Endara

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  • April 2020
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Siguen las palabras del candidato presidencial de Solidaridad, Guillermo Endara, en su presentación de su plan de gobierno el 29 de enero: Muchas gracias por acompañarnos en esta oportunidad, cuando hacemos públicos los lineamientos generales de nuestro Programa de Gobierno. Lo hemos denominado "Panamá Siglo XXI" porque con él queremos enfatizar el mensaje a todos nuestros conciudadanos: es un programa para Panamá y es un programa para los nuevos tiempos. Es realista, es realizable, es un programa de verdad, como de verdad es nuestra nómina. Como sucede cada cinco años, en vísperas de una elección presidencial, los partidos políticos y sus candidatos tratan de ganar el favor de los electores presentando lo que cada uno considera debe ser la receta ideal para acabar con los males que aquejan al país. Por supuesto que, si de impresionar se trata, no hay límite a la cantidad y diversidad de promesas electorales que se puedan formular, a sabiendas de que no se pueden o que no se van cumplir pero abrigando la ilusión de que ellas encuentren terreno fértil en la esperanza de un pueblo ansioso de mejores días. La experiencia que ha vivido el pueblo panameño en los últimos cinco años, a partir de aquellas brillantes y esperanzadoras promesas que la actual Presidenta formuló en 1999 -- cuyo rotundo incumplimiento nos ha decepcionado a todos -- es prueba fehaciente del engaño de que puede ser victima el electorado. De ahí que tan o más importante que el contenido de una propuesta electoral, sea el carácter y la trayectoria comprobada de las personas que la respaldan. El Programa de Gobierno que se presenta, a diferencia de los programas que proponen los otros candidatos, está avalado por una nómina presidencial que tiene a su haber la suficiente historia y la necesaria experiencia para darle el peso específico que las circunstancias actuales exigen de los candidatos. No es la hora del albur ni de volver a correr riesgos innecesarios que terminen en justificada decepción y, en cambio, es el momento cuando la experiencia y el camino ya recorrido debe darle toda la credibilidad a las propuestas electorales, como la tiene nuestro Programa de Gobierno.

Consecuentes con esa premisa, debemos señalar claramente una realidad que no podemos soslayar y que condiciona cualquier Programa de Gobierno que se precie de ser serio y responsable. Se trata del altísimo endeudamiento del Estado que limita el campo de acción de cualquier gobierno. Recibiremos un Estado endeudado en más de 9 mil millones de balboas y durante el quinquenio 2004-2009 deberán hacerse pagos por el orden de los 6.5 mil millones de balboas. Esa realidad deja muy poco margen para satisfacer todas las necesidades de la población menos favorecida, puesto que los fondos públicos tendrían que destinarse al pago de la deuda que vamos a heredar de los gobiernos que nos han antecedido y para el pago de la planilla estatal. Se impone entonces un proceso de renegociación de la deuda pública que nos permita disponer de fondos suficientes durante el período 2004-2009 para el desarrollo de todas las obras que habremos de prometer. Sin embargo, como paso previo a una renegociación en términos favorables al país, debemos demostrar el carácter y la energía necesarios para combatir la corrupción imperante y enviar las señales adecuadas a la comunidad internacional sobre la seriedad de nuestras intenciones. De ahí que la lucha contra la corrupción y la solución del problema de la pesada carga de la deuda pública, sean condiciones previas que debemos resolver para enfrentar de lleno un proyecto de inversiones públicas realista y creíble. Cualquier otra promesa que se haga sin tomar en consideración estos factores, como lo hace nuestra nomina, es un engaño que no estamos dispuestos a propiciar. EL SER HUMANO: CENTRO DEL DESARROLLO El Programa Panamá Siglo XXI parte de la premisa fundamental de que el ser humano es el centro del desarrollo que proponemos y que la continuidad, en prosperidad, de la nación panameña es nuestro objetivo último. Si el ser humano es el centro de nuestra atención, debemos entonces ser consecuentes con ese principio y debemos preocuparnos por su educación, por su alimentación, por su vivienda, por su trabajo, por el costo de la vida, por su seguridad, en fin, por los problemas que día a día debe enfrentar tanto él como su familia.

