Historia del Reyno de Navarra 800 AÑOS DE INDEPENDENCIA DEL ESTADO NAVARRO
SIGLOS V y VIII “PERDOMUIT FEROCES VASCONES” El escudo primigenio navarro lo constituirá una estrella de ocho puntas que aparecerá por vez primera en las monedas de Sancho el Mayor.
Las raíces del Reyno de Navarra, se hunden profundamente en los oscuros años que engloban los siglos posteriores a la caída del imperio romano. Es durante estos 4 siglos (segunda mitad del primer milenio, años 406-800) de gran efervescencia migratoria (entiéndase invasiones), donde diferentes pueblos agrupados bajo el nominativo genérico de vascones (que hacia referencia a la tribu mas numerosa entre bardulos, caristios, verones, autrigones y aquitanos) se enfrentan a francos y visigodos por defender unas estructuras romanizadas que gozaban de gran implantación dentro de los limites del mundo vascón y cuya afinidad, aprovecharon los elementos romanos sobrevivientes en la región de Aquitania, para procurarse unos aliados inmejorables que durante años habían aprendido algunas de las artes de combate que debieron asimilar de roma (los guerreros vascones eran utilizados de caballería ligera para rodear por los flancos a la infantería merovingia, tal y como los romanos hicieran con la II cohorte vascona de caballeria) y que eran utilizados como tropas de elite en las numerosas fortalezas que jalonaban el Loira, frontera natural con los Francos. Por lo tanto, será en esta zona pirenaica occidental donde se genere a la postre el Reyno de Navarra lejos de las influencias germanas, gracias a la existencia durante estos años de interminables guerras, del regnum aquitano y del posterior Ducado de Wasconia, figura política de alternancia que mantendrá relaciones de vasallaje con la dinastía carolingia después de la fragmentación del reino aquitano tras la exitosa campaña de nueve años que dirigió Pipinio contra el rex aquitano Eudón y que acabaría siendo nuevamente reino independiente bajo la corona del hijo de Carlomagno, Ludovico Pio, que no supo calmar las revueltas vasconas y que degeneraron en la derrota de tan magno rey en Roncesvalles (Orreaga) en el año 778 y que a su vez alumbraría al primer monarca del Reino de Pamplona.
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Historia del Reyno de Navarra
778-1004 EL REINO DE PAMPLONA Evolución del primer carbunclo o rubi durante el reinado del rey Fuerte, con mas blocados y los brazos entrelazados.
Fue en esta época inicial de conquista sarracena, cuando algunos clanes pirenaicos de la cuenca de Pamplona (variación romance del original Pompaelo y ciudad romana erigida en honor a Pompeyo sobre un asentamiento vascón de nombre Iruña) encumbraron como jefe al vencedor de la contienda de Orreaga, un caudillo llamado Iñigo Arista o Eneko Aritza (exactamente después del “segundo Roncesvalles” contra los duques carolingios Eblo y Aznar en el 824). Hay que recalcar que en esta época la monarquía no era tal y como hoy en día la conocemos y que la propia elección de Aritza (roble) estuvo condicionada al voto del consejo de sabios (zaharren biltzarra), figura electora muy importante a lo largo de toda la historia de Euskal Herria y que delegaba únicamente en manos del rey los asuntos de guerra. El linaje de los Arista se las tuvo que ver con los años mas activos del Islam en el norte y su área de influencia se circunscribía casi exclusivamente a la cuenca de PamplonaLumbier y los valles pirenaicos mas orientales (Salazar y Roncal entre los mas eminentes). A pesar de todo ello, tal vez la formula que fraguo el éxito del reciente reino pirenaico cercado desde sus mas remotos inicios por la presión carolingia y el inicial empuje musulmán, fuese la fortuita casualidad de que el celebre caudillo mozárabe de la familia de los Banu Qasi, Musa ben Musa, fuese hermano uterino de Eneko Aritza, lo que posibilito un tácito entendimiento entre cristianos y musulmanes en la confluencia Navarra. Estos últimos eran una dinastía establecida en la ribera navarra desde la época romana u goda (fue un tal Casius el que decidió someterse) que se habían convertido al Islam, perpetuando su linaje