Ávila Johnson, Ana Perla Introducción a la Filosofía I La filosofía en la literatura y la literatura en la filosofía Se llega a considerar a la filosofía como parte de la literatura, debido a que no hay una definición universal de esta última y se cree que con el simple hecho de “escribir bien” ya se hace literatura, así que si un filósofo redacta su discurso “bien” (aunque esto es sumamente relativo), se piensa que ya hace literatura. Debemos esclarecer las diferencias y similitudes que tienen ambas formas de creación para así poder ser estudiadas de manera independiente Se puede pensar que tienen un inicio similar ya que, en la antigua Grecia, la filosofía era parte fundamental de la poesía, un ejemplo es el poema de Jenófanes de Colofón, la Naturaleza. En general el desarrollo poético de la época iba anclado a cuestiones y temas filosóficos, la sociedad exigía y esperaba una exposición de la filosofía dentro de la poesía. Según Magdalena Linero ésta vinculación se dejó de hacer hasta que la filosofía ya pudo por si sola abarcar una interpretación armónica de la vida1. El poema se vuelve en una forma “aparicional” del conocer, Castro Santiago la explica como “lugar o espacio donde la palabra, antes de entrar en los condicionamientos del sentido o destruyendo estos condicionamientos, avanza su absoluta aparición o manifestación”2; al igual la literatura tomó su propio camino, se hace pretenciosa, bizantina, con forma, rara, supervalorada, mata la profundidad, se hace oscura, hermética y ambos conceptos se interponen más que nunca. Después de ésta separación se puede empezar a marcar las diferencias entre ambas. Una de las más importantes es lo que pretenden hacer: la literatura puede sólo entretener y en el camino hacer varias cosas más, va dirigida a muchas personas y tiene como interés diferentes niveles y formas de interés; la filosofía por el contrario sólo se puede interesarse en una sola cosa y se aferra a ella. El estilo es otro factor oposicional entre ambas, la literatura no tiene un estilo ideal, puede adoptar cualquiera de las diversas escuelas y épocas que se adecuen al tema que se quiera tratar, aún los teóricos literarios tratan de buscar un estilo único, pero no se ha llegado a nada. Los filósofos por otra parte tienen un estilo que seguir, un estilo óptimo para el problema que plantea, evita decoraciones retoricas y pretende explicar exactamente lo que se propone; es un estilo franco que “tiene una especie de inequivocidad, claridad, dureza; un estilo austero, desinteresado,
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Linero, Magdalena. «Filosofía Y literatura.» Actas del Primer Congreso Nacional de Filosofía 3, p. 1501. Santiago Castro, Manuela. "La filosofía y la literatura como formas de conocimiento." Diálogo Filosófico 60 (2004), p. 494. 2
franco.”3. De igual manera, el estilo literario es considerado arte, el lenguaje se utiliza de manera que la obra cumpla un fin estético. Aun así, su materia principal de ambas son las palabras y en su discurso precisan de imágenes y escenarios comunes para posibilitar la comunicación del acto ya sea filosófico o literario “no existe palabra ni escritura que no se encarnen, en el más riguroso sentido en la materialidad del discurso o del diálogo, o del texto literario.”4. Para establecer mejor está diferencia diremos que el estilo de literatura refiere a sucesos e historias de personajes en determinados momentos y lugares; la escritura de la filosofía es una que analiza, que racionaliza, conceptúa entre el logos y el mito. Juegan con el lenguaje de manera diferente, el de la filosofía es racional, es argumentativo, pretende responder un problema planteado pero el de la literatura es un juego de la ficción, de la creación de metáforas, símbolos, narración que sólo expone los problemas para que le lector pueda pensar en ellos si quiere o no. Las voces de ambas escrituras también son diferentes, tenemos en la filosofía una voz fría, clara e impersonal, en el caso de la literatura el escritor deja un espacio para la intervención del lector, para que se establezca un dialogo, el filósofo no busca ningún dialogo, no deja espacios. Un factor donde vuelven a diferir y converger es el de los problemas que tratan: la filosofía trata un solo problema y se aferra a él hasta terminar su planteamiento a través de diferentes formulaciones y soluciones, lo que platea son problemas teóricos, abstractos, se formulan por medio de una pregunta de la que aún no se sabe la respuesta, pero que al final se dan explicaciones sólidas. La literatura lucha con varios problemas, pero lo hace de manera estética, puede tratar las mismas cuestiones que la filosofía, pero siempre los vincula con las afectaciones que puedan tener en el ser humano y en sus vivencias. “Tanto la filosofía como la literatura se arraigan en la actitud propia del ser humano de cuestionarse y hacerse preguntas”5 pero a pesar de que puedan tratar los mismos problemas, la literatura los crea para su historia, para la narración; el filósofo ya tiene un cuerpo definido de doctrinas a la cual debe reaccionar. Un punto en común que tiene ambas es que ninguna logra progresar o evolucionar como lo hacen las ciencias, pero donde se vuelven a distanciar es que durante todo el tiempo que existe la literatura, no ha tenido una tarea continua, cambia, se transforma, antes era establecer dogmas, ser un arma política, ser un reflejo de la realidad, establecer como prioridad al ser humano o como 3 Murdoch, Iris. "Filosofía y Literatura." Magee, Bryan. Los hombres detrás de las ideas: Algunos creadores de la filosofía contemporánea. México: Fondo de Cultura Económico, 1982, p. 279. 4 Santiago Castro, Manuela. Art. cit. p. 497. 5 G, Marta-Cecilia Betancur. «Filosofía y literatura: dos juegos de lenguaje.» Aleph XLIII (2009), p.78.
