EVALUACIÓN DEL ESTADO DE NUTRICIÓN CONTENIDO: Criterios de evaluación Evaluación dietética Evaluación antropométrica Evaluación clínica Evaluación bioquímica Pruebas Inmunológicas MÁS…
Evaluación de la composición corporal La estimación de la composición corporal, con técnicas de complejidad diversa, ha sido el modo tradicional de evaluación nutricional. Los métodos de valoración de la composición corporal son variados. Algunos son tan sofisticados que sólo se utilizan en investigación (p. Ej., activación de neutrones in vivo, técnicas de dilución de isótopos, etc.). Otros requieren costosos equipamientos y el traslado del paciente a otra dependencia del hospital, lo que hace inviable su aplicación rutinaria en clínica (p. Ej., tomografía computarizada, absorciometría de rayos X de doble energía, etc.). No obstante, hay también métodos sencillos fácilmente aplicables a la cabecera del enfermo y, por tanto, útiles en clínica. Entre éstos cabe citar el peso corporal, la antropometría, las proteínas plasmáticas y el análisis de impedancia bioeléctrica. Peso/estatura: El peso, la estatura y el índice de masa corporal (peso [Kg.]/estatura[m]2) son parámetros nutricionales clásicos que constituyen una primera aproximación a la composición corporal. De hecho, la pérdida reciente de peso superior al 10% respecto del peso habitual se considera tradicionalmente como un factor de riesgo quirúrgico. No obstante, en situaciones de retención hídrica, como es la cirrosis con ascitis y/o edemas, el peso corporal no es un parámetro nutricional fiable. Antropometría y proteínas plasmáticas: La medida de parámetros antropométricos como los pliegues de grasa subcutánea,
el perímetro del brazo y sus derivados y de las proteínas plasmáticas (albúmina, prealbúmina, proteína transportadora del retinol, transferrina) es la forma más habitual, y probablemente aún la más útil, de evaluación nutricional. La evaluación antropométrica es sencilla y no requiere otro utillaje que un lipocalibrador y una cinta métrica. Los pliegues cutáneos y el área grasa del brazo son índices de grasa corporal, mientras que el perímetro del brazo y el perímetro y área musculares del brazo lo son de la proteína muscular. Las proteínas plasmáticas se emplean para evaluar la proteína visceral. Las de vida media más corta (prealbúmina, proteína transportadora del retinol) pueden ser más útiles que la albúmina para diagnosticar precozmente malnutrición proteica. Sin embargo, en la mayor parte de pacientes gastroenterológicos la albúmina es un muy buen parámetro nutricional y, aunque tiene sus detractores, es el más usualmente empleado en clínica. Un concepto importante es que, cualesquiera que sean los parámetros antropométricos o biológicos utilizados, una evaluación nutricional completa debe incluir al menos un parámetro representativo de cada uno de los compartimientos corporales nutricionalmente relevantes: grasa corporal, proteína muscular y proteína visceral. Sólo así se puede clasificar adecuadamente el estado nutricional del paciente. Los más frecuentes en la práctica son: 1) el pliegue cutáneo tricipital como índice de grasa corporal, 2) el perímetro muscular del brazo como índice de proteína muscular y 3) la albúmina sérica como parámetro de proteína visceral. Análisis de impedancia bioeléctrica (AIB) corporal: El AIB es un método rápido, seguro y no invasivo para medir la composición corporal, cuyo empleo en clínica se ha preconizado en los últimos años. Se basa en la medida de la resistencia y reactancia corporales al paso de una corriente alterna. No obstante, el AIB no puede recomendarse como método rutinario de evaluación nutricional y, probablemente, no sustituye a la combinación de antropometría y proteínas plasmáticas.
Evaluación antropométrica y de la composición corporal Los mejores indicadores del estado nutricional energético en el adulto son el porcentaje del peso corporal con respecto al ideal (peso actual 100/peso ideal) y el porcentaje del peso corporal con respecto al habitual (peso actual 100/ peso habitual). Para conocer
el peso ideal se utilizan las normas indicadas en relación con la obesidad. La MPE se considera leve, moderada o intensa según que el porcentaje del peso respecto al ideal sea del 80-90, del 70-79 o inferior al 70%, respectivamente, o en relación con el habitual del 8595, 75-84 o inferior al 75%, respectivamente. En el caso de los niños, los mejores indicadores del estado nutricional son el peso corporal con respecto al peso ideal para la edad o la talla o bien la talla en relación con la edad. La modificación del peso corporal con respecto al peso ideal por la talla da una idea de la corpulencia o la desnutrición energética. La alteración de la talla da una idea de la cronicidad de la MPE. La recuperación del peso del niño conduce a la recuperación posterior de la talla. Se debe recordar que un paciente con MPE a base de un déficit proteico puede no presentar modificaciones importantes del peso debido a la acumulación de líquidos. Otros marcadores útiles para evaluar y observar la recuperación del estado nutricional son la medición del pliegue cutáneo tricipital (PCT) con la ayuda de un lipocalibrador de presión constante (normal, 12 mm en el varón y 25 mm en la mujer entre los 25 y 75 años aproximadamente) y la medida del perímetro braquial (PB) con la ayuda de una cinta métrica. La primera medida guarda una estrecha relación con la cantidad de grasa subcutánea periférica del individuo. La segunda refleja también de forma grosera la cantidad de masa muscular periférica. Se considera que un paciente tiene riesgo de padecer una MPE cuando el PCT es inferior al 50% del considerado normal. Con la ayuda de estos dos marcadores es posible calcular de la siguiente forma el área muscular del brazo (AMB): (Es necesario restar 10 y 6,5 al resultado según se trate de varones o mujeres, respectivamente.) Los valores de normalidad del AMB son de 50 en el varón y 31 en la mujer entre los 25 y 54 años y de 52 y 35, respectivamente, entre los 55 y 75 años. La presencia de un AMB inferior al 70% del normal entre los 25 y 54 años e inferior al 65% del normal entre los 55 y 75 años puede considerarse indicativa de riesgo de MPE. Los otros métodos de estudio de la composición corporal se hallan relegados a la investigación debido a la dificultad para su aplicación y a su coste.