Quiero referirme a algunos aspectos sobresalientes del Programa de Gobierno que sometemos a la consideración del electorado panameño. Las ideas que exponemos no son exhaustivas ni excluyentes. Por el contrario, sometemos este Programa en consulta con el propósito de enriquecer el acervo de ideas innovadoras con que la comunidad quiera dispensarnos. UNA NUEVA CONSTITUCIÓN La consolidación de la nación panameña en el siglo XXI exige un nuevo ordenamiento jurídico que brinde una nueva estructura al Estado panameño, dándole una nueva fisonomía a sus tres órganos y eliminando los privilegios e inmunidades que en forma tan alarmante y nada edificante pululan en nuestra actual Constitución. Ni los legisladores ni otros funcionarios deben tener, ni necesitan, las prebendas abusivas que hoy se dispensan a manos llenas. Una nueva constitución debe garantizar en una forma práctica la responsabilidad social del Estado, haciendo sentir al ciudadano que el Estado tiene como objetivo fundamental la defensa de sus derechos ciudadanos. Debe también propiciar el desarrollo constante de la economía nacional. No quiero dejar dudas sobre mi propósito de convocar una Asamblea Constituyente, el mismo día de mi toma de posesión. Con quinta papeleta o sin quinta papeleta, he de interpretar que un voto a favor de nuestra nómina es un voto a favor de una Asamblea Constituyente que nos brinde la Nueva Constitución de la nación panameña a tono de las exigencias y realidades del Siglo XXI. LA CORRUPCIÓN La lucha contra la corrupción en nuestra primera prioridad. Vamos a iniciar, desde el primer día de nuestro gobierno, una guerra frontal contra la corrupción, con medidas concretas que he venido proponiendo hace más de un año. He propuesto mas de ocho medidas muy específicas, comenzando por la designación de una Procuradora General de la República que, sin interferencia de ninguna clase por parte del ”rgano Ejecutivo, persiga el delito dondequiera lo encuentre, así sea en los mas altos niveles de la

administración pública, presente o pasada. Tendremos un gobierno transparente, serio y honesto, avalado con nuestra comprobada experiencia en el manejo de la cosa pública. En un ambiente enrarecido por la corrupción no hay desarrollo sostenible que sea posible y ese ambiente solo puede atraer inversiones de dudosa procedencia que en nada benefician ni la moral ni la imagen del país. Lo he dicho innumerables veces y lo repito aquí: en mi gobierno, la cárcel será el destino irremediable para cualquier facineroso de cuello y corbata, hombre o mujer, que haya defraudado la confianza del electorado haciendo mal uso del poder que este le haya conferido. LA DEUDA PÚBLICA Y LAS INVERSIONES PÚBLICAS Muy pocas obras públicas serán posibles en tanto no renegociemos la pesada deuda pública que hemos heredado de gobiernos anteriores. De los 9 mil millones de dólares que constituirá nuestra deuda pública cuando asumamos el poder de septiembre próximo, más de las dos terceras partes deberá ser cancelada durante la administración que tome posesión entonces. Vale decir que, de no tener capacidad para renegociar esas amortizaciones, la utilización de fondos públicos en obras públicas será prácticamente una ilusión. Por ello, tendremos que renegociar esos pagos a cuenta de la deuda pública y para poder hacerlo en términos razonables para nuestro país, tendremos que comprobar nuestra firme decisión de luchar contra la corrupción y enviar señales claras de nuestro compromiso con el fortalecimiento de la economía. Por eso, miente quien le prometa al pueblo en estas elecciones un sinfín de obras e inversiones públicas, sin tomar en consideración la renegociación de los pagos a nuestros acreedores. Y para hacerlo con resultados positivos, tendremos que dar muestras de que nuestra lucha contra la corrupción es en realidad una cruzada con fundamento y no una actitud cosmética o pasajera. LA SEGURIDAD ALIMENTICIA La seguridad alimenticia, que yo prefiero denominar soberanía alimenticia -- porque así puedo responder a

aquellos economistas y denominados "hombres prácticos" que sólo creen en lo material, especialmente el oro y el dinero, que "yo sí como soberanía" - repito, la soberanía alimenticia es otra de nuestras preocupaciones. La nación debe tener la capacidad de alimentarse ella misma y no podemos exponer a nuestra población a depender del exterior para su propia subsistencia, que es algo tan básico. Debemos asegurar que podemos proveernos de los alimentos necesarios, en cantidad suficiente y forma barata y de calidad. Nuestra política agropecuaria está dirigida en esa dirección. [Palabras del Dr. Arnulfo Arias en su discurso del 21 de diciembre de 1941, en el que hizo su primera exposición de la doctrina panameñista: "Un país que produce menos que lo que consume, jamás tendrá vida indpendiente"]. Tampoco podemos permitir que nuestros hombres y mujeres del campo se sientan abandonados a su suerte, como se ha sentido en los últimos diez años, y que tengan que recurrir a los centros urbanos en busca de mejores días para encontrar acá solo penurias e inseguridad. El hombre y la mujer del campo deben encontrar allá los medios para ganarse la vida en forma decorosa, sin necesidad de migrar a las ciudades en busca de un espejismo engañoso. Para eso, el productor debe tener la garantía de que va a poder seguir produciendo y que sus costos razonables les permiten ser competitivos en el mercado nacional o extranjero. LA SEGURIDAD EN LAS CALLES Nos preocupa la seguridad y la delincuencia. Para poder mejorar la seguridad, debemos mirar a la Policía Nacional bajo un prisma diferente, brindándole mejores equipos y mayor atención social y económica al policía y a su familia para que puedan ejecutar sus labores en las calles con mayor profesionalismo y mejor equipados. Debemos tratar al policía con respeto puesto que son seres humanos como todos, pero también necesitan nuestro respaldo mientras velan por nuestra integridad personal y de nuestras familias. Igual actitud debemos tener con todos los funcionarios públicos. Debemos proveerles de la estabilidad e incentivos en sus funciones, de suerte que su trabajo sea fuente de

