En la película “Chaplin en los tiempos modernos” y en el capítulo del libro la buena vida “Cabañas, parásitos y nómadas” se puede notar que coinciden en ciertos aspectos: como la critica que se le hace al capitalismo y en la manera que se puede habitar en un espacio. El pensamiento capitalista busca manipular todo: ¿son libres las personas en la película?, la respuesta es obvia, con solo ver la primera parte de la película (la escena del rebaño de las ovejas), se sabe que no; no hay libertad. Los obreros al igual que cualquier persona con un nivel en la sociedad un poco bajo son casi sacrificados su rutina laboral y donde más encontramos la evidencia es en los obreros. El capitalismo, promueve la competitividad y productividad, así como la explotación al trabajador para el beneficio del jefe; supone la materialización de la vida humana. Por lo tanto, el hombre es tratado como una mercancía, como decía Marx en su teoría, y no como la persona con dignidad que es. En relación con el capítulo, este tema se presenta en la ideología con la que los arquitectos contemporáneos eran guiados, ellos eran: Heidegger, Marx, Freud y Nietzsche. Con esa ideología solo se producían casas monótonas, aburridas y maquinicas. Maneras de habitar los espacios: los arquitectos con la ideología planteada por sus supuestos mentores que eran las casas del sueño americano, no los hacia conformes, ellos querían cambiar esa monotonía en la domesticidad del habitante y hacer algo totalmente diferente, como lo plantea Peter Eisenman en la siguiente afirmación: “No estoy hablando de casas feas, lo que digo es: supongamos que hacemos una casa que no es simplemente un “hogar feliz”, que está en el filo de ser misteriosa, que contiene lo sublime, un elemento de lo incierto y quizá de terror. Algo que este más allá de la belleza…”. Así, también lo plantea Graham “El trabajo de cada artista consiste en presentar, no solo físicamente sino psicológicamente, lo que se pretende ocultar una vez deconstruido”. En relación con la película, esta situación se presenta en la escena que Chaplin se hecha la culpa del robo del pan para que no lleven a la cárcel a la huérfana, pero mediante toda la problemática por encontrar el culpable caen los dos, pero resulta que rumbo hacia la prisión el carro se voltea y Chaplin se escapa con la huérfana. El lugar donde terminan después del escape es al frente de la casa de una pareja exitosa y los dos se imaginan así, por medio de esto los dos toman la decisión de ponerse a trabajar para conseguir una casa. Luego, a Chaplin lo encuentran y lo llevan a la prisión y por no comportarse como un prisionero lo liberan rápido y le dan en un papel una recomendación para que encontrara trabajo rápido. Al ya encontrar trabajo comete una tontería el primer día y lo despiden. Lo primero que pensó fue en volver a la cárcel porque ahí estaba sin presión, ansiedad, estrés; él se sentía en la cárcel feliz, pero en ese momento se encuentra con la huérfana y ella le dice que encontró una casa. La casa era un tipo de cabaña que funcionalmente era muy diferente a una casa del sueño americano; en esta cabaña se dormía en el piso y en la parte posterior de la casa en un cuarto muy pequeño con el suelo lleno de paja.