durante otros 4 siglos. Ambos centros de poder (el cristiano de Pamplona y el musulmán de Tudela), funcionaron como uno solo en no pocas y relevantes ocasiones hasta mediados del siglo IX (batalla de Orreaga-778-, asalto a la fortaleza de Tudela en represalia del asesinato del gobernador de Pamplona Mutarrif ben Musa-799-, contra las campañas de sometimiento de Pamplona de Ludovico Pio812-, contra el pro carolingio Velasco-824-) hasta que, a la muerte del rey, su hijo García Iñiguez se distanciaría paulatinamente de sus parientes mozárabes aliándose con el rey Ordoño de Asturias. La entente cristiano-musulmana acabara definitivamente con el advenimiento en circunstancias algo desconocidas (al parecer Sancho Garcés estaba casado con la hermana de los Arista) de la dinastía Jimena de manos de su primer y
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Historia del Reyno de Navarra joven rey, después de que el hijo de García Iñiguez, Fortún el Monje, abdicara del trono retirándose al monasterio de Leyre. El primero de los Sancho comenzara una vital actividad expansionista hacia los territorios árabes partiendo de la plaza fuerte de Deio y tomando de una en una Calahorra, Arnedo, Víguera y Nájera. Desafortunadamente la reacción árabe no se hizo esperar y fueron vencidos los reyes cristianos de Pamplona y Oviedo en la batalla de Valdejunquera (Guesalaz, anno domini XMXXI) por Abd al Rahman III que 3 años mas tarde se volvió a enfrentar a Sancho, provocándole heridas que le llevaron a la tumba un año mas tarde. A partir de aquí se instala una autentico clima de beligerancia entre ambas realidades con pactos, revueltas y constantes razzias, la mas importantes protagonizadas por el gran Almanzor y a quien el nieto de Garces, Sancho Abarca, tuvo que entregar a su propia hija para que no acabara con lo poco que le quedaba de reino (el hijo de ambos seria Abd al Rahman Sanchuelo y seria conocido por sus arrebatadores ojos azules regalo de su madre).
1004-1076 IRUÑEA CENTRO DEL PODER CRISTIANO PENINSULAR Actual escudo que la leyenda atribuye a las cadenas y la joya del caudillo moro que se trajo Sancho VII de las Navas de Tolosa. Es posterior a la invasión del pais (S.XVI).
Esta revuelta situación acabaría definitivamente con la llegada al trono del Arga (río que fluye a través de Iruñea) de Sancho el Mayor, figura señera de la historia de Nafarroa, Euskal Herria y de la política medieval hispana. Con él, el reino pamplonés alcanzo una gran cohesión interna y un prestigio que reconoció su autoridad y señorío por parte de reyes cristianos y musulmanes. Asentó la frontera con el Islam, anexiono al reino las tierras de Sobrarbe y Ribagorza, sello pactos de vasallaje con los condes de Barcelona y Gascuña, asumió la regencia del condado de Castilla tras el asesinato de su cuñado el Infante don García y gobernó el reino de León. A pesar de ello no considero crear un único centro de poder y mantuvo los estatus jurídicos y políticos de cada reino que recuperarían en su día. También fue durante el gobierno del monarca jimeno, cuando se impulsaron de manera trascendental los 9
Historia del Reyno de Navarra cenobios de Leyre, San Millán de la Cogolla, San Juan de la Peña y San Salvador de Oña, después de haber abandonado el rito mozárabe por el romano. A su muerte, tan vasto territorio fue dividido entre sus hijos con preferencia del reino navarro sobre los demás (que incluía la actual delimitación política de Euskal Herria mas la Rioja) pero la voluntad paterna no fue respetada y después de que Ramiro I (rey de Aragón y a la muerte de su hermano Gonzalo, también de Sobrarbe y Ribagorza) fuese detenido en la arrancada de Tafalla (1043), su otro hermano, Fernando de Castilla (que a la muerte de Bermudo también se había anexionado León) venció al primogénito, García el de Nájera, en los campos de Atapuerca (Burgos, 1054) pereciendo este ultimo durante la batalla. Le sucede en el trono su hijo Sancho IV, llamado el de Peñalen porque fue despeñado por sus propios hermanos en el barranco homónimo, sito al sur de la localidad de Funes, dejando al reino sumido en el más absoluto caos.
