Foucault, 25 Anys Mort

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MARTES,26 JUNIO 1984

LA VANGUARDIA

47

Desaparece el autor de”Es palabrasy lascosas”, uno de los más influyentes pensadores contemporineos

MichelFoucault, filósofo e historiador, falleceenParísa los57añosdeedad

El caminohacia elCollge de France

París. (De nuestro colabora— padres del Estructuralismo jun donde los escritores de Galli— dar.)— El filósofoe historiador to con Lévi-Strauss y Lacan, y mard -—sello que acababa de pufrancés,MichelFoucault, de 57 figura principal en el actual pa- blicar los ya mencionados dos volúmenes de la “Histoire de la añosde edad, falleció en la ma— norama intelectual francés, ñanade ayer en el hospital psi— Foucault estaba una vez más de sexualité”— se reúnen desde quiátricO de La Pitié—Salpetri— actualidad estos días por la re— hace tres décadas. Un portavoz re,dondehabía ingresado el pa— ciente aparición de los volúme de dicha firma editorial recor sado jueves, día 21. Dicho nes dos y tres de su “Histoire de daba que hasta el momento de antro no facilitó información la sexualité”, titulados respecti— su ingreso en la Pitié—Salpetriére sobrelascausasdel fallecimien— vamente “L’usage du plaisir” y Foucault había estado “traba to.En un comunicado emitido “Le souci de soi”. jando entusiasmado” en su pocodespués del ingreso, los Ayer, a media tarde y a falta “Histoire de la sexualité”. Hom doctoresCastaigne y Sauron de otros detalles sóbre las cir— bre de cráneo rasurado, mirada (éstejefe de la unidad de cuida— cunstancias del desenlace, el incisiva tras sus gafas caracte dosintensivosdel centro) mdi— ambiente de consternación era rísticas, brillante y apasionado, caban,como responsables del palpable en el barrio de las edi Foucault era quizás una de las enfermo, que Foucault iba a ser tonales de París. -En las terrazas personalidades que más había sometidoa diversos análisis. del café de Flore o del Deux Ma- contribuido, tras Sartre, a la dis— Otrasfuentesaseguraban que el gots, en la de Lipp, en el café Bo cusión sobre la esencia misma internamiento se habría produ— naparte, los universitarios, es— la filosofía y la historia. Defi— cidoa raízde un ataque de cora— critores y empleados de edito- nido como “representante de la u aúnyquesufallecimiento, ayer, naJes comentaban la luctuosa dignidad del filósofo ante el pohabríaobedecidoa un síncope noticia. Otro tanto ocurría en der”, Foucault fue también un cardíaco. Saint Germain des Prés, en es— intelectual de izquierda com ?rofesordel Collegede Fran— pecial en el subterráneo y reco prometido con su tiempo. ce,presentado como uno de los leto bar del Hotel Port Royal, OSCAR CABALLERO Michel Foucault, devolver la dignidad al acontecimiento

