasta trabar la lengua, una ilusión de canto diferente que se queda en arena. Este oficio, señor de catitero por aspirar palabra luminosa por querer recogerla desde abajo y presentarla arriba de otro modo. Díganme cuándo, recibo el eco díganme cuándo aprenderán mis pájaros; o es que falta poco y viene el día en que se libren de la vieja jaula. Soy catitero por la calle larga Voy traqueteando la prisión del canto.
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CAZA FURTIVA Aguaiten: la poesía se deja ver cuando gusta y uno la alcanza si le alcanza el salto. Entonces cada uno cante lo suyo en la rama que se le cante. Intente lo mucho a nombrar y escaso, lo necesario y difícil. Escarben debajo de las cáscaras busquen la palabra única. Búsquenla, mejor dicho espérenla; y aunque cierto es vano decir a otro cómo hay que caminar, les digo aquí un modo de cazar gorjeos de pájaros emisarios, pero es obvio que si no naciste con dedos de guitarrero te es mejor tocar otros asuntos. Tan cierto como reír o llorar puesto si vos te estrujás el cerebelo sale merdosidad, esos palos de ciego que castigan de alivio a oídos inocentes. Me pasa golpear tambores, meterme en berenjenales y participar en festivales de chicharras. Tarde nos arrepentimos, si acaso, pero lo escrito queda escrito. Es que aguaiten pues todo es acechar hasta que una evidencia salga de su cueva y recién dar el salto, cazarla, compartirla con los análogos nuestros que viven en las cornisas gatos hambrientos de infinito. Y alegría festejos alegría porque el cazador de palabras vive para no matarlas.
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CAZA NOCTURNA I ¿Cómo hago para dar el salto? ¿Pero de qué salto estoy hablando? No sé, simplemente un salto, salir desto de siempre donde no hallo y sigo buscando. Y ahora esperen pueda memorizar, ver si explico algo de mis desvelos, ver si encuentro el mapa del tesoro, el carozo deste asunto que me tiene absorbido. El no poder explicarme cómo da desorientación, pero sigo metido nestas alturas de mis inquietudes donde falta el aire y sin embargo existo.
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CAZA NOCTURNA II Aquí voy a investigar lo que difícil sepan de qué hablo. No obstante escribo sobre ir hacia lejanamente, escalar cumbres en acecho de si encuentro lo que espero o una vez más regrese muerto de frío. Es que ando a los tumbos tratando de armonizar lo visible con lo invisible, digo fabricar con la mente un despertador de conciencia que avise cuándo una imagen real sea chispa de futuro. Les digo, ese fenómeno es un esquivo animal que sólo se caza cuando la flecha se dispara sola.
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CAZA NOCTURNA IV Alguno de ustedes, señalo al azar porque no sé dónde está pero estará, sin duda, con la boca abierta esperando el resultado de esta búsqueda. Escuchá pues a ver si me entendés, (o si yo mismo me entiendo) abrí bien laj orejas por si se me sale una verdá de la lengua. Sí, porque hay oscuridades muy oscuras y hay que respetarlas, el intérprete no serás vos sino el Ello, un otro que te saca de dudas si confiás ciegamente en él. Y a ese no lo busqués hacia afuera porque vive en vos mismo y te va yudar cuando estés descuidao. Porque así es esto un salto un tic de la conciencia que cuando lo alvertiste ya es recuerdo, pasa. Entonces esperá a te lo diga dejá de amasijarte la cabeza.
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CERROS ABAJO ¿Qué te aflige hoy? ¿Qué te arruga las arrugas? ¿has visto algún mal modo en el aire? Veo un murciélago en tu cabeza, ¿vas a espantarlo? Bueno amigo me entero que ¡carajo! lo esperado no anduvo. Entiendo: el tiempo te castigó y la mujer deseada en vez de incorporarte besos, cariciarte, agarró distancia de vos Y ahora no te alcanza la palabra para decir las uvas están verdes sino que quisieras morirte. Y si gritaras eso hacia la Cordillera los guanacos dispararían asustados; y acaso algún amigo desos viejos allá, levantaría las cejas incrédulo:¿Cómo sos vos el mismo firme que ayer buscaba oro nestas piedras? No –diría-, no puede ser él tienen que ser quejas del viento
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CLAVO DE DOLOR La amada lo agarró prolijamente, sin animosidad pero con firmeza y le clavó un clavo en la frente. E Antonio salió a la calle amarillento y verdoso, la cabeza caída sobre el pecho y apretándole el hígado. Es que un perro sarnoso y apaleado era. Bilis le corría por la sangre. Vieras qué espectáculo triste. Álguienes le aconsejaron que se desahogara o moriría y él anduvo consultando a cuanta bruja en que sin resultado. Entonces le ije yo sería bueno llorá, aunque supongo para tanto escándalo no te alcanzaría el agua del río. Mas como Antonio se encogió de hombros me enojé y con voz ronca y profunda como exigen los dramas le espeté así: Sos el efecto de un adiós, jodete
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CONFIAR Señor gato este blanco y negro este que duerme a mi lado y suelta las patas seguro de que no voy a incomodarlo. Descansa como un trapo caído en el suelo no vi más entrega como así un bebé cerrar los ojos y dormir ajeno a las traiciones del mundo sí, porque la desconfianza lógica entre nosotros los animales, ver a este dormir tan feliz me da la sensación expansiva de que todos los seres deberíamos ser así. E ante este sentir le agradezco al cariñoso gato porque por lo menos mientras lo veo dormir me siento amoroso con todo el mundo.
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CONTESTACIÓN Aquí estoy contestando tu carta, muchacho, donde me dices que lea tus poemas y opine. Y sí, veo que andás buscando ver si decís la palabra única, esa que a veces te parece ´stá ahí nomás y cuando vas a agarrarla se te ´scapa. Leeré tus versos con fatiga porque estoy en edá de descansar y no voy a decirte mi parecer más que sí joven, siga, siga porque no quiero engañarte y vos creer que mi experiencia vale. Yo también busco la palabra única y ando a los tropezones por agarrarla, así que andamos en la misma búsqueda y el que cree que sabe no sabe más que saber va a a a a… quién sabe dónde.
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COSAS DEL CAFÉ Resulta que me le una noche en el café acerqué y pregunté si me permitía compartir con él ya que no ni una mesa libre había. Dijo con la cabeza que sí. Entonces pedí al mozo un cortado y me senté nomás junto a ese hombre muy mayor a quien conocía de vista. Dije es fiero estar solo por eso a ver si nos decimos algo. Levantó cejas el veterano, parpadeó y entré a hablar yo solamente. Él mugía: ¿Ah? ¡Umm! ¡Desde luego! Después hice silencio, pagué por ambos y antes de retirarme dije: Disculpe señor por haber hablado de bueyes perdidos. Él mugió ¡Umm!
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CUCHICHEO DE ESTRELLAS ¿Adonde voy? No sé si llegue pero voy. anduve recogiendo piedritas a ver si alguna me decía, por fin, que hallé oro y me volví rico y… ¿Qué vas a hacer ahora? Y basta ya de esperanzas muertas, ahora me dedico a escarbar en el papel a ver si encuentro la palabra esa que huye y se esconde, se me atraganta en la mano y justo antes de decirla termina en nada. Me pasa como allá en la montaña cuando dormía a cielo abierto y las estrellas cuchicheaban entre ellas: Pobrecito, dejará de buscar cuando se muera.
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CUENTO DEL VIEJO Y DE LA VIEJA Escúchenme, chitt, son confidencias tardías: Salió con el vestido blanco y le hicieron hijos, volvió con el negro cuando la hicieron trapo. Ahora pela papas y hamaca al nieto, en eso está. Pero si en ves de eso dijera que me quiere yo mismo la tomaría por loca. ¿Es que no han dejado piedra sobre piedra aquí? Pegada a la ventana fabrica pelucas con lana de chimeneas y me las aplica en escenarios de ayer. Por mi parte, atento, le envío claveles de florerías añejas. Quise correr su calle en primavera y tropecé. Quiso venir a verme desde sus lejanías y no pasó el ómnibus. Hoy mueve con el pie la cuna del nieto, pela papas y con prolijidad única desteje posibilidades ya que el agua florida no anina dos veces bajo el mismo puente.
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DEL AMOR Mas quisiera un final algo florido ya que el amor es poesía. Para esto adhiero a una sabiduría antiquísima Y suspiro: Las abejas no saben por qué van a las flores y las flores no saben por qué atraen a las abejas. La palabra única (del libro "Tras la llave"): ¿Estoy quizá hablando de la nada o del todo que es lo mismo? ¿Será eso el silencio total ah? Me asustó: ¿buscar la palabra única será instinto de muerte?
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DEL IMAGINERO Toy en construir muñequitos de palabras, toy buscando mi obra esplendorosa; pero éste me sale raquítico y aquél con demasiada hojarasca; algunos caminan con cierta elegancia aunque es dudoso que lleguen muy lejos. Me preocupo bastante como todo buen padre pues quiero que mis hijos sean perfectos, mas ellos andan como les da la gana y la gente, claro, me culpa a mí. Simplemente quiero verlos felices y para eso tiro el barro sobre la mesa, amaso, corto, saco, pongo y finalmente siempre falta. Es difícil esto.
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DE LO QUI HAIGA Noches a esa fonda llegábamos varios y ¿qué van a comer hoy? "Tráigame de lo qui haiga" contestaba Rufino. Después en sobremesa larga de vino iba la conversa subiendo poco a poco desde asuntos menores a totalidades inmanejables. Salíamos a la calle y agarraba cada uno para irse. La noche cerraba así. E otras veces éramos invitados e íbamos a algún otro lugar a no sé qué más. Después fueron desapareciendo amigos íntimos desos si falta uno está el otro, pero finalmente muy pocos van quedando y aparecen suplentes los como para escasamente tener a quien saludar. Así pasa. Y en llegando a topar en esta altura con lo desconocido me pregunta la vida ¿qué vas a pedir vos? Y como ayer en la fonda contestaba Rufino digo yo "tráigame de lo qui haiga"
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DERIVACIÓN TIMBERA Mientras miro pasar el suceder vacío cuando barajan y dan o doy cartas, espero recordar si he visto fugazmente un indicio. ¿Qué es eso? Darme cuenta, sentir-ver lo buscado ¡ah! porque es posible la comunicación con lo todavía no y es recordar que he visto un relámpago. ¿Y esto a qué viene? Es porque un filósofo dijo "la conciencia es recuerdo" y me agrandé: Ahora en la timba cuando jugamos al póker o al truco le pregunto al aire qué cartas tiene el otro y, ¿y se gana? Puede, cuando afloja el yo masoco y te deja respirar un poco.