1076-1134 NAVARRA Y ARAGÓN Armas que reflejan la unión temporal que tuvo lugar en las postrimerías del S. XII entre los dos estados pirenaicos.
El funesto ataque deja descabezada la corona de Iruñea y sumida en una grave crisis política, en la que los territorios de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa deciden unirse provisionalmente a Castilla y en la que el rey castellano aprovechara para extender sus conquistas por territorio navarro tomando las tierras de Nájera y Calahorra, debilitando enormemente al reducido reino pirenaico. La nobleza entonces opta por el rey de Aragón Sancho Ramírez, a quien le sucederán como reyes navarros y aragoneses sus hijos Pedro I y Alfonso I el Batallador. Será sin embargo en esta época de deriva política, cuando se acometan reformas que afectarán de fondo a la configuración general de la sociología del reino y al paulatino paso a la baja edad media. Me refiero a los burgos o a los primeros feudos francos que se establecen a lo largo de la cada vez más transitada ruta jacobea (el miedo que suscitaba en los cristianos la figura de Almanzor, había hecho que a la muerte de este, se volvieran a retomar las actividades romeras) y que tendrán como objetivo atraer repobladores del otro lado del Pirineo. Así nacerán Estella (cuyo fuero fue otorgado por el propio Sancho Ramirez en el año 1090), Sangüesa la Nueva, Puente la Reina y los burgos de San Cernin y San Nicolás en las inmediaciones de Iruñea, que pasara a denominarse Ciudad de la Navarrería, donde 10
Historia del Reyno de Navarra una tímida población burguesa comenzaba a aflorar mediante el comercio con los peregrinos. Todo este desarrollo demográfico se apoyo en la conquista de la ribera del Ebro y de las fértiles tierras de secano y regadío que se extendían a ambos lados de la marca fluvial con la toma por parte de Alfonso I el Batallador, de Zaragoza en el 1118 y de Tudela un año mas tarde.
1134-1234 LA RESTAURACIÓN “Arrano Beltza” o águila real que el Sancho VII “el Fuerte” adopto como insignia personal.
A la muerte de Alfonso I, habiendo este manifestado en su testamento su voluntad de legar el territorio navarro a las órdenes militares del Temple, Hospital y Sepulcro de Jerusalén; los diferentes estamentos tanto nobiliarios como eclesiásticos apoyados por el Conde Ladrón (señor de Bizkaia y Gipuzkoa y enemigo de la familia pro castellana de los Haro) y alarmados por las repercusiones del edicto alfonsino, deciden coronar al bastardo del malhadado rey García el de Najera, García Ramirez apodado el Restaurador; en Peña Tajada, en las tierras de Larrasoaña y Abarzuza (este ultimo apunte es discutido por los historiadores, pero aparece referido en un trabajo del Príncipe de Viana envuelto en la leyenda y como esto es Ars Magica…), devolviendo la autonomía a lo que de ahora en adelante y por vez primera se llamara “Reyno de Navarra”. El hijo de este, Sancho VI el Sabio, comprometido por la precaria situación en la que se hayan sus dominios (encajonado entre Castilla y Aragón estos dos ya habían firmado numerosos acuerdos donde se acordaba la repartición del pequeño reino pirenaico, siendo el mas reciente el de Calatayud con fecha de 1192 y a la que le siguió un intento frustrado de invasión en el 1198 que no fructífero por la desconfianza que se tenían ambos reinos) logro a pesar de todo, gracias a una hábil política diplomática y a sendas reformas como la de los aforamientos de Vitoria y San Sebastián, mantener aun durante algún tiempo las fronteras naturales del reino (las mentadas provincias se habían vuelto a incorporar al Reyno, con el pacto de Tamara tras el fallido intento de unión entre Castilla y Aragón con doña Urraca, pacto que volvería a redefinir el empuje castellano, ya sin Bizkaia ni la Rioja, en el año 1179). Será durante el reinado de su hijo Sancho 11
Historia del Reyno de Navarra VII el Fuerte, cuando Alfonso VIII de Castilla consiga hacerse al fin con lo que le quedaban a Navarra de territorios Occidentales (a pesar de la resistencia numantina que caracterizo el asedio a la plaza vitoriana tomada en enero del año 1200 después de 7 meses), hecho este, que no impidió al gigantesco rey navarro acudir a las Navas de Tolosa junto con sus mejores caballeros y escribir uno de los pasajes mas épicos de la reconquista, razón por la cual, seguramente, obvio la tremenda afrenta a la cual había sido sometido por su homologo castellano. Desgraciadamente para el Reyno, solo volvería con cadenas y gloria de la santa expedición, botín de guerra que no le ayudaría a tener descendencia (pudo haber tenido un hijo varón con la difunta hija de Federico I “Barbarroja” emperador de Alemania y padre del lujurioso Federico II) y que permitiría la inclusión de la corona de Navarra en los intereses dinásticos franceses, a su muerte, 22 años después de la batalla que lo inmortalizo para siempre.
