El caso social individual; Mary E. Richmond MARY E. RICHMOND Mary E. Richmond escribió su libro más famoso, “El Caso Social Individual”. Comenzó su trabajo en la Sociedad para la Organización de la Caridad, fundó la Escuela de Trabajo Social en Nueva York y recibió un Doctorado “Honoris Causa” en 1921. La década progresista fue la etapa de máxima creatividad de Mary Richmond, conceptualizó el trabajo social y escribió un manual técnico, “ El Diagnóstico Social”. Comenzó como oficinista de la COS y acabó siendo la más sabia en técnica y teoría del trabajo social, sobre todo del trabajo social de casos. Poco a poco fue creciendo su conocimiento y a la vez las tareas que ella realizaba. Mary Richmond es una referencia en cuanto al estudio del trabajo social de casos en todo el mundo y gracias a ella podemos conocer dimensiones importantísimas del trabajo social. RESUMEN DE “EL CASO SOCIAL INDIVIDUAL” A continuación resumiré, no las historias narradas en los tres primeros capítulos a modo de ejemplo, sino la manera, el modo y los métodos que cada trabajadora social ha utilizado para enfrentarse a las dificultades de una persona o conjunto de personas. En el caso de la niña Helen Keller, Ana Sullivan, como primera medida para combatir el difícil problema , decidió alejarla un tiempo de su hogar, buscándole uno en el que nada ni nadie pudiera impedir su mejora. Hizo uso de múltiples cosas que fueron de gran ayuda para su cliente, entre ellas la utilización de los animales, la participación de gente allegada a Helen, el aprovechamiento de cualquier ayuda social, la naturaleza, etc. Sullivan siempre hacía que la niña tuviera presente su parecido con el resto de la gente, minimizando así las diferencias. Consiguió, por tanto, activar y desarrollar la personalidad de Helen y su recuperación fue notable. Así, la señorita Sullivan hizo, aunque inconscientemente y sin conocimientos previos, las tareas de un trabajador social. María Bielowiski era una chica de carácter difícil, lo primero que hizo la trabajadora social fue averiguar la vida que llevaba y las referencias académicas y hospitalarias, además del núcleo familiar. Le fueron inculcados los principios del aseo personal, la enseñaron a cocinar y el respeto a las pertenencias ajenas. La sociedad benéfica le proporcionaba algún trabajo todos los años y le permitían salir de vacaciones a campamentos femeninos. Todos estos estímulos hacían que María se dejara llevar y aconsejar. La trabajadora social recurría constantemente a la autoestima y a su ambición. Después de cuatro años, María gracias al tratamiento mostró una escala de valores razonable y sus ideas dejaron de ser confusas e insensatas. George Foster tenía una familia muy inestable, sus padres le tenían muy desatendido y a su hermana también. Los trabajadores de casos deciden enviarlos a un hogar de acogida desinteresada; para ello analizan minuciosamente a la familia que quiere acoger a los niños, sus medios económicos, el funcionamiento y las características de la familia, su estado de salud, planes de futuro, etc. Pese a todo esto, el alojamiento del chico y de su hermana en la primera casa fracasó y ya por separado, en otra casa, tampoco tuvo éxito; fue en la tercera
donde George Foster se sintió más feliz y consiguió grandes avances académicos, personales y de salud. El señor Rupert Young y su esposa pasaban por un momento muy complicado que afectaba al buen funcionamiento de su hogar. Los trabajadores sociales, a diferencia de los casos anteriores, se enfrentaban a un problema de grupo, por lo que comenzaron entrevistando a las dos partes enfrentadas; así llegaron a varios acuerdos que suavizarían los problemas matrimoniales, de los hijos y del hogar. El tratamiento social también abarcaba superar influencias negativas de allegados a las dos partes del matrimonio. También, el charlar amistosamente con el señor Rupert Young y propiciar y dirigir el máximo de su afectividad hacia su familia y su casa, fueron métodos que mejoraron indudablemente la situación familiar. Después de todo esto, Rupert ha conseguido un empleo estable y su casa es ahora una vivienda infinitamente más adecuada. Clara Vansca y sus hijas vivían en condiciones altamente precarias. Al comienzo del tratamiento social, el único foco positivo desde el que actuar, fue el amor de la señora Vansca por sus hijas. A.B utilizó recursos para fomentar el instinto casero de Clara, a las hijas las enseñaron a coser