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DESENCUENTRO IV Caminó ella hacia allá, cabeza erguida y a paso firme dándole a él la espalda. El viento a favor melena agitándosele en despedida. Y ahí también el hombre se dirigió hacia allá, pero con rumbo opuesto. Así harto se extinguen las uniones; donde antes hubo dos queda nadie y a menudo lágrimas en el suelo. Mas cabe preguntarse ¿a dónde está ese allá do se marcharon, divergentes, en busca de otro amor? Esperen que estudie el mapa, ya contesto. Aquí hay un territorio donde los veo distanciados uno del otro y con la lengua afuera. El terreno es sumamente áspero. Y como soy comedido les grito intenten, insistan, cuélguense de otra ilusión y aunque vuelvan a sufrir angustia, ejercítense hasta que aprendan a caer parados como los gatos. Y en ese pintarse del Poeta, nos pinta con sus palabras…
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DE SOL A SOL Volví a los campos en que lejos donde viví de niño cuando ayer mi padre y vi un niño solito frente a un rancho, estaba sentado en una piedra. Me acerqué temeroso de lejanía y dije o pregunté algo, qué, su edad su nombre y su mirada habló sólo silencio. E iba yéndome cuando volví la cabeza y ví que sobre el niño se venía un temporal de palas y azadones, arados y herramientas para ya hombre hacerlo empezar con mujer hacia otra vez niño sentado en una piedra y volver de nuevo al hombre sol a sol jirones la camisa el pantalón a ver si aparece un qué en el horizonte pero azadón pala y pico dolor luna. Continué mi camino , regresé triste
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DESTINO Ayer cuando venía de no sé dónde se me cruza mujer como otras veces y dice salite de andar entre los buscadores de no encontrar. Fue triste que hermosa mujer esa me diera tal consejo de madre, porque aunque es verdá no puedo bedecerla pues me pasé la vida en intentar lo desconocido y ahora ¿qué hago con la costumbre de no encontrar? Di la espalda, cabeza bajé y la bella consejera otra vez se sintió defraudada. ¿Pero es que qué culpa tengo yo si al revés de lo que opina tanta gente me complace buscar lo que no encuentro?
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DOLORES Hora viene un dolor y se te encima en las rodillas como un gato y vos salí decirle pero insiste. Y acaso se te sube a las costillas para hacerte caminar con el chasis ladeado. Son las consecuencias de vivir y la muerte es el coronamiento de todo. Dicen que con no hacerles caso los dolores se retiran ofendidos y no vuelven. Así se lo expliqué a una doña del barrio y ella sí que se ofendió, dijo usté habla porque no le duele aquí y allá como a mí, pero espere y también ha de lamentarse. Así fue y al instante sentí un fuerte dolor ¡Ay! y me toqué por allá abajo. La vecina desviando la mirada dijo: Que se mejore, eso le pasa por hacerse el jovencito.
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EL APARECIDO Un niño muy antiguo digo un niño con ropa muy de ayer me mira desde una ventana, parece como de diez años y no hace un gesto, observa. Tiene seriedad de muerto pero está vivo, está ¿cómo testigo de qué? ¿de mí? ¿o es que piensa soy el mismo él? Desde su soledad, desde la incógnita de su mirada inmóvil observa. ¿Qué estas haciendo ahí? ¿palpando la terrible unidad del tiempo? ¿las flores que inocente de mí sostengo todavía para que se sequen? ¿qué miras, la escalera de huesos por donde llegué a este juego de mi amor ciego? Me siento en la cama, enciendo la luz y él se apaga, vuelve al nido de fantasmas donde habita y a veces sale para ver qué pasa a través de mí.
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EL AQUÍ Y EL ALLÁ Calles donde la gente deshoja, en busca de frutos imaginarios, el árbol de la vida. Que pasado mañana mejorarán las cosas, que ahora falta todavía un poco mientras el nunca acecha bajo cada baldosa. E encima de las palabras anida una esperanza muda cansada de esperar. Los transeúntes caminamos uno al lado del otro sin considerar que vaya cada uno a donde crea ir, unos antes y otros después todos vamos hacia el mismo sitio. Pero a la corta, ya, ante si alguien pisa una baldosa floja y al caer se lastima cabe decir hay que fijarse bien por donde se camina. Hay que cuidarse para no morir, pero ¿aunque todos vamos hacia el mismo allá?
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EL GRILLO INTRUSO En el jardín vi una rosa y le dije: Preciosura, es tu destino adornar un florero pero ahí cuando te marchites voy a tirarte a la basura. La rosa contestó: Vos por fiero sin pasar por el florero vas a ir directamente a la basura. E un grillo se metió a decir: Perdón, ustedes no saben nada, todos, fieros y bonitos vamos a ir a parar al hoyo. Cri cri cri me despido de ustedes hasta pronto.
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ELLA ES ASÍ Mi hermana Margarita es en extremo cuidadosa, anda mirando el suelo no sea que inadvertidamente pise una hormiga. Ciertos monjes de no sé dónde caminan así pero mi hermana lo hace por naturaleza. Cuida la vida más allá de ella y suele hablar bajito si un grillo namorado canta en el jardín. Y cuando va al campo trae alguna piedrita que gracias yo encantado es hermosa digo. Ahora quel tiempo se nos viene ciático, cabizbajo y olvidadizo, ayer salimos a la puerta de calle cuando mirá mirá –dijo mi hermana- qué alegría, los paraísos están floreciendo. Ella es así.
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EL PÁJARO COBRADOR Busco hallar ver si un pajarólogo m' explica qué pájaro es ese que nun árbol del fondo de mi casa canta fiero diciéndome págueme págueme págueme. No lo he visto pero lo oigo y me trae inquietú porque no sé, se me ocurre ques de mal agüero eso de que un bicho hable como si fuera gente. Mucho es atrevimiento de en mis propias barbas decir eso de "págueme"; pero es mejor que no me asuste. Pienso es una desobediencia del pájaro pues alguna bruja lo mandó a otro destino pero vino aquí pensando era lo mismo cobrarle a uno u otro ya que todos somos deudores de algo.
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EL PAJARO SIBILANTE Iré mañana al méico ver si me arregla el asunto e loj moco que se me descuelgan a la garganta y silban pa que loj saque de ahí. Caso curioso este del aire que entra por la nariz y al volver del pulmón toca en la laringe una flauta triste. Y cuando uste’ tose no se libra de lo ahí. O mejor dicho éste es un sibilante pájaro cantor que desde adentro anuncia mi involuntario retiro de bares, viejos amigos y últimas ilusiones. Es horroroso oir en la alta noche la voz fúnebre dese pájaro burlesco que stá organizando, al parecer, mi despedida final con una rechifla.
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EL PALPITO Aquí voy a meterme nun asunto oscuro Porque no queda otra que asumir La inquietú del vacío. Si lo pienso no vale porque esto Llega de alivio, entra por la gatera Del más allá de la cabeza, digo Que no son ocurrencias propias. Oscura oscuridá enfrento y mi mente debe silenciarse Cuando pretenda recibir el eco De la ajenidá, de la ajeno en mí, Digo desencasillarme del archivo. Porque ante dos posibilidades Se trata de no opinar, Dejar que hable la inmentalidá Por conducto del pálpito. Y este es como el hipo, Cuando ha desaparecido Sabemos que ha llegado.
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EL PANTASMA Justo andaba al tranquito del mocho mohino helando camino entre Barreal y El Leoncito, noche clarita, cuando se me (en Las Piedras Pintadas) susta el animal. Era un bulto en blanco, alto a hombre, que sale y ataja. Alto y más. Tonce el macho salta de güella a juria y, tropezando piedras, de herraduras saca chispas. Que me caigo y no me caigo me sujeto, miro p’ atrás y del pantasma ni señas. Mejor así. Esto ha sío ce mucho y todavía toy sustao.
