Adolfo Norberto Cocchi
Fractal 08 Mis ojos, otros ojos Noviembre 2008
Mis ojos, otros ojos Escritos de temas variados, mezclados, eclécticos, sin medir el origen ni el destino. Espontáneos, reflexivos, extractados, copiados, sustanciales y banales. Apuntes, comentarios, información, cuentos, historias, reflexiones, pensamientos, atrevimientos, diseños, ficciones, fragmentos, extractos, notas, conclusiones, versos, etc. Personales y de cualquier fuente. Actuales… de otro tiempo. De aquí… de otros lugares. Generalmente emocionales. Por momentos con un propósito y en otros momentos sin propósito alguno.
Psicosomático Por el mismo motivo que las adquirimos, la mayoría de nuestras dolencias podemos sanar.
Consentimiento Me resisto a consentir aquello que no me gusta, que no apruebo. Probablemente lo acepte, conviva con ello, pero definitivamente no lo consiento; no lo abucheo, ni lo aplaudo. Creo que colaboro con mi salud de esa forma, procuro evitar ese punto de amabilidad simulada que genera contradicciones.
Pegado a la tierra A veces me parece que la vida consiste en postergar la realidad, en evitar comprobar la verdad, en quedarse en medio del camino…”Uno sabe que el cielo está cerca, pero no quiere volar, porque teme alcanzar las estrellas…”
Horóscopo Tenemos serios problemas con la tabla del ocho, sin embargo no tenemos inconvenientes en medir lo inconmensurable.
Expresarlo Todo lo que soy es todo lo que pienso, y mi alegría no consiste en tener la razón o la verdad sino en expresarlo.
Grosería De mi parte, una grosería no me hace experto ni divertido.
Superación Es cosa de niños ser mejor que otros, esa competencia desemboca en confrontación, y es de adultos ser mejor que antes, esa superación acaba en paz.
Trato Si trato a otro de tonto, no es él sino yo, quien se convierte en tonto.
Franklin Toma consejo en el vino, pero decide con agua después.
Ayuda El hecho de que trate de ayudarte, no debe transformarme en tu sirviente, y menos que vos me tomes como tal, si eso ocurre, mi propósito de compartir será vano.
Simular La mayoría damos cuenta de nuestras limitaciones, pero nos conformamos con que los demás no lo adviertan, y si lo advierten que simulen.
Felices Fiestas Que el deseo de abrazar a todos sea una reacción en cadena. Felicidades.
Consejero Dícese de aquel que sabe sin aprender.
Alegría “Para lograr todo el valor de una alegría has de tener con quien compartirla.”
Ficciones Como todas las mañanas, Alberto Alonso se dirigía a tomar el subte en la estación Juramento para ir a su lugar de trabajo que estaba en el centro. Este día se sentía más animado que otros, motivos tenía, como muchos, para estar desalentado, pero hoy particularmente, se sentía con una energía inusual. Pocos metros antes de la boca del subte había un hombre de edad mayor, un poco desalineado, con una barba de varios días y vestido con ropas muy usadas. A medida que se acercaba este hombre lo miraba como si lo eligiera, y cuando se acerco más, se adelanto un paso y dijo. -Buen día señor ¿Me compraría el diario? Alonso se detuvo… lo saludó… saco dinero de su bolsillo… y le pagó el precio que requería. En realidad no estaba interesado en comprar el diario, que por otra parte parecía del día anterior por el estado que aparentemente se veía, pero lo hizo como un acto de solidaridad a lo que este hombre agradeció. Leyó al pasar, entre otras cosas, que Boca le había ganado a Fluminense dos a uno… Ya en la boca del subte, Alonso miró hacia atrás y el sujeto ya había desaparecido. Tomó el tren… llegó a su trabajo… y comenzó con sus tareas habituales con el mismo ánimo con que había empezado el día. Estaba haciendo un trabajo rutinario en el que no necesitaba mucha concentración y su mente divagaba cuando de pronto advierte algo… lo que había leído… el partido de futbol… el partido se juega hoy… ¿Cómo podía estar el resultado en el diario? El partido de Boca Fluminense se juega esta noche… ¿Cómo estaba