y a cocinar, se estimuló a su madre a mantener todo limpio y aseado. A partir de esto, se iniciaron visitas frecuentes entre madre e hijas. La ayuda de un hermano de la señora Vansca fue importante. Consiguió logros materiales, laborales, económicos, familiares y sociales. En el caso de Winifried Jones y sus hijos participaron múltiples factores en el proceso de rehabilitación. Se comenzó por inculcarles hábitos cotidianos correctos, se les proporcionó a los hijos estímulos de diversión y entretenimiento, se les realizaron exámenes médicos y se sanaron sus enfermedades. Un hermano de la señora Jones fue de gran ayuda en el tratamiento social de estimulación e incentivación. Winifried Jones y sus hijos reavivaron sus ánimos, pasaron a ser una familia rehabilitada y reanudaron las relaciones con sus familiares y con el entorno. Lucía Allegri es un claro reflejo del carácter de grupo de un tratamiento social de casos. La trabajadora tras investigar el caso mediante versiones de gente allegada a Lucía, obtuvo dos bien distintas; todo se esclareció cundo entró en contacto con los familiares de la señora Lucía. La trabajadora social reunió a todo el clan Allegri con motivo de la colaboración que precisaba de ellos para el tratamiento de su hermana. Así se consiguió el objetivo inicial de la trabajadora de casos. Según Mary Richmond “el trabajo social de casos se basa en unos procesos que desarrollan la personalidad por medio de la adaptación conscientemente efectuada, individuo a individuo, entre los hombres y su entorno social”. A raíz de tal definición, conviene repasar los procesos y métodos utilizados en muchos tratamientos sociales. Si nuestro objetivo es el desarrollo de la personalidad, deberemos tener en cuenta la percepción de la individualidad y la percepción del entorno, pues sólo así sabremos cómo es la persona en cuestión. Hay que tener en cuenta también los recursos y la influencia social de esa persona determinada. La acción directa es otra técnica del tratamiento social, esta acción conlleva la cercanía, el apoyo, el ánimo hacia el cliente, así como la reeducación de los hábitos, la influencia personal, la reiteración incansable y la participación del ayudado en su recuperación. La acción indirecta se compone de ayudas sociales externas al profesional y al ayudado, pueden ser instituciones, vecinos, organismos sociales y/o la cooperación del entorno social del cliente. Los trabajadores sociales de casos actúan continuamente como intermediarios entre el cliente y su entorno social, así como de mediadores para que entre las ayudas sociales y
los avances médicos, se consiga el progreso de estos tratamientos. Así mismo, la unión de los trabajadores sociales con otros expertos, ayuda a un mejor funcionamiento para la resolución del problema. Además se ha comprobado que el reciclaje del hogar y del entorno es enormemente saludable a la hora de emprender una reeducación personal, y el ámbito familiar constituye, en colaboración, una ventaja ante un conflicto o problema personal o incluso de grupo. Son factores, por tanto, capaces de mejorar la integración del ser humano individualmente en el mundo que le corresponde vivir. Según George M. Mead la sociedad no es tan solo el medio a través del cual se desarrolla la personalidad, sino que es además su fuente y su origen. La mente del hombre es la acumulación de sus cualidades innatas y de las experiencias vividas, por tanto, la mente es algo que evoluciona, es cambiante y es algo capaz de asimilar cualquier movimiento, tanto interno como externo. La inadaptación al entorno en el que un sujeto vive es un factor que influye en la organización mental del individuo, que junto con el enredado mecanismo social puede constituir una difícil tarea de readaptación. Surge así un sentimiento de frustración que el trabajador social deberá aniquilar a través del descubrimiento de los intereses principales del sujeto y de su correcta utilización. Antiguamente, el trabajo social de casos era una cuestión meramente del trabajador y del cliente. Por suerte, el horizonte hoy en día va creciendo, ya que intervienen familiares, profesionales, etc, que hacen que el tratamiento adquiera más volumen, beneficiando así la labor del trabajador y la meta del ayudado. Queda aún una dimensión por ampliar y es la reunión “en vivo” del sujeto que tiene el problema y el allegado a él que pretende ayudarle, se espera que las reacciones del sujeto con