TRABAJO PRÁCTICO Nº 4 MATERIA: E.C.O. “Ultimas perspectivas teóricas en Ciencias Sociales y en particular en Historia” PROFESORA: Laura P CARRERA: Profesorado de Historia CURSO: 3º año ALUMNA: Noe CONSIGNAS OPCIÓN 1
1. Si la novela histórica es un “acuerdo” entre historia y ficción, ¿qué elementos de ese “acuerdo” se detecta en “Viñas de ira”? 2. ¿Cuál crees que fue el impacto del film “Viñas de ira” en la sociedad estadounidense? 3. ¿Qué aportes consideras que hace “Viñas de ira” (libro y película) al conocimiento histórico? OPCIÓN 2 Con el aporte de la bibliografía, el libro “Viñas de ira” y su versión fílmica, elabora algunas consideraciones sobre la literatura y el cine como forma de conocimiento histórico. “HISTORIA, CINE Y LITERATURA: ¿UN DIÁLOGO POSIBLE? A principios del siglo XX la historia social hace un “boom” en la forma de ver la “historia”, comienza todo un proceso de análisis y reflexión de la historiografía tradicional que dará paso al nacimiento de una nueva historia, mucho más nutritiva y con enfoques más amplios de la sociedad pasada y presente. Este hecho me parece fundamental, pues sin ese quiebre en las rígidas estructuras de la historia tradicional, no hubiera sido posible retomar viejas cuestiones o relaciones como historia-literatura; ni tampoco las que fueron surgiendo con el tiempo la relación historia-cine. Si bien estas relaciones no fueron primordiales, fueron posibles retomarlas a partir de la apertura de nuevos documentos históricos como fuente histórica; ya no sólo los documentos oficiales pueden ser considerados como fuentes, sino también ahora abarcan toda expresión cultural del hombre. El caso de la literatura y el cine entrarían en este última “clasificación”, si quisiéramos llamarle de algún modo a esta división. En el pasado historia y literatura iban de las manos, no se diferenciaba una de la otra, eran una sola. En la antigüedad nadie dudaba de la veracidad de las obras de los artistas, en ella estaba impregnada el espíritu de los sucesos pasados y presentes de su sociedad. A partir de la Ilustración y del enciclopedismo, esto cambia. Las ciencias comienzan a ser divididas de acuerdo a su objeto y método. Ahora sus objetos y métodos son diferentes: el
objeto de la literatura es la lengua y el objeto de la historia es el pasado. Con el positivismo esto se termina de afianzar. El método de las ciencias naturales es el aceptado académicamente por lo cual la historia para alcanzar un grado mayor, académico y científico adopta este método y rompe totalmente los lazos con la literatura cuyo método pasa a ser el de la gramática. Por esto como anteriormente se menciona la Historia social abre los caminos hacia una nueva conciliación entre ambas disciplinas, a pesar de que no le dio un trato preponderante. Con la crisis de los “grandes relatos” en el siglo XX, que eran las teorías que explicaban la sociedad – como el positivismo y el marxismo-; hay un fracaso también de la historia. Entre 1970 y 1980, varios académicos concluyeron que la historia estaba en crisis debido a su problema básico en la relación entre el discurso narrativo y la representación histórica. Esto se puso en evidencia cuando las teorías sobre el discurso anularon la distinción entre discurso ficcional y real, es decir, se plantea que el discurso histórico es también un discurso ficcional. Esto borra los límites entre historia y literatura. Hayden White es uno de los académicos que sostiene esto, pertenece a la corriente que se conoce con el nombre de giro lingüístico. Rompen totalmente con la idea de “verdad”, es decir, planteaban claramente que los historiadores no podían plantear una “verdadera” realidad, objetiva, verídica y lineal. Ponen énfasis en el papel del lenguaje y la textualidad, lo cual fue determinante para la historia en el cambio en el ámbito metodológico y al transformar las fuentes históricas en textos. Toda esta vertiente originó una corriente llamada Estudios Culturales, que trata de recuperar a la historia y a la literatura como un todo, como en su origen. Este encuentro tiene tres puntos centrales: 1. Interés tanto en la “alta cultura”, como también la “cultura popular”. 2. Recuperar el valor político de las obras literarias, es decir, enfatizar lo político en la literatura como también se hizo con las demás expresiones culturales. 3. Fin de los “grandes relatos”. Énfasis en el individuo como agente de cambio. En Estados Unidos, en los años ’90, aparece una nueva tendencia que se hizo llamar “Nuevo historicismo”, corriente vinculada al positivismo. Van centralizar sus estudios en la contextualización de los textos históricos, es decir, que al entender las convenciones lingüísticas empleadas por el autor y a partir del texto producido, se puede establecer el momento particular que lo originó, este análisis es característicos de los discípulos de Michel Foucault. Esto análisis permite utilizar la literatura o narrativa ficcional como fuente histórica. Este es un poco el recorrido que hacen la historia y la literatura, desde su separación hasta la posibilidad de una nueva conciliación. En sí, el problema central se basa con la narrativa histórica y la narrativa ficcional. Es decir, la primera es la expresión del discurso y la investigación de un historiador, que trata de relatar lo más verosímil posible un hecho pasado desde su presente. La segunda se relaciona más a la literatura y a las distintas expresiones que de ella se conocen.