1234-1610 LA ORBITA FRANCESA El escudo representa las armas de la casa FoixAlbret, última de las dinastías soberanas que se sentaron en el trono del Arga.
La dinastía Jimena moriría parcialmente con Sancho VII y la Corona Navarra recaerá por elección popular, sobre la testa del sobrino de este fruto del matrimonio entre su hermana Blanca y el duque de Champaña Teobaldo II. Teobaldo III delegara el gobierno del reino a gobernadores franceses que no sabrán sobrellevar las peculiaridades del gobierno local y durante el siglo que dirigieron los sinos navarros, se sucedieron las revueltas y los enfrentamientos hasta tocar techo en la guerra de la Navarrería, que supuso el alzamiento de las clases populares de Iruñea en contra de los habitantes franceses de los burgos francos de San Cernin y San Nicolas, ampliamente privilegiados por los gobernadores “gabachos”. Los incidentes serán tan graves que la reina regente, Blanca de Artois, huirá con su hija de un año a la corte de Francia donde acabara casándola con Felipe IV “el Hermoso”, uniendo la Corona Navarra con la Francesa por primera vez. Colmado el descontento popular con Carlos I (IV de Francia) que ni siquiera juro los fueros, la nobleza y los representantes de las Buenas Villas reunidos en Puente la Reina, deciden entregar la corona a la hija de Luís “el Hutín”, casada con Felipe II de Evreux,
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Historia del Reyno de Navarra inaugurando así dinastía cuando son ambos coronados en la catedral de Pamplona para volver a sus dominios después de jurar el “Amejoramiento” del Fuero en el año 1329. Le sucederán el nefasto gobierno de Carlos II el Malo (llamado así porque asesino a dirigentes de las juntas de gobierno locales) que intento aprovecharse de la guerra de sucesión en Castilla y acabo firmando el tratado de Briones (1139 por el que cedía a Enrique II importantes plazas fuertes) y el sosegado reinado de Carlos III el Noble, a cuya muerte llegaría la guerra civil entre el príncipe de Viana (bando Beaumontes) y su padrastro Don Juan el Usurpador (bando Agramontes), que dividiría definitivamente al Reyno y que permitiría en adelante y bajo el reinado de la casa Foix-Albret tras la muerte del Usurpador en 1479, que las tropas castellano-aragonesas del inmisericorde Duque de Alba conquistasen al fin la totalidad de Nafarroa. Los reyes navarros, refugiados en un principio en el país del Bearn (señorío de los Evreux), volverán a recuperar las tierras de ultrapuertos y de allí dirigirán hasta tres expediciones militares con la intención de recuperar el reino, cuya corona, volverá a unirse por ultima vez a la Francesa con Enrique III de Navarra y IV de Francia (15721610), asesinado por un fundamentalista católico durante las guerras de religión que asolaron todo el continente europeo a partir de la contrarreforma y la reunión conciliar de Trento. Incorporadas a sus respectivos reinos pero con un régimen especial, seguirán coexistiendo los títulos de príncipe de Viana en el sur (usurpado por los Borbones) y Reino de la Baja Navarra (Basse-Navarre) en el norte del país (suprimido por la Revolución Francesa) tras lo cual, los últimos vestigios de la soberanía Navarra serán borrados calculadamente de la historia de los estados español y francés.
1610 + ABOLICIÓN DEFINITIVA DEL ESTADO NAVARRO Armas de Enrique III, que tuvo que renunciar a la soberanía del estado Navarro para ocupar el trono de Francía.
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