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Foucaultno sólo ha sido un autor de ción para entregarse a estudio de la histo éxito, unembajador de la cultura franceria de la sexualidad —vastoproyecto ar sadesingular importancia, sino que tam— ticulado en 6 volúmenes, el primero de biénfueun pensador íntimamente com— aparecerá en 1976:“La volonté prometido con la vieja vocación filosófi— mar como obvio, o como natural, nues su nacimiento. y el anuncio de su pro- los cuales savoir” Ya no se cuestionan aquí las ca:‘elejerciciode la lucidez”. De ahí, las tros hábitos actuales apoyándolos en un bable próximo fin. Tras esta profesión de de instituciones totales, ni el encierro, sino múltiples irritacionesque levantó su tra— origen más o menos mítico —queen lugar fe antihumanista, el nombre de Foucault un perfil mucho más insidioso del poder: bajo. Perotambién por ello, tras los aná— de ello hay que olvidar las fundaciones se vio acompañado de modo casi defini no el poder que dice no, prohibe y casti lisisdeFoucaultsobre un dominio deter— míticas y comenzar a preguntarse que tivo por el escándalo, para muchos era el ga, sino el que alienta, instiga y seduce. minado,no ha sido ya posible volver a cómo empezaron realmente las cosas. La nuevo hereje. No el que “nosimpide ser quienes somos”, pensar comoantes. Y son raros los auto- obra de Fouçault podría colocarse bajo No es el menor de los méritos del pen sino aquel que “nos hace ser como sorescapaces de partir, con esa limpieza, la este signo. samiento de Foucault al haberse negado Y después un largo silencjo de comprensión de un ámbito, un proble Irrumpió con sorpresa en el panorama a la escolarización de su pensamiento. mos”. años: Foucault ha entrado en una ma,endosprecisasmitades: antes y des— cultural francés con su cuestión acerca de No continuó así en la misma dirección ocho vía muerta, Foucault es incapaz de conti ppués,Podría decirse que Foucault no la razón y la locura: ¿cuándo comenzó a sino que,inaugurando un quiebro sor- nuar, se dice. Y sin embargo, hace apenas hizootracosa. existir —comoobjeto reconocible para la prendente en su trayectoria volvió a apadías han aparecido los volúmenes Desdesu primer texto “Maladie men percepción, conceptualizable en un dis recer poco más tarde en la escena filosó unos dos y tres de su controvertida historia de taleelpersonalité”. hasta su último e ma— curso, susceptible de gestión institucio fica con un texto de metodología-fic la sexualidad: “Le souci de soi” y “Les cabado proyectode escribir una historia nal, objeto ofrecido para una ciencia po- ción: “L’archéologiedu savoir”.Y fueron aveux de la chair”Ahora nos llega la nodelasexualidad, su trabajo parece haber— sible— eso llamado locura”? Y lo datos muchos quienes creyeron que se trataba ticia de que Foucault ha muerto. Nos seguiado por una única voluntad: des- que permitían articular una genealogía del “discursodel método” del estructura— queda su obra, ejercicio abismal de luci— truirtópicos,sacudir convicciones, des— de esté nacimiento causaron perplejidad lismo. Sin embargo, abandonó esta di- dez, y el ejemplo de su aventura. mentir. Nietszche comenzaba su obra en el mundo culto—y soliviantaron nota- rección poco después para señalar con Y lo que sin duda quedará es el empuje ‘Aurora” explicando que las cosas que blemente los intereses gremiales de bue— fuerza inusitada un nuevo ámbito de reel que ha orientado la reflexión filoduran largotiempo acaban embebiéndo na parte del mundo institucional corres— flexión: el poder. “Surveiller et Punir» con sófica e histórica en esta dirección. Lo rebusca tal punto de razón que llega un pondiente. ALgo análogo ocurrió, tras su ( 1976) marca el principio de esta nueva en Nietzsche fue chispa de lucidez nonientoque parece imposible que »Histoire de la Folle» (1961), con su deriva de su pensamiento. Y lo que en el que cristalizada en aforismo, se ha converti— hayan podidotener ún origen aleatorio, »Naissance de la Clinique” (1963). texto se cuestiona viene a diversificar y do, con Foucault, en algo que ya nos per estén queconstruidas sobre la sinrazón. ¿Cuándo comenzó —ya partir de qué ín dotar de una mayor agresividad su traba tenece: camino por el que es posible Y quelamisión del historiador (y en el fimos desplazamientos— la moderna jo anterior: ¿cómo nace el modelo carce andar y un desandar —unmétodo para ejer quehacer genealógicose unen historia— concepción de lo que llamamos enfer— ral como sístema punitivo hegemónico? cer, un poco más arriba, un poco más leduryfilósofo, como un perfil doble para medd, la participación entre lo “normal” ¿qué tipo de fuerzas confluyen para sennuestra lucidez. Ahora comenzamos unsolo rostro)no puede ser otro sino des— y lo “patológico”? La publicación de »Les tar sus condiciones de posibilidad? ¿de jds, lo difícil que va a ser prescindir mentir: recordar las mínimas astucias, mots et les choses» (1966) marca el mo— qué modo irradia este modelo el todo del adeasumir Foucault en adelante— lo cruel que es íousedimentos espúreos, los bajos intere— mento culminante de esta primera parte tejido social hasta el punto de que su dia el pensamiento contemporáneo seslosazares que han constituido la de su trayectoria. No sólo por coincidir grama abstracto es adoptado por la es— para ¿y después de Foucault? Hoy condicihu de posibilidad de lo que hoy con el llamado “boom del estructuralis cuela, el taller, el cuartel.. .? Toda una plantearse: el desierto ha crecido un triste tramo nombramos como bueno y santo. O mo”, sino por la índole misma de la pre nueva concepción de lo político parece más. 000?o anormal» si se prefiere. Esto quiere gunta que constituye su eje: el hombre que iba a ser, por fin, posible. Y sin em MIGUEL MOREY deorque hay una complicidad en legiti del moderno»; la fecha y los avatares de bargo, Foucault abandonará esta direc Autor de Lectura de Foucault”

El ejerciciode a lucidez ..