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EL POLLEDURO Llegué de nochecita al Carmen Alto, en el Tontal, mineral abandonado desde hace muchísimos años. Cuentan los mineros que ahí sale el Pollerudo, un cura vela en mano, cara blanca como pintada con cal. Desensillé la mula, prendí fuego, comí algo, hice cama con la montura y cuando iba a dormirme oigo un ruido raro ¡Caramba!, lo veo al Polleduro. No es para menos que se me helara el sebo. Demás esta decir que el resto de la noche estuve con loj ojos grandes así. Y si se me hubiera otra vez aparecido me esmayo. Ni sonso voy a alojarme otra vez en las propias barbas del polleduro
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EL TIEMPO Ya sé vuelvo a intentarlo. voy a hablar del tiempo otra vez y ustedes dirán cállate vas a repetir meterte en dificultades. Y a mí qué porque si muchos ya escribieron sobre el tema a mí un bledo me importa y lo intento porque ningún genio de esos entiende más que yo de los turnos de agua. Del agua de riego, digo cuando uno se dedica a regar la viña. El tiempo es como en acequia el agua pasa pero al mismo tiempo se queda. Usted meta la mano y tóquela, está quietita y sin embargo corre. dispara pero no se ha ido, tóquela. Después viene el celador ese que maneja los turnos, baja la compuerta y al cortar el riego ahí se te acaba el mundo. Pero claro yo estoy hablando de lo que ustedes piensan que no entiendo ¿ Será porque se me inquieta la ignorancia? Sea como sea, aquí dejo escrito lo que supe del tiempo mientras regaba la viña
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EL VIAJERO NUESTRO A sus majestades no les viene a cuento carabela fondeada en mis pupilas, el viento izado, luego en la foja mil del expediente un ítem agregó: Puercas autoridades ¿podrido el huevo parado muero? ¿A la tierra incógnita sin barbero que me la saque finaré? Hoy es la hipocondría y mañana los callos. de Isabel, las meninas o misas en Sanlúcar de Barrameda. Me lleve Judas. Colón véngase mañana me han dicho ayer, como si el ronco acento de los mares no estuviera quemándome. Y vivo en los mesones del Puerto de Palos llorando mi suerte, masticando el del horizonte, pegándomelo en las pestañas. De las postrimerías de la ilusión se arrastran países de canela, demandan historia, y vean a los reyes o plaga maldita: juegan al ajedrez. Con mocos no se compra la vela de mesana ni el golfo de mi arribo con albricias. Entrégame las joyas, imbécil, me avergüenza la risa de los marineros. Si cuestioné la forma de la tierra no fue por chiste. La gloria de mis ojos alumbrará el camino Ya lo sé: el fuego de lo desconocido se alimenta con mariposas. 75
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EL VINO TRISTE Agazapada casa m’ está sperando en que vuelva a allá y voy ya voy digo pero no voy sino me hundo cada vez más en este bar. (Tráigame lo de siempre.) Casa qu’ en preguntarme insiste. No sé respondo sólo hice allá un adiós como decir tal vez, no sé. ¿Y qué pretendo aquí? ¿Salvarme del pasado cerme el sordo? Late la casa y acecha ver qué hago. Sí, debo tener cuidado, hoy estaba entre los aburridos aquí y de repente hice un ademán así como a tomar el ómnibus de vuelta a, y lastimosamente derrame el vaso de vino. Avergonzado salí a la calle para como siempre seguir quedándome. Soy el desaparecido de allá.
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EN AQUELLA MESITA Aquí venían cuatro y queda ninguno, en aquella mesita , señor, ahí donde una mosca se pasea triste. Aquí hace, bueno, no tan poco, el vasito de vino y los amigos la conversa la risa la voz alta sobre lo que si no es cierto vale para hacer tiempo. Bueno muchachos esos que ya viejos venían a hablar sobre jubilaciones y últimamente de nada. Hasta que de uno en uno desaparecieron de aquella mesita donde siempre se reunían como si cumplieran horario. El tiempo los echó del bar y quedó la nostalgia de aquella mosca solitaria questá recordándolos
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ESA FOTO Callecita de un pueblo escondido en un recodo de mí, allá donde entró en el pasado lo que pasó pero sigue estando en una foto. Hay una fila de casas achatadas bajo harto cielo. No hay árboles ni gente pero al fondo se ve un jinete yéndose. Un jinete que no acaba de irse y ahí está. Soy yo como alejándome para no volver, pero no avanzo porque la nostalgia lo agarra de la cola al caballo y lo tiene ahí, fijo, para que no me aleje. Es nomás que me fui. Sí, ya sé, la foto qu' estoy mirando no quiere que me haya ido, eso es todo
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ESCUELA PRIMARIA Es claro que la señorita dio la orden: Scudero pase al frente, tome la almohadilla y borre. - ¿Qué? - Todo lo escrito en su vida. - ¿Paa qué? - Para que no recuerde las apuestas perdidas. - Pero es que también tuve ganancias. - Scudero no sea gil, esas también son pérdidas porque ya no existen, se las llevó el viento zonda. Borre todo.
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ES LINDO Cristalino se ha vuelto y poco pasa el río. Las golondrinas se han ido. Las cortaderas mueven sus penachos. Ya hasta veo amarillear los álamos y en cuanto llegue a la cocina. la olla, el mate después de tanto maltratarse uno en el campo. Es lindo. Si Ignacio habrá hecho lo que hacer, porque a veces debido a la guitarra olvida todo. Yo he tenido llevar los animales, andar por las fieruras en lo ventoso y pregunto si la María habrá tenido a luz, como le dicen, y si fuera hombre mejor porque hay mucho que andar aquí. Y por cuánta la sed que traigo iré a lo del Quilpa a vino y conversa. Diré que me ha salido un toto bravo, que he visto el rastro del león y para qué hablar de avestruces y guanacos. Es lindo. Y que la casa te reciba con un pañuelito de humo.
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EXTRAÑAMIENTO Apareció nun árbol de la plaza, supe no era paloma casera sino venida del campo. Oí su canto salvaje: kuúu ku ku kuúu. Lamentábase, decía que este mundo de la ciudá es confuso es puro ruido. Lloraba eso y tomé la palaba, dije te asusta la ciudá y viniste a compartir conmigo tu extrañamiento pero no necesito ayuda gracias no quiro escuchar conferiencias tristes. La paloma voló seguramente para no insistir con su lamento. O sea: nun banco de la plaza quedé ntrinstecido e iba kuúu ku ku kuúu runrunear yo también pero tuve miedo no fuera que algún transeúnte pudiera pensar ¿qué le pasa a este güevón? Por eso es quedé pensativo, mudo, claro: Allá en los lejos campos de mi querer la soledá no andaba adentro de uno, sino afuera y sin hacer ruido.
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FATALIDÁ Un hombre y una mujer que andaban solitarios recorriendo mundo, ver si amor se encontraron, se asieron de las manos ir a en común vivir por los siglos de los siglos. Anduvieron juntos hasta cuando, por un quítame allí ese cigarrillo, optaron por añadirse a los que siguen cada uno por su lado. Bien. Es perfecto así cuando ni en la cama conseguían arreglar su desequilibrio. Ntonces el hombre agarró su ropa y ella la suya. Adiós. ¿Lo así resultó podría haber sido diferente? No, porque lo que pasa pasa y está registrado desde antes en el libro mayor de los destinos.
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FLORES Debo decir aquí tiene el ciruelo pocas flores y pienso es para los frutales un mal año, pero el damasco va a más y el limonero apunta a bonito. La parra extiende pámpanos airosos mientras el pomelo anda viendo abundar. Dejo la manguera y camino, reflexiono: ¿Qué clase de frutos podría dar mi vida hoy? Ansioso pienso yo tendría que empezar por regarme a mí mismo con pensamientos exquisitos a ver si florezco ídem. Ando así por las nubes cuando cabizbajamente pongo pies en la tierra, vuelvo al riego y pienso realmente para mí ya no hay flores, como no sea allá donde las ponen los parientes.
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GLORIA EFÍMERA Aquí estoy otra vez en una foto, fue nuna masiva entrega de diplomas donde me dieron uno por mérito supuesto y en la foto aparezco entre dos mujeres, una su mano en mi hombro y la otra agarrándome el codo. Son dos damas amigas que me asisten no sea caiga de narices antes de recibir la distinción. Digo porque la espera fue excesiva. Rara fotografía cuando estuve en esa entrega de cartulinas para el recuerdo. Y a pesar de tan bella custodia femenina parecía yo uno a quien lo llevan preso. Y hasta sepan ustedes que ya en noche alta volvía galardonado por calle solitaria cuando unos perros ladraron. Me asusté y al volver la cabeza se me cayó de la calva la corona de laureles. No dije a mi escudero "ladran Sancho señal que cabalgamos" sino que me bajé del caballo y llegué a mi casa a pie.
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GUANACO RELINCHO Paró pata en la cumbre reinadora y miró por el tiempo de sus hembras; copó al viento, le puso contraseñas y lo volcó en las cuestas azulinas. De cogote cruzado con las nubes estuvo, antojo de ser luz, pegado al cielo. Corazón de algo grande parecía diminuto en la mano de una peña. Del alto nacedero de sus ojos, la nieve colgaba derritiéndose para formar los ríos; loa pastos amarillos caían de su pecho saltando las quebradas rumbo a las vegas verdes. Y enhorquetó de pronto un eco en las orejas: entre los farallones la piedritas movida. Dio una vuelta en redondo, avizoró de frente y así entró por el ojo de la carabina. Lanzó un relincho azul, morado y negro; le chispeó en el codillo abierto rosa; sorprendido en secretos con su ángel entró al revolcadero de la sombra. Huyeron las guanacas por las crestas; hilaron con su lana los abismos; y la cumbre quedó sin corazón arriba, como un grito en la nada, sólo piedra.
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HACER EL NO HACER Por ahí doy en la tecla pero no soy yo el que la pega, es un ser escondido en mí que actúa sin que se me ocurra mover un dedo. Soy el testigo nada más que de eso, o sea estuve esperando sucediera sin saber cuándo y de repente la sorpresa me agarró de alivio. El viejo Krishnamurti creo que le llamó a eso “darse cuenta”: quedarse uno con la boca abierta ante repentina claridá. Claro qu’ es lindo, y si te sucede a vos no vayás a creerte que sos especial, sos de aquí no más, común, pero viste una chispa en su cielo oscuro.
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IDEOLOGÍAS Y TRAMPAS Dijiste que matarse por un ideal es hermoso, bonito, propio de la fe o acción heroica. Tonces ahí stán los que se explotan con una bomba que a la vez mata gente. ¿Es bonito? Mariposa que vuela alto a, es la utopía a un país libre y hermoso cuya belleza es que a ahí nunca se llega. Pero si tu mente caza esa mariposa y la diseca, se te seca el corazón y ya no podés cantar. Y aquí eso de los que capturan. a inocentes para fosilizarlos, los llevan al terreno mesozoico y duras penas se desempioja uno. Y en librase de eso veo a jóvenes que hacen arcadas y no consiguen botar el anzuelo. Sería bueno un mano en la frente ponerles, ayudarlos a que vomiten.
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INVIERNO En canto ella me soslayo miró bajó la vista y yo también en cuanto la miré bajé ojos. Llegó el mozo e un vaso de vino pedí, ella pidió no sé. Entonces nos miramos, pero sin saludo, como a distancia de tres mesas, mudos como correspondía. ¿Y? Bueno, para qué. Tomé un trago y en cuanto hacía frío de tiempo lógico salí de haberla visto haciéndome el duro, esforzándome para no renguear.