satisfacción y desarrollo personal. La Ley de Carrera Administrativa que propicié en mi gobierno anterior tendrá la efectividad que hasta ahora no ha tenido, para tranquilidad y mejor desempeño del empleado público. EL TRANSPORTE PÚBLICO Nos lacera el caos en el transporte público del área metropolitana, que incluye la ciudad capital y los distritos aledaños de San Miguelito, Arraiján y La Chorrera. El calvario que cada día deben soportar miles y miles de nuestros conciudadanos para llegar a sus puestos de trabajo y las peripecias que deben sufrir los miles de peatones en la ciudad capital para evitar la muerte bajo las ruedas de las máquinas infernales que constituyen nuestro transporte público colectivo, nos impide soslayar este problema. De ahí que adelantemos una solución drástica y permanente para comodidad de los usuarios y seguridad de los peatones, sin ignorar el hecho de que nuestra urbe capitalina requiere de un ordenamiento urbanístico hasta ahora ignorado. EMPLEO Y SUBEMPLEO La falta de un trabajo decoroso y bien remunerado resulta humillante para tantos jefes de familia, que sienten por ello disminuida su autoestima. No podrán encontrar una solución a su carencia en el gobierno, pero tendremos por fuerza que crear el ambiente necesario para que sea la empresa privada la que aporte la solución permanente al problema del desempleo y del subempleo. LOS SERVICIOS PÚBLICOS La gran mayoría de los panameños estamos sufriendo las consecuencias de la privatización de los servicios públicos de energía y de teléfonos, que tantas cosas buenas prometió y tan cara nos ha resultado.. Es innegable que la queja es generalizada. Yo sueño con poder renegociar todos esos contratos porque si bien la seguridad jurídica de las empresas es algo importante de cuidar, no menos cierto es que la seguridad jurídica de los ciudadanos debe ser una preocupación primordial de cualquier gobierno que se precie de estar en sintonía con su pueblo.

Mientras ello ocurre, prometo hacer valer en toda su extensión los derechos que nos otorga la participación accionaria del Estado en las compañías privatizadas. De esa manera podremos fiscalizar mejor los gastos de estas empresas, para evitar que sean válvulas de escape de dineros que corresponden propiamente al fisco panameño y, por ende, a todos los panameños. LA SEGURIDAD SOCIAL Tenemos un compromiso muy importante con la seguridad social y la institución que la administra. Juntos vamos a buscarle la mejor solución al actual problema de la Caja de Seguro Social, en un ejercicio práctico de democracia participativa. Serán los asegurados, a través de un referéndum, quienes dictaminen el futuro del sistema de pensiones y jubilaciones. Solo ellos deben hacerlo porque solo ellos son los dueños del sistema y son los únicos afectados si el sistema dejara de funcionar. GOBIERNO DE TRANSICION El nuestro será, una vez más, un gobierno de transición. Hace quince años me correspondió ser el Presidente de todos los panameños en esa travesía que realizamos de la dictadura a la democracia y, gracias a Dios, recorrimos el camino en razonable paz y armonía, aunque no faltaron las muestras de impaciencia o hasta de intolerancia. Hoy nos corresponde intentar la Presidencia en una nueva transición. Esta vez es la transición generacional, tanto para la nación como para los panameños. Construiremos la nación que deja atrás todas las experiencias --- buenas y malas --- del siglo pasado; que aprende de ellas; y que se renueva para enfrentar los retos y oportunidades del Siglo XXI. Seremos también el puente que facilite la inserción, en la vida pública, de una juventud idealista, de corazón y mente sanos, que sabrán ser los verdaderos próceres del Panamá del Siglo XXI. Les enseñaremos el camino. Les corresponderá a ellos, seguir el rumbo.

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