PROCESO GRUPAL
SELECCIÓN DE PACIENTES Aunque los terapeutas grupales poseen ciertos criterios de selección y agrupabilidad, sus respectivas indicaciones varían dentro de muy amplios márgenes, lo que depende de su orientación teórica y de las metas que pretenden alcanzar. La selección atiende factores como la motivación del paciente, el nivel de angustia, las metas de tratamiento y el enlace inicial entre terapeuta y paciente (es decir, la disposición del paciente ante el tratamiento grupal en general). El proceso diagnóstico en terapia grupal constituye el proceso de selección. Incluye la evaluación de la referencia del paciente a un determinado grupo terapéutico, lo que implica el diagnóstico o consideración de su agrupabilidad. Ambos diagnósticos pueden llevarse a cabo en forma individual o grupal. La selección del paciente individual sólo tiene sentido en relación con el grupo particular en donde Además, según el interés de los terapeutas y la institución en la que se inscribe su práctica (consultorios privados, clínicas de servicio a la comunidad u hospitales), se instrumentan dispositivos grupales que varían del grupo homogéneo, cerrado, a tiempo limitado y objetivos focalizados, al grupo abierto, sin límite de tiempo, que explora ampliamente la vida psíquica de sus integrantes. Siendo, por tanto, muy distintas las exigencias de un diagnóstico acucioso para cada uno de ellos. El proceso diagnóstico y la indicación terapéutica en la práctica privada se llevan a cabo, generalmente, siguiendo los lineamientos del trabajo individual. Se realizan una o varias entrevistas con el candidato a grupo terapéutico para determinar: a) el diagnóstico nosológico, basado en el motivo de consulta, sintomatología y estado mental; b) el diagnóstico caracterológico o de personalidad, fundamentado en los patrones repetitivos de la conducta, que determinan la adaptación a la vida y el predominio de ciertos patrones defensivos característicos; c) el diagnóstico de la integridad e integración de las estructuras intrapsíquicas, el éxito o fracaso en las tareas propias de cada fase del desarrollo, conciencia de enfermedad, capacidad de insight y motivación. La primera entrevista con el terapeuta de grupo, si la hay, debe ser lo más breve posible para así evitar el desarrollo de una transferencia central (con el terapeuta), lo cual dificulta el desarrollo de transferencias laterales (hacia los demás miembros del grupo). Prefieren no conocer la historia íntima del paciente, para no perder la visión general del grupo, ni sentirse tentados a formular interpretaciones individuales. Consideran que las informaciones previas predisponen. RECUERDA MUCHOS PACIENTES TEMEN A ENNFRENTAMIENTOS GRUPALES A DIFERENCIA DE LA TERAPIA 1-1. valorar: a) capacidad para establecer relaciones primarias mínimas;
b) grado de perturbación sexual; c) fortaleza yoica y desarrollo del superyó. toma en cuenta, además, la motivación, actividades grupales previas y habilidad para realizar introspección. investigan los siguientes factores: a) índice de reacción a la angustia (¿cómo resolverán el paciente y el grupo la angustia que suscita su encuentro?), b) Identificación y empatia con otros (¿tiene otro miembro del grupo problemas, síntomas, antecedentes o experiencias similares? ¿Podrán empatizar entre sí los miembros del grupo y el nuevo?), c) Fortaleza del yo (¿qué tan vulnerable es el paciente a la tensión interpersonal y a los ataques? ¿Puede tolerar la intimidad?), d) Conexión de los sistemas de defensa de los pacientes (¿cómo reaccionará el sistema defensivo de cada paciente al del nuevo miembro? ¿Cuál será el efecto de cualquier conexión que ocurra? (negación o acting out destructivo vs internalización).
La valoración de los pacientes se basa en los postulados analíticos clásicos. Investigan: 1) La estructura de la personalidad, que para la inclusión en grupos heterogéneos, abiertos, debe ser neurótica. El paciente debe tener capacidad para mantener la percepción de sí mismo y poder sumergirse en los procesos grupales. Las-personas vulnerables a la succión grupal se muestran arrogantes, pedantes y se adhieren inflexiblemente a su posición política, profesional, social o moral. 2) Relaciones de objeto. Los pacientes deben estar cercanos a las relaciones de objeto totales y poseer movilidad de roles (por ejemplo, poder cambiar de hablar a escuchar). 3) Factores externos,: razones físicas (conflictos de horarios, lejanía del sitio de la terapia, o imposibilidad del paciente para transportarse por sí mismo) que contribuyen a la racionalización de situaciones resistenciales y stress externo, constituido por diversas situaciones de crisis (divorcio inminente, jubilación). 4) Factores contratransferenciales: algunos terapeutas afirman que, si el terapeuta experimenta disgusto o desinterés hacia el paciente, debe referirlo; aunque este factor es menos importante en la terapia de grupo que en la individual, porque la presencia del grupo y del posible coterapeuta, mitigan la intensidad de la contratransferencia. 5) Factores del grupo: es importante valorar la capacidad del paciente para funcionar en una situación de grupo, recurriendo a los indicadores que aportan sus relaciones previas en la familia, escuela, trabajo, sociedad, grupos políticos y religiosos; así como las habilidades de dirigir y ser dirigido y la posibilidad de guardar secretos.
Es de gran importancia establecer el encuadre del grupo de admisión, para garantizar un campo operativo razonablemente "limpio". Al inicio de la primera sesión del grupo de admisión es cuando se establece el encuadre. Se explicitan las características del grupo (grupo de admisión); su duración (en general 2-3 sesiones); propósitos (empezar a conocer los motivos de consulta de cada uno de los asistentes, trabajar sobre sus conflictos, establecer la indicación terapéutica más adecuada); modalidad de trabajo (discusión libre en donde todos pueden intervenir y comentar sobre lo propio y sobre el material de los demás, necesidad de confidencialidad al exterior, utilización de técnicas verbales y de acción); horario; frecuencia; honorarios; lugar de las sesiones; nombre del terapeuta y número de pacientes, Tras la consigna se presentan los coordinadores por sus nombres y apellidos y piden a los pacientes que mencionen sus nombres de pila. Se busca crear un clima de confianza, familiaridad, seguridad, participación, solidaridad, honestidad y una cultura grupal de análisis psicológico, haciendo señalamientos grupales (que favorecen la cohesión) e individuales (que apuntan a la comprensión de los problemas que los traen a consulta). Se utiliza el humor para disminuir las tensiones. Es esencial la detección y el trabajo intensivo sobre las resistencias, grupales e individuales, que giran en torno a la participación en el proceso del grupo. Los terapeutas o algún paciente subsecuente pueden iniciar las presentaciones y explicitar el encuadre, lo que permite observar cuán clara es, para los miembros del grupo, la tarea que se realiza.