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JODERSE Anduve po allá por donde lejos fue cuando adolescente adolecía de falta de cariño y le dije a Ella ¿Querís venirte conmigo? Y ella me contestó: So sonso ¿Te creís que la mazamorra se masca? Me retiré ntonces agachadito como perro la cola entre las patas. Todavía ‘n esos años se hablaba de la mazamorra, maís blanco hecho pasta muy alimentoso. Si fuera hoy, la aquella muchacha hubiera dicho andate a freír papas. Cómo cambian los gustos culinarios mucho cambian costumbres. Nunca olvido aquella negativa culinaria. Escuela Primaria Es claro que la señorita dio la orden: Scudero pase al frente, tome la almohadilla y borre. - ¿Qué? - Todo lo escrito en su vida. - ¿Paa qué? - Para que no recuerde las apuestas perdidas. - Pero es que también tuve ganancias. - Scudero no sea gil, esas también son pérdidas porque ya no existen, se las llevó el viento zonda. Borre todo.
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JUEGO DE FOTOS Con el mazo de fotografías que guardo amorosamente voy a jugar un solitario. Empiezo, pongo sobre la mesa a mi hermana Margarita y al lado a dos amigos muertos, debajo al Loco Desiderio (el que creía ser caballo y trotaba azotándose a dos verijas). Pongo a mi tío Teodoro junto a su automóvil 1920 y enseguida yo, montado en un burro, cuando de chico salí a conquistar el mundo. Toda la mesa ocupo y descarto, saco y pongo hasta que de pronto me detengo, respaldo en la silla cierro ojos y pienso en lo que ha barrido el tiempo: tanto pariente al hoyo, tanto sobreviviente gastado como por erosión eólica. Barajo nuevamente y corto, destapo la foto de mi madre y entonces ella dice hijo mío recuerdo las primaveras, dame un beso. Se lo doy y ahí se me nublan los ojos y abandono el juego.
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LA BUSCA Con rumbo incierto llego, oscurece, suelto la mochila y descanso pero sé que aún no he llegado. Mañana debo salir de nuevo en pos de buscar lo que nadie ha visto. Es ser como el primer hombre que caminó esta tierra de polo a polo a sólo talón rajado, llegando y partiendo naa más. Así es mi asunto avanzo a territorios lejos pero a veces me pierdo, doy vuelta en cículo y se me lloran los ojos de pena. Mañana con la fresca he de salir contento en procura de lo mismo de siempre y ya sé ya sé, no me lo digan, llegará el día oscuro en que dejaré de buscar: lo desconocido se habrá olvidado de mí.
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LA CALLE DE LOS ENAMORADOS Yo no soy de aquí, soy de dónde me están llamando. Endemientras saludo y me arrincono, escribo, m'encaramo en las palabras, soy el occiso que anduvo en la calle de los enamorados. Y estaría dicho todo porque'n ese lugar caí igual hojas de sauce al viento como si fuera otoño. Excede decir que era verano e hizo mucho olvido.
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LA CREATIVIDAD Viene de antes que vos y sorpresivamente a veces te habla. Mientras tanto el artista hace garabatos y cree gobernar la manija creativa. A veces se te asienta el pájaro famoso de la inspiración y otras un sapo intuitivo salta en tu pecho y caza hermosa mariposa. Creíste ser el creador de eso cuando era el otro, el que está escondido siglos y siglos atrás y te habló porque estabas propicio a escucharlo. Pero vos creíste ser el fabricante de crear cuando más bien agradecé porque te arrojaron desde lejos, si acaso, un pedazo de verdá. Porque antes de eso cuántas veces creíste que sí, que eras vos el creador y al intentar hacer arte sólo hiciste palos de ciego, merdosidá. Luego si nadie es creador ¿qué pasa? Nada, porque todo es garabatear mientras se espera que desde lejos, de alivio, se te asiente un pájaro hermoso o el sapo intuitivo te entregue una mariposa.
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LA CRUZ DE PALO A unos cerros del sur de Calingasta fui a buscar lo que todavía no hallo cuando vi una cruz de palo tirada en el camino. Ya iba pasando de largo y pensé ques mala seña ver algo así cuando uno anda buscando riquezas minerales. Me devolví pues y le dije: Vos ¿qué andás haciendo aquí? La cruz se quedó callada. Ntonces agregué: Sos propia de un cementerio y vaya a saber cómo apareciste ‘n la huella; pero ahora te invito, con todo respeto, acompañarme a unos mates. Vos como leña al fuego y ahí conversamos. Así fue. Y al escuchar en el silencio cordillerano su crepitar en las llamas le dije a ver si me decís algo del más allá porque en eso supuesto sos muy entendida. Y ahí empezó la cruz a chisporrotear cosas de muertos mientras llegó la noche oscura y me dio miedo.
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LA HERIDA MÁS MORTAL La herida más mortal es enteriza, baja desde la coronilla hasta las uñas de los pies. Podés hacer cuanto se te ocurra pero has fallecido. Herida mortal que escapa a todo hablar, asfixia como si en una bolsa a un pozo negro te hubieran. Esto ocurre a enamorados tozudos que aspiran a recuperar besos perdidos. La realidad los engancha de atrás con un clavo los abre en canal y deja colgados como res en el matadero. Se les vacían los tuétanos, gimen lloro inconsolable se mean y defecan encima. No, no es gracioso ver así a un inocente agregado al olvido brutalmente por lo que él más quiere.
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LA LLUVIA ESTÁ LAVANDO Se está haciendo tarde para subir escaleras, dar el amor si juras quererme, revolucionarse a préstamo y agarrar a los muertos de palo blanco. Viene de otra manera responder a los padres. Agua movida por la piedra del molino hacer los movimientos que caben, los que la lluvia está lavando. La parábola de una baldosa muerde las ínfulas esclavistas. Porque nos cortaban los cables, imaginaos, y horribles manyines, entes sin collares de flores, acróbatas sobre nuestras clavículas inventaban las leyes. Homo homini lupus los trilobites y tantos fósiles, pero viene curarnos con caneiones dar besitos no vuelva la nube forma de hongo, supongo, porque tu codo electriza el mío y liga el mundo. Somos esta materia que maneja aire para que florezca el durazno.
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LA MEDECINA Les diré que me encuentro adolorido por mujer que me desposeyó de ella, quitó lo que me daba y me en casi sin aire deja o como naranja sprimida. Me deshojó de su árbol como si a usté de pronto lo dejan sin agarrarse de algo, como que se me cayeran los pantalones en medio de un baile como de urgencia necesitar ir a mear y no hallar dónde. Así de desvalido. Me hice ver con un médico y recetó el desapego hombre, el desapego, cambie de costumbres póngase una tela metálica al pecho así no se le incrustan mariposas dañinas. En ningún peor caso me he visto; pero aseguran los intrusos ques buena medecina visitar lejanos países. Bien,¿pero a dónde he ir que no mesté sperando la susodicha esa para castigarme solamente porque la quiero?
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LA PALABRA ÚNICA Sigo aquí en el camino de otras veces, escarbo, me encaramo en las palabras, miro cielos a ver si la palabra única me resume todo lo a decir. Sigo esto y escribo como que soy mandado a encontrar arduamente lo que aún no asoma pero lo atisbo. Una esperanza bruta me asiste. Y voy a lo invisible sin saber qué ni cuando ni si podré poner pie nel umbral de o me consumiré andando el camino. ¿Estoy quizá hablando de la nada o del todo que es lo mismo? ¿Será eso el silencio total ah? Me asusto: ¿Buscar la palabra única será instinto de muerte?
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LA PARED PARLANTE En la calle donde paso cada vez más despacio yéndome, suelo ahí pensativo detenerme a leer en la pared de un baldío el mensaje de amor qu’ escribiera un joven hace años no sé. El sol y la lluvia lo destiñen pero aunquel tiempo lo borre seguirá ahí para decir la vida no muere. Esto le conté a un amigo y replicó: Choterías tuyas darte cuerda ante un escrito en pared muda. Quien escribió a fulana que la amaba seguro hoy está en la antípoda o es su marido golpeador. Es decir salite, vos estás en romanticón todavía. E yo me alcé de hombros, dije perdón voy a retirarme y caminé hacia la pared del baldío para releer vitalidá.
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LAS CARTAS DESCARTADAS, V Destapé la ceniza de una carta quemada de intento, pues me arrepentí de enviarla, y vi que de mi pecho manaba sangre pura. Es que tenía la voz en contra viento para decir flores; era tarde, por eso la quemé. Ya iba mal herida en mi pulso tembleque cuando la llevaba al correo; por eso me devolví, encendí la estufa, la eché al fuego de forma que he visto en la ceniza lo que he dicho.
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LE DIGO A UN GRAN POETA Holderlin, a tu mamá una carta le dijiste, ¿recuerdas?, "todo lo alcanza el amor". Escribiste eso y hoy desdícete, por favor te lo pido, Holderlin, pues quise detener lo que huía con palabra a mujer y no alcancéla. Es por eso me duele haber creído lo tan absoluto que escribiste y tan serio en mi que speranzado corrí tras el amo a lo tonto cayéndose la baba. ¿Es que mentiste? Sea como sea desdícete, Holderlin, así ningún pobre namorado en desgracia se largue al infinito con todo y sufra como yo destrozo de alas.
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LEJANÍAS En la avenida de Circunvalación los automoviles pasan raudamente creyendo que uno es tonto y no se da cuenta que van a ninguna parte. San Juan tiene autopista y hace aspavientos de ciudad moderna; pero yo miro al este, al cerro Pie de Palo donde los guanacos estarán hablando de la próxima nieve. Luego vuelvo cabeza al cerro Villicum y me aturdo de azulidades ¡Oh¡ que hermoso es esto, silbo entre dientes. Y un camión enojado da al viento su motor murmurando insultos porque mi corazón esta puesto tan lejos.