dificultades den pistas sobre distintos focos posibles para resolver la problemática. Algo fundamental a destacar es el objetivo principal del trabajo social de casos, cuya meta es conseguir el mantenimiento y desarrollo de la personalidad. Sin duda, lo que el trabajador pretende es el estudio y la mejora de las relaciones sociales, las cuales se componen del factor individuo y del factor entorno. Estos factores son comparables a la realidad dual de la sociabilidad y la individualidad. Aquí es cuando entra en juego la herencia en contraposición al entorno; cabe pues, distinguir entre herencia física que transmite rasgos inalterables, y herencia social que ofrece rasgos transmitidos a través de efectos ambientales. Se crean así personas, ya no diferentes por la herencia embrional, sino por la herencia transmitida desde el núcleo de cada persona a través de la interrelación personal y de las experiencias sufridas individualmente. Una consecuencia de que la herencia, ya sea innata o adquirida, hace a personas distintas es que en la vida, en la realidad social, todos tenemos los mismos derechos, pero por supuesto, no somos iguales. Florece de aquí el polémico tema de la igualdad, que Platón abrevia majestuosamente diciendo: “la esencia de la igualdad estriba en tratar a las cosas desiguales de forma desigual”. Gracias a estas diferencias entre los habitantes del mundo, podemos hablar de la diversidad existente en cada grupo social; esta diversidad hace que el trabajador social actúe de la forma más adecuada en cada caso y evitando así las generalizaciones, puesto que a cada individuo una misma cosa no le afecta igual. Haciendo referencia a tanta igualdad y desigualdad, el trabajador social de casos debe respetar la personalidad de cada sujeto y sobre todo la que es menos parecida a la suya. Con esta base siempre presente, el éxito de un trabajador social está cercano, si no asegurado. La complejidad de la mente humana hace que su desarrollo sea mucho más lento que la de cualquier otro animal, ya que éstos actúan instintivamente, pero el ser humano tiene que razonar el acto antes de hacerlo, es decir, enlazar conceptos que ralentizan las actuaciones. La acción reflexiva es lo que diferencia al humano del animal, que actúa rutinariamente. A veces el hombre en circunstancias adversas no consigue lo que quería, le es imposible alcanzar sus aspiraciones y la labor del trabajador social de casos es animarle a que luche por ellas y nunca dejen de ser progresivas y crecientes, para evitar con ello que sea un
simple receptor de ayuda externa y se niegue, por la comodidad, a su desarrollo social. Mary Richmond hace una crítica feroz al subsidio, lo considera una maldición tanto para el receptor como para el donante, cree que es algo antidemocrático y que deben ser entregados siempre y cuando sus administradores tengan conciencia de los principios del trabajo social de casos y los apliquen en su trabajo cotidiano. Hasta ahora, la autora del libro sólo se había referido al trabajo social de casos como un proceso de ayuda a desarrollar la personalidad para una mejor adaptación social. Aquí comienza ya a relacionarlo, por ejemplo, con el hogar, con la cotidianeidad. Es sabido que todos los trabajadores sociales también tienen prejuicios derivados de la educación recibida en su núcleo familiar, pero para realizar un trabajo adecuado, deben dejarlos a un lado. El interés que ellos tienen por la institución familiar se basa en el individuo y en su relación con el entorno más cercano y en las posibilidades que, el conocer a la familia, ofrece para decidir cómo va a ser el tratamiento del problema. Lo más claro de todo esto es que para que los hijos prosperen en todos los sentidos, el matrimonio que los ampara debe gozar de felicidad conyugal, ya que el mal entendimiento entre los padres produciría un malestar familiar y grietas insalvables en la personalidad del hijo. Se deduce, por tanto, que dentro de una “falsa familia” es imposible crecer adecuadamente. Algo que también influye en el carácter de los niños son las instituciones o medios con los que se relaciona (escuela, amigos, medios de comunicación...) y además, no sólo es aplicable a las primeras edades, sino que en la madurez también el centro de trabajo, el entorno social, etc. Ampliaré en breve la relación del trabajo social de casos con la escuela, el trabajo, el hospital y los tribunales. Todavía hoy, el movimiento de la educación social