forma de entretenimiento; la filosofía solo tiene una tarea: la búsqueda de la verdad, y siempre retorna al mismo terreno, a lo que ya se creó, vuelve a analizarlo, a decir algo nuevo de lo ya dicho y sólo puede progresar “al definirse ella misma como ningún otra cosa.”6 La literatura, como ya se dijo persigue un fin estético y, por lo tanto, para que sea considerada literatura como dijo Iris Murdoch “debe sacudirlo a uno emocionalmente, mientras que el filósofo […] está intentando eliminar el atractivo emocional de su obra”7 Así que la literatura persigue un efecto estético y la filosofía no quiere causar nada emocional. Es bien conocido que la literatura trata de ficción, de mentiras, que crea todo un eterno falso para el desarrollo de las ideas, al igual que una fragmentación de los hechos, la filosofía declara buscar la verdad por medio de un concepto suyo. Pero las ficciones de la literatura ya son una alegoría de la realidad, responde a una mimesis de ésta, pero aun así la diferencia es clara, en la primera sabemos que es un entorno ficcional que puede ser real, pero no lo es, la filosofía la leemos esperando saber la verdad. Los enunciados de la filosofía pueden ser imaginativos, pero no pretenden hacerlos pasar por reales. Después de establecer las diferencias de la literatura y la filosofía y ver donde se unen éstas mismas deben ser consideradas y estudiadas como fenómenos individuales. Aun así, existe la pregunta muy importante: ¿puede haber literatura en la filosofía o viceversa? Iris Murdoch nos dice que los escritores pueden estar interesados en temas filosóficos y en los cambios de ésta en su tiempo que, logran expresar alguna cantidad de filosofía en sus obras, pero “no hay exactitud alguna de las ideas ni de los argumentos; las reglas son diferentes, la verdad se comunica de manera diferente”8, ella misma las llama “novelas de ideas” que están vinculadas a como se dicen las ideas más que a la idea misma, ya que la literatura siempre va a depender de cómo lo dice, de su estructura y forma y debido de estos dos factores se logra clasificarla como “buena” y “mala”, si la novela de ideas es mala literatura, esas no sirven de mucho porque pudieron ser dichas de mejor manera en otro lado. Estas ideas filosóficas logran estar en toda la estructura de la novela en algunos casos, pero al final no son nada sino están conectadas a la historia. La filosofía también se encarna en la escritura debido a que la palabra dialogada y la escritura despliegan actos de naturaleza, así nace el termino de “literatura de conocimiento” que tiene que ver con la gestación de textos y de escrituras. En ello se intenta consolidad la propuesta 6
Murdoch, Iris. Op. cit, p. 287. Ibidem, p. 284. 8 Ibidem, p. 292 7
filosófica, produce una iluminación en textos anteriores en el tiempo. La filosofía no puede acreditarse sin la escritora, necesita un proceso de creación, pero no debemos considerar a la literatura sólo como lo que está escrito, aunque si cumple con características que se han creado lo largo del trabajo y del tiempo en general la literatura se vuelve un viaje filosófico desde la experiencia: “La literatura sólo es tal si es filosófica; la filosofía sólo se realiza si tiene resonancias literarias”9, por lo tanto no puede haber filosofía sin estilo ni escritura, de igual manera al referirnos al termino “escritura” no estamos poniéndolo como sinónimo de literatura. En temas de teoría, la literatura sabe cuáles son los grandes escritores y considera la teoría teniéndolos en cuenta, la filosofía hace su teoría, vuelve a ella, aporta algo, pero no parte de los filósofos para hacerla. La literatura también pretende dogmatizar, habla constantemente de una lucha entre el bien y el mal y nos hace tomar una postura, la filosofía no pretende hacer eso, puede iluminar el camino para tomar el mejor, puede ser una guía, una ayuda, pero no nos dirá qué acto es el bueno, quién es el malo, el escritor de literatura está obligado a hacer juicios morales a través de su historia y de sus personajes. Las características establecidas aquí, son las más notarias, las más grandes y las que se necesitan puntualizar para hacer la diferencia entre una y otra. Pero también para hacer notar que la escritura vincula a la mayoría de las formas de creación que utilicen la letra como materia prima y que si bien, no son iguales ni forman una parte de la otra, tienen características en común que hacen que la disimilitudes sean mayores y que por medio de la oposición se puedan entender ambos conceptos. Podemos hablar de la literatura como fenómeno individual con sus propias características, propósitos y público; también podemos hablar de la filosofía como un fenómeno separado de la literatura, con un estilo predeterminado que servirá para resolver un problema. Ya establecimos que pueden existir una como parte de la otra dentro de su estructura, podemos encontrar literatura en la filosofía y filosofía en la literatura, pero sin llegar a ser una misma por completo, se relacionan en muchos puntos, pero la idea de la filosofía como una rama de la literatura debe ser rechaza para permitir un análisis y un estudio de esta última como un fenómeno individual. Reconocer las diferencias es empezar a definir ambas formas de creación, para poder analizarlas de forma independiente y así establecer qué es un texto filosófico y qué es un texto literario. 9
Santiago Castro, Manuela. Art. cit. p.498
Bibliografía G, Marta-Cecilia Betancur. «Filosofía y literatura: dos juegos de lenguaje.» Aleph XLIII (2009). Linero, Magdalena. «Filosofía Y literatura.» Actas del Primer Congreso Nacional de Filosofía 3 (1949): 1499-1505. Murdoch, Iris. «Filosofía y Literatura.» Magee, Bryan. Los hombres detrás de las ideas: Algunos creadores de la filosofía contemporánea. México: Fondo de Cultura Economico, 1982. 277-301. Santiago, Manuela Castro. «La filosofía y la literatura como formas de conocimiento.» Diálogo Filosófico 60 (2004): 491-500.