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L’ENVIDIA De frente sonríe, por la espalda te apuñala, llora porque no tiene lo que vos. Adolorida es alimania muy asidua a chuparte la salú, exhala vaporoso veneno, actúa cuando un cualquiera acierta en algo. Por eso si se te da una buena escondela de modo que no se vea, poné cara larga decí que estás en pérdida. O cuando el bicho tire la zancadilla pegá un salto por encima, pisale la cabeza o mejor todavía hacele con la mano la seña tomá tomá. O tal vez nada sirva porque si en vida hiciste algo bonito, llegada tu muerte la víbora irá hasta el cementerio trepada en el cajón para ¡ayayita! propalar veneno sobre tu recuerdo.
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LO DIVINO Me amanecía entre libros raros que hablaban de mi alcurnia celeste, de cuando la muerte largara fuegos artificiales hacia arriba y yo me volvería Universo. Otros me ofrecían asiento en una nube, el cetro en la mano y corona de rey hasta las orejas. Otros nada, ni en muerte ni en vida. Y me venía pensar: Tanto que somos dioses dioses, pero en verdad andamos a los palos con nosotros mismos o de rodillas veces y extendida mano a días que se van mientras lloramos en serio o a lo cocodrilo. Mas mirándolo bien me dije acaso sea cierto soy dios y puede ser porque siento en la punta de la lengua la verdad del mundo; nada más que todavía no se me desprende.
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LO INESCRUTABLE Si usted toma la punta de un conocimiento y empieza a tirar el hilo va a sacar una sombra. Es tremendo y espanta, porque si todo está unido a todo uno piensa extraer un pez gordo y termina vencido con la boca gusto a nada. Mi caso es el de siempre, siempre el mismo. Ya no puedo callar y más tranquilo vivir sino que indago e inmerecidamente caigo en la oscuridad. Tras el fuego sagrado a si pellizco me levanto alta noche y sigiloso pongo la caña de pescar en vano. Sin embargo insisto.
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LO QUE SOBRA ZOZOBRA Los que odian dar migas a las palomas, esos que cierran la mano para no desprenderse de lo que sobra. Los habrás visto. Y si les pide algo un hambriento levantan los hombros como a mí qué me importa. Mientras más tienen más ni pizca aflojan y es de ver cómo se les pone la cara ambiciosa. Escondidos nocturnamente cuentan su ganancia moneda a moneda y lloran cuando se les merma un pedacito. No se dan cuenta de en la vecindad viven mancos rengos y tuertos ya zafados de lengua los cuales van a hacer que zozobren los que a las palomas no dan lo que les sobra.
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LOQUITO DE AMOR Establecía unos poemas largos, grises y desmedidos, una fantasmagórica manera que le venía dada la escritura. Enseguida le dijo que la amaba, y ella entre ambos mucha tierra puso hasta desvanecerse en humo. Está dicho todo; pero falta el motivo de una guitarra que manejaba el hombre con cierta soltura no exenta de un tic en el hombro como diciendo ¿la vida? He perdido bastante la memoria, mas la viola cabía entre sus manos como una olla de música. Sorbía cucharaditas de estrellas Y regurgitaba azul. Cayó en los rápidos mentales. Imposibilitado de todo, en un bote de cuero de sí mismo derivó río abajo con los remos levantados. Cantaba lejanísimo: Yo soy el viudito de todas las mujeres, me quiero casar y no hallo con quien. Y las muchachas, que lo veían pasar desde la orilla, le contestaban por chiste: Si siendo tan guapo no encuentras con quién, Elige a tu gusto que aquí tienes cien.
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LOS BUSCAHUELLA En el arenal veo personas que van en busca de agua, parece, o a buscar alguna tierra prometida. (¿Ahí vamos?) Es tener es coraje hundir pies en arena ardiente mientras el viento borra sus pasos. No dejan rastros hacia un mundo diferente pero es su destino ir aunque se queden muertos de oscuridá. Si es cierto o no, tal vez puedan llegar eso no les importa todo es ir rumbo a allá, a la convergencia de todos los caminos. Porque sienten el impulso de ir sin para qué, no saben. Y porque van hacia donde no saben saludémoslos, aunque ellos sólo escuchan la voz que los empuja.
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LOS GATOS DE SCHOPENHAUER El fabricante de gatos quiere hacerlos baratos: junta al gato con la gata para que se reproduzcan pero ellos protestan, juran que no es posible y escapan hasta que aturdidos por la luna acceden. Es que se creen víctimas de un cuento unidos para enemistarlos con el perro, asediar ratas y mear sillones. Todo sin objeto. Los gatos se retuercen y gritan, bufan ásperamente y por último se acoplan a regañadientes sabiendo que ha habido injusticia. Adornan almohadones y uno los cree felices cuando en verdad dormitan resentidos, aburridos de la vida, conscientes de que están comiendo mezquindades para mayor gloria de nadie.
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LOS “MUCHACHOS” A la mesa del bar van tres amigos todos los días para ver extinguirse la mañana Hablan de que el río poco agua este año. Y a ellos qué, pero discuten como si poseyeran grandes cultivos. ¿Y la política? ¡Ah de los ladrones! Dice alguno y a otro le viene a la memoria el robo lejano de su bicicleta. La plata ya no alcanza para nada se quejan y arremeten contra la juventud a la que consideran hoy pervertida. Pagan de a cada uno el habido consumo individual y se alejan después con me duele un pie, esto es artritis, gastritis me produce el café. Y el mozo del bar con mirada aburrida los ve irse a mansalva con cara de inocentes cuando es público y notorio que están confabulados y otra vez han asesinado a la mañana
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LOS RECIÉN CASADOS Vedlos, Todavía no botan la cáscara Del cuarto donde han dormido. Él la guía, Pero ella sabe caminar sola. Extasiados andan y al desaire Observan la plaza, entran al museo. Dan largos rodeos para llegar a lo mismo Practican la unión antes que filosofarla. Es lindo y es fácil Cuando se quieren de a dos en dos Y un saldo favorable resulta en la cama. Sus padres crían vacas o emporios, siembran coles o fabrican peines mientras tanto ellos gastan y se abrazan. ¿Y si cuando pasan rientes apuñalan a un triste? Está bien. A su pueblo de origen volverán deshojándose, haciéndose los que no oyen que se acabó lo que se daba. Y en la fotografía que les sacaron recién la muerte gritará, dado el tiempo: – Viejos aminorados, ¿cómo se les ocurre que ustedes son estos?
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MAULLIDO Maullaba un gato ayer, hablaba con voz ronca, pedía presencia de gata. Tonces mi hija Rosi dijo ahí, ahí ronda otra vez ese gato dañino que se mea en las plantas del jardín. Sí, dije, lo oigo, anda como dolorido y no voy a correrlo. Dejalo hija dejalo, respetémoslo, yo también anteayer de los antiayeres vociferé al compás de una guitarra en busca de la que fue tu mamá.
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MI ACTOR GRATUITO Es un hombre que inmensamente espera en una silla, dentro del restaurant mira hacia la puerta, no se le mueve un gesto sigue inmóvil. Es hora de gente a comer y él no hace más que estar mano sobre mano en espera de vaya a saber qué. Me dije este hombre debe haber muerto porque no pestañea, tiene la cara congelada. Y ¿Eh? se levantó, caminó hacia la puerta y se hizo humo. Es una alucinación mía, pensé. ¿Ustedes creen que no? Siempre veo alguno así, hombre como si esperara lo que no llega. Como sea siempre algún individuo se me presenta así y hace lo que puede, luego se retira fantasmagóricamente para ocupar una silla en otro sitio y ahí esperarme. Debe ser un actor excelente que representa mi ansiedad ante lo inhallable.
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MI ANCIANO HIJO Mi hijo es viejo y tiene eso raro de sentarse nun banco la plaza y estarse solitario hasta el amanecer. No es por insomnio, me dijo, sino en cómo hacer para dejar de pensar y entrar directamente en el saber. Algunos dirán que es estúpido eso de dejar que el tiempo transcurra lúcido por fuera del pensamiento propio; pero allá él, mi hijo es así. Tiene un impulso que lo alienta a correr detrás de lo difícil, pero como le falta agilidad en los pies se siente en un banco de la plaza. Para colmo aspira a ser alquimista y quiere fabrica4r oro con la mente. Tampoco entiende por qué se le corren los mocos sin estar refriado y le brotan lágrimas sin estar triste. Le aconsejo m´hijito acuestesé, descanse ´n la cama, ya todo está hecho; pero él no me escucha, va a la plaza y se amanece.
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MINERO RIQUELME El bar de La Alcaparrosa y un largo llanto en la puerta. En estas piedras el río ¡qué va a decir otra cosa! Vistas a la cordillera el bar de La Alcaparrosa. Riquelme entra. Le dan un valle remoto adentro de una botella, la sombra de una mujer copada por agrio tiempo. Joven se hizo minero y andando el mundo adelante se vino como ha venido, solo en caballos de piedra. Metido en las lumbreras se le rajaron las manos; craneando volver al pago se le hizo arrugas la frente. Por tanto amor que le deben trae unos vales ahí, para vino. Con tanta dicha que espera él sigue como dormido. Él vive a cuerpo de sombra mientras arriba el oro claveteado asoma en primavera sobre los yuyos, los arroyos dan vetas de alfalfa malaquita y el cielo entre sulfuros atardece de cobre. Y apura un vaso el minero. 116
Se estira como un gusano para formar mariposa. Pone los ojos en blanco rumbo a la noche de adentro y un golpe de tos lo encoge sobre la mesa. Tanto golpear en la cuña tendrá que abrirse la vida, Riquelme. Hay un caballo blanco esperándote. El agua subterránea sacará un espejo donde tu cara charqui reencontrará el asombro y la sonrisa. En un profundo derrumbe del bar de La Alcaparrosa está Riquelme apretado y afuera el río lo llora.