Como mediadora entre ambos discursos está la novela histórica, que ubica se ubica en un tiempo y espacio, relata acontecimientos que ellos se relacionan, pero puede tener partes ficticias, que nacen de los “baches” características de la historia. Todo esto ronda en comprensión y unión entre historia y literatura. Otra nueva herramienta para la historia a la hora de emprender una investigación, o aún más presente en la enseñanza de la historia, es el cine. El cine de reconstrucción histórica es una representación del pasado y del presente, una perspectiva de aquel que realiza el film. En el se reflejan las ideas y valores de un tiempo, dejando a un lado el valor de los acontecimientos estrictamente históricos. Así como la novela histórica el film tiene representaciones ficcionales de una época. Tiene dos representaciones: la ficción y el documental; en el que se pretende elaborar un material a partir de testimonios y/o datos generados de un acontecimiento. “VIÑAS DE IRA” Tanto el la literatura como el cine; brindan a la historia la posibilidad de ampliar sus horizontes, tanto así sea en una investigación como así también en la educación. Tomemos el caso de la obra literaria “Viñas de ira” de John Steinbeck de 1939, que también ha sido llevada al cine por el director John Ford en 1940. Lejos de la intención del escritor de generar una visión social –aunque quizás esa sí fue su verdadera intención- en su obra podemos ver claramente un ejemplo de que historia, literatura y cine –con su posterior puesta en escena- se complementan una a otra; y quizás – más allá de sonar un poco pretencioso- van de la mano. Viñas de ira relata la travesía que realiza la familia Joad, durante la depresión del ’30 en Estados Unidos, cuando emigran desde Oklahoma hacia California en busca de trabajo y esperanza de una buena vida, sin hambre y sin miseria. En este marco se ven reflejada la profunda crisis económica que sufrió la sociedad estadounidense cuando en octubre de 1929 cayo la Bolsa de Nueva York. Esto no afectó solamente a este país, sino también a todo el mundo debido a la gran importancia financiera y bancaria que tenía Estados Unidos con el resto de los países, en especial Alemania. Esto provocó la contracción de la demanda y el consumo personal, los excesos de producción, la caída de las inversiones -propiciada por la caída de precios-, la reducción en la oferta monetaria y la política de altos tipos de interés para combatir la especulación bursátil. Los efectos a corto plazo fueron devastadores:
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Incremento del desempleo, que en Estados Unidos alcanzó los 14 millones de personas, en Alemania 6 millones y en Gran Bretaña 3 millones.
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La crisis social favoreció al extremismo político, ante el temor del avance comunista y de la agitación revolucionaria. En Alemania la crisis contribuyó al colapso de la República de Weimar y a la llegada de Hitler al poder.
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La crisis económica provocó tensiones en las relaciones comerciales internacionales al recurrir a la implementación de políticas proteccionistas para defender las economías nacionales.
