Ensayo Libro La Cuarta Revolución Industrial
Pedro Vicente Jaramillo Estudiante
Universidad Autónoma del Sur Programa de Administración de Empresas Septiembre de 2018
LA CUARTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL El término revolución de entrada da la noción de algo que da vueltas en forma fuerte e intensa, nada más preciso para significar la instancia que vive el ser humano en tiempos de vanguardia, en un “torbellino sin fin” de tecnología de avanzada, máquinas y cambios paradigmáticos. Ante ese fenómeno, los jóvenes hemos perdido quizá la capacidad de asombro, y es que cada día lo que parecía insuperable evidencia lo contrario, el asunto es que no se logra hacer pie en tierra firme, porque lo se cree hoy mañana es discutible y relativo. Digamos, en términos de discusión, que el asunto no es cambiar porque el contexto así lo dictamina, sino saber a ciencia cierta cómo asumir con éxito nuestro rol en dicha coyuntura. En el libro que da origen a este ensayo, su autor sostiene que no la cuarta revolución industrial no cambia lo que hacemos sino lo que somos (Schwab, 2016). Esta afirmación tiene por si una connotación más profunda, porque el compromiso, la responsabilidad de cada uno de las personas necesariamente será más definitivo y delicado. Un agravante asoma y se diría constituye el “quid” del asunto, y es el conocer que tan preparados estamos todos para tan magno desafío. Lo que quiero significar, es que la juventud se encuentra frente a frente no a un dilema, sino a muchos en forma simultánea; por ejemplo, que estudiar, que competencias adquirir, como conecto mis talentos a este nuevo paradigma, y a la vez, como conecto a mi familia, a los que no tienen estas posibilidades con este nuevo derrotero? Como todo proceso revolucionario, el ser humano deberá si o si adaptarse o adaptar a todos a un nuevo modus vivendi, porque está claro que si se trata de una nueva revolución industrial (debería de llamarse revolución digital o revolución paradigmática para ser más exactos en la pretensión) es imperioso dejar atrás lo viejo, quizás dejando lo que pueda servir. En el último foro económico mundial hablando sobre este tema, se afirmaba algo realmente relevante, y es que para poder lograr satisfacer las necesidades básicas del planeta, que respete sus recursos y cuyo objetivo no sea el crecer exponencialmente la economía, sino la optimización del bienestar humano, es necesario cambiar el sistema entiéndanse capitalismo extremo. Si se permite la analogía, no es el mismo vivir soltero en un apartamento, sin mucho compromiso, que casarse y tener familia y asumir otro tipo de obligaciones y responsabilidades.
Ellen MacArthur, una empresaria británica de renombre internacional, propone en consecuencia, una economía circular donde la persona fluya en una espiral constante de innovación, creatividad y progreso continuo. La idea es erradicar la misma excusa viciosa de la falta de suministros y que por ello se requiere producir más y más, porque el planeta se encuentra exhausto, agotado de tanta explotación. Dichos modelos que proponen estos expertos, aportan mayor claridad y motivan a seguirlos, porque uno como joven ve siempre la tecnología y los avances, como material para nuestro propio beneficio; un automóvil de lujo, un celular polifuncional y superinteligente, medios de transporte veloces y confiables, y asi…pero si cambiamos el chip…y vemos como la tecnología no solamente nos beneficia a nosotros sino a la demás gente, creo que nos le apuntamos de una, a participar con mayor decisión a dicho cambio paradigmático. Lo que se propone finalmente, de acuerdo al libro y a los documentos relacionados con este fenómeno de la “cuarta revolución industrial” es propender por un nuevo mundo diverso, seguro, sano y justo, desafío nada fácil pero viable igual. La pregunta que surge entonces, es que rol ejercemos los jóvenes, que lugar ocupamos o debemos ocupar en este proceso, desde nuestras investiduras académicas? La respuesta resulta más que simple, es lógica, comprometernos, no ya con nosotros mismos o con nuestros padres, sino con el planeta mismo, conservando o ayudando a conservar, el paradigma, entiendo yo, es lograr modificar ese chip de pensar en función individual y apostarle a un espectro más comunitario. Por citar un ejemplo, en Cali, y en las grandes ciudades se está promoviendo el uso del carro compartido, eso es una muestra de voluntad de cambio, si uno analiza esta propuesta podría parecer inamena, como aburridora, porque el que tenga su carro, le gusta viajar a su ritmo, escuchando la música de su preferencia, etc…y permitir que ello cambie, no es que sea tan bueno…pero si hay conciencia, o reconciencia para ser más precisos, entonces la idea va a adquiriendo otro matiz… Considero, ya con más “luces” argumentativas, que este fenómeno innovador de carácter industrial-tecnológico-digital tiene muchas posibilidades de éxito, por una razón de peso, la necesidad. El planeta no aguanta más, los recursos hídricos son más escasos, el otro día vi un documental llamado “oro azul” haciendo referencia el agua, y me enteraba como a mediano plazo, este recurso será el motivo de disputas internacionales, y así va a ser de seguro, cuando
uno sale al campo observa cómo se han ido secando los ríos, incluso esta semana se dio una noticia donde se daba cuenta de una negociación que se llevó a cabo del Ingenio Providencia con unos particulares, sobre más de 114 hectáreas de bosque por la región de Toche, hacia las montañas de Palmira al oriente, en donde este ingenio azucarero, adquiría estos terrenos boscosos so pretexto de preservar esta reserva natural. La lectura o el trasfondo de esta negociación es que dicha región posee la mayor riqueza hídrica del Valle del Cauca, lo que infiere que las empresas como estas, no necesariamente están pensando en el planeta sino en sus propios beneficios. Recapitulando, se está presentando un fenómeno sin precedentes en el orbe, un fenómeno que nos compete a todos, y que exige un rompimiento paradigmático, y de pensamiento, un fenómeno que requiere nuestro accionar, conforme a nuestro cambio de mentalidad, en un proceso transformador de un egoísmo marcado de beneficio particular, a un beneficio colectivo, se puede? Sí, pero con exigencias para las empresas, y para las personas
Referencias Schwab, K. (2016). La Cuarta Revolución Industrial. Barcelona.