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UNIVERSIDAD CATÓLICA BOLIVIANA “SAN PABLO”

ENSAYO Antropología Filosófica Antropología Cristiana Estudiante: Daniela Centellas Yucra Asignatura: Antropología Cristiana Sigla: FHC-140 Docente: Andrea Moscoso Paralelo: 14 Fecha: 13/03/2018

Complejidad de los seres humanos La antropología filosófica es una rama de la filosofía que se dedica al estudio del ser humano cuerpo y alma, el objetivo de la antropología filosófica surge de la preocupación por conocer más acerca de la existencia del ser humano en si mismo. En la antropología cristiana, desde el momento de la concepción, el ser humano es un ser corpóreo-espiritual. Dicha alma es espiritual e inmortal; capaz de conocer y distinguir el bien del mal gracias a su conciencia moral. La ciencia se sitúa en el nivel de los fenómenos observables, comprobables y experimentales. La ciencia describe la realidad. Pero reconoce sus propios límites, reconoce que no lo puede explicar todo. Las relaciones entre la ciencia y la fe estaban marcadas demasiadas veces por el conflicto y la independencia, hoy viven una relación de dialogo y de integración. la astronomía, las implicaciones de la física cuántica, la evolución, la neurociencia y la antropología, son áreas del desarrollo científico en las que se da este encuentro entre fe y ciencia. Varios científicos se reconocen creyentes en Dios y no consideran que haya oposición entre la ciencia y la religión. “El hombre no es perfecto en sí mismo; el hombre necesita la relación; es un ser en relación… Necesita la escucha del otro, sobre todo del Otro con mayúscula, de Dios. Solo así se conoce a sí mismo, solo así llega a ser el mismo”. En este sentido la fe no va contra la razón, más aún la salvaguarda. La existencia de Dios no es irracional en la actual explicación científica del universo y de toda la realidad existente. El personalismo surgió en la Europa de entreguerras con el objetivo de ofrecer una alternativa a las dos corrientes socio-culturales dominantes del momento: el individualismo y el colectivismo. Frente al primero, que exaltaba a un individuo autónomo y egocéntrico, remarcó la necesidad de la relación interpersonal y de la solidaridad; y frente al segundo, que supeditaba el valor de la persona a su adhesión a proyectos colectivos como el triunfo de una raza o la revolución, el valor absoluto de cada persona independientemente de sus cualidades. La razón forma parte de esencial de la naturaleza humana, los sentimientos son decisivos en muchas de nuestras acciones. La razón en este caso prima sobre los sentimientos. El hombre, los seres humanos son “personas” y la principal característica de una persona es la libertad. La persona es subsistente, individual, único, es en sí y por sí: nunca “es en otro”. La persona no es solo espiritual, si no es un espíritu encarnado; alma y cuerpo son uno solo, el alma no podría hacer nada sin el cuerpo y el cuerpo no tendría sentidos. La persona es subsistente en sí misma pero no cerrado en sí misma. Puede ser individual pero también un ser sociable. Es un ser en relación con el otro y el Otro, no puede resolverlo todo solo, necesita de otros y eso incluye a los seres vivos, la naturaleza, Dios. Venimos de una relación, necesitamos las relaciones hasta para nacer, tenemos relaciones familiares, amistosas y afectuosas; estamos en constante convivencia con otros seres y no podemos creer que podemos hacer todo solos ya que necesitamos de otros. Por otro lado, las facultades espirituales de la persona, inteligencia y voluntad, están en si mismas abiertas a la alteridad, tienden hacia la verdad y hacia el bien. A través de la inteligencia, el ser

humano puede obtener conocimientos sobre muchas cosas. Con la voluntad, la persona tiende a fines que la inteligencia le presenta el valor de sentirse libre, y se realiza libremente en su tender hacia la verdad y el bien. En conclusión, se puede decir que las personas son el conjunto de inteligencia y voluntad. Absolutamente cualquier persona merece respeto solo por el hecho de ser persona, ya que no conocemos su historia de vida y porqué actúa como actúa. Necesita de la ciencia y la religión porque no todas las respuestas las tiene la ciencia y necesita creer en algo más que solo en el para que en momentos difíciles en el que no se consigan una explicación científica y se pueda refugiar en la creencia de una divinidad que está más allá de lo que tenemos seguridad de que existe nos pueda ayudar y reconfortar. Las personas son libres de discernir entre el camino que cree que es el correcto, tienen fin en sí misma y no el medio para otra.