apenas ha despegado, pero ocupa un lugar clave entre el hogar y la escuela. El cometido de las educadoras sociales consiste en indagar los factores causales del problema para intentar una mejor adaptación social del niño. Tampoco es conveniente olvidar la relación entre los hogares y el centro de trabajo, ya que la alteración de la cotidianeidad resulta ser un destructor familiar, al igual que la excesiva carga laboral, los reducidos salarios, etc. El trabajo social de casos sirve de ayuda a los sujetos afectados por el desempleo o por algún fallo de la organización industrial. Por el contrario, los hospitales y los avances médicos ofrecen un aspecto alientador a la vida de les personas. Además, el trabajo social de casos ha encontrado un hueco lleno de utilidad social en los centros de salud, se trata de una nueva adaptación que permite un avance a la hora de diagnosticar un tratamiento social. Actualmente la medicina socializada comienza a tratar, no sólo la enfermedad, sino al paciente en su contexto individual. Los tribunales también aceptan la intervención del trabajador social, es ahora cuando estamos empezando a comprender que hay que lograr que el castigo o el tratamiento se adapte al delincuente y deje de ser un arma de venganza o de corresponder al delito cometido. En definitiva, el trabajo social de casos está siendo utilizado para establecer el bienestar social humano, pero debido al exceso de casos por profesional, resulta extremadamente complicado intervenir con eficacia. Quedan aún tres formas de trabajo social interrelacionadas con el trabajo de casos, son: el trabajo social de grupos, acción y reforma social e investigación social. El desarrollo de actividades de grupo permite que el trabajador social estudie al sujeto individualmente, pero como componente de ese grupo. La acción y reforma social busca la mejora de vida de las personas, sobre todo, a través de la propaganda social y la legislación social. La meta de estas reformas persigue el desarrollo del ser humano mediante las relaciones sociales. Por último, la investigación social reúne datos para interpretarlos y usarlos en el resto de las formas de trabajo social.
Los trabajadores de casos de familia tienen un puesto estratégico para observar de primera mano los entresijos familiares. Igual le ocurre al trabajador social hospitalario y dada su favorable posición, contribuye a la acción y reforma social y a la investigación social. Es excepcional también la posición del trabajador social judicial, que teniendo claros conocimientos del trabajo social puede relacionarse sin problema con las demás formas de trabajo social. La interrelación entre las diferentes formas de trabajo social se halla en la gran tarea de promover más avances sociales. En definitiva, deben mantener unidas y ampliar sin descanso el gran campo social que ocupan todas en conjunto. Mary Richmond opina que el fortalecimiento de la administración pública representa una de las grandes metas a tener en cuenta por cualquier forma de trabajo social. Una de las cosas más importantes es que el trabajo social debe estar preparado ante cualquier cambio que se produzca en su control gubernamental, es decir, que esté preparado si pasa del control del sector privado al público. El primer contacto entre el trabajador social y la democracia está en el respeto hacia la personalidad, ya que tal respeto implica un criterio democrático. La democracia es un hábito de vida y los trabajadores sociales deben tener en cuenta la valía de la humanidad antes de poner en práctica las diferentes formas del trabajo social. El trabajo de casos intensivo y de aplicación prolongada es el que abarca un mayor conocimiento del material humano y de la auténtica relación entre el hombre y la sociedad. El problema del trabajador social sigue siendo el mismo que en lo anteriormente dicho: hay trabajadores excepcionales, pero si se le quitasen las tareas menores de su profesión y se le redujese el volumen de su trabajo, crearían técnicas y conocimientos para fortalecer la base del trabajo social y enriquecer los recursos sociales. El trabajo social de casos muestra que mediante la intervención directa o indirecta sobre las mentes de los clientes, su personalidad se desarrolla y mejoran las relaciones sociales. La acción del trabajo social, dependiendo de la situación, se agarra a servicios humildes y a medidas radicales. Uno de los métodos a resaltar es su aproximación