Hay momentos que parecen el fin, ese que te aplasta y te hace pensar que no hay más salidas y, sin importar el tamaño que los demás lo vean para ti es enorme. Son esos días en los su cuando te miras al espejo ni eso tiene sentido solo te sientes solo, no reconoces esa mirada que hoy esta perdida y en tu cabeza ya no hay sueños que te hacian despertar para jugar en la ruleta de la vida, solo hay desdén, malestar y unas enormes ganas de no despertar.