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MIRADA AL ABISMO La cuestión es salirse del laberinto saltar hacia otra parte, a lo otro, ir a un territorio ajeno a la memoria: porque se trata de volver a onde nunca antes. O sea caminar a impulso ciego sin noticias de nada, un ir sin saber a qué, a dónde no sé si, pero a más allá. Un dirigirse hacia sin saber a dónde. Es lo que vos también haber sentido cuando un viento rarísimo te empuja como a se abran las puertas de otro mundo. (¿Será esto el instinto de muerte?)
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MISTERIO Tengo que regresar a donde nunca estuve. ¿Cómo? Como lo oíste, porque si fuera yo de aquí no sentiría las ganas de pegar la vuelta a donde no sé. Pregunto a loj amigo, y diligentes hormigas y a árboles, a todo bicho y nadie sabe nada de nada. Y esto que digo es triste, ser exiliado a un país allende más allá de allá a donde siempre estoy yendo y siempre nada. Hasta si muevo un dedo sé que me estoy acercando y voy, voy pero contradictoriamente me espanta la idea de llegar.
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MUDAR Así como una oveja quea esquilada quiero perder la zoncera de hablar sobre lo que abunda aburre y acalora. Quisiera ser como la víbora que bota la piel vieja cuando l´estorba. Digo esto porque anhelo sacarme de la cabeza el tiempo acumulado ahí, lo siempre mismo, el plomo y quisiera desenredarme. Es que me dieron cuerda y vivo programado. Este o sueño de liberación me hace dar vueltas y vueltas en la cama. Pobrecito de mí buscarle a la vida más patas de las usuales. E encontrar la punta del hilo sería, sacarme de encima basura, despiojarme, pelechar ideas o como la víbora, dije, que s´enrosca nun palo y ahí deja colgada la piel antigua
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NACIMIENTO DE LA TONADA CUYANA Trajeron su semilla desde tierras lejanas, nostalgiosas guitarras la sembraron en Cuyo; dicen que florecía al pie de las ventanas pero aún no tenía la esencia del terruño. Aquí anduvo en los campos como la flor del quisco, tan sufrida y hermosa, tan sola y delicada, hasta que alguna tarde por decir el olvido haciéndose suspiro salió como tonada La cantó la Martina Chapanay de a caballo, la llevaron los criollos en la urdimbre del poncho, los gallos del lucero la siguen encontrando mientras van retirándose los padres algarrobos. Juramentos de amor, esperanza, recuerdos donde la topa el vino y la hace mas profunda. La florida tonada que se prende de cielo, Esa de “pata en quincha” con cogollo de luna. En mi tierra se canta desde el tiempo de ñaupas Con la voz delgadita y ese tono doliente. Amoroso requiebro, palomita cuyana que se asentó en la rama de las cumbres celestes
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NADIE SCAPA Matar hormigas negra me ocupa, y si alguna se scapa le pie encima pongo y todo en defensa de mi jardín. Son víctimas de un destino adverso que fabrico paa ellas aunque no tienen culpa, pobrecitas no saben el daño que hacen y yo actúo en defensa de las flores. A nos nos persigue igualmente un astuto ser misterioso uno pie grande que nos pisa con sumo deleite. ¿Es que le en perjuicio mucho? No sé porque sobre esto nadie sabe nada. Seguramente él ve que somos hormigas dañinas y lo primero que hace es bajar sobre nosotros.
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NOCTURNIDADES Hoy quiero hablar de lo que hasta el alba me mantiene despierto, el insomnio como le llaman, un verdugo al cual si vos le decís dejame él más escarba tu cabeza y saca trapos sucios Y aunque nada tiene que ver esto con la poesía, lo escribo para dar cuenta, ante cualquier intruso, por qué madrugo y me han dicho que ando con cara de amanecido calavera. Ntonces sí, claro le dije a uno, estuve de baile tuita la noche dándome vueltas en la cama. Verás que divertido.
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OH ESE BAR E estábamos en el bar La Gota de Grasa famoso cubil de nocturnos. Óiganme, no una noche ni dos jugábamos al truco, no por chiste ¡epa! Orejeábamos la noche sin apuro y sucedía qu’el tiempo sin avisarnos iba hacia hacete de cuenta que estábamos en el paraíso. Que hasta a la alba no cejábamos de manejar cartas ahí seguros de que nunca se nos secaría la lengua por falta de reposiciones vínicas. ¿Dije bien? Lindo tiempo ese el perdido, pero conciso, lleno de hombría y amistad. ¿O qué otra cosa tiene mejor la vida que darse el gusto uno sin ofender a nadie? Sí, estuve revolcándome en La Gota de Grasa. Y los moralistas vayan a otro bar a predicar porque aquí los mirones son de palo.
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PAISAJE URBANO Aquí nomás a vuelta de esquina hay una placita adecuada para que en alguno de sus bancos exista una parejita de enamorados. Hoy he visto ahí, como otras veces, a un él y ella tanteándose abrazados. ¿Buscaban cada uno en el otro la eternidad de la especie humana? ¿Ver si mañana o algún día no sé, ahora? Es lógico sirvan de envidia a algún desprevenido caminante como yo que cuando los vi pasé presuroso como si fuera a comprar algo de lo que me fafalta y a ellos les sosobra.
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PÁJARO LLAMADOR A esto que estoy escribiendo le falta claridá intrínseca, mas por atrevimiento lo paso al papel y aunque me quede lejos llegar lo intento. Como si fuera un capricho esto de ir a cazar perdices en la oscuridá, tiro tiros de tinta y yerro, continúo mastico palabras en se me atoran y así camino. Créanme que si aparece la resonancia comeremos perdices. Un entendido dijo que tal vez si gritara contra los muros escucharía el esperado eco, por eso corro de aquí a allá, pido permiso y aunque no me lo dan insisto. Mientras tanto allimento al pájaro llamador a ver si atrae pájaros del absoluto. Y entiéndase que a ahí nunca se llega pero alcanza para vislumbrar qué es la búsqueda.
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PALABRAS TENDIDAS Frente a un rancho que tengo donde el diablo dicen que perdió el poncho pongo estos versos colgados en un alambre. Es a ver si pasa algún caminante y al verlos como ropa al viento puede que no se le dé un pito o salude agitando una mano como si hubiera encontrado algo suyo. Es mostrar intimidades, ropa de andar dentro de mí, palabras que se me vienen a la boca y al no encontrar bien cómo decirlas nomás las cuelgo afuera. Mejor dicho se trata de saludar, enviar saludos a quien acierte pasar frente a esto y diga sí, ahí está colgado lo mismo que yo quería decir.
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PARADOJA Así es esto, no hacer drama, pero estoy asustao porque no sé a qué vine, para qué me trajo el mundo Una cadena de pariciones. Y vivo agazapándome para que no me ubique la aquella, la que te niega el aire en la última respiración. Y vos llegado el caso de leer estas palabras no vayás a burlarte de mi miedo porque si escarbás un poco en la oscuridá vas a encontrar tu propia calavera esperándote. Ahora te dejo, discúlpame, debo ir al mercado a comprar pan, sí, alimentarme para cuando me alcance la que te dije m’encuentre con vida, si no ¿cómo me la va a quitar?
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PARAR LA OREJA Como las orejas del gato que hacia cualquier ruido apuntan así escucho hacia adentro de mí qué dice el pálpito. Hago así porque él sabe si aparece o no la chispa. ¿Qué chispa?: la que ilumina lo oscuro. Más no se puede decir porque es difícil de explicar. De ahí que yo cace conocimiento oculto con con orejas de gato estar atento a ver qué pasa en el centro de mí. Y esta es la brújula es para definir qué; es la corazonada es; pero nos engañamos a veces y nos desoímos cuando la mente bruta habla y su voz tapa a la voz del pálpito en el centro de uno.
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PERSEGUIMIENTO NOCTURNO Estaba a punto de dormir y antes de quel sueño me alcanzara vi a un hombre caminar en calle desconocida. puertas y ventanas cerradas, ningún caminante a más de él. Era verlo ir mirar a derecha e izquierda sin rumbo al parecer no saber dónde ir y desubicado andar así como si viniera de otro país a buscar lo inhallable. Y me dije: ¿qué le pasa a este otra vez aquí andar pobrecito de mí? Dije, porque por el modo de andar sabía quese individuo era yo. Hasta que afortunadamente quedé dormido, dejé de andar persiguiéndome como otras noches me sucede no sé por qué.
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¿PIEDRA LIBRE? Pienso que porque entro y salgo de mi casa, voy a la plaza y me rasco, entro al café u opino que el mundo anda rengo ya está, soy libre. Eso creo y ayer conversé con un profesor amigo. Todos somos hijos de la necesidad, del determinismo, creo que dijo. Me dio risa pensar que la bruta necesidad pueda manejarnos a su antojo. Así opiné y él agregó: Si ahora me das una patada no es tuyo el enojo, es del otro, del determinismo que viene montado en vos, caballo. Me sentí casi ofendido y él remató: Somos el Mono Sapiens que vive en nosotros y transcurridos algunos miles de siglos llegaremos al Homo Liberto, el cual sin reflexionar hará naturalmente lo que es bueno. Bueno bueno dije no sé, eso de la libertad es cosa difícil, Xactamente, contestó el profe, poné las barbas en remojo mientras yo ahora me voy a dar clase porque no tengo tiempo libre.
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PIRQUINEROS Tal vez fueran los últimos los aquellos revolvedores de piedras que i visto montados en las cumbres para llegar a casi nunca. Ir a lomo de mula ir a ver en qué cerro chispeaba el oro, en qué arroyo podía un pobre lavar su esperanza en un plato. Hallaron y desencontraron. Rajuñaron montañas hasta volverse piedra. Piojos en las barbas de la riqueza están glorificados sus nombres en olvido. Por la causa que fuera, distancia y soledad, falta de todo, desde las nubes cayeron al bajo y el que murió en poblado quedó mirando cordilleras muerto. Pero dejaron rastros imborrables. Sepamos que la gran minería esta de mundiales compañías hoy en nuestros cerros, proviene del enroscamiento de la Vía Láctea en el sueño sin techo de los aquellos solitarios pirquineros.