Steinbeck retrata en su obra a la situación de los campesinos del centro de Estados Unidos, que a partir de 1933 su situación empeoró ya que a la crisis económica se le sumó las prolongadas sequías, las tormentas de polvo, el fracaso de las cosechas y la modernización de las tareas agrícolas; todo esto contribuyó a la pobreza y la desocupación para miles de campesinos, muchos de los cuales tuvieron que abandonar sus casas y lugar de trabajo por no poder hacer frente al banco por el pago de alquileres o hipotecas. El desalojo como muy bien muestra el libro y la película no fue nada pacífico; fueron expulsando a los deudores y en muchos casos cuando no querían abandonar sus tierras, destruían sus precarias casas. Más tarde se calculó que 300.000 habitantes de Oklahoma, Texas, Arkansas, Dakota del Sur, Dakota del Norte, Nuevo México y Missouri –llamados “Okies”- emprendieron la marcha hacia California en busca de nuevos trabajos sobre todo en la recolección de uvas y naranjas. Tanto el libro como en la película, muestran desde el punto de vista individual, las penurias e inconvenientes que atraviesa una familia de campesinos, agricultores de algodón que fueron echados por el Banco al no poder afrontar la deuda que con este tenían. Llevando a cuesta muy poco de lo que poseían emprenden un viaje con un futuro incierto pero llenos de esperanza. También refleja las decisiones que toma el Estado para hacer frente a la crisis, como por ejemplo, la instalación de campamentos o villas de emergencia con electricidad y servicios sanitarios para los emigrantes. En el papel de los villanos ponen la figura de los grandes colonos que reparten gran cantidad de volantes ofreciendo trabajo por el cual obtienen una gran demanda y se aprovechan de los recién llegados pagándoles una miseria por sus servicios; tal es así que prefieren sacrificar a los animales y hacer podrir la fruta antes de pagar los salarios de recolección. Con esto se puede hacer un análisis social en lo que respecta de las obras, pues representa –indirectamente- a una clase proletaria hostilizada por un sistema capitalista que da el mando a los bancos y a las grandes compañías. Esta escena da lugar a un alegato comunista, sobretodo en los años treinta donde el comunismo se presenta como la única solución de un mundo en crisis. Esta caracterización se ve reflejadas en uno pocos “rojos” agitadores que terminan siendo rechazados por los campesinos. CONCLUSIÓN Más allá de las intenciones o no de los respectivos autores, la trama de “Viñas de ira” manifiesta un momento histórico de la sociedad estadounidense. No sólo refleja lo histórico sino también los emergentes cambios sociales y con ellos la aparición de nuevas ideologías que se tornan favorables ante la desesperante crisis del ’29.
En lo que respecta al acercamiento entre historia, literatura y cine avalo completamente tal acercamiento, pues creo que toda expresión cultural de una época puede ser considerada como lectura y fuente de dicha época. Es decir, más allá de la ficcionalidad o veracidad de la realidad que relatan, se ve enmarcada, como en cualquier obra artística o trabajo histórico, los ideales y forma de ver el mundo de los autores. Tanto la literatura como el cine, sobretodo este último, me parece una gran herramienta a la hora de enseñar historia; ya que resulta más didáctico y llamativo para hacer un acercamiento entre el sujeto y la historia. Más allá de lo que piensen académicos –y en especial una ex profesora mía- cualquier libro es bueno si acerca a un chico, hoy en día con la invasión de Internet y una vida completamente sedentaria frente al televisor, los videos juegos y los teléfonos celulares; si lo acerca a querer leer e indagar sobre lo que leyó. Con respecto al cine es una buena estrategia para este acercamiento, pues podemos confiar casi plenamente que el sujeto se concentrará y aunque sea ficción, podrá relacionar o ver con mayor facilidad los temas que se dan en el aula y que muchas veces parecen conceptos muertos sin sentido. A pesar de que aún los debates sobre esta temática siguen abierto creo que es posible hacer uso tanto de la literatura y el cine; en la investigación histórica y la educación. Prueba actual de ellos es el éxito que tiene “Algo habrán hecho por la Historia Argentina” que conducen Mario Pergolini y Felipe Pigna; más allá de las críticas académicas, sobretodo en Argentina donde nuestra historia se olvida fácilmente y no se muestra interés; a través de estrategias didácticas este programa trae al presente nuestra historia pasada y nos sumerge en la revisión de la misma y acerca a muchos a querer saber más. Toda literatura y cine me parece óptima cuando despierta interés, no solamente en la historia sino también de otras cuestiones, por la cual el lector o espectador se siente atraído y exaltado en una trama que lo lleva plantearse nuevos interrogantes, a conocer y a cultivar su intelecto.