multilateral, su capacidad de procesar, reunir, relacionar, establecer lazos y readaptar. El trabajador social pretende descubrir un programa conjunto mediante el cual conseguir el resultado social deseado. Hay tres puntos a tener en cuenta: Los seres humanos son interdependientes. La personalidad se forma por medio de relaciones sociales adecuadas, pero también, la sociedad se forma por medio de la personalidad de sus miembros. Los seres humanos son diferentes entre sí. Los seres humanos son animales dependientes y domésticos. Se requiere de la participación del ayudado para una mejor ejecución de su tratamiento social. Los hombres deben recibir desde el hogar una educación par establecer una serie de interrelaciones sociales adecuadas. El trabajo social realiza mejoras en la adaptación entre los individuos y el entorno social; por esto, el trabajador social debe conocer un poco de todas las formas, entre ellas el trabajo de grupo, la acción social, la investigación social, etc. “EL DIAGNÓSTICO SOCIAL”
A continuación volveremos a abordar con más detalle el tema de la metodología del trabajo social de casos. Son cuatro los procesos que conducen al diagnóstico social: Primera entrevista a fondo con el cliente. Primeros contactos con su familia inmediata. Búsqueda de información y cooperación ajena a la familia. Rigurosa evaluación e interpretación de los distintos testimonios recogidos No hay que suponer a priori que cada proceso finaliza siempre que otro se inicia. La entrevista inicial o primera entrevista es la fase del trabajo de diagnóstico en que más se percibe la personalidad. Toda entrevista va acompañada de: A. Circunstancias modificativas: La naturaleza del servicio a prestar, ya sea la vigilancia de la libertad a prueba, trabajo de familia, protección contra la crueldad, etc. Origen de la demanda de asistencia:
El cliente se presenta personalmente en la institución social.
El cliente acude con una carta de referencia de otra persona.
Otra persona acude a la institución a abogar por el cliente, en vez de hacerlo él.
Como en el caso anterior, pero en vez de presentar la demanda en persona, se hace por carta o por teléfono.
El lugar de la entrevista: Antiguamente los trabajadores sociales hacían la entrevista en su despacho, pero eso acarreaba algunas dificultades. Hoy en día, la entrevista se hace en el domicilio del cliente, en una charla relajada. Hay argumentos que aconsejan realizar la primera entrevista en el domicilio del cliente, son: a)El cliente se siente en su ambiente y no está a la defensiva. b)Todos los detalles de la vivienda sirven para el buen observador y refleja las relaciones entre los miembros de la casa. c)Proporciona una oportunidad natural para el cambio de experiencias. d)Importancia posterior de los aspectos personales cuando no ha mediado la visita del cliente a la oficina.
El historial disponible como punto de partida: Se ahorrará tiempo al cliente averiguando lo primero si ha sido cliente anteriormente de la institución a la que ha acudido. Antes de llevar a cabo la entrevista se deberá mirar en el banco
de datos si esa persona u otra de su entorno familiar ha necesitado con anterioridad la ayuda de alguna institución u organización social. B. Alcance: Los objetivos de la primera entrevista son:
Escuchar pacientemente y sin prejuicios al cliente.
Establecer una buena base para una relación profunda e intensa, un entendimiento mutuo.
Asegurarse las claves que nos lleven a otras fuentes de información para obtener una visión más amplia del problema.
Comenzar un proceso para desarrollar la autoestima del cliente y valorar su esfuerzo. C. Método:
Método de aproximación: Privacidad, ausencia de prisas y un poco de charla para relajar la tensión son métodos eficaces para la aproximación entre el cliente y el trabajador de casos. También es muy importante que el entrevistador tenga claro el objetivo que hay que conseguir, para llegar a ese logro hay que ejercer una presión suave, lenta y continua. Sobre todo es esencial dedicarle el tiempo necesario al paciente para que revele hasta la mínima percepción de la realidad, el paciente debe sentir que es la única persona que ocupa la mente del profesional, de esta manera, se sentirá estimulado a hacer cualquier tipo de confidencias. Cuando el cliente y el trabajador social no hablan el mismo idioma la comunicación se hace mediante un intérprete, pero las percepciones no son captadas de la misma manera.