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POETAS La poesía viene y yo comedido me ofrezco de puente para que llegue a otros. Ella en el mundo de las analogías busca relaciones ocultas y me las dicta. Y es difícil ser fiel porque uno mete palos de ciego, ocurrencias, vacío. Ella aspira ha hermosura de fondo y forma, quel poema dé chispa y se hunda en tierra-tiempo donde se pierda la firma del que transcribe. Es que soñaste ser creador pero la poesía te usa abusa de tu ignorancia y te hace creer que sí, quel poema es tuyo cuando sos el muñeco del ventrílocuo Sol Viento Camino Cielo Amor y Dolor.
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POLINIZACIÓN Es que miré a una flor de mi huerto, muy bonita, y ella también se quedó mirándome como a decirme que necesitaba algo de mí. Sí, como pidiéndome que libara en ella. ¿Me confundiría con una abeja? Y claro, yo no podía ser vehículo de polinización para quesa flor llegara a ser fruto. De modo que al no poder satisfacerla desvié la vista de tal hermosura y me fui algo triste porque claro, para satisfacer a tal belleza no me alcanza, soy menos que un insecto.
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POLLITO DIFERENTE Caa uno es caa uno, es, no hay dos botones idénticos, resulta: siempre el mundo ensaya nuevos pasos de baile. De modo que no es vanidoso este joven sino raro, por eso choca a la gente. Los jefes lo miran con mirada airada, arrugan la nariz, se apresuran a despedirlo. Él no se inmuta, sigue fiel a su nacimiento. Ni imbécil, ni loco, es un espécimen difícil y en peligro. Si lo ve un dictador lo toma por disidente y la contra por cómplice del dictador. Es que anda en contramano y sólo aspira a que nadie lo joda. Entre pollitos blancos pollito negro todos lo pican y cuando muere el tiempo suele recoger sus huesitos, los baraja bien y dispone sobre la mesa para adivinarse el futuro.
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¿QUÉ PASÓ? Manera de quererte piedra pelada, digo hasta perdérseme la vista en azules oeste, cerros lagartos donde subí para en sus crestas verme como nunca. Esto me abunda en quererlo decir desde qu’estuve encaramado en pórfidos estuve y en cuanta roca sin motivo otro que verme ahí. Y en cierta vez recuerdo una escalada que terminó en adoración. No sé, no supe bien, o qué, o eso inexplicable cuando llegué a una altura donde cielos y cumbres me abrazaron, caí de rodillas y lloré.
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QUEMAZÓN Allá por las alturas de Calingasta se me ocurrió hacerme rico de endeveras. Me metí a cateador minero y pobrecito pretendía nada menos que oro claveteao. Anduve picoteando aquí y allá hasta que se me enfrió el pulso, la esperanza se me quemó en la puerta del horno. Tan bonitos recuerdos que me vienen y se van ligerito como hacer así con los dedos pasó. Mirar en vano hacia lo ya no, decir y digo estoy en medio una calle solitaria herido de quedarme aquí ¿a qué? Supuesto es seguir la vida sigue, tomo una piedra y la miro por toas partes, no le encuentro lo que antes sino sólo minerales de ausencia.
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RECUPERACIÓN DE LA VISTA Yo no tengo culpa, suéltenme, no soy malo. estuve haciendo todo lo que los demás hacían, armando desarmonías pero inocentemente. No deben a prisión llevarme porque créanme, no veía bien, cometí abuso de ceguera no estuve a altura de saber qué. Mejor dicho en mis andanzas mezquiné amor porque los demás hacían así. Era el mundo y yo ando en el mundo. Recién he visto claramente hoy cómo es esto de no hacer daño, y vivo el cambio pero por culpa del pasado nadie cree que soy inocente. Deténganse, apártense, ahora no es ayer, déjenme ir a donde voy, a sentarme en el fondo de mi casa para mirar la belleza de un álamo.
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REFERENCIAS El tatarabuelo por lado de mi papá salió de La Rioja hace cuándo en una sequía grande y ¡Ea! ¡Quiá! ¡Ea! con sus animales por delante fue a dar a El balde, en San Luis. Tuvo allí descendencia hasta que mi padre dio un saltito a Mendoza, dobló hacia el norte y acampó aquí. Ya estamos en San Juan, pues. Entonces fue que Leonidas casó con la Margarita y aparecí yo en escena. Nací en calle Santa Fe a pasitos de Alem, junto al taller de don Manuel Trías, mi tío, donde una vez me quemé en la fragua pero no aprendí la lección ya que en otros asuntos me he quemado siempre. Después con mi abuelito por parte de madre fui a la finca del Médano de Oro, y ya se sabe que todavía ando con olor a pájarobobo y pichana.
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RESTOS Este es, este es el sillón solitario donde una vez te sentaste, pusiste los talones encima de la mesa para descansar, dijiste, y sí tus hermosas piernas ante yo aquella vez en que todavía no llegaba el momento. Después, aquí es ahora veo el sillón desierto y la mesa es la misma, sin embargo la soledad ha puesto sobre ella un manto que me lo pongo a ver cómo me queda y no puede ser de otra manera que como un sudario. O tal vez no sea para tanto, pero es que no sé cómo referirme a lo que hace con nosotros el tiempo.
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RESTOS HUMANOS Aquí han amado, aquí en el fondo de este valle. El Sinanthropus calingastensis, el que se defendía del olvido con un palo. Aquí su metatarso, un solo diente, calota corcho de alma desgraciada. Aquí está el rudimento de su espera en manos de los grillos, el rompecabezas de su sombra jugado inútilmente. Dejaba sus amigos en guitarras y cartas, y andaba callejones pos la dicha entrever lejos cuando un mamut le puso la pata. De su vida quedaron más que rosas grabadas en piedras otoñales y una pizca en el viento de susto, pulgaradas de chamuyo en la fuente y en la higuera dos nombres enlazados que nadie puede leer.
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RIÑA DE GALLOS Otra vez por dormido mal anoche amanecí atravesao. Por eso le dije a un amigo tu poesía nada que ver con la poesía, es harina de otra bolsa. Y como el hombre se molestó l’endilgué este discurso: ¿Qué ti has créido ah? tirás la taba al aire y cuando cae culo vos decís gané. Además si tu asunto es engañarte hacé lo que se te más guste, largá ventosidades por la boca y escribilas como poema, pero no me vengás con que son verdades mundiales. Cierto le pegué rudamente hoy por las palabras bostezadoras qu’escribe y él de manera peor me devolvió los palos. Si mi abuela viviera nos hubiera dicho dejen de darse picotazos en la cresta, con su pan se la coman a la poesía.
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ROMPECABEZAS Salgo a cazar, si puedo, la palabra única esa que me desvela y no aparece. Debo hacerla mía porque si no ¿cómo voy a expresar lo más íntimo? Si tuviera mi pensamiento certeras flechas indias de pedernal tal vez la cazara, pero sólo dispongo de palabras que no alcanzan. ¿Es pretensión absurda? Puede, pero me han dicho quese pájaro anida en el vacío entre dos pensamientos; y lo primero para cazarlo es eso, el silencio. Por eso aquí jadeo con la lengua afuera, me arrugo y sumerjo en oscuridades. Mientras tanto el papel me desafía a que le haga un agujero con el lápiz a ver si veo del otro lado eso que me está llamando desde antes, desde antes de antes de antes.
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SENDEREAR En los cerros i visto sendas de andar animales sueltos subir o bajar por rodados difíciles y en las pizarras escribir con letras de pezuñas, cascos, patas de guanaco ir por agua o pasto en busca de vida. Ariscos. Dejar señas desde o a dónde, rastros efímeros en los despeñaderos campo de aludes. Eso vi allá y en eso ando, camino este es mi senderear con palabras ir por pasto de luz y agua escondida en los nacederos de la evidencia. Y aunque también aquí las avalanchas borrarán todo, éstos mis rastros dejo, voy suelto semejante a en el cerro aquellos animales que andan en lo que son hasta morirse.
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SILENCIO Iba, pero estoy de vuelta antes de haber llegado. Entonces le dije a mi cerebro: Quedate quieto, hoy no voy a pedirte pan ni dinero para comprarlo, tengo otro pensar para encontrar la verdad y es por eso que me devolví de adonde iba. ¿Y? Así es, hermano. Entonces fui a la plaza, hablé con las palomas, ellas me dieron ejemplos llenos de verdad. Quedé con algo del tal Silencio Universal, encima.
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SIN SALVACION Acercamiento en todo pero no consigo más que aproximaciones tristes como de zorro que se relame ante lo inabordable. Termino introduciéndome dos dedos en la boca y trato de destrabar la lengua, pero está pegada, no habla, no quiere, no sabe palabra luminosa como espero. Aspiro a definir lo innominado como quien desafía al cielo pero caigo y se me naufragan las palabras en un mar de saliva. Quiero a solo impulso de garganta decir lo fundacional del mundo y se me resulta un tartamudeo sin sentido. Desolado, mano en la mejilla pensativo quedo como para que me saquen una fotografía artística. Al yerme así mañana cuando muera alguno desos que nunca faltan dirá: Este parece vanidoso y mírenle la cara, tiene que haber sido nomás un tonto en vida, un decidor le palabras huecas para cáscara como nuez apolillada.
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SISIEGUESÉ ON JORGE No se insista on Jorge no se insista en buscarle seis o siete patas al felino, no se haga caso cuando quiera meterse en lejanías; abajesé del caballo, inserte la cabeza en l’arena y escuéndase de sí mismo. Recuerde usté es criollo de aquí, destas piedras y no tiene querencia en el cielo. Por cierto no es su culpa ver creído lo que le han dicho los pájaros. Desentiéndase de prestar oídos a tales murmullos, escuenda la cabeza en l’arena.
