Interpretaciones sobre el pensamiento filosófico en Grecia Antigua A lo largo de los siglos, se ha discurrido en innumerables ocasiones sobre uno de los temas más controversiales respecto de los alcances cognitivos
evidenciados
en Grecia Antigua:
¿hasta
qué punto
podemos determinar que el surgimiento del pensamiento filosófico implicó una ruptura terminante en cuanto a la forma mitológica de concebir el mundo? En el presente trabajo de investigación, nos abocaremos a justificar la postura que otorga una gran valoración a los aportes de los filósofos helenos y que complementa sus consideraciones con un análisis de los rasgos mitológicos en las doctrinas de los mismos. Si comenzamos nuestra tarea a partir de los denominados filósofos jonios, no tardaremos en percatarnos que nuestro eje de investigación se guía por el camino correcto. No obstante, la facilidad de tal descubrimiento radica en que dichos pensadores son reconocidos como los primeros en plantear una forma de explicación diferente a lo realizado
anteriormente.
Thales,
Anaximandro
y
Anaxímenes
subsistían en un mundo penetrado por la visión mitológica de la realidad, siendo ellos el único atisbo de otra mentalidad. Sin embargo, debemos concentrar nuestra atención en dos filósofos presocráticos posteriores, Heráclito y Parménides, cuyas doctrinas presentan un claro intento de racionalización. Pero, ¿de qué tipo de racionalización estaríamos hablando? Francisco Gomá Musté indica que Parménides, en su poema, realiza una “introducción alegórica en la cual expresa con imágenes simbólicas
el
alto
valor
que
atribuye
a
sus
descubrimientos
filosóficos” 1. El autor comete un grave error al interpretar el texto de Parménides como una simple alegoría, donde el relato de la diosa carecería de importancia frente a la exposición de los tres principios lógicos básicos, cuando tal disciplina aún no había sido concebida. De todos
modos, coincidimos en el punto donde indica que el pensador otorga un gran valor a sus planteamientos, aunque dicho valor proviene de un carácter divino que pretende ascenderlo a la categoría de verdad revelada. Heráclito, por otra parte, no diviniza sus palabras, sino al componente ineludible de su teoría: el lógos. En su fragmento 102, establece: “Para el Dios todas las cosas son bellas y buenas y justas; los hombres, en cambio, consideran unas injustas y otras justas”.2 No debemos interpretar este pasaje literalmente: Heráclito intenta ejemplificar que sólo aquello con cualidades divinas puede conocer el Cosmos tal cual es. En definitiva, enuncia Jean - Pierre Vernant, el estudio de la filosofía griega no implica remitirse solamente a la forma del pensamiento mítico, sino “delimitar lo verdaderamente nuevo”3. En este caso, sería el intento de buscar una manera sistemática de explicar cuanto acontece en el Universo.
Citas bibliográficas
Gomá Musté, Francisco. HISTORIA UNIVERSAL, TOMO 4: GRECIA I. Ed. Salvat y La Nación. Perú. 2005. Cap. 7 “La evolución del pensamiento griego de Pitágoras a Sócrates”, págs. 335-337 1
2
Mondolfo, Rodolfo. HERÁCLITO. Ed. SXXI. México. 1971. Págs. 31-45 Vernant, Jean – Pierre. MITO Y PENSAMIENTO EN LA GRECIA ANTIGUA. Ed. Ariel. España. 1983. Cáp. 7 “Del mito a la razón”, págs. 334-364 3
Por Maria Victoria Gomez Vila Parcial domiciliario Materia “Historia de la Filosofía Antigua” Universidad Nacional del Sur Septiembre 2007