Ensayo.docx

Ensayo “ Discurso fúnebre de Pericles”

Claudia Venegas Zamorano Sección n°3

Discurso fúnebre de Pericles En el relato de Tucídides sobre el “discurso de Pericles” nos señala las virtudes, principios y valores de los ciudadanos atenienses y su lucha por estos en la guerra del Peloponeso frente a los espartanos. En el principio de su discurso, Pericles, se refiere a los antepasados atenienses que murieron en la guerra del Peloponeso, los cuales según él , deben ser recordados o elogiados no por su accionar bélico, sino por la lucha por sus valores, principios, virtudes, por mantener la libertad, además por su espíritu de lucha y por haber conseguido la obtención del imperio.

“Comenzaré, ante todo, por nuestros antepasados, pues es justo y, al mismo tiempo, apropiado a una ocasión como la presente, que se les rinda este homenaje de recordación. Habitando siempre ellos mismos esta tierra a través de sucesivas generaciones, es mérito suyo el habérnosla legado libre hasta nuestros días. Y si ellos son dignos de alabanza, más aún lo son nuestros padres, quienes, además de lo que recibieron como herencia, ganaron para sí, no sin fatigas, todo el imperio que tenemos, y nos lo entregaron a los hombres de hoy” “Pericles es considerado el padre de la democracia. Él señalaba que la democracia en su pueblo buscaba la dicha de todos o el interés común y no de sólo algunos, esto se verá reflejado en la igualdad ante la ley sin hacer diferencias en su posición social, la libertad, oportunidades para optar a cargos públicos para gente de una clase, además del voto directo, la aprobación de extranjeros, entre otras cosas. “Disfrutamos de un régimen político que no imita las leyes de los vecinos2; más

que imitadores de otros, en efecto, nosotros mismos servimos de modelo para algunos3. En cuanto al nombre, puesto que la administración se ejerce en favor de la mayoría, y no de unos pocos, a este régimen se lo ha llamado democracia4; respecto a las leyes, todos gozan de iguales derechos en la defensa de sus intereses particulares; en lo relativo a los honores, cualquiera que se distinga en algún aspecto puede acceder a los cargos públicos, pues se lo elige más por sus méritos que por su categoría social; y tampoco al que es pobre, por su parte, su oscura posición le impide prestar sus servicios a la patria, si es que tiene la posibilidad de hacerlo. Tenemos por norma respetar la libertad, tanto en los asuntos públicos como en las rivalidades diarias de unos con otros, sin enojarnos con nuestro vecino cuando él actúa espontáneamente, ni exteriorizar nuestra molestia, pues ésta, aunque innocua, es ingrata de presenciar. Si bien en los asuntos privados somos indulgentes, en los públicos, en cambio, ante todo por un respetuoso temor, jamás obramos ilegalmente, sino que obedecemos a quienes les toca el turno de mandar, y acatamos las leyes, en particular las dictadas en

favor de los que son víctimas de una injusticia, y las que, aunque no estén escritas, todos consideran vergonzoso infringir.” El pueblo de Atenas es considerado un ejemplo por su organización y sistema de gobierno democrático, siendo replicado en diferentes polis y que hasta el día de hoy es imitado por algunos países. Para Pericles la democracia se logra gracias a que los ciudadanos Atenenses viven de acuerdo con sus como la libertad, la igualdad, la justicia, la tolerancia, el respeto, la solidaridad, la participación, entre varios otros. Pericles indica que también los pobres pueden prestar sin trabas un servicio a la comunidad. Hay quizás en esto una alusión indirecta a la participación de los pobres en el ejército. Pericles parece opinar que el prestigio es consecuencia directa de la brillantez con que se desempeñan las propias funciones como pueblo, lo que equivale a decir que la sociedad ateniense sabe reconocer los méritos personales. Pericles, también ,aborda temáticas referidas al

ámbito de las relaciones

cotidianas, en las que no domina la opresión estatal, sino el deseo de no interferir en las actividades libres de los ciudadanos, los cuales cuidan de no molestarse entre sí. Según Pericles, es inherente a los ciudadanos de Atenas el respeto hacia las leyes escritas y no escritas, signo de su alto sentido moral.