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SOBRE LA RUTA DEL ORO Es que estaba ordenando los papeles que uno guarda prolijo y pospone hasta ocasión propicia mientras sueña días de gloria. Encontré la su carta que escrita por Aniceto Paredes me invitaba si quería compartir sus minerías viajara a Valle Fértil. Pero años pararon hasta que voy finalmente a ver al amigo. Sale un criollo comedido diciéndome descanse, el hombre que usted busca hace montones oro en el infierno. Y agrega: Fue puro cuenterío ese Aniceto, y no pudiendo aliviar su pobreza pasó a difunto donde más mentiras ya no puede. Emprendido el regreso, pronto en casa mi mujer grita: -¿Y? ¿Estamos como siempre? -Silencio- le contesto-, hemos tenido años de esperanza.
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SOLILOQUIAR Estaba soñoliento nun banco de la plaza cuando la soledá vino a decirme: ¿Qué miras tanto de reojo acaso esperás una chispa de la verdá última? Me despabilé y se me a la cabeza vino que mirando así de refilón a veces cacé una mariposa y la puse en un verso. Ntonces a la soledá no le gustó mi pensamiento, parece que tenía ganas de pelear y dijo vos creíste que eso que cazaste era un mariposa cuando muchas veces fue sólo una mosca negra. Me levanté del banco y caminé diciéndole: señora, no sea imprudente. La soledosa replicó: chasmoscas negras dejaste nel papel clavadas con alfiler, ¿De que te laj dai ahora? Puede ser, musité, pero por ahí alguna mariposita agarré y eso es lo bonito, lo fiero dejémoslo de lao, adiós me voy a dormir.
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SU VIAJE Anoche a solas ha reverente sale al patio va levanta ojos a las inmensidades, por la Cruz del Sur viaja a donde nunca siempre. Ahí anda a, sin tiempo, desde lo sabido a no recordar qué, vacía, plena de ver. Sin mañana o ayeres, hora libre horra de pensar atenta sólo a la respuesta silente de allá. En levedad quedó unida a ser centro de sí en ominosa y nada. Y por el hilo de un grillo solitario bajó a tierra. Miró en torno paredes la casa, sí ésta es la casa al reconocerla entornó los ojos resignadamente. Se le posó en la cara una sonrisa pálida. Amanecía ya. Fue ese su viaje.
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TAL CUAL Me veo en esa foto jovencito en campo de San Juan, estoy sentao en un carro sin ruedas. Parece que me siento feliz. Me cuelga de la boca provocativamente un cigarrillo que dice mírenlo a éste, se hace el triunfador y veremos después qué va a pasar con él. Joven amigo, me da alegría verte y que hayas venido a visitarme. Ya sé, quisieras saber qué hago hoy, y sí, anduve tras el rastro de algo maravilloso pero igual que vos me quedé sentao en un carro sin ruedas.
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TANTEO A OSCURAS ¿Adónde va el amor? ¿Qué busca en nosotros? Pobre de mí entonces, víctima de él porque me usa de puente para ir a no sé. ¿Va el amor a mujer que es llamándome o yo así me doy cuerda para ir a un oscuro inexorable Todo? Nadie sabe un qué hay detrás de este caminar en la noche dando voces, nadie. Endemientras el sexo hace lo suyo, arremete, pone y saca, encima vivientes para en por último aislar a cada uno y lo estruja, le saca las ganas la alegría la tristeza, le desviste los huesos. Dígame alguien ¿adónde va el amor?
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TE QUIE Del arranque no guardo más memoria que dos palabras flacas, espantadas por el gesto que hiciste en el barrio Bardiani a mediados de este siglo. Una cortita y la otra cortada: te quie... Mis palabras desplumadas fueron a posarse en unos árboles muertos llenos de telarañas. Esas pobres urracas en la tarde sobre huevos azules nunca sacaron crías. Si vas alguna vez por esas partes ruégote revisar las arboledas; y aunque ahora me han dicho que talaron los paraísos, deben andar aún aquellos pajarracos; quié, te quié, quié... pura bulla en el aire, pues como les bajaste la caña andarán revoloteando eternamente.
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TIEMPOS BRAVOS Otra vez fue esa vez cuando veníamos de Chile. Oscura estaba la Cordillera. Tuvimos que atropellar disparando a la muerte sonsa que a veces traen los temporales. Rumbo a Barreal Bajamos de Las Pichireguas y a gatas subios por La Fortuna. Los animales con la nieve hasta las verijas. Éramos el Güilo Varas, el Mañungo Rojo y quien esto dice. Llegamos a la orilla del río. Traía miedo el agua y en medio de la ocuridá cruzarlo ¿era chiste? Yo en una mula flaquita ¡caramba! ¿iba a quedarme atrás? ¡si se cagan! apreté las espuelas a ver que el destino decía de mí. Dijo tirarme a l’ otra orilla y dejarme vivo pa contarle a ustedes que esa vez tragué tanta agua que ahora al verla me da asco y tomo vino.
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TRANSMUTACIÓN DEL ORO Dormitaba en la plaza acurrucado en un banco hacia frío había ido a no sé qué. El caso es estaba y de pronto me alza un cóndor en alas y me lleva a la Cordillera de los Andes. Ahí vi contra las rocas florcitas amarillas y ellas me reconocieron; entonces les pase las manos por encima, suavemente como cuando se acaricia un gato. Estremecidas por el viento me devolvieron el cariño arqueando el lomo, apretándose a mi mano. Les digo que hasta llegaron a runrunear. Esto es más hermoso que mi quimera del oro en esa Cordillera.
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TRAS LA LLAVE ¿Quién va? ¿Quién anda? Díganme quién es y de dónde va a dónde ese que ante mi puerta pasa a ser feliz o a inmensamente andar entre los que no aciertan una. Pregunto e insisto porque anda ese hombre con la lengua afuera por cansancio y sed y yo corro igual ante espejismos. Buscamos lo que jamás de los jamases, pero. Esto es porque andamos de modo picaflor en flores mientras los gatos acechan. Miento, no se trata de flores ni de gatos sino de tantear piedras, ver si alguna es la filosofal de toque para cambiar nuestro mundo. Y es mejor no decir más porque estamos golpeando puertas del horizonte con la cabeza y nos rebota, pelota, sin que podamos agarrar la llave. Y en ese expresar de forma sencilla pero exacta nos va comunicando cada paso.
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TRATAMIENTO DE LA GRIPE El hombre se ha hecho para sufrir y no llorar por más que le pegue azotes la vida, decían los antiguos. Entonces cuando se le da una gripe hay que dejarlo solito que se defleme, no entregarlo al méico ni ofrecerle aspirina. No irle con tesitos de chachacoma o jarilla ni andarle palpando la frente. Déjenlo hasta que decidan los viros qué van a hacer con él. Abrigarlo bien sí para que sude los venenos. ¿Y si la fiebre le sube a mucho? Ah, en cuanto se complique, mirarlo al enfermo con respeto, desde prudente distancia e ir pensando en lo más pior, pero sin hacer aspamento porque temprano o tarde todo bicho viviente estira la pata y se acabó el cuento.
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TREGUA Desde aquí veo pasar gente va y viene, mujeres pantalón mostrar lo suyo, hombres rebuscadores de lo obvio, un árbol demacrado ser otoño en hojas despedidas, un perro aún, un niño todavía, un pedazo de sol en la vereda, un vendedor de globos de colores. Esto será hasta que al inventor del mundo se le ocurra otro invento, hasta que por aburrimiento borre todo con el codo.
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ÚLTIMA APUESTA Apártense, déjenme pasar, vengo de estar existiendo y ya lo sé voy a las palideces. Merezco descanso pero antes quiero mirar atrás del horizonte para no verme siempre aquí como árbol seco donde no hay más que hablar. No atajen, no digan que hay medicina buena. dejen que me siente en el umbral a ver pasar la última gente. Los pájaros están escondiendo la cabeza bajo el ala. Manden a alguien a comprar pan, no digo de aquí sino de mañana porque mi hambre última es de lo que aún no he visto.
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VENTURA Fue lejos lejos. Me daba por las piedritas desas bonitas que juntaba para todavía tener algunas. Niño cuidate decía mi mamá, no traigás más porque algún día buscándolas en el campo te vas a perder. Así fue una vez. Buscando, a los cerros de Zonda subí sin darme cuenta y como bajar es difícil se me hizo noche sin luna. Me quedé ncerrao y unos zorros ladraban susto grande pero con la luz del día pude bajar. Al volver a la casa me esperaba un gran revuelo de gente en el camino, todo el barrio había salido a si me hallaba. Esa fue la primera gran ventura por amor a las piedras cosa rara porque todavía no se me cura. Ahora camino en plena ciudá mirando el suelo a ver si.
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VIDRIO MOLIDO Si te hiere un amor agudizá la herida con vinagre, sal, vidrio molido, algo que aumente la importancia de tu dolor. Las penas mediocres no hacen huella en la historia como decir un callo te molesta, un piojo te habita o cosas menores propias de la mezquindad. Habría que gemir como sirena, rasgarse las vestiduras, echarse ceniza en la cabeza o mejor aún no digo qué, pero mucho más sufrimiento. Nada de olvido. Y que la herida se pudra. Porque cuando los grandes amores se frustran requieren lluvias de lágrimas, carradas de tropezones en la misma piedra, insomnios hasta que te anide la locura. No se avergüencen de decirlo a moco tendido, asuman el concepto ético del dolor.
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VISITA VEGETAL El retortuño o espina blanca, esa planta rústica del desierto apareció en mi casa. ¿Qué hace junto a las flores del jardín? Es tan humilde como que no aspira a ocupar cantero sino en las orillas. Ahí sale y vegeta donde la dejan, tiene raíz comunicante y avanza sin necesidad de riego. Yo las dejo nomás porque son plantas que felizmente me hablan de andanzas en salitrales y llanos donde me vi abrazado por la distancia. Si alguien quiere tocarlas aquí va a pincharse las manos con la espinita blanca esa que no parece pero es defensora de mis recuerdos de allá, donde la vista se me hacía lejanía.
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