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El fenómenoFoucault

Michel Foucault nació en Poitiers el 15 de octubre de 1 926. Tras estudiar psicolo— gía y filosofía en l’Ecole Normal Superieur obtiene el título de agregado para la enseñanza de la filosofía en 1 951 Antes de llegar al Collége de France impartirá clases de filosofía y literatu— ra francesa en Lille, Upsala, Varsovia, Hamburgo, Cler mont-Ferrand, Sao Paulo y Túnez. En 1954 publica “Maladie mental et psicho— logie”. En 1960 se doctora en filosofía en la Sorbona con la tesis “Historie de la folie á l’ágeclassique” y una edición crítica de ‘L’Antro— pologie du point de vue pragmatique” de Kant. En 1963 publica “Naissance de la clinique” y “Raymond Roussei”. Tres años más tarde aparece “Les mots et les choses”, el más famosó de sus libros, pero no forzo samente el más importante y en 1969 “L’archéologie da savoir”. El 2 de diciembre de 197!, Foucault lee su lec— ción inaugural —“L’ordreet le discours”—en la Cátedra de Historia de las Ideas del Collége de France. Al año siguiente funda el Grup In formation Prisons. Su acti vidad política se reduce a la colaboración esporádica con la “Gauche prolétarien me” y algunos actos de tipo testimonial. En 1973publi ca “Cecinést pas une pipe” y en 1975 “Surveiller et pu— nir”. El mismo año es expul sado de España a su llegada al aeropuerto de Madrid cuando junto a Régis Debréy, Jean Lacouture e Ives Montand tratan de interve—. nir en favor de los cinco militantes de ETA y del FRAP: condenados a muerte. En 1 976aparece “La volonté de. savoir. Historie de la Sexua lité, 1” y al año siguiente “Moi, Pierre Riviére, ayant égorgé ma mére, ma soeur et mon frére...”. Ahora acababa de publi car dos nuevos tomos de su “Historie de la Sexualité”; “L’usage du plaisir” y “Le souci de soi”.