Claves y preguntas: Hay pistas y claves de interpretación que son imposibles de obviar:
Parientes: son una importante fuente de información. A veces el cliente rechaza, como puede, hablar de ellos, bien por miedo a recordar una mala experiencia o bien por mantenerse en el centro de atención de la trabajadora.
Los médicos y las instituciones sanitarias se nombran sin ningún problema a la hora de hablar de la enfermedad.
Las escuelas y los profesores salen casi siempre a la luz cuando se habla de los hijos.
Los compañeros de trabajo también se nombran sin dificultad.
Los lugares de residencia anteriores se recuerdan con frecuencia.
Toma de notas: No suele ser prudente tomar notas durante la entrevista, pero la naturaleza del servicio y las condiciones bajo las que se realiza el cuestionario determinará la elección del método más adecuado.
Consejos y promesas prematuros: Esta faceta del trabajo social de casos le afecta sobre todo a los principiantes. La presión ejercida por el entrevistado para obtener acciones inmediatas hace que el profesional haga promesas repentinas inadecuadas.
Finalización de la entrevista: La última parte de la entrevista le debe servir al entrevistador para ofrecerle al cliente su ayuda, preparando así el terreno para una relación futura.
Entrevistas de emergencia: Requieren una habilidad especial, ya que hay escasez de tiempo y es necesario esclarecer ciertas claves esenciales que son más importantes de lo habitual. Ahora abordaremos la ultima etapa del diagnóstico: comparación e interpretación.
Algunos aspectos de los procesos previos objeto de esta nueva exposición:
Métodos comunes a todas las entrevistas.
Obtener de cada cliente toda la información que nos pueda aportar, haremos uso también de las pistas que nos ofrezca su vivienda y/o su entorno social.
Utilizar las vías de aproximación a nuestro cliente que se presenten espontáneamente y evitar el error de guiar al entrevistado según nuestras ideas preconcebidas.
Concederle el tiempo necesario al entrevistado para que se exprese con libertad y escucharle atentamente.
Tener como objetivo el conocimiento profundo del problema del cliente y animarle en su participación en el tratamiento.
Cambios de énfasis en la entrevista. Pondremos especial atención cuando el que se esté expresando sea nuestro cliente, indagando así sobre su personalidad. Debemos evitar condicionar las respuestas del cliente, y debemos escuchar las versiones que nos ofrezca cualquier familiar. En cuanto a las fuentes de información externas tendremos en cuenta las más cercanas al cliente, que nos ayudarán a la hora de llevar a cabo el tratamiento. El éxito de la entrevista con las fuentes externas está en esclarecer para qué sirven los datos obtenidos para el tratamiento.
Discriminación en la elección de fuentes de información externas. La economía de medios sigue siendo una asignatura pendiente para muchos trabajadores sociales de casos. Deben aprender a discriminar cuál es la más apropiada para la recaudación de los datos que se requieren.
Tipos de testimonio. Existen discriminaciones a realizar no sólo en los tipos de fuente, sino también en los tipos de testimonio que las fuentes aportan. La evidencia real es el hecho visto con nuestros
sentidos; pero la evidencia testimonial es la versión de los hechos de un ser humano. Hay que distinguir, por tanto, la evidencia testimonial de la rumorología.
Características de los testigos. La aptitud de un testigo incluye tanto su posibilidad de conocer los hechos, como la forma de haberlos conocido; es decir, su capacidad de atención, su memoria, su receptividad, etc. Los sesgos del testimonio pueden venir dados por circunstancias raciales, religiosas, políticas, etc. 2. Comparación de materiales. Una vez recogidos todos los datos posibles se procede a su evaluación y de nuevo a otra evaluación global para conseguir el conocimiento veraz de la problemática del sujeto.
Propuestas para la autosupervisión.