el resultado? Lo invadió un extraño estado. Se dirigió al lugar donde había puesto el diario y lo empezó a hojear. Algo muy extraño sucedía… tiene fecha del día jueves y hoy es miércoles, se dijo. Después de analizarlo un poco más, no podía salir de su asombro, “tranquilo “Beto”, no te aceleres, se puede tratar de una broma”, se decía mientras pensaba que una emoción muy fuerte podía afectar su debilitado corazón. Faltaban unos minutos para la hora diez cuando decidió pedir autorización para retirarse del trabajo. Comprobó, no sin asombro, que algunas de las noticias se producían tal como rezaba en el periódico. A pocos metros del lugar de trabajo había una agencia de quiniela, y con los pocos pesos que disponía apostó en el sorteo que se efectúa en la
mañana, también hizo apuestas en los juegos de Loto para todos lo pozos, por supuesto también lo hizo con el Quini Seis. A partir del momento en que pudo cobrar los premios del sorteo de Quiniela de la mañana, las horas se redujeron a minutos, comió apenas, se movilizó para apostar en las carreras de caballos, copando todas sus modalidades, apostó nuevamente en los sorteo de las l4 horas, 17,30 horas, y el de las 21 horas, cobraba algunos premios y otros los dejaba para cobrar en los días siguientes… se multiplicaban vertiginosamente, buscó los resultados de todo tipo de apuestas y apostó… y apostó a todo lo que estaba a su alcance, ya vería como le contaba todo lo que le sucedía a su esposa y sus hijos, alguna manera habría para relatar este milagro, este misterioso milagro. Sus problemas se reducían a anécdotas, la cantidad de dinero ganado ascendería a millones… la alegría anhelada, no podía acceder al sentido de la realidad… Las horas fueron pasando en medio de esa vorágine y la noche empezaba a cerrar el cielo, Alberto “Beto” Alonso tomó un taxi, pidió que se detuviera para comprar algo de comida ya que le había hablado por teléfono a su esposa de que el se encargaría, y prosiguió viaje a su casa. Viajaba tranquilamente y hablaba con el taxista alegremente mientras ojeaba el diario, de pronto leyó algo que lo sorprendió… su alegría desapareció… se desdibujó su rostro… llevó sus manos al pecho por un fuerte dolor… El taxista, que conocía bien la zona, se dirigió inmediatamente a una estación de policía que estaba apenas a dos cuadras… se detuvo y pidió auxilio… pidieron una ambulancia, que llegó en minutos…lo trasladaron hasta el sanatorio con rapidez…pero todo fue en vano, el ataque a su corazón debilitado había podido con su vida. La policía se encargó de avisar a su familia y a entregar todo en dinero que llevaba, además de todos lo tickets y comprobantes de los juegos a que había apostados y que serían ganadores… El turno del taxista llegó a su fin, y sin dudas este había sido un día poco común… se retiró a descansar aproximadamente a la hora veintitrés. Por la mañana, comenzó pasadas las ocho horas, hizo tres viajes y luego se detuvo a desayunar en el lugar que lo hacía habitualmente, antes de bajar del automóvil miró en el asiento trasero y se percató de que alguien había olvidado un diario… lo tomó y se dirigió al bar. Hizo el pedido mientras leía las noticias… que Boca le había ganado a Fluminense, entre otras… Le trajeron el café que había pedido con una media luna y mientras leía en la sección policiales leyó un artículo que decía… “Según fuentes policiales Alberto “Beto” Alonso (48) falleció mientras era atendido en el Hospital Churruca del Barrio Parque de los Patricios, había
sido llevado de urgencia debido a un ataque cardíaco que habría sufrido mientras viajaba en taxi, en dichas circunstancias el chofer lo había llevado hasta la comisaría más cercana y desde allí fue trasladado en ambulancia hasta el Hospital, donde se produjo el deceso.” El taxista terminó su desayuno, se levantó y volvió a las calles… a su trabajo. El diario quedó en la mesa del bar.
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