En1965, cuando Michel Fou Los anatemas no tardaron en el hombre que se han sustentado su interrogación sobre la mane caultpublicó“Laspalabras y las pronunciarse. Y como acos de un tiempo a esta parte, y, sin- ra en que se constituyen los cosas”, se produjo una dura y tumbra a acontecer siempre que gularmente, sobre el hombre enunciados y los saberes. Su miagríapolémica.Algunos se sin— alguien trata de remover las alienado. Felizmente muere nuciosa tarea de arqueólogo, tieronaludidos. Y con razón. aguas del pensamiento de iz bajo tanta charlatanería”. empeñado en estudiar el entor Pordepronto, las ciencias hu— quierdas, el dedo acusador se— Y este era el sentido de su crí— no del discurso sin apelar a la nanasque,constituidas a partir fialó a los interesesde la burgue al historicismo: liberar a la unidad del sujeto, le lleva a endeunobjeto—elhombre— que sía. Sartre fue una de las voces tica historia de su sujeción trascen contrar bajo la aparente monoFoucaultnos presentaba con potentes encargadas de cumplir dental. decir, “analizar la tonía de los enunciados la inten— todoloque tiene de precario y tan triste ritual: “Se trata —decía historia Es en una discontinuidad sidad del poder. dímero, veían abierta la vía de refiriéndose al proyecto Fou— A. través de esta obra gozne unacríticaprofunda. Pero, so— cauit— de Construir una nueva que ninguna teleología reduzca que es “El orden del discurso” de principio; localizarla en una bretodo, la historia, tanto la po— ideología, la última barrera que que ningún hori —leccjón inaugural y progra sitivista como la marxista, que la burguesía pueda todavía disposición zonte previo pueda cerrar ni Ii- mática de la cátedra de Foucault uritíatambalear el suelo d la construir contra Marx”. mitar; dejar que se despliegueen en el “Collége de France” el ccutinuidad sobre el que había un anonimato al que ninguna poder adquiere por un tiempo el rstruidosus leyes y sus uto— constitución trascendental im— carácter de categoría central. Y .s. Y también las filosofías e La historia ponga la idea de sujeto; abrirla a la. arqueología, como método, .cologías sobre el hombre pero y la discontinuidad deja paso a la genealogía, para una temporalidad que no pro.n el hombre que legitimaban poder cumplir una rigurosa exi meta el retorno de ninguna au En realidad, los tiros iban en cstrategias de poder en Oriente gencia: poner en cuestión nues rora.” Occidente, sentían que por al— otra dirección. Michel Foucault De ahí arrancó el fenómeno tra voluntad de verdad, restituir cuiendoblaban las campanas. había sido sensible a los primediscurso su carácter de acon ros chirridos que anunciaban Foucault. Y así se explica que al tecimiento y levantar, por fin, la haya sido punto de referencia de que se estaba abriendo una bre— soberanía del significante. Concha entre las ideologías teórico— quienes han pretendido ahon tra la tendencia a disolver el políticas y una realidad social en dar en las brechas de los grandes acontecimiento en una conti foucault en su estudio de la rue Vaugirard, en París plena transformación. Había discursos teóricos modernos y nuidad ideal, es necesario haentendido que algunas catego superar el inquietante inmovi cerio resurgir en lo que tiene de la cárcel y del sexo: donde po- verdad. La función del ‘decir rías funcionaban como un ver- lismo al que se habían autocon agudo y único. El mundo no es der, cuerpo y discurso se en- verdad’ no tiene que tomar la dadero corsé intelectual. Y tra— denado. Pero el itinerario Fou ciertamente esta figura simple cuentran forma de la ley,de la misma mataba de ponerlas en evidencia a cault estarájalonado de diversas Al final de camino, reaparece nera que sería vano creer que re— en que todos los acontecimien tiempo. Este era el sentido de la etapas marcadas por tres con- tos quedan borrados a fin de que la verdad. Hay una verdad del sida en los juegos espontáneos ruidosa afirmación de la muerte ceptos: el poder, la verdad y el destaquen los caracteres esen— poder, una economía social de la de la comunicación. La tarea de epistemológica del hombre que querpo como lugar privilegiado ciales, el sentido general, el va— verdad. Pero hay también una decir verdad es un trabajo infi escandalizó a muchos espíritus en que estos dejan sus huellas. verdad de la libertad y del acon nito: respetarla en su compleji— pusilánimes. Foucault precisaPara Foucault en el principio br primero de las cosas; es, bien tecimiento. Una y otra se en- dad es una obligación de la qci: al contrario, una miríada de ba: “Lo que no tardará en morir, era el discurso. No hay realidad acontecimientos entrecruzados, cuentran y se cruzan en un do- ningún poder puede hacer ti lo que muere ya en nosotros, es que no seadiscursiva. Y en cual— minio concreto: el de la política. economía. Salvo imponer el ci el ‘horno dialecticus’ —elser del quier casono le interesan los he— Lo que determina la singula Por eso en una de sus últimas lencio de la servidumbre.” La principio, del retorno y del chos, sino las interpretaciones. ridad del acontecimiento es el declaraciones públicas Fou vía que Foucault abrió hace tiempo, el animal que pierde su “El nuevo archivero —escribe poder. Y el poder no es una enti cault ha dicho: “No hay nada veinte años adquiere plena sig CARTI4S DIOCES1N4verdad y la recupera iluminada, Deleuze— anuncia que no ten- dad metafísica: es algo profun más inconsistente que un régi nificación y sentido en las uir el extraño a sí mismo que devie drá en cuenta más que los enun damente encarnado. Tan encar men político indiferente a la gencias que entonces previ DE MCELO t PlacaNova.1 Te! 3013550 ne familiar— Este hombre fue ciados.” La clínica y la locura nado que inscribe sus huellas en verdad; pero no hay nada más que ahora nos agobian. Barcelona 1 el sujeto soberano y el siervo ob- son los primeros ámbitos dis el cuerpo. Por eso Foucauit per peligroso que un sistema políti jeto de todos los discursos sobre cursivos que escoge para iniciar sigue al poder en los confines de co que pretende prescribir la JOSEP RAMONEDA — ,

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