Tratar de repasar cada elemento del caso con todos los demás en mente, o considerar cada uno de los elementos excluyendo deliberadamente e todos los demás (Gross).
A veces el establecimiento de un hecho resulta tan complicado que omitimos determinar su conexión lógica con el todo (Gross).
Cuando al hacer el repaso del material que disponemos, encontramos contradicciones, es preciso establecer nuevas indagaciones y reanudar la búsqueda de datos adicionales.
Existen muchos detalles del proceso del examen crítico de los testimonios recogidos que se resumen mejor asumiendo que sea alguien ajeno al trabajador social mismo quien repase el bloque de pruebas.
Sugerencias para las comparaciones realizadas por un supervisor. El cuestionario de los supervisores resume una serie de materiales dispersos, reorganizándolos en: la relación del trabajador social de casos con el cliente; con la familia del cliente; con otras fuentes; la dirección de la investigación global y otros aspectos de la investigación. 3. La interpretación del material:
Nueva definición del diagnóstico. El diagnóstico social se puede definir como el intento de especificar con la mayor precisión posible la situación y la personalidad de un ser humano con alguna carencia social. Cabe apuntar que, tanto la psicología, como la medicina son ramas que seguirán proporcionándole al diagnóstico social datos de gran valor.
Contenido del diagnóstico. Un buen diagnóstico social es el que pone énfasis en las características que indiquen el tratamiento a seguir. Tanto el diagnóstico que reduce el problema a una sola palabra, como el que proporciona muchos detalles, pero que no reconoce los que más negativamente afectan al tratamiento, no son diagnósticos correctos.
El diagnóstico social, además de definir las dificultades existentes, tiene que conciliar aquellos aspectos que puedan convertirse en elementos a favor o en contra del tratamiento. La forma del resumen del diagnóstico varía según la especialidad de trabajo social, pero aún así debe incluir:
Definición de los problemas.
Una lista de los factores causales que intervienen en el problema.
Una enumeración de las ventajas o impedimentos a tener en cuenta en el tratamiento.
El elemento temporal. Son conocidos dos experimentos que ayudan a paliar el problemático elemento temporal del diagnóstico:
Vigilar y corregir la tendencia a convertir en rutinarios en épocas que no son de emergencia los hábitos establecidos en situaciones de emergencia.
Cubrir el terreno y trabajar con una especial minuciosidad en una minoría de casos.
El diagnóstico social completo no es siempre posible. El diagnóstico completo o correcto no es siempre posible, ni si quiera cuando se dispone del tiempo suficiente. Tampoco ningún diagnóstico es definitivo. Me parece oportuno terminar el resumen con una de las últimas frases del libro, con la cual estoy muy de acuerdo: “Si pretendemos que los resultados de nuestro quehacer sean medianamente buenos, será necesario realizar actuaciones diversas para y con personas diversas, así como estudiar sus diferencias. Seguirá siendo necesario estudiar las relaciones sociales de las personas no sólo para comprender sus diferencias, sino para encontrar el remedio de los males que continúan acechándolas”. CRÍTICA Y OPINIÓN PERSONAL. He de decir que el libro me ha resultado un tanto complicado, pero a la vez me ha servido para darme cuenta de la importancia que tiene el trabajo social en esta sociedad tan enrevesada. Me parece una labor importantísima la que tienen los trabajadores sociales, así como necesaria para establecer mejores relaciones sociales entre las personas a través de la rehabilitación de los problemas de la personalidad de cada una de ellas. También me ha servido para conocer, aunque sea superficialmente, qué es el trabajo social de casos, los métodos y técnicas que estos profesionales utilizan para resolver cualquier problemática. Me surge de aquí un miedo, es el miedo a no saber comportarme correctamente en cada situación, a no ser eficaz a la hora de la resolución de un problema, a no tener las cualidades innatas que debe llevar consigo un trabajador social, en definitiva, a que mi carrera se vea frustrada por la falta de profesionalidad con la que debo actuar. Supongo que estos serán los miedos habituales que a cualquier principiante le rondan por la cabeza. Únicamente espero que a lo largo de estos tres años me haga con la sabiduría necesaria para realizar un buen trabajo el resto de mi vida